EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 7 de diciembre de 2016

SE INTUYE LA PRIMERA DIVISIÓN



Tira de humor del gran dibujante Antonio López Sancho con su personaje “José el Gitano”
El Malacitano gana en Los Cármenes por primera vez
A principios de diciembre de 1940 el Granada es líder del grupo sur de Segunda División tras ganar en Badalona. No obstante, es un liderato “no pacífico”, o sea, según el medio deportivo que se consulte, en unos aparece el Granada como líder y en otros como segundo tras el Castellón (con los mismos puntos), ya que los primeros aplican el golaveraje general y los segundos el particular, dado que el Granada perdió 1-0 en su visita a La Plana. Y es que a las alturas de 1940 no acababa de estar muy claro cuál de los dos criterios era el correcto para resolver los empates. Sea una u otra cosa, liderato o cuasi liderato a fin de cuentas, el hinchismo anda eufórico y está asegurado el lleno a reventar para el siguiente partido, el de la jornada 11 con el que concluirá la primera vuelta. Además nos visita el Malacitano, el eterno rival, cuya presencia dejará muy pequeño Los Cármenes con los miles de boquerones que se prevé vengan acompañando a su equipo en tren botijo.Pero, como tantas veces ocurre en el mundillo hinchístico, la euforia pronto se volvió pesimismo.

La cosa ya desde el primer momento empezó a torcerse. La madrugada del día en que había de jugarse el partido, 8 de diciembre, ardieron unos cuatro mil cojines en una caseta de madera que en la explanada de acceso a la tribuna de Los Cármenes estaba destinada a que la Cruz Roja guardara las almohadillas para alquiler. Un centinela de la vecina cárcel dio la voz de alarma, pero nada se pudo hacer, y con la caseta y las almohadillas que guardaba también ardieron dos motores eléctricos para el riego del césped y los dos juegos de redes de las porterías que había en el mismo local, así que hubo que pedirlas prestadas para que el partido se pudiera jugar. Después, en un pésimo encuentro, el Granada fue vencido con justicia por el Malacitano (0-1), de manera que el liderato granadinista por segunda vez quedó como algo visto y no visto y de nuevo fue para el Castellón dejando al Granada segundo.
Cromo de la colección de Almacenes Losada sobre el Granada 0 Málacitano 1
 
Los dos periódicos granadinos destacan en titulares que es la primera vez que el Malacitano gana en Granada en el ya largo historial de visitas de los vecinos. Zubeldia en Patria sólo salva a Trompi y a Maside, y dice que el mal juego del Granada podría ser disculpado si sus jugadores fuesen biseños [sic], pero nunca tratándose como se trata de futbolistas experimentados. Arbitró el sevillano y muy veterano Ocaña, que además era presidente del colegio de árbitros de la Federación Sur y que fue una de las bestias negras de aquel reportero de antes de la guerra (murió en ella defendiendo a la República), todo vehemencia y amor a los colores recreativistas, que desde las páginas de El Defensor tanto bregó en favor de nuestro equipo y que firmaba como Martinenc. Según Zubeldia, Ocaña estuvo falto de autoridad y escamoteó un penalti en el área malacitana. Fernández de Burgos en Ideal dice que fue un partido muy feo y que ganó el que jugó de modo más práctico.

Los Cármenes estuvo abarrotado de personal. Vinieron más de dos mil malagueños y durante el partido reinó el buen ambiente. A su finalización parece ser que unos mozalbetes descontrolados lanzaron alguna pedrada contra el autobús forastero, lo que provocó una protesta formal ante la Federación de la directiva malacitanista y la apertura de un expediente informativo que finalmente quedó en nada.

Victoria sobre el Castellón que da nuevamente el liderato
La derrota en casa ante el Malacitano hizo al Granada perder el liderato, pero pronto se recuperó el optimismo porque las siguientes ocho jornadas significaron cinco victorias y tres empates, y el equipo fue alternativamente siempre líder o segundo, es decir, en todo momento ocupó ya hasta el final del campeonato puesto de liguilla de ascenso.La lucha por los dos puestos de liguilla (no había este año ascensos directos) fue a partir de ese momento exclusivamente cosa de dos, Granada y Castellón, y con un tercero en discordia a poca distancia, el Gerona. 

Así, cuando a primeros de febrero nos visita el Castellón, la oportunidad para abrir brecha es única. Y no se deja pasar porque el Granada vence 3-0 en un sensacional partido en Los Cármenes que lo deja líder en solitario y a cuatro puntos de los de La Plana cuando sólo faltan por jugarse cuatro jornadas.
El pequeño gran Trompi
El triunfo ante el Castellón lo consiguieron: Floro; Millán, González; Maside, Bonet, Sosa; Guijarro, Trompi, Cholín, Bachiller y Liz. Es el once de gala de esta temporada. Éstos más el míster Victoriano Santos y los suplentes Benítez y Lolo Martínez, se concentraron desde tres días antes del partido en una fonda de la calle Real de la Alhambra, de donde bajaron para ir directos a Los Cármenes el domingo 2 de febrero de 1941.

En una fría y lluviosa tarde invernal y con el campo nuevamente a reventar, el Granada ofreció un gran espectáculo a sus seguidores. El trío que formaba la media granadinista fue lo mejor, pero los más floridos párrafos en las crónicas los merecieron el cerebral Bachiller y, sobre todo, Trompi, más artista que de costumbre, que ofreció una de aquellas sobresalientes tardes suyas para la antología del mejor fútbol que se había visto en Granada. “Z” (Zubeldia) dice de él en Patria: «Con él [con Bachiller], haciendo pareja, la movilidad y alegría del juego de Trompi. Juego técnico también, pero con la gracia del maestro que crea una cosa personal e inimitable. Con bullanguería que grita y alborota al sonido monorrítmico de sus pisadas y el toque preciso de pases inverosímiles». Trompi, además de entusiasmar al granadinismo con sus fintas y regates y con sus precisos pases, fue autor del primero de los goles al filo del descanso, Cholín y Liz completaron el tanteo en la segunda mitad.
Otro cromo de la colección de Almacenes Losada, ahora sobre el Granada 3 Castellón 0
Empate en Gerona
Si trascendental era el partido frente al Castellón, una semana después tocaba visitar al tercer clasificado, el Gerona, a cinco puntos de los nuestros. De traerse algo positivo prácticamente quedaría certificada la clasificación para liguilla pues sólo faltarían por disputarse seis puntos de los tres partidos pendientes para completar el calendario. Y así fue. El Granada se trajo un empate a un gol del Vista Alegre gerundense y dejó casi sentenciada su participación en liguilla.

