El futbolista que vemos en la foto, cromo de la colección popularmente conocida como de “los cabezones”, de la temporada 1958-1959, no es otro que el portugués Carlos Antonio do Carmo Costa Gomes, de nombre deportivo Carlos Gomes, que había llegado a nuestro equipo en 1958, antes de echar a andar la liga, respondiendo a una institución que podríamos catalogar como tradicional en la historia del Granada C.F. cuando la campaña de captación de socios estaba en marcha; esa figura tradicional es la del “fichaje bomba” con las que las distintas directivas cada verano pretendían animar el cotarro y conseguir vender el mayor número de carnés posible.
Portero de gran fama, internacional por su país, costó a la directiva que presidía Luis Rivas la “riñonada” de casi un millón de humildes y rubias pesetas que fueron para su anterior equipo, el Sporting de Lisboa. Su llegada a Granada levantó un gran revuelo y pronto contó con la admiración de la hinchada rojiblanca, con su indumentaria totalmente negra (novedad en la época) y su espectacularidad bajo palos y fuera de la portería, porque le gustaba salir a regatear muy lejos de su área. Fue titular indiscutible desde que llegó pero no pudo estar en la mayor gesta histórica del Granada C.F., la final de Copa de aquella misma temporada, porque las normas federativas prohibían la alineación de extranjeros en esta competición.
En el debe de este gran futbolista hay que anotar que, aunque era muy bueno en el uno contra uno, sin embargo parece que no lo era tanto en las salidas a por los balones colgados en su área. Además su carácter era excesivamente soberbio y no muy centrado, lo que le hacía estar muchas veces más pendiente de la pose que del juego. Algunos goles de los conceptuados como tontos encajó por este motivo, así que algunos le pusieron el fácil mote de “Carlos Goles”. «Carlos Gomes era Carlos Gomes y después Carlos Gomes». Son palabras de su compañero, el argentino Benavídez, que se pueden leer en el excelente libro «Los finalistas del 59», de Ramón Ramos. Con esto viene a decir que era una persona endiosada, dentro y fuera de los terrenos de juego. Algún encontronazo tuvo también con más de un periodista local.
Ese carácter tan pagado de sí mismo que más de un problema deportivo y extradeportivo provocó y también el hecho de que la portería estaba suficientemente cubierta con Piris fue lo que determinó a la directiva a traspasarlo nada más terminar la temporada al Oviedo, que pagó la misma cantidad que había costado.
Carlos Gomes acaba de fallecer en Portugal a la edad de 73 años. Descanse en paz este legendario futbolista, parte de la historia de nuestro Granada C.F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario