EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 22 de julio de 2010

TROPIEZO ANTE EL BETIS



La visita del Castellón ya en la jornada 29 de la liga de Primera 72-73, o sea, a falta de sólo cinco para concluir, volvió a situar al Granada en la tabla con tres inquietantes negativos. Empate a un gol fue el resultado de un partido decepcionante para la hinchada rojiblanca. Quiles adelantó a los nuestros y Planelles empató casi al final. El árbitro Tomeo dejó sin señalar un claro penalti a Porta e Izcoa salvó un gol cantado de Vicente Del Bosque para los forasteros. Eso fue lo más destacable de un partido bastante soso. El chasco ante el Castellón se completa negativamente para el Granada al ser derrotado en Gijón 2-0 en la jornada treinta, con arbitraje de Bueno, el del escándalo de cuatro meses atrás en Los Cármenes frente al At. Madrid. Bueno no influyó nada en la derrota, pero el Granada bajaba hasta el 13º puesto y el -3 hacía que estuvieran las cosas nada claras.

Mientras tanto, en liga andaluza llegaba un nuevo aplazamiento, el del partido de la jornada 16 y antepenúltima, de devolución de visita a Huelva. Así que el siguiente partido que nos toca jugar es frente al Betis en Los Cármenes. Betis y Granada eran el primero y segundo clasificados en esos momentos, empatados a puntos y a número de partidos disputados. El Granada sólo había perdido un partido, precisamente el del Villamarín frente al Betis. El Betis por su parte todavía no conocía la derrota. A estas alturas, 25 de abril, y quedando sólo tres jornadas del campeonato andaluz, está claro que el título de campeón de esta segunda edición va a ser para uno de los dos contendientes que marchan a cuatro puntos del tercer clasificado, el Sevilla. Así que el choque es crucial para el Granada porque una victoria sobre los sevillanos casi equivaldría a la renovación del título.

El partido, pese a su importancia se fijó para las cinco de la tarde del miércoles 25 de abril. Entre lo malo de la hora y el solazo que caía en las gradas del viejo Los Cármenes, apenas seis mil fueron los asistentes. Y el partido en sí para nada se pareció a otros de esta misma competición ya celebrados y en los que pudimos ver a un Granada pletórico y goleador. El Betis plantó el autobús buscando el 0-0 que le venía bien teniendo en cuenta el 4-2 de la ida, y el Granada no pudo como en otras ocasiones recargar su juego en Echecopar, que otra vez no destacó pues estuvo muy bien vigilado y poco le dejaron hacer. Con todo, la ocasión más clara fue para el Argentino que incompresiblemente falló bajo palos un fácil balón que hubiera adelantado a los rojiblancos; y es que Echecopar parecía haber disminuido bastante en su rendimiento en estos últimos partidos y otra vez se quedó sin marcar, lo que no dejaba de ser noticia a la hora de redactar una crónica de un partido del Granada en esta segunda edición del campeonato andaluz.

Se adelantaron los béticos con un gol de golpe franco transformado por un futuro granadinista, López, cuando faltaba un cuarto de hora para el final. Esos quince minutos finales fueron lo único positivo del partido granadinista, porque los visitantes dieron un paso aún más atrás y el Granada, volcado, dispuso de más ocasiones que en el resto del partido, hasta que casi sobre la hora acertó Porta, convocado para este partido dada la importancia del mismo, a resolver un barullo y establecer el empate. Todavía dispuso el Granada de una última ocasión, de Echecopar, pero decididamente no era su tarde y en empate acabó este partido trascendental para dilucidar el campeón andaluz. Con este resultado mal se ponían las cosas para los nuestros y sus aspiraciones de renovación del título, aunque todavía quedaban dos jornadas que podían cambiar el signo. Como los rojiblancos habían sido derrotados en el Villamarín en el partido de ida (única derrota del campeonato andaluz hasta ese momento), el Betis era líder con el golaverage a su favor y el Granada ya no dependía de sí mismo. Los dos partidos que faltaban eran para los nuestros como visitantes, en Huelva (aplazado de la jornada 16) y en Cádiz, en la jornada 18 y última. Por su parte al Betis le quedaba visitar al Sevilla y recibir al Huelva.

