El debut granadino en la Liga Andaluza de Reservas, el miércoles 22 de septiembre de 1971, nos deparó una victoria rojiblanca (1-2) ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Formaron por el Granada: Izcoa; Martos, Barrenechea, Lorenzo; Ochoa, Pla; Paco (Chirri), Porta, Barrios, Santos y Manolín. Todos los alineados, a excepción de Barrios y Chirri, eran suplentes en esos momentos. Por su parte el Sevilla presentó una alineación en la que hasta ocho de sus componentes habían jugado en la jornada liguera de tres días atrás, entre ellos los ex granadinistas Ramoní y Eloy. Barrenechea en propia puerta abrió el marcador para los locales y ya en la segunda parte Porta aprovechaba un rechace del guardameta contrario para igualar, y acto seguido era Barrios el que establecía el definitivo 1-2.
Cuando se juega este primer partido de la liga andaluza ya se han disputado tres jornadas de la liga oficial en las que nuestro equipo ha cosechado una victoria ante el Málaga, una derrota en San Sebastián y un empate en casa ante el Español, en el partido de debut de Aguirre Suárez. Y hablar de la Liga Andaluza de Reservas, al menos en sus primeros compases, significa hablar de Porta, porque a nadie como a él le sirvió tanto para reivindicarse esta competición. Hasta ese momento Porta no ha sido alineado ni un solo minuto en liga oficial, pero ya empieza a hacerse notar con lo suyo, que son los goles, marcando el primero de los granadinistas de esta competición regional, lo que le va a valer para debutar al domingo siguiente en Las Palmas, de donde los rojiblancos se traen un empate a dos, y una semana después estrenar titularidad y gol oficial (el primero de los que le llevarán a conseguir el Pichichi) con que derrotar en Los Cármenes al Sporting de Gijón, 1-0.
El debut en Los Cármenes de esta competición no oficial tuvo lugar el miércoles 6 de octubre de 1971. A cinco duros la General, el campo registró una entrada que casi llegó al lleno. Izcoa; Santos, Barrenechea, Lorenzo; Ochoa, Pla; Garre, Porta, Paco, Chirri (Lasa) y Manolín se enfrentaron al Huelva, por entonces en Tercera, que salió derrotado por 4-2. Si Porta hasta ese momento no tenía muy clara su presencia en el primer equipo, después de este partido acabó por convencer a los que aún dudaban de sus capacidades pues fue el autor de los cuatro goles y el mejor sobre el terreno. Especial mención merece el cuarto, un golazo en el que Porta dribló en un pañuelo hasta a tres contrarios y el portero para mandarla al fondo entre el delirio de la hinchada.
Fue una gran noche de fútbol en la que los casi veinte mil espectadores disfrutaron con los cuatro goles de Porta y con la victoria que daba un liderato que ya no abandonó el Granada hasta la finalización del campeonato. Ya antes de este partido se podían haber escuchado en alguna ocasión los gritos del granadinismo reivindicando la presencia de Porta en las alineaciones titulares, pero a partir de este día se puede hablar de un verdadero clamor de la grada, rendida ante el mejor argumento que se puede exhibir sobre el terreno, el de los goles. Goles que un Porta en estado de gracia seguía consiguiendo a pares también en los amistosos, como el que en esa misma semana se jugó en Linares, donde anotó los dos rojiblancos que dieron la victoria sobre los locales. Y ya no a pares sino nuevamente cuatro goles en el amistoso que como homenaje a Joseíto en su tierra, en Zamora, ganó el Granada 0-8 unas semanas después. Como curiosidad, en ambos amistosos jugó Ñito varios minutos de delantero, y en Zamora marcó el octavo y definitivo.
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