Los Cármenes en tarde de partido con un aguador y su burro en primer plano |
Ficha Pérez
El 10 de abril
de 1942, al lado mismo de la noticia donde se da cuenta de la muerte de Alberty
el día anterior, informa la prensa que el portero canario Pérez, del Alicante
(el Hércules), recién descendido a segunda, está en Granada para fichar. Desde
la visita del Granada a Alicante en la penúltima jornada de liga habían
existido negociaciones con el guardameta, que hacía algo más de un año consiguió
alinearse en un partido amistoso con la selección en Portugal. Dos días después
fichaba como rojiblanco por la presente temporada, de la que quedaba por
disputar la Copa, más toda la temporada siguiente. El reciente fichaje se
estrenó defendiendo la portería rojiblanca en una mini gira por el Marruecos
español que llevó a los nuestros a Ceuta y Tetuán. Contábamos como porteros en
esos momentos además de con Floro y Pérez, también con Martí, fichado a
principio de temporada pero inédito a causa de una larga enfermedad de la que
ya estaba repuesto.
Copa del Generalísimo
La Copa del
Generalísimo empieza a disputarse a finales de abril. El primer rival, en XVI,
es el Málaga, que ya no se llama Malacitano y milita en segunda. Desde la
temporada 1933-34, cada año las directivas de los dos clubes habían esperado
como agua de mayo el partido que enfrentara a los eternos rivales y volviera a
llenar las gradas (y las arcas), pero el ascenso a primera del Granada había
acabado con lo que era el mayor aliciente tanto para Málaga como para Granada.
Mire usted por dónde el torneo del KO vino a restituir esa sana costumbre. Así,
para viajar a Málaga se fletó un tren botijo por Educación y Descanso, al mejor
estilo de aquellos accidentados partidos de los tiempos de la República, y unos
quinientos paisanos vieron en La Rosaleda (inaugurado sólo seis meses atrás), a
reventar, cómo un Granada muy superior ganaba 2-4 y dejaba encarrilada la
eliminatoria con tres goles de César, que ya alcanzaba la cifra de 26. El portero
Pérez debutó en partido oficial y tuvo una buena actuación.
Para
la vuelta, la expedición malaguista en la previa hizo una visita a la tumba de
Alberty, donde dejó una corona funeraria. Y ya en el partido, disputado el día
de la Cruz de 1942, el Granada volvió a vencer, 2-1, y se clasificó para VIII.
Fue un encuentro bastante soso y al que no asistieron demasiados espectadores,
así que poco se pareció a los de los años treinta. El más destacado fue
González, que reaparecía al lesionarse Millán en la ida.
El portero internacional Pérez, fichado para suplir al llorado Alberty |
Liz agrede a Cirre
La crónica en
el diario Patria del partido de vuelta frente al Málaga, firmada por José
Cirre, no sentó bien a Liz. En dicha crónica no se nombra al extremo ni una
sola vez fuera de la relación de los once rojiblancos que disputaron el partido,
pero incide el gacetillero en que determinados jugadores se reservan y dejan en
manos de otros el trabajo sucio, buscando sólo su lucimiento personal. Liz
debió de sentirse aludido y ni corto ni perezoso buscó y agredió a Cirre. Por
esa razón fue detenido y no viajó a Oviedo para la siguiente eliminatoria de
Copa. Para el partido de vuelta frente al Oviedo en Los Cármenes ya si jugó
Liz, pero las crónicas de los dos diarios se limitan a nombrarlo sólo en la
alineación granadinista.
Por
su parte, el periodista José Cirre, que desde la marcha de José Zubeldia había
estado todo el año encargado de la sección deportiva en Patria y era la firma
habitual de las crónicas de los partidos del Granada e incluso se había
desplazado alguna vez con el equipo, ya no volvió a dedicarse a temas
deportivos y fue sustituido por Daniel Saucedo Aranda. En números posteriores
del diario del Movimiento podremos encontrar colaboraciones con su firma sobre
temas culturales y de información general.
José Cirre Jiménez, periodista de Patria y escritor |
Lorenzo Tamayo
presidente de honor
Entre medias
de los dos partidos frente al Málaga, en sesión celebrada por la directiva el
28 de abril, se acordó nombrar, por aclamación, presidente de honor del Granada
CF al general Lorenzo Tamayo Orellana, en esos momentos director general de
Reclutamiento y Personal, «... personalidad
relevante que ha seguido con todo cariño y mayor entusiasmo la trayectoria
deportiva del Granada», dice la nota del club. Este militar del arma de
Infantería era natural de Murcia, pero llevaba varios años en Granada, donde
tomó parte en el golpe de estado de julio de 1936 y en la sanguinaria represión
posterior, cuando tenía el grado de teniente coronel en el regimiento Lepanto
5. Posteriormente había ocupado el cargo de presidente de la Diputación en
plena guerra.
