EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 26 de septiembre de 2022

SIN PRESIDENTE NI DIRECTIVA Y LA TERCERA CERCA

 


 

Retirada del Maghreb de Tánger

A primeros de 1952, concretamente el 5 de enero, el equipo del grupo VI de tercera y, por tanto, rival del Recreativo, el Maghreb de Tánger, decidió retirarse de la competición para pasar a integrarse en la liga marroquí de la zona francesa, de este modo el grupo quedó compuesto por solo 15 equipos y fueron anulados federativamente todos los resultados de los partidos ya jugados por los tangerinos. En el caso concreto de nuestro equipo no supuso la retirada perjuicio alguno porque el Recreativo sólo se había enfrentado al club magrebí en la jornada 4, en Tánger, de donde salió derrotado 4-1.

En el momento de su retirada, tras jugarse la jornada 16, marchaba el club marroquí en el puesto 11º y había ganado seis encuentros y empatado uno. Además de la anulación de todos los resultados de los partidos ya disputados. también dispuso la Federación la obligación del club retirado de indemnizar a todos aquellos equipos que aún no había visitado, entre ellos el Recreativo.

 

Derrota en Alcoy. Las alegrías las proporciona el filial, que derrotó al Cádiz

De Alcoy, jornada 17 jugada el día de Reyes, el Granada no pudo traerse nada positivo, 1-0 cayó nuevamente derrotado. El Alcoyano, tras jugar en primera la temporada anterior de la mano del míster granadinista Espada, estuvo toda la liga entre los primeros clasificados y acabó en la tercera posición, jugando liguilla de ascenso sin resultado. El Granada, que recuperó al lesionado Ibáñez y situó a Mas en la media, en El Collao realizó un buen trabajo defensivo y pudo muy bien haberse traído al menos un punto, pero sus delanteros fallaron clamorosas ocasiones de gol. Con la derrota bajamos al 11º, ya muy lejos de los puestos de permanencia, aunque sólo a un punto del 10º (8º, 9º y 10º jugaban promoción de permanencia).

La mejor noticia futbolera de esta ornada 17 la proporcionó el Recreativo, que venció 1-0 en Los Cármenes al gallito Cádiz, segundo en la clasificación y claro aspirante al salto de categoría, cosa que no conseguiría al acabar la liga en el cuarto puesto. Venía como entrenador el viejo conocido de la afición Camilo Liz. Con sólo diez hombres aprovechables por lesión de Guerrero, el Recreativo ofreció un partido vibrante en el que todos se vaciaron y ésa fue su mejor arma, el entusiasmo y el trabajo sin reserva y el juego práctico sin concesiones a la galería. Santi fue el mejor y el único gol llegó a rechace del portero cadista de un disparo lejano del defensa que el siempre oportunista Rafa convirtió desde cerca. Los dos puntos dieron además para subir otro puesto superando al Utrera además de al Larache en la clasificación y dejar al Recreativo 12º o tercero por la cola, teniendo en cuenta que a partir de esta jornada el grupo lo integraban sólo 15 equipos por retirada del Maghreb de Tánger.

El jugador más destacado del partido del Recreativo, como queda dicho, fue el defensa Santi. Precisamente este jugador, al día siguiente del choque, en un bar de la calle Navas (Casa Luis) y ante algunos compañeros, manifestó que en la previa, la noche del sábado, había sido objeto de una proposición por parte de un jugador del Cádiz, antiguo compañero suyo en el Tomelloso, consistente en que a cambio de una suma de dinero observara cierta conducta pasiva durante el enfrentamiento con los amarillos. Posteriormente se supo que también el entrenador Manolo Ibáñez había sido abordado por un desconocido en las inmediaciones de su domicilio, recibiendo una propuesta en el mismo sentido que la que denunció el defensa Santi. De todo informa Ideal en su edición del martes. Que sepamos, la cosa no tuvo mayor trascendencia.


Japón I, veterano defensa que no dio mal resultado


Buena victoria frente al Mestalla. El Recreativo derrotado por el líder Jaén

Llegó la jornada 18 en la que el Granada se encontraba sin directiva por dimisión de los que la formaban y sin que Alonso Roda hubiera dado el paso adelante todavía. El partido era en Los Cármenes y el rival de turno el Mestalla, equipo muy cualificado, toda la liga en la parte alta de la tabla, acabando como subcampeón a sólo dos puntos del ascendido Málaga, con lo que jugó liguilla y se ganó en los terrenos de juego el derecho al ascenso, pero finalmente renunció por su condición de filial. En Granada se presentó con todas sus figuras en ciernes, los futuros internacionales Sendra, Mañó, Sócrates y Fuertes, más su “vieja gloria” Juan Ramón (que también fue internacional en sus buenos tiempos), ya con 39 años a sus espaldas, quien fue precisamente el autor en propia puerta del primer gol rojiblanco. También jugaba en el Mestalla, de defensa, Ibáñez II, hermano mellizo del que en esta temporada jugó en el Granada. Además, y esto como curiosidad, también jugó Mangriñán, medio famoso porque con su nombre se acuñó por la prensa años después el término “mangriñear”, sinónimo de un marcaje al hombre, tan en boga en el fútbol de antaño, caracterizado por ser pegajoso donde los haya, verbo inventado a raíz de la marca que este futbolista hizo dos temporadas después y ya jugando en el primer equipo valencianista al astro Di Stéfano en Chamartín, al que anuló por completo haciéndolo además de forma limpia. Se dice que el argentino contaba que cuando fue a hacer sus necesidades en el vestuario se encontró al volverse al inevitable Mangriñán, al que no pudo quitarse de encima ni en esa tesitura.

De entrada, el Granada tropezaba con la necesidad de introducir cambios en su once al no poder alinear a los cedidos del club valenciano Salvador e Ibáñez, que venían siendo titulares todo el campeonato; en su lugar salieron Miro y Vecino (éste estuvo muy bien y ya no perderá la titularidad en todo lo que quedaba de liga), y también se pudo recuperar a Japón I, ausente las dos últimas jornadas por lesión.

Después del pésimo partido de los rojiblancos frente al Cartagena se temía la visita del filial valencianista, pero el Granada de esa tarde nada se pareció al de su última cita en Los Cármenes y con un juego brioso y entusiasta, como resalta Hoja del Lunes, se anotó los dos puntos venciendo 2-0, porque ¡ay! esa era otra de las características de este Granada 51-52, su gran irregularidad. El partido fue bueno y emocionante, y hasta hubo un gol fantasma que no subió al marcador (fue un lanzamiento de penalti por mano de Juan Ramón que Miro estrelló en el larguero y que botó detrás de la línea, pero salió por el efecto que llevaba el balón), y también un gol anulado al Granada por falta previa. La última media hora la jugó el Granada con un hombre menos por lesión de Chaves. Con los dos puntos el Granada volvió al puesto 10º, que no garantizaba la permanencia (que seguía a cuatro puntos) pero otorgaba una segunda oportunidad en forma de promoción.

Mientras tanto, en La Victoria, el Recreativo, con la importante baja del delantero Rafa y el extremo Sánchez, perdió su partido ante el líder, el Jaén, que terminó la liga en ese puesto y ascendió a segunda por primera vez en su historia. Ya hemos perdido la cuenta de las veces en que las crónicas de periodistas forasteros alaban el juego vistoso y de pase corto del filial, que sin embargo es superado por su rival sin demasiados problemas por falta de rematadores. En Jaén ocurrió otro tanto, según las crónicas. Otra vez llegó al Recreativo a adelantarse en el marcador y además vio cómo el árbitro le anulaba un gol de Toto por fuera de juego posicional de un compañero. Siguió ocupando el puesto 13º o tercero por abajo.


Otro veterano, el delantero Morera, que no jugó demasiado


En El Calvario se rebaja la cuenta de negativos

En la jornada 19, con la nueva directiva de Juan Alonso Roda recién estrenada, el Granada viajó a Salamanca, en donde pudo rebajar su cuenta de negativos y dejarla en -3 al alcanzar un meritorio empate a un gol a pesar de tener que jugar toda la segunda parte con sólo diez por expulsión de Salvador, alineado de falso 9 ante las lesiones de Morera y Chaves.

Con el campo de El Calvario lleno a pesar del intensísimo frío reinante, el Granada ofreció un buen partido, otra vez pleno de entrega de todos sus hombres, y obtuvo el empate frente a un equipo de la zona media que acabaría la liga el 7º, justo la última de las plazas que garantizaban la permanencia en la categoría. En la portería local jugaba Ricardo Zamora hijo, quien con 18 años iniciaba esta temporada una larga carrera profesional que le llevará años después por varios equipos de primera entre los que destacan el At. Madrid y el Valencia. El granadinista más destacado fue el recuperado Vecino, todo un seguro en la parte ancha; también el portero Martín, como casi siempre esta temporada. Volvió el Granada al puesto 11º, aunque empatado a puntos con el 10º, que marcaba esta temporada la posibilidad de eludir el descenso en promoción.

El día anterior a la conquista por nuestro equipo de un positivo en Salamanca, moría en Madrid el primer presidente de honor que tuvo el club, el general Lorenzo Tamayo Orellana, distinción otorgada por la directiva de Martín Campos en abril de 1941. Murciano de nacimiento, estuvo muy vinculado a nuestra tierra, donde presidió la Diputación unos meses durante la Guerra Civil e intervino en distintos frentes bélicos por toda la provincia. Tras la guerra fue nombrado director general de Reclutamiento y Personal, por lo que se marchó a la capital. La nota mortuoria no lo dice, pero también tuvo un papel destacado en la represión de izquierdistas y republicanos en nuestra ciudad.

 

Goleada del Recreativo en Copa Aficionados, fase regional

La retirada del equipo marroquí Maghreb de Tánger dejó cojo el calendario del grupo VI de tercera, así en la jornada 19 el Recreativo tuvo descanso en liga y esta circunstancia fue aprovechada para jugar el partido de ida de la Copa Aficionados en su primera eliminatoria de carácter regional, IV de final. Como campeón provincial, en Los Cármenes recibió la visita del campeón de Málaga, el CD Rosaleda, un equipo filial del CD Málaga que actuaba en categoría regional.

