EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 12 de junio de 2008

HAYA PAZ



18/12/03

Haya paz entre hermanos. No nos dediquemos, como es norma en esta tierra de María Santísima, a pelearnos e insultarnos unos a otros, que así nos va como nos va, y no sólo en cuestiones futboleras. Hasta en esto del fútbol nos estamos sevillanizando y, a falta de tradición propia en este sentido, copiamos de los enfrentamientos bético-sevillistas (salvando las distancias). En este deprimido solar a la vera de la Alhambra no sobran precisamente los motivos para mirar con optimismo hacia un futuro prometedor, por eso me parece que ir contra un club que lleva en su denominación el nombre de nuestra tierra no es de recibo y propongo que aquí seamos más originales y no copiemos a otros, sino que por una vez sumemos en vez de restar, rememos todos en la misma dirección.

Un servidor (iluso que es uno) preferiría que en vez de desenterrar el hacha de guerra nos dedicáramos a cuestiones más positivas y en vez de alegrarnos por las desgracias del vecino nos alegráramos de sus triunfos. Y si ese vecino (que es un vecino de nuestro mismo bloque) nos devuelve la alegría de poder ver fútbol de un nivel superior al raquítico balompié que ahora ¿disfrutamos? que sea para bien, llámese como se llame mientras sea de aquí. Si al final sube uno de los dos y el otro no, ése que alcance una superior categoría, si ahora mismo apenas tiene apoyo de la afición y de las fuerzas vivas penibéticas, acabará ganándoselo; pero si suben los dos, ¡albricias!, mucho mejor para todos.

Contrariamente a lo que uno ha leído por ahí, de la pluma de firmas mucho más autorizadas que la de este modesto aprendiz de opinador, a mí personalmente me pareció que el partido de los dos Granadas fue un gran espectáculo. Que fue un buen partido ofrecido por los dos mejores equipos de la capital y del grupo IX. Tuvo de todo, jugadas de calidad, paradas de categoría, emoción, buenas individualidades, entrega, hasta buena temperatura. El resultado, ya que no pueden ganar los dos, es el mejor posible.

Uno se preguntaba si realmente el partido que estábamos viendo era de tercera división. Desde luego no es usual en tercera ver partidos como el del domingo y no es una exageración decir que se ha visto un partido de superior categoría. Y ahí es donde yo quería ir, porque uno siempre ha sentido envidia de las ciudades que tienen la suerte de tener dos equipos en la máxima categoría y, por eso, no tienen que esperar quince días para ver fútbol del bueno, sino que cada domingo tienen un partido de Primera. Y eso, siendo muy importante desde el punto de vista de un futbolero acérrimo como el que esto escribe, no lo es menos desde el punto de vista de quien atienda a la economía local porque, no se olvide, dos equipos de primer nivel traen a la ciudad más visitantes, más ingresos. Ese es mi sueño, que los dos equipos de la capital estén en superior categoría. Ojalá podamos en años venideros asistir a un choque como el de hoy, pero más arriba, en primera ¿por qué no?.

Tras una semana marcada por la incertidumbre acerca de si el partido se iba o no a celebrar, con amenaza de retirada del 74 de la que sólo personas con pocas luces podían alegrarse, afortunadamente imperó la cordura y no nos privaron del gran espectáculo al que hemos podido asistir. Lo que sobró fueron las malas maneras de unos y otros. Un servidor preferiría que la saña y el forofismo se reservaran para cuando nos visite algún forastero y no creo que eso sea pedir la Luna. La afición granadina, a fuerza de descensos en calidad del fútbol local, parece haber olvidado que siempre fue una afición señora, ejemplo para las de otras latitudes.

Que cada uno siga al equipo que quiera o esté en su corazón, pero no le pongamos zancadillas ni despreciemos a otra institución que atienda al nombre de Granada.

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