Un Monopoly muy peculiar con el Granada 43-44 |
En cuadro para empezar
la temporada 43-44
A menos de una
semana para el último domingo de septiembre, día señalado para el inicio del
campeonato de liga, el Granada estaba en cuadro. González, Sosa, Trompi y Floro
no habían renovado sus contratos y a la vez no se podía contar con varios
lesionados. Afortunadamente, sólo unos pocos días antes del primer partido
quedó por fin solucionado el largo tira y afloja con González, Floro y Trompi.
Por otra parte, Conde, que a petición propia había recibido la baja y se había
retirado para dedicarse a sus negocios, fue convencido para volver a vestirse
de corto porque el recién fichado para el puesto de medio centro, Melito, se
hallaba lesionado para meses. Pero tanto González como Conde llevaban más de un
mes sin entrenar y a estos dos había que sumar Marín, también sin entrenar
desde el final de la temporada anterior por una enfermedad que lo había tenido
apartado de todo. Sin embargo los tres actuaron en ese primer choque, en Los
Cármenes frente al Oviedo, que acabó con la contundente victoria del Granada
5-2. Conde no fue de los destacados, pero Marín marcó dos goles (los otros tres
fueron de Leal) y dio dos más, y González para Patria fue la figura del
partido. Definitivamente, aquellos profesionales del balón estaban hechos de
otra pasta.
Conde, convertido en un defensa más, guarda su marco ante el acoso de un delantero valencianista. González vigila la línea de gol |
La WM
Lo
que más sorprendió a los hinchas en este primer partido 43-44 fue ver a su
equipo poniendo en práctica por primera vez la WM (o “la W”, como dice Saucedo
en Patria), disposición sobre el campo que consistía básicamente en retrasar al
medio centro haciéndolo desenvolverse como un defensa más (tres defensas en
línea, con dos medios por delante en labores de contención, formaban la W; los
dos interiores retrasados y tres jugadores en punta dibujaban la M). El
nacimiento de este sistema táctico, la WM, lo más parecido al 3-4-3 que tanto
tiempo imperó en el fútbol español, se sitúa en Inglaterra en 1925 y su
inventor fue Mr. Chapman. La modificación de la norma del fuera de juego, que
de al menos tres defensores entre el último atacante y la línea de fondo pasó a
sólo dos para que no se considerara offside, convertía en muy ineficaces las
defensas de sólo dos efectivos, lo que motivó la inclusión de un tercer
defensa, retrasando al medio centro, el número 5, aunque por entonces las
camisetas de los futbolistas no lucían ningún dorsal.
La
WM a estas alturas de 1943 se puede decir que ya era antigua en Europa, pero en
España, por causa del aislamiento en que nos dejó nuestra guerra y la autarquía,
suponía toda una novedad. Como ha ocurrido con otras innovaciones futboleras,
al principio no gustó demasiado, sobre todo porque se consideraba que de esa
manera se aumentaban las precauciones defensivas y esto venía a empobrecer el
espectáculo, pero a partir de 1948 todos los clubes españoles la utilizarán sin
reservas.
Como vemos, el
míster Esteban Platko era un innovador ya que fue el primero (que sepamos) en
utilizar la WM en el fútbol español de primer nivel y se adelantó en al menos
cinco años a lo que sería común a partir de 1948, aunque para la historia del
fútbol nacional ha quedado que fue Benito Díaz, míster de la R. Sociedad, quien
en 1947 introdujo la WM en nuestro balompié.
Del tradicional 2-3-5 a la innovadora WM |
En esta
primera ocasión no recibió comentarios desfavorables la innovación de Platko, al
contrario, de las crónicas extraemos lo que escribe Saucedo, de Patria,
entusiasmado con el juego del Granada, del que dice que es muy distinto al de
las temporadas anteriores y ahora vemos a un equipo práctico, efectivo y
realizador. Fernández de Burgos en Ideal dice que el Granada ganó sin
preciosismos pero con autoridad. El único comentario no favorable lo dirigen
ambos periodistas contra la persona elegida para ser el tercer defensa, el
medio centro Conde, jugador más de proyección atacante que otra cosa y al que
hubo que sacrificar en el marcaje de un contrario, y ambos se preguntan si en
realidad dispone el Granada en su plantilla de los jugadores adecuados para un
sistema que a cambio de una mayor seguridad defensiva exige a los medios un trabajo
extra en la zona ancha.
