Retirada del Maghreb de Tánger
A primeros de 1952, concretamente el
5 de enero, el equipo del grupo VI de tercera y, por tanto, rival del
Recreativo, el Maghreb de Tánger, decidió retirarse de la competición para
pasar a integrarse en la liga marroquí de la zona francesa, de este modo el
grupo quedó compuesto por solo 15 equipos y fueron anulados federativamente
todos los resultados de los partidos ya jugados por los tangerinos. En el caso
concreto de nuestro equipo no supuso la retirada perjuicio alguno porque el
Recreativo sólo se había enfrentado al club magrebí en la jornada 4, en Tánger,
de donde salió derrotado 4-1.
En el momento de su retirada, tras
jugarse la jornada 16, marchaba el club marroquí en el puesto 11º y había
ganado seis encuentros y empatado uno. Además de la anulación de todos los resultados
de los partidos ya disputados. también dispuso la Federación la obligación del club
retirado de indemnizar a todos aquellos equipos que aún no había visitado,
entre ellos el Recreativo.
Derrota en Alcoy. Las alegrías las proporciona el filial, que derrotó al
Cádiz
De Alcoy, jornada 17 jugada el día de
Reyes, el Granada no pudo traerse nada positivo, 1-0 cayó nuevamente derrotado.
El Alcoyano, tras jugar en primera la temporada anterior de la mano del míster
granadinista Espada, estuvo toda la liga entre los primeros clasificados y
acabó en la tercera posición, jugando liguilla de ascenso sin resultado. El
Granada, que recuperó al lesionado Ibáñez y situó a Mas en la media, en El
Collao realizó un buen trabajo defensivo y pudo muy bien haberse traído al
menos un punto, pero sus delanteros fallaron clamorosas ocasiones de gol. Con
la derrota bajamos al 11º, ya muy lejos de los puestos de permanencia, aunque
sólo a un punto del 10º (8º, 9º y 10º jugaban promoción de permanencia).
La mejor noticia futbolera de esta
ornada 17 la proporcionó el Recreativo, que venció 1-0 en Los Cármenes al
gallito Cádiz, segundo en la clasificación y claro aspirante al salto de
categoría, cosa que no conseguiría al acabar la liga en el cuarto puesto. Venía
como entrenador el viejo conocido de la afición Camilo Liz. Con sólo diez
hombres aprovechables por lesión de Guerrero, el Recreativo ofreció un partido
vibrante en el que todos se vaciaron y ésa fue su mejor arma, el entusiasmo y
el trabajo sin reserva y el juego práctico sin concesiones a la galería. Santi
fue el mejor y el único gol llegó a rechace del portero cadista de un disparo
lejano del defensa que el siempre oportunista Rafa convirtió desde cerca. Los
dos puntos dieron además para subir otro puesto superando al Utrera además de
al Larache en la clasificación y dejar al Recreativo 12º o tercero por la cola,
teniendo en cuenta que a partir de esta jornada el grupo lo integraban sólo 15
equipos por retirada del Maghreb de Tánger.
El jugador más destacado del partido
del Recreativo, como queda dicho, fue el defensa Santi. Precisamente este
jugador, al día siguiente del choque, en un bar de la calle Navas (Casa Luis) y
ante algunos compañeros, manifestó que en la previa, la noche del sábado, había
sido objeto de una proposición por parte de un jugador del Cádiz, antiguo
compañero suyo en el Tomelloso, consistente en que a cambio de una suma de
dinero observara cierta conducta pasiva durante el enfrentamiento con los
amarillos. Posteriormente se supo que también el entrenador Manolo Ibáñez había
sido abordado por un desconocido en las inmediaciones de su domicilio,
recibiendo una propuesta en el mismo sentido que la que denunció el defensa
Santi. De todo informa Ideal en su edición del martes. Que sepamos, la cosa no
tuvo mayor trascendencia.
Buena victoria frente al Mestalla. El Recreativo derrotado por el líder
Jaén
Llegó la jornada 18 en la que el
Granada se encontraba sin directiva por dimisión de los que la formaban y sin
que Alonso Roda hubiera dado el paso adelante todavía. El partido era en Los
Cármenes y el rival de turno el Mestalla, equipo muy cualificado, toda la liga
en la parte alta de la tabla, acabando como subcampeón a sólo dos puntos del
ascendido Málaga, con lo que jugó liguilla y se ganó en los terrenos de juego
el derecho al ascenso, pero finalmente renunció por su condición de filial. En
Granada se presentó con todas sus figuras en ciernes, los futuros
internacionales Sendra, Mañó, Sócrates y Fuertes, más su “vieja gloria” Juan
Ramón (que también fue internacional en sus buenos tiempos), ya con 39 años a
sus espaldas, quien fue precisamente el autor en propia puerta del primer gol
rojiblanco. También jugaba en el Mestalla, de defensa, Ibáñez II, hermano mellizo
del que en esta temporada jugó en el Granada. Además, y esto como curiosidad,
también jugó Mangriñán, medio famoso porque con su nombre se acuñó por la
prensa años después el término “mangriñear”, sinónimo de un marcaje al hombre,
tan en boga en el fútbol de antaño, caracterizado por ser pegajoso donde los
haya, verbo inventado a raíz de la marca que este futbolista hizo dos
temporadas después y ya jugando en el primer equipo valencianista al astro Di Stéfano
en Chamartín, al que anuló por completo haciéndolo además de forma limpia. Se
dice que el argentino contaba que cuando fue a hacer sus necesidades en el
vestuario se encontró al volverse al inevitable Mangriñán, al que no pudo
quitarse de encima ni en esa tesitura.
