Derrota en Córdoba y empate casero del Recreativo ante el Jerez
En la segunda jornada de
la 50-51 el Granada viajó a Córdoba y en el Arcángel cayó derrotado 3-2 en un
partido en el que fue mejor que su oponente y que llevaba franco en el
marcador, 0-2, pero no supo amarrar la ventaja y acabó sin sumar punto alguno.
Las crónicas, todas de periodistas foráneos, dicen que el Granada erró en
cerrarse a la defensiva a conservar la ventaja, y que de haber sido más
ambicioso habría ganado sin duda. Gaspar Rubio dispuso su cerrojo a base de una
defensa de cuatro en la que Barnet, con el número 9 a la espalda, era otro
central más. Debutaron los recién incorporados, cedidos por el At. Madrid,
Verde y Callejo, y el segundo fue el autor de los dos tantos granadinistas.
También debutó el medio Rubio. A pesar de la derrota quedó el Granada
clasificado en la tercera posición de la tabla.
El lunes 18, a la vuelta,
el Granada paró en Villanueva de Córdoba donde disputó un amistoso frente al
cuadro local en el que se impuso 2-7. Actuó a prueba un nuevo jugador, Chaves,
delantero centro procedente del Valladolid, de 19 años, que gustó bastante e
inmediatamente fichó por el Granada por dos temporadas.
Por su parte, el
Recreativo en su debut casero y con una entrada muy buena, no pudo pasar del
empate ante el Jerez en Los Cármenes (3-3). Los visitantes, gallitos del grupo,
con un equipo bastante veterano formado por varios futbolistas que jugaron en
primera, fueron muy superiores a los canteranos y faltó poco para que vencieran,
pero el entusiasmo de los blanquiazules hizo que sumaran su primer punto en
categoría nacional.
Debut canario en Los Cármenes con victoria mientras el Recreativo es
goleado en Tánger
La tercera jornada
supuso para el Granada un choque del todo inédito con la visita del Las Palmas.
Por primera vez un equipo canario se enfrentaba al Granada. No existía
precedente de ningún tipo pues ni siquiera un amistoso había disputado nuestro
equipo hasta el momento frente a algún club canario ni nunca una expedición
rojiblanca había pisado las islas. El Las Palmas estaba recién fundado y se
había formado con la fusión de hasta cinco clubes distintos de la isla de Gran
Canaria, de ahí su denominación: unión deportiva, confeccionándose como una
especie de selección de jugadores de su cantera, todos muy jóvenes. También por
primera vez en la historia del fútbol español un club de ese lugar tan lejano
como las Islas Canarias militaba en categoría nacional. Así que estábamos ante
algo del todo inédito por estas tierras.
Esto ocurrió el 24 de
septiembre de 1950, último domingo de este mes, razón por la cual la hora de
comienzo del encuentro fue fijada para las cuatro de la tarde con objeto de que
el público pudiera acudir a la procesión de la Virgen de las Angustias. No hubo
entrega de banderines ni recuerdos de ningún tipo a pesar del estreno canario
en estos predios. Los visitantes venían como líderes invictos ya que sus dos
partidos anteriores los habían ganado, pero en Granada fueron ampliamente
derrotados por 4-1 en un buen partido rojiblanco que no se decidió hasta el
último cuarto de hora en que llegaron tres de los tantos del Granada, en el que
debutaban ante su público los cedidos del At. Madrid Callejo y Verde, más el
ariete recién fichado Avelino Chaves.
Los canarios, con un fútbol de toque
al que por aquí no estábamos acostumbrados, causaron una magnífica impresión y
se adelantaron en el marcador, y parecía que el partido y los puntos serían
suyos, pero al filo del descanso el debutante Chaves hizo el empate. Y en una
segunda parte muy bien jugada por los nuestros, Licker deshizo la igualada de
un gran remate pasada la media hora y después, muy cerca del final, llegaron
dos goles más de Callejo y La Rubia. El Granada no obstante, según las
crónicas, volvió a evidenciar falta de conjunto. La victoria valió el segundo puesto
de la clasificación, pero se dio un séxtuple empate a cuatro puntos en la
cabeza.
Por su parte, el
Recreativo, que estaba en su cuarto año de vida, se convirtió en equipo con
recorrido internacional. Y es que en el grupo VI de tercera figuraban cuatro
equipos marroquíes pues por entonces España mantenía el protectorado sobre el
norte del país. Así, en la tercera jornada le tocó al filial viajar a Tánger,
ciudad abierta por entonces, esto es, que no pertenecía a ningún estado aunque
su vinculación con Marruecos y con España era evidente. En la ciudad del norte
de África le tocó al Recreativo jugar contra el Maghreb el Aksa, equipo de la
parte alta de la clasificación que derrotó a los canteranos concluyentemente:
4-1. Se adelantaron en el marcador los recreativistas pero en la segunda parte
acusaron bisoñez y falta de forma física y sucumbieron ante un equipo mucho más
hecho.
Jornada de descanso mientras el Recreativo cae frente al Jaén
La cuarta jornada, a
principios de octubre, fue de descanso para el Granada. El segundo grupo de
segunda o Sur contaba con sólo quince equipos (17 el Norte) al haberse cuadrado
así la categoría por la Federación, y se había dispuesto que la jornada de
descanso sería a continuación de enfrentarse al Las Palmas, ya que desplazarse
a Canarias en 1950 no era precisamente un viaje cómodo y rápido.
El que no descansó fue
el filial, que recibió en Los Cármenes a otro de los gallitos, el Jaén de
Cholín, por completo profesional, toda la temporada en los puestos altos aunque
finalmente no ascendió. Ganaron los del Santo Reino 0-2. Con una gran entrada y
más de mil jiennenses en las gradas, los visitantes, un equipo veterano y muy
bien conjuntado, aprovecharon la falta de experiencia de los recreativistas
para, sin jugar mejor que los locales, llevarse los dos puntos con dos goles
muy tempraneros y casi seguidos. Jugaron los ex granadinistas Unamuno, ya
establecido permanentemente en la defensa, y Luiqui, que fue el mejor de los
blancos, pero no Trompi, lesionado en esos momentos. La derrota dejó al
Recreativo en el farolillo rojo, con sólo un punto en su casillero. El cronista
de La Prensa, José de Vicente, dice que es necesario reforzar el equipo si no
queremos que el paso por categoría nacional sea efímero.
Le hicieron caso al plumilla y a los
pocos días llegaron varias novedades. El primero fue el granadino Rivera, más
propiamente un re-fichaje porque ya había jugado en el primer equipo las cuatro
temporadas anteriores, pero fue incorporado al Recreativo; le siguió el defensa
madrileño Arroyo, cedido después al Gabia, de categoría local; y también fichó
el portero Marañón, estudiante en nuestra Universidad. De los tres sólo el
primero jugará regularmente esta temporada de blanquiazul, mientras que Marañón
únicamente intervendrá en un partido y el defensa ni siquiera llegará a
estrenarse. Más adelante y con la intermediación de Paco Bru vinieron, para
probar por el Recreativo, un extremo, García Domínguez, que anteriormente había
jugado en el Jaén y que quedó fichado; un delantero, Barcelobre, que no llegó a
fichar; y también un antiguo conocido de la afición recreativista, Tobalina,
que sí se quedó, defensa valenciano que ya vistió de blanquiazul dos temporadas
atrás, cuando el ascenso del filial a Preferente, y que dejó buen recuerdo
siendo siempre titular. Los fichados de todas maneras jugaron muy poco con el
filial.
Goleada al Cartagena y nueva derrota (en Cádiz) del farolillo rojo
Recreativo
Después de la semana de descanso
volvió el fútbol para la primera plantilla con el partido en Los Cármenes
frente al Cartagena de la jornada cinco. Fue una nueva victoria rojiblanca y,
como en las tres anteriores, también hubo abundancia de goles, 5-2. Las crónicas
no obstante dicen que la victoria no fue fácil y que el Granada no jugó bien,
en especial sus interiores y medios, sobre todo Toñín, de quien comenta Seudónimo que por más que se empeñe el
míster, su puesto es la defensa y no la media; del húngaro Licker dice que cada
día va a menos en su rendimiento. Según La Prensa, el partido se ganó
más por la excelente labor de las individualidades, en especial el delantero
centro Chaves, que marcó dos goles, y el eterno Paco Mas, en un extraordinario
momento de forma, quien marcó un gol de antología. Según Fernández de Burgos en
Ideal, sigue sin haber armonía en el once rojiblanco y la zona ancha no
funciona.
El árbitro, Campos Santín, el mismo
que la lio en Los Cármenes la temporada anterior en el partido frente al
Linense de copa, volvió a tener una desafortunada actuación y señaló dos
penaltis en contra de los rojiblancos (los dos goles forasteros) aunque en
honor a la verdad hay que decir que el segundo fue muy claro, una mano de
Méndez a un balón que ya entraba. A pesar del descanso de la semana anterior,
continuó el Granada encaramado a la segunda plaza de la clasificación, si bien
empatado a puntos con otros tres equipos.
