Érase una vez unos tiempos de estraperlo y tranvías, del oro de Moscú, de la lengua en salva sea la parte, de restricciones, del hombre del saco, del descubrimiento de quiénes eran los Reyes Magos... De todas esas cosas que evoca Serrat en su conocida canción y que le retrotraen a sus años mozos más tiernos. Y –como cuadra a un reconocido culé- no olvida referirse también al Barça de su infancia que además era en esos momentos un club que arrasaba. Así el estribillo de esta canción, como sabemos, dice: «Hijos de Una, Grande y Libre... / Metro Goldwin Mayer... / Lo toma o lo deja... / Gomas y Lavajes... / Quintero, León y Quiroga... / Panellets y penellons... (mazapanes y sabañones) / Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón».
Se trata de una delantera mítica, y con ella sucede como con otras, que así recitada en su antigua composición de cinco integrantes hace que quede para la historia de un club de fútbol como un verso de arte mayor en los oídos del forofo; como ejemplos podemos citar aquellas también míticas de: Kopa, Del Sol, Di’Stéfano, Puskas y Gento; o Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra; o la que nos suena más cercana de Lasa, Porta, Barrios, Fontenla y Vicente.
Es la delantera del que se conoce como Barcelona de las cinco copas, el mejor de su historia hasta ese momento, el de la temporada 1951-52, que con Kubala como referente ganó Liga, Copa del Generalísimo, Copa Eva Duarte (que como era un antecedente de la Supercopa actual, que la juegan los campeones de liga y copa, se la adjudicó sin tener que disputarla), Copa Latina ante el Olimpique de Lyon (precedente de la Copa de Europa que jugaban los campeones de las ligas española, francesa, portuguesa e italiana) y copa Martini Rossi ante el Kickers Offenbach (precedente de
No hace falta decirlo. Los buenos amantes de la historia de nuestro Granada C.F. ya saben que en esa delantera de leyenda forman dos futbolistas que tuvieron el honor de enfundarse la elástica rojiblanca.
César, ilustre entre los ilustres, nacido en 1920 en León, considerado uno de los mejores delanteros españoles de todas las épocas, muchas veces internacional, Pichichi en la 48-49, tercer máximo goleador de toda la historia del Barcelona a cuya plantilla perteneció trece temporadas y con la que ganó cinco ligas, tres copas y algunos torneos internacionales para retirarse con más de cuarenta años llevando al Elche en dos años desde tercera hasta primera como jugador-entrenador. A nuestra tierra llegó en 1941, cedido por el Barcelona mientras hacía la mili, después de terminada la liga regular de segunda división en la que se clasificó el Granada en el segundo puesto del grupo sur, lo que daba derecho a disputar la liguilla de ascenso que supuso para el club su primera presencia en división de honor. Sólo consiguió un gol, pero fue precisamente el que dio el ascenso, en Castellón, con resultado de 0-1, en el penúltimo partido de los seis. También le cabe el honor a este grandísimo futbolista de ser el autor del primer gol rojiblanco en Primera, ya en la temporada siguiente, 41-42, en el partido que abría la liga, que acabó en empate a uno en Los Cármenes ante el Celta. Con sus veintiséis goles (segundo máximo realizador de primera), César fue fundamental esta temporada para conseguir la desahogada permanencia que obtuvo el Granada en su debut primerdivisionista. De esta temporada es otra delantera no menos mítica para el granadinismo: Marín, Trompi, César, Bachiller y Liz. Su magnífica campaña le valió para volver al año siguiente a su club donde le esperaba una larga carrera colmada de éxitos y de glorias futboleras.
El segundo granadinista que forma en la mítica delantera culé es Manchón. Nacido en Barcelona en 1930, perteneció al club blaugrana desde edad juvenil y a la primera plantilla durante siete temporadas en las que ganó dos ligas, cuatro copas y también algún trofeo fuera de nuestras fronteras. Fue internacional en sólo una ocasión aunque se le incluyó en varias preselecciones (Gainza le cerraba el paso). Los que le vieron jugar lo definen como un extremo zurdo muy goleador, rápido y de hábil regate en carrera. A diferencia de César, Manchón llegó a Granada ya cuando su carrera comenzaba a declinar, en la temporada 57-58, primera de la segunda época primerdivisionista granadina, como “fichaje bomba” para reforzar una plantilla que ofrecía otras novedades muy importantes en su historia como Pellejero, Larrabeiti, Mauri, más la vuelta de Méndez. En ésta, su única temporada de rojiblanco, disputó un total de dieciocho encuentros y consiguió cuatro goles, y no se puede decir que su papel fuera demasiado brillante por lo que no continuó al siguiente ejercicio.
Dos jugadores más con que completar la galería de ilustres que alguna vez vistieron de rojiblanco.
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