El equipo malagueño no fue rival para el Recreativo, que dejó resuelta la eliminatoria al imponerse por 6-0. En el Recreativo debutaron el portero Lozano, del segundo filial, el Alhambra, quien ya había jugado algún partido con el primer filial la temporada anterior, y el extremo Orantes, éste del Andaluz, el tercer filial rojiblanco, quien tuvo una actuación sobresaliente y es destacado por la prensa por sus rápidas internadas hasta la línea de fondo y sus pases atrás. Los forasteros aguantaron sólo la primera mitad, a cuyo fin se llegó con 1-0, y en la segunda parte, de no ser por la gran actuación de su guardameta, la cifra de goles encajados podría haberse duplicado, refieren las crónicas.

 

Otro negativo ante el Hércules. El Recreativo perdió en Huelva

La liga de segunda llegó a su jornada 20 a últimos de enero, lo que significó para el Granada recibir a otro de los equipos de la zona alta de la tabla, el Hércules, que acabaría la temporada en el puesto 4º. En el eje de la defensa venía Álvaro Pérez, años después entrenador rojiblanco, con 35 y apurando su carrera como profesional, y en la media destacaba otro futuro granadinista, Galvis, el mejor de su equipo. Mucho barro en Los Cármenes y alguna laguna, bajo la lluvia y el penetrante frío, pero con una buena entrada en día del club.

Las crónicas dicen que el Granada equivocó la táctica porque en estas circunstancias habría que haber jugado con balones en largo en lugar de buscar el pase en corto, y aunque volvieron a derrochar entrega los rojiblancos, en un feo partido muy trabado, no fueron capaces de anotarse la victoria y nuevamente pasaron al -4 en su cuenta al empatar a cero goles. Volvió Morera al centro de la delantera, pero no se notó porque, dicen las crónicas, este jugador ya poco tiene que hacer. Al menos el punto sirvió para recuperar la 10ª posición.

El Recreativo por su parte salió derrotado de su visita a Huelva por 3-1. El Huelva, confeccionado para ascender, andaba sin embargo en mitad de la tabla (acabaría quinto) y no terminaba de carburar. El filial recuperó a Rafa, pero poco pudo hacer en esta ocasión ante un rival curtido en mil batallas y aunque logró empatar finalmente volvió a caer derrotado. Siguió ocupando el puesto 12º o tercero por abajo porque sus rivales también pincharon.

 

Paliza en Baleares

En la jornada 21, jugada a primeros de febrero, el Granada viajó a Valencia y desde allí, en avión a Palma de Mallorca para enfrentarse al At. Baleares que entrenaba Gaspar Rubio, equipo de la zona baja que era precisamente el que venía detrás de los nuestros en la clasificación, un debutante en la categoría que acabaría la liga en décima posición y tendría por tanto que jugar promoción para conservar la categoría, cosa que conseguiría al ser suprimida la reestructuración del fútbol español que estaba prevista. Curiosamente, las crónicas dicen que ambos contendientes ofrecieron un partido en el que las fuerzas y las ocasiones estuvieron niveladas y el dominio fue alterno, sin embargo el resultado bien contundente fue, 4-0 perdió el Granada. La diferencia estuvo en que los rojiblancos estuvieron negados ante el gol mientras que sus oponentes no desperdiciaron las oportunidades de golear de que dispusieron. El Granada quedó en el puesto 11º, a un punto del Baleares.


 Escenas del partido Recreativo-Larache publicadas en Ideal


El futuro está en el Recreativo, que venció al Larache

El mismo resultado, 4-0, se registró en Los Cármenes a favor del Recreativo, que recibía al colista Larache. Los dos puntos sirvieron para subir otro puesto en la tabla y pasar al 11º, superando al filial malaguista At. Malagueño. A pesar de jugar más de una hora con diez por lesión de Toto, los jóvenes canteranos ofrecieron otro partido pleno de entusiasmo y no exento de buen fútbol y borraron a su rival, que pudo salir goleado por más diferencia.

El cronista de Hoja del Lunes dice que el poco fútbol que se está viendo esta temporada en Los Cármenes es el Recreativo quien lo está ofreciendo, y su colega de Ideal por su parte dice que lo mejor es ver la progresión de determinados hombres en los que se ve el futuro del fútbol granadino, como Vicente, Guerrero y Cuerva. El Larache ocupaba el farolillo rojo desde hacía varias jornadas, cuando tomó el relevo precisamente del Recreativo, y marchaba descolgado en la clasificación, aunque últimamente había reaccionado.

Lo malo fue que esta victoria acabó no valiendo, como si el partido no se hubiera jugado ya que el equipo marroquí acabó retirándose faltando pocas jornadas para finalizar la liga, cuando ya estaba virtualmente descendido, y todos sus resultados fueron anulados.

El lateral izquierdo del Larache, marroquí de nombre Abderramán, el jugador con más proyección de esa plantilla, la misma noche después del partido entró en tratos con la directiva rojiblanca para un inmediato posible fichaje, pero finalmente no se alcanzó acuerdo alguno.

 

El Recreativo pasa a la siguiente eliminatoria de Copa Aficionados

El mismo día en el que el Recreativo derrotó al colista Larache, en Los Cármenes pero por la mañana, hubo derbi de filiales rojiblancos de regional, se enfrentaron el Andaluz (que actuaba como local) y el Alhambra, aunque los dos tenían como terreno propio el campo de la carretera de Jaén. Hubo buena entrada en un partido fijado como día del club por la directiva andalucista. Los dos filiales del Granada marchaban en la tabla en la tercera (el Alhambra) y cuarta plaza (el Andaluz), teniendo por delante al Bastetano y al Arenas. Dos días después varios de sus jugadores quedaron fichados por el Recreativo y entraron ya en la convocatoria para el partido de vuelta de Copa Aficionados a dirimir esa misma semana en Málaga contra el Rosaleda. Sus nombres: Navarro y Lopera, del Alhambra, y Navarro (hermano del anterior), del Andaluz.

El viernes siguiente a la victoria sobre el Larache, el Recreativo, con los tres incorporados de Alhambra y Andaluz en su alineación, volvió a derrotar (2-3) al Rosaleda, ahora en su terreno, el estadio malagueño del mismo nombre, y lo eliminó de la Copa Aficionados clasificándose para la siguiente ronda de la fase regional. No le resultó nada fácil al Recreativo ya que, aunque tenía una ventaja de seis goles de la ida, antes del cuarto de hora perdía por 2-0, pero la lesión de un jugador local y la expulsión de otro facilitaron mucho las cosas y en la segunda parte los nuestros le dieron la vuelta al resultado. El rival para la siguiente eliminatoria, ya semifinales, era el campeón de Córdoba, el Peñarroya.


Rafa, el máximo goleador histórico del GCF, debutó esta temporada en el Recreativo


En Córdoba nueva paliza

La jornada 22 fue para el Granada una nueva salida, ahora a Córdoba, donde cosechó nuestro equipo un varapalo aún mayor que en Mallorca, 5-0. Dicen las crónicas de periodistas locales que a los rojiblancos les faltó nervio: «son jugadores viejos para exponer lo más mínimo en defensa de unos colores que no parece les importan mucho». «El Granada fue en Córdoba lento, débil, viejo e inofensivo», es el titular de Ideal. Horrorosa tarde la del Granada en El Arcángel y tampoco se salva del suspenso en esta ocasión el guardameta Martín. Los locales vencían al descanso por 4-0 y les resultó demasiado fácil la goleada a pesar de atravesar un bache de juego que los había colocado cerca de los puestos bajos, y a pesar de no cuajar una gran tarde, según las mismas crónicas. El Córdoba acabó la liga el 9º y tuvo que jugar promoción por la permanencia, conservando la categoría al anularse la reducción de grupos. La derrota hizo descender al Granada al 13º, aunque sólo un punto por debajo del 10º, pero ya a seis puntos del 7º.

Dos partidos a domicilio saldados con sendas palizas: nueve goles encajados y cero conseguidos, y la tercera división ya vista como una realidad más que como una amenaza. Fácil es deducir que los dos resultados adversos sentaron como un tiro y la directiva que, reunida con carácter extraordinario el lunes siguiente, acordó imponer sanciones por bajo rendimiento a los futbolistas: 500 pesetas por barba a todos los que actuaron en Córdoba. Además se acordó que la comisión deportiva a partir de ese mismo día vigilaría presencialmente los entrenamientos en Los Cármenes.

 

El Recreativo cada vez mejor: venció al gallito Almería

La otra cara de la moneda la ofreció una vez más el Recreativo, que en Los Cármenes y con una gran entrada, superior a las que venían siendo normales en los partidos del primer equipo, venció 2-0 a uno de los favoritos, el Almería, líder del grupo hasta esta jornada (acabaría la liga el segundo), que jugó arropado por más de mil seguidores, muchos de ellos llegados en el consabido tren botijo. Dice Jovi en Hoja del Lunes que el mal llamado filial nada tiene que aprender de los mayores y sí mucho que enseñarles, y que el fútbol en Granada no desaparecerá mientras exista el Recreativo. Fue un partido sensacional del filial, el más completo hasta el momento, y frente a un rival que en todo momento acreditó la posición que ocupaba en la tabla. Los plumillas locales no escatiman elogios hacia el juego entusiasta y de calidad de los blanquiazules.

Los dos puntos sirvieron para escalar otro puesto en la tabla y encaramarse en el 11º y empezar a ver de cerca la posible salvación. Fernández de Burgos en Ideal destaca el magnífico gol, segundo de su cuenta, de Rafa, conseguido muy cerca del final en una jugada personal en la que sorteó hasta a tres contrarios.


Recorte de Ideal sobre la derrota ante el Murcia


La tercera más cerca al perder en Los Cármenes con el Murcia. Dimite Alonso Roda

            Y así llegamos a la jornada 23, a mediados de febrero, que tanta trascendencia iba a tener. En Los Cármenes bajo un frío helador, el Granada recibía la visita del Murcia, toda la liga luchando por los puestos altos pero que últimamente había perdido comba (acabaría 5º clasificado) y que traía a los ex granadinistas Martí y Almagro, que fue precisamente el autor del único gol. La cosa empezó con una gran bronca a los rojiblancos, goleados ampliamente en sus dos últimos partidos, pitada que continuó a lo largo de los horrorosos 90 minutos que ambos contendientes brindaron, para terminar entre un griterío que debió de oírse desde la otra punta de la ciudad ya que los rojiblancos aumentaron su cuenta de negativos a -6 al perder 0-1 y acercarse con paso firme a la tercera división. El Granada fue un conjunto sin moral ni juego ni entusiasmo, dice la crónica de Hoja del Lunes de Murcia, coincidente con la del diario también murciano Línea.