La otra cara de la moneda fue la
derrota, 3-0, ya la cuarta (de cinco partidos jugados) del farolillo rojo
Recreativo en el campo de Mirandilla frente al Cádiz. El filial causó una buena
impresión y ofreció un juego bien trenzado pero carente por completo de peligro
de cara a la portería contraria, lo que viene a coincidir con lo visto en los
partidos ya disputados por el filial. En el Cádiz se alinearon hasta nueve
futbolistas catalanes fichados por los amarillos del Lérida.
Derrota en Mestalla. El Alhambra CF. Primera victoria del Recreativo
Su partido de la sexta jornada lo
jugó el Granada entre semana, el jueves 12 de octubre, fiesta de la Hispanidad o
de la Raza en todo el territorio nacional. Le tocó desplazarse a Valencia para
enfrentarse al filial valencianista, el Mestalla, y en el estadio del mismo
nombre sucumbieron los rojiblancos por el tanteo de 4-1.
Las crónicas dicen que no mereció
perder por tan amplio margen nuestro equipo y que un gol mal anulado por fuera
de juego posicional al Granada que hubiera supuesto el empate a un gol, más un
penalti en contra riguroso tuvieron la culpa. En el Mestalla se alinearon tres
futuros internacionales como Mañó, Sendra y Sócrates, y también dos jugadores
que en la temporada siguiente militarán en el Granada, Salvador e Ibáñez, que
marcó tres de los cuatro goles. Por su parte, en el Granada volvía a la
alineación Sosa, ausente desde su lesión en la primera jornada, en sustitución
de Toñín, y en la portería debutaba Martín, que paró el primer lanzamiento en
el penalti pero no pudo detener el segundo tras su rechace. El Granada bajó al
cuarto puesto de la tabla, alejado dos puntos del segundo.
Por su parte, el filial escribió una
página histórica el domingo 15 de octubre de 1950 puesto que ese día, en Los
Cármenes, partido de la jornada 6 del grupo VI de tercera, consiguió su primera
victoria en categoría nacional, derrotando al Almería por 2-1, y además con
esos dos puntos abandonó el farolillo rojo subiendo un puesto, si bien empatado
a tres con el España de Tánger. Con un gran Cea de director del filial, el
Recreativo jugó un magnífico partido, pero adoleció una vez más de escasísimo
remate, y lo que debió ser un amplio triunfo se quedó en una victoria por la
mínima y con bastantes apuros. Debutó en la portería el recién fichado Marañón,
pero no estuvo afortunado en el gol de los almerienses y ya no volvió a ser
alineado. También actuó por primera vez esta temporada el extremo reingresado
Rivera, y en el puesto de delantero centro se alineó Moleón, otra de las
recientes incorporaciones, que consiguió el gol de la victoria a cinco minutos
del final.
Por otra parte, este año el Granada C
o tercer filial de la temporada anterior, no salió a competición, pero hubo
otro segundo filial rojiblanco, ahora en la categoría tercera regional, el
Alhambra, que contó con varios de los jugadores del desaparecido Granada C,
como Esturla y Millán II más el fichado a principios de temporada Palomino, y
además empezaron a foguearse en sus filas otros futuros recreativistas que
posteriormente pasarán al primer equipo como Rafa, Guerrero y Cuerva. Los
partidos del Alhambra como local se jugaban en Los Cármenes y los socios del
Granada tenían derecho a presenciarlos con el correspondiente carné puesto al
día de pagos. El Alhambra ya fue filial del Granada en la 42-43.
Ficha Vecino. Derrota en El Calvario. Segunda victoria del
Recreativo
Tras diez días de inactividad volvió
el Granada a la liga con un nuevo desplazamiento, ahora a Salamanca, equipo
integrado en el grupo sur de segunda al igual que el año anterior para tratar
de cuadrar los participantes en la categoría de plata, en la que eran más
abundantes los clubes norteños y por eso mismo esta temporada se habían dejado
ambos grupos cojos. Con la expedición granadinista viajaron dos directivos,
Ramón-Laca y Espada, que se entrevistaron con las autoridades para tratar de
dar solución al larguísimo caso Otto, pero el primero de ellos, muy bien relacionado
con el Atlético de Madrid, aprovechó también el viaje para cerrar un nuevo
fichaje, el de Vecino, que tenía en esos momentos varias “novias”, medio
defensivo de 23 años perteneciente al club colchonero que la anterior temporada
lo había cedido al Zaragoza. Fue un buen fichaje pues este jugador será titular
indiscutible las dos temporadas que permanecerá en el Granada. De esta manera
quedaba reforzada la media, que era la línea donde se venían apreciando las
mayores carencias.
Precisamente a la media y a los
interiores achacan las crónicas la causa de la nueva derrota (2-1) que cosechó
el Granada en la jornada siete, en su visita al Calvario de Salamanca.
