24/01/08
¿Existe una conjura en contra del Granada CF? ¿Hay personas que maquinan en la sombra para llevarlo a la ruina o para que esté siempre hundido? ¿Están en esa maquinación la mayoría (todos menos uno o dos) de los periodistas locales y algunos nacionales? Leyendo el Foro que todos sabemos parecería que a estas preguntas habría que contestar que sí.
Recogiendo el guante lanzado por un ilustre forista en esta misma página y, sin ánimo de polemizar, quisiera dar respuesta a esas interrogantes, la cual no es otra que, rotundamente, no.
Un servidor diría que ni hay conjuras ni las ha habido, que quien de siempre, no de ahora, ha hecho más en contra del histórico ha sido la propia gente del club: presidentes, directivos y simples socios; unos con sus desacertadas gestiones y los otros (también me incluyo, faltaría más) con su «síseñorloqueusteddigamientrasmepagueelfútbol». Recordemos la derrotada moción de censura pocos días antes de la hecatombe, que de haber triunfado quizás podría haberse evitado que quien “iba a pagar con billetes del Banco de España”, cuando llegó el momento y sin tiempo para que nadie pudiera reaccionar, ni pagara ni nada de nada, y tuviéramos que rasparnos cuatro años en cuarta. El fútbol es un mundillo muy dado a la ucronía (qué habría pasado sí...), pero no es desvariar si se afirma que esa caída a los infiernos, y no otra causa, fue lo que trajo la pérdida de la primacía rojiblanca en el fútbol local y la aparición de competidores directos.
Fuera del foro, sinceramente, yo no veo rastro alguno de guerras, complots o lo que sea antirrojiblancas. Servidor se atrevería a decir que lo único que ocurre es algo inherente al mismo fútbol. El fútbol levanta pasiones, por eso mismo nos gusta tanto. Y la disidencia, la eterna discusión, el verlo cada uno según un particular prisma es algo que de siempre ha acompañado a este juego. Eso y también el poder expresarlo abiertamente, aun en tiempos en que las opiniones estaban amordazadas en otros ámbitos menos “frívolos”. Si no fuera así seríamos aficionados al tenis, por poner un ejemplo. Es decir, este tipo de cosas -el que lo expresado por alguien no guste a todos y exista contestación- son inevitables y de siempre han existido, sólo que antes no existía la maravilla de comunicación que es Internet y no trascendían de las barras de los bares, barras que no eran virtuales.
O sea, que no tiene mayor importancia el que exista o no exista la “guerra”. Mientras el fútbol sea lo que es seguirán dándose este tipo de cosas. Ahora, si de verdad se quiere acabar o al menos suavizar la incómoda crispación, que ésta sí que es cierto que existe (pero sólo en una de las partes presuntamente enfrentadas), servidor haría un llamamiento a la mesura para las “vacas sagradas” del foro. Sin generalizar y sin señalar a nadie, todos sabemos que en el foro hay algunos (unos pocos) que llevan la voz cantante y cuyas opiniones van a misa, vamos, que lo que digan se admite sin más o se convierte automáticamente en dogma de fe, y si alguien de fuera de ese sanedrín osa llevar la contraria, normalmente se le despide de mala manera y sin escatimar las descalificaciones y las dudas sobre el granadinismo del díscolo. Tolerancia a la disidencia es lo que yo diría que hace falta. El foro tiene seiscientos registrados pero si no fuera por esas actitudes seguro que tendría bastantes más. A no ser que lo que se pretenda sea precisamente eso, el contar con un pequeño lugar de reunión para un pequeño grupo de amigos, cosa que no está nada mal, pero en ese caso lo primero que habría que hacer es quitar el título “de los aficionados” y sustituirlo por el de “algunos aficionados”.
De las posturas intransigentes del pequeño grupo dominante (más sanzista que el Sanz) es de donde sale esa crispación hacia la pobre prensa local, la cual, repito, no tiene culpa alguna de los males rojiblancos y se limita a hacer lo mejor que puede su trabajo. Un servidor opina que si los que pueden -ese pequeño grupo- no ponen nada de su parte la “guerra” continuará indefinidamente, cosa que, por otra parte, tampoco es para llevarse las manos a la cabeza, no tiene mayor importancia. También de alguna manera así se contribuye a poner algo de sal, a crear ambientillo. Son cosas del fútbol.
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