Habría que ver
qué hubieran dicho los plumillas locales de haber sido otro el resultado del
partido contra el Oviedo, pero lo cierto es que el invento de Platko no acabó
nunca de gustar, sobre todo a la afición. No hace falta recordar que en el
fútbol los resultados hacen buenos o malos los sistemas y las tácticas. Así,
cuando pasados dos meses desde la victoria sobre el Oviedo y unas cuantas
derrotas (para ver la siguiente victoria rojiblanca esta temporada habrá que
esperar hasta la jornada 11), y el equipo esté en puestos de descenso, serán
muy fuertes las presiones que el míster granadinista recibirá para que abandone
la WM y vuelva a lo de siempre.
Esteban Platko
quiso innovar con un sistema para el que parece que el fútbol español todavía
no estaba preparado, pero sólo aguantó hasta la jornada diez. De ahí en
adelante se vio obligado a dejar de poner en práctica la WM. Fue mano de santo,
eso sí, porque a partir de ese momento el equipo empezó a ganar partidos para
completar en esta 43-44 la que fue su mejor clasificación histórica durante
veintiocho años, octavo en Primera (de 14), igualado por Marcel Domingo en la
68-69 (en una Primera de 16 equipos) y superado en la 71-72 y en la 73-74 (18
equipos en Primera) por sendos sextos puestos de Joseíto.
En cualquier
caso fue un buen estreno de esta liga el del Granada frente a las dos
anteriores de máxima categoría, que empezaron con un empate y una derrota. Tras
disputarse la primera jornada el Granada era segundo, una de las pocas veces
que ha ocurrido esto jugando en Primera División, si bien el vice liderato duró
sólo la primera jornada. En la segunda, en casa del debutante Sabadell, cayó el
Granada derrotado 2-0. Las crónicas, tanto para Patria como para Ideal, que
firma el granadino en Barcelona, Zubeldia, dicen que el trío defensivo,
Casafont, Millán González, fue lo mejor, pero que la línea media, Safont, Conde
(que actuó nuevamente retrasado), Sierra, no dio una a derechas.
El veterano árbitro Agustín Cruellas, triste protagonista del Granada 2 R. Madrid 2 |
Cruellas la lía
Para la
tercera jornada ya se pudo contar con Sosa, que también se avino a firmar.
Importante refuerzo para la media, la línea que venía actuando de forma más
deficiente. El rival era el R. Madrid, muy renovado con respecto al de la liga
anterior, la segunda peor de su historia, pero todavía lejos de ser un equipo
ganador.
Para
los dos periódicos locales el árbitro catalán Cruellas tuvo la culpa de que el
Granada no derrotara al Madrid, al anular injustamente («contra toda justicia razón y derecho», dice en titulares Saucedo en Patria) a poco del final un gol
al Granada que hubiera deshecho el 2-2 con el que acabó el choque de Los
Cármenes. Curiosamente era el mismo árbitro que en el penúltimo partido de la
liga anterior entre Granada y Madrid, pero en Chamartín, que acabó con el mismo
resultado (2-2), también anuló (mal) al Granada el gol que le hubiera dado la
victoria y con ella esquivar la promoción por la permanencia.
El Madrid,
mejor en la primera mitad, se había adelantado 0-2, pero el Granada derrochando
entusiasmo en la segunda parte consiguió empatar, y faltando cinco minutos
Aparicio cazó de cabeza un balón a la olla y marcó, pero el colegiado, situado
muy lejos de la jugada anuló un gol perfectamente limpio señalando falta al
portero Marzá. La anulación estuvo a punto de provocar un altercado de orden
público y el partido terminó entre una lluvia de almohadillas y todo tipo de objetos
y piedras. El Granada fue sancionado con 3.000 ptas. de multa por incidentes
ocurridos durante y después del partido y especialmente por el lanzamiento
masivo de almohadillas, cuando en la temporada anterior se había prohibido su
alquiler en Los Cármenes.
Nicola, autor del primero de los goles granadinistas en San Mamés |
Histórico resultado
La jornada
cuatro supuso un logro histórico, y es que por primera vez, después de cuatro
enfrentamientos anteriores, obtuvo el Granada algo distinto a una derrota en un
partido con el At. Bilbao, por entonces en lo mejor de su historia y que era en
esos momentos el vigente campeón de liga y copa. En San Mamés el Granada, de
rojiblanco, consiguió un empate a dos goles frente a un At. Bilbao con camiseta
blanca que echó mucho de menos a sus lesionados Lezama, Panizo, Zarra y Gárate.