La nueva lesión de Sosa obligó a incluir en el once a Toñín, al que vuelven a
señalar como jugador flojo, y también recibe críticas negativas el húngaro
Licker, al que se le viene viendo últimamente algo apático. Los mayores elogios
los merece el delantero centro Chaves, autor del tanto granadino, con el que ya
llevaba cinco en cuatro partidos.
La derrota descolgó bastante al
Granada de los puestos altos, pasando a ocupar la séptima plaza, a cuatro de
primero y segundo, pero sin perder de vista los puestos bajos, sólo
distanciados en dos puntos, dada la gran igualdad existente entre los quince componentes
del grupo.
Simultáneamente en Los Cármenes, el
Recreativo sumó su segunda victoria y remontó tres puestos en la clasificación
en su zona baja. Nos visitaba el Español de Tetuán, otro de los cuatro clubes
marroquíes incluidos en el grupo VI de tercera, equipo que era la primera vez
que visitaba Granada, razón por la cual se le entregó un banderín de recuerdo
en los prolegómenos. Según las crónicas, el partido se pareció mucho al de
hacía una semana frente al Almería: el Recreativo fue mejor y pareció que podía
ganar ampliamente, pero, una vez más, evidencio falta de pegada y la victoria
fue agónica, 1-0 con un único gol, de Cea, conseguido bien avanzada la segunda
mitad. Durante la semana previa había cerrado el Recreativo distintos fichajes,
pero el único debutante en este partido fue el meta Julio, un re-debut en
realidad ya que ésta era su tercera temporada en el filial, un buen portero que
por motivos laborales no había podido incorporarse hasta el momento.
El At. Tetuán se lleva un punto mientras el Recreativo cae derrotado en
Algeciras
En la jornada ocho volvió el Granada
a Los Cármenes, donde recibió la visita del At. Tetuán, en esos momentos
situado en la zona media de la tabla pero que acabaría la liga como campeón del
grupo sur y ascendería a primera. La visita de los norteafricanos supuso
inaugurar esta temporada la cuenta de negativos (-1) ya que el partido acabó en
empate a un gol. Las crónicas dicen que los visitantes sólo exhibieron
entusiasmo y lucha, y que el Granada jugó muy mal y sigue sin tener ligazón
entre sus líneas, es decir, sique sin tener un conjunto y sólo hay alguna buena
individualidad, y que los interiores (Licker y La Rubia) actuaron muy
deficientemente, aunque la media mejoró con la inclusión del debutante Vecino,
llegado a Granada junto a la expedición que volvía derrotada de Salamanca.
Vecino y el portero Martín, debutante en Los Cármenes, hicieron un buen
partido. El tropiezo costó un puesto en la clasificación, bajando al octavo,
pero sólo dos puntos por encima de los puestos de descenso.
Por su parte el Recreativo, en el que
debutaron sus recientes fichajes Tobalina y García Domínguez, salió derrotado
(2-0) de su visita al Algeciras. Las crónicas dicen que los locales se
dedicaron a la caza del hombre y de esa forma el defensa Paquito tuvo que
abandonar el campo por lesión (que lo va a tener apartado de los terrenos dos
meses) dejando a su equipo en inferioridad. Una vez más el Recreativo adoleció
de total falta de remate. La derrota le hizo caer al penúltimo puesto de la
tabla, empatado a puntos con el farolillo rojo, el Larache.
Nada en La Línea
La siguiente jornada, ya la 9, llevó
al Granada a La Línea, donde cosechó una nueva derrota, 2-1. Por el momento
iban cuatro salidas y otros tantos chascos, pero éste dolió más que los
anteriores por darse ante un equipo de la zona baja y además acercó muy
peligrosamente los puestos de descenso, quinto por la cola con sólo un punto de
ventaja sobre dichos puestos de pérdida de categoría. Las crónicas, todas de
periodistas linenses, vienen a coincidir con lo que venía opinando sobre el
equipo la prensa local, y dicen que el Granada jugó muy mal, sólo ocupado en
defender, y que no tiene equipo para aspirar a nada, con alguna individualidad,
pero con un conjunto frío, sin vida y sin médula. La crónica para Ideal, que
firma el periodista granadino pero afincado en La Línea, Jorge de Arlés, dice
no obstante que el Granada tiene un jugador excepcional, Méndez, que reúne
intuición, dominio de la pelota y el vigor y la prestancia física necesarios, y
añade que sin Trompi el Granada es un cuadro vulgar y sin alma.