En
la misma junta el presidente Ricardo Martín Campos puso su cargo a disposición
de la Federación Sur, la cual días más tarde lo ratificó en el cargo.
General Lorenzo Tamayo Orellana, presidente de honor del Granada CF |
Cóctel Trompi
En Oviedo,
rival en octavos de Copa, que tenía todavía pendiente disputar la promoción por
la permanencia en división de honor (acabó salvando la categoría frente al
Sabadell, ya en el mes de junio), el Granada obtuvo un empate a un tanto en un
partido sin apenas historia en el que los rojiblancos fueron mejores y
merecieron la victoria.
El
triunfador del viaje a Oviedo fue Trompi, ya por entonces muy popular no sólo
en nuestra tierra. Según la crónica del partido en Ideal, que firma Segoma, un
periodista local, los granadinistas fueron acosados por enjambres de chiquillos
a la caza de autógrafos, y el más popular de todos fue «el dinámico Trompi», autor del gol granadino, «…que lleva la pelota atada a la bota y la
vista puesta en el compañero desmarcado». Fue tan bueno su trabajo en el
partido que hasta en un bar de la capital asturiana se creó, invitando a su
degustación, un cock-tail al que se
bautizó con el nombre de Trompi.
El partido de
vuelta frente al Oviedo fue casi un trámite y el Granada se impuso 4-0. Los
asturianos, que habían dado ya por perdida la eliminatoria y sólo pensaban en
su partido de promoción, se presentaron en Granada con un equipo por completo
reserva y con algún juvenil. Ideal dice que el asturiano fue un equipo indigno
hasta para segunda. No jugó César, sancionado por un acto de indisciplina en el
desplazamiento a Asturias, pero reaparecieron Liz, ya perdonado, y Sosa,
recuperado tras larga lesión y que actuando como delantero centro consiguió
tres goles.
El gran Trompi |
El Valencia en IV de
final
Una vez
superado el Oviedo, el Granada está en IV de Copa del Generalísimo y su rival
es el flamante campeón de liga y todavía vigente campeón de copa, el Valencia.
Es uno de los mejores equipos che de
su historia, el de la “delantera eléctrica” (Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y
Gorostiza), integrado por varios internacionales. El primer partido es en Los
Cármenes y a Granada ha llegado una expedición valencianista en la que vienen
varios elementos con protagonismo en la historia rojiblanca años después, uno
como jugador, Igoa, y tres como entrenadores: el portero Eizaguirre, el medio
izquierda Lelé y el defensa Álvaro (aunque éste, lesionado, finalmente se quedó
en Valencia). El que no ha venido es su entrenador Encinas, que se bajó en la
estación de Linares-Baeza y en un despiste se le escapó el tren y allá se
quedó, en mangas de camisa hasta el expreso del día siguiente.
En un
sensacional partido, el mejor de toda la temporada, según Fernández de Burgos
en Ideal, el Granada derrotó al campeón de liga y copa 3-1. Esta vez no pudo
acusarse a los rojiblancos de desgana, todo lo contrario, y a pesar de jugar
con uno menos por lesión de César dieron una exhibición de pundonor y apabullaron
en la segunda parte a todo un bicampeón que se había adelantado en el marcador.
El tanteo, suficientemente amplio, hizo que muchos empezaran a soñar con altas
metas coperas. Pero el sueño duró sólo la semana previa a la devolución de
visita a Valencia. En Mestalla, en partido presidido por el Jalifa del
Marruecos español, los locales enrabietados por la lección de humildad recibida
en Los Cármenes, no dieron opción alguna y vencieron 5-0. Así, a finales de
mayo, acabó la temporada oficial del Granada 1941-42.
Cartel publicitario de la División Azul |
Hinchas divisionarios
«Frente de
Rusia, 22-4-42.- Señor don Ricardo Martín Campos. Distinguido y apreciado
señor: ¡Viva España! ¡Viva Alemania! ¡Viva el Granada C. de F. y su presidente!
