EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 20 de septiembre de 2021

EN EL LIMBO

 

 

Entrega al gobernador Fontana de un pergamino con el nombramiento como presidente honorario del Granada CF

 

Pergamino para el gobernador Fontana, presidente de honor

A continuación de la victoria sobre el Tarragona de la jornada 17 de la 46-47, mediados de enero, hubo una semana de descanso al paralizarse las competiciones de primera y segunda porque la selección, dirigida por Hernández Coronado, acudía a Lisboa en disputa de un amistoso (que, por cierto, perdería España, cosa que era la primera vez que ocurría). Sólo había en Granada programada como actividad futbolera para el domingo 26 de enero sendos partidos en Los Cármenes de equipos modestos de la llamada tercera categoría local, pero tuvieron que ser suspendidos porque nuevamente volvió a nevar sin que diera tiempo material a retirar la espesa capa de nieve sobre el terreno de juego.

            La inactividad fue aprovechada para en un acto íntimo, sin apenas invitados, hacer entrega al gobernador Fontana de un pergamino con su nombramiento como presidente de honor del Granada CF, obra del artista Rafael de la Torre. Recordemos que tal distinción, la presidencia honoraria, ya le había sido otorgada en julio de 1945 por la directiva en funciones en unos momentos en los que existían serias dudas sobre la continuidad de nuestro equipo, recién descendido de primera y sin un duro ni nadie que quisiera el sillón de presidente; la decidida ayuda de Fontana, también económica, salvó la situación al menos temporalmente. Contestó el homenajeado diciendo que él era un amante del deporte de una forma genérica, pero que desde que estaba en Granada se había recrudecido su amor por el fútbol, de manera que antes llevaba varios años sin acudir a un estadio mientras que ahora era cada vez más asiduo a los partidos del equipo rojiblanco.

 

Mayor victoria de la temporada ante el colista Santander

            Una vez reanudada la liga, la jornada siguiente, la 18, era nuevamente en Los Cármenes. En la anterior nos visitaba el líder, pero ahora el rival era justamente del otro extremo de la tabla, el colista Santander (nada de Rácing), farolillo rojo casi desde la primera jornada pero que estaba empezando a reaccionar y que casi logró escapar de un descenso cantado que finalmente no pudo evitar perdiendo la categoría en promoción. No obstante, el Granada consiguió su más holgada victoria de toda la temporada: 4-0. Pero los plumillas granadinos dicen que el marcador es engañoso y que no merecieron los cántabros tanto margen de derrota ya que a falta de veinte minutos perdían por un solo gol y hasta ese momento no estuvo nada clara la victoria local, además los montañeses encajaron dos goles en los dos últimos minutos.

Fernández de Burgos en Ideal dice que la causa de la mala clasificación de los visitantes es por su débil cobertura, y añade: «Suárez es un defensa mediocre…»; se trata de Ricardo Suárez, quien diez años después jugará en el Granada y será pieza clave en el eje de la defensa de aquel equipo rojiblanco que ascendió por segunda vez a primera en 1957; durante su estancia granadina recibirá Suárez encendidos elogios del propio Fernández de Burgos. El mismo periodista hace elogios de la línea media forastera y en especial de Felipe, otro futuro granadinista aunque de una temporada antes que Suárez y que en Granada no jugó tanto como el defensa vasco ni su rendimiento de rojiblanco es equiparable, aunque ambos recalaron en Los Cármenes ya bastante veteranos; de Felipe dice que es un jugador completísimo en defensa y en ataque.

Las dos victorias consecutivas, ante Tarragona y Santander, sirvieron para distanciar ya a cinco puntos los puestos de descenso y para acercarse a tres del de promoción de ascenso.


A Granada vino ya veterano el defensa Suárez nueve años después

Nuevo escardón, ahora en Zaragoza

Como si de una mala tradición se tratara, la siguiente salida del Granada, ahora ya para jugar la jornada 19, en Zaragoza, supuso una nueva goleada en contra (6-0). Para más inri, el escardón llegó ante uno de los equipos de la zona baja, tercero por la cola (que finalmente descenderá como vicecolista) y, según las crónicas, ocurrió lo mismo que en las dos goleadas de las dos salidas anteriores, que a una primera parte jugada por el Granada al menos de forma aceptable, siguió una segunda en la que el equipo estuvo desaparecido del terreno de juego, desmoralizado y roto. La derrota fue abultada, pero al menos no afectó a la clasificación ya que el Granada siguió ocupando el puesto séptimo y apenas disminuyó la distancia por arriba y por abajo.

De los seis goles encajados en Torrero, tres llevaron la firma de aquel delantero, Mariano de nombre, natural de Beas de Segura, Jaén, que había sido ofrecido al Granada años atrás y al cual no se quiso fichar y sí lo hizo por el At. Aviación; al terminar la presente temporada el Sevilla pagará una buena suma para hacerse con el tal Mariano.

 

El Alcoyano se lleva el positivo

La jornada 20 tocaba de nuevo enfrentarse a un gallito, el Alcoyano, que en esos momentos iba a la estela del Tarragona pero que acabaría proclamándose campeón de segunda y ascendiendo de forma directa. La directiva decidió señalarlo como día del club.

En un partido malo por el estado impracticable del terreno de Los Cármenes, achocolatado por completo pues en Granada como en gran parte del territorio nacional no paraba de llover desde hacía dos semanas, los rojiblancos empataron a dos goles con el Alcoyano, que se llevó así el único positivo con que contábamos desde hacía varias jornadas. La temporada del Granada no se puede decir que fuera buena, pero al menos estaba sacando con victoria todos sus compromisos caseros (menos el primero, contra el Córdoba), hasta que la visita del Alcoyano puso fin a esa buena racha y sin positivos ni negativos nos quedamos.

Según Seudónimo en La Prensa, el Granada equivocó el planteamiento y se empeñó en jugar por el centro a base de pases cortos en lugar de buscar los extremos y el punterazo rápido, porque el estado del terreno imponía jugar de esa forma. Por su parte, Fernández de Burgos dice que el Granada habría ganado si no fuera por la desastrosa actuación del guardameta Casafont, responsable de los dos goles encajados. El Granada continuó ocupando la plaza séptima de la tabla, con cuatro puntos sobre la promoción de descenso y a cinco de la de ascenso.

 

Amistosos en parón liguero. Aplazado el R. Sociedad-Granada

Después de empatar contra el Alcoyano hubo unas mini vacaciones de dos semanas, periodo en el que se suspendió la liga en primera y segunda para preparar un partido internacional amistoso contra Irlanda que habría de jugarse en Dublín el 2 de marzo. El Granada compareció en Antequera el domingo 23 de febrero para disputar un amistoso al equipo local (de tercera) que dirigía Luis Marín y se impuso 1-4. Y como la inactividad era larga, se contrató otro amistoso contra el Córdoba en Los Cármenes, a beneficio de la Cruz Roja, para el mismo día del partido de la selección.

Como curiosidad, en la misma página de Ideal de 28 de febrero de 1947 en la que se anuncia el amistoso contra el Córdoba, en la sección Carné Mundano, apartado Movimiento Demográfico, viene como recién nacido Fernando Barrachina Polo [sic] (es un error, su segundo apellido era Plo); acababa de venir al mundo uno de los pocos futbolistas granadinos que alcanzaron la internacionalidad absoluta, pero para eso faltaban lógicamente más de veinte años.


 Errazquin y Casafont (y Amorós) en sus tiempos de jugadores del Melilla

El invierno de 1947 fue uno de los más lluviosos del siglo. El domingo día 2 de marzo seguía lloviendo a mares y esto obligó a suspender el amistoso contra el Córdoba que se había fijado para tal día porque el terreno de Los Cármenes era un barrizal y esa misma tarde estaba previsto jugar la final provincial de la Copa de España Aficionados entre los equipos granadinos Numancia y Cultural, por no ser posible su aplazamiento. En su lugar se cerró otro amistoso, éste frente al Melilla, de tercera, para el miércoles 5 de marzo.

El Melilla estaba en esos momentos disputando lo que se llamaba fase intermedia de ascenso a segunda, que jugaban los equipos mejor clasificados de los distintos grupos de tercera para después afrontar la fase final con ascenso para los vencedores. Iba bien clasificado, pero no pudo dar el salto a segunda. En esos momentos venía de empatar sin goles en Elche y como tenía que jugar un nuevo partido de competición como visitante, en Cádiz, se quedó por estas tierras en lugar de volver a Melilla. El equipo lo entrenaba Gaspar Rubio y en sus filas contaba con otro viejo conocido, Maside, y además venía con otro más, no viejo sino futuro conocido, Errazquin, eterno defensa del Melilla de aquellos años.

Por fin se celebró el amistoso a beneficio de la clínica y dispensario de la Cruz Roja el miércoles 5 de marzo de 1947, en una tarde muy lluviosa que hizo que el público asistente fuera muy escaso y con Los Cármenes con mucha agua y barro. En el Granada jugó a prueba un medio de apellido Navarro que no gustó. Arbitró el ex recreativista del Once Fantasma Morales. El resultado fue de empate a dos y la copa que había en juego, donada por el Ayuntamiento, fue entregada al capitán melillense Errazquin.

Al día siguiente muy de mañana tenía previsto salir la expedición granadinista con destino San Sebastián, al reanudarse la liga tras dos semanas de parón. Pero las persistentes lluvias (la pertinaz inundación) lo impidieron ya que la vía férrea estaba cortada a la altura de Aranjuez al desbordarse el Tajo, y tampoco se podía viajar por carretera por el mismo motivo. De esta forma el partido de la jornada 21 quedó aplazado para mejor fecha con el visto bueno de la Federación, y la afición granadinista estuvo tres semanas seguidas sin ver fútbol de competición. Días después la Federación fijó el miércoles 19 de marzo, San José, fiesta en todo el territorio nacional, como fecha para la disputa del R. Sociedad-Granada aplazado.

 

Suma y sigue casero ante el Betis

Pero antes de viajar a San Sebastián se reanudó la liga para el Granada con el partido de la jornada 22, en la que tocaba la visita del Betis el domingo 16 de marzo de 1947. En la semana previa llegó a Granada con casi un año de retraso con respecto a las principales ciudades españolas, novedad de novedades, la quiniela de fútbol y ya a partir de este momento se podía en nuestra ciudad efectuar los pronósticos en las correspondientes oficinas.

El Betis cayó derrotado 3-0 pero, como fue norma toda la temporada, la victoria no llegó de forma brillante a pesar del marcador final, y los nuestros ofrecieron un partido bastante malo y pecaron una vez más de falta de entusiasmo. Seudónimo en su crónica para La Prensa dice que el Granada jugó un partido calamitoso, de desastre estrepitoso y ruidoso fracaso, y en las gradas, cada vez menos pobladas, estalló esta vez una gran protesta. Hasta bien entrada la segunda parte, minuto 73, cuando Sosa marcó el primero de colocado cañonazo en un golpe franco, reinó el empate a cero en el marcador, y fue en ese escaso cuarto de hora final cuando sucedió lo único destacable del partido. Fernández de Burgos en Ideal sólo salva a Mas. La victoria sirvió para subir un puesto en la clasificación, el sexto, pero ya con pocas opciones de dar alcance al puesto de promoción de ascenso, el tercero, distanciado a cuatro puntos cuando sólo faltaban cuatro jornadas para el final (para el Granada cinco).


El Granada en el campo de Atocha, donde obtendría un positivo. De pie: Casafont, Galvany, Mas, Millán, Parra, Sosa y Morales; agachados: González, Trompi, Sierra y Mendi

Un positivo en la batalla de Atocha y derrota en Mallorca

Los jugadores rojiblancos habían acudido a Los Cármenes para jugar contra el Betis con el equipaje ya dispuesto para viajar porque esa misma tarde-noche salieron rumbo a la Bella Easo al objeto de jugar el miércoles su partido de la jornada 21, aplazado desde el 9 de marzo por culpa de la pertinaz inundación. La R. Sociedad había presentado una protesta formal ante la Federación por verse obligados a jugar tres partidos en ocho días, pero de nada sirvió. Si se quejaban los vascos, con más razón podría haberlo hecho el Granada dado que los mismos partidos tenía que jugar en una semana, pero agravado porque, de esos tres, dos eran bien lejos, de modo que a continuación del partido en San Sebastián no volverían los rojiblancos a Granada, sino que de allí seguirían camino hasta Mallorca, su siguiente compromiso liguero ya en la jornada 23.

El equipo de la Real Sociedad de Benito Díaz (que ha pasado a la historia de nuestro fútbol como el primero que en España practicó la WM, obviando que cuatro años antes el Granada de Esteban Platko ya la ensayó) ya esta misma temporada venía poniendo en práctica ese sistema en sus partidos, pero en la previa informa la prensa que tiene la baja de Ontoria, su mejor delantero, y por esa razón, en su partido frente al Granada no utilizará la WM. En lugar de Ontoria debutará un joven de 20 años que aunque es guipuzcoano ha llegado cedido por el Sevilla y su nombre es Arregui; se trata de Ángel María Arregui, que tiempo después jugará muchas temporadas en el Jaén de sus mejores años (dos ascensos y tres temporadas en primera) y pasará a la historia del club vecino como el mejor delantero de todas sus épocas; en Jaén una calle lleva su nombre.

En San Sebastián el Granada recuperó el punto positivo que había perdido desde la visita del Alcoyano cuatro jornadas antes. Empate a un gol fue el resultado de este partido entre semana, un botín de mucho mérito teniendo en cuenta que los donostiarras iban muy bien clasificados y acabaron ascendiendo a primera en promoción frente al Murcia. No obstante, costó dios y ayuda hacerse con el punto en un encuentro plagado de incidentes, y los locales quedaron muy disgustados y le echaron la culpa al de negro del traspiés. Hasta una nota de protesta elevó el club donostiarra a la Federación por la actuación del árbitro.

«La ineptitud o el parcialismo de un árbitro ponen en peligro a la Real Sociedad», se puede leer en primera página de El Diario Vasco, titular que en grandes letras se repite en páginas interiores en la sección de deportes. «Sólo atropellándolos injustamente pudo arrebatárseles un punto a los realistas», es el subtítulo. Todo lo firma el redactor Iturrioz, y lo que más llama la atención es que no viene crónica propiamente dicha del evento, es decir, no aparece un comentario en el que se destaquen las jugadas más interesantes o mejores y además vengan los goles y las alineaciones. El tal Iturrioz está que trina y dedica cuatro amplias columnas para insertar sendas cartas abiertas. En la primera, dirigida al presidente de la Federación Nacional de Fútbol, se queja de que no se atendiera la reclamación anterior del club para evitar que se le fijaran tres partidos en una semana, y para más inri, uno de ellos ante un equipo «de reconocida dureza como el Granada». Continúa con sus diatribas poniendo de hoja de perejil al trencilla, culpándolo de los graves incidentes que se produjeron en Atocha. Y termina con algo así como una velada amenaza de posible retirada del club vasco de la competición.

La segunda de las cartas abiertas va dirigida a Álvarez Santullano, el árbitro del encuentro, y comienza: «Inexplicable señor:». Lo que viene a continuación es fácil de imaginar siendo quizás el calificativo más suave que le dedica el periodista al referí el de medroso. Insiste Iturrioz mucho, eso sí, en la educación y saber estar del público donostiarra, sacado de sus casillas por el de negro, pero lo cierto fue que en este partido hubo repetidas invasiones del campo y a los rojiblancos les tiraron desde las gradas los más variados objetos, aunque no eran precisamente regalos de cortesía, según contaron los rojiblancos a su vuelta.

Nos imaginamos al tal Iturrioz, hincha vehemente y furioso txuri urdín donde los haya, rojo, morado de ira, escribiendo todo lo que publica El Diario Vasco. En otro apartado distinto, el mismo plumilla pone en labios de Millán, en la previa al choque y en conversación con alguien ajeno al partido, que a ellos (al Granada) la puntuación les daba igual, pero que tenían prometido un regalo del Alcoyano (en lucha estrecha con los vascos por los primeros puestos y siguiente rival) de mil pesetas por barba si ganaban o quinientas si empataban, o sea una prima a terceros, y utiliza el periodista este argumento para afirmar que los rojiblancos dieron leña a troche y moche con el consentimiento de Santullano, faltaría más.


 Una acción de Galvany ante la puerta realista

Por su parte Porriño, que firma la crónica del partido para otro diario donostiarra, La Voz de España, también arremete contra el referí y afirma también que el Granada jugó primado por el Alcoyano, y que fueron los rojiblancos los que iniciaron las violencias: «Yo he visto cómo González machacaba el tobillo indefenso de Urra», esto escrito en negrita y en mayúsculas puede leerse en la crónica del tal Porriño; el jugador realista Urra debió abandonar el terreno al comienzo de la segunda mitad a raíz de esta jugada para reingresar mermado un cuarto de hora más tarde.

El árbitro Álvarez Santullano anuló dos goles a los locales, el primero fue un remate del debutante Arregui que sacó desde dentro de la portería González (luego más que de gol anulado habría que hablar de gol fantasma), y el segundo también de Arregui por fuera de juego inexistente, siempre según la crónica.

Al menos, algún caso hicieron los federativos de la gran pataleta donostiarra ya que días después el Comité de Competición de la Federación inició un expediente informativo acerca de la actuación de Álvarez Santullano del que salió éste sancionado por un mes sin actuar, pero de lo que no se libraron los blanquiazules fue de una multa de 500 pesetas por el gran escándalo formado en Atocha.

En cuanto al partido en sí, parece ser que hubo mucha más tensión que juego. Se adelantó el Granada por medio de Mendi y faltando sólo tres minutos para el final consiguieron empatar los locales.

De San Sebastián a Mallorca vía Zaragoza fue el periplo del Granada para disputar la jornada 23, pero de El Fortín balear no pudieron traerse nada los rojiblancos, que fueron derrotados 3-0 (0-0 al descanso) en un partido sin mucha historia y en el que faltó González, lesionado en Atocha. El Granada, con el positivo arrancado en San Sebastián, siguió clasificado en sexto lugar y con todo ya prácticamente decidido puesto que sólo faltaban tres jornadas por disputarse y le separaban cinco puntos tanto por arriba como por abajo de los puestos que llevan a cambiar de categoría.

Hasta el día 26 de marzo no volvieron los expedicionarios, que contaron que, tras los tres partidos, en la segunda parte en Mallorca se desfondaron y no pudieron hacer gran cosa. Y sobre los de San Sebastián cuentan y no paran que las hostilidades quienes las rompieron fueron los locales, muy nerviosos porque el Granada estaba siendo superior y pudo adelantarse, y en la segunda parte, ante un gran partido de Casafont, Millán y González, y al ir por debajo en el marcador, jugadores donostiarras y público perdieron por completo los estribos y el campo fue invadido en reiteradas ocasiones; en una de ellas Millán fue agredido por un energúmeno del público y el árbitro quedó cercado por una multitud y también cobró; dicen asimismo que desde las gradas les llovieron infinidad de proyectiles: piedras, botellas, paraguas, hasta zapatos y sillas; en el último minuto del partido, ya con el empate, se sacó un córner contra la portería de Casafont y en el área había un grupo numeroso de espectadores intentando rematar… y más cosas por el estilo.


Gol anulado a la Real Sociedad

El Levante nos mete en negativos y en tierra de nadie

El siguiente partido, 31 de marzo, Domingo de Ramos, jornada 24 y antepenúltima, fue en Los Cármenes, con la visita del Levante, equipo como el Granada de la zona media de la tabla. Poco duró el positivo conquistado con sangre, sudor y lágrimas en San Sebastián ya que el resultado fue una derrota 1-2 en un nuevo partido pésimo de los rojiblancos, según las crónicas de los diarios locales. Seudónimo en La Prensa dice que el Granada es un equipo viejo, roto y malo, y debe seguir el ejemplo del Levante, que ha relegado a la suplencia a sus veteranos y ha renovado casi por completo su equipo con jóvenes que ponen bastante más entusiasmo que los que se dicen a sí mismos fenómenos y luego no dan una, y aunque esta vez no salva a ni uno solo de los rojiblancos, arremete a continuación contra el delantero centro Morales, diana preferida de sus dardos contra este equipo apático y sin fútbol a pesar de que fue el autor del único tanto granadinista. Fernández de Burgos en Ideal coincide en el comentario de que a este equipo le hace falta una profunda renovación de efectivos. La anécdota del partido fue la lesión del guardameta Casafont que hubo de retirarse y durante un cuarto de hora ocupó su lugar Galvany, quien no estuvo mal como improvisado portero.

El Granada, con un negativo recién estrenado, perdió un puesto en la clasificación, bajando al séptimo, pero a salvo matemático de cualquier contingencia por abajo y también sin poder ya alcanzar a los tres primeros pues ya sólo faltaban por disputarse las dos últimas jornadas.

 

 

CALLEJEANDO

 

Foto del lugar donde fue asesinado el coronel Miláns del Bosch


Asesinato de Milán del Bosch

            A comienzos de 1947, el 8 de enero, tuvo lugar otro de esos sucesos que dejan helada a la ciudadanía y centran todos los temas de conversación. En primera página de Ideal puede leerse la noticia de que unos atracadores han asesinado al coronel de Ingenieros Joaquín Miláns del Bosch y del Pino, jefe de la Comandancia de Fortificaciones y Obras de la IX Región Militar. Según la misma noticia, cuando regresaba de Güéjar-Sierra en su coche particular y acompañado de su chófer, el vehículo fue interceptado en mitad de la carretera por unos desconocidos armados que le exigieron el pago de una cantidad de dinero, y como no pudiera atender las exigencias de los asaltantes fue asesinado de dos disparos y su cuerpo abandonado a poca distancia del lugar del asalto.

            La noticia de Ideal no aclara quiénes eran los asaltantes, dato que era desconocido en esos momentos, pero se trataba de una nueva actuación de la guerrilla en Granada después de varios meses de inactividad. Como en otras ocasiones, en primera instancia el asesinato se atribuyó a los Quero, pero la partida de los famosos hermanos estaba a estas alturas en cuadro y casi desmantelada por completo, y ya sólo quedaba uno de los hermanos, Antonio. La de Yatero por su parte hacía algún tiempo que no daba señales de vida y este mismo año quedará disuelta y sus integrantes pasarán a Francia. Y es que había varias partidas más de maquis, aunque no sonaran tanto, como la de los Clares, que fue la responsable del asalto y muerte del coronel Miláns del Bosch. El fallecido era miembro de una saga ilustre de militares catalanes, primo de Jaime Miláns del Bosch, uno de los principales implicados en la intentona de golpe de estado del 23-F 1981, e hijo de Joaquín León Miláns del Bosch, gobernador civil de Barcelona durante la Dictadura de Primo de Rivera, que se significó por la represión de todo lo que sonara a catalanismo y que fue asesinado por las milicias republicanas en los primeros días de la Guerra Civil.

            Según las numerosas obras sobre la guerrilla granadina, la partida de los Clares, autora del asesinato de Miláns del Bosch, la lideraba Rafael Castillo Clares y en ella se integró tiempo después un hermano suyo, Félix, junto a otros pocos más, todos vecinos de Güéjar-Sierra y de ideología libertaria. Andando el tiempo llegó a reunir una treintena de efectivos y se mantuvo activa hasta 1949. Su ámbito de actuación fue preferentemente las cercanías serranas de Güéjar. Según Julio Aróstegui y Jorge Marco en su obra El Último Frente, los Clares se habían integrado en la llamada Agrupación Guerrillera de Granada y formando parte de ella llevaron a cabo el secuestro del coronel Miláns del Bosch, por el que pidieron 150.000 pesetas de rescate, a lo que accedió el capitán general de la IX Región, pero cuando iba a realizarse el canje detectaron los guerrilleros la presencia de la Benemérita y asesinaron al militar, huyendo a continuación.

            La Agrupación Guerrillera de Granada se había creado en 1946 y fue un intento del Partido Comunista de España desde el exilio de aglutinar a las dispersas partidas de maquis de toda la provincia y organizarlas bajo el mando del partido, cosa que se consiguió sólo a medias. La agrupación amplió más tarde, a finales de 1947, su ámbito de actuación y pasó a llamarse Agrupación Guerrillera Granada-Málaga, coincidiendo con la llegada a nuestra provincia de Roberto, alias de Juan José Muñoz Lozano, quien impuso una estricta disciplina militar en el grupo a la que finalmente no habrían estado dispuestos a someterse los Clares y otras partidas guerrilleras anarquistas, que seguirán actuando por libre. En varias de las obras que tratan sobre el maquis andaluz se afirma que en 1948 los componentes que quedaban de la partida de los Clares se convirtieron en contrapartida, es decir, se entregaron a las autoridades para ayudar en la aniquilación de la AGGM. El motivo de ese cambio de chaqueta habría sido que la AGGM había invadido su territorio, o sea, había asaltado el cuartel de la Guardia Civil de Güéjar-Sierra sin contar para nada con los Clares. La colaboración con las fuerzas del orden quedaría rota en 1949, cuando volvieron a echarse al monte hasta su total desaparición ese mismo año al ser abatidos los que quedaban.


Entierro de Miláns del Bosch

             El día 10 de enero y tras un funeral en la iglesia de San Matías salió el cadáver de Miláns del Bosch camino de Madrid, donde fue inhumado de forma provisional (su destino final era Vitoria, en el panteón de su familia) en un funeral que presidió Muñoz Grandes, capitán general de la I Región Militar, y al que acudieron otros generales como García Valiño, Kindelán y Moscardó.

