EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



sábado, 17 de septiembre de 2016

GASPAR RUBIO SUSTITUYE A VALDERRAMA

Manolo Valderrama, míster recreativista en la temporada 1939-40
Valderrama

Para el último partido de la liga de 2ª división 1939-40, grupo V, en Los Cármenes frente al Ceuta Sports, al que el Recreativo goleó 5-1 (aunque de nada sirvió puesto que el Cádiz ganó también y quedó campeón, a un punto) y ante la gran cantidad de lesionados o sancionados (Aguileño, lesionado desde la visita del Cádiz, hasta dos meses no podrá volver a formar con Gaspar Rubio esa extraordinaria ala izquierda que tan buenos partidos dio esta temporada; Timimi gravemente lesionado en el partido anterior, con fractura de tibia y peroné; Nin expulsado en Córdoba y sancionado; Luis Sosa y Mesa inutilizados desde hacía varias jornadas), la prensa había anunciado que el míster Valderrama jugaría de delantero centro. Ya en la temporada 1932-33, cuando el Recreativo militaba en 2ª Regional Preferente, jugó su último partido como recreativista en esa posición y marcó tres de los cinco goles que en el primer partido de fase de ascenso a Tercera se llevó del campo de las Tablas el Córdoba FC. No obstante, Valderrama, cercano a cumplir los 38 años, había sido en sus buenos tiempos un fino y científico (como se decía por entonces) interior retrasado, y en esa posición alcanzó la internacionalidad absoluta militando en el At. Madrid, pero llevaba más de cuatro años sin darle una patada a un balón. Finalmente no fue necesario su concurso sobre el césped de Los Cármenes y el Recreativo no tuvo ningún problema para golear a los ceutíes y acabar segundo aunque, como queda dicho, de nada sirvió porque sólo el campeón de cada grupo jugaba liguilla de ascenso a Primera. Pero lo que sí que ocurrió fue que una vez disputado todo el calendario, Valderrama anunció que se volvía a Madrid a ocuparse nuevamente de sus negocios. Gaspar Rubio se hizo cargo de la preparación del equipo. Bajo su dirección técnica disputará el Recreativo todo el llamado campeonato Presidente de la Federación.   

Nota autógrafa de Valderrama, publicada en el diario Patria, en la que se despide de la afición

Baja a Bombillar
Como ya no hay nada que hacer, empiezan pronto los licenciamientos y las primeras bajas de la plantilla las reciben Doménech y Bombillar. Desde la fundación del club en 1931, la próxima temporada será la primera en la que al repasar los componentes de la plantilla recreativista no encontraremos el nombre de Bombillar, un nombre que ya pertenecía al Recreativo incluso antes de su fundación, cuando todavía era conocido como Recreativo Español. En realidad es un adiós por poco tiempo ya que pronto volverá a ingresar en el club, ahora como conserje de Los Cármenes, puesto en el que permanecerá hasta su jubilación en 1977.

Antonio Bombillar ya era del Recreativo antes de que éste se fundara

Copa Presidente de la Federación 
A primeros de marzo ha terminado la temporada oficial del Recreativo con el frustrante segundo puesto que no da derecho a nada. Quedan varios meses de inactividad. Por ello, a iniciativa del Recreativo, se organiza un campeonato no oficial a disputar por los subcampeones de cada grupo de Segunda: Ferrol, Osasuna, Sabadell, Ferroviaria de Madrid y Recreativo, y para que no quede coja la competición se propone que también la dispute el Malacitano, tercer clasificado del grupo V. El Malacitano fue aceptado y en principio todos dieron su conformidad a disputar esta liguilla, pero a última hora el Ferrol se descolgó y fueron sólo cinco equipos los participantes. El trofeo se iba a llamar “Alcázar de Toledo” y lo iba a patrocinar el general Moscardó, jefe de la Casa Militar del Jefe del Estado. Finalmente se llamó Copa del Presidente de la Federación Española de Fútbol y se empezó a jugar a mediados de marzo.

