El próximo compromiso rojiblanco nos lleva a Córdoba, a jugar un partido con sabor antiguo, como aquellos de otras épocas mejores para los dos contendientes, en tiempos de trenes “botijo” y tortilla en la fiambrera y fuertes contingentes de hinchas granadinistas desplazados.
Como el que en 1967, día de San José y Domingo de Ramos de tiempo espléndido, enfrentaba en el viejo Arcángel por primera vez como equipos de máxima categoría a blanquiverdes y rojiblancos. Con los graderíos abarrotados el Córdoba de Marcel Domingo alineó a: García; Rafaelín, Navarro, López; Simonet, Martí; Luis Costa, Alfonso, Riera, Juanín y Jara. Y el Granada de Ignacio Eizaguirre formó con: Ñito; Tinas, Datzira, Lorenzo; Santos, Sande; Lara, Almagro, Miguel, Eloy y Flores. A falta de seis jornadas para terminar la liga los cordobeses marchaban en la mitad de la tabla y no veían peligrar la permanencia en Primera a pesar de arrastrar dos negativos mientras que el Granada era el tercero por la cola, en puesto de promoción, con seis negativos y a sólo tres puntos del descenso directo.
Según las crónicas, no iban ni cinco minutos disputados cuando en una jugada en el área cordobesista en la que se pidió penalti, un espectador, uno de los aproximadamente seis mil granadinos desplazados, saltó al terreno y agredió y derribó al colegiado internacional Gardeazábal, que fue defendido por uno de sus auxiliares hasta que al energúmeno se lo llevó detenido la Policía Armada. Fue la única nota negativa en un partido jugado a bastante buen ritmo y en el que predominó la corrección en el terreno y en las gradas. Se adelantaron los locales con gol de Riera pero empataron los rojiblancos por medio de aquel gran interior, el armillero Eloy Matute, uno de los mejores productos de nuestra cantera. Antes del descanso volvieron a adelantarse los cordobesistas con un segundo gol de Juanín. En la segunda parte el Granada se puede decir que jugó con dos menos por las lesiones de Rafa Almagro y Miguel, pero este último, lesionado y todo como estaba, consiguió el empate a dos de magnífico cabezazo en un córner. Con ese resultado acabó el choque. La victoria de una semana antes frente al Valencia más este empate, más la victoria a la jornada siguiente frente al At. Madrid mejoraron bastante la situación del Granada, pero no se pudo evitar finalmente la promoción en la que un Betis superior nos mandó de nuevo a Segunda casi al año justo del ascenso de Málaga.
Ésta de la 66-67 fue la primera de las tres veces en las que el Granada ha visitado al Córdoba CF como equipo de máxima categoría. También lo ha hecho en otras cuatro como equipo de Segunda y tres más en Copa. Pero el grueso de los enfrentamientos entre cordobeses y granadinistas se da en la categoría de 2ª B, con trece visitas granadinas al Arcángel. Aparte hay otras diez ocasiones (entre 1935 y 1953) en que los nuestros jugaron en Córdoba, pero fue contra el Racing de Córdoba (posteriormente llamado CD Córdoba), club antecesor del actual, más otras dos veces para jugar contra otros clubes cordobeses que tampoco existen ya, el Córdoba FC y el Ferroviaria, que datan de la temporada 32-33. Entre unas cosas y otras la historia registra hasta 35 partidos de los nuestros a orillas del Guadalquivir, y son casi la mitad, dieciséis, las veces que el Granada no se vino de vacío.
El mayor triunfo granadinista en El Arcángel es de la temporada 96-97, 15 de diciembre de 1996, jornada 16 del grupo cuarto de 2ª B, con el resultado Córdoba 0 Granada 3. El Córdoba jugó con: Viña, Ortega, Javier Prieto, Juanito, Dani, Puche, Barajas (Moreno 18’), Gallego (Torres 46’), Loreto, Algar y Quero. Y el Granada de Lucas Alcaraz: Ignacio, Santi (Hilario 88’), Antonio, Matxón, Lucio, Torres, Roberto Valverde, Edu García, Roberto Martínez (Berruezo 80’), Molina (Germán 82’) y Pascual. ABC titula su crónica «El Granada pasó en El Arcángel como una apisonadora sobre el equipo cordobés». A los diez minutos ya ganaban los nuestros 0-2 con goles de Roberto Martínez y Torres, y en la segunda parte nuevamente Roberto Martínez hacía gol estableciendo el definitivo 0-3. Fue un partido completo de los rojiblancos que incluso pudieron haber conseguido una victoria todavía más amplia.
Este partido tuvo también la nota para el recuerdo, trágico en este caso, de que pudo acabar muy mal porque faltando poco para el final el pundonoroso defensa Santi Martínez Ramos sufrió traumatismo craneoencefálico y quedó con la lengua obstruyéndole la faringe cuando su cabeza impactó con la de su rocoso compañero Matxón en un choque fortuito. La rápida intervención del fisio cordobés José Anguita evitó males mayores, pero la expedición granadinista regresó de Córdoba sin Santi, que quedó ingresado en el hospital Reina Sofía.