EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 23 de noviembre de 2017

PELIAGUDA RECTA FINAL

En cromos la alineación titular del Granada en el final de temporada 42-43

Se acerca el final de la competición
Después del triunfo casero frente al Oviedo, jornada 21 (de 26), la liga entra en su recta final pues ya sólo quedan cinco partidos por jugarse, y ese final de liga es mareante para el Granada, desde la jornada 9 clasificado 12º, en plaza de promoción para salvar la categoría, porque los cinco rivales pendientes son todos muy cualificados. El primero es el líder, el Bilbao, a quien hay que visitar en San Mamés, visita que se salda con derrota 4-1. Las crónicas hablan de un Granada muy flojo que dejó una pobre impresión, pero de todas maneras era muy comprensible y perdonable caer derrotado en Bilbao ya que el Athletic marchaba destacado en el primer puesto y acabó proclamándose campeón.
Estando ya la expedición granadinista en Bilbao, la prensa recoge la noticia de que el gran Cholín, que recibió la baja al finalizar la temporada anterior y se marchó a su tierra, se encuentra hospitalizado en Vitoria porque ha sufrido recientemente una lesión grave de la que afortunadamente se encuentra ya fuera de peligro. En calidad de jugador-entrenador del Alavés, de segunda división, jugaba un partido del campeonato regional cuando él, que nunca se arrugaba ante las recias defensas de la época, tuvo un violento encontronazo contra un contrario del que salió bastante mal parado, con un hematoma subdural que obligó a practicarle una trepanación de cráneo.
Después de caer derrotados en Bilbao faltaban ya sólo cuatro partidos para terminar el campeonato, de los cuales tres eran en Los Cármenes, pero el calendario había guardado para el final lo más peliagudo: Sevilla (que marchaba 2º y todavía con posibilidades de ser campeón) y Valencia (4º) seguidos dentro, y después una salida a Chamartín para cerrar la liga en Los Cármenes con la visita del Barcelona, 5º clasificado. A priori, el partido más fácil de los cuatro era el de Chamartín puesto que el Madrid, muy lejos todavía de ser el equipo que todo lo gana, se encontraba a esas alturas rondando los puestos de promoción. La cosa estaba en principio ciertamente fea para los rojiblancos. Al menos casi teníamos asegurado no caer a puestos de descenso directo (13º y 14º) porque Zaragoza y Betis estaban muy descolgados y prácticamente ya descendidos, pero huir de tener que jugarse el todo por el todo en una incierta promoción todavía seguía siendo muy difícil para nuestro equipo, que ni ganando los cuatro partidos que faltaban tenía garantizada la permanencia en primera.

De pie: Conde, González, Aparicio, Millán, Pérez y Nicola; agachados: Neira, Trompi, Sosa, Sierra y Marín. Los de la foto derrotaron 4-3 al Sevilla de los “stukas”   
                            