            Por su parte, Hoja del Lunes de Granada titula que «El Granada ya está de cara a la tercera división» y empieza Seudónimo su crónica diciendo que el Granada ya no tiene salvación al haber agotado las remotas posibilidades que tenía de eludir el descenso (realmente tras la derrota quedó a tres puntos del décimo, pero faltaban todavía siete jornadas por disputarse), y lo achaca al cúmulo de desaciertos cometidos a principios de temporada con la serie de fichajes absurdos que realizó, y así tenemos este equipo en el que cada cual hace lo que le da la gana (únicamente salva al medio Vecino) y carece de pundonor. El reportero pide a la directiva mano dura caiga quien caiga puesto que el club ya ha caído.

            Fernández de Burgos en Ideal dice más o menos lo mismo que sus colegas y añade que ganó el Murcia no por su gran partido sino porque al menos sus futbolistas pusieron interés. No hay nada que hacer con estos jugadores, concluye Burgos, porque no es que el Granada atraviese un bache de moral, es que no tiene juego ni jugadores y contra eso no hay remedio.

La directiva granadinista se reunió de urgencia al día siguiente con la idea de imponer nuevas sanciones económicas a los futbolistas y también con la de sustituir enseguida al entrenador, barajando los nombres de Cholín otra vez o bien Antonio Conde, Manolo Ibáñez o el masajista Fernández, todos hombres de la casa, pero lo que salió de esa reunión fue la dimisión irrevocable de todos sus componentes cuando apenas llevaban un mes en el cargo. «Yo no hundo al Granada en tercera», dijo el fugaz presidente Juan Alonso Roda en el momento de su marcha, justificándolo en la gran decepción sufrida por la falta de dignidad de los rojiblancos frente al Murcia.

 

El Recreativo derrotado en Utrera

            El filial tampoco pudo dar consuelo ante tanto despropósito y sufrió a su vez una derrota (2-1) en el campo de uno de los que andaban por detrás en la clasificación, el Utrera, aunque esto no le supuso perder ningún puesto. Con las importantísimas bajas de Vicente en la defensa y de Cuerva en la media, una vez más, y van…, se adelantaron los blanquiazules, pero no supieron mantener el resultado, llegando el gol de la victoria local en el último suspiro del partido, de penalti. Para más inri, sólo un minuto antes el defensa Santi había fallado otro penalti a favor del Recreativo. Debutó el recién incorporado del Alhambra Lopera y reapareció Díaz Cara, de quien la prensa llegó a publicar que había causado baja y se había marchado al Motril. El periodista José de Vicente (Jovi) acompañó en su viaje a Utrera al filial y firma la crónica de Ideal en la que dice que el Recreativo volvió a dar una exhibición de buen juego, pero en esta ocasión le faltó suerte y además tropezó con un arbitraje nefasto, al anular un gol de Rafa perfectamente legal. El Utrera, en el que jugaba un futuro granadinsta, Liz II, según refiere Jovi, tenía pensado retirarse en breve, acuciado por las deudas a pesar de estar subvencionado por el Sevilla, equipo del que era filial, pero no cumplió su promesa y terminó la competición en el puesto penúltimo, y no descendió gracias a la anulación de la reestructuración prevista.

            En la misma página de Ideal en la que se da noticia de la dimisión de la directiva de Alonso Roda y en contraste con ella, se informa que la directiva del Recreativo, que acaba de ser ampliada dando entrada a directivos del Alhambra, y del Andaluz, está contenta y no tiene ningún problema puesto que seguramente va a acabar el ejercicio con superávit gracias a las buenas taquillas que viene obteniendo en sus encuentros. La noticia no lo dice pero era vox pópuli entre los aficionados que para la siguiente temporada, con el Granada descendido, cosa que arrastraría al Recreativo aunque éste no estaba todavía salvado, sería más que conveniente enterrar al rojiblanco y continuar con el filial como equipo representativo de la ciudad.


Las pocas alegrías de la 51-52 las prodigó el Recreativo. De pie: Vicente, Miguel, Toto, Díaz Cara, Garrido y Julio; agachados: Guerrero, Urquízar (suplente), Cuerva, Sánchez, Rafa y Santi

 

 


CALLEJEANDO

 

El crimen de El Bejarín

            El 3 de enero de 1952 ocurrió en El Bejarín, cerca de Guadix, un pequeño pueblo anejo de Purullena, un crimen de los que tienen mucha repercusión por lo espeluznante de la forma en que se llevó a cabo. Un triple asesinato de un matrimonio de ancianos y su joven criada, muertos a puñaladas para después ser sus cuerpos incinerados en una hoguera que el autor improvisó en la misma cocina de la casa, el domicilio de las víctimas, amontonando muebles y ropas de cama.  

            Es uno de esos crímenes que pasó a ocupar un lugar preferente en la crónica negra de España y hasta tiene su entrada propia en Wikipedia, donde leemos que Antonio Hernández, el criminal, quería adueñarse de las tierras del matrimonio anciano, que no tenía descendencia, y se presentó de noche donde vivía la pareja para intentar con engaños que le firmaran unos documentos y así quedarse con la herencia, pero como la mujer se negara, el Hernández la apuñaló con un bastón estoque que llevaba y después hizo lo mismo con la criada (que era prima suya) para no ser delatado; culminó su escabechina acabando también con la vida del marido, que era sordo y dormía ajeno a todo. Una vez consumadas las tres muertes, el asesino amontonó los cadáveres y formó una pira para tratar de eliminar pruebas, pero el mucho humo hizo que los vecinos avisaran a la Guardia Civil, que encontró el macabro escenario y ni rastro del autor, aunque éste no tardó en ser detenido.

            Meses después, ya en junio, se vio la causa contra Antonio Hernández Jiménez en la Audiencia Provincial, llena a rebosar de público la sala. El ministerio fiscal en sus conclusiones solicitó tres penas capitales para el acusado como autor de tres delitos de robo con homicidio en las personas de Francisco Ponce Sedano, de 84 años, Amelia Lozano Torres, de 73, y María Claret Martínez, de 23. Tres años después, en junio de 1955, los diarios publicaron una escueta nota encabezada por el título “Sentencia cumplida”, donde se daba cuenta del ajusticiamiento por garrote vil en la prisión provincial junto al Beiro de Antonio Hernández Jiménez.


Garrote vil para ajustarle la golilla al pescuezo más incivil

            Como decimos más arriba, este suceso es de esos que en su día tuvieron mucha repercusión y del que aún hoy se sigue hablando, a lo que sin duda contribuyó en gran manera la película-documental realizada casi clandestinamente en 1971 por Basilio Martín Patino y no estrenada hasta 1977, “Queridísimos verdugos”, rodada en gran parte en Granada porque uno de sus tres protagonistas, Bernardo Sánchez Bascuñana, el verdugo de Sevilla, como era conocido pues a la Audiencia de esa ciudad estaba adscrito, no era granadino, pero aquí vivía, desde donde viajaba cuando sus servicios eran requeridos. Otros dos personajes, también verdugos en activo por entonces, Antonio López Sierra y Vicente López Copete, ambos domiciliados en Badajoz, comparten el protagonismo de la película. El documental es considerado un alegato contra la pena de muerte, pero es mucho más que eso; el testimonio de los tres verdugos sobre sus vidas y sobre lo que opinan de su labor, constituye un documento impagable, todo un monumento al carpetovetonismo más genuino, en el que queda muy bien retratada al natural la España negra, que en el momento en que fue realizada estaba muy viva.

«-¿A qué es a lo que se parece el pescuezo de un ejecutado? (debaten los tres profesionales ante unos vasos de vino) «-Al badajo de una campanilla», dice uno. «-A un acordeón, (dice otro); [] si antes de ponerle el collarín medía doce centímetros, se queda en cuatro».

            Los tres verdugos o “ejecutores de sentencias”, como ellos prefieren que se les denomine, protagonistas del documental, se repartían el territorio peninsular. La parte meridional era la jurisdicción de nuestro medio paisano Sánchez Bascuñana, quien poco tiene que ver con sus dos otros dos colegas, que se confiesan analfabetos. Casi al comienzo de la cinta, en un plano corto dice Bascuñana a la cámara, que lo filma sentado a una mesa en el interior de una cueva del Sacromonte, con mirada adusta y usando unas pausas y un tono que no igualaría un profesional de la escena: «La vida realmente, no es digna de vivirla. Yo, siendo ejecutor de sentencias, y el decano de ellos, hoy, envidio al que traspasa los umbrales de la eternidad. Dichoso el que se marcha y desgraciado el que se queda, porque esto es un valle de lágrimas. En esta vida nadie es dichoso, nada más que el que se propone serlo».

            Poco después de esa escena se le ve empaquetando los útiles de su profesión y encaminándose fuera de su domicilio, en una calle del bajo Albaicín que puede ser la de Zafra o alguna paralela, para presumiblemente ir a desempeñar su cometido en alguna sórdida prisión española. Pero a donde nos traslada la cinta a continuación es a El Bejarín, y ahora tiene la voz alguien del lugar que conoció de cerca los hechos del famoso crimen y que relata a la cámara cómo fue aquello («…y luego dispués estuvo toda la noche pingoneando ahí, arrimándolos pa que fueran ardiendo, toa la noche; se humó el tío diez paquetes de tabaco ahí, fihate si tuvo lugar, diez paqueticos de tabaco que se chupó»), mientras de fondo suena la voz de Rosa León cantando un romance de ciego: «En el pueblo Bejarín, / pueblo moro de Granada, / vivió un fumador asesino, / Antonio Hernández le llaman. / El criminal fue a una choza, / le salió a abrir una anciana / y sin más ni más le dijo: / has de firmarme esta carta. / La vieja se echa a reír, / él agarra la navaja / y se la clava en el cuello / y le parte las entrañas. / En la casa estaba un viejo, / al que degüella en la cama, / era totalmente sordo / y no se enteró de nada. / Quiere quemar a los muertos / para ocultar su burrada / mientras churrusca los cuerpos / Antonio fuma con calma. / Sagrada Virgen María, / santo Ángel de la Guarda, / inspirad ahora a los jueces: / que agarroten al canalla».

