En cromos la alineación titular del Granada en el final de temporada 42-43 |
Se acerca el final de
la competición
Después del
triunfo casero frente al Oviedo, jornada 21 (de 26), la liga entra en su recta
final pues ya sólo quedan cinco partidos por jugarse, y ese final de liga es
mareante para el Granada, desde la jornada 9 clasificado 12º, en plaza de
promoción para salvar la categoría, porque los cinco rivales pendientes son
todos muy cualificados. El primero es el líder, el Bilbao, a quien hay que
visitar en San Mamés, visita que se salda con derrota 4-1. Las crónicas hablan
de un Granada muy flojo que dejó una pobre impresión, pero de todas maneras era
muy comprensible y perdonable caer derrotado en Bilbao ya que el Athletic
marchaba destacado en el primer puesto y acabó proclamándose campeón.
Estando ya la
expedición granadinista en Bilbao, la prensa recoge la noticia de que el gran
Cholín, que recibió la baja al finalizar la temporada anterior y se marchó a su
tierra, se encuentra hospitalizado en Vitoria porque ha sufrido recientemente
una lesión grave de la que afortunadamente se encuentra ya fuera de peligro. En
calidad de jugador-entrenador del Alavés, de segunda división, jugaba un
partido del campeonato regional cuando él, que nunca se arrugaba ante las
recias defensas de la época, tuvo un violento encontronazo contra un contrario
del que salió bastante mal parado, con un hematoma subdural que obligó a
practicarle una trepanación de cráneo.
Después de
caer derrotados en Bilbao faltaban ya sólo cuatro partidos para terminar el
campeonato, de los cuales tres eran en Los Cármenes, pero el calendario había
guardado para el final lo más peliagudo: Sevilla (que marchaba 2º y todavía con
posibilidades de ser campeón) y Valencia (4º) seguidos dentro, y después una
salida a Chamartín para cerrar la liga en Los Cármenes con la visita del
Barcelona, 5º clasificado. A priori, el partido más fácil de los cuatro era el
de Chamartín puesto que el Madrid, muy lejos todavía de ser el equipo que todo
lo gana, se encontraba a esas alturas rondando los puestos de promoción. La
cosa estaba en principio ciertamente fea para los rojiblancos. Al menos casi
teníamos asegurado no caer a puestos de descenso directo (13º y 14º) porque
Zaragoza y Betis estaban muy descolgados y prácticamente ya descendidos, pero
huir de tener que jugarse el todo por el todo en una incierta promoción todavía
seguía siendo muy difícil para nuestro equipo, que ni ganando los cuatro
partidos que faltaban tenía garantizada la permanencia en primera.
De pie: Conde, González, Aparicio, Millán, Pérez y Nicola; agachados: Neira, Trompi, Sosa, Sierra y Marín. Los de la foto derrotaron 4-3 al Sevilla de los “stukas” |
Heroica victoria ante
el Sevilla en el primer día del club
Desde
prácticamente el primer año de vida de nuestro equipo, cada temporada era
frecuente que la directiva de turno aprovechara alguna jornada de lleno
asegurado para establecer suplementos que los socios debían pagar aparte para
poder acceder a las gradas. El concepto de día del club todavía no se usaba
pero aun sin ese nombre ya venía
fijándose cada temporada al menos un partido en el que todos tenían que
retratarse previamente en taquilla para poder ver a la muchachada rojiblanca. A
partir de la 42-43 se establece que cada año habrá oficialmente un “día del
club”, así, con ese nombre, y lo recaudado irá íntegramente a atender las
necesidades urgentes: campo, jugadores, etc. Así lo comunicó a los socios la
directiva al empezar la temporada. Como se ve, en principio era sólo un día del
club lo previsto, pero tiempo después ese único día se convertirá en dos medios
días. Con la visita del Sevilla aprovechó la directiva para establecer el día del club anunciado, que tiene la
particularidad de ser el primero de la historia rojiblanca, al menos el primero
que se conoció con esa denominación. Cuatro días antes del partido el club hizo
pública una nota dando a conocer que todo quisque tendría que rascarse el
bolsillo si quería asistir al evento: a los socios protectores y a los de
tribuna se les pasarán a domicilio sus localidades y de no encontrarse en su
casa, las tendrán reservadas en secretaría hasta el viernes anterior al
partido; los socios de número por su parte tendrán que pasarse por la taquilla
de Corral del Carbón (y pagar, claro).