Con estas frases tan sencillas, pero emotivas, le saludan desde las frías y
áridas estepas rusas los voluntarios granadinos, complaciéndose en felicitarle
por su gran labor llevada a cabo en favor de nuestro Club, así como su decisión
y acierto. No sabe con qué alegría tan grande devoramos los periódicos cuando
logramos alcanzar uno y en cualquier descanso de la lucha, resguardados en
alguna zanja o montículo, leemos con la avidez propia del buen aficionado, las
victorias de nuestro equipo, que ha sabido colocarse en un buen puesto y
mantenerse en la División de honor». […] «Nada más: le envían un saludo
cariñoso y un abrazo de todos los granadinos encuadrados en la honrosa División
Azul y en nombre de todos, Jesús García Linares, Cabo de Artillería. ¡Y viva
nuestro Granada C. de F.!».
Es un extracto
de la carta recibida en el club a finales de mayo, en vísperas del partido de
ida frente al Valencia, y que publicó Ideal. En ella unos granadinos
combatientes en el frente ruso felicitan al presidente por el éxito de haber
logrado la permanencia en Primera División. La directiva decidió remitirles a
estos hinchas granadinos en uniforme de la Wehrmacht fotografías del equipo
firmadas por todos los jugadores así como diarios locales de todos los lunes y
los martes.
Paco Bru en una colección de cromos |
“Novias” para Paco Bru
Paco Bru fue
siempre un técnico “de cartel”, como le denominó Fernández de Burgos, y más
después de la extraordinaria campaña completada al frente de un recién
ascendido, debutante y candidato a cenicienta como era el Granada. Por eso,
antes de jugarse la vuelta en Valencia se recibieron en el club -por separado-
peticiones tanto del Murcia como del Sabadell, los dos segundas que todavía
tenían pendiente jugar sus partidos de promoción de ascenso frente a Barcelona
y Oviedo respectivamente, para que el técnico granadinista se encargara de su
preparación. Bru tenía todavía otra temporada de contrato, así que el club
respondió en sentido negativo a estas peticiones.
Campeón de Andalucía,
Extremadura y Murcia
El mismo día
que el Granada y el Valencia jugaban en Los Cármenes, otro equipo granadino
pero mucho más modesto y aficionado, el de Educación y Descanso, se proclamaba
campeón de Andalucía, Extremadura y Murcia al vencer 4-0 al Cáceres en el
sevillano campo de Nervión. Jugaron: Martí; Alfonso, Sebastián; Montoro,
Juanele, Fattore; Villanueva, Sierra, Miguelín, Jesús Osorio y Pareja. Como
vemos hay en la formación un granadinista, el portero Martí, único profesional,
y también algún ex como Osorio. Por otra parte, hay otros que pertenecieron al
desmantelado equipo rojiblanco amateur: Fattore, Miguelín, Pareja. Como campeón
regional le tocó ir a la fase nacional, en la que alcanzó semifinales del
llamado Campeonato de Productores, y donde cayó eliminado a mediados de junio
por el equipo de Vizcaya, 6-0 en Chamartín.
Equipo aficionado de Educación y Descanso de Granada. El portero es Martí, perteneciente a la primera plantilla granadinista, y el segundo agachado por la izquierda es Jesús Osorio, un ex |
Copa Granada 1942
A principios
de junio en Granada estamos en Corpus y, como desde hace bastantes años, otra
vez se programan dentro de los festejos sendos partidos amistosos en Los
Cármenes. Una nueva edición de la llamada
Copa Granada (precedente del Trofeo Granada de los 70), a dilucidar
frente al Betis, que acababa de ascender a Primera División. El Granada y el
Betis disputarán dos partidos, que se celebrarán en homenaje a los voluntarios
de la División Azul.
Al
primer partido asistió muy poco personal y con arbitraje del ex recreativista
Morales y debut del guardameta Martí, el Granada presentó un once con todos los
suplentes y ganó 5-0. Al día siguiente, sábado de feria (ni viernes ni sábado había
corridas programadas), con algo más de público, nuevo triunfo granadino, 1-0 en
esta ocasión a pesar de que actuaron más titulares que en el anterior. El
alcalde Gallego Burín entregó a César como capitán la copa donada por el
Ayuntamiento.