            Bernardo Sánchez Bascuñana, “administrador de justicia”, como se leía en sus tarjetas de visita debajo de su nombre y apellidos, había sido guardia civil hasta 1949, cuando cambió de profesión. El verdugo de Sevilla era muy conocido en Granada y era fácil verlo por Plaza Nueva y aledaños, siempre con sombrero de anchas alas y luciendo pajarita, aunque la gente lo rehuía y no osaba mirarlo de frente. Su primer “trabajillo” con los hierros consistió en agarrotar a una prima suya en Huelva sin que le temblara el pulso -es de suponer-, y en toda su carrera, hasta 1972 en que falleció, tuvo una clientela integrada por 19 almas de Dios que mandó al otro barrio, entre ellos y en una misma sesión, los tres condenados por otro crimen sonado, el de las estanqueras de Sevilla, de los que años después se supo que eran inocentes, como ellos siempre mantuvieron. Lo del torniquete al pescuezo de los tres sevillanos fue precisamente el trabajo que le encomendaron después de ajustarle la golilla a Antonio Hernández Jiménez en junio de 1955, el autor del crimen del Bejarín.


De izquierda a derecha: Antonio López Sierra, Bernardo Sánchez Bascuñana y Vicente López Copete: “queridísimos verdugos” en un fotograma de la película


Y no estaba muerto

            Macabro es el suceso que se narra un poco más arriba, el crimen del Bejarín, y macabro es el hecho al que nos vamos a referir a continuación. La gran diferencia estriba en que en este caso se trataba de una broma, pesada y funesta, pero broma a fin de cuentas. En el Ideal de 15 de enero de 1952 leemos que a un señor, vivo y sano, unos guasones le enviaron y recibió en su domicilio a su nombre, un féretro con sus candelabros, sus paños negros y hasta su mesa de firmas.

            La presunta viuda sufrió un soponcio después de abrir la puerta de su casa en la calle Elvira, de donde poco antes se había marchado el interfecto rebosando salud, y se encontró con el panorama: unos empleados de funeraria portando toda la parafernalia que se necesita para un velorio y preguntando que cuándo querían que la carroza se pasara a retirar el cadáver de don… (el periódico no dice su nombre) y conducirlo a su última morada.

            «Se repitió la broma del féretro. Felicitamos a la víctima: eso se inventó hace una veintena de años, y el presunto muerto -un conocido industrial- no lo fue de verdad hasta hace muy poco, cerca de los ochenta, comenta Z en su habitual corto de la primera página de Ideal, todo un barómetro del clima de la ciudad (y esto no lo digo sólo en sentido figurado) a pesar de lo breve de sus comentarios.

            La nota de prensa se cierra indicando que el juzgado de guardia está investigando la negra inocentada y que se sospecha que guarde relación con el hecho de que el presunto fiambre, maestro de taller en la Compañía de Tranvías Eléctricos de Granada, hacía pocos días había negado su permiso a unos subordinados para que pudieran asistir al entierro de un compañero de trabajo fallecido. Algunos obreros tranviarios, a pesar de la negativa, habían asistido al funeral y eso les había costado una sanción por abandono de servicio. No hay constancia de que ambas cosas estén relacionadas. Ya la prensa no volvió a tratar este sucedido, así que nada más sabemos sobre la cuestión y si hubo o no desenlace y los graciosillos pagaron por su macabra cuchufleta.

 

Polémica gorril

            Todo empezó a últimos de enero al publicarse en Ideal una carta al director firmada por un tal Juan Manuel Moreno y diez estudiantes más (obviamente nada tiene que ver este Juanma con el que ustedes están pensando) en la que los remitentes proclamaban que no les gustaba ni poco ni mucho una moda femenina que por lo visto estaba muy en boga en el invierno granadino de 1952. Un invierno, por cierto, que registró récord de temperaturas frías en toda España. En Granada durante una semana la Fuente de las Batallas lució gruesos carámbanos de hielo colgando de sus tazas.

Dicen los de los libros que con esa carta quieren comenzar una campaña de combate en contra de una determinada moda femenina, porque en cuanto se dan una vuelta por el Tontódromo (en Granada esto equivalía a decir: Carrera del Genil, Acera del Casino, Puerta Real, Reyes Católicos y Plaza Nueva, y al llegar a ese punto, media vuelta y el mismo recorrido, ahora en dirección contraria), después de haber asistido a clases extenuantes y tratando de distraer sus esfuerzos mentales, por ejemplo, admirando los encantos atrayentes de las chicas granadinas, ellas en cambio, tratando de echar por tierra su belleza natural, tapan la blondura [sic] de sus cabellos con unos feos gorritos de lana, blancos, rojos, azules, de todos los colores, con los que presumen de «Venus praxitélicas, cuando en realidad no son sino extravagantes artificios de la moda, en este caso desagradables, insulsos y cursis».

Al día siguiente fueron varias las cartas publicadas defendiendo los gorritos de marras, iniciándose así una de esas polémicas de cartas al director que duró unos cuantos días. Un señor que firma Juan Castellano Gállego, se muestra a favor de la moda y la defiende preguntando a los estudiantes si ¿tan débil, tan mezquina, consideran ellos la belleza granadina que un simple gorrito colocado sobre la coronilla puede echarla por tierra?, y que es simplemente una moda que, como todas, al principio suele parecer ridícula, pero con el tiempo puede llegar a verse incluso elegante. El comunicante invita a los protestones a diseñar un modelo de adorno femenino que, colocado sobre negras o blondas cabelleras, sustituya al gorrito que tanto odian.

(Un inciso: este señor, Juan Castellano Gállego, tiene una entrada en Wikipedia en la que se lee que fue un ingeniero militar español que vivió entre 1900 y 1990, aunque no hay datos sobre su lugar de nacimiento, residencia o muerte. Al estallar la Guerra Civil permaneció fiel a la República, donde llegaría a ser comandante general de Ingenieros del Ejército de Andalucía, ostentando el empleo de teniente coronel y, posteriormente, ya en democracia, se le reconoció el grado de coronel. Puede tratarse de la misma persona).

En otra carta, firmada por María Rodríguez Ávila y veinte granadinas más, dándose por aludidas contestan a la primera misiva diciendo que los gorros, tan prácticos y cómodos, tienen la finalidad del adorno, pero su razón de ser principal es la de abrigar la cabeza en estos días de nieve y frío extremo que atravesamos. Y al mismo tiempo arremeten contra unas cuantas modas masculinas que a ellas les parecen aborrecibles: como «esas odiosas gabardinas o comandos verdes chillones que hacen juego con el sombrero, y no digamos nada de esos zapatos antiestéticos y de mal gusto, estilo zapatilla, que llevan tan tranquilos algunos chicos, con sus cabellos largos que no tratan de ocultar ni con sombrero para lucirlos mejor y, como complemento, el bigote a lo Dalí, y no queremos seguir pues se podía hacer interminable esta carta».

Un aluvión de cartas al director, todas tomando parte a favor de los gorrillos, recibió el diario granadino, pero pronto éste zanjó la cuestión seleccionando al azar y publicando extractos de unas cuantas entre las muchas recibidas, dando por concluida la cuestión. «Las modas hay que dejarlas / como se deja el viento volar. / Ellas solas se vienen, / ellas solas se van. / ¿Para qué perder el tiempo en tanto criticar?», se lee en uno de los fragmentos publicados. En otra, remitida por un grupo de mujeres, se pone de vuelta y media a esos estudiantes que a las doce de la mañana se pasean por la Acera del Casino con barbas repugnantes y el cinturón de la gabardina apretado, tal vez sean de ese corte los que se ocupan del atuendo femenino sin pensar que quizá les iría mejor afeitarse, dicen. Desde Málaga, firmada por Elizabeth Gómez Gallego y bajo el título “Abajo los Adonis del siglo XX”, otra misiva dice que estos modernismos que nos quieren imponer nuestros Adonis, están bien para allá (¿) y no para las españolas, que siempre fueron limpias y puras. Otro lector, que firma Julio Spínola, en representación de treinta y dos “lagartos” (por el color de las gabardinas), sin que ninguno de ellos sea “zapato-zapatilla”, dice que nada tienen que objetar a los gorros femeninos pues con él o sin él encuentran a las chicas muy guapas, pero justifican el uso de comandos y otras prendas masculinas de color verde por la sencilla razón de que las gabardinas de color claro cuesta limpiarlas mucho dinero.

También tomó partido en la polémica, a favor de los gorritos, Enrique Villar Yebra. Dice el pintor y escritor que «Malgastar el tiempo en censurar tal o cual sombrerito, en vez de mirar más abajo y recrearse en los ojos o la sonrisa de su propietaria, es una falta de galantería, aunque ésta, como otras deferencias y delicadezas del hombre hacia la mujer se van perdiendo», y añade que aplaude la contestación de las 21 chicas contra ese «delito de lesa galantería, pues en verdad que el giro que va tomando la indumentaria masculina se hace acreedor a censuras muy merecidas, y a ese respecto estas muchachas han dado en el blanco muy inteligentemente, pues si hay algo que reviente por cursi es ese acicalamiento que tanto usa hoy día la mayoría del sexo feo».

También “J”, Julio Moreno Dávila, periodista de Ideal desde su fundación además de diputado por Granada durante la República por el partido Acción Popular, se ocupó del asunto en su habitual sección titulada “Siluetas animadas”, que aparecía a diario en la última página. Para J la protesta estudiantil es extraña porque «…si fuésemos a examinar atentamente las cosas raras que una mujer lleva encima, hace mucho tiempo que esos jóvenes estudiantes hubiesen debido salir a la palestra…». Nunca ha habido lógica en los atavíos femeninos, pero tampoco en los masculinos, dice J; ¿para qué sirve la corbata, que ni abriga como la bufanda ni ya distingue a las clases sociales?; ¿para qué sirven la vuelta de los pantalones o las solapas de la americana?

