EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



sábado, 28 de junio de 2008

CUESTIÓN ASTRAL



19/04/06

Metido uno a astrólogo, sin título y sin pajolera idea de estos menesteres, he tenido la errabunda ocurrencia de copiar de alguna de las muchas páginas web que se dedican a la cosa ésta de lo esotérico, la carta astral del club que acaba de celebrar sus primeras bodas de platino. Ahí la tienen ustedes. Entre ese conjunto de símbolos de colorines servidor, a pesar de haber seguido un curso intensivo por correspondencia sobre la materia, lo único que saca en claro es ese triángulo rectángulo, de color rojo, cuyo cateto (con perdón) ascendente termina en Cáncer y el otro pueblerino trigonométrico va directo a Capricornio; ambos “castrohas” siderales partiendo del vértice que marca el que fue a nacer un 14 de abril de 1931 y, por lo tanto, su signo es Aries.

Según los entendidos en estos asuntos, en ese triángulo está contenido poco menos que todo el ya largo andar de esta honorable institución: desde el momento aquél en que el recreativista Tomé agredió al árbitro Canga Argüelles en el madrileño campo del Parral, todavía en tiempos del régimen político que nació el mismo día que el club, hasta el minuto exacto en que el balón iba a ser rechazado por el larguero la tórrida tarde en la que se achicharraron no pocas ilusiones rojiblancas, hace bien poco. En esa carta astral, marcada por la fecha y el lugar del natalicio, se supone que se refleja la imparable ascensión del setentón en sus comienzos y también la decadencia de los últimos tiempos. Y también se supone que se contienen todos los avatares que le esperan en el futuro. Porque lo tiene.

Aun confesándose uno bastante escéptico en todo lo referente a los horóscopos y sus derivados no puede por menos que preguntarse en qué recóndito rincón del pretendido documento se contendrán los once chicharitos al Jerez en un cercado de madera; el gol de César en Castellón; Alberty volando hasta ser derribado y quedarse para siempre; Gojenuri expulsando a González (que no se va); las nueve veces que Candi se tuvo que agachar a por la bola en el Santo Reino; la peliaguda victoria de carne de membrillo; la larga marcha rojiblanca a Madrid a la imposible caza de una copa superlativa. Todas esas cosas que uno no vio pero puede imaginarse. Y también las que sí pudo ver de cerca: la penibética ascensión de la Cuesta de la Reina con la primera en la baca; los cuatro goles de Miguel a los maños magníficos; la escalera de Joseíto con un último peldaño en la división de honor; Guruceta anulando a Porta el gol más legal y más espectacular; el equipo “matagigantes” que humilla cinco veces a Iríbar y se queda con el Pichichi pero a las puertas de Europa; el de los “granaguayos”; el de el miedo escénico en el coliseo por mal nombre conocido por quienes no nos quieren como de “Los Crímenes”; el que da el mejor partido del mundo y se reconcilia con el fútbol ante los merengues; Grande, a las puertas del desierto, batiendo a Puente de maligno cabezazo; las mal celebradas bodas de oro (del que defecó el magrebí, que diría aquél); el viaje de fraternidad a Algeciras que valió la plata; o el no menos platero de Zaragoza; y, en fin, todo lo último que ya conocemos más y de lo que hay poco que conmemorar. En qué pliegue astrológico se esconderán los designios del destino que, según los que de esto saben, todos tenemos escrito en las estrellas.

En esa conjunción de Aries, con ascendente en Cáncer e implicando también a Capricornio algunos privilegiados alcanzan a ver los fundamentos de toda una vida, los hilos secretos que han determinado que la existencia de algo que está muy vivo y se mueve hayan ido y vayan a ir por unos derroteros y no por otros.

Seguramente todas esas cosas están ahí reflejadas, sólo será cuestión de saber interpretarlas. Pero lo que no sabemos es si se podrán adivinar por la posición de los astros las emociones, los sentimientos, las pasiones, el amor a unos colores, todas esas cosas que hacen que el fútbol sea lo que es.

Esperemos que en lo venidero, por aquello de los ciclos cambiantes de la naturaleza, lo que toque en lo que se refiere a conjunciones planetarias sea algo parecido a lo que caracterizó a este bendito club cuando era joven, antes de cumplir el medio siglo de existencia. En ese caso habrán valido la pena tantas tardes y noches, tantas vivencias, tantas lágrimas, tantas decepciones y algunas alegrías (al forofo los gozos siempre le parecen pocos) que uno ha compartido con la institución. Tantas que su cumpleaños lo celebro como si fuera el de alguien de mi familia. Felicidades y, como es obligatorio decir, que cumplas muchos más (y servidor que lo vea) y sea en escalones más altos.

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