EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



martes, 27 de enero de 2009

PÍRRICA GANANCIA



La oronda y sonriente figura del presidente rojiblanco José Bailón se acerca, balón en ristre, a la ventanilla de empeños para ver si por su prenda saca unas pesetillas con que satisfacer a alguno de los muchos acreedores del club. La caroca es del Corpus de 1964, cuando acaba de terminar una temporada marcada por las dificultades económicas.

A primeros de año ya había visto el club cómo le era embargada la taquilla del partido Granada-Onteniente por una antigua deuda cercana ya a las veinte mil pesetas cuando su monto inicial era menos de la mitad, según cuenta José Luis Entrala en su estupenda Historia del Granada CF. En mayo, siguiendo al mismo autor, en asamblea de socios, se pone de manifiesto que la deuda total del club es superior a los ¡cinco millones!, casi un millón más en dos temporadas con arreglo a la trampa que se heredó de la anterior directiva presidida por Jiménez Blanco. Si hoy parece una broma, en aquellos tiempos cinco millones de pesetas suponían una losa preocupante. Por eso se habló de una posible venta de Los Cármenes que no llegó a concretarse.

Para reducir gastos, cuando se exhibe esta caroca el club acaba de clausurar su lujosa sede en el número cinco de la calle Ganivet y ha arrendado un local mucho más modesto en la calle Lepanto, a espaldas del Ayuntamiento. Las asfixias económicas del club rojiblanco no son cosa nueva, como se ve.

Quizás esas prioritarias preocupaciones pecuniarias fueron las que impidieron que alguien del club estuviera centrado y advirtiera que con sólo haber empleado unas pesetillas en mejorar el contrato y en cumplir a tiempo con un jugador de su plantilla que respondía al nombre de José Martínez Sánchez, y haber conseguido que firmara como profesional, se podrían haber solucionado si no todos sí gran parte de los males del club. Estamos hablando nada más y nada menos que de Pirri. A Granada había llegado en septiembre de 1963 para estudiar medicina, y Millán, que lo conocía por haberlo tenido como pupilo el año anterior en el equipo de su tierra, el Ceuta, lo hizo debutar con la temporada ya comenzada. A sus dieciocho años, en seguida se hizo con la titularidad para acabar como máximo goleador del equipo en su posición de interior derecho. Durante su estancia en Granada parece ser que no se cumplió con él lo religiosamente que se había acordado, sin que solucionara esta deficiencia el hecho de que cada vez era más espiado por equipos de primera. Al terminar la temporada seguía con contrato amateur, por lo que el R. Madrid se adelantó a otros que también lo pretendían y se lo llevó sin pagar por él ni una gorda, sólo con cambiar su lugar de residencia, y en el equipo merengue completó una larga carrera llena de éxitos y de presencias internacionales. Faltaban todavía muchos años para que desapareciera el llamado derecho de retención. ¿Cuánto podría haber sacado por Pirri el Granada si hubiera estado listo?

En lo deportivo, el equipo titular de la temporada recién concluida se puede considerar de transición: Otero; Torres, Alcantarilla, Jdidi; Manolet, Pellejero; Coll, Pirri, Chapela, Almagro y Román. Al terminar la liga anterior habían dejado el equipo dos jugadores que quedaban todavía de la estancia en división de honor de dos años antes, Larrabeiti y Forneris, a los que se unió Arsenio, que se marchó en mitad de la liga al comprar su libertad para fichar por el Oviedo, donde todavía rindió varios años a buen nivel. A cambio había vuelto al equipo Pellejero. Otros, como Rafa Almagro o Román (después traspasado al Sevilla), empezaban a dar sus primeros pasos desde el Recreativo. Pero todavía no habían llegado algunos futbolistas muy importantes en la historia inmediata del Granada, como Lorenzo o Miguel, que se incorporarían la temporada siguiente.

En el banquillo empezó la temporada Pepe Millán, y el equipo no iba mal, pero la derrota en casa y la consiguiente eliminación ante el Indauchu (1-4), rival copero que militaba en el grupo norte de segunda, le costó el puesto en la jornada once. Trompi, entrenador del Recreativo, tomó el relevo y dirigió al equipo cuatro jornadas, hasta que justo en el ecuador de la liga se hizo cargo del banquillo Ignacio Eizaguirre, que completó el calendario. De la etapa de Trompi queda para la antología del anecdotario rojiblanco lo que cuenta José Luis Entrala, el “paseíllo” de la expedición granadinista, con el míster a la cabeza y suponemos que con banda de música, por las calles del pueblo murciano de Abarán para reclamar de los vecinos su asistencia al encuentro en el que, por la tarde, los rojiblancos empataron a uno.

El Granada acabó en el sexto puesto del grupo sur de segunda división, con treinta y dos puntos y dos positivos, a seis del Hércules, que disputó la promoción de ascenso como segundo clasificado.

D. José Bailón Verdejo, el “presidente de la sonrisa”, ocupaba el sillón en su segunda etapa como máximo mandatario. De su anterior etapa de dos años al frente del club ya tenía en su curriculum un ascenso a primera. El último, el de 1957. Al terminar esa temporada había sido suspendido federativamente para el cargo por dos años, por aquella peliaguda cuestión del presunto intento de soborno de Puente-Genil. Tras cumplir la sanción había vuelto a ser elegido presidente rojiblanco al comenzar la 62-63. En la presidencia permanecerá hasta 1967, y en ese tiempo viviremos de su mano un nuevo ascenso, en 1966, al ganar la promoción al Málaga, la más efímera de las estancias primerdivisionistas del Granada pues sólo duró una temporada. El descenso en una nueva promoción, esta vez ante el Betis, hará a Bailón dimitir. Su salida del club significa el comienzo de la era Candi.

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