De entrada, el Granada tropezaba con
la necesidad de introducir cambios en su once al no poder alinear a los cedidos
del club valenciano Salvador e Ibáñez, que venían siendo titulares todo el
campeonato; en su lugar salieron Miro y Vecino (éste estuvo muy bien y ya no
perderá la titularidad en todo lo que quedaba de liga), y también se pudo
recuperar a Japón I, ausente las dos últimas jornadas por lesión.
Después del pésimo partido de los
rojiblancos frente al Cartagena se temía la visita del filial valencianista,
pero el Granada de esa tarde nada se pareció al de su última cita en Los
Cármenes y con un juego brioso y entusiasta, como resalta Hoja del Lunes, se
anotó los dos puntos venciendo 2-0, porque ¡ay! esa era otra de las
características de este Granada 51-52, su gran irregularidad. El partido fue
bueno y emocionante, y hasta hubo un gol fantasma que no subió al marcador (fue
un lanzamiento de penalti por mano de Juan Ramón que Miro estrelló en el
larguero y que botó detrás de la línea, pero salió por el efecto que llevaba el
balón), y también un gol anulado al Granada por falta previa. La última media
hora la jugó el Granada con un hombre menos por lesión de Chaves. Con los dos
puntos el Granada volvió al puesto 10º, que no garantizaba la permanencia (que
seguía a cuatro puntos) pero otorgaba una segunda oportunidad en forma de
promoción.
Mientras tanto, en La Victoria, el
Recreativo, con la importante baja del delantero Rafa y el extremo Sánchez,
perdió su partido ante el líder, el Jaén, que terminó la liga en ese puesto y
ascendió a segunda por primera vez en su historia. Ya hemos perdido la cuenta
de las veces en que las crónicas de periodistas forasteros alaban el juego
vistoso y de pase corto del filial, que sin embargo es superado por su rival
sin demasiados problemas por falta de rematadores. En Jaén ocurrió otro tanto,
según las crónicas. Otra vez llegó al Recreativo a adelantarse en el marcador y
además vio cómo el árbitro le anulaba un gol de Toto por fuera de juego
posicional de un compañero. Siguió ocupando el puesto 13º o tercero por abajo.
En El Calvario se rebaja la cuenta de negativos
En la jornada 19, con la nueva
directiva de Juan Alonso Roda recién estrenada, el Granada viajó a Salamanca,
en donde pudo rebajar su cuenta de negativos y dejarla en -3 al alcanzar un
meritorio empate a un gol a pesar de tener que jugar toda la segunda parte con
sólo diez por expulsión de Salvador, alineado de falso 9 ante las lesiones de
Morera y Chaves.
Con el campo de El Calvario
lleno a pesar del intensísimo frío reinante, el Granada ofreció un buen
partido, otra vez pleno de entrega de todos sus hombres, y obtuvo el empate
frente a un equipo de la zona media que acabaría la liga el 7º, justo la última
de las plazas que garantizaban la permanencia en la categoría. En la portería
local jugaba Ricardo Zamora hijo, quien con 18 años iniciaba esta temporada una
larga carrera profesional que le llevará años después por varios equipos de
primera entre los que destacan el At. Madrid y el Valencia. El granadinista más
destacado fue el recuperado Vecino, todo un seguro en la parte ancha; también
el portero Martín, como casi siempre esta temporada. Volvió el Granada al
puesto 11º, aunque empatado a puntos con el 10º, que marcaba esta temporada la
posibilidad de eludir el descenso en promoción.
El día anterior a la conquista por
nuestro equipo de un positivo en Salamanca, moría en Madrid el primer
presidente de honor que tuvo el club, el general Lorenzo Tamayo Orellana,
distinción otorgada por la directiva de Martín Campos en abril de 1941.
Murciano de nacimiento, estuvo muy vinculado a nuestra tierra, donde presidió
la Diputación unos meses durante la Guerra Civil e intervino en distintos
frentes bélicos por toda la provincia. Tras la guerra fue nombrado director
general de Reclutamiento y Personal, por lo que se marchó a la capital. La nota
mortuoria no lo dice, pero también tuvo un papel destacado en la represión de
izquierdistas y republicanos en nuestra ciudad.
Goleada del Recreativo en Copa Aficionados, fase regional
La retirada del equipo marroquí
Maghreb de Tánger dejó cojo el calendario del grupo VI de tercera, así en la
jornada 19 el Recreativo tuvo descanso en liga y esta circunstancia fue
aprovechada para jugar el partido de ida de la Copa Aficionados en su primera
eliminatoria de carácter regional, IV de final. Como campeón provincial, en Los
Cármenes recibió la visita del campeón de Málaga, el CD Rosaleda, un equipo
filial del CD Málaga que actuaba en categoría regional.
El equipo malagueño no fue rival para
el Recreativo, que dejó resuelta la eliminatoria al imponerse por 6-0. En el Recreativo
debutaron el portero Lozano, del segundo filial, el Alhambra, quien ya había
jugado algún partido con el primer filial la temporada anterior, y el extremo
Orantes, éste del Andaluz, el tercer filial rojiblanco, quien tuvo una
actuación sobresaliente y es destacado por la prensa por sus rápidas internadas
hasta la línea de fondo y sus pases atrás. Los forasteros aguantaron sólo la
primera mitad, a cuyo fin se llegó con 1-0, y en la segunda parte, de no ser
por la gran actuación de su guardameta, la cifra de goles encajados podría
haberse duplicado, refieren las crónicas.