Nuevamente sufrió el Granada la anulación injusta de un gol que hubiera dado la
victoria. En este caso el referí era Fombona, que no vio cómo el guardameta
bilbaíno Rivero sacaba de dentro de la portería el remate de Nicola que hubiera
supuesto el 0-2. Los locales siempre fueron por debajo en el marcador hasta que
faltando diez minutos consiguieron, con mucho sufrimiento y quizás con falta a
Casafont del corpulento Oceja, el definitivo 2-2. La crónica de Ideal, que
firma un periodista bilbaíno, destaca por encima de todos a Trompi, muy
aplaudido por el entendido público vasco.
Simultáneamente
al empate granadinista en Bilbao, en Los Cármenes se enfrentaron el equipo
amateur y los reservas que no habían viajado, saliendo victoriosos los primeros
por 5-0. Jugaron por los reservas: Platko (hijo del míster, que fue sustituido
por Quero); Herrera (Ros), Euskalduna; Pertíñez, Navarro, Diego; Isidro,
Sevilla, Martín, Safont y Morillas. Y por los amateurs: Martí; Camoto, Díaz;
López, Angelito, Castillo; Aguado (Caballero), Villita, Ballesteros (Aguado),
Ros (Quero) y Rodríguez. Como se ve, defensas y porteros actuaron cambiados de
equipo buscando un mayor equilibrio de fuerzas. Acudió bastante público, sobre
todo para ver a los fichajes catalanes Navarro y Martín, que defraudaron por
completo.
Esteban (o István) Platko, muy criticado por los malos resultados |
La WM muy criticada
Tras
disputarse las cuatro primeras jornadas el Granada sólo ha ganado un partido
pero es séptimo clasificado. La buena clasificación hace que todavía no se
cuestione demasiado el innovador sistema de Platko y haya cierto optimismo por
tanto de cara al siguiente choque que en Los Cármenes nos enfrentará al
Valencia. Pero los ches, que acabarían ganando la liga, se impusieron con
autoridad 1-3, sobresaliendo Ignacio Eizaguirre, que lo paró todo.
Caer derrotado
ante un grande no era demasiado traumático, así que no se le dio demasiada
importancia a la derrota. Mucho, muchísimo más escoció el 7-2 en Les Corts de
la semana siguiente a pesar de ser ante otro grande. Según la crónica de
Zubeldia el Granada fue nulo y sólo existió en la primera mitad, a cuyo fin
llegó con empate a un gol. La directiva acordó sancionar (aunque quedó en
advertencia) a los jugadores por falta de entusiasmo, cosa que ya había hecho
por su parte el míster Platko.
El Granada vapuleado en Les Corts |
Lo que ya
acabó de abrir una catarata de críticas sobre el sistema de Platko y de poner
muy nervioso a todo el mundo fue el 2-2 ante el Coruña en Los Cármenes que vino
a continuación. Las crónicas hablan de un juego de segunda y un equipo, el
rojiblanco, a la deriva, sin fondo ni
táctica ni técnica. Saucedo en Patria no se recata en cargar contra Platko, acusándolo
de mantener una táctica equivocada y contraproducente que nos llevará a segunda
división; para el plumilla la culpa es claramente del sistema que emplea Platko
porque el Granada no cuenta con los elementos apropiados para desarrollar ese
posicionamiento de los futbolistas; según Saucedo el Granada debe abandonar la
WM y la excesiva lentitud que –dice- provoca, y volver a aquel fútbol raso,
medido y exacto, y de balones rápidos y profundos a los extremos que tan buenos
resultados dio y tantos halagos cosechó de los medios nacionales. También carga
el redactor de Patria contra la directiva y sus pifias en los fichajes pues de
los nuevos sólo el portero Casafont puede ser utilizado y los demás no sirven,
a excepción de Melito, lesionado desde la pretemporada y que no va a poder
jugar hasta la segunda vuelta. Fernández de Burgos en Ideal viene a decir casi
lo mismo, pero salva de la quema a Marín, que a sus 37 años sigue siendo de lo
mejor que tiene el equipo.
