EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



martes, 1 de julio de 2008

EL FORO EN EL FORO


11/05/07
Un servidor, un “chalao” del fútbol y seguidor del Granada desde que tiene uso de razón, es desde hace unos cuantos años leedor voraz y asiduo del estupendo nuevo medio de comunicación que lo tiene a uno siempre al pie de la calle de todo lo que se cuece en torno al equipo de sus amores -lo mismo en El Zaidín que en Pekín- y que responde al nombre de Foro de los aficionados del Granada C.F., en el que unos cuantos tocados de la misma chifladura vienen comunicándose sus grandes penas y sus pequeñas alegrías a través de la red de redes. Por eso me sentí el otro día convocado y asistí al coloquio que tuvo el gran acierto de organizar el Foro Matías Fernández-Fígares con el otro foro, el de los aficionados, como tema de conversación. Granadinismo, sin más adjetivos, es lo que allí se respiró y se masticó durante dos horas. Allí pasamos un rato agradable y pudimos ponerle rostro a algunos alias que a fuerza de leer sus comentarios ya nos eran familiares.
De todas las intervenciones me llegó al alma la experiencia propia relatada por “Los Cármenes” en la que más o menos contaba que tras asistir cualquier desolada tarde de domingo de hace ya unos cuantos años a un chasco rojiblanco ante el Maspalomas (me parece que dijo), lo que le esperaba como postre era una carretera nocturna y cuatrocientos kilómetros de rumiar desdichas. A mí mismo me vi en idéntica situación también por aquellos años, sólo que yo no tenía que ir tan lejos pero sí lo suficiente como para que en el asiento de atrás se acomodaran todos los demontres y algún leviatán. Eran años de partidos contra equipos canarios con nombre de tebeo de los que yo recuerdo especial y malaventuradamente aquel Realejos que con Oti nos puso las peras a cuarto una de aquellas infaustas tardes de un invierno que hoy me parece de otra era. Allí, en los escalones casi desiertos de la General en los que iban naciendo las hogueras de periódicos abandonados conforme la gélida noche se iba cerniendo sobre nuestras pobres cabezas de hinchas planchados e iban cayendo los goles en contra, asistí al escardón en carne propia y en nuestro templo más gordo que recuerdo, y después, llevándome mil demonios, tuve que abandonar a toda prisa mi Graná de mi alma por aquello de que hay que ganarse la vida y eso quedaba a más de cien kilómetros, sin poder compartir con los compañeros de infortunios en esto del hinchismo unas cervezas y unos comentarios que ayuden a sobrellevar ese cáliz amargo pero también ineludible que es la derrota de los tuyos.
Es que eso es lo que tiene ser forofo de un pequeño. Cuántas veces ha tenido uno que escuchar la amonestación entre burlona y cariñosa por la que le tachan de majarón por ser hincha del equipo de su tierra y no, como todo el mundo, del Madrid o del Barcelona. A fuerza de fracasos futbolísticos y cuando ya empezaba uno a dudar de su propia cordura, los adelantos tecnológicos le descubren que hay más majaras. Desde luego, efectivamente estamos en otra era. Ya no me imagino, como no hace tanto, pasando la noche del domingo en un puro cambio de postura preguntándome desde mi “exilio” qué habrá hecho el equipo de mis amores, para correr el lunes a comprar el Marca y enterarme del resultado del “trascendental” partido ante el Marino o ante el Salud. Ahora, gracias al foro, puede cualquier ”loco” rojiblanco desde la otra esquina del planeta compartir sus júbilos y sus tribulaciones forofísticas y sentirse así más cerca de su añorada patria chica, y además lo puede hacer simultáneamente a como se va produciendo lo que lo provoca.
Son varios los aspectos que del foro se podrían tratar en profundidad y daría para rellenar muchas páginas. Yo me quedo, por encima de las demás cosas que también se pueden decir del foro, con la función que cumple de lugar de encuentro de hinchas rojiblancos, y también con la de formidable panel informativo, tanto de lo grande como de lo pequeño que se mueve alrededor del club rojiblanco, ambas impagables.
Hay otra cara del foro, la de tribuna de opinión futbolera, que no es menos importante, y coincido con lo dicho por alguien en el coloquio de que los que allí escriben no tienen por qué hacerlo desde la objetividad pues sus comentarios deben entenderse como equiparables a los que se hacen en la barra de un bar entre amigos. Sólo que con un matiz, porque al tratarse de un ámbito al que todo el mundo puede acceder se debería de cuidar más según qué cosas. Para mí que no vendría mal un poco de autocrítica por parte de quienes llevan la voz cantante en este foro. Aunque el foro tenga muchísimas cosas positivas y si no existiera habría que inventarlo, a mí humildemente me parece que sobran (por estériles y antiestéticas más que por ninguna otra cosa, y también, desde luego, por injustas) esas movidas que tanto espacio ocupan en los renglones del foro y por las que periódicamente se viene a despellejar a algún plumilla o espíquer (hoy a éste, mañana a aquél) que haya escrito o dicho cualquier opinión, con lo fácil que es cambiar la aguja en el dial o no leer determinadas cosas. ¿De verdad están convencidos de que en una ciudad como Granada sólo hay un profesional de la información deportiva que hable objetivamente y esté libre de servidumbres? Ni en los tiempos gloriosos de primera tuvo el Granada el seguimiento mediático -en cantidad y en calidad- que ahora disfrutamos, y, sinceramente, a mí me parece que no es una exageración decir que entre los que se dedican en nuestra tierra al ingrato pero apasionante oficio de contarnos el fútbol hay por lo menos una docena de profesionales de primer nivel. Está muy bien el apasionamiento, por eso es el fútbol lo que es. Está muy bien la defensa a muerte del Granada CF. Pero para mí que algo de mesura en los comentarios hacia los periodistas, algo menos de usar el idioma tagalo, haría que desapareciera en buena parte cierta imagen negativa de este magnífico medio de comunicación. Algo así dijo en el coloquio el directivo Medina Jorges y con él coincido al cien por cien. Piensen que, lo mismo que ustedes (me refiero a aquellos foreros cuyas opiniones suelen ser tomadas más en cuenta) ven las cosas de una forma otros no las ven tan así, que no son ustedes los detentadores de la única verdad. Las unanimidades en cualquier ámbito humano suelen ser síntomas de falta de libertad y no se puede pretender que todos entendamos al Granada CF de una única manera pues eso, además de suponer querer poner puertas al campo, significaría empobrecernos y, con nosotros, el club.
Servidor ya tuvo en su día sus “cosillas” con algunos ilustres foreros por opinar de una determinada manera en cierto aspecto granadinista. Lo último que persigo es que alguien se sienta ofendido por lo dicho “ut supra”. Entiéndase el comentario como lo que es, una simple opinión de un simple aficionado, carne mortal que quizás se está metiendo donde nadie lo llamó y que puede estar equivocado, pues es de humanos equivocarse y todos lo hacemos, también los que tienen como profesión opinar de fútbol, también los foreros de pro.

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