Otro negativo ante el Hércules. El Recreativo perdió en Huelva
La liga de segunda llegó a su jornada
20 a últimos de enero, lo que significó para el Granada recibir a otro de los
equipos de la zona alta de la tabla, el Hércules, que acabaría la temporada en
el puesto 4º. En el eje de la defensa venía Álvaro Pérez, años después
entrenador rojiblanco, con 35 y apurando su carrera como profesional, y en la
media destacaba otro futuro granadinista, Galvis, el mejor de su equipo. Mucho
barro en Los Cármenes y alguna laguna, bajo la lluvia y el penetrante frío,
pero con una buena entrada en día del club.
Las crónicas dicen que el Granada
equivocó la táctica porque en estas circunstancias habría que haber jugado con
balones en largo en lugar de buscar el pase en corto, y aunque volvieron a
derrochar entrega los rojiblancos, en un feo partido muy trabado, no fueron
capaces de anotarse la victoria y nuevamente pasaron al -4 en su cuenta al
empatar a cero goles. Volvió Morera al centro de la delantera, pero no se notó
porque, dicen las crónicas, este jugador ya poco tiene que hacer. Al menos el
punto sirvió para recuperar la 10ª posición.
El Recreativo por su parte salió
derrotado de su visita a Huelva por 3-1. El Huelva, confeccionado para
ascender, andaba sin embargo en mitad de la tabla (acabaría quinto) y no
terminaba de carburar. El filial recuperó a Rafa, pero poco pudo hacer en esta
ocasión ante un rival curtido en mil batallas y aunque logró empatar finalmente
volvió a caer derrotado. Siguió ocupando el puesto 12º o tercero por abajo
porque sus rivales también pincharon.
Paliza en Baleares
En la jornada 21, jugada a primeros
de febrero, el Granada viajó a Valencia y desde allí, en avión a Palma de
Mallorca para enfrentarse al At. Baleares que entrenaba Gaspar Rubio, equipo de
la zona baja que era precisamente el que venía detrás de los nuestros en la
clasificación, un debutante en la categoría que acabaría la liga en décima
posición y tendría por tanto que jugar promoción para conservar la categoría,
cosa que conseguiría al ser suprimida la reestructuración del fútbol español
que estaba prevista. Curiosamente, las crónicas dicen que ambos contendientes
ofrecieron un partido en el que las fuerzas y las ocasiones estuvieron
niveladas y el dominio fue alterno, sin embargo el resultado bien contundente
fue, 4-0 perdió el Granada. La diferencia estuvo en que los rojiblancos
estuvieron negados ante el gol mientras que sus oponentes no desperdiciaron las
oportunidades de golear de que dispusieron. El Granada quedó en el puesto 11º,
a un punto del Baleares.
El futuro está en el Recreativo, que venció al Larache
El mismo resultado, 4-0, se registró
en Los Cármenes a favor del Recreativo, que recibía al colista Larache. Los dos
puntos sirvieron para subir otro puesto en la tabla y pasar al 11º, superando
al filial malaguista At. Malagueño. A pesar de jugar más de una hora con diez
por lesión de Toto, los jóvenes canteranos ofrecieron otro partido pleno de
entusiasmo y no exento de buen fútbol y borraron a su rival, que pudo salir
goleado por más diferencia.
El cronista de Hoja del Lunes dice
que el poco fútbol que se está viendo esta temporada en Los Cármenes es el Recreativo
quien lo está ofreciendo, y su colega de Ideal por su parte dice que lo mejor
es ver la progresión de determinados hombres en los que se ve el futuro del
fútbol granadino, como Vicente, Guerrero y Cuerva. El Larache ocupaba el
farolillo rojo desde hacía varias jornadas, cuando tomó el relevo precisamente
del Recreativo, y marchaba descolgado en la clasificación, aunque últimamente
había reaccionado.
Lo malo fue que esta victoria acabó
no valiendo, como si el partido no se hubiera jugado ya que el equipo marroquí
acabó retirándose faltando pocas jornadas para finalizar la liga, cuando ya
estaba virtualmente descendido, y todos sus resultados fueron anulados.
El lateral izquierdo del Larache,
marroquí de nombre Abderramán, el jugador con más proyección de esa plantilla,
la misma noche después del partido entró en tratos con la directiva rojiblanca
para un inmediato posible fichaje, pero finalmente no se alcanzó acuerdo
alguno.
El Recreativo pasa a la siguiente eliminatoria de Copa Aficionados
El mismo día en el que el Recreativo
derrotó al colista Larache, en Los Cármenes pero por la mañana, hubo derbi de
filiales rojiblancos de regional, se enfrentaron el Andaluz (que actuaba como
local) y el Alhambra, aunque los dos tenían como terreno propio el campo de la
carretera de Jaén. Hubo buena entrada en un partido fijado como día del club
por la directiva andalucista. Los dos filiales del Granada marchaban en la
tabla en la tercera (el Alhambra) y cuarta plaza (el Andaluz), teniendo por
delante al Bastetano y al Arenas. Dos días después varios de sus jugadores
quedaron fichados por el Recreativo y entraron ya en la convocatoria para el
partido de vuelta de Copa Aficionados a dirimir esa misma semana en Málaga
contra el Rosaleda. Sus nombres: Navarro y Lopera, del Alhambra, y Navarro
(hermano del anterior), del Andaluz.
El viernes siguiente a la victoria
sobre el Larache, el Recreativo, con los tres incorporados de Alhambra y
Andaluz en su alineación, volvió a derrotar (2-3) al Rosaleda, ahora en su
terreno, el estadio malagueño del mismo nombre, y lo eliminó de la Copa
Aficionados clasificándose para la siguiente ronda de la fase regional. No le
resultó nada fácil al Recreativo ya que, aunque tenía una ventaja de seis goles
de la ida, antes del cuarto de hora perdía por 2-0, pero la lesión de un
jugador local y la expulsión de otro facilitaron mucho las cosas y en la
segunda parte los nuestros le dieron la vuelta al resultado. El rival para la
siguiente eliminatoria, ya semifinales, era el campeón de Córdoba, el
Peñarroya.