En medio de
una enorme bronca de la afición y gritos casi generalizados al palco de ¡Fuera!
¡Fuera!, en una pésima segunda parte no fueron los rojiblancos capaces de
mantener la diferencia de 2-0 con que se llegó al descanso, y el Coruña se
llevó un empate.
Campo para modestos
Otro proyecto
que no pasó de ídem, aunque éste no era promovido desde el Ayuntamiento,
consistía en construir un nuevo campo de fútbol en la ciudad.
En Granada en
1943, desaparecido el campo de las Tablas y otros anteriores como el de
Cocheras y el de la Avenida de Cervantes que en la década de los veinte
pertenecieron a los prehistóricos clubes Español y España, sólo existía para la
práctica del fútbol el estadio de Los Cármenes, aparte de algunos descampados
de las afueras que no merecerían el nombre de campo de deportes, y aparte
también de los terrenos destinados a la instrucción militar de la guarnición.
Faltaba otra instalación, ésta de titularidad pública, para que los equipos
modestos locales pudieran celebrar sus competiciones, básicamente el llamado
campeonato de tercera categoría local, que venía disputándose en Los Cármenes
contando para ello con la buena disposición de su propietario, el Granada CF,
que tenía que sufrir las consecuencias del excesivo uso del terreno de juego.
La Federación
Sur por medio de su secretario, señor Lamas, estudió la posibilidad de adquirir
el popular campo de las Gayombas, al
lado mismo de la plaza de toros nueva (que no era otra cosa que un descampado
en el que se jugaba al fútbol), en Doctor Olóriz, para acotarlo y vallarlo
dotándolo de vestuarios y más servicios. Pero nada más se supo de aquel proyecto. Hasta más de veinte años después,
bien avanzados los 60, cuando se construyan los campos de la Federación y José
Carmona del Zaidín, no existirán en Granada instalaciones deportivas de
propiedad federativa al servicio de los equipos modestos granadinos.
Recorte de Patria anunciando el estreno nacional de El Escándalo |
Estreno cinematográfico nacional
A primeros de octubre de 1943 Granada es
noticia por un doble acontecimiento cinematográfico, el comienzo del rodaje del
filme “Vísperas Imperiales” y el estreno nacional de una película considerada
como de las mejores realizaciones del cine español de todas las épocas, “El
Escándalo”.
El Escándalo es
una adaptación cinematográfica de la novela del mismo título, obra del accitano
Pedro Antonio de Alarcón, con guión y dirección de José Luis Sáenz de Heredia.
Era todavía por entonces este cineasta una promesa del celuloide patrio, pero
ya había dado a la pantalla títulos tan significativos como el de su anterior
película, de sólo un año antes, Raza,
sobre la novela que quería ser autobiográfica y que con el seudónimo Jaime de
Andrade escribiera el mismísimo Franco en persona y estilográfica Parker desde
su mesa camilla del Pardo. Posteriormente Sáenz de Heredia, primo hermano de
José Antonio Primo de Rivera y a quien se le considera emblema del cine
franquista, se convertirá en el director más importante de la cinematografía
española y en 1954 dirigirá “Todo es posible en Granada”, acuñando de paso la
conocidísima frase, afortunado slogan que ha llevado y sigue llevando el nombre
de Granada a todos los rincones del mundo.
El Escándalo era una superproducción
hispana realizada con generoso presupuesto y con el propósito de que el
producto final resultara exportable fuera de nuestras fronteras, o sea, «para
asomarse al mundo y empezar a conquistar mercados», como el propio Sáenz de
Heredia declaró en entrevista para el diario Patria unos días antes desde la
terraza del hotel Alhambra Palace, donde se hospedaba en compañía de los
primeros actores, venidos a nuestra tierra para asistir al estreno. En la
película se narra la historia de Fabián Conde (Armando Calvo), un don Juan
empedernido que finalmente se redime al conocer el amor puro y verdadero.
Carteleras de las películas El Escándalo y El Doncel de la Reina |
La película se estrenó en función de gala
en Granada el 6 de octubre de 1943, en el desaparecido Coliseo Olympia, antes
que en Madrid o cualquier otra ciudad española por deseo de sus realizadores,
por tratarse de una las novelas más celebradas del granadino Pedro Antonio de
Alarcón, y resultó un rotundo éxito, hasta el punto de que a día de hoy se la
sigue considerando como un filme de gran calidad y de imprescindible cita en la
historia de la cinematografía española. Varias veces durante la función se
escucharon aplausos de la concurrencia encopetada y la palabra “Fin” fue acompañada
por una cerrada ovación de varios minutos.
