EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



sábado, 24 de enero de 2009

1996 TROFEO GUARANÍ.LA ESPANTÁ DE CANDI








Tras la decepción de la maldita liguilla de ascenso con que finalizó la 95-96, en el verano comienza una nueva pretemporada. Y en las pretemporadas granadinistas es algo habitual desde hace veintitrés años la disputa del Trofeo Granada. A primeros de agosto se anuncia que el rival para la edición XXIV vuelve a ser un club extranjero, se trata del Cerro Porteño, club paraguayo con sede en la capital, Asunción. Desde cuatro años atrás, desde 1992, con la participación del FAR de Rabat, no ha visitado nuestro trofeo un club extranjero. Hasta el momento, en las veintitrés ediciones ya disputadas hemos visto pasar por Granada, junto a varios nacionales, otros clubes de distintos países: un yugoslavo (cuando todavía existía esa nacionalidad), dos uruguayos, cuatro portugueses, tres húngaros, dos rumanos, dos argentinos, un búlgaro, un holandés, tres marroquíes y un ruso. A todas esas nacionalidades viene a unirse en 1996 la paraguaya.

Típicos también de pretemporada son los distintos enfrentamientos del Granada con equipos de inferiores categorías, tales como Úbeda, Fuengirola, San Fernando y Linares. Pero el primero de esos bolos veraniegos es en Albolote, ante el Imperio, por entonces en Regional Preferente, donde los rojiblancos se imponen (1-3) en partido que ofrece televisado en diferido pero esa misma tarde, un medio por entonces muy pujante, Radiotelevisión de Albolote. Sobre la superficie terriza de las instalaciones deportivas municipales alboloteñas podemos ver a las incorporaciones del nuevo Granada 96-97, entre ellos el joven Berruezo, apuesta personal de
Candi, que lo fichó del Vélez antes de concluir la temporada anterior, que a los diez minutos de partido tiene que retirarse lesionado.

En el terreno de lo económico, con la venta del viejo estadio llevada a cabo y la liquidación de todas las deudas parecería que los males del club rojiblanco ya están resueltos. Pero nada de eso. En sólo unos meses, los que van de mayo, cuando por fin se vendió el viejo Los Cármenes, a agosto de 1996, ha cambiado el panorama y de la euforia inicial hemos pasado a poder leer en estas fechas unas declaraciones de Cándido Gómez a Ideal en donde dice que «la situación económica del Granada es desastrosa». Y dice D. Cándido que «El club necesita protección total, de cajas de ahorros, del ayuntamiento, que a pesar de que ayuda en parte nunca es suficiente, de la diputación que también realiza una aportación. Lo que necesita la entidad es potencial económico. La ayuda de palabra no me sirve para nada, sólo es útil la ayuda económica». Estas declaraciones dejan entrever el cansancio y la desilusión de Candi, que lleva poco más de un año en el cargo.

Volviendo al trofeo, sobre el rival se puede decir que es uno de los dos clubes paraguayos que dominan los campeonatos del país austral. Esos dos clubes son el Olimpia (el equipo que fuera de Gustavo Benítez) y el Cerro Porteño. Sus enfrentamientos, o “clásicos”, como se conoce en el cono sur americano a los partidos que por aquí solemos denominar derbis, suelen dirimir el campeón. Ambos equipos acaparan el protagonismo de un fútbol, el paraguayo, que estando muy lejos del de sus vecinos, es, no obstante, de los más competitivos del continente sudamericano. En España y en Granada hemos podido ver a numerosos jugadores salidos del país guaraní, y entre ellos algunos sobresalientes. El Olimpia sí ostenta algún título continental, no así el Cerro Porteño, aunque sus participaciones en Libertadores son numerosas, llegando hasta en cinco ocasiones a semifinales. El equipo azulgrana, que esos son sus colores, comparecía en Granada después de haber ganado hasta la fecha veinte ligas, y en esos momentos marchaba líder en el campeonato de su país, que acabaría ganando. A priori no estaba mal del todo el cartel de esta edición del trofeo agosteño granadino.








Pero no le pareció a la afición que el Cerro Porteño fuese lo suficientemente atractivo como para sufrir los mil vericuetos de la carretera por la que se subía de la playa, y ante escasamente dos mil aficionados, el jueves 22 de agosto de 1996 el Granada, que formó con: Fernández (Ignacio 46’); Santi (Juan 46’), Antonio, Matxón; Torres (Lucio 86’), Edu García, Pascual (Germán 80’), Juanma (Molina 75’), Quique; Javi De Campo (Manolo 53’) y Arturo (Roberto Valverde 53’) y el Cerro Porteño (Aceval; Espínola, Cristaldo, Alcaraz, Torres, Burgos, Javier, Ferreira (Ovelar 80’), Núñez (Cohener 85’), Villagra (Gérez 85’) y Jorge (Caballero 73)) empataron a un gol en un partido sin apenas alicientes a no ser el de las nuevas caras granadinistas para la 96-97. Ya se han podido ver en la alineación. Esta temporada se incorporan algunos jugadores importantes en la historia granadinista, como Pascual y Torres, y otros que no lo son tanto pero que dejaron buen recuerdo entre los aficionados, como Matxón. Junto a ellos, otros que pasaron por Granada de forma fugaz, como el delantero gallego Arturo o el asturiano también delantero Javi De Campo, que dejaron el club a poco de comenzar la liga. En el banquillo, después de la buena temporada anterior, continuaba Lucas Alcaraz.

Otros fichajes de cara a la temporada venidera eran los de Docando, defensa vasco que sólo fue utilizado en partidos de pretemporada, causando baja en la plantilla, como los dos anteriores, a poco de comenzada la campaña; y Dani Pleguezuelos, fichado del filial mallorquinista, que acabó jugando en el filial, de tercera junto con otros que tenían ficha con el primer equipo, como Almeida o Palacios, y los canteranos Guti, Hilario y Manolín Redondo. También era refuerzo de cara a la temporada a punto de comenzar Berruezo, lesionado en el primer partido de pretemporada en Albolote, que no jugó en el trofeo pero estuvo a disposición de Alcaraz para la primera jornada de liga.

En una primera parte bastante aburrida se adelantaron los forasteros con gol de Javier. En la segunda y tras el correspondiente carrusel de cambios y de situaciones sobre el verde, pudo el Granada empatar por medio de otro de los fichajes, el delantero centro mallorquín Manolo Moyá, que aprovechó un balón suelto a rechace del guardameta tras jugada de Torres. Como el partido acabó en tablas hubo que ir a los penaltis. De los granadinos lanzadores sólo falló Edu García, mientras que los paraguayos convirtieron sus cinco lanzamientos, así que el trofeíllo (así hay que catalogarlo a estas alturas de la historia trofeística granadina) se fue a Asunción, uniendo este nombre a los de Belgrado, Oporto, Budapest y Montevideo, las ciudades extranjeras en las que es posible encontrar retazos de la historia rojiblanca.

La temporada 96-97 se inicia el uno de septiembre con empate a uno en Melilla. Pero tres días después estalla la bomba. Candi anuncia que dimite. En Ideal se puede leer que la causa de la espantá de Candi es la falta de socios (sólo 1.250 entonces) y los incumplimientos del Ayuntamiento. El caso es que desde hacía un mes ya se intuía que D. Cándido no estaba a gusto en la poltrona de Recogidas 35, pero no se sospechaba que tan pronto iba a arrojar la toalla. Dos semanas después se hace efectiva la dimisión.

Terminaba así la tercera -en realidad la cuarta, si se tiene en cuenta su retirada provisional por motivos de salud en la 85-86- y última etapa de Cándido Gómez al frente de los destinos rojiblancos. Última hasta el momento, porque de Candi no se puede descartar que no lo vuelva a intentar. Candi, protagonista directo de la mejor época del club, la que va de finales de los sesenta hasta mediados de los setenta, continuada, aunque a un nivel bastante más modesto, en los ochenta, vino en los noventa a despertar nuevamente grandes ilusiones para muy pronto, demasiado, defraudarlas. De salida por la puerta falsa me atrevería a catalogar su dimisión. El forofo tiene muy mala memoria, por eso esa precipitada huida de Candi, en mi opinión, lo que hizo fue ensombrecer la trayectoria anterior y el lugar de honor que en la historia del Granada debería haber ocupado, y hace que lo que prime en su recuerdo sean más los aspectos negativos de su paso por el club, como el haber echado a rodar la asfixiante “bola de nieve” de deudas que otros que vinieron después no hicieron sino engordar, o como aquella “industria ficheril” que siempre caracterizó sus distintas gestiones. La salida del club a las primeras de cambio de Candi alimentó la sospecha de su papel poco claro en la operación de venta del principal patrimonio del club, todavía candente y sobre la que correremos un (es) tupido velo.
La dimisión de Candi en septiembre de 1996 deja la dirección del club en manos del vicepresidente Luis Rivas, que pasa a ocupar así el mismo sillón desde el que otro Luis Rivas, su señor padre, llevara al Granada a la final de la Copa en 1959.

En lo deportivo, en esta temporada es histórico el hecho de que el Granada tiene como un rival más de su calendario oficial a otro equipo de la provincia. Para hallar un precedente habría que remontarse nada más y nada menos que sesenta y cuatro años, a la 1932-33, cuando el por entonces Recreativo, recién ascendido a lo que se llamaba Segunda Preferente (el cuarto nivel del fútbol español), tuvo como visitantes en su campo de las Tablas al Atlético Motril, al Accitana y al Español de Granada, entre otros. Desde esa lejanísima temporada no había disputado el Granada CF ningún partido oficial contra otro equipo de la provincia.