Años atrás, concretamente en 1934, nuestro equipo, el Recreativo Granada que merecería de Escartín el apelativo de “Once Fantasma”, por primera vez en su historia salía de los confines andaluces para disputar un partido oficial y se desplazaba, como en esta ocasión, a Gerona. En 1934 se perseguía un ascenso a Segunda División y también se arrancó un empate (2-2), y además el regreso a Granada de la expedición recreativista dio lugar a otro hito histórico que era la primera vez que ocurría, el de la celebración callejera de un éxito (aunque bien modesto fuera) conseguido en tierras forasteras. Cientos de hinchas encabezados por la banda de música del Ave María llevaron a hombros en triunfo a los futbolistas desde la estación de Andaluces hasta la sede del club, por entonces en un bar de la calle Sierpe Alta (hoy plaza de Isabel la Católica). No ocurrió lo mismo en este febrero de 1941 pese a que ya se intuía un posible ascenso a Primera, porque, aparte de que se podría decir que la hinchada rojiblanca estaba bastante más curtida y había perdido la “inocencia”, la hora de regreso, una de la madrugada ya del miércoles 12, más la lluvia y el mucho frío, no invitaban precisamente a lanzarse a la intemperie invernal granadina, por lo que apenas se concentraron unos pocos hinchas.
El 9 de febrero de 1941 en Gerona este once rojiblanco consiguió empatar a un gol. Guijarro, Maside, Sosa, Bonet, Bachiller, Cholín, Liz y Floro; agachados: Trompi, González y Millán
Tropiezo en Sevilla
Después del empate en Gerona tocaba jugar otra vez fuera, en el campo del Betis. En un Heliópolis convertido en una laguna tocó caer derrotado 3-0, los tres del ariete bético Paquirri. Llevaba el Granada sin perder desde el último partido de la primera vuelta, cuando el Malacitano se llevó los dos puntos de Los Cármenes, pero la derrota no supuso perder el liderato aunque sí dejar reducida la distancia sobre el Castellón a un único punto. En Sevilla, según las crónicas granadinas (no las sevillanas) gran parte de la culpa de la derrota la tuvo el árbitro Eguino, sevillano, viejo conocido de la afición recreativista que ya lo sufrió en un partido frente al Sevilla en el Regional de 1935. Eguino concedió un gol en offside, anuló al Granada el tanto que hubiera supuesto el empate por no aplicar la ley de la ventaja, y encima expulsó a Millán.

Clasificado para liguilla de ascenso a falta de una jornada
En la penúltima jornada, en Los Cármenes, el Granada apaliza 8-0 al débil Badalona, farolillo rojo junto con el Córdoba, ambos muy descolgados. Con esa victoria el Granada se clasificó matemáticamente para liguilla de ascenso una jornada antes de terminar la liga.

Que no hubo color lo certifica el dato de que ya al descanso se llegó con el resultado de 7-0. Lo curioso fue que toda la segunda parte se desarrolló entre una casi generalizada pita de la afición hacia los rojiblancos por entender que no se empleaban a fondo y que debían marcar más goles. Fueron apenas dos mil los hinchas que acudieron a este encuentro, pero como no paró de llover este 23 de febrero, es de suponer que resultaba mucho más fácil chiflar que aplaudir, que para lo primero no hay que soltar el paraguas.

Trámite en Málaga
Después del palizón al Badalona sólo quedaba visitar al Malacitano para terminar la liga regular. Como el Granada tenía asegurado acabar al menos segundo, a Málaga viajó con un equipo entero de reservas a excepción de Maside y Guijarro. En el campo de Baños del Carmen, en un atípico y descafeinado derbi entre eternos rivales, en medio de un peloteo insulso (un término muy de la época), aburrieron malagueños y granadinos, que nada se jugaban, si acaso los nuestros el honor de acabar como campeón del grupo, posición que no otorgaba ventaja material alguna sobre el segundo clasificado.

La derrota (3-0) del Granada y la victoria del Castellón determinaron que en la última jornada acabaran los nuestros en el segundo puesto, a un punto del Castellón. Ambos junto a R. Sociedad y Coruña, primero y segundo del grupo 1º, empezarían a disputar al siguiente domingo la liguilla de ascenso a Primera; los dos primeros clasificados en la liguilla ascenderían sin más trámite, y los que acabaran tercero y cuarto todavía gozarían de una última oportunidad en promoción a partido único en campo neutral frente a los dos últimos clasificados de Primera División (Zaragoza y Murcia).
Millán, Floro y González, trío defensivo menos goleado de 1ª y 2ª, ya empezaban a sonar
Equipo menos goleado
Una vez jugados todos los partidos de primera y segunda, resulta que el Granada es el equipo menos goleado de ambas categorías, sólo 21 goles ha encajado el trío Floro, Millán, González, que ya empieza a ser conocido y cotizado en toda España. En 1955 volverá el Granada a conseguir este honorífico galardón.

