EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 29 de noviembre de 2021

MEJORA CON CHOLÍN

La defensa que más veces se alineó en la 47-48: Millán, Lemes y Rey

 

El Ferrol de Juanito Alonso sirve para abandonar el farolillo

La siguiente jornada, ya la 18, 1 de febrero, San Cecilio, con romería matutina al Sacromonte, tocaba jugar nuevamente en casa, ahora con la visita del Ferrol. Los gallegos llegaron a Granada la víspera y en entrevista para Ideal, su entrenador, Hilario, dijo que no podía exigirles grandes cosas a sus pupilos después del larguísimo y penoso viaje hasta llegar a nuestra tierra. Habían salido el jueves por la mañana de tierras gallegas y les había pillado por el camino todo el terrible temporal de lluvias torrenciales que azotaba la Península y que había dejado incomunicada a Granada más de un día y sin agua para beber. Los gallegos llegaron el sábado muy a última hora después de haber tenido que hacer transbordo en Moreda debido a los desprendimientos que habían cortado la línea de ferrocarril.

Luego, en el campo, parecía que el Granada no iba a tener problema alguno para vencer e incluso golear a unos cansados ferrolanos que a la media hora iban por debajo en el marcador 3-0, con dos goles de Morales y uno de Fraga, pero antes del descanso los visitantes consiguieron poner el resultado en 3-2 con algo de suerte, ya que el primero de sus goles fue en propia meta de Millán y al minuto siguiente llegó el segundo gol gallego en un córner. En la segunda parte un nuevo gol de Fraga puso el marcador en 4-2 y los dos puntos se quedaron en casa y sirvieron para abandonar el farolillo rojo, traspasado al Baracaldo, aunque con los mismos puntos que los rojiblancos.

El Granada, nuevamente concentrado en el hotel Alhambra Palace desde el viernes anterior, abandonó su enclaustramiento sólo para jugar su partido frente al Ferrol. Según las crónicas fue un partido emocionante y bonito, jugado por los dos contendientes con mucho ímpetu y ganas, y el Granada fue mucho mejor y justo vencedor exhibiendo otra vez la WM a pleno funcionamiento. Sólo hubo un cambio en la alineación, obligado por la lesión de Arencibia que supuso que Rey dejara la cobertura para alinearse de medio mientras que su puesto en la defensa lo ocupó González. Desde la primera jornada, cuando lo de Gojenuri frente al Castellón, no se había podido ver a la eterna línea defensiva del Granada de los cuarenta, Millán-González, sin duda la más famosa pareja del Granada de aquella época. Pero González evidenció que todavía no estaba en condiciones para volver a ser el que fue y Millán tuvo una tarde gris y encima marcó en propia puerta.

Tras el partido Fernández de Burgos para Ideal entrevistó al míster ferrolano, el canario Hilario, medio internacional en su día, antes de la Guerra Civil, del R. Madrid y que también jugó en el Barcelona, y dice que «quien me ha perdido el partido es el portero, Alonso, ya que no ha hecho nada por detener ni tan sólo intervenir en las jugadas de los cuatro tantos encajados.» A lo que replicó Fernández de Burgos que a él y a la afición granadina le había parecido que Alonso había tenido una buena actuación, pero Hilario insistía diciendo que «ha llegado a creérselo demasiado y que ésa es su equivocación». Resulta curioso que un entrenador hable así de alguno de sus futbolistas, y más si tenemos en cuenta que el tal Alonso no es otro que el gran Juanito Alonso, que dos temporadas después, al acabar su servicio militar en El Ferrol, fichará por el Madrid, del que será titular durante casi una década, conquistando cinco copas de Europa y siendo el portero de la selección española en numerosas ocasiones.


Formación del Granada en el campo de Vallejo, del Levante. Millán, Lesmes, Valero, Mas, Morales y Rey; con: Sosa, Trompi, Galvany, Sierra y Fraga


En Vallejo volvemos a linterna

La mejoría experimentada por el equipo desde el cambio de técnico pareció diluirse en la siguiente jornada, la 19, en la que nuestro equipo salió goleado del campo del Levante por 5-2 y volvió a ocupar el farolillo rojo de segunda, aunque esto en realidad no constituía una tragedia porque los equipos que iban por delante en la clasificación estaban a sólo un punto y era tanta la igualdad en la categoría que nada más que tres puntos separaban al Granada de la zona media de la tabla.

En el campo de Vallejo el Granada actuó sin dirección técnica desde la banda ya que Cholín no acompañó al equipo por una enfermedad repentina que le obligó a guardar cama. Según las crónicas nuestro equipo jugó una buena primera mitad, en la que dispuso de hasta tres ocasiones claras malogradas, pero un penalti en contra en la segunda parte causó el efecto de la desmoralización de los rojiblancos y su desmoronamiento. Otra vez no pudo jugar González, quien no acababa de recuperarse, pero en cambio volvió Sierra, que llevaba tres meses ausente por lesión.

Simultáneamente en Los Cármenes se disputó la final provincial de la Copa de Aficionados entre el Recreativo y el Albaicín. Ganó el filial, muy superior, por el tanteo de 6-1 y así se clasificó para la fase andaluza de este trofeo.

 

El farolillo rojo endosado al Baracaldo

Los jugadores del Granada nuevamente bajaron del hotel Alhambra Palace, donde estaban recluidos desde el viernes, para jugar el domingo 15 de febrero de 1948 el partido correspondiente a la jornada 20, que traía a Granada al Baracaldo, otro rival directo en la lucha por escapar de los últimos puestos. El partido acabó con victoria rojiblanca 3-0, los tres antes del descanso, pero las crónicas del evento dicen que el Granada no convenció y sólo ofreció de buen juego la primera media hora.

El Baracaldo también presentó un posicionamiento en WM, pero con muchos defectos y fallos en la cobertura que fueron aprovechados por los nuestros para golear, dedicándose después a sestear y sin aprovechar que casi toda la segunda parte la jugaron los forasteros con uno menos por lesión. González volvió a la alineación titular, que ya no abandonará hasta final de la temporada, y también reapareció Arencibia, mientras que Rey y Sierra descansaron esta jornada. Con los dos puntos el Granada dio un salto de dos puestos en la clasificación, al 12º, dejando atrás, aunque empatado a puntos, al Baracaldo y al Córdoba, éste con uno menos.

El Recreativo jugó la ida de su primera eliminatoria de Copa Aficionados, en Torre del Mar frente al Azucarera Larios, de donde se trajo una derrota por la mínima (1-0) que dejaba las cosas no demasiado mal con vistas al pase a la siguiente ronda.

 

Un empate en Córdoba con polémica

La liga llegaba ya a la jornada 21, a falta de sólo seis para terminar, y al Granada le tocaba jugar en Córdoba, que después de caer goleado en Mallorca era el nuevo colista, un punto por debajo del Granada y del Baracaldo. Pero dos días antes del partido en El Arcángel llegaba la noticia de que el cuadro cordobés no había podido regresar a su sede y estaba todavía en Mallorca con pasajes para el día siguiente, sábado y víspera del encuentro, por lo que no se podía jugar el partido el domingo. El Córdoba solicitaba su aplazamiento hasta el 19 de marzo, San José y fiesta nacional, pero el Granada se opuso y exigió que se jugase 48 horas después, como prevé el Reglamento, esgrimiendo varias razones, la principal, que para el 19 de marzo tenía ya contratado un amistoso en Ceuta (aunque este partido finalmente no se jugó), pero también que atravesaba un buen momento de juego y de moral y que ya había numerosos aficionados organizados en peñas que tenían previsto desplazarse con el equipo. 

Al recibir un telegrama del Comité de Competición confirmando el aplazamiento del partido, la directiva de Martín Campos protestó oficialmente alegando que la causa no podía catalogarse como de fuerza mayor porque toda la semana habían circulado barcos y aviones, y si los cordobeses no habían podido viajar se debía a una falta de previsión porque todos los clubes planificaban ese desplazamiento a Baleares con al menos un mes de antelación, precisamente para asegurarse la ida y la vuelta. Para la directiva del Granada, se trataba de una estratagema del Córdoba, que en esos momentos atravesaba una difícil situación, último en la clasificación y con varios lesionados. Asimismo, la directiva, respaldada por los presidentes de todas las peñas, comunicaba que, de no cumplirse su petición, esto es, jugar el domingo o como mucho el martes, todos dimitirían. El Comité de Competición decidió, ya por la noche del mismo domingo en que en principio se debía de haber jugado el Córdoba-Granada, que el partido se disputaría el martes 24 de febrero.


El Granada que empató en el campo del Córdoba. De pie: Rey, Valero, Morales, Mas, Sosa, Millán, Fraga y Arencibia; agachados: González, Trompi y Sierra

Ese domingo, en Los Cármenes, hubo partido del filial, devolución de visita de la eliminatoria de Copa de Aficionados, octavos de final. El Recreativo superó el 1-0 en contra que traía de la ida en Torre del Mar y derrotó al Azucarera Larios por 2-0. Esperaba el siguiente rival, el Iberia de Algeciras, en una eliminatoria que sería a partido único y se disputaría en Los Cármenes.