Heroica victoria ante el Sevilla en el primer día del club
Desde prácticamente el primer año de vida de nuestro equipo, cada temporada era frecuente que la directiva de turno aprovechara alguna jornada de lleno asegurado para establecer suplementos que los socios debían pagar aparte para poder acceder a las gradas. El concepto de día del club todavía no se usaba pero aun sin ese nombre ya venía  fijándose cada temporada al menos un partido en el que todos tenían que retratarse previamente en taquilla para poder ver a la muchachada rojiblanca. A partir de la 42-43 se establece que cada año habrá oficialmente un “día del club”, así, con ese nombre, y lo recaudado irá íntegramente a atender las necesidades urgentes: campo, jugadores, etc. Así lo comunicó a los socios la directiva al empezar la temporada. Como se ve, en principio era sólo un día del club lo previsto, pero tiempo después ese único día se convertirá en dos medios días. Con la visita del Sevilla aprovechó la directiva para establecer el día del club anunciado, que tiene la particularidad de ser el primero de la historia rojiblanca, al menos el primero que se conoció con esa denominación. Cuatro días antes del partido el club hizo pública una nota dando a conocer que todo quisque tendría que rascarse el bolsillo si quería asistir al evento: a los socios protectores y a los de tribuna se les pasarán a domicilio sus localidades y de no encontrarse en su casa, las tendrán reservadas en secretaría hasta el viernes anterior al partido; los socios de número por su parte tendrán que pasarse por la taquilla de Corral del Carbón (y pagar, claro).
 El Sevilla del míster O’Connell y de los Stukas, segundo en la tabla, marchaba a tres puntos del Bilbao y todavía conservaba esperanzas de darle caza por lo que se anunció que varios miles de sevillanos se desplazarían a Granada, muchos de ellos en tren botijo fletado por Educación y Descanso. El lleno en Los Cármenes estaba asegurado, pero también el ambiente hostil que iban a encontrarse en Granada los de blanco, en especial su ariete Campanal, a quien la hinchada rojiblanca acusaba de haber lesionado de gravedad a Alberty el año pasado y a Martí en esta misma temporada en el partido de ida en Nervión. Los sevillistas solicitaron la presencia de un delegado federativo y jueces de línea neutrales.
                Llegado el gran día, los tranvías que partiendo del centro de la ciudad dejaban a los hinchas en el cruce de Calvo Sotelo con Doctor Olóriz, circularon aquella tarde más atestados que de costumbre, y bastantes forofos por más que quisieran correr se perdieron los dos primeros goles rojiblancos por culpa de lo que era usual los domingos de fútbol, y era que los tranvías con sus jardineras, al llegar a la mitad de Gran Vía amenazaban con descuajaringarse por las costuras y vistos desde la acera no eran sino un agitado muestrario de brazos, piernas y hasta cabezas saliendo por las ventanillas, momento que aprovechaban los señores tranviarios para detener la marcha y no continuarla hasta que cada viajero, incluidos los que hacían equilibrios en los topes y en los estribos, hubiera abonado los céntimos que costaba el trayecto.

Millán, Sierra, González y Pérez en láminas coloreadas coleccionables

                Con Los Cármenes abarrotado y arbitraje de Escartín (que a pesar de su cartel estuvo desacertado y falto de autoridad, como casi siempre que nos visitó) Granada y Sevilla ofrecieron un apasionante duelo que no defraudó la gran expectación que había suscitado, jugado con mucho brío por ambos cuadros y en el que no faltaron todo tipo de acciones polémicas e incluso violentas. Y que ganaron los rojiblancos 4-3. Los sevillanos consiguieron empatar el 3-0 que a la media hora señalaba el marcador, pero faltando menos de cinco minutos llegó el definitivo 4-3 con el que los puntos se quedaron en casa. Trompi, en un gran estado de forma en la que quizás fue su mejor temporada, consiguió el primero cuando apenas se había cumplido un minuto, y el propio Trompi marcó de cabeza el 2-0 transcurridos diez minutos de partido. A pase de Trompi, Sosa a la media hora hizo el 3-0 que parecía sentenciar, pero dos goles de Pepillo antes del descanso hicieron presagiar una segunda parte no menos trepidante. Efectivamente, nada más comenzar la segunda mitad los de blanco empataron por mediación de López. En casi todo el tiempo que faltaba abundaron más los choques y los incidentes entre los futbolistas, tolerados por Escartín, que las acciones de buen fútbol que caracterizaron la primera parte, hasta que faltando menos de cinco minutos y tras una jugada embarullada Aparicio aprovechó un balón suelto para conseguir la victoria rojiblanca.
                La derrota dejaba al Sevilla casi sin opción al campeonato y escoció bastante a la vera del Guadalquivir. Cierta prensa sevillana habló de que se había calentado de forma malévola el ambiente en contra del Sevilla; que a Campanal hubo que ponerle una escolta de policía permanentemente para que lo protegiera desde que llegó a Granada; que en el partido hubo un continuo lanzamiento de piedras y almohadillas contra los sevillanos; que el portero Busto fue agredido… Todo fue desmentido por la prensa local. No obstante, el Comité de Competición a los pocos días sancionó al Granada con multa de 5.000 ptas. y prohibición del alquiler de almohadillas en el estadio, que quedó apercibido de clausura por los actos de hostilidad y agresión de sus seguidores contra los del equipo rival.