Fue en realidad una mini-polémica sin ninguna trascendencia que durante unos pocos días llenó algún espacio de prensa. Pero me he decidido a hablar sobre la cuestión porque no dejan de parecerme curiosos algunos de los términos empleados por los remitentes de cartas al diario, como también me lo ha parecido el asunto mismo objeto de discusión, visto desde estos tiempos (¡ay!) en los que, eso que se ha dado en llamar corrección política (lo políticamente correcto), pone mordazas y trabas a la expresión y la creatividad en general que no existían en tiempos que no se caracterizaban precisamente por el ejercicio de libertades.


En Granada hace un frío que pela, así lo atestigua la Fuente de las Batallas, mientras ellas se abrigan la sesera con unos gorrillos de lana que a algunos no gustan


Orejas por doquier

            Dejados atrás los tiempos bélicos y superado el aislamiento a que fue sometido el régimen de Franco, en estos primeros cincuenta a España afluye cada vez un número más importante de turistas, y dentro de España, Granada es uno de los destinos favoritos, por lo que la actividad económica local en este sector no para de crecer. Se calcula que en el año anterior nos visitaron unos 100.000 turistas. Pero de la floreciente industria turística ha surgido otra “industria” que es algo así como un cáncer para el sector, según se desprende de lo que denuncian en Ideal a primeros de febrero unos cuantos hoteleros, dueños de garajes y comerciantes de souvenirs granadinos. Según ellos, grupos organizados de personas se apostan en las entradas de la ciudad y en cuanto ven a un turismo de matrícula extranjera lo abordan (algunos de ellos chapurrean idiomas) y conducen a sus ocupantes a un determinado hotel con el que previamente han acordado el pago de una comisión; y si los guiris tenían pensado alojarse en otro distinto y éste es de los que no pagan comisión a este grupo, convencen a los forasteros para que no vayan a ese sitio a base de poner fatal el servicio de ese otro establecimiento.

Son los “orejas”, curioso término que sólo en Granada -que sepamos- se usa para designar a estos explotadores de turistas, aunque nadie sabe el porqué del apodo. Los hoteleros acuden a la prensa para denunciar que sus establecimientos son boicoteados por no estar dispuestos a ceder a esa extorsión que significa tener que pagar comisiones a los pícaros que tienen el orejismo por oficio. Ya existían de antes, pero al multiplicarse considerablemente el número de turistas también lo ha hecho el de orejas y ahora son legión.

Dos días después el mismo diario publicaba una carta al director remitida por un oreja que no quiere hacer público su nombre. Según el comunicante, desde tiempo inmemorial, y no sólo en España, han existido y existen personas que se dedican a prestar sus servicios a hoteles, garajes y a todos los negocios que tienen como clientela principal a los turistas, y que ellos no caen en el intrusismo mostrando monumentos y se limitan a indicar a los visitantes los sitios a los que pueden dirigirse según sus deseos, lo cual no es más que comportarse con arreglo a una elemental buena educación, como cualquier ciudadano que es abordado por la calle por un forastero que no conoce la ciudad; no piden nada por su labor, contentándose con la propina que buenamente les dan, así que -dice- es justo que se les deje en paz.

No sabemos si esta “guerra” tuvo desenlace o si se tomó por las autoridades algún tipo de medida anti orejas. Pero todo hace indicar que nada pasó y todo siguió como estaba porque ese gremio, el orejil, en los tiempos actuales y en Granada, sigue contando con bastantes maestros y aprendices en activo. 

 

domingo, 18 de septiembre de 2022

RELEVO EN LA PRESIDENCIA

El Granada que empató en el campo del Linense. De pie: Martín, De la Vega, Sáenz, Chaves, Malia (suplente) y Requena; agachados: Mompeán, Pérez, Japón I, Salvador, Cea e Ibáñez

Sólo un negativo tras empatar en La Línea. El Recreativo abandona el farolillo rojo

En la jornada 14, la penúltima de la primera vuelta 51-52, el Granada obtuvo un resultado que era la primera vez que se daba en todo lo que iba de liga: un empate, lo que supuso dejar su cuenta de negativos ya con una única unidad, prolongando así su buena racha, la mejor de toda la temporada, de cuatro partidos sin perder.

No hubo goles en el choque que llevó a los nuestros a La Línea, equipo de la cola, pero lo que sí que hubo, como en partidos de anteriores temporadas, fue leña en abundancia por parte de los dos contendientes, lesionados (en especial el granadinista Ibáñez, que será baja los próximos partidos) y un expulsado por agresión, el linense Vicente Vázquez (Vázquez I), hermano mayor de Juan Vázquez, futuro granadinista que también actuaba en este partido. Por lo demás, el fútbol estuvo ausente, según las crónicas, y sólo se vio un forcejeo en todas las zonas y un gran nerviosismo por ambas partes. Un único cambio hubo en el Granada respecto de la anterior jornada, el de Requena por el desafortunado Miro en el eje de la delantera. El empate no bastó para mantener el puesto 10º y el Granada acabó la jornada en el 11º, aunque sí que sirvió para acrecentar las esperanzas de salvación quedando a tres puntos del 7º. Al menos en esta ocasión tampoco se pudo acusar a los rojiblancos de falta de entusiasmo.

No estuvo el Granada solo en La Línea de la Concepción, fueron tres o cuatro autobuses cargados de hinchas los que lo acompañaron, y en uno de ellos viajó el reportero de Ideal y Hoja del Lunes José de Vicente, quien dice que fueron incontables las interrupciones del juego para que el masajista Fernández atendiera a algún lesionado, y que unos y otros repartieron leña de lo lindo mientras las gradas echaban chispas y hasta fue necesario que la fuerza pública tuviera que actuar para calmar los ánimos. Días después fue el club linense multado por la actitud de su hinchada.

La mejor noticia futbolística fue que el Recreativo pudo, por fin, abandonar el farolillo rojo del grupo VI de tercera que ocupaba desde la jornada 3, al vencer en Los Cármenes al Español de Tetuán muy apuradamente por 4-3, y de esta forma dio alcance al Larache, que fue el nuevo colista a partir de este momento. El Recreativo, tras una primera parte muy buena, vencía 4-0 a poco de comenzar la segunda mitad, pero los norteafricanos, un buen equipo (o eso acreditó en Los Cármenes) de la mitad de la clasificación, apretaron de lo lindo y a punto estuvieron de aguar una fiesta que ya se celebraba por anticipado. Merece destacarse el primero de los goles recreativistas, conseguido por el defensa Santi con un chupinazo de golpe franco desde más de cuarenta metros.


En la previa del partido Granada-Málaga pudieron verse pancartas como la de la foto

El Málaga deja dos negativos mientras el filial se trae los dos puntos de La Rosaleda

Los siete puntos conseguidos en las últimas cuatro jornadas, más que en las diez anteriores, en las que sólo habían sumado seis, devolvieron a los rojiblancos las esperanzas de poder salvar la categoría. Para completar la primera vuelta y seguir alimentando las ilusiones faltaba recibir al Málaga, el mejor equipo del grupo, líder desde las primeras jornadas y con marcha firme hacia primera, que sólo había perdido un partido. Pero siendo el Málaga temible, lo cierto es que llegaba en el mejor momento de los rojiblancos, y como había vuelto el ambientillo y estaba asegurado el lleno, con varios miles de malagueños desplazados, la directiva decidió que fuera día del club.

Conforme se acercaba la cita iba creciendo el mejor ambiente futbolero de siempre que nos visitaba el eterno rival, cosa que llevaba dos temporadas sin ocurrir, y así desde el día antes pudieron verse pancartas pasear por la ciudad portadas por hinchas malagueños, entre ellas una que llamó la atención y en la que se veía un boquerón comiéndose una granada.


Chiste de Miranda sobre el Granada-Málaga

El Málaga, embalado camino a primera, fue muy superior y se llevó los dos puntos, 1-3, acabando también con la racha rojiblanca de cuatro partidos sin perder y dejando la cuenta negativa en -3, aumentando a cuatro puntos la distancia a la zona tranquila. Nada que objetar a la victoria boquerona, dicen las crónicas, ante un Granada que había mejorado últimamente en lo tocante a la moral, pero no en juego, el que faltó para derrotar a un muy sólido Málaga en plena forma y con el uruguayo Rodríguez en figura, que marcó los tres goles forasteros. La baja del lesionado en La Línea Ibáñez fue cubierta con la reaparición de Mas, y también volvió al equipo Morera en lugar del canterano Requena, pero el delantero se volvió a lesionar nada más empezar el partido y dejó en inferioridad al Granada.

La mayor expectación entre la parroquia local estaba en ver al granadino Méndez, alineado en Los Cármenes de defensa lateral derecho, que estuvo algo nervioso, dicen las crónicas, sin duda por encontrarse en el escenario en el que se encontraba. Al final del partido manifestó a la prensa que estaba contento con el resultado de su equipo pero que sentía como nadie la derrota del Granada, «Hoy me he dado cuenta del cariño que le tengo», a la vez que mandaba un saludo a toda la afición. También jugó con el Málaga el futuro rojiblanco Becerril. Por lo demás, el campo se llenó y al menos hubo una buena taquilla, en esos momentos la mayor de la historia rojiblanca, que sirvió para liquidar parte de los atrasos que se debían a la plantilla, y no se registró ni un solo incidente entre hinchas ni entre jugadores. Como solía ocurrir por entonces, toda la mañana del domingo por Granada fueron bien visibles los grupos de malagueños que recorrían la ciudad y llenaban los establecimientos de hostelería, y desde dos horas antes de empezar el choque la grada de General aparecía repleta de personal.

Menos mal que el Recreativo salvó el honor local y en su mini derbi, en La Rosaleda y ante el Atlético Malagueño, también de la zona baja de la tabla, se trajo los dos puntos venciendo 0-2 en un gran partido de los jóvenes canteranos, cada vez más entonados en esta difícil categoría. Otro futuro granadinista, el centro delantero malagueño Galacho, desperdició dos penaltis que le fueron pitados en contra al Recreativo. Las lesiones obligaron a alinear en la media a Álvarez, de la primera plantilla, y a la reaparición de Toto, ahora en el puesto de extremo izquierdo. La victoria sirvió para acercarse al tercero por la cola y a distanciar al último, Larache, en dos puntos.