Se muda el Pilar del Toro
En el ámbito de la vida cotidiana de Granada lo que más destaca es que la ciudad está inmersa en una constante labor de reforma y embellecimiento de su centro urbano, todo obedeciendo al plan diseñado por su alcalde Gallego Burín. Una de sus características es que varios de sus monumentos y fuentes públicas cambian de sitio y pasan a ubicarse en espacios distintos a los que llevaban ocupando, en algunos casos, desde siglos atrás. La fuente de los Gigantones recientemente se había mudado desde el paseo de la Bomba hasta plaza Bib-Rambla, desplazando a su vez al monumento a Fray Luis de Granada a la plaza de Santo Domingo, también objeto de reforma. Poco tiempo después le tocará el turno a la Fuente de las Batallas, del Salón al Embovedado. Y también al pilar conocido como Fuente Nueva que desde su emplazamiento en la calle (más bien camino) de su nombre pasará a ocupar el sitio en el que sigue en la actualidad, al principio de la cuesta del Realejo. También por estos años se mudó desde el cementerio hasta la plaza de los Tiros la columna monumento al actor Máiquez.
Miranda hace un juego de palabras a propósito de la mudanza del Pilar del Toro
En octubre de 1940 le toca mudarse al pilar del Toro (o de los Almizcleros, que ése fue su nombre antiguamente), obra que algunos autores atribuyen a Berruguete pero que es de discípulos de Diego de Siloé, según Gómez Moreno en su guía de 1892. La magnífica fuente monumental abandonará en breve el lugar que desde el siglo XVI ocupa en la calle Elvira, en la esquina de la desembocadura de Calderería Nueva, para situarse en la plaza de Santa Ana, que acaba de ser remozada plantando cipreses en su lateral cercano a la iglesia del mismo nombre, donde se han construido dos escalinatas laterales para salvar el desnivel con el inicio del barrio de la Churra. Justo delante de la casa natal del alcalde se ubicará el pilar del Toro, lugar donde lucirá bastante mejor y que sigue ocupando en la actualidad.

Relevo en la alcaldía
El 19 de octubre de 1940, simultáneamente a la ofrenda de una corona de flores ante la tumba provisional de José Antonio Primo de Rivera, en El Escorial, del Reichsführer Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS de visita oficial en España, hay relevo en la alcaldía granadina. El camarada Antonio Gallego Burín es ascendido a gobernador civil de la provincia, así que cesa como alcalde, cargo que ocupaba desde 1938, y es relevado por el primer teniente de alcalde, camarada Rafael Acosta Inglott, catedrático en nuestra Universidad de Derecho Romano.

Convertido en primera autoridad provincial, sustituirá al camarada Esteban Samaniego Rodríguez, que llevaba en el cargo desde 1937. «La Falange de España ni rehúye responsabilidades, ni mengua sus ambiciones ante la dificultad», dice Gallego en el discurso que sigue a su toma de posesión. A los pocos días, la corporación municipal, a propuesta de Ricardo Martín campos, presidente del Granada CF, acuerda por unanimidad que una de las nuevas calles que se abran en la Manigua lleve el nombre del alcalde saliente.
El nuevo alcalde, Rafael Acosta Inglott, sentado, firma la contratación de un crédito para financiar las reformas urbanas; a su derecha, de pie, el gobernador civil y alcalde anterior, Antonio Gallego Burín, y a su izquierda el director del Banco de Crédito Local. Casi cortado, a la derecha de la imagen, aparece sonriente el presidente del Granada CF, Ricardo Martín Campos, por entonces concejal
También se muda el reloj de Puerta Real
Al mismo tiempo, con obras comenzadas a finales de junio, se sigue adelante con la demolición de la Manigua. Una de las casas expropiadas en Puerta Real y que habrá que derribar para la apertura de una nueva calle que la conecte con el Campillo Alto y con el Realejo a través de la cuesta del Progreso, es muy popular porque en su fachada hay un reloj de buen tamaño, publicidad de la joyería Regente, que ocupa los bajos de dicha casa, y su función principal es regular el horario de los tranvías, comenta el diario Patria. Este reloj decide adquirirlo la corporación que preside Rafael Acosta Inglott en una de sus primeras decisiones, para que no se destruya y sea trasladado al alto Albaicín, donde no hay ningún cronómetro oficial y el sonido del reloj de la Catedral no llega.

Se barajaron distintos emplazamientos: en la plaza Larga, en la recién abierta calle Pagés, en el cuartel de la Guardia Civil en las Cuatro Esquinas, en el Salvador... Finalmente quedó instalado en la torre de la iglesia del Salvador (donde todavía hoy puede verse, siempre parado en las 8), destruida en 1936 y que está a su vez siendo reconstruida.
Antes y después del reloj del Salvador. Ahora luce siempre parado en las 8
Cita histórica
La expedición granadinista que en febrero acababa de conseguir un empate en el campo del Gerona fue testigo de excepción de un hecho histórico aunque sus integrantes no fueran conscientes de ello ya que era secreto lo que presenciaron.

Cuando los rojiblancos se disponían a tomar el tren que desde Gerona les devolviera a Granada el lunes siguiente al partido, 10 de febrero de 1941, en la estación gerundense hacía su entrada otro tren, pero éste era muy especial. Franco en persona y gorro isabelino, acompañado del cuñadísimo Serrano Súñer, flamante ministro de Exteriores, y de su amplio séquito viajaba en ese tren camino de Italia. Así, en la primera página en que Patria de 13 de febrero de 1941 publica varias fotos del recibimiento a los rojiblancos que vienen triunfantes de tierras catalanas, se informa también del histórico encuentro del Caudillo de España con el Duce de Italia en Bordighera, en la Riviera italiana. Era febrero de 1941 y las cosas bélicas no iban demasiado bien para los transalpinos, recién vapuleados en los Balcanes y el norte de África, que de alguna manera querían cobrarse su ayuda a Franco en la guerra española. Era la segunda (y la última) salida fuera de España del general en todo su reinado, desde que cuatro meses antes, en octubre, viajara a Hendaya («a cierto lugar de Francia», comentó en su día la prensa), para verse con su otro socio, Hitler, y tratar parecidas cuestiones.

De lo que hablaron los dos viejos colegas nada trascendió, como era de esperar, pero de aquella reunión en Bordighera, como antes ocurriera con la de Hendaya, no salió una España nuevamente embarcada en un conflicto bélico, porque antes que nada había que solucionar el muy serio problema de los suministros, de los que apenas tenía España para unos pocos días.

sábado, 19 de noviembre de 2016

LA CARTERA DE FLORO

     Domingo 8 de septiembre de 1940, amistoso de pretemporada, Granada 7 Imperial de Murcia 0.Mesa, Guijarro, Bonet, Marqués, Valencia, Cepillo, Liz, Bachiller, Gárate, Millán y González

Buen comienzo
La liga 1940-41 empieza bien para el Granada. En su primer partido, en el último domingo de septiembre, se trae los dos puntos de su visita a Jerez (2-3). En el estadio Domecq, sin una brizna de hierba, jugaron: Floro; González, Benítez; Maside, Bonet, Fernández; Mesa, Trompi, Marqués, Bachiller y Liz. Trompi, recién licenciado del ejército, había vuelto a Granada tan sólo dos días antes del viaje a Jerez, por lo que no había hecho pretemporada de ninguna clase ni había entrenado junto a sus compañeros, pero eso no fue inconveniente para ser alineado y conseguir uno de los tres goles granadinistas. Marqués y Mesa anotaron los otros dos. De esta primera alineación pronto Benítez dará paso a Millán en la defensa, Cepillo y después Sosa sustituirán a Fernández en la media, y en la delantera Guijarro y Gárate sustituirán a Mesa, y Cholín, que se incorporará en dos meses, será el relevo de Marqués.