Jugaron por el Granada los que están en la foto: Navarro, Zunino, Susi, Moreno, Pla y Martos, de pie; con Gruart, Gregorio, Echecopar, Abelenda y Santi, agachados. En la segunda parte, Chirri salió por Moreno, lesionado, Oliveros por Abelenda y Porta por Gregorio.

jueves, 15 de julio de 2010

NUEVO LÍDER ANDALUZ



Tras la victoria ante el buen Málaga de Marcel Domingo, con el “show” Rigo, volvía la liga andaluza, en la que llegábamos a la jornada 14 con la visita del Linense, otro tercera de los cuatro que esta temporada disputaban este campeonato regional. La diferencia de categoría entre unos y otros fue abismal y el Granada volvió a ganar de paliza, 5-0. Tal como ocurrió en otras ocasiones, el tanteo pudo ser mucho mayor pues hubo dos palos y un gol anulado. Además, aprovechando que el Betis aplazó su enfrentamiento, el Granada volvió a recuperar el liderato, distanciándose un punto de los sevillanos, que volvían a figurar con un partido menos.

El rival, la Balompédica Linense, fue el equipo más flojo de los que por aquí habíamos podido ver y así lo certificaba su clasificación pues marchaba el décimo y último, con sólo un partido ganado y dos empatados, de doce. Con ese cartel apenas se dieron cita en Los Cármenes unos cuatro mil espectadores en la noche del 4 de abril de 1973. Y lo que vieron fue un partido aburrido a pesar de la goleada, en el que el Granada jugó todo el partido a medio gas y no tuvo rival.

Jugaron: Izcoa: Martos, Aguilera (Susi), Moreno (Zunino); Fontenla, Pla; Gruart, Santi, Gregorio, Echecopar y Garre (Abelenda). Lo mejor fue constatar la recuperación de Izcoa, ausente de cualquier alineación rojiblanca desde su lesión en Valencia, dos meses atrás. Por el contrario y como cosa poco habitual en la copa de Andalucía, esta vez Echecopar no estuvo entre los destacados, a pesar de que volvió a marcar, alcanzando ya la cifra de dieciocho goles, casi la mitad de todos los conseguidos por el Granada en esta competición regional, cuarenta y dos, justo el doble de los 21 marcados en las 27 jornadas ya disputadas en Primera.

Como decimos, casi sin despeinarse ganó el Granada su partido. En la primera parte Gregorio y Aguilera pusieron el 2-0.En la segunda parte lo más destacable fue la actuación de Gruart, que en sendas jugadas casi calcadas penetró por la derecha y sirvió muy bien para que primero Gregorio y después Echecopar cabecearan el tercero y el cuarto, para redondear una gran actuación consiguiendo el quinto y definitivo de remate a pase de Echecopar.

El extremo derecho gerundense José Gruart Lloveras fue uno de esos fichajes de jóvenes desconocidos y todavía en formación que caracterizaron la era Candi, buscando que en nuestro equipo acabaran de hacerse para después obtener un buen traspaso. Este jugador había llegado al Granada la temporada anterior y todavía estaría una más, pero entre las tres sólo alcanzó a jugar diez partidos oficiales y a su Gerona se volvió cuando todavía era muy joven y de él nunca más se volvió a saber. Y el caso es que las pocas veces que pudimos verlo siempre nos pareció que facultades no le faltaban para haber llegado a algo más.

Tras el triunfo ante el Málaga y la mejoría experimentada, la siguiente salida se presentaba propicia para rebajar algo la cuenta de negativos, pues ésta era a Vigo, con visita al Celta, el segundo por la cola. Algo se rebajó la cuenta negativa, de -3 a -2, del empate sin goles que supo a poquísimo y produjo la sensación de haber dejado escapar una magnífica ocasión de distanciar aún más los puestos de descenso. De cualquier modo, las cosas empezaban a tener mejor cara para nuestro Granada, también favorecido por los resultados adversos de rivales directos, y ahora los puestos de abajo quedaban ya a cuatro puntos cuando faltaban por disputarse sólo seis jornadas.

El granadinista más destacado en Vigo fue Izcoa, ya repuesto del todo, que volvió a hacerse con la titularidad para lo que quedaba de liga, pero también para las dos temporadas siguientes: en la 73-74 jugó todos los jugables, los de liga y también los de copa, y en la 74-75 sólo se perdió dos partidos, precisamente los dos únicos que jugó en España el gran Mazurka. Nada menos que el trimundialista Ladislao Mazurkyewicz, en sus buenos tiempos considerado el mejor portero del mundo, no pudo arrebatarle la titularidad a un siempre sobrio y eficaz Javier Izcoa. Después vino Miguel Muñoz y cortó caprichosamente una trayectoria impecable. Y nos fuimos a segunda. Y hasta hoy.

Sólo unos días después vuelve la liga andaluza, que el miércoles 11 de abril lleva al Granada a Córdoba. Navarro; Zunino, Susi, Moreno; Martos, Pla; Gruart (Paco), Santi, Gregorio, Echecopar y Garre (Abelenda), se anotaron una nueva victoria, 1-2. La nota más destacable de un partido al que apenas acudieron dos mil espectadores fue la mala actuación de Echecopar, que en esta ocasión no goleó y apenas se le vio en el estadio del Arcángel. Marcaron para el Granada Moreno, de falta directa, y Gregorio en remate en fallo de la cobertura local, ambos antes del descanso. El gol cordobés lo hizo el ex granadinista Garrido, ya en la segunda parte. Nada más tuvo de destacable este insulso partido de una competición que a estas alturas estaba en franca decadencia y había dejado de interesar a los aficionados. El Granada aprovechó que el Betis sólo fue capaz de empatar en su visita a Jerez y se distanció en la cabeza a dos puntos de los sevillanos, pero éstos seguían contando con un partido menos.