Y es que el Guadix de Gerardo Castillo acaba de conseguir el ascenso a 2ª B. En la nueva categoría y formando dúo con Antonio Serrano, dirige Gerardo este joven equipo, integrado casi en su totalidad por jugadores granadinos. Su primer partido oficial lo disputa en Los Cármenes como local, porque su estadio no lo tiene disponible al haberse plantado un césped que todavía no se puede pisar. En un mal encuentro y ante poquísima concurrencia el Guadix empató a cero con el Vélez.

Cuatro días después del debut accitano hay que disputar la ida de la primera eliminatoria de copa, y el bombo ha emparejado al Guadix con el Granada. Nuevamente actúa en el nuevo Los Cármenes el Guadix como local. La alineación que presentó fue: Manolo (aunque el titular en liga fue un recuperado Notario), Espínola, Castillo, Moraga, Martínez (Javi 37’), Lorente, Rafita, Moreno, Rufo Collado, Francis (Muro 55’) y Rubén Cortés (Izco 62). Por el Granada jugaron: Ignacio (Fernández 47’), Santi (Juan 45’), Antonio (Manolo 66’), Matxón, Torres, Lucio, Roberto Valverde, Edu García, Javi De Campo, Berruezo y Quique. Apenas acudieron al encuentro dos mil aficionados, de los que unos doscientos eran accitanos. Pese a que el Granada jugó más de veinte minutos con dos hombres más, por expulsión de Castillo y Lorente, sólo fue capaz de vencer por un solitario gol de Edu García a cinco minutos del final, en un partido malo de solemnidad y en el que sobre el terreno de juego hubo algo más que palabras entre los jugadores. El partido de vuelta, nuevamente jugado en Los Cármenes, fue, si cabe, todavía peor, y el resultado de empate a cero clasificó al Granada para la segunda ronda. El Ejido fue el rival, con resultado de empate a cero en la ida, en tierras almerienses, y nuevo empate a cero en la vuelta, con triunfo granadino en los penaltis. Ya en dieciseisavos, el Betis eliminó a los nuestros al ganar tanto en la ida en Granada (0-1) como en la vuelta (3-0). Ese gol de Edu García al Guadix, casi sobre la campana y después de mucho sufrimiento, fue el único que en los cuatro enfrentamientos “fratricidas que se dieron en la temporada pudieron ver los aficionados, pues los otros tres partidos acabaron con empate a cero. El Guadix, que estuvo casi toda la temporada luchando por no bajar, logró salvar la categoría quedando decimoquinto clasificado.

El equipo rojiblanco titular estuvo integrado por: Ignacio; Lucio, Matxón, Antonio, Quique; Torres, Edu García, Pascual, Berruezo; Manolo y Roberto Valverde, después de que Lucas Alcaraz a partir de la jornada dieciséis variara el esquema que venía siendo habitual (5-3-2) por un más ambicioso 4-4-2. Como refuerzo de mediados de temporada tuvimos a un muy pasado Roberto Martínez, delantero centro vasco, que salido de la cantera del Bilbao militaba en el Almería, de segunda, que dio muchísimas más de arena que de cal. Y también al lateral Arroyo, del Hércules, que apenas jugó. También son destacables las incorporaciones desde el filial de algunos jugadores que empezaban, casos de Javi García (o Futre, como era entonces conocido), que jugó unos pocos partidos, y de Jesús Sierra, que acabó como titular en la recta final del campeonato.

La liga 96-97 del Granada fue decepcionante. Casi toda ella anduvieron los rojiblancos rondando los puestos de liguilla, pero sin llegar a meterse en ellos. A medida que iban pasando las jornadas el número de asistentes a Los Cármenes iba disminuyendo, quizás también influenciado por la gran cantidad de domingos lluviosos que hubo a lo largo del año. La característica principal del equipo rojiblanco es que le fueron las cosas bastante mejor a domicilio que en casa, a destacar en este sentido el gran triunfo granadino de la jornada veintiséis (1-4) en Jerez, con Germán en figura, así como la victoria (0-1) en Cádiz, en la antepenúltima jornada, que suponía volver a tener posibilidades de entrar entre los cuatro primeros. Pero el empate en casa a la siguiente jornada ante el Málaga dejó a los nuestros fuera de toda opción. Un sexto puesto fue la clasificación final del Granada, en un grupo IV que una vez más volvió a estar integrado por equipos de la talla de Córdoba, Jerez (que ascendió), Jaén (también ascendió), Huelva, Málaga y Cádiz.

Con la temporada aún por concluir, en abril de 1997, ha comenzado el proceso de conversión del club en SAD y al poco tiempo todo hace indicar que en la dirección del Granada puede entrar savia nueva: Carlos Marsá y José Julián.

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