29/05/08
En esta misma página y sección hace bien poco podía leerse una colaboración en la que un insigne hincha y forero rojiblanco se lamentaba de que los dirigentes del club Granada Atlético habían declinado asistir como invitados al palco de Los Cármenes para presenciar el trascendental partido del Granada CF frente al Ceuta, alegando que preferían centrarse en lo suyo, en su equipo.
Desde luego, suena a evasiva. Pero yo le diría al buen hincha rojiblanco que quizás para buscar la causa de esta “canallada” (por usar su propio y exagerado término) no habría que ir demasiado lejos. Yo le diría que quizás sea la respuesta lógica a ciertas posturas forofas por las que se ha vapuleado (de palabra) a todo tipo de personas e instituciones y en las que los directivos del club rojiblanco se han involucrado muy a la ligera. Y si no lo han hecho directamente, al menos no las han censurado o no han dejado de reír las “gracias” ni han tenido el menor inconveniente en seguir participando como uno más en los espacios cibernéticos en que este tipo de cosas se producen. Más en el pasado reciente que en la actualidad, todo hay que decirlo.
Yo me lo paso muy bien, me río mucho con las salidas de más de uno, con los comentarios acerca de si éste o aquél son esto o lo otro. Todo eso tiene su gracia y da ambientillo cuando se trata de comentarios anónimos, que es lo mismo que decir que no son hechos en serio. Pero claro, por ese alegre pimpampum contra todo aquel que no sea lo suficiente forofo rojiblanco han pasado como diana bastantes de los que ahora eran llamados a codearse con algunos de los que estaban al otro lado de la línea de tiro, los cuales eran perfectamente reconocibles. Por eso, a nadie debería extrañarle que no se mostraran muy animados a acudir a ciertos sitios.
Y es que, no me cansaré de repetirlo, los que son las cabezas visibles de mi club deben estar por encima de forofismos. Muy lejos está de mi ánimo coartarles su derecho de elegir a sus amigos y de expresarse libremente. También en el ciberespacio. Pero, una vez más, yo les rogaría, por el bien de mi Granada, que se mordieran la lengua y se mantuvieran al margen de trapos mal tendidos. Una vez abolido el anonimato, ya no tiene sentido ni gracia alguna que al presidente y a varios de sus colaboradores se les pueda reprochar haber participado o ser cómplices de linchamientos virtuales, porque las consecuencias las sufre el club. Las muchísimas piedras que sobre el propio tejado rojiblanco han caído gratuitamente por causa de esto ya difícil remedio van a tener.
La negativa a asistir como invitados al palco puede parecer una descortesía, sí, pero no lo es menos la soberbia que se desprende de aquella famosa coletilla: «...Ya vendrán, ya vendrán...». ¿Cuando juegue Echecopar? Y, claro, no han venido. No parece, además, que en Recogidas 35 haya la suficiente transparencia en lo que se refiere a las cuentas como para que algún prócer local se sienta atraído. Y es que despreciar a cualquiera que critique o que decida llevar sus dineros a otro sitio puede no importar mientras que todo lo demás se tiene “atado y bien atado”. No es ésa la imagen que se transmite desde la presidencia en los últimos meses. Si se ha agotado la fuente de donde manaban doblones pero esta circunstancia no les va a hacer tirar la toalla, creo yo que es el momento de empezar a actuar como representantes de todo el granadinismo, no sólo de unos pocos, y ser algo más humildes. Si lo que se perseguía era precisamente lavar la mala imagen de la directiva de cara a una posible futura colaboración con los rojiblancos por parte de algún señalado rojiverde, lo primero que habría que hacer es mantenerse al margen de forofismos. Y ¡por favor!, finiquitar de una santa vez la estúpida (por absurda) guerra que contra prácticamente todos y cada uno de “estos provincianos” medios de comunicación se mantiene.
Yo no me atrevería a afirmarlo, pero para mí que algo de lo que aquí se censura podría estar detrás de la falta de ayudas al club por parte de quien podría prestarlas; y, si me apuran, hasta detrás de ciertos resultados deportivos desfavorables, y no sólo en el ámbito del fútbol profesional.
Como posdata diría que, dado que en este escrito se recoge materia clasificable en cierta “carpeta azul” y que, por eso, seguramente volverá un servidor a ser insultado (que no ofendido) por quienes insensatamente prodigan el tiro al cristiano no todo lo hincha que a ellos les gustaría, esta vez rogaría que sus descalificaciones lleguen después de leerlo, más que nada porque así aportarían al menos algún argumento.
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