En la previa del Granada 4 Valencia 2, los ches visitaron la Alhambra y se retrataron de moros de Ruiz Linares

Victoria ante el Valencia y caso Pasieguito
Al domingo siguiente a la gran victoria sobre el Sevilla, el Valencia, que a estas alturas nada ya se jugaba, situado en la zona media de la tabla, también salió derrotado de Los Cármenes, 4-2 en otro partido cardiaco que estuvo empatado hasta poco antes del final y en el que también abundaron los encontronazos entre unos y otros y las jugadas polémicas. Bru repitió alineación y en otro partido épico, como el del Sevilla, el Granada consiguió una victoria muy importante que dejaba la zona libre de promoción a sólo dos puntos. Las crónicas destacan muy por encima de todos a Marín, que estuvo mejor que nunca. A destacar también el gol de tacón del artista Trompi, que rompía la igualada a dos tantos.                     
El partido frente al Valencia dio también para una anécdota que tiene como protagonista a un futbolista que 30 años después sería entrenador del Granada.
                Cuando se jugó el partido, 21 de marzo de 1943, al medio centro Pasieguito, que debutaba y por primera vez se alineaba como futbolista del equipo valenciano, le faltaban todavía dos meses para cumplir los 18 años. Una norma fijaba por entonces la edad de 18 como mínima para jugar en Primera División y, al parecer, Pasieguito había falsificado sus papeles y figuraba con 19. Después volvería a ser alineado por el Valencia en los dos partidos que faltaban para concluir la liga. Al Español alguien le dio el soplo de la irregularidad de la alineación de Pasieguito y denunció el caso ante la Federación casi un mes después. Los españolistas pedían que al Valencia le fueran descontados siete puntos de la clasificación (dos por cada uno de los tres partidos jugados por Pasieguito más otro del único punto obtenido por el Valencia en esos tres partidos) por alineación indebida, con lo que habría quedado en el puesto 12º y obligado a disputar la promoción, salvándose del trámite el Español, el otro conjunto que junto al Granada, tenía todavía pendiente salvar la categoría.
                Quizás por lo tardío del momento en que se conoció la irregularidad valenciana, una vez terminada la liga y a menos de una semana para los dos partidos de promoción, todos los resultados quedaron como estaban, pero de lo que no se libró Bernardino Pérez Elizarán, Pasieguito, fue de una sanción por un año sin jugar que cumplió la temporada siguiente.  