El primer partido del Recreativo era en Sabadell. El desplazamiento se convirtió en toda una odisea para los recreativistas, que viajaban en dos taxis que sufrieron infinitas averías, llegando a Sabadell sólo dos horas antes de comenzar el partido. Agotados, no pudieron evitar la derrota, 3-2. En el Sabadell se alineaban dos futuros granadinistas, César y Safont, y ambos marcaron.
La competición no oficial de subcampeones de Segunda o trofeo de consolación como también se le llama, continúa para el Recreativo con un triunfo en Madrid ante el Ferroviaria. Pero en la tercera jornada sufren los nuestros un palizón de 5-0 en casa del Malacitano que sienta muy mal y que motiva que en el comentario del partido en Patria se afirme que Maside, Trompi y Mesa vienen actuando con desgana para forzar la obtención de su libertad y fichar por otros equipos. Al día siguiente replican los tres aludidos afirmando que su amor a los colores recreativistas es tanto que, teniendo como tienen buenas ofertas, prefieren quedarse en el Recreativo, donde están satisfechísimos.

Chiste de Miranda acerca de la mala clasificación recreativista en la Copa Presidente

Lo cierto es que esta competición interesa bien poco a los aficionados y las recaudaciones apenas cubren gastos, y más cuando, como en el caso del Recreativo, no le van nada bien las cosas pues después del triunfo en Madrid ante la Ferroviaria ya sólo va a ganar otro partido, el de devolución de visita del Malacitano; aparte de eso sólo un punto más se anota nuestro equipo, del empate en la última jornada en Los Cármenes frente al Sabadell. Lo demás son derrotas, algunas muy dolorosas, como el 1-4 ante el Ferroviaria y el 1-3 frente al Osasuna. Finalmente el Recreativo, dirigido por Gaspar Rubio como jugador-entrenador, quedó quinto y último de esta competición no oficial que se le ocurrió a la directiva recreativista y que en vista del poco éxito no conoció una segunda edición.

Gaspar Rubio y Chales, capitanes recreativista y malacitanista en los prolegómenos del partido que ganó el Recreativo en Los Cármenes en la Copa Presidente
Copa Granada 1940
Como en los años anteriores a la guerra, éste vuelve a disputarse en Corpus la que se llamó Copa Granada. En tiempos de la República (y alguna vez antes de su instauración) cada Corpus, con subvención municipal y como parte de los festejos programados para nuestras fiestas mayores, se jugaban dos o tres partidos amistosos contra equipos forasteros en disputa de un trofeo que normalmente alguna firma donaba o lo hacía el propio Ayuntamiento, y que podemos considerar un precedente del Trofeo Granada que se empezó a disputar cada agosto desde 1973 y alcanzó varias ediciones. Esta copa Granada tuvo en el pasado mayor o menor esplendor en proporción directa a la importancia de la subvención municipal. Especialmente brillante fue la edición del Corpus de 1932, cuando vinieron al campo de las Tablas el At. Madrid (que la ganó) y el Betis. También fue brillante la edición de 1933, con la contratación del Arenas de Guecho y el Murcia, y también la de 1934 en la que vinieron el Sevilla y el Racing de Santander. En 1935 (el Murcia) y en 1936 (el Sevilla) la rebaja en lo que aportaba el Ayuntamiento sólo dio para contratar a un rival.  Ya vimos cómo en el Corpus 1939 la Copa Granada la disputaron dos clubes foráneos porque el Recreativo no tenía todavía ningún futbolista. Ahora, en 1940, se ha contratado para dos partidos al Murcia, recién ascendido a Primera -donde debutará- tras ganar la liguilla.
                 El primer partido se jugó el miércoles en que empezaban las fiestas, 22 de mayo, y acabó 3-3, los tres goles murcianistas de Uría, futuro granadinista. En el Recreativo jugaron varios a prueba, entre ellos el portero Cabo, veterano que había pertenecido a R. Madrid, At. Madrid y Español. Arbitró el ex recreativista del Once Fantasma Morales, que años después sería árbitro colegiado.