Recorte de Ideal con escenas del partido Granada-Málaga

Homenaje a Sosa

Al finalizar la primera vuelta tras el partido frente al Málaga, en vísperas navideñas, quedó suspendida la liga en primera y segunda hasta el 30 de diciembre, y algunos componentes de la plantilla marcharon de vacaciones a sus lugares de origen. Así el domingo 23 de diciembre fue aprovechado para llevar a cabo el prometido y postergado homenaje al ex granadinista Valentín Jorge Sosa, que tenía que haberse hecho la temporada anterior. Era un homenaje más que merecido pues fue Sosa un jugador muy rentable en las doce temporadas que perteneció al Granada, desde 1939, cuando hacía la mili, hasta 1951, y más si tenemos en cuenta que su prima de fichaje fue ¡una gabardina! que le sacara los fríos penibéticos de sus huesos de recluta guanche. En esas doce temporadas de rojiblanco siempre fue titular, llegando a alinearse en todas las posiciones menos en la de portero y sumar un total de 248 partidos oficiales jugados (el 11º de la clasificación histórica) y 25 goles conseguidos. Fue siempre Sosa un ejemplo de futbolista eficaz y que lo da todo.

En Los Cármenes un combinado Granada-Recreativo se enfrentó a una selección de jugadores de toda la geografía nacional y en el que estuvieron presentes antiguos jugadores rojiblancos como Floro (en esos momentos entrenador del Cuenca), González, Trompi, Almagro y Sierra, además del propio Sosa y su hermano del Córdoba Jorge, y fallaron a última hora otros que estaban previstos, como el añorado César, el portero Martí y varios jugadores canarios de primera. También volvió a vestirse de corto el masajista Fernández, quien actuó con el combinado visitante.

Asistió poco público en una tarde muy fría y desapacible y el partido finalizó con el resultado de empate a dos goles. En los prolegómenos un representante del club Andaluz hizo entrega a Sosa de un obsequio y el ex directivo Moisés Linares donó una copa que fue al final a manos del granadino Almagro, distinguido como el mejor futbolista del partido. El Granada CF no estuvo a la altura de las circunstancias y no mandó representación alguna ni tuvo ningún detalle con el homenajeado.


Sosa, futbolista ejemplar homenajeado

El Recreativo elimina al Bastetano en Copa Aficionados

A la misma hora en que se jugaba el partido homenaje a Sosa, pero en Baza, estaba previsto que el Recreativo disputara el partido de ida de semifinales de la Copa Aficionados en su fase provincial, frente al Atlético Bastetano, equipo líder de la primera regional, pero la fuerte lluvia convirtió en laguna el terreno de juego y no hubo más remedio que aplazar el choque, con gran perjuicio para los locales que habían vendido todo el aforo en día del club.

El partido de ida pudo jugarse dos días después, el 25 de diciembre y lo ganó el filial rojiblanco por 3-6 sin el concurso, como estaba prescrito, de ninguno de sus profesionales, un resultado que dejó de cara la eliminatoria para el Recreativo. Un día después, el miércoles 26, en Los Cármenes se jugó el partido de vuelta, en el que con los mismos hombres volvió a imponerse el Recreativo, 3-2, ganándose el derecho a pasar a la final provincial que le enfrentaría al Arenas de Armilla, que se deshizo del tercer filial rojiblanco, el Andaluz. Tanto en la ida como en la vuelta alineó el Recreativo en la media a Espada, hermano del míster de la primera plantilla, recién fichado.

 

El colista Cartagena se lleva un empate mientras el Recreativo es derrotado en Algeciras

El día 30 de diciembre de 1951 comenzó con la disputa de la jornada 16 la segunda vuelta en las tres primeras categorías del fútbol español. Al Granada le tocó recibir en Los Cármenes, con una muy mala entrada, al Cartagena, el farolillo rojo durante prácticamente toda la liga. Los nuestros aumentaron su cuenta de negativos a -4 porque el resultado fue de empate a dos goles en un partido insufrible que titula así Hoja del Lunes: «Granada y Cartagena jugaron un partido impropio de la Segunda División», y añade que lo que se vio fue fútbol de plazuela, patadones, constantes errores individuales y de conjunto y un largo etc de despropósitos y, lo que es peor, tampoco apareció en esta ocasión el entusiasmo de los rojiblancos que se había dejado ver en los últimos partidos; el cronista no salva ni al portero Martín, exceptuado a menudo del suspenso general en otros chascos rojiblancos de esta temporada. Para colmo, Chaves falló un penalti. El Granada quedó 10º, pero ya a cinco puntos de la salvación.

En el Cartagena venían varios con protagonismo en la historia rojiblanca. En primer lugar su entrenador, en este caso entrenador-jugador, que no era otro que Antonio Sierra, medio que jugó de rojiblanco siete temporadas, incluidas las cuatro de primera, que fue uno de los destacados de su equipo; Sosa, doce temporadas granadinista, que se alineó de falso 9 y fue el autor del segundo gol cartagenero de un magnífico remate de cabeza; y Amaro, rojiblanco dos temporadas después y que tiene el dudoso honor de ser el granadinista sobre el que recayó la mayor sanción de toda la historia del club. También estaba en la plantilla cartagenera el guardameta Valero, pero no jugó en Granada. La ausencia del defensa Japón I hizo jugar en el eje de la cobertura a Mompeán, quien consiguió el gol granadino del definitivo empate al lanzar un golpe franco que se tragó el meta visitante. El Cartagena era el colista y en ese mismo puesto acabó la temporada y descendió.

Por su parte el Recreativo, con la importante baja de Cuerva, enfermo, sustituido por Álvarez, cosechó una nueva derrota, 3-0, en su visita a Algeciras, equipo toda la liga en la zona media de la tabla. Una vez más (y van…) las crónicas hablan de un buen equipo, el nuestro, que sin embargo es inoperante de cara a la portería contraria y al que derrota su inexperiencia. En el Algeciras jugaba y era su estrella el veterano ex del Sevilla muchos años, Mateo, autor de un gol. El filial siguió ocupando el puesto 15º de vicecolista.



El Recreativo campeón provincial de Aficionados

El miércoles siguiente a su partido en Algeciras, ya el 2 de enero de 1952, día de la Toma, jugó el Recreativo en Los Cármenes a partido único la final provincial de la Copa Aficionados ante el Arenas de Armilla, de primera regional. No tuvo problema alguno el filial para vencer, 4-1, y proclamarse campeón de Granada, clasificándose para la fase regional de este trofeo. Las diferencias de categoría entre ambos equipos quedaron de manifiesto y el Recreativo pudo haber conseguido un tanteo de escándalo, según las crónicas.

 

Dimiten presidente y directiva

Que el Granada carezca de liquidez y su deuda no pare de crecer (en esos momentos un millón más o menos, cifra ya muy preocupante), nunca fue una novedad desde casi el mismo momento de su fundación, capeándose mal que bien los compromisos con las aportaciones personales de los directivos de turno. Lo de siempre. Pero en el último tercio de noviembre, después de la victoria sobre el Levante de la jornada 11, se agudizó la permanente crisis institucional en el seno de la directiva y ésta amagó con dimitir en bloque. La taquilla de ese partido fue exigua y parte de la misma fue embargada por la autoridad para pagar deudas federativas antiguas, a lo que se añade que un directivo tuvo que completar de su bolsillo en los mismos vestuarios de Los Cármenes lo necesario para poder pagarles a los futbolistas la prima conquistada, aparte de que a varios jugadores se les debían mensualidades y la ficha, incluso tanto Espada como Cholín, los dos entrenadores hasta el momento, habían adelantado cantidades que les eran adeudadas. Todo ese cúmulo de adversidades desencadenó la crisis institucional.

El club emitió una nota oficial en la que decía que, frente a lo que ocurre en otras ciudades, incluso de menos importancia que Granada, aquí el equipo representativo no recibe ayuda alguna de los organismos oficiales ni del comercio, y que es imposible mantener el club con las cuotas de un reducido número de aficionados y el sacrificio de media docena de directivos. Continuaba la nota dando a conocer que por la vía de la suscripción popular que se puso en marcha dos meses atrás, consistente en que los socios voluntariamente aportaran suplementos de 25 pesetas, apenas se habían recaudado 4.500, y que la taquilla del Granada-Levante dejó en caja sólo 15.000. En la misma nota se dice que la junta había decidido hacer una última aportación de 50.000 pesetas con la que pagar a los futbolistas y costear el siguiente desplazamiento. En esas condiciones, dice la misma nota, estaban todos dispuestos a dimitir y dejar paso a otros con soluciones.

El que sí que dimitió definitivamente en esa misma sesión fue Cholín como delegado deportivo, un cargo del que el propio Ignacio Alcorta decía que no sabía muy bien cuáles eran sus funciones. También dijo Cholín que esperaba que le fueran reembolsadas las 30.000 que de su bolsillo adelantó para el fichaje de un jugador en su día.

La crisis en esa ocasión quedó momentáneamente aparcada, a lo que contribuyeron también los buenos resultados deportivos que el equipo encadenó finalizando la primera vuelta y la gran taquilla que dejó la visita del Málaga. Pero nada más empezar 1952, a primeros de enero y después de otra mínima taquilla que ni cubría los gastos, en el partido en Los Cármenes frente al Cartagena, y ante la necesidad de nuevas aportaciones que permitieran siquiera cubrir los gastos del siguiente desplazamiento, los directivos cumplieron su amenaza y el día 3 de enero de 1952 dimitieron todos a una, con su presidente Joaquín Serrano a la cabeza. En ese momento sonó el nombre del vicepresidente José Bailón Verdejo como posible solución, y tras asegurar la prensa local que daría el paso, finalmente el industrial atarfeño declinó en esta ocasión asumir la presidencia.