El Sevilla del míster O’Connell y de los
Stukas, segundo en la tabla, marchaba a tres puntos del Bilbao y todavía
conservaba esperanzas de darle caza por lo que se anunció que varios miles de
sevillanos se desplazarían a Granada, muchos de ellos en tren botijo fletado
por Educación y Descanso. El lleno en Los Cármenes estaba asegurado, pero
también el ambiente hostil que iban a encontrarse en Granada los de blanco, en
especial su ariete Campanal, a quien la hinchada rojiblanca acusaba de haber
lesionado de gravedad a Alberty el año pasado y a Martí en esta misma temporada
en el partido de ida en Nervión. Los sevillistas solicitaron la presencia de un
delegado federativo y jueces de línea neutrales.
Llegado
el gran día, los tranvías que partiendo del centro de la ciudad dejaban a los
hinchas en el cruce de Calvo Sotelo con Doctor Olóriz, circularon aquella tarde
más atestados que de costumbre, y bastantes forofos por más que quisieran
correr se perdieron los dos primeros goles rojiblancos por culpa de lo que era
usual los domingos de fútbol, y era que los tranvías con sus jardineras, al
llegar a la mitad de Gran Vía amenazaban con descuajaringarse por las costuras
y vistos desde la acera no eran sino un agitado muestrario de brazos, piernas y
hasta cabezas saliendo por las ventanillas, momento que aprovechaban los
señores tranviarios para detener la marcha y no continuarla hasta que cada
viajero, incluidos los que hacían equilibrios en los topes y en los estribos, hubiera
abonado los céntimos que costaba el trayecto.
Millán, Sierra, González y Pérez en láminas coloreadas coleccionables |
Con
Los Cármenes abarrotado y arbitraje de Escartín (que a pesar de su cartel
estuvo desacertado y falto de autoridad, como casi siempre que nos visitó)
Granada y Sevilla ofrecieron un apasionante duelo que no defraudó la gran
expectación que había suscitado, jugado con mucho brío por ambos cuadros y en
el que no faltaron todo tipo de acciones polémicas e incluso violentas. Y que ganaron
los rojiblancos 4-3. Los sevillanos consiguieron empatar el 3-0 que a la media
hora señalaba el marcador, pero faltando menos de cinco minutos llegó el
definitivo 4-3 con el que los puntos se quedaron en casa. Trompi, en un gran
estado de forma en la que quizás fue su mejor temporada, consiguió el primero
cuando apenas se había cumplido un minuto, y el propio Trompi marcó de cabeza
el 2-0 transcurridos diez minutos de partido. A pase de Trompi, Sosa a la media
hora hizo el 3-0 que parecía sentenciar, pero dos goles de Pepillo antes del
descanso hicieron presagiar una segunda parte no menos trepidante.
Efectivamente, nada más comenzar la segunda mitad los de blanco empataron por
mediación de López. En casi todo el tiempo que faltaba abundaron más los choques
y los incidentes entre los futbolistas, tolerados por Escartín, que las
acciones de buen fútbol que caracterizaron la primera parte, hasta que faltando
menos de cinco minutos y tras una jugada embarullada Aparicio aprovechó un
balón suelto para conseguir la victoria rojiblanca.
La
derrota dejaba al Sevilla casi sin opción al campeonato y escoció bastante a la
vera del Guadalquivir. Cierta prensa sevillana habló de que se había calentado
de forma malévola el ambiente en contra del Sevilla; que a Campanal hubo que
ponerle una escolta de policía permanentemente para que lo protegiera desde que
llegó a Granada; que en el partido hubo un continuo lanzamiento de piedras y
almohadillas contra los sevillanos; que el portero Busto fue agredido… Todo fue
desmentido por la prensa local. No obstante, el Comité de Competición a los
pocos días sancionó al Granada con multa de 5.000 ptas. y prohibición del
alquiler de almohadillas en el estadio, que quedó apercibido de clausura por
los actos de hostilidad y agresión de sus seguidores contra los del equipo
rival.
