EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 15 de marzo de 2018

EL ALA JAMÓN

 Marín-Trompi, un “ala jamón”

  
Fin de la mala racha
Jugadas las diez primeras jornadas de la liga 43-44 y faltando sólo tres para terminar la primera vuelta, el Granada, que sólo había ganado un partido, el primero frente al Oviedo, ocupaba plaza de descenso directo a segunda. Los malos resultados habían traído la dimisión del presidente Martín Campos, sustituido por Antonio Becerra, y también la importante modificación del sistema de juego puesto en práctica por el entrenador Esteban Platko, que quiso ensayar algo diferente -la WM- pero se vio obligado a deshacer su intento de modernización y volver a lo tradicional (en aquellos momentos, desarrollar la WM suponía toda una innovación en el fútbol español). No era, desde luego, muy halagüeño el panorama granadinista a primeros de diciembre, pero a partir de la jornada 11 el Granada pondrá fin a la peor racha de toda la temporada (sólo tres puntos de 18 posibles y nueve partidos seguidos sin ganar) y va a encadenar tres victorias consecutivas, dos de ellas a domicilio, que van a aclarar bastante la situación y a devolver la sonrisa al granadinismo.
La primera de las tres fue en el Sequiol de Castellón, de donde nos trajimos un 0-2 en un sensacional partido de los rojiblancos (según Marín, el mejor desde que el Granada estaba en Primera) y con un Trompi, en un gran momento de forma, nuevamente como artista del regate, del malabarismo y de la asistencia al compañero mejor situado.
La principal novedad en la alineación rojiblanca en Castellón fue la vuelta de Floro, sustituyendo a Casafont, que había jugado todos los partidos desde que empezó la liga pero que en el anterior fue señalado como responsable de al menos dos de los tres goles del At. Aviación; Floro, será ya titular en todo lo que queda de temporada, tanto en liga como en copa, y el joven portero catalán Casafont, pese a que comenzaba a adquirir cierta nombradía y del que se había rumoreado que estaba a punto de fichar por el Sevilla, ya no volverá a jugar en el Granada en partido oficial hasta dos temporadas después, siendo en el intervalo cedido primero al Betis y después al Ceuta, ambos de segunda, mientras hacía la mili.  

Floro recuperó la titularidad en la jornada 11 y ya no la abandonó

Victoria ante el Español con el matasuegras de Fernández de Burgos
La jornada siguiente, penúltima de la primera vuelta, confirmó el buen momento rojiblanco. Una goleada por 4-0 fue lo que se llevó el Español de su visita a Los Cármenes, importante victoria porque el Español era un rival directo en la lucha por escapar de la quema, de manera que los dos puntos, que llegaban justo antes del parón navideño, sirvieron para abandonar los puestos de descenso directo y subir hasta el 11º.
Saucedo, para Patria, radiante de felicidad, celebra en su crónica que el Granada haya abandonado aquel sistema defensivo (la WM), pobre y atropellado, y que no le iba, y haya vuelto al juego alegre y de pase corto que fue el característico de sus mejores momentos. Fernández de Burgos, para Ideal, dice que el sistema reservón del tercer defensa ha fracasado absolutamente en el Granada, y se congratula de que se vuelva a la improvisación frente al encorsetamiento que significaba la forma de jugar anterior; para el plumilla es mejor la ausencia de táctica preconcebida y de esa manera los futbolistas se dejen llevar de la inspiración del momento y se lancen a la ofensiva o se replieguen a defender en masa; es lo que Fernández de Burgos denomina sistema del “matasuegras”.