En Córdoba nueva paliza
La jornada 22 fue para el Granada una
nueva salida, ahora a Córdoba, donde cosechó nuestro equipo un varapalo aún
mayor que en Mallorca, 5-0. Dicen las crónicas de periodistas locales que a los
rojiblancos les faltó nervio: «son
jugadores viejos para exponer lo más mínimo en defensa de unos colores que no
parece les importan mucho». «El
Granada fue en Córdoba lento, débil, viejo e inofensivo», es el titular de
Ideal. Horrorosa tarde la del Granada en El Arcángel y tampoco se salva del
suspenso en esta ocasión el guardameta Martín. Los locales vencían al descanso
por 4-0 y les resultó demasiado fácil la goleada a pesar de atravesar un bache
de juego que los había colocado cerca de los puestos bajos, y a pesar de no
cuajar una gran tarde, según las mismas crónicas. El Córdoba acabó la liga el
9º y tuvo que jugar promoción por la permanencia, conservando la categoría al
anularse la reducción de grupos. La derrota hizo descender al Granada al 13º,
aunque sólo un punto por debajo del 10º, pero ya a seis puntos del 7º.
Dos partidos a domicilio saldados con
sendas palizas: nueve goles encajados y cero conseguidos, y la tercera división
ya vista como una realidad más que como una amenaza. Fácil es deducir que los
dos resultados adversos sentaron como un tiro y la directiva que, reunida con
carácter extraordinario el lunes siguiente, acordó imponer sanciones por bajo rendimiento
a los futbolistas: 500 pesetas por barba a todos los que actuaron en Córdoba.
Además se acordó que la comisión deportiva a partir de ese mismo día vigilaría
presencialmente los entrenamientos en Los Cármenes.
El Recreativo cada vez mejor: venció al gallito Almería
La otra cara de la moneda la ofreció una
vez más el Recreativo, que en Los Cármenes y con una gran entrada, superior a
las que venían siendo normales en los partidos del primer equipo, venció 2-0 a
uno de los favoritos, el Almería, líder del grupo hasta esta jornada (acabaría
la liga el segundo), que jugó arropado por más de mil seguidores, muchos de
ellos llegados en el consabido tren botijo. Dice Jovi en Hoja del Lunes que el
mal llamado filial nada tiene que aprender de los mayores y sí mucho que
enseñarles, y que el fútbol en Granada no desaparecerá mientras exista el
Recreativo. Fue un partido sensacional del filial, el más completo hasta el
momento, y frente a un rival que en todo momento acreditó la posición que
ocupaba en la tabla. Los plumillas locales no escatiman elogios hacia el juego
entusiasta y de calidad de los blanquiazules.
Los dos puntos sirvieron para escalar
otro puesto en la tabla y encaramarse en el 11º y empezar a ver de cerca la
posible salvación. Fernández de Burgos en Ideal destaca el magnífico gol,
segundo de su cuenta, de Rafa, conseguido muy cerca del final en una jugada
personal en la que sorteó hasta a tres contrarios.
La tercera más cerca al perder en Los
Cármenes con el Murcia. Dimite Alonso Roda
Y así llegamos a la
jornada 23, a mediados de febrero, que tanta trascendencia iba a tener. En Los
Cármenes bajo un frío helador, el Granada recibía la visita del Murcia, toda la
liga luchando por los puestos altos pero que últimamente había perdido comba
(acabaría 5º clasificado) y que traía a los ex granadinistas Martí y Almagro,
que fue precisamente el autor del único gol. La cosa empezó con una gran bronca
a los rojiblancos, goleados ampliamente en sus dos últimos partidos, pitada que
continuó a lo largo de los horrorosos 90 minutos que ambos contendientes
brindaron, para terminar entre un griterío que debió de oírse desde la otra
punta de la ciudad ya que los rojiblancos aumentaron su cuenta de negativos a
-6 al perder 0-1 y acercarse con paso firme a la tercera división. El Granada
fue un conjunto sin moral ni juego ni entusiasmo, dice la crónica de Hoja del
Lunes de Murcia, coincidente con la del diario también murciano Línea.
Por su parte, Hoja del
Lunes de Granada titula que «El Granada
ya está de cara a la tercera división» y empieza Seudónimo su crónica diciendo que el Granada ya no tiene salvación
al haber agotado las remotas posibilidades que tenía de eludir el descenso
(realmente tras la derrota quedó a tres puntos del décimo, pero faltaban
todavía siete jornadas por disputarse), y lo achaca al cúmulo de desaciertos
cometidos a principios de temporada con la serie de fichajes absurdos que
realizó, y así tenemos este equipo en el que cada cual hace lo que le da la
gana (únicamente salva al medio Vecino) y carece de pundonor. El reportero pide
a la directiva mano dura caiga quien caiga puesto que el club ya ha caído.
Fernández de Burgos en
Ideal dice más o menos lo mismo que sus colegas y añade que ganó el Murcia no
por su gran partido sino porque al menos sus futbolistas pusieron interés. No
hay nada que hacer con estos jugadores, concluye Burgos, porque no es que el
Granada atraviese un bache de moral, es que no tiene juego ni jugadores y
contra eso no hay remedio.