                No tuvo continuidad esta primera victoria y en el debut en Los Cármenes, al domingo siguiente, el Cartagena se llevó un empate a un gol en un pésimo partido rojiblanco en el que el árbitro Laso enervó a la numerosa parroquia con sus errores, provocando incidentes de la hinchada. El Granada fue multado con 1.000 ptas. por el Comité de Competición por el comportamiento agresivo del público hacia árbitro y jugadores contrarios, insultados y apedreados, y el delegado de campo, Luis Sánchez Urrutia, quedó inhabilitado para el desempeño de su cargo.

     José Zubeldia en el centro de la fotografía junto a sus compañeros de la redacción de Patria

Agresión a Zubeldia
La vendetta por lo del año pasado en Córdoba, campo donde se perdió toda posibilidad de ascenso, llega en la jornada tres. En el campo de Las Américas el Granada se impone 1-3 al Racing de Córdoba y queda estupendamente clasificado de forma que en todo lo que falta de liga nunca va a estar por debajo del tercer puesto que pasa a ocupar a raíz de esta victoria.
                Igual que en la temporada anterior, nuevamente en Córdoba fue la expedición granadinista objeto de todo tipo de hostilidades. El más perjudicado resultó el redactor del diario Patria, José Zubeldia, agredido por un energúmeno en las gradas del campo cordobés y detenido junto a su agresor por defenderse de éste.


      Floro recibe de González la cartera regalo de un aficionado. Maside contempla la escena

Floro agraciado
La temporada pasada se caracterizó por la estrecha lucha por el liderato entre el Granada (el Recreativo) y el Cádiz. Este año, al menos al comienzo de la competición, lleva visos de ser una segunda edición de lo mismo, y así, cuando en la jornada seis nos visita el Cádiz marcha éste como líder del grupo segundo y sus cinco partidos ya disputados han sido otras tantas victorias. Pero con Los Cármenes a reventar, igual que el año anterior, el Granada acabó con la imbatibilidad gaditana y venció por igual tanteo que en la 39-40, 2-1.
La anécdota vino de un aficionado taurino de nombre Blas Monsalve que, según propia confesión, era el primer partido de fútbol que veía en su vida. Entusiasmado por el gran espectáculo que pudo presenciar compró una cara cartera de piel sobre la que encargó un dibujo al óleo en el que se veía un toro cabeceando un balón y con la leyenda “No es incompatible” (ambos espectáculos, toros y fútbol); acto seguido la remitió al club para premiar al jugador granadinista al que correspondiera por suerte. Efectuado el sorteo días después, la estupenda cartera fue a parar a manos de Floro.

 Maside, González, Trompi, Gárate, Cholín, Bachiller y Liz; con Cepillo, Bonet, Vidal y Millán, vestidos de blanco se impusieron en Los Cármenes 1-0 al Gerona, gol del debutante Cholín

Debut de Cholín
En la jornada ocho el Granada vestido de blanco entero, salvo el negro de las medias, derrota al Gerona en Los Cármenes en un partido en el que se produce un doble debut. Curiosamente los dos nuevos son paisanos, Gárate y Cholín, ambos guipuzcoanos de Tolosa. Gárate, fichado a principio de temporada, no había podido ser alineado hasta ese momento, al ser por fin perdonado por su pasado “rojo”, y se hizo con la titularidad en el extremo derecho reemplazando a Pirulo, pero fue un fichaje que no cuajó y posteriormente Guijarro recuperó su puesto. Por su parte, Cholín debuta de la mejor manera, marcando de sensacional cabezazo el único gol por el que los puntos se quedan en Granada y aúpan al equipo al segundo puesto. A partir de ese momento sólo se perderá Cholín los partidos en que no pueda alinearse por problemas físicos, y sus quince goles lo convertirán en el máximo anotador de la temporada y pieza clave para el ascenso de categoría.
La nota negativa de este partido fue la grave lesión del canterano Cepillo, que venía actuando con regularidad y a gran nivel en la media. A los veinte minutos tuvo que retirarse y ya no pudo volver a ser utilizado en todo lo que quedaba de temporada, y tendrá que pasar algo más de un año para volver a verlo de rojiblanco, aunque ya sólo se alineará en algún amistoso de la temporada siguiente. El menisco hecho trizas de Cepillo seguramente tuvo la culpa de que se frustrara una prometedora carrera como la de este granadino.

          Cromo de la colección de Almacenes Losada sobre el Granada 1 Gerona 0

El Granada líder efímero
El viaje a Badalona de la jornada diez dejó la anécdota que cuenta “A.” en la sección Mundillo Deportivo del diario Patria. Resulta que en la estación madrileña y por un despiste o una negligencia, el equipaje  granadinista con las equipaciones se quedaba en el andén mientras el tren con toda la expedición rojiblanca echaba a andar camino de Barcelona. Menos mal que Manolo Ibáñez, a la sazón masajista y encargado de material del equipo, se percató y se bajó del tren en marcha para hacerse cargo de los bultos. Manolo Ibáñez tuvo que viajar en otro tren solo y al fiado, y la llegada a su destino se produjo faltando escasamente una hora para el partido. Aparte de esa anécdota, fue un viaje triunfal porque el Granada se trajo los dos puntos de tierras catalanas y además accedió por primera vez esta temporada al liderato, aunque compartido con el Castellón y a dos puntos del tercero, el Cádiz.
La victoria en Badalona pudo ser seguida por la hinchada granadinista gracias a un sistema de altavoces patrocinado por Patria e instalado en los locales de la agencia de publicidad Alas Azules, ubicada en la casa donde estuvo hasta hace pocos años la confitería La Bernina. A partir de este primero de diciembre ya cada vez que el Granada actúe como visitante serán habituales los grupos más o menos grandes de hinchas granadinistas concentrados las tardes de domingo en la plaza del Carmen a la espera de noticias sobre el once de sus amores.