Volvió al equipo Santacréu, ausente
desde la primera jornada, en detrimento de Mas, algo tocado, pero se echó de
menos al goleador Chaves, sustituido por un desangelado Botella. El húngaro
Licker volvió a merecer malas críticas. El Granada, en prevención de lo que
pasara en este mismo campo la temporada anterior al sufrir un nefasto arbitraje
secundado en lo erróneo por jueces de línea locales, había solicitado liniers
neutrales, pero el partido fue en todo momento jugado por unos y por otros con
deportividad y no hubo lugar para la polémica.
Gran victoria del Recreativo sobre el Betis
A la misma hora, pero en Los
Cármenes, el Recreativo logró su tercera victoria en categoría nacional y lo
hizo a lo grande, ante el enrachado y clarísimo favorito Betis, al que derrotó
2-0. El Betis, el mismo que ganó una liga en los años de la República,
atravesaba en esos momentos su peor época histórica y militaba en tercera,
categoría a la que había caído tres temporadas antes y en la que aún le
quedaban otros tres años que purgar.
El campo registró una gran entrada y
los blanquiverdes, arropados por varios cientos de hinchas, que en su salida
anterior habían derrotado en su campo a otro de los favoritos, el Jaén, en Los
Cármenes parece ser que salieron con aires de superioridad y cuando quisieron
acordar llevaban ya en contra dos goles que no pudieron contrarrestar a pesar
de dominar y tener oportunidades. El Recreativo imprimió de salida un fuerte
tren y con este arma consiguió sus dos goles, dedicándose la segunda parte con
una firme defensa a conservar lo logrado. El mejor fue Requena, devuelto a la
defensa tras la lesión de Paquito, por contra, el recién fichado Tobalina,
jugador más de contención, actuó de delantero centro. Fernández de Burgos alaba
el juego del filial y dice que está muy por encima del de su “papaíto”. Gracias
a los dos puntos el Recreativo dio un salto de tres puestos en la tabla.
Dos puntos frente al Plus Ultra. El Recreativo derrotado en Larache
La jornada 10 volvió el Granada a
reencontrarse con la victoria después de cuatro jornadas de resultados
negativos. El Plus Ultra, filial del R. Madrid fue su oponente, al que se pudo
derrotar (2-0) gracias a dos genialidades del mejor jugador local esta
temporada, el joven cedido por el At. Madrid Callejo, que en sendas jugadas
individuales muy parecidas sirvió balones en bandeja a Santacréu y Mas para que
éstos amarraran la victoria. Por lo demás, nuevamente las crónicas vuelven a
incidir en que el Granada sigue sin conjunto y jugando muy mal. Fernández de
Burgos en Ideal dice que la causa de esa falta de juego de conjunto hay que
buscarla en los entrenamientos, lo que supone el primer comentario negativo de
un plumilla local hacia la labor del técnico.
Ensayó Gaspar Rubio una nueva
delantera, prescindiendo del desdibujado húngaro Licker y prefiriendo para el
puesto de ariete al incombustible Sosa, pero sin que esto mejorara el
rendimiento del equipo. Con la victoria el Granada dio un pequeño salto en la
tabla y distanció en dos puntos los puestos de descenso.
Los futbolistas del filial madridista
tuvieron que actuar en Los Cármenes con botas y espinilleras prestadas porque
la noche previa al partido los cacos les robaron de su autobús, aparcado en la
calle Ganivet, a la puerta del hotel donde pernoctaban, una cesta con gran
parte del material deportivo que traían. Días después fueron recuperadas las
botas por un transeúnte que las encontró tiradas por el suelo en la Cuesta de Rodrigo
del Campo, donde fueron abandonadas por sus raptores.
Mientras tanto el Recreativo, en una
nueva salida al norte de África, cayó derrotado 3-0 en la ciudad marroquí de
Larache, sobre una superficie de tierra, más bien arena de playa, y llena de
hoyos. El redactor de La Prensa y de Ideal, Jovi (José de Vicente), acompañó al
filial en su desplazamiento y firma las crónicas de que disponemos, y en ellas
dice que el Recreativo jugó fatal la primera mitad, en la que encajó los tres
goles, para en la segunda hacerse con el mando, pero sin efectividad alguna.
También dice que apreció cierta desgana en los blanquiazules. El Larache era el
colista y la expedición se las prometía muy felices después de su buen partido
de una semana antes frente al Betis, pero los jóvenes canteranos volvieron a
evidenciar una total falta de remate. El Recreativo quedó cuarto por la cola a
sólo un punto del farolillo rojo.