miércoles, 7 de julio de 2010

CONTAMOS CON RIGO




La temporada 1972-73 del Granada fue pródiga en “follaeros” provocados por malas actuaciones arbitrales, unos más sonados que otros, destacando, por lo que perjudicaron a los rojiblancos, el de Bueno en Granada frente al At. Madrid y el de Orellana en el campo del español. En la jornada 27 en Los Cármenes no se puede hablar de escándalo, pero sí de show del trencilla de turno, el Balear Antonio Rigo Sureda, que también por entonces arrastraba cierta fama de conflictivo desde la final de Copa del Generalísimo de cinco años atrás, en mayo de 1968, en la que supuestamente perjudicó al mismísimo R. Madrid, que perdió el título en su estadio frente al Barcelona. Aquel partido ha pasado a los anales históricos del fútbol español con el sobrenombre de “Final de las Botellas” (de les ampolles, que diría un catalá). Mientras Franco en persona y sombrero entregaba la copa de campeón al capitán del Barça, cientos de botellines de cerveza y refrescos aterrizaban sobre el césped del Bernabéu, lanzados por los hinchas madridistas que se acordaban de la parentela de Rigo además de los dos penaltis que éste ignoró. Fue un gran escándalo que pudo presenciar toda España.
El regular tirando a malo Granada de esta temporada llegaba a esta jornada 27 (de 34) clasificado en el puesto trece, con tres negativos y a sólo dos puntos de los puestos de descenso. El rival era eterno, esto es, era el Málaga. El gran CD Málaga de Marcel Domingo, en esos momentos era por completo la otra cara de la moneda. Acababa de derrotar al Barcelona en la Rosaleda y marchaba quinto clasificado, con dos positivos y aspirando a la clasificación para disputar UEFA. Por eso había gran preocupación ante este compromiso que a esas alturas del calendario podía dejar muy malparados a los rojiblancos, así que Candi decidió la concentración del equipo en los días previos en el hotel El Nogal, en el Barranco de las Víboras de nuestra sierra.
Un Granada-Málaga, y más los de Primera, fue siempre una ocasión señalada, porque el rival por excelencia de toda la vida de los rojiblancos no fue otro que el de la capital vecina, y esto casi desde el mismo momento de la fundación de ambos clubes, que siempre tuvieron vidas paralelas. Así, con gran ambiente, con lleno equiparable al registrado pocas semanas antes, cuando nos visitó el R. Madrid, echó a andar este derbi, jugado el día 1 de abril de 1973, que en principio partía con pronóstico favorable a los visitantes.
Fue un partido apasionante, de los que, como vulgarmente se dicen, hacen afición, más que por el juego exquisito de unos y otros, por el ardor y el nervio que los protagonistas desplegaron sobre el césped de Los Cármenes, todo adobado con el gran ambiente en las gradas, a rebosar y con presencia de miles de malacitanos.
Casi no habría más que añadir, aparte de que acabó en victoria rojiblanca 2-0, si no fuera porque además de los jugadores rojiblancos y blanquiazules hubo en el partido otro protagonista, y fue el árbitro Rigo. Para mí que este colegiado llegó a Granada con la idea preconcebida de que los nuestros, con su ”leyenda negra” en pleno auge, iban a emplearse extradeportivamente y que el partido iba a tener numerosos incidentes, por lo que salió dispuesto (con prejuicio diríamos) a que el partido no se le fuera de las manos en ningún momento y empezó desde el mismo minuto uno un carrusel de tarjetas blancas (todavía no eran amarillas) que salían de sus bolsillos a la menor fricción de granadinos y boquerones, de modo que antes del descanso ya habían sido amonestados Jaén y Fernández por los nuestros y Migueli, Vilanova y Bustillo por los de la Costa del Sol.
El partido, jugado de poder a poder y que pudo ganar cualquiera, tuvo unos momentos que fueron claves, y fue en la recta final de la primera parte. A falta de diez minutos Toni, que no era precisamente De la Cruz pero también subía bastante bien su banda, centró desde la derecha un magnífico balón que fue aprovechado por Dueñas para de cabeza hacer el 1-0. Y cuando faltaban sólo dos minutos para el descanso Quiles botó un córner por la derecha y nuevamente Dueñas de cabeza, anticipándose a la salida de Deusto, conectó un soberbio cabezazo que valió el 2-0 con que irnos al descanso.
Fue la gran tarde de Teófilo Dueñas. Enrolado como parte de la contraprestación por el traspaso de Barrios al Barcelona, siempre esperábamos de él lo mejor en su puesto de delantero centro, pero lo cierto es que hasta este momento, entre lesiones y bajas formas, suyas y del equipo en general, la temporada para este fino futbolista había transcurrido con más pena que gloria. Hasta esta tarde sólo habíamos visto (y fue por televisión) un gol suyo, el de la ya lejana jornada sexta, en el Bernabéu. Pero en este partido contra el Málaga se rehabilitó y fue con diferencia el mejor granadinista.
La segunda parte fue también jugada con gran intensidad por ambos contendientes y volvieron a verse más tarjetas blancas, para Roldán y Viberti por los visitantes. A destacar la gran oportunidad que tuvieron los forasteros para marcar en la cabeza del que era ídolo de la afición malacitana y líder de aquel buen Málaga de los setenta, el argentino Viberti, que mandó un testarazo colocado al que respondió el jovencísimo Pepe Navarro con una espectacular estirada y despeje a córner.
Con el autoritario (sin motivo) Rigo difícil era que alguno no se fuera a la ducha antes de tiempo. Mediada la segunda mitad ambos equipos se quedaron con un efectivo menos al ser expulsados por roja directa Monreal por el Málaga y Quiles por el Granada, por supuesta agresión mutua. Y cuando el partido finalizaba, cumplido ya el minuto 90, hubo dos expulsiones más y también por otra supuesta mutua agresión, las de Toni y Búa.
Sin nada más reseñable acabó este apasionante derbi en el que el Granada logró dos puntos vitales y en el que ambos equipos acabaron con nueve. Sin embargo, para los que lo vimos y lo recordamos, fue un partido jugado con corrección por todos,y no habría tenido mayor trascendencia que la de los puntos en juego de no haber sido por los prejuicios de Rigo.

viernes, 2 de julio de 2010

UN PORTERO CON FUTURO



Con Ñito sancionado por cuatro partidos por su expulsión en Casa Rabia e Izcoa sin recuperarse, sólo disponíamos de Navarro. Así que sin dilación fue llamado a Granada el guardameta Moncaleán, cedido al Ceuta mientras hacía la mili, que vino desde la ciudad norteafricana con un mes de permiso, tiempo que se pensaba tardaría Izcoa en estar a punto.