Por fin llegó el martes 24 de febrero y el partido en Córdoba, fijado para las 15,15 horas, se disputó bajo una lluvia persistente y sobre un terreno encharcado y muy embarrado. El Granada se trajo un empate a un gol que se entendió como un gran resultado por obtenerse frente a un rival directo al que además se le ganó el golaveraje, aunque la situación en la tabla poco varió y el Granada siguió tercero por la cola, reduciendo su cuenta negativa a -3.

El redactor de Ideal, Fernández de Burgos, viajó con el equipo y en su crónica dice que el Granada mereció el empate y que incluso pudo haber ganado, aunque las crónicas cordobesas dicen que el árbitro Asensi dejó sin señalar dos penaltis de Millán. Dice también De Burgos que no se vio buen fútbol porque lo impedía lo encharcado del terreno de juego, pero a cambio el partido fue jugado por ambos equipos con entusiasmo y entrega y resultó muy emocionante. El mejor fue el portero Valero, que lo paró casi todo, seguido de Arencibia en su puesto de volante organizador. Millán actuó de defensa central en ausencia de Lesmes, lesionado, y fue otro de los destacados. Se adelantó el Granada con un gol de Fraga antes del descanso, pero los locales fueron mejores y empataron en la segunda parte. Según Fernández de Burgos, al encuentro había acudido muy poca gente, dado lo desapacible del clima, pero a los cinco minutos se abrieron las puertas dejando entrar gratis a todo el mundo y el campo acabó llenándose. También cuenta que, en el descanso, el área que debían defender los de casa fue abundantemente rociada con serrín para evitar el barro, mientras que en la otra área nada echaron. Los rojiblancos se embolsaron las 1.500 de prima por barba que tenían señalada. El Córdoba acabó descendiendo como colista.


El ex internacional Arencibia en una foto de antes de la guerra

Importante victoria ante el Hércules que aleja algo el peligro

La jornada siguiente, la 22, el 29 de febrero de este año bisiesto de 1948, traía a Los Cármenes a otro de los destacados por arriba y aspirante al ascenso, el Hércules, entrenado por el viejo conocido Gaspar Rubio, que estuvo toda la liga luchando por un ascenso que finalmente no consiguió. La directiva dispuso designar el partido como día del club.

El Granada, en otro partido en el que derrochó ganas de agradar y entusiasmo, consiguió quedarse con los dos puntos al vencer 2-1 al gallito Hércules. Con esta importantísima victoria subió un puesto en la clasificación (al 11º), aunque sin poder todavía respirar muy a fondo porque el primero de descenso (el 13º) sólo estaba a dos puntos a falta de disputarse cuatro jornadas.

Desde que Cholín se hizo cargo del equipo, si bien el Granada no había mejorado mucho en su juego, sí que había subido bastante en su rendimiento y además con la WM se había conseguido el trío defensivo perfecto, el que formaban Millán-Lesmes-González, dificilísimos de batir, a lo que había que unir el acierto en la contratación del meta Valero, que daba gran seguridad atrás, y el haber otorgado por fin confianza al delantero Morales y éste responder con lo suyo, el gol (con el que le hizo al Hércules llevaba ya diez). El partido volvió a ser muy emocionante, saliendo muy contentos los hinchas que casi llenaron Los Cármenes. 


 Miranda en Ideal sobre la gran demanda de coches para viajar a La Rosaleda

Un puntillo en La Rosaleda para seguir escalando

La siguiente jornada, ya la 23 (de un total de 26), era en casa del eterno rival, el Málaga, otro de los favoritos de la categoría, que marchaba tercero y tenía todavía muchas posibilidades de alcanzar la segunda plaza, de ascenso directo (la primera era inalcanzable pues el Valladolid se había distanciado ya mucho). En la jornada anterior se había desplazado el Málaga hasta Valencia para desde allí tomar al barco a Mallorca, pero la expedición no pudo viajar a Baleares, quedando su partido aplazado y por esa razón aparecía en la clasificación a tres puntos del Coruña, que era el segundo, pero con un partido menos. Finalmente, este Málaga entrenado por Campanal perdió comba en estos últimos partidos del calendario y sin ascenso se quedó.

En Granada después de los últimos buenos resultados había vuelto el ambientillo futbolero y empezaron a organizarse viajes a la capital vecina a precios muy populares gracias a la iniciativa de las peñas, y se estableció, por iniciativa de la peña del Americano, que todos los autobuses que se desplazaran a Málaga se concentrarían en la avenida de Calvo Sotelo y partirían a la misma hora formando una gran caravana, estimándose en más de 2.000 los desplazados.

En Málaga, en la mañana del domingo 7 de marzo, centenares de granadinos animaron bastante las calles, entre ellos un grupo ciclista con la figura del momento, “Tolínez”, al frente, desplazados a la Costa del Sol a golpe de pedal, y por la tarde en La Rosaleda, lleno a reventar, el Granada, con la única modificación de Trompi por Rey, dejó reducida su cuenta de negativos a sólo dos al alcanzar un empate a dos goles que lo mantuvo en el puesto 11º, a tres puntos del nuevo colista, el Mallorca, y a dos del Córdoba, que ocupaba la otra plaza de descenso.

Se adelantaron los rojiblancos con gol de Morales pero antes del descanso empataron los de casa. El segundo tiempo fue de claro dominio granadinista, según las crónicas de plumillas granadinos, que viajaron esta vez con el equipo, y otro gol de Morales volvió a poner por delante al Granada, pero volvieron a empatar los malagueños con gol de Bazán y ya no se movió el marcador. Fue un buen partido defensivo de los rojiblancos que pudieron incluso ganar en un ambiente de gran pasión.

La cosa acabó en trifulca y Bazán agredió a Lesmes cuando se retiraban a vestuarios al finalizar el encuentro, lo que provocó una invasión del terreno de juego por aficionados locales y en medio del bochinche cobró también Millán. Los ánimos estaban que ardían, así que, tras una larga espera, los muchos autocares y coches granadinos tuvieron que ser escoltados por la policía hasta diez kilómetros de la salida de la ciudad por la Cuesta de la Reina, siempre según el relato de los periodistas granadinos. En los días siguientes hubo una protesta de la directiva malacitanista ante la Federación por la actuación del árbitro Rivero, quien anuló un gol a los locales, pidiendo que se abriera una investigación, pero la prensa granadina dice que el gol estuvo bien anulado y al mismo tiempo recuerda el partido entre los mismos rivales de la primera vuelta, en Los Cármenes, cuando el árbitro Asensi anuló injustamente, no uno sino dos goles al Granada.


Una acción del Málaga-Granada


El Recreativo subcampeón andaluz de la Copa Aficionados

A la misma hora vespertina, pero en Los Cármenes, el Recreativo se deshizo con facilidad de su siguiente rival en Copa de Aficionados en su fase andaluza, el Iberia de Algeciras, al que goleó 6-0 (1-0 al descanso) clasificándose así para la semifinal. El partido tenía que haberse jugado una semana antes, pero quedó aplazado para no coincidir con la visita del Hércules al primer equipo y dado que la semana previa fue muy lluviosa y se temía por el estado del terreno de juego.

Eliminado el Iberia, la Federación Sur estableció que la semifinal también se jugara en Los Cármenes a partido único, pero el rival, el Bailén, pidió para desplazarse a Granada 20.000 pesetas pagaderas por el Recreativo, una cantidad muy exagerada para la época, así que la eliminatoria estuvo en el aire durante la semana previa. Una considerable rebaja en las pretensiones de los jienenses posibilitó que el partido quedara fijado para el domingo 14 de marzo en Los Cármenes, dado que la liga de primera y segunda se paralizaba para la disputa de un internacional España-Portugal.

El Recreativo, en un momento magnífico de juego y poder goleador, volvió a apabullar a su rival al que endosó otro 6-0 en un Los Cármenes casi lleno, y se convirtió así en finalista de la Copa de Aficionados en su fase andaluza. Espinosa; Delgado, Jaime; Ros, Méndez, Atanasio; Hansa, Cea, Requena, Díaz Cara y Pareja, fue su once de gala en la recta final de la liga y también en este torneo. Cinco de ellos llegaron a jugar en el primer equipo. Ya al Recreativo quedaba solamente redondear su buena temporada inaugural con el título de campeón andaluz.

El otro finalista resultó ser el Sevilla. El Granada hizo las gestiones pertinentes para que el partido de la final se jugara nuevamente en Los Cármenes, pero la Federación falló estableciendo que se jugara en Sevilla, en el campo de la Federación, y fijando la fecha del viernes 19 de marzo, día de San José y fiesta nacional, por la mañana.

En Sevilla los recreativistas terminaron los noventa minutos con empate a un gol, pero en la prórroga encajaron un nuevo tanto, de modo que el Sevilla amateur fue el campeón andaluz. De todas formas, es muy meritorio que en su primer año de vida el Recreativo llegara a la final de un campeonato en el que participaban equipos de toda la región, casi todos de superior categoría a la de nuestro filial.  