Algunos de los actores del reparto de la
película El Escándalo, como Manuel
Luna, se quedaron en Granada después del estreno por figurar en el elenco de
otra película que empezaba a rodarse en nuestra tierra y que iba a llamarse
“Vísperas Imperiales”, melodrama histórico sobre la toma de Granada por los
Reyes Católicos y el descubrimiento de América, película enmarcable dentro del
cine patriótico tan en boga en aquella época autárquica de exaltación de las virtudes
de la raza (cine de fazaña o celuloide de
cartón-piedra y de epopeyas nacional-católicas, se le ha denominado por
algún crítico). Su director era Eusebio Fernández Ardavín, que acababa de estrenar en Madrid otra
película rodada en Granada y con música del paisano maestro Francisco Alonso:
“Forja de Almas”, que trata sobre la obra avemariana de Andrés Manjón, que no llegaría
a Granada hasta primeros de diciembre de este mismo año 1943. La producción cuyo
rodaje comenzaba, “Vísperas Imperiales”, estaba llamada también a sobresalir en
el cine español de la época, pero lo cierto es que, parece ser que por
problemas con la sacrosanta censura, la película no se estrenó hasta 1946, tres
años después, muy mutilada, clasificada en segunda categoría y con otro nombre
comercial: “El doncel de la Reina”, que pasó por las carteleras con bastante
más pena que gloria.
La locomotora Baldwin de Guadix |
Tragedia ferroviaria en Gobernador
A mediados del mismo mes de octubre vuelve
Granada a figurar en los titulares de la prensa nacional, pero en este caso por
ser escenario de una tragedia ferroviaria. Un tren correo que proveniente de
Linares-Baeza se dirigía a Almería descarriló entre las estaciones de Pedro
Martínez y Moreda, término municipal de Gobernador. La rotura de un tramo de
rail de unos dos metros provocó que los tres vagones de tercera clase que llevaba
el convoy, acabaran destrozados en el fondo de un barranco de unos treinta metros
de profundidad, con el resultado de veinte personas muertas y más de cien
heridas, que fueron evacuadas al hospital de San Juan de Dios de la capital.
Los accidentes ferroviarios con numerosos
heridos y víctimas mortales, tristemente, no eran noticia en los primeros años
de la posguerra. Y no lo eran por tratarse de algo casi cotidiano, con aquellas
infraestructuras muy precarias y máquinas asmáticas y propensas a mil averías, y
con aquellos vagones de madera casi para el desguace que conformaban el parque ferroviario
español por entonces. Prácticamente en el mismo lugar de este siniestro
ferroviario y por la misma causa pero tres años después, en 1946, ocurrió un
nuevo desastre saldado también con abundantes heridos (más de cincuenta, dice
la prensa, entre ellos Juan Diego Pérez de Haro, a la sazón ex presidente del
Granada CF). Pero es que a menudo tampoco eran noticia estas desgracias en un
sentido literal, porque la prensa controlada de cerca por la sempiterna censura
no informaba de las catástrofes o lo hacía de forma sesgada y quitando mucha
sangre (dicho aquí con toda propiedad) a la noticia, no fuéramos a pensar que
no lo era tanto la feliz España de Franco que pintaban los controlados medios. Además,
por la abundancia de partidas de maquis dispersos por buena parte del
territorio nacional, varios de los siniestros ferroviarios de aquellos años
fueron atribuidos a atentados llevados a cabo por los huidos al monte y ésta sí
que era ya una cuestión que los diarios ni mencionaban.
No es el caso del accidente de Gobernador,
sobre el que también sobrevoló la sospecha de un posible atentado de los
maquis, pero nada se confirmó, o al menos nada se puede leer en ese sentido. No
se puede hablar de oscurantismo en cuanto al trato de la información relativa
al accidente de Gobernador y sus víctimas, cuyos nombres y apellidos, estado de
salud y lugar de internamiento aparecieron los siguientes días en la prensa
local.
La mayoría de las víctimas mortales fueron
enterradas en el cementerio de Gobernador, con presencia del ídem de la
provincia, camarada Pizarro Cenjor.
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