Pasieguito debutó en Granada como futbolista de Primera, con 17 años  
                                                                                          
Para terminar, Madrid y Barcelona… y promoción
La última salida de la liga era al campo de un rival directo, el R. Madrid, justo el que marcaba el corte de la salvación sin tener que jugárselo a una carta en promoción, dos puntos por encima.
En Chamartín Marín nuevamente dio un grandísimo partido que hizo comentar a José María Úbeda, periodista de Pueblo (al que le gustó especialmente el juego “zaragatero” de la delantera rojiblanca), que el muy veterano 7 del Granada era uno de los mejores extremos derechos del momento. Por su parte, Rienzi, del diario Madrid, dice que «…el mejor de los del Albayzín y de los 22 fue el veterano Marín, que a los treinta y seis años está mucho mejor que a  los veinte».
Ante doscientos granadinos desplazados en vagones fletados por Educación y Descanso, el Granada ganaba 0-2 poco antes del intermedio, pero los merengues reaccionaron y en escasos minutos consiguieron nivelar el marcador antes de pasar por vestuarios. En la segunda parte volvió a ser mejor el Granada pero no pudo hacerse con una victoria que mereció, y el choque terminó en empate a dos goles. La prensa madrileña, a la que impresionó muy favorablemente el juego del Granada, especialmente el trabajo de Marín y Trompi, comentó que el colegiado Cruellas fue determinante en el resultado final al anular injustamente un gol de Trompi que hubiera permitido dar caza a los merengues y salir de los puestos de promoción. También es muy comentada por la prensa madrileña la “ extravagancia” del trencilla al señalar un libre indirecto contra el Granada casi en el área chica sin que nadie se explicase los motivos; el golpe franco indirecto era por entonces en el balompié patrio algo así como exótico y rara vez lo decretaban los referís de la época.
                El empate de Chamartín dejó todo para la última jornada, en Los Cármenes frente al Barcelona, cuarto clasificado y que ya nada tenía que hacer puesto que por entonces no había competiciones internacionales para las que clasificarse. La victoria podía dar la salvación directa, pero no dependíamos de nosotros porque si el Madrid, al que ganábamos el golaveraje, conseguía un solo punto, ya no podríamos alcanzarlo. Pero el Granada perdió su partido en Los Cármenes frente al Barcelona (2-3, con el primer gol culé obra de César) y el R. Madrid empató en Mestalla.
                Así, a primeros de abril de 1943 terminaba una liga no demasiado buena puesto que para asegurar la permanencia entre los grandes todavía quedaba superar la ruleta de la promoción. Ese mismo día se supo que el partido único en campo neutral en que por entonces consistía la promoción habría de dirimirse frente al Valladolid dos semanas más tarde, el domingo 18 de abril. Los castellanos habían logrado clasificarse en el tercer puesto de liguilla de ascenso a Primera, por detrás de Sabadell y R. Sociedad, los dos ya ascendidos, y por delante del otro promocionista, el Gijón, que se enfrentaría al Español.

El cambio de nombre de nuestro equipo se hizo tres años atrás, pero en Marca todavía no se han enterado

Récord vigente
No fue demasiado buena la segunda temporada del Granada en Primera División ya que no se consiguió la permanencia de forma directa, pero en esta liga estableció un récord todavía vigente porque es la única de las ochenta y tres ya disputadas -en cualquier categoría de las distintas en que nuestro equipo ha militado- en la que el Granada marcó al menos un gol en cada uno de los partidos del campeonato.

Reforma de la Alcaicería
                Los trabajos de adecentamiento de la parte más turística de Granada que en estas fechas, primera mitad de 1943, llegaron al entorno de la Catedral, también alcanzaron al entramado de calles de la Alcaicería, mejorando bastante su aspecto al cambiar las irregulares losas de su pavimento, la mayoría mugrosas y partidas, por otras ajedrezadas en las que se alternaban la piedra de Sierra Elvira con el empedrado típico granadino. Al mismo tiempo se suprimió un muy desvencijado y pestilente armatoste destinado a urinario público que se encontraba desde hacía muchos años en una de las callejuelas de la Alcaicería con salida al Zacatín. No obstante (costumbre mala, tarde o nunca es dejada, que dice el dicho), al poco tiempo de la supresión del mingitorio es fácil tropezarse en la prensa con artículos de andar por casa en los que se denuncia que a pesar de la buena intención de los munícipes, el mismo lugar del estrecho callejón, aun desprovisto de cualquier elemento que sirva para lograr alguna intimidad en el acto de evacuar, sigue el paisanaje utilizándolo indiscriminadamente para hacer aguas menores (y hasta mayores), dando una malísima impresión de la ciudad en una zona tan céntrica. Faltaban todavía algunos años para que se construyeran los wáteres de plaza Bib-Rambla.