Llegar Moncaleán y ser utilizado fue todo uno. Navarro (Moncaleán); Martos, Aguilera, Zunino (Moreno); Rico, Pla; Gruart, Santi, Polo (Paco), Echecopar y Garre, fue la alineación que sólo un día después, el 14 de marzo, apalizó 5-1 al débil Cádiz en el siguiente compromiso andaluz, partido correspondiente a la jornada nueve y última de la primera vuelta, que había sido aplazado más de dos meses atrás.

Con algo más de público en las gradas en partido nocturno, los rojiblancos pasaron por encima de los suplentes gaditanos que en ningún momento pusieron resistencia al total dominio de los locales, con Santi y Echecopar jugando a sus anchas y creando numerosísimas ocasiones de gol hasta el punto de que el resultado pudo ser aún más amplio pues hubo un gol anulado, dos tiros al poste y un penalti fallado por Echecopar, además de innumerables oportunidades rojiblancas de golear. El primer gol fue obra de un defensa gaditano en propia puerta, y llegaba al cuarto de hora de juego. El segundo llegó sólo unos minutos después y lo marcó Echecopar de bonito remate de cabeza en plancha. A los veinticinco minutos Garre hacía el tercero. Y el propio Garre conseguía el 4-0 antes del descanso de magnífico remate tras jugada de Echecopar. La segunda parte empezó como había terminado la primera y a los diez minutos Echecopar marcaba el quinto del Granada. Pero a partir de este momento bajó bastante la intensidad y el Cádiz hizo el del honor de tiro lejano que sorprendió a Moncaleán, sustituto en la segunda parte de Navarro, en esos momentos convertido en guardameta titular del primer equipo y a quien esperaba el domingo próximo un choque importante ante el Bilbao.

Actuaron a prueba en el Granada los oriundos Polo y Rico, si bien éste era la segunda vez que lo hacía. Ninguno de los dos ofreció nada de particular por lo que Rico ya no volvió a ser utilizado y Polo tuvo una segunda oportunidad pero tampoco la superó. Por otro lado, aunque el Granada venció en su partido, seguía ocupando la segunda posición de la tabla, a un punto del Betis, que no falló en su partido andaluz.

El domingo siguiente la visita del Bilbao suponía el debut ante la parroquia rojiblanca del jovencísimo portero de la cantera Pepe navarro, que acababa de cumplir los veintiún años. En realidad no era tal debut pues ya lo conocíamos de verlo repetidas veces en la liga andaluza y en el Recreativo, del que era titular, y ya habíamos tenido oportunidad de constatar el gran futuro que le esperaba al canterano. Pero claro, hasta el momento no habíamos tenido oportunidad de verlo exhibirse ante jugadores internacionales, como los varios que alineaba el rival aquella tarde (Guisasola, los hermanos Rojo y Villar) que aunque ya no era el gran Athletic de antaño todavía había que tenerle respeto.

El partido ante los vascos fue malo de solemnidad y acabó en empate sin goles. Al joven Navarro apenas le dispararon, pero se puede decir que pasó con nota su estreno porque una gran parada suya evitó un gol hecho.

Aumentaban a tres los negativos del Granada con el empate en casa y se acercaban más así los puestos de la cola. Y si mal pintaban las cosas, peor se ponían al domingo siguiente al perder el Granada por la mínima en el campo de Atocha ante la Real Sociedad, aunque no todo fue negativo porque al menos en San Sebastián el equipo dio otra imagen y las crónicas coinciden en que no mereció perder.

En medio de los partidos con los dos equipos vascos volvió el campeonato andaluz que en su jornada trece llevaba al Granada a Jerez. En Jerez los rojiblancos se anotaron una nueva victoria (1-2) en un partido al que acudieron menos de mil aficionados en una noche infernal de frío, viento y lluvia. Jugaron por el Granada: Ñito; Zunino, Aguilera (Ochoa y éste por Monchi), Moreno; Martos, Pla; Gruart, Santi, Polo (Gregorio), Echecopar y Garre. Los goles se produjeron en la segunda parte. Adelantó Gregorio al Granada al filo de la media hora y empataron los locales cuando faltaban poco más de cinco minutos para el final. Pero poco después Echecopar deshacía la igualada y el Granada se traía los dos puntos con los que dar alcance en el liderato al Betis, que sólo fue capaz de empatar sin goles en Jaén.