En la previa del Granada 4 Valencia 2, los ches visitaron la Alhambra y se retrataron de moros de Ruiz Linares |
Victoria ante el
Valencia y caso Pasieguito
Al domingo
siguiente a la gran victoria sobre el Sevilla, el Valencia, que a estas alturas
nada ya se jugaba, situado en la zona media de la tabla, también salió
derrotado de Los Cármenes, 4-2 en otro partido cardiaco que estuvo empatado
hasta poco antes del final y en el que también abundaron los encontronazos
entre unos y otros y las jugadas polémicas. Bru repitió alineación y en otro
partido épico, como el del Sevilla, el Granada consiguió una victoria muy
importante que dejaba la zona libre de promoción a sólo dos puntos. Las
crónicas destacan muy por encima de todos a Marín, que estuvo mejor que nunca.
A destacar también el gol de tacón del artista Trompi, que rompía la igualada a
dos tantos.
El partido
frente al Valencia dio también para una anécdota que tiene como protagonista a
un futbolista que 30 años después sería entrenador del Granada.
Cuando
se jugó el partido, 21 de marzo de 1943, al medio centro Pasieguito, que
debutaba y por primera vez se alineaba como futbolista del equipo valenciano,
le faltaban todavía dos meses para cumplir los 18 años. Una norma fijaba por
entonces la edad de 18 como mínima para jugar en Primera División y, al
parecer, Pasieguito había falsificado sus papeles y figuraba con 19. Después
volvería a ser alineado por el Valencia en los dos partidos que faltaban para
concluir la liga. Al Español alguien le dio el soplo de la irregularidad de la
alineación de Pasieguito y denunció el caso ante la Federación casi un mes
después. Los españolistas pedían que al Valencia le fueran descontados siete
puntos de la clasificación (dos por cada uno de los tres partidos jugados por
Pasieguito más otro del único punto obtenido por el Valencia en esos tres
partidos) por alineación indebida, con lo que habría quedado en el puesto 12º y
obligado a disputar la promoción, salvándose del trámite el Español, el otro
conjunto que junto al Granada, tenía todavía pendiente salvar la categoría.
Quizás
por lo tardío del momento en que se conoció la irregularidad valenciana, una
vez terminada la liga y a menos de una semana para los dos partidos de
promoción, todos los resultados quedaron como estaban, pero de lo que no se
libró Bernardino Pérez Elizarán, Pasieguito, fue de una sanción por un año sin
jugar que cumplió la temporada siguiente.
Pasieguito debutó en Granada como futbolista de Primera, con 17 años |
Para terminar, Madrid y
Barcelona… y promoción
La última
salida de la liga era al campo de un rival directo, el R. Madrid, justo el que
marcaba el corte de la salvación sin tener que jugárselo a una carta en
promoción, dos puntos por encima.
En Chamartín
Marín nuevamente dio un grandísimo partido que hizo comentar a José María
Úbeda, periodista de Pueblo (al que
le gustó especialmente el juego “zaragatero” de la delantera rojiblanca), que
el muy veterano 7 del Granada era uno de los mejores extremos derechos del
momento. Por su parte, Rienzi, del diario Madrid,
dice que «…el mejor de los del Albayzín y de los 22 fue el veterano Marín, que
a los treinta y seis años está mucho mejor que a los veinte».
Ante
doscientos granadinos desplazados en vagones fletados por Educación y Descanso,
el Granada ganaba 0-2 poco antes del intermedio, pero los merengues
reaccionaron y en escasos minutos consiguieron nivelar el marcador antes de
pasar por vestuarios. En la segunda parte volvió a ser mejor el Granada pero no
pudo hacerse con una victoria que mereció, y el choque terminó en empate a dos
goles. La prensa madrileña, a la que impresionó muy favorablemente el juego del
Granada, especialmente el trabajo de Marín y Trompi, comentó que el colegiado
Cruellas fue determinante en el resultado final al anular injustamente un gol
de Trompi que hubiera permitido dar caza a los merengues y salir de los puestos
de promoción. También es muy comentada por la prensa madrileña la “
extravagancia” del trencilla al señalar un libre indirecto contra el Granada
casi en el área chica sin que nadie se explicase los motivos; el golpe franco
indirecto era por entonces en el balompié patrio algo así como exótico y rara
vez lo decretaban los referís de la época.