Carrera y Millán en Los Cármenes antes de enfrentarse al Murcia en la Copa Granada
 El segundo partido, arbitrado ahora por Enrique Juristo, ex futbolista de los años veinte que perteneció al España y al Español y también fue directivo recreativista además de árbitro amateur, se jugó dos días después, el viernes, aprovechando que tampoco había corrida, y volvió a acabar en empate (2-2), así que se decidió jugar un tercer partido, pero como el Murcia actuaba el domingo en Málaga en otro amistoso, se fijó el desempate para el martes 26 de mayo. Ese día, con arbitraje nuevamente de Morales, se impuso el Recreativo (4-2) y se adjudicó la Copa Granada, donada por el Ayuntamiento y entregada por el alcalde Antonio Gallego Burín al capitán y preparador Gaspar Rubio.  En los tres partidos marcó el famoso Uría, el de la amnesia, ya por entonces y desde antes de la guerra pretendido por el Recreativo, futbolista que sólo dos años después y en este mismo escenario protagonizará una de las anécdotas más insólitas que se recuerdan.
                En el tercer partido actuó a prueba en el Recreativo Joaquín Carrera, otro ex del Once Fantasma, que en la temporada recién terminada había pertenecido al Jerez. Fue Carrera un defensa duro, todo pundonor, base del Recreativo años treinta y muy querido de la afición. Ya era muy veterano pero, según la crónica, todavía conservaba buenas cualidades aunque no llegó a reincorporarse porque para entonces ya contábamos con Millán y González. Había venido a un homenaje en Baza a Fidel del Campo, que se retiraba, y de camino actuó en este amistoso. Carrera fue protagonista involuntario en 1935 de un affaire entre precisamente el Murcia y el Granada cuando, jugando en La Condomina en partido de liga, ocurrieron varios incidentes en forma de apedreamiento de los recreativistas y agresiones sufridas por nuestros jugadores, y en medio del bochinche Carrera resultó lesionado y esto obligó a ingresarlo en un centro sanitario y regresar a Granada varios días después, lesión que en su día fue calificada por la prensa granadina como de malintencionada (“el crimen de La Condomina” llamó a todo lo sucedido un siempre combativo Martinenc en el Defensor).

El alcalde Antonio Gallego Burín hace entrega a Gaspar Rubio de la Copa Granada 1940

Corpus 1940
                Entre el 22 de mayo y el 2 de junio Granada celebra sus fiestas mayores, pregonadas por el poeta granadino Manuel de Góngora («¡Sácame, España, a que tu sol me bese / y vuelva, augusta, a pasear tus calles / donde con tu zafiro me empavese / y me arrullen tus líricos ventalles! / ¡Que a despecho de torpe apostasía / frente a esa turba que blasfema y odia, / Dios estará contigo, España mía, / mientras quede en tu altar una custodia!»).
                Como era tradicional, la fiesta comenzó muy temprano con la diana floreada interpretada por diversas bandas de música recorriendo las principales calles de la ciudad para confluir todas en la plaza del Carmen e interpretar conjuntamente los himnos Nacional y del Movimiento, coreados brazo en alto por el público asistente. Después del pregón venía el desfile de la Pública en el que la Tarasca, es decir, el maniquí que sobre el dragón (la Tarasca propiamente dicha) desfila cada Corpus, igual que en 1939 no lucía la última moda sino que iba vestida con traje regional de baturrica y sólo salían los dos gigantes moros. Tampoco este año hubo carocas en plaza Bib-Rambla.

Monumental altar instalado en plaza Bib-Rambla para la procesión del Corpus
 Por lo demás, no se diferencia demasiado este Corpus de otros anteriores o venideros y no faltan la procesión y su octava, los altares levantados para la ocasión, las iluminaciones extraordinarias, las barretas, la feria de ganados en el Violón, la fiesta de las espigas y bendición de los campos, los castillos de fuegos artificiales desde la explanada de la plaza de toros del Triunfo (con la efigie de Franco en luminarias de colorines) y desde San Nicolás, las verbenas en plazas públicas, las corridas de toros, la Copa Granada de fútbol y los conciertos en el palacio de Carlos V.  La novedad este año es que el ferial se instaló en su mayoría en la recién embovedada y pavimentada Acera del Darro, que andando el tiempo será popularmente conocida como Filomátic. Eso y también ver a los guardias de tráfico más en plan guindilla que nunca, estrenando trajes nuevos de gala confeccionados por Sastrería La Madrileña, con casacas de color grana y pantalón negro con correajes y salacot  blancos.
                Mientras los granadinos se divierten con su provinciana feria olvidando la reciente guerra, otra guerra mucho más mortífera tiene lugar en Europa, donde los alemanes arrasan con su blitzkrieg y después de conquistar Flandes completan su cerco en Dunkerke sobre la fuerza expedicionaria británica a la que finalmente echarán al mar y obligarán a volver a las islas. Aprovechando lo que parece inminente victoria final alemana, la Italia de Mussolini anuncia su inminente entrada en la guerra al lado de Alemania. Los dos periódicos granadinos celebran sin disimulo el desarrollo de la guerra.

Comienza el derribo de la Manigua
También en el apartado ciudadano es muy de destacar lo que el 5 de junio de 1940 Ideal publica en primera página: una foto en la que se ve al alcalde Gallego Burín dando el primer golpe de espiocha (bendecida por el párroco Gregorio Espín) sobre la pared de la que fue Casa de Socorro, situada en el Campillo Alto. Con el simbólico gesto, comienza el derribo de la Manigua, una zona que está previsto sanear echándolo todo abajo y urbanizar el perímetro edificando nuevos inmuebles y trazando nuevas calles. El derribo de la Manigua comienza por fin en esta fecha pero era ya un proyecto antiguo del que trataron sucesivas corporaciones municipales desde al menos veinte años atrás, en tiempos anteriores a la dictadura de Primo de Rivera.

Gallego Burín simbólicamente da inicio al derribo de la Manigua. En la foto está también Ricardo Martín Campos, presidente recreativista y concejal del Ayuntamiento
Se trata de una zona granadina tan céntrica como la que delimitan: Puerta Real, Acera del Casino, plaza del Campillo, plaza de Mariana Pineda, calle San Matías, calle Navas, plaza del Carmen y calle Reyes Católicos. A la zona ya nadie la conoce por el nombre de Manigua pero, como se ve, estaba (y sigue estando) en pleno meollo de Graná, aunque en 1940 su aspecto era muy distinto al actual y en lugar de ser una zona residencial o comercial de primer orden lo que la ocupaba era un laberinto de callejuelas con casuchas de una o dos plantas sin ningún valor patrimonial y en estado bastante cochambroso. La razón principal que se esgrimía para llevar a cabo esa gran reforma urbana era que, además de ofrecer un pésimo aspecto físico esta zona en pleno centro de la ciudad, todavía era peor el aspecto moral de la cuestión ya que en el barrio tenían su sede la mayor parte de los prostíbulos existentes por entonces en Granada, esto es, era “la sede de la disolución y el escándalo” y allí se concentraban “covachuelas, suciedad, vicio y degeneración” (Ideal). Durante el franquismo la prostitución fue una actividad legal y regulada, pero había que acabar con el barrio chino (o rojo) de esta ciudad de 155.000 habitantes porque estaba demasiado a la vista y eso ya sí que incomodaba.
                Para poder llevarla a cabo el alcalde Gallego Burín, empeñado en mejorar el aspecto de la ciudad, consiguió del banco de Crédito Local un empréstito con el que hacer frente a todos los gastos, incluido el pago de las indemnizaciones por expropiación. El coste total de la operación se tasaba en tres millones, pero se aseguraba que no supondría incrementar la deuda municipal ya que se esperaba terminar incluso con superávit, que se obtendría de la venta de los solares resultantes.
                Desde la apertura de la Gran Vía no se llevaba a cabo en Granada una operación urbanística de ensanche de esta envergadura. En aquella ocasión, finales del siglo XIX, se pretextó que había que dar paso al progreso creando una vía moderna que además serviría de enlace entre la estación de Andaluces y la que estaba proyectado construir al sur de la ciudad, que sería de donde partirían los trenes con destino a la costa, esos trenes que a día de hoy seguimos esperando (¿los veremos alguna vez?). En el caso de la Manigua las razones que más andaban en boca de quienes aplaudían la decisión eran fundamentalmente de carácter estético y de moralidad. Pero tanto en uno como en el otro ensanche granadino proyectado y ejecutado, lo que mucho más que cualquier otra consideración había detrás de todo era la especulación -de esto nada se dice en la prensa-, lo que más movía a sus impulsores y defensores eran los importantísimos beneficios económicos que esperaban obtener.
                Dos vías transversales, anchas y modernas serán la principal novedad que saldrá de todos los trabajos, estando previsto que desaparezcan algunas calles y otras cambien por completo su aspecto. Empezaban así a nacer la actual calle Ganivet y su perpendicular, hoy Almona del Campillo y antes Comandante Valdés. Y también empezaban a desaparecer otras calles muy castizas como las de Cobas y Mañas. Y lo que sin duda debió de doler más a bastantes, incluso a algunos de los responsables de la desaparición, fue el quedarse sin determinados lugares en los que “esfogar” pues con la Manigua se perdieron también muchos de los escenarios de juergas y canas al aire de no pocos respetables padres de familia: mancebías como la casa de “la Bizcocha”, colmaos y tabernas como Los Manueles, Los Valencianos o Los Burgaleses, y cafés-cantantes como el famosísimo de La Montillana o casa Cuéllar, templo del flamenco durante muchos años.   

Plano de la Manigua