                                                                            Recorte de Ideal acerca del 4-0 al Español
  


Marín-Trompi,
el “ala jamón”
Pasada la Navidad, el Granada tenía dos desplazamientos seguidos, a Vigo, con visita al colista Celta en el último partido de la primera ronda, y a Oviedo, clasificado en la zona media. Las infraestructuras ferroviarias españolas en estos primeros cuarenta seguían en muy precario estado y un desplazamiento a la otra esquina de España podía durar dos días con sus noches en el mejor de los casos, así que la expedición rojiblanca partió para tierras gallegas y se despidió hasta pasados dos domingos, ya que desde Vigo, en lugar de regresar a Granada, se trasladaría el equipo a Asturias, con parada intermedia en Ponferrada para jugar un amistoso y con lo recaudado por el bolo sufragar el coste del desplazamiento y los muchos días de estancia en tierras bercianas.
                El primero de los compromisos se saldó con una nueva victoria 0-1, la tercera de la buena racha, en Balaídos, en partido jugado el 2 de enero de 1944, casi a la vez que en Granada el dimitido Ricardo Martín Campos, como teniente de alcalde, portaba el Pendón en la tradicional procesión cívico-religiosa de la Toma. En Vigo, con presencia como delegado federativo solicitado por el Granada (así como jueces de línea neutrales) del secretario general de la Federación Española, Sánchez Ocaña, el único gol del partido fue de sombreros, en jugada individual de Aparicio, que dribló en un pañuelo a varios contrarios. Pero los verdaderos triunfadores fueron dos granadinistas en su mejor momento, el ala derecha que formaban Marín y Trompi. En el diario Pueblo se publicó lo siguiente sobre la victoria rojiblanca en Vigo: «Aquí, en Madrid, recordamos con frecuencia a los chicos de Los Cármenes. ¡Pensar que les hicimos el regalo de Marín y Trompi! Un ala derecha “jamón”». Por su parte, el ex seleccionador nacional Eduardo Teus, en su colaboración periodística semanal dijo de ellos que eran una pareja que borda el fútbol.
Era la tercera victoria consecutiva, las tres sobre rivales directos y sin encajar un solo gol, y de esta forma el Granada conseguía situarse noveno, tres puntos por encima de los puestos de descenso, y distanciar al colista Celta a seis puntos.    

El Granada 43-44 en otra colección de cromos

 
 
El Granada sano y salvo
Como queda dicho, las infraestructuras ferroviarias españolas de la primera posguerra dejaban mucho que desear y, aunque pasadas por el tamiz de la censura, eran frecuentes las noticias de accidentes ferroviarios. Unos días antes del viaje del Granada a tierras gallegas y asturianas había ocurrido en el pueblo almeriense de Fiñana un choque de trenes de mercancías que se saldó con una decena de muertos. Y al día siguiente de la victoria granadinista en Vigo, 3 de enero de 1944, ocurría la que a día de hoy sigue siendo la mayor tragedia del ferrocarril español (y según algunas fuentes, la tercera peor del mundo), el choque de trenes en el interior de un túnel (el Túnel 20) en Torre del Bierzo, León, que provocó un enorme incendio en el que se estima que murieron varios cientos de pasajeros de uno de los convoys accidentados, el expreso Madrid-La Coruña, formado entero con vagones de madera, aunque oficialmente la cifra de fallecidos se quedó en 83, más 64 heridos. El bestial choque y posterior incendio se debió a que el expreso Madrid-La Coruña, que acumulaba ya un retraso de más de dos horas, por falta de adecuado mantenimiento de un material ferroviario ya de por sí obsoleto, perdió los frenos en una pronunciada pendiente justo antes de llegar a la estación de Torre del Bierzo y fue a estrellarse con otro tren que maniobraba dentro del llamado túnel 20. La cifra exacta de fallecidos nunca se supo y se habla de entre 500 y 800. Sí que se sabe que el correo expreso viajaba abarrotado, cerca de mil personas, con pasajeros en los pasillos y en las plataformas exteriores ya que eran fechas navideñas, aunque parece más cercano a la realidad el  número de algo más de trescientas víctimas mortales.
                La gran tragedia ferroviaria tuvo su repercusión entre el futbolerismo local dado que se sabía que el Granada desde Vigo viajaría a una localidad muy cercana al lugar del siniestro, Ponferrada, la capital de la región del Bierzo, donde tenía concertado jugar un amistoso antes de comparecer en Oviedo para disputar la primera jornada de la segunda vuelta. Así, en primera instancia, surgió la duda de si la expedición rojiblanca podía ir a bordo de uno de los trenes siniestrados, como se supo que le había ocurrido al modesto Betanzos, que perdió a dos de sus jugadores en el accidente y varios más resultaron heridos. Pero Patria tranquilizó a la hinchada el 6 de enero al publicar la noticia de que el Granada había viajado a Ponferrada en otro tren y allí se encontraban todos sanos y salvos. En Ponferrada el día de Reyes el Granada venció al equipo local, de Tercera División, por 2-9.

Aparicio, autor en Balaídos de un gol de sombreros que servía para alejar el descenso 