El
empate de Chamartín dejó todo para la última jornada, en Los Cármenes frente al
Barcelona, cuarto clasificado y que ya nada tenía que hacer puesto que por
entonces no había competiciones internacionales para las que clasificarse. La
victoria podía dar la salvación directa, pero no dependíamos de nosotros porque
si el Madrid, al que ganábamos el golaveraje, conseguía un solo punto, ya no
podríamos alcanzarlo. Pero el Granada perdió su partido en Los Cármenes frente
al Barcelona (2-3, con el primer gol culé obra de César) y el R. Madrid empató
en Mestalla.
Así,
a primeros de abril de 1943 terminaba una liga no demasiado buena puesto que
para asegurar la permanencia entre los grandes todavía quedaba superar la
ruleta de la promoción. Ese mismo día se supo que el partido único en campo
neutral en que por entonces consistía la promoción habría de dirimirse frente
al Valladolid dos semanas más tarde, el domingo 18 de abril. Los castellanos
habían logrado clasificarse en el tercer puesto de liguilla de ascenso a
Primera, por detrás de Sabadell y R. Sociedad, los dos ya ascendidos, y por
delante del otro promocionista, el Gijón, que se enfrentaría al Español.
El cambio de nombre de nuestro equipo se hizo tres años atrás, pero en Marca todavía no se han enterado |
Récord vigente
No fue
demasiado buena la segunda temporada del Granada en Primera División ya que no
se consiguió la permanencia de forma directa, pero en esta liga estableció un
récord todavía vigente porque es la única de las ochenta y tres ya disputadas
-en cualquier categoría de las distintas en que nuestro equipo ha militado- en
la que el Granada marcó al menos un gol en cada uno de los partidos del
campeonato.
Reforma de la
Alcaicería
Los
trabajos de adecentamiento de la parte más turística de Granada que en estas
fechas, primera mitad de 1943, llegaron al entorno de la Catedral, también
alcanzaron al entramado de calles de la Alcaicería, mejorando bastante su
aspecto al cambiar las irregulares losas de su pavimento, la mayoría mugrosas y
partidas, por otras ajedrezadas en las que se alternaban la piedra de Sierra
Elvira con el empedrado típico granadino. Al mismo tiempo se suprimió un muy
desvencijado y pestilente armatoste destinado a urinario público que se
encontraba desde hacía muchos años en una de las callejuelas de la Alcaicería
con salida al Zacatín. No obstante (costumbre
mala, tarde o nunca es dejada, que dice el dicho), al
poco tiempo de la supresión del mingitorio es fácil tropezarse en la prensa con
artículos de andar por casa en los que se denuncia que a pesar de la buena
intención de los munícipes, el mismo lugar del estrecho callejón, aun
desprovisto de cualquier elemento que sirva para lograr alguna intimidad en el
acto de evacuar, sigue el paisanaje utilizándolo indiscriminadamente para hacer
aguas menores (y hasta mayores), dando una malísima impresión de la ciudad en
una zona tan céntrica. Faltaban todavía algunos años para que se construyeran
los wáteres de plaza Bib-Rambla.
Tres aspectos de la Alcaicería antes y después de la reforma |
Proyectos de reforma
Otras reformas
urbanas proyectadas se quedaron al final sólo en eso, en proyectos. El más
llamativo que en su día -principios de 1943- recogió la prensa local fue la de
reforma total de la fachada principal del Ayuntamiento buscando darle un aire
más señorial. Con proyecto del arquitecto Francisco Prieto Moreno, consistía en
incorporar un gran cuerpo central que avanzaría tres metros sobre el terreno de
la plaza del Carmen y a sus lados se instalarían sendas artísticas fuentes. Sobre
ese cuerpo central se levantaría una gran logia o galería abovedada, con cinco
arcos de medio punto, que sustituiría al modesto balcón principal, reservando
su uso exclusivamente para grandes solemnidades, como la del 2 de enero.