La agencia de publicidad Alas Azules por megafonía y pizarras escritas a mano informa de  la
victoria granadinista en Badalona que coloca líder al equipo
         
Fielatos
En la crónica ciudadana hay que referirse una vez más a las privaciones características de aquellos terribles años que tuvo que padecer la población, y también al estraperlo, consecuencia directa de la escasez. En Granada de comer hay muy poco cuando está empezando la década de los cuarenta. En los pueblos no se sufren tanto las hambres porque el que más y el que menos se defiende autoabasteciéndose cultivando un marjalillo (2ª entrada del DRAE para la palabra marjal: «(Del ár. hisp. márǧa’, medida agraria). 1. m. Medida agraria equivalente a 100 estadales granadinos o 5 áreas y 25 centiáreas.»), recogiendo lo que la tierra produce –decíamos- o criando unas gallinas u otros ganados, o bien con la escopeta y lo que la naturaleza ofrezca. También poniendo en práctica el ancestral comercio del trueque.
                En la capital ya es otro cantar… de tripas. Y el tránsito de mercancías de los pueblos a la misma Graná da también lugar a otro tipo de estraperlo a menor escala y bastante menos lucrativo.
El cateto que de su pueblo parte para la capital llevando el conejo, el pollo, los huevos, el jamón, los chorizos o lo que sea, con objeto de venderlos y hacer así algún negocio, lo primero que procurará será introducirlos de matute, es decir, eludiendo los fielatos, esa especie de puestos aduaneros situados a la entrada de Granada cualquiera que sea la ruta elegida. En esas casetillas o garitas reinan los odiados consumeros, empleados del municipio con carta blanca para introducir el arma que esgrimen, un pincho, y hurgar en todo tipo de bultos sospechosos que transporten los viajeros que quieren acceder a la capital ya sea andando, en caballería, en coche o en tranvía. Al que descubren le exigen allí mismo el pago del Impuesto sobre Consumos, una exacción municipal cuya cuantía depende del género de que se trate y de la cantidad, y que grava los productos para el consumo (especialmente los de alimentación) que procedentes de un  municipio se llevan a otro para comerciar con ellos, vigente en todas las ciudades y pueblos españoles desde mediados del siglo XIX. Si no se atiende ipso facto el pago exigido, la consecuencia es la requisa de los géneros.
Si desde la implantación de este impuesto era una práctica cotidiana intentar colar las mercancías sin pagar, en estos años se convierte en auténtico deporte nacional. El chiste de Miranda, de 4 de septiembre de 1940, es ilustrativo.



Huérfanos
 A mediados de septiembre de 1940 se está preparando la salida de la Virgen de las Angustias en procesión, prevista para el último domingo de ese mes, como es tradicional.
                Este año estrenará un manto bordado por las monjas dominicas valorado en 50.000 ptas., regalo de ex combatientes, en el que se han bordado 535 estrellas de seis puntas que simbolizan los alféreces provisionales granadinos caídos por Dios y por España. Es una prenda llena de motivos castrenses y «símbolos del Alzamiento y del espíritu imperial que anima a España», se puede leer en la prensa.

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La casa Agreda en la cuesta de Santa Inés


                Justo debajo de la noticia anterior y en fuerte contraste con ella Ideal incluye un reportaje en el que se da cuenta de la compra por la Asociación Granadina de Caridad de la casa de Agreda, en la cuesta de Santa Inés, para dedicarla a orfelinato de niñas. En Granada se calcula que hay en estos momentos cerca de mil niños huérfanos o hijos de presos políticos que no tienen más posibilidades de supervivencia que las que les procure la caridad pública. Son, claro está, los hijos de los perdedores de la guerra.
                La asociación que lleva a cabo esta iniciativa, de carácter municipal y presidida por el alcalde, se financia principalmente con el llamado “Sello de Caridad”, que viene a ser un suplemento voluntario que se cobra sobre el precio que hay que abonar en los espectáculos (también en el fútbol) y en los bares y cafés, y que, como el impuesto sobre los consumos, casi todos eluden su pago.



Un titular que da qué pensar
En Granada se están organizando unos actos del Gay Saber, informa en letras grandes la prensa granadina.
Atónitos habíamos quedado al leer así, de sopetón, este titular en un periódico español de 1940. De primeras habíamos imaginado cosas muy alejadas de lo que en realidad contenía la información de los diarios locales. Pero aparte de que por entonces la palabra gay no significaba lo mismo que ahora, nada tenía que ver lo que se estaba organizando con lo que Lorca llamó “el amor oscuro”, que en aquellos años de exaltación de las recias y viriles virtudes de la raza, la sola sospecha de alguna desviación del recto camino en la sexualidad podía costar muy caro al señalado. Además, como no habíamos leído a Nietzsche (“La gaya scienza” o el gay saber o el alegre saber o la alegre ciencia, todo eso), también habíamos pensado equivocadamente que podría ser algo muy distinto lo que se organizaba.



 Seguimos sin leer a Nietzsche, pero un simple vistazo a Wikipedia o a cualquiera de las muchísimas web que tratan de la cuestión nos da oportunidad de conocer que, simplificando, una de las ideas fundamentales desarrolladas por el filósofo alemán bajo el título de gay saber  o gaya ciencia es «la muerte de Dios como acontecimiento histórico» y la reivindicación del ateísmo (del nihilismo) para alcanzar la libertad y la independencia perdidas por culpa del cristianismo. Nuevamente volvíamos a quedar atónitos: ¿era una reunión de peligrosos librepensadores o masones lo que se preparaba en pleno imperio del más rancio nacionalcatolicismoporelimperiohaciadiós?                      
Pero nada de banderas arco iris ni tenidas ni misas negras o u otras hierbas disolventes, que tampoco las hubiera permitido la autoridad. En realidad lo que se preparaba no era otra cosa que unos juegos florales, un certamen de poesía «al estilo provenzal» usando el término gay saber (del occitano) en otra acepción que significa arte poético y que también desconocíamos. Se trataba de una velada con mucha flor y heraldos y trompeteros empelucados, un acto de gente bien a celebrar en el teatro Cervantes a mediados de octubre, organizado por la asociación de antiguos alumnos escolapios y al que acudió lo más granado de la sociedad granadina (lo que no deja de ser una redundancia) en traje de etiqueta, incluidos gobernadores civil y militar y alcalde. El triunfador fue el poeta local José Gómez Sánchez-Reina, y en la sesión se leyeron poesías tituladas tal que: “Alcázar”, “Canto azul”, “Bajo tu amparo” (dedicada al Caudillo) y otras por el estilo.                     
 