El Recreativo 47-48. De pie: Almagro, Delgado, Jaime, Cea, Requena, Méndez, Atanasio; agachados: Pareja, Díaz Cara, Espinosa y Ros

Victoria ante el Badalona que deja casi asegurada la permanencia

El Granada-Badalona de la jornada 24 estaba previsto que se jugara el domingo 28 de marzo, porque el parón liguero para que la selección se enfrentara a Portugal era de dos semanas, pero la directiva rojiblanca alcanzó un acuerdo con la catalana para adelantar el partido al domingo anterior, 21 de marzo, porque el 28 estaba anunciada una corrida de toros con Juanito Bienvenida, Diamante Negro y Moreno Reina. Ese día, el 21, en Los Cármenes, el Granada en un partido muy flojo consiguió una nueva victoria (2-0) a la vez que la selección española vencía en Madrid a la portuguesa por el mismo tanteo. Los dos puntos suponían un importante salto en la clasificación y ponían la permanencia muy de cara, al menos de forma provisional hasta que los demás rivales directos disputaran sus respectivos partidos el siguiente domingo.

El recién ascendido Badalona fue toda la liga un equipo de la zona media de la tabla, pero la gran igualdad de la categoría hacía que no pudiera respirar a salvo. De todas maneras, apenas dio problemas a los rojiblancos, que hicieron lo justo para vencer, resultando un aburrido encuentro en el que el Granada, con Trompi vuelto al once en detrimento de Rey, desperdició una buena ocasión de golear ampliamente. Los dos goles, de Morales y Fraga, se marcaron en la primera parte, y la segunda resultó soporífera y se jugó entre las palmas de tango de los pocos aficionados presentes porque la tarde era primaveral y se ve que la parroquia mayoritariamente prefirió salir al campo. Después del partido frente al Badalona gran parte de la plantilla emprendió unas mini vacaciones hasta el 5 de abril, en Valencia contra el Mestalla.

Una vez completada la jornada 24, el Granada quedó clasificado 9º cuando quedaban por jugarse dos partidos más, pero todavía no estaba nada hecho puesto que sólo dos puntos lo separaban del 13º, el primero de los dos puestos de descenso.


Novedad de novedades fue la que ofreció el Badalona, en el que todos sus jugadores lucían dorsales. A partir de la temporada siguiente será obligatorio en el fútbol español

 

 

 

CALLEJEANDO


 

Zapatos de racionamiento

España, en la actualidad, está en peores condiciones que nunca antes en su historia. Es una frase más o menos literal atribuida a Sir Samuel Hoare, embajador británico en Madrid. Ocho años después de ser pronunciada, en 1948, la afirmación seguía siendo de plena actualidad. Para entonces no había apenas diplomáticos extranjeros en nuestro país que pudieran corroborarlo o pronunciar para la historia una frase más o menos sonora que sirviera para resumir las calamidades padecidas por el pueblo llano, pues casi todos los embajadores y encargados de negocios foráneos se habían vuelto a su tierra siguiendo las recomendaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero las penurias de la población, lejos de haber mejorado, no hacían sino empeorar, sufriendo las consecuencias de la autarquía y del bloqueo internacional en repudio al régimen dictatorial de Franco.

            En ese contexto, destacamos la noticia de la primera página de Ideal del sábado 21 de febrero de 1948 en grandes titulares: «14.313 pares de zapatos de tipo nacional se pondrán a la venta el lunes». Debajo, en caracteres algo más pequeños: «Se destinan a cartillas de tercera, mediante el corte del cupón de varios número 96». Más abajo: «Zapatos de caballero, 63,95 pesetas y de niño hasta 44». No, no se trata de un anuncio publicitario de una zapatería granadina, es realmente una noticia de auténtico alcance social.  

            La guerra acabó hace ya casi nueve años, pero al negro túnel no se le ve el final ni a la de tres, y quienes más oscuro lo tienen son, no hace falta jurarlo, las clases más populares, los de alpargata, esos mismos que portan en su bolsillo la cartilla de racionamiento de tercera clase. Para adquirir los zapatos baratos, tendrán que presentarse en los establecimientos: La Cordobesa, Bazar Novedades, Calzados Apolo, Blanco y Negro, Calzados San Luis, Calzados Hidalgo, El Ocaso, Almacenes Álvarez Castilla, Almacenes La Unión o Calzados Minerva, a su elección, y entregar el cupón 96 que viene en la sección “Varios” de las cartillas de tercera. Con eso y el pago de algo más de doce duros podrán sustituir sus abarcas por unos recios y comprimecallos Segarra (sobre el modelo no se dice nada), orgullo de la industria zapateril nacional, pero los que se acerquen a esos comercios tendrán que salir de la tienda como niños con zapatos nuevos, es decir, con ellos puestos, no más de un par por barba, con lo que se quiere evitar que los aprovechados hagan negocio. Ocho días permanecerán a la venta y, de no agotarse la mercancía, el sobrante se pondrá a disposición de los poseedores de cartillas de segunda categoría.

            El lunes en que comenzó la venta llovía a cántaros, pero ante la puerta de cada uno de los comercios nombrados se agolpaban cientos de personas desde horas antes de su apertura a las nueve de la mañana. No faltaron los inevitables listillos que querían saltarse la cola ni los enfrentamientos con quienes esperaban, algunos desde las primeras horas de la madrugada, sin que en ningún caso -que sepamos- llegara la sangre al río. Ideal refiere como “graciosa” la ocurrencia de un pescadero caradura de uno de los puestos del mercado de abastos, quien se presentó en un comercio cercano en el que la cola daba la vuelta a la manzana, con su chaquetilla blanca y llevando una bandeja y sobre ella un café; sin respetar turno se coló en la tienda diciendo que se lo habían pedido y al poco tiempo salió calzando unos flamantes borceguíes entre los abucheos de los pacienzudos, a los que no les había pasado desapercibida la jugada.

            Ya lo vemos, el calzado nacional rompesabañones para los más humildes también estaba sujeto a tasa, lo mismo que los garbanzos, las alubias o el aceite, cuya disponibilidad en las tiendas del ramo se publicaba a diario por la Comisaría de Abastos.  Un retrato muy ilustrativo de aquella España en blanco y negro de nuestros abuelos.

 

La carroza de San Ildefonso

            El 26 de mayo, miércoles, empezaban las fiestas del Corpus 1948 en Granada. La gran novedad, estreno este año, la constituía la nueva cabeza de la Tarasca, modelada por el artista Luis Molina de Haro. El nuevo rostro tarasconesco venía a sustituir al que desde los años de la República reemplazó a su vez a otro que había desfilado por las calles granadinas desde finales del siglo XIX.

Es cosa sabida que la Tarasca propiamente dicha es el dragón que aparece derrotado debajo de la figura de mujer que en otros tiempos habría representado a Santa Marta o Marta de Betania, pero de toda la vida los granadinos hemos entendido por Tarasca ese maniquí vestido normalmente con dudoso gusto que se supone que representa a la moda del momento y que ha de marcar tendencias. Bueno, lo de ir a la moda también habría que matizarlo puesto que, en los primeros años de la posguerra, de 1939 a 1947, cada año lo que lucía la Tarasca eran trajes regionales (de andaluza, de baturra, etc.).

Con otro año más sin carocas en Bib-Rambla y otro año más también de vigencia de la ley seca en forma de prohibición de que en la procesión del Corpus figuraran mujeres, se iniciaron puntualmente las fiestas mayores penibéticas con el desfile de la Pública. Siempre se llamó así, la Pública, y es ese cortejo en el que van los maceros municipales empelucados y a la federica junto con pertigueros, pajes, portaestandartes, reyes de armas, heraldos y demás, y también la Tarasca, vestida en esta ocasión con falda por los tobillos y amplio sombrero, más los gigantes y los cabezudos. Y además, como era costumbre por estos años y muchos más, también figuraban en la Pública una silla de manos y una carroza tirada por dos jamelgos, muy barrocas ambas.       

Esa carroza que en los tiempos actuales ya no desfila cada Corpus pertenece a la parroquia de San Ildefonso, donde se guarda y puede verse, y justo ese día 26 de mayo cumplía 183 años puesto que se estrenó el 26 de mayo de 1765, según un artículo aparecido en Ideal y que firma Blas de Píñar, que a su vez remite a otro artículo de junio de ese año de 1765 publicado en la Gacetilla Curiosa o Semanario Granadino que editaba el sacerdote Fr. Antonio de la Chica Benavides, donde se da noticia del estreno. Su función primera fue la de servir de vehículo para el transporte del viático a los moribundos de la parroquia, y a tal fin se le concedió a la carroza por la autoridad eclesial el privilegio de Sagrario.

El estreno de la carroza-sagrario fue en su día un gran acontecimiento en la ciudad y así lo describe De la Chica Benavides: «Llegò la hora de que salie££e aquel Sacramentado Dueño, y ya e£taban en la puerta del referido Templo, dos Compañias de Soldados, una de Caballeria, que fue££e delante haciendo camino, porque en tan dilatado Cāpo impedia el grande concur£o, y la otra de Granaderos de Milicias, que cerra£en la Proce£ion, y cu£todia££en a la Sacramentada Mage£tad.» […] «De el coche tiraban £eis mulas, cuyo gobierno tomaron por £u cuenta, el señor Don Diego de Bohorques, Coronel del Regimiento de Milicias, que tiene el nombre de e£ta Ciudad, y Hermano Mayor de la Real Mae£tranza de Granada, y el señor Don Jo£eph Valderrama, Viz-Conde de Rias, y Caballero Mae£trante, quienes de£ahogaron £u devocion manife£tando£e al Pueblo glorio£os en verle con£tituidos criados del Supremo Rey de la Gloria».


La carroza de San Ildefonso llevando el viático


Homenaje a Gallego Burín

            El 3 de junio de 1948 se cumplían diez años desde la primera vez que el alcalde Antonio Gallego Burín se puso al frente del ayuntamiento granadino. Con tal motivo se le rindió un homenaje consistente en un banquete en el hotel Alhambra Palace al que concurrieron más de cuatrocientos comensales y al que muchos no pudieron asistir por rebasar el aforo de los salones del hotel de Peña Partida, de manera que el número de adhesiones al acto fue también de varios cientos. El hotel estuvo a reventar. Hubo que instalar mesas en el bar-cafetería y hasta en el hall. Recientemente le había sido concedida a Gallego la medalla de oro de la Real Academia de Bellas Artes.

            También para conmemorar los diez años de gobierno galleguiano (con el paréntesis de un año entre 1941 y 1942 en el que se desempeñó como gobernador civil de la provincia) los dos diarios locales, Ideal y Patria, publican un largo artículo, redactado por el propio Antonio Gallego Burín, en el que expone todos sus logros desde que por primera vez se sentó en el sillón de la plaza del Carmen con el propósito de dejar una ciudad con alma, con garbo y con estilo, que era precisamente lo que había comenzado a perder, dice Gallego.

Este artículo-panegírico fue reproducido íntegramente por el semanario La Prensa, cinco días después. Según el mismo, el primer objetivo cumplido y el más acuciante era el de recuperar el crédito de un ayuntamiento entrampado hasta decir basta y sin tesorería, a base de racionalizar el gasto y sin imponer nuevos arbitrios, todo apoyado en la mejora paulatina de la situación económica general del país. Según el artículo, desde 1943 todos los ejercicios los ha cerrado el Ayuntamiento con superávit.

            Otra cuestión no menos importante era dotar a la ciudad por fin de una red de abastecimiento de aguas y de saneamiento y acabar así con esa nota muy negativa, presente en todas las guías de viaje, en donde se subrayaba esta vergonzosa carencia para una ciudad de la importancia turística de Granada, que hasta hacía bien poco sólo disponía de la red de aguas que dejaron los musulmanes en el siglo XV. En honor a la verdad hay que decir que en el momento de aparición de este artículo todavía no es una realidad el nuevo abastecimiento de aguas a toda la ciudad, pero es cierto que los trabajos están muy avanzados y en poco más de un año llegará el agua potable y el alcantarillado a casi toda la población, aunque en el Albaicín y el Sacromonte tendrán que esperar algunos años más.

            También se destaca la labor de pavimentación de casi trescientas calles (de las 808 que en total tenía Granada en 1948), algunas de ellas muy céntricas y que permanecían con su suelo de tierra dando muy mala imagen a los visitantes.

Y continúa el artículo enumerando los logros de la corporación municipal en los últimos diez años en materia de vivienda social (en las Eras de Cristo, Albaicín, Lancha de Cenes y otras zonas), escuelas, mercados y parques y jardines (aunque el proyecto más importante en este capítulo, el del gran parque público entre Calvo Sotelo y Camino de Ronda, en la zona de Fuentenueva, no llegó ni siquiera a iniciarse), ensanches y plan de reforma interior, en el que se enmarcaría el derribo de la Manigua y el nacimiento de nuevas calles en la zona.

            En el multitudinario homenaje del Alhambra Palace tomaron la palabra todas las autoridades presentes, incluidos gobernador civil y arzobispo, quienes flanqueaban al homenajeado en la mesa presidencial. Y cerró el turno de intervenciones habladas el propio Gallego Burín que, refiriéndose a su labor de reforma urbana en la ciudad, dijo que habían sido sus objetivos: «Redimir su abolengo, acentuar su señorío, despojarla del resabio aldeano que la miopía espiritual pudiera darle, y apartarla del ambicioso y peligroso riesgo de querer ser gran capital española olvidando que puede ser, y en realidad lo es, gran ciudad del Universo». Su parlamento fue varias veces interrumpido por fervorosos aplausos.

            Al día siguiente continuó el homenaje con una salve en la Virgen de las Angustias tras de la cual habló a los presentes el arzobispo Santos Olivera y después, en los salones del Ayuntamiento, le fue entregado a Gallego Burín un artístico pergamino, regalo de los concejales, y un álbum con la firma de todos los funcionarios municipales.


Antonio Gallego Burín

lunes, 15 de noviembre de 2021

CHOLÍN POR VALDERRAMA

Millán en los prolegómenos del Granada 1 Málaga 3 entregó un ramo de flores al capitán malaguista. La derrota mandó a los rojiblancos al farolillo rojo

 

Colista

El partido de la máxima rivalidad, esto es, el que enfrentaba al Granada contra el Málaga, llegó en la jornada diez, a últimos de noviembre. En Los Cármenes, casi lleno a pesar de la tarde fría y lluviosa y con más de dos mil malagueños desplazados en tren botijo de Educación y Descanso y en coches particulares y autobuses, al negativo que se arrastraba desde la primera jornada frente al Castellón vinieron a sumarse dos más al perder frente al equipo boquerón (1-3). La derrota tuvo además el efecto de mandar a nuestro Granada al farolillo rojo de segunda, descolgado un punto.

Las crónicas señalan que el responsable del varapalo fue el árbitro Asensi, quien anuló incompresiblemente dos goles al Granada, pero tampoco ocultan que los visitantes fueron superiores, sobre todo en la primera mitad. Dos fallos clamorosos de Sosa, de nuevo alineado de defensa, aprovechados por los blanquiazules para hacer su segundo y tercer gol, fueron los que en definitiva condenaron a los rojiblancos, que se habían adelantado con un gol de Millán, otra vez actuando de delantero centro. La principal novedad en la alineación rojiblanca fue la inclusión como interior derecho de Manolo Almagro, pero estuvo muy desafortunado y ya no volvió a jugar con el primer equipo en toda la temporada. No hubo incidente alguno entre las aficiones de unos y otros. El Málaga, entrenado por Guillermo Campanal, era un gallito de la categoría y estuvo toda la liga en los primeros puestos, pero no ascendió.

Ideal en su crónica incluye por primera vez en años declaraciones pos partido de los entrenadores de ambos conjuntos. Valderrama dice que ha habido cuatro goles anormales en el partido, dos que hemos regalado por medio de Sosa y otros dos que ha anulado el árbitro erróneamente, y añade que a él le gusta mantener siempre el mismo once, pero que esto ha sido imposible hasta el momento por las circunstancias. Por su parte, Campanal,  entrenador malaguista, radiante de felicidad, dice que su equipo ha jugado mejor y ha sido justo vencedor, y de los goles anulados reconoce que al menos el primero fue completamente legal.

La alegría de la jornada la proporcionó el filial, goleando a domicilio a la Balompédica Antequerana 1-6, con tres goles obra de Requena, reconvertido de defensa en ariete, puesto que ocupará ya sin interrupción hasta el final de la liga. Con los dos puntos se reafirmó el Recreativo en el segundo puesto de la tabla, pero el Ronda seguía fuerte en su posición de líder y le sacaba dos puntos de ventaja cuando ya sólo quedaban por disputarse tres jornadas de la corta liga de Primera Regional.


El Granada que empató en Badalona. De pie: Toñín, Millán, Arencibia, Fraga, Lesmes, Rey y Casafont; agachados: Trompi, Morales, Mas y Rivera

Un positivo en Badalona sirve para dejar el farolillo

Continuó la liga con la disputa de la jornada once que para el Granada se tradujo en la visita al campo de un recién ascendido pero que figuraba clasificado en la zona media de la tabla, el Badalona. El partido tenía que haberse jugado el domingo 7 de diciembre, pero por expresa petición del equipo catalán, a la que el Granada accedió, se retrasó al lunes 8, por ser fiesta en toda España. Nuestro equipo se trajo un empate a tres goles, pero el resultado no satisfizo porque mediada la segunda mitad ganaba 1-3 y no supo aguantar el resultado.

Nuevos cambios introdujo Valderrama en la alineación, volviendo Millán a la defensa acompañando a Rey, línea que mejoró bastante con esta variación; además el granadino Rivera tuvo una nueva oportunidad y al eje del ataque volvió Morales, quien consiguió un gol. Las crónicas catalanas hablan bastante bien del partido de los nuestros y subrayan que no merece ocupar la cola de la clasificación. Los rojiblancos llevaban una prima especial de la directiva de 1.000 pesetas por barba por la victoria, pero tuvieron que conformarse con la mitad. Con el empate se redujo la cuenta de negativos a dos y el punto sirvió para abandonar el farolillo rojo, aunque empatado a puntos con Castellón y Baracaldo.

En Los Cármenes el domingo el Recreativo volvió a ofrecer una gran actuación y volvió a golear ampliamente a su rival, en esta ocasión el filial del Málaga, Fernández Requena era su nombre (aunque también usa la prensa indistintamente el nombre de Atlético Malagueño), al que apalizó 8-0, pero no pudo reducir distancias con el Ronda, que continuaba al frente de la clasificación.