El
proyecto de reforma se completaba con la construcción de una gran torre con su
reloj, inspirada en la desaparecida torre del convento de Nuestra Señora del
Carmen de la Cabeza (sobre cuyo solar se levanta el Ayuntamiento) que se puede
ver en grabados antiguos. Y además también estaba prevista la construcción de
un puentecillo o pasarela cubierta, formando un cobertizo, que comunicara la
casa consistorial con la vecina, al otro lado de la calle Mariana Pineda, más
conocida como casa de la Bernina.
Todo
iría construido en piedra y mármol pardo de Sierra Elvira, y con incrustaciones
de serpentina del barranco de San Juan. Se trataba de dar a la casa
consistorial un aire barroco que, según la noticia, es el más genuinamente
granadino, dejando al Ayuntamiento con un aspecto muy parecido al de la Real
Chancillería de Plaza Nueva, con sus pinguruchos y todo. No sabemos si es que
el proyecto salía demasiado costoso o cuál fue la razón por la que finalmente
no se llevara a cabo esta interesante intervención urbana.
Tal que así luciría la casa consistorial granatensis de haberse llevado a cabo la reforma proyectada |
Tampoco
pasó de proyecto el dotar a la ciudad de un gran parque público que desde la
entonces avenida de Calvo Sotelo llegaría hasta el Camino de Ronda, ocupando
más o menos toda la zona del actual campus universitario de Fuentenueva. Para
hacerlo posible, una orden ministerial de Gobernación dictada en enero aprobó
la permuta del ex convento e iglesia de Santo Domingo, de propiedad estatal,
con una extensa huerta en el camino de la Fuente Nueva, perteneciente a la
orden dominica. Desde su desamortización a mediados del siglo XIX, el convento
de Santo Domingo había sido utilizado como cuartel y como sede del Liceo
granadino y de distintas academias de bellas artes, y también como teatro y
lugar de celebración de todo tipo de reuniones y simposios, y se encontraba muy
deteriorado cuando se aprobó la permuta. Al devolverlo a sus antiguos
propietarios se anuncia que volverá a ser utilizado como convento y que
albergará en breve la Escuela Superior de Estudios Dominicos, que se trasladará
desde su sede actual, en Ciudad Real.
Aunque no llegó a hacerse en estas calendas el gran parque que estaba
previsto, andando el tiempo la zona de Fuentenueva, con su cesión a la
Universidad, vino a convertirse en un parque público del que pueden disfrutar todos los granadinos, aunque no con las dimensiones que en principio se
previeron.
Otro
proyecto más que no se transformó en realidad, afortunadamente en este caso
–hay que decir-, consistía en la demolición de la vieja plaza de toros del
Triunfo (ya existía desde 1928 la nueva, la actual), levantada sobre terrenos
de propiedad municipal, y construir edificios de viviendas en gran parte del
solar resultante, trazando tres nuevas calles con una plaza semicircular en el
centro, donde se trasladaría la columna y monumento de la Inmaculada. Estos
terrenos venían siendo objeto de un largo y antiguo pleito entre la corporación
municipal y los propietarios de la plaza. Seguramente el hecho de que tampoco
en estas fechas se pusiera solución al contencioso fue lo que más influyó en
que este espacio se salvara de la especulación y hoy podamos verlo como está.
Y
otra reforma que no fue consistía en construir en la misma puerta principal del
estadio de Los Cármenes una rotonda para evitar las aglomeraciones de peatones
y vehículos que se formaban cada domingo de partido. Otra, aunque ésta sí se
llevó finalmente a cabo… ¡cincuenta años después!, era la de derribo total del
barrio de San Lázaro para construir en su centro una plaza peatonal rodeada de
soportales; las casas que se levantaran serían destinadas a alojamiento de
estudiantes con matricula en la cercana facultad de Medicina, que en esos
momentos estaba terminándose de construir.
Proyecto de gran parque urbano en Fuentenueva |
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