miércoles, 26 de octubre de 2016

DE RECREATIVO A GRANADA CF

De Recreativo Granada a Granada CF, y del azul al rojo (perdón ,encarnado)


Cambio de nombre y de escudo
El hito histórico más importante de la temporada 40-41 se produce en agosto de 1940 y no es otro que el cambio de nombre oficial del club, que abandona el término Recreativo (¿era adjetivo o era sustantivo?) para adoptar la denominación Granada Club de Fútbol. La modificación del nombre del club implicó así mismo la de su emblema, su escudo, del que, respetando su forma de bala y su diseño, el color azul trocó en rojo y la gran “R” de su cuartel inferior, encima del fruto del granado, fue sustituida por las siglas “CF” entrecruzadas, tal como es en la actualidad. Del club Recreativo Español que fundaron los primos Amigo-Vico allá por mediados de la década de los alegres veinte hacía muchos años que no quedaba nada más que la palabra Recreativo, porque ya ni siquiera los colores blanquiazules eran oficialmente los de nuestro equipo desde la temporada anterior.
El cambio de denominación se produce en unos momentos en que, en plena exaltación del nacionalismo hispano, se impone hablar la lengua del imperio y han quedado proscritas en la vida cotidiana y también en el deporte todas las palabras adoptadas de lenguas extranjeras. Otras entidades deportivas han hecho desaparecer términos que llevaban largos años usando, así por ejemplo, el Athletic será a partir de ahora el Atlético de Bilbao y el Racing se llamará R. Santander CF. No obstante, no parece que esa directriz esté muy justificada en el caso del Recreativo, palabra que siempre fue y es cien por cien castellana. Por otro lado, tampoco consta que la desaparición de la palabra Recreativo y la adopción del nombre de nuestra ciudad obedeciese a una petición popular. No lo sabemos a ciencia cierta y la prensa de la época no aclara nada, así que hay que entender que la decisión del cambio de nombre fue algo que se hizo sólo por iniciativa de la directiva de entonces y más concretamente de su presidente, Ricardo Martín Campos, de quien –suponemos- que quizás pudo pasar por su mente la idea de hacer desaparecer así cualquier vestigio que asociara (o recordara aun indirectamente) el club que presidía a la República. De cualquier modo, la prensa venía nombrando al equipo ya desde la temporada anterior como “C.R. Granada” (o Granada, sin más), restringiendo cada vez más el uso de la palabra Recreativo.
A pesar del cambio, en los primeros momentos no acababa de estar muy clara la nueva denominación para la prensa forastera, por lo que es frecuente encontrar comentarios periodísticos de estos finales de 1940 en los que nombran a nuestro equipo como Granada FC. Incluso más de un año después, cuando el Granada milite ya en Primera y sea noticia nacional, será frecuente ver que en la prensa madrileña se le sigue conociendo como Recreativo de Granada.

Por fin llega el cemento a los escalones de General

Cemento en General
Los Cármenes estrena cemento en la grada de General. El campo, como sabemos, empezó a utilizarse en diciembre de 1934 faltándole gran parte de las obras necesarias, y por esa razón la ceremonia de su inauguración oficial fue posponiéndose indefinidamente de manera que nunca llegó a convertirse en realidad dicho acto solemne. Una de las deficiencias, consecuencia de la falta de remate de las obras y que afectaba a las clases menos pudientes, las que pueblan la grada de General, era la de tener que asistir a los partidos del Recreativo chapoteando en el puro barro en no pocos encuentros. Por fin en el verano de 1940 se llevan a cabo las obras necesarias para que el cemento sea una realidad también en los escalones de la grada más popular. De camino, se añaden dos filas más en la de Tribuna y ésta se acerca al terreno de juego. Pero estas obras iniciadas en verano no podrán terminarse del todo por falta de monetario, así que una parte de la grada seguirá de tierra. A lo largo de la temporada se recurrirá en algún partido a cargar a los socios con suplementos de dos pesetas pro instalaciones deportivas.

 Aumento de cuotas
Los socios de número ven aumentadas sus cuotas mensuales que permanecían inamovibles desde 1932: los socios de Tribuna pasan de pagar 10 ptas. a 14 (8 la media para señoras y niños); y los de Preferencia pasarán de 5 a 7 ptas. (4 la media). En General no hay socios.
                Los socios de número, con pago de cuotas mensuales, eran por entonces los verdaderos socios y dueños de la entidad. Junto a ellos los estatutos contemplaban otras modalidades de socios: protectores, honorarios, infantiles, eventuales, que también formaban parte de la sociedad pero que tenían sus derechos limitados dentro de ella porque los únicos que tenían voz y voto en las asambleas y que podían ser directivos eran los de número. En la primera redacción que se dio a los estatutos y en su reforma de 1932 eran contemplados los socios protectores como una especie de simpatizantes que no eran socios en realidad pero colaboraban con el club generosamente y se diferenciaban de los de número en que no pagaban una cuota mensual sino que sus aportaciones lo eran a título de liberalidad y a discreción, y además para adquirir tal condición de socio protector debían ser nombrados expresamente por la junta directiva.

Socios protectores en el “tendido de los sastres” versión Miranda

                Sin embargo, andando el tiempo, cuando sea la práctica normal pagar toda la cuota de una vez al empezar la temporada para adquirir la condición de socio y disponer del carné con el que acceder al campo, ante la falta de una figura específica en los estatutos del club en la que encajar esta modalidad de socio, todos serán considerados socios protectores, desapareciendo de hecho los socios de número.