Banderín entregado por el Granada al Mestalla por ser la primera vez que visitaba Granada


Dos puntos ante el Mestalla

La siguiente jornada, ya la 12ª y penúltima de la primera vuelta, era nuevamente en Los Cármenes, donde recibíamos al Mestalla, el filial del Valencia, equipo que era la primera vez que se enfrentaba al Granada. Una baja importante se presentó en la previa, y fue la de Trompi, pero no por lesión o baja forma sino por motivos disciplinarios. En una nota oficial de la directiva se le sanciona con 14 días de sus haberes y se le aparta temporalmente del equipo por indisciplina. Al parecer Trompi en el viaje de vuelta de Badalona llegó tarde a la estación de Atocha y además se insolentó con el directivo delegado de la expedición rojiblanca.

El filial valencianista salió derrotado 2-0 de su primera visita a Granada, ambos goles de Morales, pero la victoria que tampoco sirvió para salir de los puestos de la cola, no fue nada fácil para los rojiblancos, que jugaron un partido gris y carente por completo de alicientes a excepción de la victoria conseguida. La mejor línea de los nuestros fue la media, con un gran partido de Arencibia y Lesmes.

Por su parte, el Recreativo fue a sumar la segunda derrota de la temporada al perder 3-1 en Torre del Mar frente al Azucarera Larios, un campo muy pequeño que estaba dentro de las instalaciones industriales de esa empresa, desperdiciando así una magnífica oportunidad de hacerse con el liderato ya que el Ronda perdió en su visita a Almería.


Los carnés de los socios protectores seguían siendo de carterilla y con foto


En Murcia faltó poco

Para terminar la primera vuelta, jornada 13, el Granada jugaba en Murcia y el desplazamiento sería en autobús, por lo que ofreció cuatro plazas a las peñas más antiguas para que éstas designaran a las personas que acompañarían al equipo, cosa que hicieron por sorteo.

El Murcia, entrenado por el ex granadinista Antonio Bonet, en septiembre había partido como uno de los favoritos al ascenso al ser un equipo confeccionado a base de talonario, pero en toda la liga no logró salir de la zona media de la clasificación, que era donde se encontraba cuando recibió la visita del Granada. En La Condomina el 21 de diciembre, en la jornada 13 y última de la primera vuelta, el Granada estuvo a punto de dejar uno de los dos negativos que arrastraba desde hacía varias semanas, al conseguir Galvany neutralizar el gol inicial de los pimentoneros, pero prácticamente en la última jugada del partido y en un fallo del canterano Rivera llegó el definitivo 2-1 que dejó al Granada nuevamente en los puestos de la cola (12º), empatado a puntos con los dos colistas que eran los únicos puestos de descenso. Como el viaje era en autobús, en esta ocasión sí acompañaron al equipo periodistas locales, que escribieron en sus medios que el partido fue bastante malo pero que el Granada mereció al menos el empate y lo habría conseguido de no ser por la jugada desgraciada que costó la derrota.

Por su parte, Manuel Carles, periodista murciano del diario La Línea, de Murcia, dice que el resultado justo tendría que haber sido de 5-0 dada la inmensa distancia entre unos y otros futbolistas, pero que el Granada, que jugó una defensiva total, con sus dos medios alas incrustados en la línea de atrás, de no haberse preocupado tanto de defender la igualada hasta podría haber ganado. Con esta derrota empezó la peor racha de la temporada para los nuestros, cuatro partidos perdidos seguidos que lo colocarán en la cola en solitario.

Mientras tanto, en Los Cármenes el filial Recreativo, cuando más a mano lo tenía, perdió toda oportunidad de ser campeón de su grupo de regional y con ello aspirar a dar el salto de categoría, y en la última jornada fue derrotado por el rival a batir, el Ronda, que se impuso con un solitario gol. Una vez jugadas las diez jornadas de su calendario, el Recreativo quedó definitivamente segundo clasificado y sin opción alguna de ascenso. Debutó un jovencísimo Manolo Méndez, que actuó en la posición de medio centro y de quien dice José de Vicente que se le vio todavía verde, pero apuntó muy buenas maneras.


Miranda y la profusión de peñas granadinistas en esta temporada 47-48


Goleada en Castellón en la vuelta de González

El consabido parón navideño dejó una semana sin actividad que futbolistas y técnico aprovecharon para tomarse unas mini vacaciones. Pero para el día 2 de enero, fiesta local, se organizó un amistoso en Los Cármenes contra el Jaén, de tercera, al que golearon sin piedad (7-1) los rojiblancos y se adjudicaron una copa ofrecida por los forasteros. Pero el mayor aliciente no estaba en el resultado sino en ver el estado de forma del lesionado Ricart y, sobre todo, el de González, quien ya había cumplido al completo los doce partidos de sanción que le cayeron tras la primera jornada y podía volver a jugar al domingo siguiente, con visita a Castellón. Además, también se alineó a prueba un portero vasco llamado Egaña. González, según lo visto, no pareció acusar los tres meses de inactividad; buena noticia para el equipo. Al delantero Ricart sin embargo se le vio algo pesado y sin acabar de estar recuperado. En cuanto al portero, le tiraron poco por lo que se decidió verlo en acción en otro partido. Millán volvió a la delantera y suyos fueron cuatro de los goles rojiblancos.

El primer domingo ya del nuevo año, 4 de enero de 1948, empezó la segunda vuelta con partido para el Granada en El Sequiol de Castellón. En La Plana los rojiblancos recibieron una goleada, 4-0, que los colocó en puestos de descenso, segundo por la cola, empatado a puntos con el Baracaldo, el farolillo rojo, y con el agravante de que esa derrota era contra un rival directo, un equipo que como el Granada luchaba por escapar de los puestos bajos de la clasificación. No obstante, las crónicas, todas de periodistas castellonenses, dicen que el tanteo fue excesivo para los méritos de los locales, y que el Granada no jugó mal pero no tuvo mordiente alguno. Reapareció González una vez cumplida íntegra su sanción, pero poco pudo aportar y acabó lesionado. Millán se alineó nuevamente de delantero centro, pero esta vez no marcó.

Tres de los goles castellonenses llevaron la firma de Marcet, en especial es de destacar el que suponía el 2-0, conseguido de un chutazo desde 40 metros según la crónica de Ideal que firma Jaime Nos. Este Marcet, el mejor con mucha diferencia de los 22 en aquel partido, era en aquellos momentos un caso curioso en el fútbol español. Resulta que este futbolista, de 19 años, delantero centro, tenía ficha amateur y se negaba a ser recalificado como profesional para no descuidar sus estudios, de manera que jugaba sólo cuando sus obligaciones académicas no se lo impedían, como en estos momentos, vacaciones de Navidad. De hecho, en las catorce jornadas ya disputadas sólo había jugado cuatro partidos (tres goles), entre ellos el de la primera vuelta en Los Cármenes, cuando el escándalo Gojenuri, aunque en ese partido no marcó, y en las restantes sólo volverá a alinearse en dos ocasiones más. Y todo a pesar de ser un extraordinario jugador que veía puerta con facilidad. Poco tiempo después cambió de opinión y aceptó convertirse en profesional ya que a la temporada siguiente lo fichará el Madrid, equipo en el que jugará muy poco en dos temporadas, pero después pasará al Español y se convertirá en uno de los futbolistas más importantes de la historia del club catalán, alcanzando la internacionalidad absoluta. Murió en 2016 pero poco antes de su muerte publicó un libro al que tituló “Repensar el Fútbol. Guía práctica para devolver el espíritu amateur al fútbol moderno”.


Atanasio, Méndez, Jaime y el portero Espinosa, del filial Recreativo


Otra vez colista

En esta mala situación llegó inoportunamente en la jornada 15 la visita del gallito Coruña, en lucha estrecha por una de las plazas de ascenso con el Valladolid y el Málaga. Por primera vez en lo que iba de temporada se oyeron fuertes abucheos en las gradas de Los Cármenes dirigidos a los locales, pero la cosa no era para menos porque el Deportivo de la Coruña, que terminará la liga segundo y ascenderá, fue infinitamente superior a un Granada desquiciado y bajísimo de moral al que derrotó 1-3 (y gracias a que el árbitro, Melcón, anuló un gol legal a los coruñeses) y que con esta derrota se adjudicó en solitario el farolillo rojo. El míster Valderrama introdujo cambios en la alineación, volviendo Millán a la defensa y reapareciendo en el puesto de 9 Ricart, ausente desde la segunda jornada por lesión, quien marcó el único gol rojiblanco, pero no pudo alinear a González, lesionado en Castellón.

Los cronistas locales dicen que el Granada ofreció un paupérrimo espectáculo, sin juego ni entusiasmo ni técnica ni moral ni táctica, ni nada de nada. Seudónimo en La Prensa sólo salva a Trompi y a Millán, y dice que el equipo está abocado al descenso si no vienen refuerzos urgentemente, sobre todo en la línea delantera, que pide a gritos una reorganización, en lo que coincide con lo que manifiesta Fernández de Burgos en Ideal.

 

Ordóñez y Valero

La mala situación del Granada preocupaba ya bastante y en la directiva y los aficionados crecía la idea de que el equipo no estaba respondiendo a las expectativas, decayendo cada vez más las asistencias a Los Cármenes. Martín Campos no paraba de realizar gestiones para reforzar el equipo y se habló de la inminente venida de dos cedidos por el Málaga mientras se seguía buscando un portero y ahora también un extremo porque el canterano Rivera, que empezó muy bien, cada vez iba a menos. Hubo conversaciones con Megino, del Jaén, pero su club se descolgó pidiendo una cantidad exagerada para las posibilidades del Granada. También las hubo con un argentino de apellido Rocha que acabó fichando por el R. Madrid y posteriormente por el Betis, y que también pedía demasiado dinero.