No había en caja ni siquiera fondos con que sufragar los gastos del desplazamiento a Alcoy de la jornada 17, pero a última hora quedó este problema resuelto al recibirse en el club la cantidad de 5.000 pesetas que el Hércules debía desde que, a su paso por Granada proveniente de Málaga, su autobús sufrió una avería y el Granada le prestó esa cantidad para poder continuar su viaje a Alicante.


El buen Recreativo de la 51-52. De pie: Urquizar (suplente), Diaz Cara, Jaime, Rafa, Rivera, Sánchez y Cuerva; agachados: Vicente, Guerrero, Santi, Garrido y Julio

Juan Alonso Roda nuevo y breve presidente

La dimisión de la directiva y su presidente levantó una cascada de críticas de aficionados entrevistados por el diario Patria, y salieron a relucir las grandes pifias de la temporada, sobre todo en lo tocante a la confección de la plantilla para la 51-52, en especial su excesivo número de componentes y su elevado coste, sin olvidar la escasa calidad futbolística de la mayoría de los fichajes. El primer señalado fue el míster de las cuatro primeras jornadas, Ignacio Alcorta, Cholín, quien se defendió en las páginas de Ideal alegando que él sólo había intervenido en el fichaje de Japón I, dando su visto bueno para la incorporación del defensa y adelantando de su bolsillo 30.000 pesetas, de las cuales sólo había podido recuperar la mitad. En los demás fichajes de la temporada no intervino y la mayoría habían sido contratados por teléfono –dijo- o marchando los directivos a por los jugadores, y que él personalmente siempre mantuvo que todos los esfuerzos debían haberse centrado en conseguir a los jugadores Callejo y Verde, que estuvieron la anterior temporada cedidos del At. Madrid, más sólo tres futbolistas de primera, con esos y los que ya estaban más algunos del Recreativo, hubiera quedado confeccionada sin duda una mejor plantilla y más económica, dijo.

El delegado de la Federación Andaluza, José Carmona Ros, inició enseguida gestiones para la designación de un nuevo presidente, pulsando a varios ex directivos y notables del granadinismo y de la vida ciudadana, recibiendo a menudo como respuesta la frase que de labios del propio Carmona reproduce Ideal: «¿Hacerme cargo de la presidencia del fútbol? No, hombre, todavía no estoy loco del todo». Pasados varios días y en vista de que no se encontraba a nadie dispuesto a asumir la presidencia del Granada, Carmona Ros convocó a una reunión en los locales de la Federación a ex presidentes, ex directivos, aficionados con posibles y otras personas con algún tipo de relieve en la ciudad. Treinta y cinco eran los convocados el día 12 de enero de 1952, pero sólo acudieron catorce y tras más de cuatro horas no se alcanzó acuerdo alguno, así que seguíamos sin directiva. En la reunión el nombre que más sonó como presidenciable fue el de Juan Alonso Roda, quien ya había ocupado una vicepresidencia del club en la temporada 1947-48. Se necesitaban ya, en esos precisos momentos, se dijo en la reunión, unas 650.000 pesetas para terminar la temporada, y sólo se disponía como toda fuente de ingresos de las taquillas de los seis partidos que faltaba jugar en casa y las cuotas de los escasos socios de número. Interpelados los presentes a ver cuánto podía aportar cada cual, ante lo insuficiente de lo ofrecido no se alcanzó acuerdo alguno.

No obstante, a los pocos días de la reunión la prensa local publicó que Juan Alonso Roda por fin se había decidido y era ya presidente del Granada. En una segunda reunión con menos asistentes que la anterior, ahora en el domicilio particular de Carmona Ros, se llegó a ese acuerdo. La nueva directiva la integrarán algunos ex presidentes como Ricardo Martín Campos (vocal) y Juan Diego Pérez de Haro (vocal), y otros como Francisco Cristiá López (secretario), José Bailón Verdejo (vicepresidente) y Fernando Bex Cascales (tesorero), más el presidente del Recreativo Francisco Jiménez Callejas (vocal) y otros muchos. Su primera actuación fue la de abonar a los futbolistas la mensualidad de diciembre cuando éstos habían empezado a ponerse nerviosos e incluso algunos hablaban de denunciar ante la Federación, así como sufragar el desplazamiento a Salamanca correspondiente a la jornada 19 (en total unas 60.000 pesetas).

En el aspecto deportivo la intención de Alonso Roda era, para la temporada en curso, aliviar la excesivamente recargada nómina de futbolistas revisando todos los contratos y dando bajas inmediatamente (sumadas las 28 fichas de los integrantes de la plantilla daban la barbaridad de 1.091.000 pesetas), a la vez que reforzando el equipo con un delantero y un defensa de categoría, y para la venidera se proponía estudiar muy bien cada posible fichaje modificando el modo de actuar para «acabar con los petardos en el Granada». La nueva directiva se vio obligada, según propia manifestación, a abrir nuevos libros de contabilidad porque –explicaron- no era posible enlazar la anterior con las cuentas propias. En esos momentos se calculaba que la deuda global del GCF iba ya por 1.300.000 pesetas.

Pero la primera resolución adoptada, en el mismo día de su toma de posesión, fue la de nombrar presidente honorario del Granada al alcalde Juan Ossorio Morales, así como girar visita al Ayuntamiento para entrevistarse con él a fin de allegar alguna solución para la grave crisis de la entidad. De lo allí hablado no trascendió ninguna resolución ultimada de ayuda del municipio al club, dejando esos aspectos para posteriores reuniones, pero el reportero de Ideal se atreve a adelantar que muy bien podrían ir los tiros por el acuerdo de condonación de los impuestos municipales que en esos momentos adeudaba el Granada, o bien, la obtención de una ayuda económica, o bien, la municipalización de Los Cármenes, asumiendo la corporación la deuda del club; cualquiera de los tres aspectos, o los tres en su conjunto, serían muy bien recibidos. Días después el Ayuntamiento en pleno aprobó una subvención al Granada, pero en otro pleno posterior y ante el informe negativo de la comisión municipal de Hacienda decidió no conceder la ayuda prometida.

Otra de las primeras decisiones adoptadas por la nueva junta fue la de captar nuevos socios protectores de tribuna y preferencia al precio de 1.000 y 500 pesetas, y empezaron a salir en la prensa las primeras listas de nuevos socios, el primero de ellos el alcalde Juan Ossorio Morales, que suscribió su carnet por 1.000 del ala, seguido de los miembros de la directiva. En esta primera lista se alcanzaron las 39.000 pesetas. Por esta vía se recaudaron 60.000 pesetas aproximadamente.

Otra posible solución que barajó la nueva directiva fue la de la venta de los terrenos de la explanada de Los Cármenes, entre la puerta principal y la tribuna, una idea que ya plantearon anteriores directivas también en momentos de crisis.

Por lo que respecta a la revisión de contratos, La comisión deportiva trató de llegar a un acuerdo para la rescisión con los futbolistas Álvarez, Bosque, Japón II, La Rubia, Felipe Martín, Ortega y Botella, pero de primeras no hubo acuerdo porque los jugadores exigían que se les liquidara hasta la última peseta. Continuadas las gestiones, éstas dieron como resultado la rescisión solamente del contrato de Bosque, (aunque la prensa granadina informó que también habían rescindido Botella y Ortega). Bosque se marchó al Motril, de Regional Preferente pero con aspiraciones de ascenso a tercera. Varias semanas después se alcanzó acuerdo de rescisión con Álvarez, socio del anterior ya que ambos tenían a medias un bar en Granada, quien también emprendió el camino de la costa y se enroló asimismo en el Motril.

Y siguieron las gestiones para la incorporación de nuevos fichajes para lo quedaba de temporada, sonando los nombres de los ex granadinistas González, por entonces en el R. Madrid, y del delantero Morales, en el Zaragoza, también en primera, los cuales podían incorporarse al no haber debutado esta liga en sus respectivos equipos, pero no vino ninguno de los dos.

Apenas un mes después de la toma de posesión de la directiva encabezada por Alonso Roda, tras la derrota en Los Cármenes frente al Murcia y ante el fracaso de la mayor parte de las gestiones emprendidas, dimitió la directiva con su presidente al frente, quien dijo a la prensa que él no hundía al Granada en tercera.

Sólo un mes fue Juan Alonso Roda presidente del Granada

 

 

CALLEJEANDO

 

 

Accidente de la Alsina de Sevilla con resonancias lorquianas

            En la Navidad de 1951, la Alsina que venía de Sevilla chocó contra un árbol llegando a Santa Fe al esquivar a un camión que circulaba en dirección contraria y que se le vino encima. Resultaron heridos leves catorce viajeros. Nada de particular tendría la noticia si no fuera porque entre los lesionados que fueron atendidos en el hospital de San Juan de Dios, cuyas señas publica la prensa, encontramos un nombre que nos evoca al García Lorca de sus últimas horas en la colonia de Víznar: José Jover Tripaldi, funcionario domiciliado en Cárcel Baja 11, que sufrió contusiones y erosiones diversas.  

            Este Jover es el que en 1955 contó a Agustín Penón que él personalmente había compartido un cigarrillo con García Lorca en su última noche e incluso había rezado con el poeta una oración pocas horas antes de ser pasado por las armas. Según el propio Jover Tripaldi, esa noche estaba en la colonia de Víznar como soldado falangista a las órdenes del capitán Nestares, en servicio de custodia sobre los presos que esperaban en capilla, a los que comunicó su triste destino, y el propio Federico le regaló en agradecimiento por su trato humano su encendedor de plata, que no quiso aceptar.

En el libro “Miedo, olvido y fantasía. Crónica de la investigación de Agustín Penón sobre Federico García Lorca (1955-1956)”, de Marta Osorio, se lee el siguiente comentario sobre Jover: «La verdad es que me ha ayudado mucho, demasiado, lo que hace que me sienta un poco avergonzado por no corresponderle mejor, pero me agota.», escrito por Penón acerca de Tripaldi, del que dice que se sentía agobiado por su carácter acaparador en la relación de amistad que surgió entre ambos. Sin embargo, para otros historiadores, todo lo relatado por Jover Tripaldi era fruto de su imaginación, e incluso niegan que se encontrara aquella noche fatídica y sin luna en Víznar.