CALLEJEANDO
Procesiones rurales y dos sucesos
El mes de octubre de 1950 fue pródigo
en manifestaciones del más irreductible nacionalcatolicismo. Primero viajaron a
Granada desde Portugal, donde habían estado un tiempo a préstamo, las cenizas
de San Juan de Dios, acompañadas del Legado luso y los ministros de asuntos
exteriores del país vecino y de España. También vinieron el ministro español de
agricultura y los embajadores de los dos países (el de España era el
hermanísimo Nicolás Franco). Con ambiente de fiesta mayor, una larguísima
procesión desde la estación de Andaluces hasta la Catedral ocupó toda la
ciudad, una procesión que tuvo su octava dos días después, ahora con el traslado
hasta la basílica del santo. Apaciguadas las calles, pronto se vieron de nuevo
repletas de procesionistas, ahora para recibir a la Virgen de Fátima, con la
que se llevó a cabo una especie de bolos por todas las parroquias, iglesias y
ermitas de la capital y de la provincia, en un sin parar que duró algo más de
un año.
En la España del
nacionalcatolicismo las procesiones eran algo muy común, casi cotidiano. No hay
nada más que hojear los diarios de aquellos años para encontrarse con desfiles
religiosos a porrillo (católicos, naturalmente) de todo tipo. Dentro de este
despliegue de imágenes a hombros, son destacables las traídas y llevadas de la
que llamaban la Virgen de Fátima Peregrina. De parroquia en parroquia fue
transportada una réplica pequeña de la que se venera en Portugal por toda
Granada, y una vez visitados todos los rincones de la capital le tocó a la
provincia.
De norte a sur y de este
a oeste, la imagen de la Virgen recorrió todos los pueblos, anejos, alquerías,
cortijadas, aldeas y parajes campestres, y en ese peregrinar incansable se
produjo un incidente digno de figurar en el Celtiberia Show de Luis
Carandell cuando a comienzos de julio de 1951 andaba la imagen por el Valle de
Lecrín. El traslado de la Virgen de Fátima de Saleres a Restábal despertó eso
tan carpetovetónico que es el odio visceral al vecino, y por un quítame allá
ese hombro de las andas, que ahora les toca a los de mi pueblo, casi tiene
que intervenir la Benemérita para evitar que los restabeños y los salerenses se
enzarzaran a velazos unos con otros.
Por otra parte, en la semana
posterior a la visita a Salamanca del Granada, una noticia de sucesos que
extraemos de Ideal nos llama la atención: el joven de 16 años Sebastián Pérez
Linares (futuro subjefe provincial del Movimiento en Granada durante una
eternidad de años) fue agredido por varias vecinas; atendido en la casa de
socorro, presentaba erosiones y contusiones en cabeza y cara; las causas de la
agresión no las especifica la escueta noticia.
Es en realidad un sucedido sin
importancia. Más la tienen las muchas noticias de sucesos aparecidas en los
diarios granadinos durante todo este mes de octubre, en el que hubo dos mujeres
ahogadas en aljibes albaicineros, una en el de Trillo y otra en el de la Cruz
de Piedra, al parecer por suicidio. Tampoco faltó un asesinato, el de un
anciano trapero de la calle Elvira, muerto en su covacha para robarle; fue un
caso que trajo cola y que acaparó espacios en las secciones de sucesos y vida
judicial de los diarios granadinos.
Casting de guapas granadinas
Mientras el Granada descansaba en la
jornada tres por aquello de haberse confeccionado un calendario cojo, a base de
quince componentes, a primeros de octubre las granadinas de buen ver andaban
ilusionadas y soñando con hacerse famosas en el mundo del celuloide.
En la prensa local se podía leer el
siguiente anuncio en un recuadro de considerable tamaño: «Para hacerse
famosa en el CINE MUNDIAL se le presenta una gran ocasión, señorita». Y bajo este titular: «Esta tarde a las
seis llegará a Granada, hospedándose en el hotel Alhambra Palace, el famoso
productor cinematográfico inglés Sir Alexander Korda y el triunfante director
Carol Reed, que vienen a nuestra capital con el exclusivo objeto de elegir
entre el elemento femenino de esta ciudad la protagonista de su próxima
película EL DESTERRADO DE LAS ISLAS, que empezará a rodarse en Londres el
próximo día 15». Y continúa el reclamo diciendo que buscan morenas de entre
20 y 30 años, esbeltas y con marcados rasgos de eso que es tan habitual ver en
nuestras calles, eso tan característicamente andaluz, mezcla de árabe y gitano.
No es imprescindible ser artista ni saber inglés. Las interesadas deben
presentarse de seis a ocho en el hotel.