Nueva plantilla
El 23 de agosto de 1940 empiezan los entrenamientos para afrontar un nuevo campeonato de liga en Segunda División. Para la temporada 40-41, a punto de echar a andar, se ha modificado una vez más la categoría de plata y por primera vez estará formada por sólo dos grupos, I y II, o Norte y Sur, de doce conjuntos cada uno. Los dos primeros de cada grupo lucharán en liguilla por dar el salto a la máxima categoría, y de los cuatro ascenderán primero y segundo clasificados en esa liguilla. Todo viene propiciado por la prevista ampliación de la Primera División, que de doce clubes pasará a estar integrada por 14, de manera que los dos últimos de primera no bajarán directamente esta temporada y tendrán una segunda oportunidad en promoción contra 3º y 4º de la liguilla de ascenso.

Amistoso de pretemporada en Los Cármenes: Sosa, Maside, Bonet, Bachiller, González, Liz, Marqués y Millán; con Gárate, Trompi y Floro

 
El entrenador contratado desde antes de finalizar la temporada anterior se estrena en el cargo, es el medio recreativista recién retirado del fútbol activo a sus 34 años Victoriano Santos, al que una serie de lesiones lo han tenido apartado del equipo titular y sólo ha disputado un total de once encuentros. A sus órdenes se presentan los fichajes: Conde, medio que viene del Hércules y antes del Valencia (que no podrá jugar hasta mediada la temporada siguiente); Melenchón,  defensa que había jugado en el Valencia; Vidal, portero que jugó en el Madrid que dirigido por Lipo Hertza ganó su primera liga en 1932; y Guijarro, también conocido en el mundo del fútbol como Pirulo, extremo derecho que había jugado en el Valencia y antes en el Atlético de Madrid. Todos ellos tienen en común el haberse fogueado suficientemente en Primera División y también su veteranía; todos superan los treinta de edad y salvo Pirulo (del que se dice que lleva cuatro años inactivo por una lesión) van a ser muy poco utilizados.

Fichajes para la 40-41: Conde, Melenchón, Vidal, Guijarro y Benítez en cromos

Pronto se les unirán más veteranos: el duro defensa Antonio Benítez, del Sevilla, al que llaman “la mejor izquierda de Andalucía”, de sobras conocido por el recreativismo ya que antes de la guerra militó en un sinfín de equipos rivales del Recreativo y con frecuencia mereció la reprobación de los plumillas granadinos de la época, en especial de Martinenc, que en una ocasión lo llamó “mendruguero del fútbol”, en un calificativo que hacía extensivo a sus dos o tres hermanos también futbolistas, por su excesiva dureza y sus marrullerías; otro veterano que se incorpora es Bonet, excelente medio centro que viene del Madrid y que sí que va a ser titular y básico en la exitosa temporada que se avecina.
Más jóvenes son otros de los nuevos: Bachiller, científico interior izquierda nacido en Buenos Aires y que venía del Atlético Aviación campeón de la primera liga tras la guerra; y Liz, extremo izquierdo del Cádiz. Bachiller y Liz formarán una de las mejores alas izquierdas de toda la historia granadinista y también serán fundamentales en el ascenso con que concluirá la 40-41.  
Otros fichajes fueron: Marqués, delantero centro del Alicante; Martínez, otro delantero centro;  y un extremo derecho de Tolosa, Benito Gárate. Los tres eran jóvenes de menos de 22 años y ninguno será titular.

 Marqués, Martínez y Gárate, más fichajes de la 40-41

A mediados de noviembre, con la liga ya en la jornada ocho, tendremos fichaje bomba y se incorporará el gran Cholín, internacional que lo fue en la Olimpiada de Amsterdam 1928, otro veterano pero que resultará un sensacional refuerzo y con sus goles será determinante para el ascenso a Primera. En el momento de su fichaje contaba con 33 años y ya se había desligado de su club de siempre, R. Sociedad, y estaba retirado y se dedicaba a entrenar al equipo de su tierra, el Tolosa. Cholín nada más llegar declaró a la prensa que venía para quedarse para toda su vida. Y casi fue así. Este extraordinario ariete conectará muy bien con nuestro club y con nuestra ciudad, donde echará raíces. Jugará ésta y la siguiente temporada, y después ocupará el banquillo granadinista en más de cien partidos oficiales, de modo que sólo es superado en la clasificación histórica por Joseíto y Lucas Alcaraz, y aún a día de hoy sigue siendo el entrenador rojiblanco que más partidos de Segunda División dirigió al Granada.  
Como se ve, se ha producido una gran renovación de la plantilla del año pasado y en el equipo titular sólo quedarán de la anterior temporada el trío defensivo, Floro, Millán y González, con Maside en la media y Trompi en la delantera.

 Cholín venía a quedarse “para siempre”

Futbolistas depurados
Miles de españoles sufrieron en propias carnes la aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas que dictó el nacionalsindicalismo tras la Guerra Civil para depurar a todo aquel que fuera sospechoso de desafección al nuevo régimen o que hubiera pertenecido a alguna organización de izquierdas. Era ésta una forma de revanchismo que afectó sobre todo a los funcionarios públicos y a los profesionales liberales, pero los futbolistas tampoco se libraron de una legislación que dejaba sin medios para ganarse la vida al que resultaba señalado por el dedo represor. En la plantilla del Granada Trompi, por haber servido en el ejército republicano durante la guerra en su Madrid natal, tuvo que cumplir después de la contienda el servicio militar, si bien pudo alinearse sin problemas toda esta temporada al ser licenciado. Por su parte Gárate y Melenchón, recién fichados, no pudieron ser utilizados hasta bien entrada la liga. Y Conde, veterano ex valencianista y oficial republicano durante la guerra, otro recién fichado, tuvo que esperar el perdón de su pasado “rojo” hasta la segunda vuelta de la temporada siguiente, esto es, enero de 1942.