Caricatura de José María Granada por Tovar


Retractación de José María de Granada

            Hoy está prácticamente olvidado, pero en su tiempo, los alegres años veinte del siglo pasado, fue un autor de éxito José María de Granada (o sin la preposición “de”), seudónimo de José María Martín López, nacido en nuestra tierra en 1893. Ordenado sacerdote, tras algún éxito menor como dramaturgo, en 1920 se trasladó a Madrid y colgó los hábitos para sentar cátedra como sainetista, además de llevar una vida bohemia y rodar de tasca en tasca y de colmao en colmao, se lee en Wikipedia. Títulos como ¡El demonio son los hombres!, Granada mía, ¡Si fue Don Juan andaluz…!, Manolito pamplinas, El niño de oro, La hija de Juan Simón y otros muchos, fueron éxitos teatrales que llevaban su firma.

En la misma página de Wikipedia leemos que también hizo sus pinitos en el séptimo arte. De su escasa producción cinematográfica destaca el film El Niño de Oro, una adaptación al cine de su sainete costumbrista andaluz del mismo título, su mayor éxito, película muda estrenada en 1925 y financiada por el paisano marqués de Portago, dueño también de la productora Cinematografía Granada, rodada en gran parte en el Albaicín, el Sacromonte y la Alhambra, con dirección y guion del propio José María Granada, que también fue uno de sus protagonistas junto a otras varias personas que nunca habían pisado un escenario, entre ellos el dramaturgo y poeta granadino Alberto Álvarez de Cienfuegos, además de algún actor profesional. 

            A mediados de diciembre de 1951 los periódicos granadinos publicaban un artículo firmado por el propio José María Granada, utilizando ya su nombre verdadero, José María Martín López, y bajo el título “Voluntaria y pública retractación de un sacerdote extraviado”, que comienza así: «A los fieles católicos en general, a mis hermanos en el sacerdocio y a cuantos han sido testigos de mis errores y extravíos, va dirigido el presente escrito de retractación de cuantas palabras, acciones u omisiones mías hayan sido motivo de escándalo, de las que abjuro en este momento con toda la sinceridad de mi alma». Ideal comenta que, deseoso de reparar su pasada vida aseglarada y restablecerse a su estado y dignidad sacerdotal se ha dirigido a su diócesis y arzobispo, y en la Curia se le ha incoado expediente de rehabilitación.

Dicho expediente culminó con el reingreso en el sacerdocio, que ejerció en Madrid varios años, aunque en 1959 volvió a Granada, donde murió un año después en el hospital de San Juan de Dios, solo y olvidado.

 

Día del guardia urbano

            El año 1952 se estrenó en Granada recuperando una costumbre que había quedado olvidada en los últimos años, pero que tenía cierta solera puesto que existían precedentes en nuestra ciudad en los años anteriores a la Guerra Civil: el día del Guardia Urbano. Ya saben, por un día, siempre el 1 de enero, los automovilistas dejaban a un lado sus rencillas y malquerencias con los multadores y homenajeaban a los guardias de la porra, o sea, los encargados de dirigir el tráfico, porra blanca en ristre, a pie firme en alto desde estrechas plataformas situadas en medio de la vorágine circulatoria, o bien pisando el adoquinado, en tiempos anteriores a la regulación automática del tránsito por semáforos.

            Era ésta una costumbre nacida allende nuestras fronteras, en Londres concretamente, y que fue adoptada en distintas ciudades españolas conforme iban creciendo sus respectivos parques automovilísticos. Hasta 1935 no llegó a Granada. Su principal impulsor fue el periodista de Ideal que ya ha aparecido varias veces en estas mismas líneas y que firmaba con el seudónimo de Zirto, o más brevemente Z, (Cándido García Ortiz de Villajos). En las páginas del diario granadino, cercana la Navidad de 1933, ya lo había propuesto, pero no le hicieron caso alguno. Volvió a la carga un año después publicando un artículo en la sección Siluetas y Momentos, al que tituló “Para los hombres del casco blanco”, donde se confesaba rabioso defensor de las tradiciones patrias, pero nada opuesto a importar las foráneas cuando éstas significan ampliar el sentimiento fraternal entre los hombres, por ejemplo, la costumbre extranjera de obsequiar en navidades con regalos propios de esas fiestas a los guardias de la circulación. El artículo concluía haciendo un llamamiento a la población en general para que en Granada se les rindiera también un homenaje.

            Encontró eco el llamado de Zirto en la Compañía de Autobuses Urbanos y en parte de la prensa local, y así el día primero de año de 1935 pudo verse en distintos puntos de la ciudad a guindillas de los de salacot blanco, en sus puestos, pero literalmente rodeados de toda clase de obsequios aportados por la generosidad ciudadana: botellas de licor, puros, cajas de mantecados, pavos y pollos vivos, billetes de lotería y muchas otras cosas, y la nota graciosa, casi una escena de sainete, la dio el restaurante La Escribanía (muy puntero por entonces, en calle Abenámar), que invitó a los guardias a un almuerzo y preparó una mesa con su mantel y sus cubiertos y hasta con su jarrón con flores de centro de mesa en plena calle, delante mismo de Correos (por entonces en donde hoy está la Plaza de Isabel la Católica), a la que se sentaron cuatro agentes, que dieron cuenta de un largo menú rematado con postres, café, vinos, licores y puros.

            «Granada consagró ayer al guardia de circulación con un trastoque de emociones renovadoras, lo más simpático de su gracia andaluza. Nos venció Londres… El Park Avenue se pasó por la Puerta Real con una lluvia bailadora de manzanilla, apagando las trompetas del Pendón y los gritos sanantoninos de la Vela». […] «Y así apareció 1935 con una nueva fiesta, grata y simpática fiesta, que se tradujo en “El Día del Guardia”, inaugurado ayer en Granada con un voluminoso éxito de pavos, habanos y vinos espumosos» [] «…y el tributo se rindió bajo la proclamación de una era de paz entre guardias y volantistas, entre peatones y vigilantes de velocidades templadas.», pudo leerse al día siguiente en El Defensor con la firma de Manuel Cruz Romero, que los días previos había secundado con entusiasmo desde las páginas del diario (el de más difusión en Granada por entonces) la iniciativa de Zirto en Ideal, y a quien los guardias homenajearon en agradecimiento esa misma tarde.

En Puerta Real y en la intersección de Gran Vía y Reyes Católicos fue donde más regalos cosecharon los gendarmes, dándose la nota paradójica de que los agentes de la circulación rodada tenían que emplearse en despejar de aglomeraciones de viandantes las aceras, repletas de curiosos hasta el punto de interrumpir el tránsito. Sobre las ocho de la tarde fueron retirados los cientos de kilos de regalos y trasladados a los locales de la guardia municipal para proceder al equitativo reparto de todo lo recogido entre los treinta agentes y dos brigadas que en Granada tenían a su cargo la regulación del tráfico rodado.

El buen tiempo impropio de la época del año, sumado a la festividad del día, que en Granada tiene siempre el añadido de la tremolación del Pendón de los Reyes Católicos y la subida a la Alhambra para tocar las mocitas casaderas la campana de la Vela, abarrotaron las calles céntricas y se puede decir que resultó un gran éxito esa primera edición en 1935 del Día del Guardia Urbano. Al año siguiente, el primer día de 1936 volvieron a repetirse las mismas escenas en las calles granadinas, incluido el almuerzo de los del casco blanco en Reyes Católicos y aumentado con otro en Puerta Real, regalado éste por el café Suizo, pero en esta ocasión no acompañó el meteoro y la fiesta resultó algo menos animada.

La Guerra Civil significó también la desaparición de esta fiesta doméstica. A su término, las grandes escaseces de posguerra acabaron de hacer olvidar la costumbre. Pero a las alturas de 1952, sin poderse hablar del fin de la escasez, ya no era ésta tan terrible como diez años atrás y había ya bastantes productos no sujetos a racionamiento, por lo que de nuevo a través del diario Ideal se reivindicó que fuera recuperada la fiesta del Día del Guardia Urbano, haciendo ver que para nada era un invento suyo y que ya se había hecho en Granada antes de la guerra, apoyando además la petición en los escasos emolumentos percibidos por los de la porra: «Y lo paradójico del caso es que el guardia urbano tiene que mantener ante el público una actitud digna, cortés y hasta elegante. No se le puede pedir más esfuerzo a unos honorarios… tan honorarios.», se lee en la primera página de Ideal de 29 de diciembre de 1951 en un comentario sin firma, pero tras el que adivinamos la siempre buena pluma de Z. La alcaldía autorizó la celebración limitando exclusivamente los lugares de entrega de regalos a Puerta Real y cruce Reyes Católicos-Gran Vía, y así el día de año nuevo de 1952 volvieron a vivirse en Granada las escenas de los guardias de la circulación en sus puestos, dirigiendo el tráfico rodeados de montañas de presentes regalados por automovilistas y peatones.

En esta edición de 1952 participaron también las primeras autoridades: el arzobispo Santos Olivera, el gobernador Fernández-Victorio, el capitán general accidental Aranguren, el alcalde Ossorio y hasta Gallego Burín, de vacaciones navideñas en Granada, quienes se acercaron en sus coches a entregar regalos.

A partir de este 1952, el Día del Guardia Urbano siguió celebrándose cada año nuevo durante décadas y siempre gozó de las simpatías de la población en general. Así hasta 1971 en que fue la última edición. En Ideal de 31 de diciembre de 1971 se lee que al día siguiente no habrá fiesta del guardia urbano por haberlo así aprobado el pleno municipal a solicitud del teniente de alcalde, delegado de la policía municipal, señor Rojas Pérez, quien manifestó que previamente había pulsado la opinión de los propios guardias y éstos se habían mostrado de acuerdo con la medida; la causa de la suspensión era que el tráfico rodado en Granada en esos años ya había crecido mucho y la acumulación de regalos en la vía pública provocaba grandes atascos. Quien quisiera obsequiar a los guardias podría hacerlo libremente, pero los regalos debían entregarse en el cuerpo de guardia del Ayuntamiento. Ya no volvió a celebrarse en Granada el Día del Guardia Urbano.


Recorte de Ideal de 2 de enero de 1952 sobre el Día del Guardia Urbano