La directiva granadinista se reunió
de urgencia al día siguiente con la idea de imponer nuevas sanciones económicas
a los futbolistas y también con la de sustituir enseguida al entrenador,
barajando los nombres de Cholín otra vez o bien Antonio Conde, Manolo Ibáñez o
el masajista Fernández, todos hombres de la casa, pero lo que salió de esa
reunión fue la dimisión irrevocable de todos sus componentes cuando apenas
llevaban un mes en el cargo. «Yo no hundo
al Granada en tercera», dijo el fugaz presidente Juan Alonso Roda en el
momento de su marcha, justificándolo en la gran decepción sufrida por la falta
de dignidad de los rojiblancos frente al Murcia.
El Recreativo derrotado en Utrera
El filial tampoco pudo
dar consuelo ante tanto despropósito y sufrió a su vez una derrota (2-1) en el
campo de uno de los que andaban por detrás en la clasificación, el Utrera, aunque
esto no le supuso perder ningún puesto. Con las importantísimas bajas de
Vicente en la defensa y de Cuerva en la media, una vez más, y van…, se
adelantaron los blanquiazules, pero no supieron mantener el resultado, llegando
el gol de la victoria local en el último suspiro del partido, de penalti. Para
más inri, sólo un minuto antes el defensa Santi había fallado otro penalti a
favor del Recreativo. Debutó el recién incorporado del Alhambra Lopera y
reapareció Díaz Cara, de quien la prensa llegó a publicar que había causado
baja y se había marchado al Motril. El periodista José de Vicente (Jovi)
acompañó en su viaje a Utrera al filial y firma la crónica de Ideal en la que
dice que el Recreativo volvió a dar una exhibición de buen juego, pero en esta
ocasión le faltó suerte y además tropezó con un arbitraje nefasto, al anular un
gol de Rafa perfectamente legal. El Utrera, en el que jugaba un futuro
granadinsta, Liz II, según refiere Jovi, tenía pensado retirarse en
breve, acuciado por las deudas a pesar de estar subvencionado por el Sevilla,
equipo del que era filial, pero no cumplió su promesa y terminó la competición
en el puesto penúltimo, y no descendió gracias a la anulación de la
reestructuración prevista.
En la misma página de
Ideal en la que se da noticia de la dimisión de la directiva de Alonso Roda y
en contraste con ella, se informa que la directiva del Recreativo, que acaba de
ser ampliada dando entrada a directivos del Alhambra, y del Andaluz, está
contenta y no tiene ningún problema puesto que seguramente va a acabar el
ejercicio con superávit gracias a las buenas taquillas que viene obteniendo en
sus encuentros. La noticia no lo dice pero era vox pópuli entre los aficionados
que para la siguiente temporada, con el Granada descendido, cosa que arrastraría
al Recreativo aunque éste no estaba todavía salvado, sería más que conveniente
enterrar al rojiblanco y continuar con el filial como equipo representativo de
la ciudad.
CALLEJEANDO
El crimen de El Bejarín
El
3 de enero de 1952 ocurrió en El Bejarín, cerca de Guadix, un pequeño pueblo anejo
de Purullena, un crimen de los que tienen mucha repercusión por lo espeluznante
de la forma en que se llevó a cabo. Un triple asesinato de un matrimonio de
ancianos y su joven criada, muertos a puñaladas para después ser sus cuerpos
incinerados en una hoguera que el autor improvisó en la misma cocina de la
casa, el domicilio de las víctimas, amontonando muebles y ropas de cama.
Es
uno de esos crímenes que pasó a ocupar un lugar preferente en la crónica negra
de España y hasta tiene su entrada propia en Wikipedia, donde leemos que
Antonio Hernández, el criminal, quería adueñarse de las tierras del matrimonio
anciano, que no tenía descendencia, y se presentó de noche donde vivía la
pareja para intentar con engaños que le firmaran unos documentos y así quedarse
con la herencia, pero como la mujer se negara, el Hernández la apuñaló con un
bastón estoque que llevaba y después hizo lo mismo con la criada (que era prima
suya) para no ser delatado; culminó su escabechina acabando también con la vida
del marido, que era sordo y dormía ajeno a todo. Una vez consumadas las tres
muertes, el asesino amontonó los cadáveres y formó una pira para tratar de
eliminar pruebas, pero el mucho humo hizo que los vecinos avisaran a la Guardia
Civil, que encontró el macabro escenario y ni rastro del autor, aunque éste no
tardó en ser detenido.
Meses
después, ya en junio, se vio la causa contra Antonio Hernández Jiménez en la
Audiencia Provincial, llena a rebosar de público la sala. El ministerio fiscal
en sus conclusiones solicitó tres penas capitales para el acusado como autor de
tres delitos de robo con homicidio en las personas de Francisco Ponce Sedano,
de 84 años, Amelia Lozano Torres, de 73, y María Claret Martínez, de 23. Tres
años después, en junio de 1955, los diarios publicaron una escueta nota
encabezada por el título “Sentencia cumplida”, donde se daba cuenta del
ajusticiamiento por garrote vil en la prisión provincial junto al Beiro de
Antonio Hernández Jiménez.
Como
decimos más arriba, este suceso es de esos que en su día tuvieron mucha
repercusión y del que aún hoy se sigue hablando, a lo que sin duda contribuyó
en gran manera la película-documental realizada casi clandestinamente en 1971
por Basilio Martín Patino y no estrenada hasta 1977, “Queridísimos verdugos”, rodada
en gran parte en Granada porque uno de sus tres protagonistas, Bernardo Sánchez
Bascuñana, el verdugo de Sevilla, como era conocido pues a la Audiencia
de esa ciudad estaba adscrito, no era granadino, pero aquí vivía, desde donde
viajaba cuando sus servicios eran requeridos. Otros dos personajes, también
verdugos en activo por entonces, Antonio López Sierra y Vicente López Copete,
ambos domiciliados en Badajoz, comparten el protagonismo de la película. El
documental es considerado un alegato contra la pena de muerte, pero es mucho
más que eso; el testimonio de los tres verdugos sobre sus vidas y sobre lo que
opinan de su labor, constituye un documento impagable, todo un monumento al
carpetovetonismo más genuino, en el que queda muy bien retratada al natural la España
negra, que en el momento en que fue realizada estaba muy viva.
«-¿A qué es a lo que se parece el
pescuezo de un ejecutado? (debaten los tres profesionales ante
unos vasos de vino) «-Al badajo de una campanilla», dice uno. «-A un acordeón,
(dice otro); […] si antes de ponerle el collarín medía doce centímetros, se queda en
cuatro».
Los
tres verdugos o “ejecutores de sentencias”, como ellos prefieren que se les
denomine, protagonistas del documental, se repartían el territorio peninsular.
La parte meridional era la jurisdicción de nuestro medio paisano Sánchez
Bascuñana, quien poco tiene que ver con sus dos otros dos colegas, que se
confiesan analfabetos. Casi al comienzo de la cinta, en un plano corto dice Bascuñana
a la cámara, que lo filma sentado a una mesa en el interior de una cueva del
Sacromonte, con mirada adusta y usando unas pausas y un tono que no igualaría
un profesional de la escena: «La vida realmente, no es digna de vivirla. Yo, siendo ejecutor de
sentencias, y el decano de ellos, hoy, envidio al que traspasa los umbrales de
la eternidad. Dichoso el que se marcha y desgraciado el que se queda, porque
esto es un valle de lágrimas. En esta vida nadie es dichoso, nada más que el
que se propone serlo».
Poco después de esa escena se le ve empaquetando
los útiles de su profesión y encaminándose fuera de su domicilio, en una calle
del bajo Albaicín que puede ser la de Zafra o alguna paralela, para
presumiblemente ir a desempeñar su cometido en alguna sórdida prisión española.
Pero a donde nos traslada la cinta a continuación es a El Bejarín, y ahora
tiene la voz alguien del lugar que conoció de cerca los hechos del famoso
crimen y que relata a la cámara cómo fue aquello («…y luego dispués estuvo
toda la noche pingoneando ahí, arrimándolos pa que fueran ardiendo, toa la
noche; se humó el tío diez paquetes de tabaco ahí, fihate si tuvo lugar, diez
paqueticos de tabaco que se chupó»), mientras de fondo suena la voz de Rosa
León cantando un romance de ciego: «En el pueblo Bejarín, / pueblo moro de
Granada, / vivió un fumador asesino, / Antonio Hernández le llaman. / El
criminal fue a una choza, / le salió a abrir una anciana / y sin más ni más le
dijo: / has de firmarme esta carta. / La vieja se echa a reír, / él agarra la
navaja / y se la clava en el cuello / y le parte las entrañas. / En la casa
estaba un viejo, / al que degüella en la cama, / era totalmente sordo / y no se
enteró de nada. / Quiere quemar a los muertos / para ocultar su burrada /
mientras churrusca los cuerpos / Antonio fuma con calma. / Sagrada
Virgen María, / santo Ángel de la Guarda, / inspirad ahora a los jueces: / que
agarroten al canalla».
Bernardo Sánchez Bascuñana,
“administrador de justicia”, como se leía en sus tarjetas de visita debajo de
su nombre y apellidos, había sido guardia civil hasta 1949, cuando cambió de
profesión. El verdugo de Sevilla era muy conocido en Granada y era fácil verlo por
Plaza Nueva y aledaños, siempre con sombrero de anchas alas y luciendo
pajarita, aunque la gente lo rehuía y no osaba mirarlo de frente. Su primer “trabajillo”
con los hierros consistió en agarrotar a una prima suya en Huelva sin que le
temblara el pulso -es de suponer-, y en toda su carrera, hasta 1972 en
que falleció, tuvo una clientela integrada por 19 almas de Dios que
mandó al otro barrio, entre ellos y en una misma sesión, los tres condenados
por otro crimen sonado, el de las estanqueras de Sevilla, de los que años
después se supo que eran inocentes, como ellos siempre mantuvieron. Lo del
torniquete al pescuezo de los tres sevillanos fue precisamente el trabajo que
le encomendaron después de ajustarle la golilla a Antonio Hernández Jiménez en
junio de 1955, el autor del crimen del Bejarín.
Y no estaba muerto
Macabro es el suceso que se narra un poco más arriba, el crimen del
Bejarín, y macabro es el hecho al que nos vamos a referir a continuación. La
gran diferencia estriba en que en este caso se trataba de una broma, pesada y
funesta, pero broma a fin de cuentas. En el Ideal de 15 de enero de 1952 leemos
que a un señor, vivo y sano, unos guasones le enviaron y recibió en su
domicilio a su nombre, un féretro con sus candelabros, sus paños negros y hasta
su mesa de firmas.
La
presunta viuda sufrió un soponcio después de abrir la puerta de su casa en la
calle Elvira, de donde poco antes se había marchado el interfecto rebosando
salud, y se encontró con el panorama: unos empleados de funeraria portando toda
la parafernalia que se necesita para un velorio y preguntando que cuándo
querían que la carroza se pasara a retirar el cadáver de don… (el periódico no
dice su nombre) y conducirlo a su última morada.
