29/0903
Los que ya vamos teniendo nuestros añitos y somos aficionados al fútbol no acabamos de resignarnos a que el techo futbolístico local sea la tercera (en realidad la cuarta división del fútbol español). Los que han vivido épocas mejores y han podido vibrar con los triunfos locales, por modestos que éstos hayan sido, han sido expulsados de las gradas a medida que el listón futbolero ha ido bajando para nuestra desgracia, por eso cada vez nos resulta más difícil a los que todavía no nos hemos rendido encontrar a alguno de nuestros amigos o conocidos que esté dispuesto a acompañarnos al fútbol un domingo por la tarde como en otros tiempos hacía; incluso nos resulta difícil encontrar a alguno de aquellos que antaño nos acompañaban que al proponerle que vuelva a las gradas no se ría de nuestro candor. Por más que intenten convencernos de que lo que hay es lo que hay (son lentejas) se nos hace un mundo concienciarnos de que «el partido de la jornada» sea un Granada-Carolinense (o Alhaurino, por poner un ejemplo).
Hay casi una generación entera de aficionados balompédicos que lo más que ha visto en Granada ha sido fútbol de Segunda B. El descenso en calidad futbolística granadina va parejo con el descenso en importancia y poder de influencia relativa de la ciudad y de
El que esto escribe, un servidor, ha vivido los momentos mejores del fútbol local: nueve temporadas en 1ª, dos ascensos a Primera División y otros dos ascensos a Segunda A. Siempre he sido del Granada C.F, y después del Recreativo (de Granada, por supuesto) que muchas veces, jugando en tercera -no existía
Por eso me parece absurda cierta «cuasi polémica» sobre si uno es más representativo que el otro o sobre si los poderes públicos deben apoyar más a éste que a aquél, y su precipitado o «guerrilla de las asistencias» a Los Cármenes según el que juegue sea uno u otro de los dos máximos representantes (¡ay, dolor!) del fútbol local. Uno no quiere entrar en estas guerras y declara su propósito de apoyar, dentro de sus modestas posibilidades, a cualquier club que sea capaz de hacer que los granadinos podamos otra vez no sentirnos de cuarta al menos en lo futbolístico.
De lo que nadie podrá nunca convencerme es de la necesidad de que hayamos que ser de un solo club y de que esta única filia tenga que llevar aparejado el odio o el menosprecio de otras opciones. Así, manifiesto desde aquí que soy seguidor del Granada C.F., pero también y en no menos medida del Granada 74, del Arenas, del Santa Fe y del Vandalia, y también del Loja, del Guadix, del Motril y del Baza, y también de otros que puedan venir más adelante. El Granada C.F. tiene más a su favor frente a los otros el peso de su historia que hace que esté más en nuestros corazones de hinchas, pero, lamentablemente (muy lamentablemente por más que nos pese), es lo único positivo que le queda, porque esa cara, su historia, es la que en el fondo ha originado su cruz, una deuda considerable que hace concebir dudas sobre su futuro. Frente a los enmohecidos blasones rojiblancos otras opciones carecen en realidad de pasado o éste es muy modesto como para tenerlo en cuenta, pero, precisamente por eso, puede ser suyo el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario