EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 4 de enero de 2018

UN GRANADA MUY CATALÁN

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Primeros fichajes para la 43-44: Safont, Platko y Melito


Fichajes y bajas
Para encarar la tercera temporada del Granada CF en máxima categoría, 1943-44, antes de estar finiquitada la anterior ya se habían cerrado algunos fichajes. El primero fue Safont, cumplidor interior izquierdo catalán procedente del Castellón, que jugará bastantes partidos esta temporada. Otro fichaje fue Melito, medio centro canario que se lesionará en pretemporada y no podrá ser utilizado hasta la segunda vuelta; fue el más destacado del equipo del Ceuta que eliminó al Granada a doble partido en Copa recientemente. Había militado en el Betis años atrás.
Puesto que Paco Bru no continuará a pesar de las dos permanencias conseguidas, a mediados de junio quedó cerrada la contratación de nuevo técnico. Se había barajado la vuelta de Valderrama pero finalmente fichó Esteban (o István) Platko, hermano del famosísimo Franz Platko, el de la Oda a Platko de Rafael Alberti, y también hermano de Carlos (o Karoly) Platko, el míster del Valladolid al que se acababa de superar en la promoción por la permanencia. Aunque húngaro, la mayor parte de su carrera como técnico la había desarrollado en España, habiendo pasado por el banquillo del Valladolid en varias ocasiones y también por el del Arenas de Guecho, éste en máxima categoría.
Las bajas de Pérez, Mújica, Maside, Gaspar Rubio (que se marchó a entrenar al Linense), Alejandro, Uría y Gárate, ninguno titular, ya se conocían pero quedan confirmadas a principios de julio. Y se completa la relación de bajas con dos que no estaban incluidos en esa relación y que sí que eran titulares, Bonet y Conde, que compraron su libertad. Las bajas se han dado mirando más que nada la edad de los que salen, buscando la renovación de una plantilla bastante veterana.

 El veterano y terrible Euskalduna (aunque erróneamente aparece en este cromo con el nombre de Aparicio), otro fichaje rojiblanco para la 43-44     
   
Euskalduna
Aunque para veterano, especial mención merece otro fichaje, el del defensa vasco Pedro Aurrecoechea Echeandía, de nombre de “batalla” Euskalduna. Se trataba de la más famosa pareja de baile del también defensa vasco Deva, salidos ambos del Alavés pero que alcanzaron su mayor nombradía jugando en el Sevilla de antes de la guerra, terrible pareja de la que en sus buenos tiempos dijo aquel reportero muy vehemente y muy hincha del Recreativo que firmaba como Martinenc en El Defensor (y que como el medio para el que trabajaba no sobrevivió a la guerra), que formaban una trinchera salvaje. Por su parte, Fernández de Burgos, de Ideal, que seguía en activo, también en los tiempos del Recreativo dijo de la fiera pareja Deva-Euskalduna que eran unos «mastodontes duros y violentos».
Euskalduna, con 32 cumplidos, venía de haber jugado unos pocos partidos con el Jerez la temporada anterior después de haber estado inactivo desde antes de la guerra, desde 1936. Sólo se alineará de rojiblanco en un partido de liga de la 43-44 pues ya no era ni sombra del que fue.

Casafont, portero catalán, el único aprovechable del lote    
                        
Un lote catalán
En el capítulo de fichajes para la 43-44, punto y aparte merece el curioso “lote” de cuatro futbolistas, fruto del viaje a Barcelona del dúo Becerra-Cristiá, vicepresidente primero y secretario técnico respectivamente. Los cuatro fichados procedían del Europa: Casafont,  Navarro, Martín II y Rosselló, un portero, dos medios y un delantero.            
Como ocurrirá en ocasiones futuras con otros lotes fichados por el Granada, de los cuatro sólo uno resultó medianamente utilizable, el meta Casafont, que empezó de titular y estuvo ésta y las siguientes tres temporadas en el Granada aunque no jugó demasiado. A los otros tres casi hubo que traérselos a rastras como aquel que dice pues, a pesar de tener firmado contrato con el club, no querían venir. Martín, Rosselló y Navarro se incorporaron a principios de octubre, cuando ya se habían disputado las dos primeras jornadas, y estuvieron nada más que un mes en Granada porque en noviembre fueron devueltos al Europa después de haber jugado algún amistoso y haber acreditado su falta de nivel para Primera.
                Pero lo que ya sí que entra en el terreno de lo muy singular como anécdota, posiblemente única en el fútbol nacional, es lo que le ocurría al tal Navarro, que resulta que tenía ¡una pierna más larga que la otra!, o sea, era funcionalmente cojo, algo insólito en un futbolista profesional fichado para un club de Primera División. A pesar de todo, el míster Platko, a quien nadie consultó sobre estos fichajes, anteriores a su venida, decía que Navarro era el más capacitado del lote.


                  
Los Cármenes ampliado
Para el estreno en Primera dos años antes, el terreno de juego de Los Cármenes había sido reducido a indicaciones del entrenador Paco Bru. Ahora, marchado Bru, la directiva estima conveniente volver a las medidas originales por lo que en agosto comienzan los trabajos de supresión de la que se llamó pista de atletismo, que no era otra cosa que un pasillo de tierra de unos tres metros de ancho que rodeaba todo el verde, con lo cual aumentaron considerablemente las dimensiones del terreno de juego de Los Cármenes.                 

Trofeos del Granada
En pleno agosto, con la plantilla todavía de vacaciones, hay muy pocas noticias futboleras, por eso aprovecha el diario Patria para en un reportaje dar a conocer los trofeos que en su sede de Recogidas 4 guarda el Granada CF. Son pocos, dieciséis en total (más doce banderines), y de ninguno de ellos se puede decir que su conquista constituya un gran orgullo pues no se lograron en competición oficial. Pero son nuestros trofeos, ganados en una corta pero limpia y brillante historia, como dice el artículo de Patria.

Los trofeos del Granada en 1943

                La mayoría son premios conquistados en lo que durante bastantes años se denominó Copa Granada, que habitualmente patrocinaba el Ayuntamiento -tanto de antes como de después de la guerra- para las fiestas del Corpus, que podemos considerar un precedente del Trofeo Granada, sólo que en lugar de jugarse en agosto se celebraba en plena feria, en mayo o junio. También sobresale alguna copa como la conquistada por el entonces Recreativo al Ferroviaria de Madrid, a domicilio, y también la copa que el Ayuntamiento donó al equipo con motivo del ascenso a Primera. Hay además tres trofeos que datan de los años veinte y que, aunque el reportaje no lo aclara, fueron ganados por aquel Recreativo Español de los Amigo-Vico, del que nació en 1931 el Recreativo Granada.                         
                                                        
Pocos sirven, dice Platko
A mediados de agosto empiezan los entrenamientos cara a la nueva temporada. El nuevo míster, Esteban Plattko Kopiletz, nada más llegar y sin apenas contacto con los que serán sus pupilos, manifiesta a la prensa que está muy de acuerdo con el licenciamiento de los veteranos, pero que no se explica cómo el equipo pudo mantenerse en máxima categoría teniendo el plantel que tiene, tan falto de profundidad y de conjunto, del que sólo salva a Millán, González, Marín, Trompi y Aparicio, que son los que mantienen al equipo, los demás no pasan de ser medianías para Platko.

González en un cromo

Caso González
Si la pretemporada anterior hubo “caso Millán”, en ésta hay “caso González”. El defensa madrileño, con contrato en vigor para dos temporadas más, anuncia en julio que se retira del fútbol si no le pagan como a los demás, y no esas 5.000 ptas. que recibe por temporada. González en carta a los medios dice que en los cuatro años que aquí lleva es el que menos ha cobrado del club, 14.000 ptas frente a sus compañeros, 30.000 el que menos. A esto contesta la directiva, también a través de los diarios, diciendo que nada de 14.000 en cuatro años, que lo que González ha cobrado por todos los conceptos es 42.907 ptas, y eso sólo en los dos últimos años, y que no es de dineros de los que hay que hablar, sino del cumplimiento de lo firmado en su día.
                El tira y afloja se mantuvo hasta menos de una semana antes de comenzar la temporada, cuando el defensa se reincorporó a la disciplina rojiblanca. González se alineó de titular en todos los partidos de liga y se perdió sólo uno de Copa, para ser junto con Sierra el jugador que más partidos disputó.
                También hubo otros “casos”, es decir, otros futbolistas de la plantilla, sujetos por el derecho de retención pero que se negaban a renovar, siempre también por motivos económicos: Floro, Trompi y Sosa. Todos acabaron por fin aceptando las condiciones que el club les ofrecía, pero Sosa (como cada año por estas fechas) y González fueron los más duros de convencer.      

Los otros tres del lote catalán  
              
El Granada más catalán
La primera actividad futbolera de pretemporada es la excursión a tierras catalanas para dos amistosos frente al Europa, como parte del acuerdo por el lote de cuatro fichados del club barcelonés. En Barcelona, en el mismo terreno donde sólo dos meses atrás se preparaba para jugarse la Primera División a una sola carta frente al Valladolid, el campo de la calle Cerdeña (hoy Sardenya), cosechó el Granada sendas derrotas (5-1 y 5-4) los días 15 y 16 de agosto frente al Europa, por entonces en Regional, en cuya portería jugaba “el gato” Ramallets. Lo más curioso es que la expedición granadinista que partió de nuestra tierra camino de Barcelona la componían sólo cinco personas: el vicepresidente Becerra Entrambasaguas, el entrenador Platko, y como futbolistas solamente tres, Camoto, Euskalduna y Melito. En Madrid se unió a la expedición Neira, y ya en la misma Barcelona se sumarían Nicola, Martín, Safont, Mas, Casafont, Rosselló, Martí y Navarro, todos catalanes, más al menos cinco futbolistas más (también catalanes) que actuarían a prueba en los amistosos. De esas pruebas saldría otro fichaje, el del extremo derecho García, que perteneció al Granada tres temporadas aunque jugó muy poco. Y es que resulta que ésta es la plantilla más “catalanizada” de la historia rojiblanca.
Lo peor de este bolo catalán fue la lesión de menisco que sufrió Mas, que le impidió volver a jugar hasta la segunda vuelta del campeonato.

El ex recreativista del Once Fantasma, Morales, árbitro colegiado

Tremendo escardón al Betis
Un amistoso de pretemporada dio mucho que hablar a cierta prensa sevillana, seguramente muy dolida por el tremendo escardón con que acabó: Granada 9 Betis 0.
                El Betis en 1943, recién descendido de primera, estaba iniciando la que es la peor época de toda su historia ya que hasta 1958 no volvería a recuperar la máxima categoría, y entre medias (1947-1954) tendrá que purgar siete larguísimos años en Tercera División. No obstante conservaba todavía varios de sus mejores hombres, como los porteros Bueno y Guillamón, que militaron muchos años en Primera, o el delantero vasco Saro, ya veterano pero que toda su carrera fue de máxima categoría, incluso venía con un futuro internacional, el defensa Antúnez, que en los sesenta entrenó al Granada.
                El diario ABC de Sevilla publicó como todo comentario del amistoso la escueta nota siguiente: «Granada 8 Betis 1. En el partido amistoso celebrado ayer entre el Betis Balompié y el Granada, venció éste por 8 a 1. Por accidentes sufridos por Bueno y Mariages el equipo sevillano jugó casi todo el partido con nueve jugadores». Está claro que quien redactó la nota no estuvo en el partido. El primer error es el resultado, que fue de 9-0; en segundo lugar, es cierto que el portero Bueno y otro jugador distinto al que dice ABC se lesionaron, pero fueron inmediatamente sustituidos por otros béticos.
                Por su parte, el diario Sevilla, que dirigía el granadino Eduardo Molina Fajardo, también dice que el resultado final fue de 8-1, y añade que la goleada se produjo porque el árbitro (el ex recreativista del “Once Fantasma” Morales) permitió a los rojiblancos todo tipo de violencias, resultando varios béticos lesionados. La prensa local negó todas las acusaciones que venían de Sevilla.                           
                Como devolución de visita al Betis, el Granada compareció en Sevilla justo una semana antes de que empezara la liga y cayó derrotado 3-2 en un partido en el que no hubo incidentes de ningún tipo. Lo anecdótico de ese amistoso consistió en que los dos extremos granadinistas fueron Martí y Floro, mientras que la meta la ocupaba el recién fichado Casafont. Y es que aunque faltaban sólo siete días para el comienzo de la competición eran varios los futbolistas que se negaban a renovar sus compromisos y pedían más dinero, de manera que hubo que improvisar un once y jugar con ¡tres! porteros.


Neutralidad
El furor germanófilo que hace bien poco dominaba todas las noticias que sobre la guerra mundial podían leerse en la prensa local, cambia de signo y a partir de mediados de 1943 se van moderando bastante los entusiasmos y el gran optimismo ante la que no hace mucho se consideraba inminente e inevitable victoria final del Eje Berlín-Roma.
                En el verano de 1943, derrotada definitivamente Italia y depuesto Mussolini mientras que al Tercer Reich no le va nada bien en su aventura rusa y encima sufre incesantes bombardeos en su propio territorio, se intuye ya la más que posible derrota de los que hasta hace bien poco eran nuestros aliados, así que se impone atemperar bastante los discursos por lo que pueda venir, porque no está nada claro que si ganan los judeo-masones, como parece, vayan a tolerar en Europa un régimen político similar al de los derrotados.
                Aunque bajo cuerda se sigan reparando en aguas españolas buques alemanes y se sigan suministrando a Alemania minerales imprescindibles para el mantenimiento de la maquinaria de guerra, ya no conviene ir proclamando por ahí una España amiga (aunque no beligerante, eso sí) de los que pierden la guerra, hay que volver a la neutralidad vigilante y     olvidarse de aquellas palabras pronunciadas en Roma por el cuñadísimo Serrano Suñer («Una España neutral estaría condenada a un futuro de pobreza y humillación») ante la flor y nata del Fascio cuando soplaban otros vientos más venturosos para el Régimen, que quería construir, prietas las filas, un imperio que habría de llevarle por cielo, tierra y mar. Lo primero es repatriar a los varios miles de españoles que siguen combatiendo en la División Azul, en las filas de la Wehrmatch, cosa que tendrá lugar a finales de 1943, y después hay que maquillar de alguna forma las veleidades pasadas pro Eje, por lo que la palabra clave durante todo 1944 será neutralidad y, en ese contexto, se suceden los comunicados oficiales en los que se ratifica «…la estricta neutralidad a la que se viene [España] ateniendo lealmente…».

 Neutralidad es la nueva consigna

Valderrubio
            El 13 de agosto de 1943 los titulares de prensa se los lleva un pueblo granadino, Asquerosa, próspero anejo de Pinos-Puente de 2.000 habitantes en el que no existe el paro obrero, que a partir del 15 pasará a llamarse Valderrubio y abandonará su poco atractivo nombre por el que se le conocía desde siglos atrás.
Era una vieja reivindicación de este pueblo de la vega pero que hasta marzo del año anterior no empezó a tomar forma a iniciativa de sus vecinos, hartos de ser conocidos por su gentilicio (“asquerosos”), que remitieron a las autoridades un escrito proponiendo abandonar un nombre tan poco grato y adoptar otro con el que no sentirse avergonzados.
No está muy claro de dónde puede proceder el nombre de Asquerosa por el que al menos desde el siglo XVI fue conocida esta localidad, pero lo que sí es seguro es que, contrariamente a lo que pudiera parecer, no proviene de la condición repugnante o cochambrosa de sus calles o sus edificios, sino que más bien parece derivar de la palabra latina aquarosa o aquerusia, nombre con el que se designaba un lugar o un paraje abundante en agua pues el contorno del Soto de Roma, donde se localiza el pueblo, fue en la antigüedad una zona pantanosa. Esa abundancia de agua sugiere que el pueblo presentaría siempre un inmejorable aspecto, espercojao (en granaíno castizo) y como los chorros del oro, pero todo hace indicar que, paradójicamente, el paso del tiempo y el excesivo uso del vocablo latino devinieron en justo lo contrario y lo transformaron en algo que lo que sugiere es la inmundicia y la mugre campando a sus anchas en esta localidad de la vega granadina, una cochinada que provendría precisamente de la falta del líquido elemento.


Además, los vecinos esgrimen en su reivindicación otra razón de peso: Asquerosa ya no existe en la realidad, porque la aldea que fue conocida por ese nombre quedó completamente arrasada hace muchos años, cuando una colosal crecida del río Cubillas se llevó todo por delante, y el pueblo se reconstruyó en una localización cercana pero distinta a la del primitivo.
El nombre elegido para sustituir al antiguo es Valderrubio, o sea valle del rubio. Del tabaco rubio, por ser este pueblo el primero de toda España en cultivar tabaco rubio de la variedad Burley. Y es que en esos momentos el producto agrícola estrella de toda la vega granadina es el tabaco, cada vez ganando más marjales al de la remolacha azucarera, que paulatinamente va perdiendo espacio a la vez que rentabilidad su cultivo. El tabaco ya venía siendo cultivado en nuestra vega desde los años veinte, pero casi de una forma testimonial y cosechando una modalidad menos productiva y de inferior calidad, los llamados tabacos oscuros o de Valencia. Los continuos avances en la investigación para buscar mejorar las calidades unidos al cambio en los gustos de los consumidores, cada vez más adeptos al tabaco amarillo, trajo que esta zona, la vega del Cubillas, fuera campo de experimentación en la adaptación de la modalidad de tabaco Burley (una variedad de tabaco rubio caracterizada porque es secada al aire libre), que desde el primer momento se aclimató perfectamente al suelo veguero granatensis y empezó a generar grandes cosechas y también grandes beneficios a sus cultivadores. Así, desde estas fechas se produce un cambio bastante significativo en el paisaje vegano granadino y empiezan a surgir como setas los secaderos de tabaco por toda su geografía conforme el nuevo cultivo se va generalizando y extendiéndose a otros términos municipales.
Fue el cultivo del tabaco en estos momentos a que nos referimos una especie de nuevo oro verde para los agricultores de la Vega y en general para la economía de nuestra tierra, como en su día, cincuenta años atrás, lo fue el de la remolacha, aunque nunca el tabaco llegó a alcanzar el auge ni la significación económica y social que sí tuvo la planta azucarera. La Vega de Granada fue durante muchos años el primer productor nacional de tabaco, pero en la actualidad apenas se pueden ver unas pocas hazas donde se siga cultivando, y prácticamente todo el tabaco nacional se cría en Extremadura. No podemos evitar al escribir estas líneas sentir un algo, un no sé qué de añoranza por aquellos tiempos pasados en los que distintos cultivos industriales trajeron a esta tierra prosperidad y empleo.
El día 15 de agosto de 1943 quedó Valderrubio solemnemente bautizado y bendecido por el arzobispo Parrado, futuro cardenal, y al acto asistieron las primeras autoridades locales y provinciales.

Paquete de cigarrillos de la marca Peninsulares, con el escudo de la ciudad de Granada