 
En Oviedo se quebró la buena racha
            Desde Ponferrada nuestro equipo se desplazó a Oviedo para disputar en Buenavista el primer partido de la segunda vuelta. De la llegada a la capital asturiana informa Patria en crónica que firma Antonio Crovetto, periodista granadino al servicio del diario ovetense La Nueva España. En la reseña se duele el plumilla de que Conde, como capitán, se negó a estrechar su mano, resentido porque en la temporada anterior su crónica del partido Oviedo-Granada fue inadmisible, según Conde (en su crónica venía a decir Crovetto que no le había gustado el Granada y que en años anteriores había dado mejor imagen). Por su parte, el míster Platko, continúa doliéndose el periodista granadino-asturiano, quiso tomarle el pelo –dice- y al preguntarle por el once que jugaría al día siguiente le contestó con una alineación que en nada se parecía a la que tenía en mente, una alineación formada por Casafont, Euskalduna y otros que ni siquiera habían viajado con el equipo. La descortesía del míster Platko molestó al gremio de la prensa asturiana, que se lo recriminó en una nota oficial.
                En Oviedo, frente a otro rival directo, se cortó la buena racha del Granada y salimos derrotados 2-0 en un partido sin demasiada historia en el que defensa y media sobresalieron, no así la delantera. A pesar de la derrota siguió el Granada ocupando el noveno puesto de la tabla (posición que ocupará ya ininterrumpidamente hasta la antepenúltima jornada) y su distancia de tres puntos sobre el descenso directo.
Cuando partía el equipo de la estación ovetense fue a despedirlo el ex granadinista Bachiller, enrolado en el Gijón, de segunda, donde parece que no le iban demasiado bien las cosas. También estuvo en esa despedida el plumilla Crovetto, quedando olvidado con un apretón de manos el contencioso que con Conde existía.

 Antonio Conde Aja

 
Fontana por Pizarro
En enero de 1944 hay relevo en el Gobierno Civil y Jefatura Provincial del Movimiento de Granada. El camarada Fontana Tarrats sustituye al camarada Pizarro Cenjor. Presencia el acto de toma de posesión en la casa de Falange el camarada Sancho Dávila.
                Éste último, el aristócrata Sancho Dávila, legitimista opositor de Hedilla, primo y pasante de José Antonio Primo de Rivera, a quien aspiraba suceder, falangista del ala dura cuyo mayor “mérito” era haber dirigido a las órdenes de Queipo de Llano las brutales campañas de represión contra los desafectos al Movimiento en la retaguardia andaluza (y a quien muchos años después el cantaor Miguel de Molina señaló como uno de sus agresores en noviembre de 1939, por maricón), recientemente había sido aparcado en el cargo de Delegado Nacional de Provincias de la cosa de los 27 puntos (no precisamente de sutura), en calidad del cual había viajado ex profeso desde Madrid para apadrinar el acto de toma de posesión del nuevo gobernador civil. Sancho Dávila casi estaba estrenando su nueva sinecura con la que el Movimiento le agradecía los servicios prestados y al mismo tiempo lo apartaba de la política de primera fila relegándolo a un cargo burocrático como el de delegado de Provincias de FET de las JONS, lejos de la dirección y adoctrinamiento en los valores falangistas que había venido ejerciendo en su cargo anterior de delegado de la Organización Juvenil. Y es que los vientos que llegaban de Europa indicaban claramente que la que parecía invencible Alemania iba a ser derrotada y aniquilada en un corto plazo de tiempo, así que convenía al Régimen (es decir, a Franco) ir descabezando de los primeros puestos a todos los que se habían distinguido en sus furibundos amores hacia el Eje. En los años cincuenta disfrutará Sancho Dávila de otra sinecura como la de presidente de la Real Federación Española de Fútbol.

Sancho Dávila y Fontana Tarrats con Pizarro Cenjor saludando a la romana

El muy alto (1,90) José María Fontana Tarrats, de 32 años, catalán de Reus, iniciaba así su mandato como primera autoridad provincial. Estamos ante uno de los gobernadores civiles que más impronta dejaron en Granada. Su antecesor en el cargo, Pizarro Cenjor, un militar, se había preocupado durante sus tres años de mandato casi exclusivamente de la preservación del orden público y la lucha contra la guerrilla, por el contrario, Fontana, licenciado en Derecho y experto economista político, muy imbuido  del credo joseantoniano de primera hora, enseguida se involucrará en los problemas sociales y económicos de la provincia y así, de su paso por el palacete de Gran Vía también quedará huella en el ámbito del deporte. A su gestión hay que agradecer gran parte del hecho de que al poco tiempo de su llegada se dispusiera en Granada de unas modernas instalaciones deportivas que ya venía demandando la ciudad, como fueron las del Estadio de la Juventud. También sus gestiones dieron como resultado la realización de la proyectada y siempre postergada prolongación del tranvía de la Sierra hasta el Barranco de San Juan y la reconstrucción del albergue de la Sociedad Sierra Nevada en los llanos de Otero, destrozado durante la Guerra Civil. Además, en 1945 sería nombrado presidente de honor del Granada CF, al que ayudó como máxima autoridad provincial en momentos comprometidos para la continuidad del club.
El nuevo gobernador civil se alojará unos meses en el hotel Alhambra Palace, hasta que en marzo de 1944 estén listas las reformas de la nueva sede del Gobierno Civil, en el palacio de la Gran Vía que fue de los Müller, abandonando el caserón de la calle Duquesa, que servirá para ampliar las instalaciones de la Universidad.
Rara avis con camisa azul podríamos decir que fue Fontana. Era, antes que nada, un intelectual, autor de innumerables artículos de prensa y de varios ensayos políticos en los que exponía ciertas tesis que quizás puedan parecer chocantes por venir de un falangista convencido, por ejemplo, su defensa del federalismo como forma de organización del estado (¡¡¡en la españaunagrandelibre de Franco!!!) y la conveniencia de una doble capitalidad Madrid-Barcelona, como posibles soluciones al problema, siempre latente, del separatismo. Por sorprendente que resulte, mantener estas tesis, lejos de causarle algún problema le valieron el Premio Nacional de Literatura Francisco Franco en 1968.