Después de la derrota casera ante el Coruña hubo novedades en la plantilla: un delantero, Ordóñez, cedido del Málaga, aunque tal incorporación no se puede considerar un refuerzo porque no llegó a estrenarse con la camiseta rojiblanca en todo lo quedaba de temporada, ni siquiera en un amistoso; y un portero, el veterano Valero, del Tarragona, de primera, con pasado en las filas del Zaragoza y del Barcelona, que se incorporó en Madrid a la expedición rojiblanca que viajaba camino de Valladolid para disputar el partido de la jornada 16, donde debutó defendiendo la portería rojiblanca.

 

Cuarta derrota consecutiva, ahora en Valladolid

En Valladolid, el líder de la categoría, puesto en el que acabará la liga y ascenderá por primera vez en su historia, el Granada cosechó una nueva derrota, la cuarta consecutiva, y se reafirmó en su puesto de colista, aunque al menos no vio aumentada la distancia de dos puntos respecto de los equipos inmediatos en la tabla. Las crónicas destacan que una vez más el Granada se mostró totalmente falto de remate. El Granada sólo atendió a la defensa de su marco y a punto estuvo de reducir su cuenta de negativos con un empate sin goles ya que el único del partido llegó cuando faltaban sólo tres minutos por jugarse.

Debutó el recién fichado Valero, que estuvo muy bien y fue el principal obstáculo que encontraron los de casa para marcar. González, lesionado en Castellón, ni siquiera viajó. Lo más extraño en la alineación rojiblanca fue la presencia de Mateo en el puesto de nueve, jugador fichado como defensa, suplente desde hacía muchas jornadas y en quien no se confiaba nada (éste fue su último partido como rojiblanco), y en los últimos compases cambió su posición con Millán para que éste se fuera al ataque.

Al regreso de Valladolid el presidente Martín Campos, que estuvo presenciando el partido, dijo que el Granada jugó bien, pero la inexperiencia del colegiado García Fernández (en realidad árbitro de tercera pero actuando en categoría superior porque en esos momentos se vivía en el fútbol español una mini revolución de varios árbitros de primera y segunda, que se negaban a actuar) influyó bastante en el juego y en el resultado al anular un gol legal del Granada y cortar sin criterio una jugada de ataque que podía haber sido gol.


 Trompi volvía por sus fueros esta temporada


Dimite Valderrama y le sustituye Cholín

Las luces de alarma estaban ya encendidas desde hacía varias jornadas en el seno del Granada, pero tras la derrota en Valladolid la directiva en reunión urgente acordó que la plantilla quedaría recluida en un hotel de la Alhambra después del entrenamiento del viernes anterior al siguiente partido, frente al Mallorca, jornada 17, que marchaba también en los puestos bajos de la clasificación. Al mismo tiempo acordó aumentar las primas previstas por partido ganado en casa de 350 a 500 pesetas.

Llegado el viernes y la reclusión de los futbolistas en la Alhambra, la sorpresa la proporcionó el míster Valderrama al presentar su dimisión. En la prensa en ningún momento se había puesto su trabajo en tela de juicio a pesar de la pésima situación del equipo, y tampoco en Los Cármenes se habían escuchado voces en su contra ni –que sepamos- la directiva lo tenía enfilado, fue una decisión propia buscando un revulsivo que pudiera sacar al Granada de su comprometida situación. Rápidamente se puso la directiva a discurrir y recurrió a Cholín, hombre de la casa que ya había dirigido al equipo en la primera temporada tras el descenso y lo había hecho francamente bien. Cholín se hizo cargo del equipo el sábado anterior al partido de la jornada 17 en el hotel Alhambra Palace, donde se hallaban concentrados los futbolistas.


Valderrama dimitió


Con la WM de Cholín, paliza al Mallorca

Pareció mano de santo el cambio de técnico porque, aunque el juego no mejoró demasiado, sí que lo hizo el entusiasmo, la moral y el poder realizador del equipo, que apalizó 5-1 a un rival directo como era el Mallorca, que acabaría descendiendo como vicecolista. Cholín modificó sólo un poco la alineación titular dando entrada en el puesto de delantero centro al olvidado Morales, quien a partir de este partido se hará con la titularidad inamovible y acabará a base de goles con las mil y una probaturas en la posición de 9, aunque en honor a la verdad, el cambio fue más obligado por las circunstancias ya que estaba previsto que jugara Millán una vez más como ariete, pero a última hora no se pudo contar con González y esto obligó a Millán a volver a la cobertura. Pero el cambio más importante pudo verse en la disposición de los rojiblancos sobre el terreno de juego: Lesmes, el medio centro, actuó incrustado entre los defensas Millán y Rey, y el interior Galvany retrasó su posición para echar una mano a los volantes en la zona ancha, o sea, la WM.

La WM, denostada al principio por técnicos y plumillas de la cosa futbolera por considerarla ultradefensiva, era en esta temporada 47-48 cada vez más utilizada por todos los equipos de primera y segunda, y a partir de la próxima se puede decir que todos sin excepción la pondrán en práctica. Será tan general la adopción de esta “nueva” disposición de efectivos sobre el verde que hasta la información deportiva modificará sus métodos a la hora de relacionar las alineaciones de los equipos, pasando del 1-2-3-5, que venía siendo habitual desde que en España empezaron los diarios a informar sobre partidos de fútbol, al 1-3-2-5, es decir, desaparecerá, periodísticamente hablando, la figura del medio centro o 5, considerado a partir de ese momento como el defensa central. Quizás algún plumilla futbolero local recordaría que en su día, temporada 43-44, el míster húngaro Esteban Platko, ya puso en práctica un tímido ensayo de la WM cuando dirigía al Granada, por entonces en primera, pero a mitad de la liga se vio obligado a dejar de usarla ante las feroces críticas recibidas de la prensa y, sobre todo, ante los malos resultados obtenidos.

Según Seudónimo en La Prensa, la WM de Cholín sólo funcionó los primeros quince minutos, y la cosa estaba saliendo bien hasta que se lesionó Arencibia teniendo que pasar al extremo y quedando el resto del partido como figura decorativa. En ese lapso de tiempo consiguió el Granada su primer gol, obra de Morales. El portero mallorquín, Guillermo, se lesionó y tuvo que retirarse, ocupando su puesto durante muchos minutos el interior Brondo, porque todavía no se había reglamentado la posibilidad de sustituir a un portero lesionado, y al filo del descanso consiguió el Granada su segundo gol, obra de Fraga. En la segunda mitad reapareció el guardameta balear y el Granada consiguió tres goles más de -otra vez- Morales, Arencibia (el gol del cojo) y Mas. El debutante en Los Cármenes Valero gustó bastante a la afición a pesar de no tener mucho trabajo.


 Escena de Granada-Mallorca y el debutante Valero


La victoria no sirvió para abandonar el farolillo rojo ni para acortar distancias con los predecesores porque éstos también sumaron dos puntos, pero a pesar de cerrar la clasificación no había que dar nada por perdido porque la igualdad era la tónica en esta segunda división ya que el Granada sólo estaba tres puntos por debajo del octavo clasificado.

El lunes siguiente a la victoria de paliza sobre el Mallorca en el re-debut de Cholín, comenzó una semana de diluvio en Granada, aún de más intensidad que lo visto hacía un año aproximadamente y otra vez hubo inundaciones por doquier en los pueblos vegueros ribereños del Genil, el cual discurría por el Salón a punto de desbordarse y arrastrando gran cantidad de troncos y animales muertos, entre la expectación de un gentío de curiosos asomados al pretil, con el consiguiente corte del servicio de tranvías interurbanos. Numerosas cuevas del Sacromonte y el Barranco de la Zorra y casas en mal estado del Albaicín se hundieron. Y otra vez Granada quedó incomunicada del resto del mundo y sin suministro de agua algunos días, teniendo que ser abastecida la población mediante camiones-aljibe.

 

 

CALLEJEANDO

 

 

Claveles al Pardo

            En los primeros días de febrero de 1948 siete mil docenas de claveles multicolores viajaron desde Motril con destino al Palacio del Pardo, todos los que cabían en un camión fletado al efecto. También viajaron a Madrid el alcalde motrileño y otras autoridades, a los que se unió en la capital el gobernador civil (recién ascendido a teniente-coronel del Cuerpo Jurídico Militar) Servando Fernández-Victorio. La razón del viaje era agradecer al Caudillo personalmente (ya lo habían hecho vía telegráfica) la concesión del eternamente reivindicado ferrocarril a Motril, que ¡eureka!, ahora sí parecía que iba en serio y que pronto sería una realidad. Las flores motrileñas llenaron la totalidad de los jarrones y búcaros de la vivienda del general superlativo y esposa, y como sobró gran cantidad, el resto se distribuyó por las parroquias de la Villa y Corte y pueblos adyacentes, y hubo hasta para la tumba de José Antonio Primo de Rivera en El Escorial. Por aquellos años las flores ornamentales eran uno de los productos estrella de la fertilísima vega motrileña, pero en la actualidad hace muchos años que se abandonó su cultivo, igual que ha ocurrido más modernamente con la caña de azúcar, otro producto que ocupo muchas hectáreas de vega en sus buenos tiempos.