La
película, una adaptación de una novela de Joseph Conrad del mismo título, se
estrenó dos años más tarde, en 1952, y nada tiene que ver con Andalucía ni con
España. Se desarrolla en una remota isla del Pacífico. Rodada en blanco y
negro, se puede catalogar como un film de aventuras, con un viejo lobo de mar
como protagonista, Trevor Howard, tramposo y egoísta, que se ve obligado a huir
a un lugar perdido, una isla de la Polinesia, donde conocerá a Aissa, la hija
del jefe de la tribu indígena que allí vive, y perderá la cabeza por ella hasta
llegar a la autodestrucción. Es una película que merece en general buenas
críticas, según se puede leer en Internet, aunque no es de las más destacadas
de la filmografía de Carol Reed, cuyo mayor éxito fue El Tercer Hombre,
estrenada un año antes.
No
mentía la publicidad encaminada a la elección de alguien sin experiencia para
el papel de protagonista femenino, la ya mencionada Aissa, hija del jefe de la
tribu malaya. La elegida fue finalmente una morenaza, sí, pero francesa, una
desconocida que con esta película se estrenó como actriz y a la que se bautizó
para el cine con el escueto nombre (sin apellido) de Kerima, que sonaba a
nativa de aquellos parajes exóticos en los que se desarrolla Outcats of the
Islands, en su original inglés. Según se puede leer en Wikipedia, el
director quería una mujer seductora, radiante, como el alma del país con sus
misteriosos bosques, y durante un año buscó Reed por Egipto, Singapur y
Borneo (nada se dice de España) viendo bailarinas, modelos, reinas de belleza…,
hasta decidirse por la tal Kerima, a la que se presentó como nativa malaya pero
que había nacido en Tolosa (la de Francia, Toulouse), cuyo debut
cinematográfico fue mudo, esto es, sin pronunciar ni una palabra en todo el
filme. Poco más de una docena de películas protagonizó Kerima, todas con ese
mismo exótico y corto nombre.
En el
Palace fue el casting, aunque ésta era una palabra no sólo desconocida en el
lenguaje cotidiano, también proscrita, como todos los términos tomados de una
lengua distinta de la del Imperio. Ninguna paisana fue del agrado de los
cineastas y por tanto no alcanzó esa fama en el cine mundial que prometía el
reclamo.
Ortiz de
Villajos, que firmaba “Z” en su diaria sección de la primera página de Ideal,
“El Día en Granada”, comentó que los dos peliculeros se habían marchado al día
siguiente y que como despedida habían comentado a la prensa que no se encuentra
en Granada el tipo de mujer que buscaban para su próxima película, «Lo cual,
a nuestro corto entender -dice Z-, habrá servido de satisfacción en
lugar de defraudarlas a las gráciles y opíparas morenitas o morenazas que
acudieron a la revista. Las “granaínas” ya tienen bastante con ser “granaínas”.
Nosotros entendemos que Korda y Reed deben ir a buscar una malaya… a la Malasia
y demás islas oceánicas. Nos figuramos la cara de asombro o quizá de algo peor
de una castiza albayzinera o de una garrida “greñúa” si de pronto Korda o Reed
hubieran dicho: “¡Ya está! Aquí tenemos a la malaya que necesitamos”». […]
«Las granadinas no necesitan parecerse nada más que a ellas mismas. La fama
de su belleza es universal y universal también la de sus características
propias y singulares en lo físico y en lo psíquico».
Cencerrada sangrienta
Un juicio en la Audiencia Provincial de
Granada por la muerte de una mujer en el transcurso de una cencerrada dio
bastante que hablar en nuestra ciudad a finales de octubre de 1950, más que
nada porque ya por entonces esta costumbre ancestral había dejado de ser eso
mismo, una costumbre, y más raro aún resultaba que ocurriera en una ciudad y no
en un pueblo.
Una
cencerrada se define como una reunión de personas provistas de cencerros, zambombas,
almireces, latas, cacerolas y todo tipo de utensilios que sirvan para meter
cuanto más ruido mejor, en especial recibe este nombre la que se hace con fines
burlescos o festivos. O sea, una cacerolada, y más modernamente, un escrache. De
los fines festivos se ha pasado de un tiempo a esta parte a los políticos o
reivindicativos, y se usa para algún tipo de protesta o simplemente para dar la
tabarra frente al domicilio o lugar donde un determinado personaje público se
encuentra.