Había estallado “la paz”
Leyendo la prensa de la época, sobre todo la del periodo veraniego, se diría que en Granada no pasa nada en 1940. La vida transcurre en medio de una calma total. Hay gran escasez de casi todo lo más necesario, consecuencia directa de estar recién salidos de la desastrosa Guerra Civil, que además de terminar con la vida de cientos de miles de compatriotas y mandar a otros cuantos cientos de miles al exilio o la cárcel, dejó un país arruinado y empobrecido tras tres años en el que los campos no produjeron y las industrias se dedicaron preferentemente al esfuerzo de la guerra y no a la creación de riqueza, todo agravado porque otra guerra de mucha mayor envergadura acaba de empezar y aunque –afortunadamente- ésta no se libra en tierras españolas sí que afecta a la vida ciudadana de forma indirecta. Pero en Granada no ocurre nada. Al menos esa es la impresión que puede sacarse de un rápido vistazo a la amordazada prensa, que sólo pone énfasis en las mil y una celebraciones religiosas de todo tipo y actos de exaltación patriótica cuando aborda la información más cercana, la de andar por casa.

Cartel propagandístico de posguerra

Pero sí que ocurrían cosas. Cosas que estaba prohibido siquiera nombrarlas. Había llegado la paz, había terminado la guerra generalizada, pero no para todo el mundo. Puede que la vida transcurriera plácidamente en la capital, todo lo plácidamente que permitieran unos estómagos vacíos y unos intestinos en serenata continua, pero en la provincia no había tanta paz. Así sabemos que ya por este 1940 unos cuantos escapados al monte traían en jaque a las fuerzas de orden público. Eran los huidos, los maquis, los bandoleros para la prensa de la época las pocas veces que daba cuenta de su existencia, muchos de ellos echados al monte como única alternativa porque de lo contrario estaban en juego su vida o su libertad. Ahí están los nombres de “Yatero”, “el Niño de la Inés” o “el Capacho”, jefes de partidas rebeldes que actuaban por la provincia y cuyas actividades silencia la prensa, y ya también por estas calendas de 1940 empezaban sus andanzas los hermanos Quero, la partida más numerosa, llamados a convertirse en años venideros en todo un mito de la guerrilla antifranquista y en pesadilla de las autoridades del régimen, y que no limitaban sus acciones a las serranías sino que actuaron también en la misma Granada capital.
                Tampoco informa la prensa de la represión generalizada contra todo lo que oliera aun de lejos a rojo o desafecto al nuevo régimen, y esto no ocurría en las montañas de la provincia o en pueblos lejanos, sino que se desarrollaba en la misma Granada. No se habla nada de la represión que significaban las depuraciones de todo tipo por las que se separaba a las personas de sus profesiones u oficios y medios de ganarse la vida por el simple hecho de haber militado en partidos de izquierda. Y mucho menos se informa de los juicios sumarísimos y los fusilamientos que continuaban en las tapias del cementerio de San José a pesar de haber terminado la guerra hacía más de un año. Sabemos por estudios de historiadores que entre 1939 y hasta bien entrados los años cincuenta se calcula que murieron fusilados en ese lugar más de mil personas.

La escasez, el estraperlo y las cartillas de racionamiento
Consecuencia directa de los tres años de guerra y de la disparatada autarquía que los vencedores impusieron como modelo económico nacional a su término, fue la gran escasez de productos de consumo diario que tuvo que padecer la población. Sólo un mes después del fin de la guerra un decreto dispuso el racionamiento de productos básicos alimenticios y de primera necesidad, intervenidos por las autoridades, que fijaban oficialmente la cantidad que de ellos (carne, aceite, pan, arroz, lentejas, jabón, tabaco, etc.) una familia podía consumir y el precio al que podían venderse. Aparecieron así las cartillas de racionamiento, al principio una por familia y años después de carácter individual, especie de libreta con cupones extraíbles que había que entregar al tendero para su sellado o inutilización junto con el precio de lo adquirido. Pero, por un lado, la irregularidad en la distribución y, por otro, lo exiguo de la cantidad y calidad de los productos, trajeron como resultado que la población literalmente se muriera de hambre y miseria (se calcula que en estos atroces años del hambre fallecieron por inanición o por enfermedades relacionadas con la malnutrición unos 200.000 españoles).
                La autarquía y el racionamiento trajeron de la mano también otro fenómeno muy propio de aquellos tristes años, el estraperlo, o sea, el mercado negro, casi el único medio para poder adquirir carne, pan blanco, leche o huevos, pero claro, a precios de artículos de lujo, por lo que sólo se beneficiaban de este irregular mercado de tapadillo las clases pudientes mientras que el pueblo llano veía así agravadas sus penurias o tenía que recurrir a los más variados sucedáneos, pero con escaso resultado a la hora de aliviar su hambruna.

 La fábrica de harinas El Capitán en la actualidad, sobre el cauce de la acequia Gorda del Genil

Las autoridades en teoría perseguían el estraperlo. En los periódicos de la época es frecuente toparse con noticias que informan de procedimientos incoados por la Jefatura Provincial de Abastecimientos y Transportes contra quienes intentaban burlar las normas que regían el racionamiento de lo más necesario y escaso. Pero la realidad era que los poderes nacionalsindicalistas eran incapaces de abastecer a la población, así que en muchos casos se optó por la tolerancia y por hacer la vista gorda ante el estraperlo, y de esa forma sabemos de determinados personajes a los que su camisa azul les procuraba bula gubernativa para actuar a sus anchas y reunir grandes capitales en aquellos años de gran corrupción a todos los niveles.           
                De vez en cuando es posible leer en la prensa (también escasea el papel y a menudo los dos periódicos granadinos constan de sólo cuatro páginas, un único pliego de dos hojas) la adopción de medidas ejemplarizantes contra los estraperlistas. Como tal se puede considerar el consejo de guerra en septiembre de 1940 contra el apoderado y varios empleados administrativos de la fábrica de harinas El Capitán, cuyo edificio al final de la calle San Antón todavía se conserva transformado en colegio público. Su delito es considerado rebelión y entiende de su enjuiciamiento la jurisdicción militar. Fue bastante comentado en la ciudad y se le dio amplia publicidad. Los encausados vendían clandestinamente (y se forraban de paso) y a mucho mayor precio del establecido por las autoridades, parte de lo producido en la fábrica, un artículo sometido a estricto racionamiento. Lo así vendido fuera del control administrativo iba destinado al mercado negro. En la noticia merece destacarse el alegato del fiscal, en el que dice que el estraperlo es un delito contra el nuevo Estado que sigue en gravedad a los cometidos por los asesinos rojos, y los que lo practican son culpables de que se pueda intentar atribuir a nuestro Glorioso Alzamiento el papel de restaurador de injustos privilegios.