Vieja foto de la Vega de Motril plantada de claveles

Unos días antes de la clavelada, el gobernador civil en persona quiso comunicar la buena nueva al pueblo de Motril y se desplazó hacia allí para desde el balcón del Ayuntamiento dar lectura a sendos telegramas por él recibidos. En el primero de ellos, el ministro de Obras Públicas, José María Fernández-Ladreda, decía que acababa de autorizar el libramiento de las cantidades necesarias para el estudio del proyecto, que se acometería en breve. En el otro telegrama, remitido por el director general de Ferrocarriles, ponía que ya estaba designado ingeniero para realizar dicho estudio, debiendo éste comenzar inmediatamente. El gobernador, en pleno paroxismo de felicidad por las aclamaciones que le dispensaban los motrileños, dijo que todo se debía a la iniciativa del mismísimo Franco, quien había ordenado en consejo de ministros que se hiciera este ferrocarril con fondos públicos, y que él leía los telegramas como si en ese momento ya pudiera contemplar unas modernas locomotoras entrando en agujas en la estación motrileña, de lo seguro que estaba de que en breve se podría viajar en tren a la costa. Lamentablemente no fue así y aquí seguimos esperando, y esperando, y esperando…

Desde luego, parecía que la cosa ahora sí que es verdad que iba en serio. En Motril la noticia fue celebrada con grandísima satisfacción, no era para menos, y con numerosas manifestaciones festivas y tedeums de agradecimiento, y a Fernández-Victorio se le recibió y se le despidió como a un héroe, con colgaduras en las fachadas y los balcones, nombrándosele hijo predilecto de la localidad costera. Y no menor fue el alborozo en la capital de la provincia, cuyas autoridades rápidamente se reunieron con las de Jaén, provincia también interesada en el ferrocarril a la costa, pues se daba por hecho que a continuación se llevaría a cabo la conexión con la capital del Santo Reino, casi tan larguísimamente reivindicada como la misma de la salida ferroviaria a Motril. Fernández-Victorio y Gallego Burín viajaron a la capital vecina y de allí volvieron con la promesa del firme apoyo de las autoridades y fuerzas vivas de ambas provincias.

En menos de una semana ya estaban en Granada dos ingenieros del ministerio de Obras Públicas, quienes recorrieron todo el posible trazado hasta Motril tomando buena nota de lo que había que hacer. En unos pocos meses, se dijo en la prensa, estaría listo todo después de que se completaran los estudios, entrando en juego los necesarios equipos técnicos. El primer detalle que se dio a conocer fue el propósito de clausurar la estación de Andaluces y construir una nueva estación en la zona del Puente del Cristiano, o sea, entre el camino de Ronda y la Vega, en lo que hoy es más o menos Hipercor. Asimismo, el futuro ferrocarril sería eléctrico, y nada de vía estrecha, cosa que sonaba a tranvía asmático, un tren en toda regla. En el mes de octubre publicaron los periódicos el proyecto ya terminado salido de los trabajos de campo llevados a cabo: ochenta kilómetros de vías con trece estaciones en Gabia, Alhendín, Padul, Cozvíjar, Murchas, Melegís, Lanjarón, Órgiva, Rules, Vélez-Benaudalla, Salobreña, Motril y final en el puerto motrileño, con 45 túneles, a destacar los dos de más de kilómetro y medio, en Lanjarón y entre Vélez y Salobreña, y también 25 puentes y viaductos

El alcalde Gallego Burín hizo un llamamiento a todos los granadinos para que en agradecimiento manifestaran su adhesión depositando tarjetas en el Gobierno Civil, y a los pocos días, también por iniciativa del alcalde, se inició una suscripción popular para costear un bastón de mando artístico que sería regalado por la provincia a Fernández-Victorio en agradecimiento por las gestiones que habían conseguido logro tan importante para Granada. Todos los pueblos de la provincia aportaron dinero a esa suscripción, pero cuando se llevaban recaudadas unas 50.000 pesetas, el propio gobernador Fernández-Victorio renunció al homenaje que se le quería tributar y al regalo del bastón, aunque admitió que se siguieran recaudando cantidades para donar todo el montante a un fondo para la construcción de viviendas sociales en la provincia.

Como vemos, todos los méritos de lo que ya se consideraba una realidad se le otorgaban al gobernador Fernández-Victorio, que llevaba menos de un año en el cargo, pero nadie se acordó de que quien había iniciado las gestiones y tocado a las puertas convenientes era su antecesor en el sillón de la Gran Vía, el muy inquieto (y defenestrado) José María Fontana, y así las abundantes noticias en la prensa ni siquiera citaron su nombre. Incluso en la web Wikipedia dedicada a Servando Fernández-Victorio se puede leer, como uno de sus mayores logros, el haber conseguido que el ferrocarril llegara a Motril en 1953. Pero ya lo sabemos, ni en 1953 ni nunca han visto los motrileños entrar un tren en su localidad.

El tema del ferrocarril a Motril ocupó bastantes portadas de los periódicos granadinos todo el año 1948 y buena parte del 49, con el denominador común de que se daba por hecho que el ferrocarril se iba a hacer de todas todas, pero poco a poco fue enfriándose la cuestión y la última noticia de que disponemos data de finales de 1950, cuando se publicó que el proyecto de Ferrocarril a Motril acababa de ser informado favorablemente por el Consejo Superior de Ferrocarriles. Pero ni por esas. Después sólo muy de cuando en cuando a lo largo de los años ha vuelto a ocupar algún comentario de prensa el non nato ferrocarril a la costa, pero siempre tratado como una entelequia o como tema recurrente en ausencia de otras cosas de más enjundia de las que ocuparse, ¡vamos!, como si no se hablara de él en serio.


Así iba a ser el trazado de la línea Granada-Motril según Ideal de 21 de octubre de 1948

En la quintilla de una caroca del Corpus de ¡¡¡1885!!! se leía: Pronto lograremos ir / hasta Motril en un vuelo. / Ya el tren se va a construir. / Esto será, en mi sentir, / cuando la rana eche pelo. Y ésta de 1925: Un ingeniero civil / me dijo: "Según mi cuenta, / allá por el mes de abril / del año tres mil cuarenta / irá el tranvía a Motril”, esta segunda de cuando se estudiaba por la compañía de Tranvías Eléctricos de Granada la prolongación hasta Motril de la línea que acababa en Dúrcal. A propósito de esto último, precisamente cuando estaba en plena ebullición el tema del ferrocarril a Motril y se daba por hecho que iba a ser pronto una realidad, esto es, a lo largo de 1948, también era noticia de actualidad el propósito cada vez más firme de la empresa tranviaria de clausurar definitivamente, por ruinoso, el cable aéreo Dúrcal-Motril para el transporte de mercancías, que fue lo más parecido a un ferrocarril a la costa que hemos podido ver alguna vez los granadinos y que se suprimió definitivamente en 1950. Las dos quintillas que van delante son bien ilustrativas de la viejísima reivindicación penibética y de la poca o nula efectividad de las escasas veces que la cuestión ha sido puesta sobre la mesa.

Se ve que aquellos estudios de 1948 concluyeron que la realización del proyecto era demasiado costoso para los posibles beneficios que la gran obra pudiera reportar. La eterna pescadilla enrollada: la abrupta geografía penibética exige una fortísima inversión para la escasa rentabilidad que cabe esperar de una zona deprimida como la nuestra, pero de lo que no cabe duda es de que sin invertir jamás podrá la comarca y la provincia remontar y producir réditos. Y luego está la también vieja cuestión del agravio comparativo: ¿exigiría una mayor inversión que la que en otra provincia vecina de similares fragosidades montunas se hizo (en el siglo XIX) generosamente y sin reparar en gastos?

Para servidor que la cuestión del ferrocarril a la costa debía ser la prioridad fundamental en los programas políticos de los que dicen defender esta tierra, sin embargo, que uno sepa, nunca jamás se ha abordado la cuestión con decisión ni esta viejísima reivindicación granadina ha formado parte del programa de algún partido político. Desde luego, si no se consiguió en aquellos años de hágase… ordeno y mando, si ni siquiera el mismísimo Franco, siempre citado en estos años finales de la década de los cuarenta como vivamente interesado en que se construyera la línea, si ni con orgullosos (¿o era olorosos?) los claveles de la vega de Motril se sacó nada en claro, mucho me temo que Granada seguirá siendo otro centón de años la cenicienta de España en cuestión de infraestructuras de transporte.


Editorial de Ideal en primera página el 18 de febrero de 1948

Guerra Ideal-Espectáculos y La Blanca Doble

            El número de Ideal correspondiente al martes día 17 de febrero de 1948 no llevaba en sus páginas publicidad alguna acerca de los espectáculos cinematográficos y teatrales del momento en Granada. Al día siguiente en primera página incorporaba el diario un largo editorial explicando la ausencia de esa publicidad que normalmente incluía en la página 6 cuando el ejemplar constaba de ocho planas o en la 4 cuando sólo llevaba seis, en la misma página donde aparecían los anuncios por palabras. El editorial lo encabezaba en letras grandes un titular: «Las empresas cinematográficas y teatrales de Granada, contra Ideal», seguido de otro en letras más pequeñas: «Retiran su publicidad como represalia contra la censura diocesana y por haber rechazado nosotros textos inmorales».