            Dos meses después, el 11 de marzo de 1947, el mismo día que por la mañana tomaba posesión de la sede el nuevo arzobispo, Santos Olivera, en un acto solemne y multitudinario en plena plaza Bib-Rambla, Ideal informa de la muerte en Güéjar-Sierra, de tres bandoleros que habían participado en el asesinato del coronel Miláns del Bosch. Se trataba de el Porras, el Pardo y el Montilla, de los que dice que eran componentes, encubridores y enlaces de las partidas del Clares y del Sevilla. Fueron abatidos por la Guardia Civil. Y a los pocos días, en un escueto recuadro en primera página, se informa de la detención de trece enlaces y cómplices de las partidas del Clares y del Sevilla, sin dar más detalles, noticia que se repite el 25 de marzo de 1947, pero ahora los detenidos son 27.

 

Asesinato de Indalecio Romero de la Cruz

Todavía estaba muy reciente el trágico suceso del crimen del coronel Miláns del Bosch cuando un nuevo asesinato se apropió de las portadas de los dos diarios granadinos estremeciendo a toda la población. El industrial Indalecio Romero de la Cruz fue asesinado la noche del 21 de febrero de 1947 a las puertas de su domicilio en el Carmen del Sagrado Corazón, en la calle Carril de San Cecilio número 14. Según Ideal, el fallecido en unión de su esposa llegaba a su casa en su coche cuando fueron asaltados pistola en mano por dos personas que los esperaban y que exigieron que el coche retrocediera, y como no fueron obedecidos la emprendieron a tiros contra Romero quien a pesar de ser rápidamente trasladado al vecino Hospital Militar, ingresó ya cadáver. En Ideal y Patria de 23 de febrero se publicó la esquela por la muerte del industrial ocupando por completo una página.

Indalecio Romero junto con su hermano Inocencio eran industriales del ramo de la construcción como propietarios de la fábrica de cemento Centauro, en Atarfe. Ambos eran muy conocidos en la ciudad y habían sido directivos del Granada CF en la primera época del club, en tiempos de la República. Los dos hermanos habían participado también en política en aquellos años republicanos militando en el partido derechista Acción Popular y habían sido concejales del ayuntamiento granadino.


Recorte de Ideal sobre el asesinato de Indalecio Romero de la Cruz

Todas las autoridades, incluido el capitán general de la IX Región Militar, y toda Granada asistieron al entierro, que se llevó a cabo el domingo 23 de febrero subiendo por los bosques de la Alhambra. Dos días después y también con presencia de todas las autoridades, tuvo lugar un funeral en la Catedral organizado por las fuerzas vivas de Granada, informan Ideal y Patria, y todo el comercio, oficinas, bares, cafeterías e industria locales permanecieron cerrados hasta las tres de la tarde.

Como venía siendo habitual en este tipo de sucesos, nada se dice en los diarios acerca de quién o quiénes podrían haber sido los autores del crimen, pero era vox pópuli que el suceso había que apuntarlo en el debe de la banda de los Quero. Muertos tres de los cuatro hermanos Quero que la lideraron: José en noviembre de 1944, Pedro en julio de 1945 y Francisco en marzo de 1946, ya sólo quedaba Antonio, y desde hacía casi un año no habían vuelto a dar que hablar estos albaicineros rebeldes. Así hasta febrero de 1947 en el que Antonio y dos más de los suyos (una mujer y otro) salieron de su largo silencio intentando el secuestro del industrial Romero, a quien ya habían atracado en 1944 en el mismo lugar, para pedir por su rescate una cantidad de dinero con la que financiarse, tal como ya habían hecho en ocasiones anteriores. Pero el secuestro salió torcido porque la esposa del industrial, que acompañaba a éste, se puso a gritar y en la confusión hubo disparos y dos de ellos alcanzaron de lleno a Romero de la Cruz, por lo que los asaltantes huyeron sin obtener nada, según se puede leer en las numerosas obras que sobre la guerrilla y los Quero hay disponibles. En esas mismas obras se dice que por primera vez resultaba muerto alguien en una acción llevada a cabo por la banda de los Quero sin que esto se debiera a motivos de estricta defensa propia, lo que trajo como consecuencia que la partida perdiera entre el pueblo llano gran parte de aquel halo de bandoleros románticos que en sus buenos años le acompañó, y con ello muchos apoyos sociales con los que antes habían contado.

