El chiste de Miranda (todavía sin mosca ni gato), publicado en Ideal de 12 de diciembre de 1933, se refiere al partido que dos días antes se jugó en Málaga. En la jornada dos del cortísimo calendario del grupo 6º de tercera división, subdivisión B (formado sólo por Recreativo, Malacitano y Jerez por renuncia del Ath. Almería, que se pasó al grupo levantino), el Recreativo se impuso 1-2 al Malacitano con dos goles de Calderón en un partido que inauguraba la larga rivalidad de nuestro equipo con el de la vecina ciudad y que, a tono con el tiempo en que se disputó, estuvo plagado de incidentes y acciones violentas.
Un día antes, el 9 de diciembre, había comenzado en gran parte del país una huelga revolucionaria en protesta por la victoria electoral de las derechas a mediados de noviembre, y en ese contexto ocurrieron en Granada unos gravísimos sucesos que se tradujeron en la quema del convento de las Tomasas y de la iglesia de San Luis (de ésta quedaron sólo las paredes), y la voladura por bomba del canal de la central eléctrica de Pinos-Genil, además de tiroteos con la fuerza pública por todo el barrio del Albaicín y explosión de petardos con daños menores a otros templos y a viviendas.
En el campo de los Baños del Carmen no hubo incendios ni bombas, pero sí que hubo bofetadas y paraguazos a discreción para los granadinos presentes y también para el árbitro sevillano Gutiérrez, y el más perjudicado fue el directivo-contador y delegado recreativista, Paco Cristiá, que estuvo a punto de ser linchado por una horda de beniurriagueles malacitanos y encima, previo paso por la casa de socorro donde fue atendido de numerosas magulladuras, fue detenido y conducido a comisaría como instigador de lo ocurrido.
La rivalidad malagueño-granadina era un hecho desde varios años antes, al menos desde que a mediados de la década de los veinte se enfrentara el club granadino R. Español al Malagueño y al Málaga FC en disputa de un trofeo menor de carácter regional, antes de la creación del Campeonato Nacional de Liga en 1928. La fusión de Malagueño y Málaga en 1933, apenas dos meses antes de este partido, dio lugar a la fundación del Malacitano (después CD Málaga), por lo que ésta era la primera vez en la historia en que se enfrentaba a nuestro Recreativo. A la vez, este encuentro inaugura la tradición de los Málaga-Granada guerreros, que abundarán en años posteriores.
De cualquier manera, es afortunado el debut del Recreativo en la inauguración de los derbis frente a su rival por excelencia. Con los dos puntos más los de su victoria anterior sobre el Jerez era en ese momento líder de su grupo, posición en la que terminaría dos jornadas después, en el campeonato de liga más corto de su historia, ganándose el derecho a luchar por el ascenso a Segunda. Es un Recreativo en el que jugaron tres granadinos (Herranz, Juanele Castillo y Aguileño) del total de ya sólo seis que quedaban en su plantilla (estaban también Bombillar y los dos hermanos Carmona, Pepe y Paquito) y en el que debutaba el fichaje del importante refuerzo que fue “Telera” Luque, que a partir de ese momento será fijo en las alineaciones recreativistas en ésta y en las dos siguientes temporadas.
En su tercer año de vida, el Recreativo ya poco se parece al que en 1931 se fundó modestamente. En dos años ha vivido dos ascensos y milita por primera vez en categoría nacional. El entrenador que dirige desde el banquillo sus partidos, el sevillano Antonio Rey, ha sevillanizado bastante el equipo con el fichaje de Telera y antes los de Carrera, Gomar y sobre todo el meta Tabales, uno de los triunfadores de Málaga. La directiva que preside Gabriel Morcillo está decidida a llevar al Recreativo cuanto antes a las máximas cotas.
De las hemerotecas extraemos con frecuencia noticias a caballo entre lo deportivo y la crónica de sucesos cuando reseñan los partidos del Recreativo (del Granada CF) en sus primeros años de existencia. Con el telón de fondo de los mil actos revolucionarios e intentonas militares contra la República que nació simultáneamente a nuestro club, puesta la convivencia contra las cuerdas tanto por la derecha como por la izquierda, a tono con el contexto histórico en que se dan, abundan los partidos recreativistas que acabaron como el rosario de la aurora y con la intervención de la fuerza pública repartiendo mamporros a diestro y siniestro. En el partido del Recreativo en los Baños del Carmen, la “batalla de Málaga”, hubo estacazos por doquier, pero no más ni más graves que otros varios de los que jugó el Recreativo Granada en sus primeros y republicanos años de existencia. Y es que esta época es pródiga en lo que hemos dado en llamar “matchs bélicos”, como los de temporadas anteriores frente a Accitana, Linares o Antequera, o los que se avecinan frente al propio Malacitano, o los de Jerez, Gimnástico de Valencia y Murcia.
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