La guerra de los empresarios de cines y teatros versus diario Ideal acababa de desencadenarse porque los primeros, encuadrados en el Sindicato de Espectáculos, cuyo jefe provincial era Ricardo Martín Campos, el presidente del Granada CF y copropietario del Salón Nacional, se habían confabulado para no gastar ni un duro más en publicidad en un medio que bajo las carteleras donde se anunciaban las ofertas de cines y teatros, invariablemente incluía también un pequeño recuadro con la calificación “moral” de lo que se exhibía en nuestras salas, una calificación que dictaba la oficina diocesana del arzobispado y que los empresarios estimaban que perjudicaba sus intereses pues era frecuente que en dicha valoración de los espectáculos desde el punto de vista moral se incluyeran varios títulos acompañados de la leyenda entre paréntesis «no debe verse». El otro diario local, Patria, y el semanario La Prensa (la Hoja del Lunes por aquellos años) no publicaban la censura eclesiástica, por lo que a ellos no afectaba la discordia.

Explica Ideal en su editorial de 18 de febrero que, aunque los responsables de las salas de espectáculos hayan acordado esa medida de presión, no van a conseguir de ninguna manera que cambien los planteamientos del periódico que, en «cumplimiento de elementales deberes morales», siempre se ha negado «a admitir toda la publicidad más o menos pornográfica que las empresas querían hacer, unas veces en dibujos y en textos provocativos y otras en tamaños de anuncios». Ideal jamás se doblegará –continúa-, ni por razones económicas ni por ninguna otra, a nadie que pretenda coaccionar la intangibilidad de sus principios católicos o debilitar sus vínculos de sumisión absoluta e incondicional a la jerarquía eclesiástica, ya que el arzobispo ha dispuesto la obligatoriedad de publicar la censura de espectáculos. Y añade que se trata de una cuestión en la que Ideal no puede admitir ni siquiera el diálogo. Al día siguiente, también en primera página, reproduce el diario una carta del arzobispo Santos Olivera en la que bendice al diario de la Editorial Católica por mantenerse firme en su decisión y dice que esa medida brindará oportunidad a los buenos católicos para declarar el boicot al cine y al teatro inmoral, «Hay que acabar con tanta inmundicia. Hay que declarar la guerra sin cuartel al impudor y a la indecencia».

Cuando empezó el conflicto, el 15 de febrero de 1948, último día en el que Ideal daba publicidad de la cartelera granadina, en el apartado de censura de la Diócesis de Granada los espectáculos reciben estos calificativos: “jóvenes”, para el film Murieron con las botas puestas (en el Aliatar) y El fantasma huye (en el Nacional), o bien “tolerable jóvenes”, que merecen María Antonieta (en el Coliseo Olympia) y ¡Qué verde era mi valle! (programada en el Príncipe a partir del día siguiente); la etiqueta de “mayores” se otorga a Mañana es vivir (que será estrenada en breve en el Aliatar) y Soñando con música (revista cuyo estreno está previsto en pocos días en el teatro Cervantes). También hay una película etiquetada como “desconocida”, La dama se rinde, que se proyecta en el Granada Cinema. Se entra en el terreno de lo escabroso con la película que ponen en el Albayzín Cinema, Morena Clara, una candorosa españolada en toda regla, con gitanos cantarines y demás, que tenía ya doce años pues se estrenó con gran éxito apenas dos meses antes del comienzo de la Guerra Civil y era ya un film archiconocido, pero la censura eclesiástica la califica como “peligrosa”. Y ya se pisa suelo pecaminoso y de perdición total con la etiqueta que merece la que ponen en el Príncipe, El cielo y tú (nombre comercial en España -de traducción macarrónica- para el título original de All this and Heaven too, de 1940), un melodrama decimonónico de adulterio y crímenes con Bette Davis y Charles Boyer, que merece el calificativo de la censura curial de “no debe verse”.


La Blanca Doble no debía verse, según la censura diocesana del Arzobispado de Granada

Punto y aparte requiere, por ser –a nuestro juicio- el desencadenante de todo el contencioso, el espectáculo que se representaba en el teatro Cervantes y que también mereció para la censura eclesial el calificativo de “no debe verse”: La Blanca Doble, una revista. Se estrenó en Granada el 11 de febrero de 1948. Ideal del día siguiente, en crítica que firma “B”, dice que lo mejor es la cuidada presentación de sus cuadros de revista, y que la trama es frívola, con equívocos sugerentes y situaciones atrevidas, y destaca a las vedettes, «que cantan, bailan y lucen preciosos trajes unas veces y –esto es lo malo- escasos trapitos otras».

La Blanca Doble era una revista musical muy de la época, a base de mucha pluma, mucha música facilona y letras picantes y más facilonas aún, todo adobado con muchachas ligeras de ropa, o sea, con escasos trapitos, como decía la reseña de Ideal, aunque, claro, lo de “ligeras de ropa” en 1948 hay que entenderlo en su contexto y esa “ligereza” hoy sería equiparable a la de una función fin de curso en un colegio regentado por las madres ursulinas. En la actualidad el llamado género ínfimo, la revista, está muy de capa caída, pero conoció épocas de pleno apogeo, sobre todo en el tiempo de silencio y misa de la larguísima posguerra española y el nacionalcatolicismo. La Blanca Doble, humorada cómico-lírica en dos actos (ése era su subtítulo), con música del maestro Jacinto Guerrero, es una obra mítica en el género de las varietés, un exitazo estrenado en abril de 1947 que llenó en su día teatros por toda la Piel de Toro durante muchísimos años y que es equiparable a otras revistas anteriores también de gran éxito, como lo fueron en su día Las Corsarias o Las Leandras, ambas con música de nuestro paisano Francisco Alonso.

Fue un gran escándalo para las mentes pacatas el de la Blanca Doble. Y eso a pesar de que la censura oficial la mutiló considerablemente recortando frases, canciones y hasta números enteros. Cuando pudo ser vista en Granada ya había recorrido media España y hasta aquí habían llegado los ecos de algunos alborotos provocados por su exhibición, cuando distintas jerarquías eclesiásticas habían intentado que fuera prohibida, como el inefable arzobispo de Sevilla, el cardenal Segura, que ya había excomulgado a los que bailaran agarrao e hizo lo propio con aquellos pecadores que se acercaran a ver la revista la Blanca Doble; o como el obispo de Las Palmas, Pildain, que ya había vetado la película Gilda en su diócesis y no pudo hacer lo mismo con La Blanca Doble, pero a cambio consiguió que grupos de señoras enlutadas se apostaran armadas de cirios y rosarios delante de la taquilla del local donde se representaba y rezaran en voz alta por la salvación del alma de todo aquel que tenía el atrevimiento de comprar una entrada.

A Granada no vinieron los principales actores de la revista, Zorí, Santos y Codeso (lo harían tres años después al teatro Gran Capitán), ni la jovencísima vedette que empezaba, Florinda Chico, pero no por eso disminuyó el interés por el gran acontecimiento local que supuso su representación. Su número más conocido, ¡Ay qué tío!, donde se criticaba lo único criticable en aquellos años: la impuntualidad y mal estado de los transportes públicos, la escasez de viviendas, lo cara que está la vida…, interpretado por el actor Antonio Riquelme, incluyó algunos temas de actualidad cien por cien granadinos, como solían los intérpretes hacer allí por donde iban, y eso fue lo más celebrado por la concurrencia.

Durante una semana se exhibió La Blanca Doble en el Cervantes diariamente en dos funciones a teatro lleno a reventar. Se ve que la guerra sin cuartel al impudor y a la indecencia que propugnaba el arzobispo no era seguida por su rebaño. Y es que aunque el catolicismo de batalla y misión en la España de Franco dejara notar su influencia y quisiera imponer su moral de sacristía, una moral que casi exclusivamente rechazaba sólo lo sicalíptico, en Granada como en el resto del país la gente de a pie, el pueblo llano, no se dejaba amedrentar y ya podían amenazarla con el fuego eterno o con la expulsión de la grey por asistir a espectáculos disolventes; al revés, con los mensajes apocalípticos lo que se conseguía era aumentar las ganas de no perderse la función. Como siempre ha sido. Los granadinos llenaban a diario el local de la plaza de la Mariana y salían tan contentos y canturreando los pegadizos temas musicales que acababan de ver y escuchar, sobre todo aquello tan popular de «¡Ay qué tíoooo! ¡Ay qué tíoooo! ¡Qué puyazo le han metíoooo!», e improvisaban mil variantes cambiando la palabra puyazo por… lo que ustedes quieran imaginar, unos más procaces y otros no tanto, incluso en el fútbol pronto se oyó cantado a coro el famosísimo estribillo, pero con la palabra golazo.

La de los empresarios del espectáculo con Ideal, que no afectó a los otros medios de comunicación granadinos, fue una guerra incruenta pero larga. Tendrán que pasar al menos cinco años (1953) para que las cosas vuelvan a la normalidad anterior a febrero de 1948 y aparezcan otra vez en el diario católico anuncios de los distintos espectáculos en Granada. Para entonces la sede episcopal habrá cambiado de posaderas por la muerte del arzobispo Balbino Santos Olivera, sustituido por Rafael García y García de Castro.