Tres aspectos de la Alcaicería antes y después de la reforma

Proyectos de reforma
Otras reformas urbanas proyectadas se quedaron al final sólo en eso, en proyectos. El más llamativo que en su día -principios de 1943- recogió la prensa local fue la de reforma total de la fachada principal del Ayuntamiento buscando darle un aire más señorial. Con proyecto del arquitecto Francisco Prieto Moreno, consistía en incorporar un gran cuerpo central que avanzaría tres metros sobre el terreno de la plaza del Carmen y a sus lados se instalarían sendas artísticas fuentes. Sobre ese cuerpo central se levantaría una gran logia o galería abovedada, con cinco arcos de medio punto, que sustituiría al modesto balcón principal, reservando su uso exclusivamente para grandes solemnidades, como la del 2 de enero.
                El proyecto de reforma se completaba con la construcción de una gran torre con su reloj, inspirada en la desaparecida torre del convento de Nuestra Señora del Carmen de la Cabeza (sobre cuyo solar se levanta el Ayuntamiento) que se puede ver en grabados antiguos. Y además también estaba prevista la construcción de un puentecillo o pasarela cubierta, formando un cobertizo, que comunicara la casa consistorial con la vecina, al otro lado de la calle Mariana Pineda, más conocida como casa de la Bernina.
                Todo iría construido en piedra y mármol pardo de Sierra Elvira, y con incrustaciones de serpentina del barranco de San Juan. Se trataba de dar a la casa consistorial un aire barroco que, según la noticia, es el más genuinamente granadino, dejando al Ayuntamiento con un aspecto muy parecido al de la Real Chancillería de Plaza Nueva, con sus pinguruchos y todo. No sabemos si es que el proyecto salía demasiado costoso o cuál fue la razón por la que finalmente no se llevara a cabo esta interesante intervención urbana.

Tal que así luciría la casa consistorial granatensis de haberse llevado a cabo la reforma proyectada
                Tampoco pasó de proyecto el dotar a la ciudad de un gran parque público que desde la entonces avenida de Calvo Sotelo llegaría hasta el Camino de Ronda, ocupando más o menos toda la zona del actual campus universitario de Fuentenueva. Para hacerlo posible, una orden ministerial de Gobernación dictada en enero aprobó la permuta del ex convento e iglesia de Santo Domingo, de propiedad estatal, con una extensa huerta en el camino de la Fuente Nueva, perteneciente a la orden dominica. Desde su desamortización a mediados del siglo XIX, el convento de Santo Domingo había sido utilizado como cuartel y como sede del Liceo granadino y de distintas academias de bellas artes, y también como teatro y lugar de celebración de todo tipo de reuniones y simposios, y se encontraba muy deteriorado cuando se aprobó la permuta. Al devolverlo a sus antiguos propietarios se anuncia que volverá a ser utilizado como convento y que albergará en breve la Escuela Superior de Estudios Dominicos, que se trasladará desde su sede actual, en Ciudad Real.  Aunque no llegó a hacerse en estas calendas el gran parque que estaba previsto, andando el tiempo la zona de Fuentenueva, con su cesión a la Universidad, vino a convertirse en un parque público del que pueden disfrutar todos los granadinos, aunque no con las dimensiones que en principio se previeron.
                Otro proyecto más que no se transformó en realidad, afortunadamente en este caso –hay que decir-, consistía en la demolición de la vieja plaza de toros del Triunfo (ya existía desde 1928 la nueva, la actual), levantada sobre terrenos de propiedad municipal, y construir edificios de viviendas en gran parte del solar resultante, trazando tres nuevas calles con una plaza semicircular en el centro, donde se trasladaría la columna y monumento de la Inmaculada. Estos terrenos venían siendo objeto de un largo y antiguo pleito entre la corporación municipal y los propietarios de la plaza. Seguramente el hecho de que tampoco en estas fechas se pusiera solución al contencioso fue lo que más influyó en que este espacio se salvara de la especulación y hoy podamos verlo como está.
                Y otra reforma que no fue consistía en construir en la misma puerta principal del estadio de Los Cármenes una rotonda para evitar las aglomeraciones de peatones y vehículos que se formaban cada domingo de partido. Otra, aunque ésta sí se llevó finalmente a cabo… ¡cincuenta años después!, era la de derribo total del barrio de San Lázaro para construir en su centro una plaza peatonal rodeada de soportales; las casas que se levantaran serían destinadas a alojamiento de estudiantes con matricula en la cercana facultad de Medicina, que en esos momentos estaba terminándose de construir.

Proyecto de gran parque urbano en Fuentenueva