Estaba muy reciente el asesinato del coronel de ingenieros Miláns del Bosch, atribuida falsamente a los Quero, y esta segunda muerte, de un hombre tan popular como Indalecio Romero, persona de derechas pero que no se había significado en ninguna labor represora, fue ya una gota que vino a colmar el vaso así que, como consecuencia inmediata, vino a los pocos días expresamente desde Madrid a Granada el director general de Seguridad, Francisco Rodríguez Martínez, y con él se desplazó un grupo especializado de la Brigada Político-Social que estrecharon aún más el cerco sobre lo que quedaba de la mítica partida de los hermanos Quero. El efecto inmediato fue que en la prensa diaria comenzaron a aparecer a menudo noticias acerca de la detención y muerte en enfrentamientos con las fuerzas del orden de numerosos bandoleros por toda la provincia.


Indalecio Romero de la Cruz


Carmen Polo en Granada

            Acompañada de su hija, Carmen Franco, la esposa del Caudillo hizo una visita relámpago a Granada el lunes 7 de abril de 1942, una vez terminada la Semana Santa que había pasado en Málaga la pareja, donde presidió Carmen Polo el partido de segunda división entre el equipo local y el Tarragona, que ganaron los primeros por el tanteo de 5-3, sin trascendencia para la clasificación puesto que el equipo catalán había ya ascendido matemáticamente a primera. Lo imprevisto de la visita (de la que no dicen nada los periódicos de días anteriores) seguramente pillaría por sorpresa a algún joyero desprevenido, sin darle tiempo a inventarse una excusa para echar el cierre a su establecimiento.

A Riofrío, no a comer truchas sino a recibir a las que venían de Málaga por ser el límite entre las dos provincias, se desplazó el gobernador Fontana para conducirlas al Parador de San Francisco donde quedaron hospedadas y les esperaba un buen almuerzo en el que estuvieron también presentes alcalde y capitán general.

Después de la siesta giró visita a la Virgen de las Angustias, siendo cumplimentada por José Fernández Arcoya, párroco de la basílica quien por bula pontificia del mes de julio del año anterior había sido nombrado prelado doméstico del Papa Pío XII, lo que le daba derecho a usar el fajín de obispo y recibir el trato de monseñor. Tras orar ante la patrona, siguió doña Carmen y su séquito su visita turística acudiendo a la Capilla Real, y de ahí a la Alhambra, acompañada del arquitecto conservador Francisco Prieto Moreno. Por la noche hubo cena de gala en el hotel Alhambra Palace, con asistencia de todas las autoridades, y después fiesta típica andaluza en la Casa de los Tiros.


Carmen Polo e hija de visita en Granada

Al día siguiente continuó temprano la visita turística. Después de misa en las Angustias, visita al Monasterio de La Cartuja, San Jerónimo y San Juan de Dios y rápido vistazo a los niños internados en la clínica San Rafael. Aún le dio tiempo a personarse en Casa Valdivia, un taller de costura y encaje en Plaza Nueva, donde se demoró y adquirió varias piezas. Y tras almorzar en el Parador salió por la tarde con todo su séquito camino de Madrid, siendo acompañada hasta el puerto del Carretero (límite con la provincia de Jaén) por el gobernador civil Fontana.

            Otras personalidades del Régimen estuvieron de visita en Granada en esa misma semana, pero su estancia obedecía a motivos propios de los cargos que detentaban, no eran visitas de placer. Así el 9 de abril visitó Granada José Antonio Elola Easo, en esos momentos delegado nacional del Frente de Juventudes de Falange, quien visitó el Estadio de la Juventud y las obras que se llevaban a cabo en esos momentos en sus inmediaciones, de construcción de una residencia universitaria, y después visitó el que fuera coristado de Santo Domingo, recientemente convertido en Hogar del Flecha, en la plaza de los Campos.

Al día siguiente, 10 de abril, la visita fue del ministro de Agricultura, Carlos Rein Segura, quien se dirigió a Láchar a inspeccionar los trabajos allí realizados de parcelación de una gran finca rústica, así como las obras de nuevas viviendas construidas, y de ahí se trasladó al Centro de Fermentación de Tabacos.

Otra personalidad del régimen que estuvo unos días fue el director general de Ferrocarriles, José María García-Lomas, quien estuvo departiendo con Gallego Burín sobre la remodelación de la estación de Andaluces y es de suponer que tratarían también sobre el siempre postergado ferrocarril a Motril. El día quince el célebre oftalmólogo, doctor Castroviejo y señora, a bordo su avión privado, aterrizaron en Armilla y se dieron un garbeo turístico por nuestra ciudad. También pasó fugazmente por nuestra tierra en visita privada José María Pemán, por entonces director de la RAE, quien había venido a ver a una hija suya, monja de clausura en el convento de las Esclavas, en San Gregorio Bético.