«Se repitió la
broma del féretro. Felicitamos a la víctima: eso se inventó hace una veintena
de años, y el presunto muerto -un conocido industrial- no lo fue de verdad
hasta hace muy poco, cerca de los ochenta.», comenta Z
en su habitual corto de la primera página de Ideal, todo un barómetro del clima
de la ciudad (y esto no lo digo sólo en sentido figurado) a pesar de lo breve
de sus comentarios.
La
nota de prensa se cierra indicando que el juzgado de guardia está investigando
la negra inocentada y que se sospecha que guarde relación con el hecho de que
el presunto fiambre, maestro de taller en la Compañía de Tranvías Eléctricos de
Granada, hacía pocos días había negado su permiso a unos subordinados para que
pudieran asistir al entierro de un compañero de trabajo fallecido. Algunos
obreros tranviarios, a pesar de la negativa, habían asistido al funeral y eso
les había costado una sanción por abandono de servicio. No hay constancia de
que ambas cosas estén relacionadas. Ya la prensa no volvió a tratar este
sucedido, así que nada más sabemos sobre la cuestión y si hubo o no desenlace y
los graciosillos pagaron por su macabra cuchufleta.
Polémica gorril
Todo
empezó a últimos de enero al publicarse en Ideal una carta al director firmada
por un tal Juan Manuel Moreno y diez estudiantes más (obviamente nada tiene que
ver este Juanma con el que ustedes están pensando) en la que los
remitentes proclamaban que no les gustaba ni poco ni mucho una moda femenina
que por lo visto estaba muy en boga en el invierno granadino de 1952. Un
invierno, por cierto, que registró récord de temperaturas frías en toda España.
En Granada durante una semana la Fuente de las Batallas lució gruesos
carámbanos de hielo colgando de sus tazas.
Dicen los de los
libros que con esa carta quieren comenzar una campaña de combate en contra de
una determinada moda femenina, porque en cuanto se dan una vuelta por el Tontódromo
(en Granada esto equivalía a decir: Carrera del Genil, Acera del Casino, Puerta
Real, Reyes Católicos y Plaza Nueva, y al llegar a ese punto, media vuelta y el
mismo recorrido, ahora en dirección contraria), después de haber asistido a
clases extenuantes y tratando de distraer sus esfuerzos mentales, por ejemplo,
admirando los encantos atrayentes de las chicas granadinas, ellas en cambio,
tratando de echar por tierra su belleza natural, tapan la blondura [sic] de sus cabellos
con unos feos gorritos de lana, blancos, rojos, azules, de todos los colores,
con los que presumen de «Venus praxitélicas, cuando en realidad no son sino extravagantes
artificios de la moda, en este caso desagradables, insulsos y cursis».
Al día siguiente
fueron varias las cartas publicadas defendiendo los gorritos de marras,
iniciándose así una de esas polémicas de cartas al director que duró unos
cuantos días. Un señor que firma Juan Castellano Gállego, se muestra a favor de
la moda y la defiende preguntando a los estudiantes si ¿tan débil, tan
mezquina, consideran ellos la belleza granadina que un simple gorrito colocado
sobre la coronilla puede echarla por tierra?, y que es simplemente una moda
que, como todas, al principio suele parecer ridícula, pero con el tiempo puede
llegar a verse incluso elegante. El comunicante invita a los protestones a
diseñar un modelo de adorno femenino que, colocado sobre negras o blondas cabelleras,
sustituya al gorrito que tanto odian.
(Un inciso: este
señor, Juan Castellano Gállego, tiene una entrada en Wikipedia en la que se lee
que fue un ingeniero militar español que vivió entre 1900 y 1990, aunque no hay
datos sobre su lugar de nacimiento, residencia o muerte. Al estallar la Guerra
Civil permaneció fiel a la República, donde llegaría a ser comandante general
de Ingenieros del Ejército de Andalucía, ostentando el empleo de teniente
coronel y, posteriormente, ya en democracia, se le reconoció el grado de
coronel. Puede tratarse de la misma persona).
En otra carta,
firmada por María Rodríguez Ávila y veinte granadinas más, dándose por aludidas
contestan a la primera misiva diciendo que los gorros, tan prácticos y cómodos,
tienen la finalidad del adorno, pero su razón de ser principal es la de abrigar
la cabeza en estos días de nieve y frío extremo que atravesamos. Y al mismo tiempo
arremeten contra unas cuantas modas masculinas que a ellas les parecen
aborrecibles: como «esas odiosas gabardinas o comandos verdes chillones que hacen juego con
el sombrero, y no digamos nada de esos zapatos antiestéticos y de mal gusto,
estilo zapatilla, que llevan tan tranquilos algunos chicos, con sus cabellos
largos que no tratan de ocultar ni con sombrero para lucirlos mejor y, como
complemento, el bigote a lo Dalí, y no queremos seguir pues se podía hacer
interminable esta carta».
Un aluvión de
cartas al director, todas tomando parte a favor de los gorrillos, recibió el
diario granadino, pero pronto éste zanjó la cuestión seleccionando al azar y
publicando extractos de unas cuantas entre las muchas recibidas, dando por
concluida la cuestión. «Las modas hay que dejarlas / como se deja el viento volar. / Ellas solas
se vienen, / ellas solas se van. / ¿Para qué perder el tiempo en tanto
criticar?», se
lee en uno de los fragmentos publicados. En otra,
remitida por un grupo de mujeres, se pone de vuelta y media a esos estudiantes
que a las doce de la mañana se pasean por la Acera del Casino con barbas
repugnantes y el cinturón de la gabardina apretado, tal vez sean de ese corte
los que se ocupan del atuendo femenino sin pensar que quizá les iría mejor
afeitarse, dicen. Desde Málaga, firmada por Elizabeth Gómez Gallego y bajo el
título “Abajo los Adonis del siglo XX”, otra misiva dice que estos modernismos
que nos quieren imponer nuestros Adonis, están bien para allá (¿) y no para las
españolas, que siempre fueron limpias y puras. Otro lector, que firma Julio
Spínola, en representación de treinta y dos “lagartos” (por el color de las
gabardinas), sin que ninguno de ellos sea “zapato-zapatilla”, dice que nada
tienen que objetar a los gorros femeninos pues con él o sin él encuentran a las
chicas muy guapas, pero justifican el uso de comandos y otras prendas
masculinas de color verde por la sencilla razón de que las gabardinas de color
claro cuesta limpiarlas mucho dinero.
