..hermoso avance en el que el poniente vivo arrebol
a la pelota pone encarnada
con los matices del alcohol.
Una arrancada
y en la red pega desaforada.
¡Victoria! ¡Goal!
Luis Hernandez Gonzalez
No era un mozo fornido y acometedor, no era un ariete tipo tanque cuyo éxito lo basara en la fuerza física, al contrario, su 1’70 y escasas carnes no le permitían ser ese tipo de delantero centro que pudiera ir al choque con los defensas contrarios. Su fuerza era su inteligencia unida a un malabarismo letal con el balón controlado en los últimos metros, esos últimos metros donde se deciden los partidos. Siempre estaba en el sitio justo donde caía la bola y allí era donde explotaba sus cualidades, empujando el esférico a las mallas. En palabras del propio Porta: «no era un jugador espectacular, no le daba con la izquierda ni poseía un potente disparo, no iba bien de cabeza». Pero la carencia de estas cualidades la suplía con un saber colocarse y estar siempre «con la caña» dispuesta, como se dice ahora. Era un listo del área. Y tan listo, como que en su mejor temporada consiguió anotar veinticinco goles en Primera División.
Entre tanto, actuaciones en la Liga de Andalucía, campeonato de suplentes en el que nuestro hombre tenía muy destacadas actuaciones y anotaba goles con mucha facilidad.
Por fin, en la 71-72, la gloria para Porta y también para el Granada: el jugador ya sí consigue la titularidad indiscutible y logra el Pichichi con veinte goles (cinco más en Copa), siendo la única vez que un jugador del Granada lo consigue; el club, por su parte, termina la liga en sexta posición, con 36 puntos y dos positivos, lo que significa la mejor clasificación de su historia (posición que repetirá dos temporadas después) y no jugó
Aquel Granada de 1971-1972 era un equipo serio que contaba en sus filas con muy buenas individualidades entre las que cabe destacar a: De
Por cierto, al césar lo que es del césar: en anterior colaboración se nos quedó en el tintero un récord más en el haber de Joseito, también de esta temporada, y es que es esta la única campaña, al menos de las de Primera, en la que no se perdió en casa ni un solo partido, cayendo derrotados aquel año en Los Cármenes todos y cada uno de los grandes del fútbol español y cediendo sólo cuatro empates, lo que hizo que aquel año el Granada fuera considerado a nivel nacional como el equipo revelación.
Tanto traspaso de hombres básicos, si bien mejoró la economía del club, en lo deportivo acabó por debilitar al equipo, por lo que la temporada 1972-1973 no fue nada buena. Con Pasieguito, de quien Porta guarda un excelente recuerdo de su trato humano con los futbolistas, el equipo acabó decimotercero clasificado, con cinco negativos y conservando la máxima categoría no sin apuros. El mañico fue también titular esta campaña, consiguiendo un total de once goles entre liga y copa. Con el esquema de Pasieguito y, sobre todo, con la ausencia de Barrios, nuestro hombre ya no disponía de tantos balones y oportunidades para perforar las metas contrarias; era encargado en muchos partidos de pelear en solitario con las defensas rivales o, a lo más, acompañado por Dueñas (que vino del Barcelona como parte de la operación de traspaso del canario), jugador de gran calidad pero de características similares a las de Porta, es decir, no era un ariete nato como sí lo era Barrios.
A la temporada siguiente Porta pierde su condición de titular indiscutible, jugando un total de veintidós partidos de liga, muy pocos completos, y consiguiendo sólo un gol (dos más en copa). Aquel Granada con Joseito nuevamente en el banquillo volvió a repetir el sexto puesto de dos temporadas antes y ocupó durante una jornada la posición de líder de Primera, única vez que esto ha ocurrido en la historia del club, fruto de un comienzo de liga muy bueno con victoria en Atocha (0-2), en el primer partido oficial de Echecopar de rojiblanco; el argentino fue el autor de uno de los goles, anotando el otro Dueñas. Además, en esta temporada el Granada ganó en el Bernabéu al R. Madrid (0-1), la única vez que esto se ha conseguido en liga, no así en copa, donde ya el Granada ganó en ese escenario en 1944 (0-2).
La siguiente, 1974-1975, última de su etapa granadina, Porta es claramente suplente, interviniendo sólo en cinco encuentros de liga y consiguiendo un gol (otro más en copa). La baja estaba cantada pues se pensaba en una renovación del equipo para aspirar a metas más altas, así que Porta vuelve a su tierra fichando por el Zaragoza. El Granada se salvó por los pelos del descenso y fue el prólogo de lo que vendría la temporada siguiente, o sea, el comienzo de la larguísima travesía del desierto en la que todavía nos encontramos y a la que, por ahora, no le vemos el final. Quísose hacer un equipo para jugar en Europa y acabóse descendiendo.
Este era «Pichichi» Porta, sin lugar a dudas uno de los jugadores más queridos por la afición granadina cuya presencia en el terreno de juego reclamó muchas veces, sobre todo cuando el gol tardaba, y que premió las buenas actuaciones y los goles del aragonés con gritos enfervorizados de «Pooortaaa... Pooortaaa...». En su temporada más gloriosa, la 71-72, logró anotar gol frente a todos los grandes (tres al R. Madrid, dos al Barcelona, uno al At. Madrid, dos al At. Bilbao y uno al Valencia); el propio Porta recuerda con especial cariño los dos que le endosó al Real Madrid en el Bernabéu en aquel partido que el Granada perdió 4-2 y en el que empezó la «leyenda negra» de
Para terminar hay que decir que su gran temporada 71-72 no pasó desapercibida para los grandes. Así Rinus Michels, entrenador del Barcelona, ordenó su seguimiento, pero, quizá el excesivo precio en que Candi lo tasó (a millón por gol: veinte millones, demasiado para la época) le cerraron el paso a lo que hubiera sido la culminación de una excelente carrera deportiva. Al final el Barcelona se decantó por fichar a Barrios.
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