 Abel en tierra de Caín, Premio Nacional de Literatura Francisco Franco

Cuando llegó a Granada era muy joven y ninguno de sus ensayos había sido publicado todavía, pero ya se había estrenado como articulista en Destino, revista falangista de la que fue uno de sus fundadores en 1937, y en la prensa local de Tarragona, y en nuestra tierra también cultivó su vena literaria con numerosos artículos de opinión que firmaba con el seudónimo “Juan Darro” y que insertaban los dos diarios granadinos. Lo que exponía en estos artículos, siempre muy subidos de tono azul mahón («Justicia Social dentro del orden»), parece ser que incomodaba a ciertos pesos pesados de la política y las instituciones locales, léase alcalde y rector magnífico, que casi desde primera hora mantuvieron una enemistad más o menos larvada con el nuevo gobernador civil. Eso unido a la política reformista que Fontana intentó llevar a cabo en sus tres años y medio granadinos (una política que propugnaba un cambio radical en las estructuras económicas y sociales, atacando en su raíz aquello que lastraba la economía provincial, incluida la estructura de la propiedad agraria) con el fin de sacar a la provincia de Granada del estado de postración en que se hallaba en lo económico, una política -la de Fontana- muy dentro de los cánones de la ortodoxia nacionalsindicalista pero que chirriaba (por eso mismo, por joseantoniana) en las mentalidades de las fuerzas vivas granatensis más inmovilistas, que  consideraban a Fontana poco menos que un bolchevique.
Hasta junio de 1947 se le toleraron sus “cosas” y su independencia de carácter, que le hacía aparecer más cercano del pueblo llano que de los poderes fácticos penibéticos. En esa fecha fue destituido y después apartado de la política activa.

 José María Fontana Tarrats

 
Nueva calle en La Manigua
La calle Ángel Ganivet, la primera que se abrió sobre los solares del desaparecido barrio chino o rojo de Granada que fue la Manigua, ya se llamaba oficialmente así, Ganivet, aunque la mayoría de la gente la conocía por calle Nueva. Unos meses después de la apertura y bautizo de esta calle principal, a primeros de 1944, empieza a perfilarse la segunda nueva calle del céntrico emplazamiento, una calle en escalera y que conecta plaza del Carmen con Ganivet. Se trata de la antigua calle Paso y Delgado, que antes del derribo de la Manigua enlazaba la plaza del Carmen con la Acera del Casino y Puerta Real. En la actualidad esta calle presenta la peculiaridad de tener dos nombres oficiales, con sus dos placas de cerámica correspondientes, ambas enfrentadas: en la esquina con la plaza del ayuntamiento, a la derecha, sobre la fachada de lo que fue el Club Taurino, se lee Paso y Delgado, y a la izquierda, justo enfrente, vemos otra placa, más moderna, donde se lee Escudo del Carmen.                         
                La noticia se inserta en la sección La Calle, que con regularidad venía apareciendo sin firma en la última página de Ideal. El reportero da cuenta del nacimiento de la nueva calle y al mismo tiempo carga las tintas en lo que le parece muy oportuna reforma del corazón mismo de Granada, aconsejando a los usuarios de la nueva vía que la desciendan rápidamente hacia Ganivet, y más rápidos aún, por razones higiénicas, «…sin mirar al frente y mucho menos a la izquierda, se lancen a Puerta Real…», y es que los derribos han dejado a la vista cosas que antes estaban ocultas y que es mejor no ver, «…se ha creado un foco pestilente-en todos los aspectos- en los solares que antes recataban de la mirada pública las tapias erigidas para la inauguración oficial de la nueva vía».


                                                                 Maqueta de cómo quedará la antigua Manigua
    

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