También tomó
partido en la polémica, a favor de los gorritos, Enrique Villar Yebra. Dice el
pintor y escritor que «Malgastar el tiempo en censurar tal o cual sombrerito, en vez de mirar
más abajo y recrearse en los ojos o la sonrisa de su propietaria, es una falta
de galantería, aunque ésta, como otras deferencias y delicadezas del hombre
hacia la mujer se van perdiendo», y añade que aplaude la contestación de las 21 chicas contra ese «delito
de lesa galantería, pues en verdad que el giro que va tomando la indumentaria
masculina se hace acreedor a censuras muy merecidas, y a ese respecto estas
muchachas han dado en el blanco muy inteligentemente, pues si hay algo que
reviente por cursi es ese acicalamiento que tanto usa hoy día la mayoría del
sexo feo».
También “J”, Julio Moreno Dávila, periodista de Ideal desde su
fundación además de diputado por Granada durante la República por el partido
Acción Popular, se ocupó del asunto en su habitual sección titulada “Siluetas
animadas”, que aparecía a diario en la última página. Para J la protesta
estudiantil es extraña porque «…si fuésemos a examinar atentamente las cosas
raras que una mujer lleva encima, hace mucho tiempo que esos jóvenes
estudiantes hubiesen debido salir a la palestra…». Nunca ha habido lógica en
los atavíos femeninos, pero tampoco en los masculinos, dice J; ¿para qué sirve
la corbata, que ni abriga como la bufanda ni ya distingue a las clases
sociales?; ¿para qué sirven la vuelta de los pantalones o las solapas de la
americana?
Fue en realidad una mini-polémica sin ninguna trascendencia que
durante unos pocos días llenó algún espacio de prensa. Pero me he decidido a
hablar sobre la cuestión porque no dejan de parecerme curiosos algunos de los
términos empleados por los remitentes de cartas al diario, como también me lo
ha parecido el asunto mismo objeto de discusión, visto desde estos tiempos
(¡ay!) en los que, eso que se ha dado en llamar corrección política (lo políticamente
correcto), pone mordazas y trabas a la expresión y la creatividad en
general que no existían en tiempos que no se caracterizaban precisamente por el
ejercicio de libertades.
Orejas por doquier
Dejados atrás los tiempos bélicos y
superado el aislamiento a que fue sometido el régimen de Franco, en estos
primeros cincuenta a España afluye cada vez un número más importante de
turistas, y dentro de España, Granada es uno de los destinos favoritos, por lo
que la actividad económica local en este sector no para de crecer. Se calcula
que en el año anterior nos visitaron unos 100.000 turistas. Pero de la
floreciente industria turística ha surgido otra “industria” que es algo así
como un cáncer para el sector, según se desprende de lo que denuncian en Ideal
a primeros de febrero unos cuantos hoteleros, dueños de garajes y comerciantes
de souvenirs granadinos. Según ellos, grupos organizados de personas se apostan
en las entradas de la ciudad y en cuanto ven a un turismo de matrícula
extranjera lo abordan (algunos de ellos chapurrean idiomas) y conducen a sus
ocupantes a un determinado hotel con el que previamente han acordado el pago de
una comisión; y si los guiris tenían pensado alojarse en otro distinto y éste
es de los que no pagan comisión a este grupo, convencen a los forasteros para
que no vayan a ese sitio a base de poner fatal el servicio de ese otro
establecimiento.
Son los “orejas”, curioso término que sólo en Granada -que sepamos- se
usa para designar a estos explotadores de turistas, aunque nadie sabe el porqué
del apodo. Los hoteleros acuden a la prensa para denunciar que sus
establecimientos son boicoteados por no estar dispuestos a ceder a esa
extorsión que significa tener que pagar comisiones a los pícaros que tienen el
orejismo por oficio. Ya existían de antes, pero al multiplicarse
considerablemente el número de turistas también lo ha hecho el de orejas
y ahora son legión.
Dos días después el mismo diario publicaba una carta al director
remitida por un oreja que no quiere hacer público su nombre. Según el
comunicante, desde tiempo inmemorial, y no sólo en España, han existido y
existen personas que se dedican a prestar sus servicios a hoteles, garajes y a
todos los negocios que tienen como clientela principal a los turistas, y que ellos
no caen en el intrusismo mostrando monumentos y se limitan a indicar a los
visitantes los sitios a los que pueden dirigirse según sus deseos, lo cual no
es más que comportarse con arreglo a una elemental buena educación, como
cualquier ciudadano que es abordado por la calle por un forastero que no conoce
la ciudad; no piden nada por su labor, contentándose con la propina que
buenamente les dan, así que -dice- es justo que se les deje en paz.
No sabemos si esta “guerra” tuvo desenlace o si se tomó por las autoridades algún tipo de medida anti orejas. Pero todo hace indicar que nada pasó y todo siguió como estaba porque ese gremio, el orejil, en los tiempos actuales y en Granada, sigue contando con bastantes maestros y aprendices en activo.