Pero el
sentido de la cencerrada a que nos referimos es distinto, es el que viene en el
diccionario en la primera de las tres acepciones que aparecen. Cencerrada se
define como el ruido desapacible que se hace para burlarse de los viudos la
primera noche de sus nuevas bodas. Y es que parece ser que eso de que un viudo
o una viuda volviera a casarse se interpretaba como algo indecoroso, sobre todo
en los pueblos, como una traición al cónyuge difunto o como un colmo de
lascivia del novio añoso (mucho menos frecuente era que la entrada en años
fuera la novia), y había que recordarle al contrayente su felonía metiendo
mucho ruido y a grito pelado, con puyas que solían entrar en el terreno de lo
injurioso. En realidad, no era otra cosa esta costumbre que un pretexto para que
los mozos se corrieran una juerga con cargo a los recién casados, que sólo
podían librarse de la murga convidando a los alborotadores con unas cuantas
arrobas de vino. Muchas veces y precisamente para evitar el guirigay, esas
bodas entre maduros se celebraban de madrugada y a escondidas. Y en no pocas
ocasiones la cencerrada empezaba como un alegre cortejo haciendo ruido y
cantando coplillas por las calles de una aldea pero acababa disuelta manu
militari por la Benemérita o en el arresto municipal o ante el juez de
guardia, o peor aún, terminaba en tragedia, lo que se puede corroborar en las hemerotecas,
donde abundan las noticias de escalabrados, lesionados y hasta muertos como
resultado de una noche toledana de este tipo, con mucho alboroto, borracheras y
broncas entre el mocerío de algún pueblo de la España profunda.
Desde
antiguo los distintos códigos penales españoles han tipificado esta práctica
como falta contra el orden público y han sancionado con multa pecuniaria y
reprensión privada a «Los que promovieren o tomaren parte activa en
cencerradas u otras reuniones tumultuosas, con ofensa de alguna persona o con
perjuicio o menoscabo del sosiego público». Pero por mucho que se legislara
contra estas juergas, esa costumbre ancestral (de siglos) duró muchísimos años
en España, sobre todo en el ámbito rural, donde puede que aún perviva. En la
actualidad se puede hablar de que ha muerto por causas naturales, por lo mucho
de tradición bárbara que tenía.
En la
literatura española, sobre todo en la decimonónica, hay abundantes testimonios
de esta antigua usanza. Eugenio Noel en su libro “España nervio a nervio”, escribe: «...a pesar de la distancia, el escándalo es monstruoso y se
perciben los matices todos del aquelarre: los golpes dados con los hierros en
las latas, los silbidos pastoriles lanzados con los dedos de la boca, las
explosiones secas de los pedreros en las tablas, hondas que chascan, el
singular martilleo de las manos de los almireces, las notas de bandurrias y
guitarros, acordeones, sonajas de pandero, el pasodoble del organillo, y por
encima de todo esto, descarga de mazos de cohetes, centenares de voces humanas
que aúllan, berrean, que vomitan todo el repertorio de la chacota sangrienta y
el insulto baboso; un concierto que haría salir la vergüenza a los hocicos de
los rinocerontes e hipopótamos».
El
suceso ocurrido en Granada tuvo lugar a finales de los años cuarenta y fue
enjuiciado el 23 de octubre de 1950. Dos encausados se sentaron en el banquillo
como participantes activos en la cencerrada en que resultó muerta la mujer a la
que iba dedicada. Una muchedumbre vociferante en la que era mayoría el elemento
joven, se congregó ante la puerta de su vivienda: una cueva en la ladera del
cerro de San Miguel. No hubo boda como tal, pero sí festejo de la unión de dos
gitanos (dice la noticia que tomamos de Ideal) ya de bastante edad, que habían
decidido vivir juntos en lo sucesivo: «…a media tarde, chiquillos, mujeres y
muchachas, surgiendo de entre las pencas y las pitas y corriendo en tropel por
las veredillas, arrastrando latas y chatarra, comenzaron con el brutal
“obsequio”». La cosa pronto degeneró en pedrea generalizada contra la cueva
y alguien gritó que había que apuntar a las personas y no a las macetas, con el
resultado de que la mujer en cuyo “honor” era la bulla, María Martínez era su
nombre, resultó varias veces alcanzada y hubo de ser ingresada en el hospital
de San Juan de Dios, donde falleció dos semanas después víctima de un derrame
cerebral.
Finalmente,
sólo una de las procesadas, Ana Garrido Fajardo se llamaba, de 16 años, resultó
condenada. Fue su papel en realidad el de cabeza de turco y pagó por un hecho
en el que intervinieron muchísimas más personas que no fueron identificadas. A
ella la delató el llamativo vestido rojo que llevaba cuando los hechos. Le
cayeron dos años de prisión menor como responsable de un delito de homicidio
simple.
1 comentario:
Cada vez aprendo más cosas leyendo tus historias. Y eso que en los 50 ya era mayor y viví personalmente muchos de los acontecimientos que relatas. Pero escritos por ti tienen mucho más interés y gracia. Una vez más enhorabuena y un abrazo
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