Movimiento en la
plantilla
Cara a la
temporada venidera, a mediados de junio de 1942 están retenidos o con contrato
en vigor: Pérez, Floro, Martí, Millán, González, Alejandro, Maside, Sosa,
Bonet, Conde, Sierra, Marín, Gárate, Trompi y Muñoz. Benítez, Bachiller y Liz han cumplido contrato, pero se quiere
llegar a acuerdo con Liz. También se
pretende que siga César, pero el Barcelona no quiere ante la
magnífica liga y sus 23 goles (3 más en Copa), que le han dejado segundo en la
clasificación de goleadores, a cuatro del valencianista Mundo y empatado con
Alday, del Madrid. Cholín por su parte se retira y se marcha a su Tolosa.
Cartel propagandístico de la OND fascista |
Dopolavoro
La víspera del
partido de vuelta contra el Oviedo en Copa del Generalísimo recibíamos una
visita todo lo ilustre que podía ésta
ser en aquellos años de amistad estrecha con la Italia de Mussolini. Procedente
de Córdoba, el sábado día 16 llegó a Granada una legación de la OND (Opera
Nazionale Dopolavoro) con su secretario general al frente, Celso María Garatti,
y acompañado de un séquito de al menos siete jerarcas más de la cosa dopolavorista,
todos ellos con sus camisas negras y sus altas botas, de visita turística en
España invitados por la Delegación Nacional de Educación y Descanso.
La Dopolavoro
(“después del trabajo”) era una organización de tiempo libre creada en 1925 por
el régimen de Mussolini para proporcionar a los trabajadores actividades de
ocio y deportivas y ayuda asistencial, a la vez que adoctrinamiento hacia una
visión fascista de la vida en su conjunto. A su imagen y semejanza nació años
después en Alemania la nazi Kraft durch
Freude (“fuerza a través de la alegría”). Y como en el caso de otras varias
organizaciones azul mahón creadas en España tras la guerra, también el régimen
nacionalsindicalista quiso tener una organización por el estilo y así nació la
Obra Sindical de Educación y Descanso (Alegría y Descanso en sus comienzos),
cuyos objetivos eran similares a sus equivalentes de los países amigos. De unas
y otras organizaciones se puede decir que constituían la cara más amable de los
respectivos regímenes dictatoriales que las alumbraron, quizás por esa razón
tanto la organización de tiempo libre italiana como su homóloga española
sobrevivieron a los respectivos regímenes bajo cuya égida nacieron, ya sin
aquel componente de adoctrinamiento de sus primeros años pero conservando bajo
otras denominaciones lo esencial, lo que era más apreciado y a la vez la mejor
labor social que cumplían, la de facilitar viajes y vacaciones a las clases
populares promoviendo excursiones y alojamientos en su red de albergues y
residencias asequibles a las economías más débiles.
Los invitados
italianos fueron recibidos y acompañados en su estancia granadina por jerarcas
falangistas locales, y de su mano estuvieron en la Alhambra, donde firmaron en
el libro de oro de visitantes ilustres, contando para su visita con las
explicaciones del arquitecto conservador, Francisco Prieto Moreno. Después
estuvieron en la Cruz de los Caídos, a la entrada de la carretera de la Sierra
y, seguidos de cerca por una patulea de mozalbetes, se dieron un garbeo por las
principales calles granadinas para subir al Sacromonte a ver las cuevas.
Posteriormente fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde Gallego Burín
al son de la Giovinezza (el himno del partido fascista italiano), interpretado
por la Banda Municipal y cantado por todos en posición de firmes y brazo en
alto, y fueron agasajados con un vino de honor. Por la noche asistieron a un
sarao en el hotel Washington Irving, donde se hospedaban, a cargo de la zambra
de la Capitana, comenta la noticia de
Patria. Al día siguiente por la mañana temprano visitaron la Capilla Real e
inmediatamente salieron para Málaga a continuar con su visita oficial.
A la vez que
estos jerarcas fascistas hacían turismo por España, en el norte de África otros
italianos menos afortunados asistían al inicio del derrumbe del Eje Berlín-Roma
en El Alamein, donde cosechaban su primera gran derrota a manos de los aliados.
A partir de estos momentos ya todo van a ser varapalos para alemanes e
italianos en la II GM.
Una de las primeras etiquetas de la marca |
Habrá cerveza
Los italianos
de las camisas negras estuvieron sólo un día en Granada y vieron -cómo no- la
Alhambra, pero no les dio tiempo de saborear y brindar con otra Alhambra, la
cerveza granadina por excelencia desde 1926. Justo cuando partían para otros
destinos peninsulares, 17 de mayo de 1942, la prensa anunciaba que a partir de
ese mismo día volvía a venderse cerveza en Granada, ausente desde el otoño.
Según la noticia, gracias a la iniciativa del mismísimo Franco -a la autarquía por
barras y mostradores- en plena guerra (1937), empezó a cosecharse lúpulo en La
Coruña buscando la autosuficiencia también en la producción de esta planta
trepadora de la familia de las cannabáceas, desconocida por estos pagos e
imprescindible para la fabricación de la cerveza. Hasta hace nada todo el
lúpulo que se consumía en España tenía que ser importado. Ya no, pero su producción
sigue siendo muy escasa, lo que unido a que las cosechas de cebada fueron
raquíticas dio como resultado que la mayoría de las fábricas de cerveza
españolas, casi una por provincia, hayan tenido que estar varios meses paradas.
Habrá cerveza Alhambra a partir de ahora, pero sin hacerse muchas ilusiones
porque será sólo por unos meses, mientras pasan los calores.
Por un
reportaje de reciente aparición que firma Gabriel Pozo Felguera en El Independiente de Granada, hemos
conocido que la actual y granadinísima cerveza Alhambra no es la primera que
existió con ese mismo nombre. En 1884 nació otra cerveza granadina también de
marca comercial Alhambra, con fábrica enclavada en la calle Jardines, que tuvo
una vida efímera. Sin duda, no pudo competir con los gustos dominantes
finiseculares, mucho más querenciados con los caldos de uva en sus distintas
variedades o con los refrescos que más gustaban a nuestros tatarabuelos, la
horchata, la zarzaparrilla y el agua de cebada, y al poco tiempo dejó de
fabricarse esta cerveza granatensis pionera.
La cervecera
La Alhambra SA, que tomó el relevo de aquella primitiva de finales del XIX, se
gestó en 1925, pero fue en febrero de 1926 cuando el francés-catalán Carlos
Bouvard y el vasco Antonio Knorr fundaron ante notario la nueva sociedad y
suscribieron la mayoría de sus acciones, y para finales del otoño de ese mismo
año, navidades blancas ya que cayó una gran nevada, pudieron los granadinos
saborear la nueva cerveza. En el Defensor de 19 de diciembre de 1926 aparece en
primera página que acaba de ser inaugurada la fábrica en un acto al que
concurrieron las autoridades civiles y eclesiásticas y que terminó con
piscolabis y degustación del producto.
Antes, en
septiembre y en octubre, aparecieron amplios publirreportajes en la prensa
local anunciando la inminente puesta en marcha de la industria. Bajo el título
«Granada cuenta ya, entre sus importantes
industrias, con una de las mejores fábricas de Cerveza y Hielo de España»
se dio a conocer las características de la nueva factoría y los pormenores del
proceso de transformación de lo que allí se elaboraba, incidiendo en las
propiedades salutíferas de la cerveza, que sigue siendo algo así como exótico
para los gustos de la sociedad granadina de por entonces (hasta los años
ochenta no empezó a haber en España más consumo de cerveza que de vino).
Instalada la factoría en el mismo sitio en el que sigue en la actualidad,
cuesta de los Cerdos o carretera del Fargue, actual avenida de Murcia, en el
solar que ocupaba el desaparecido mercado de cerdos, por entonces el
extrarradio, se surte del agua de la acequia de Aynadamar y de la del manantial
de San Vicente, existente en ese mismo lugar, un agua de propiedades
medicinales. La cerveza fabricada en Granada es la llamada “alemana” o tipo
Pilsen, de fermentación baja, más clara y ligera, que tiene mucha más
aceptación que la de tipo “inglés”, de fermentación alta, densa y oscura.
En la
actualidad, la cerveza granadina se diría que atraviesa uno de sus mejores
momentos, a poco de cumplir un siglo de existencia, y puedes beberla en toda
España e incluso en el extranjero, sobre todo su producto estrella, Alhambra 1925, la popular “milno”, prez
y orgullo penibético donde los haya, que fue en definitiva la que con su
oportuno invento en 1995 vino a salvar a una empresa en suspensión de pagos y a
punto de fenecer.
Una “milno” añosa |
Granada 1926
La fecha de
nacimiento de algo tan granadinamente significativo como la cerveza Alhambra la
tomamos como excusa para dar un repaso a la Granada del otoño de 1926, porque
en los tiempos del charlestón Granada atravesó el que quizás sea su mejor
momento histórico en lo que respecta a la prosperidad y el empleo. No obstante,
a las alturas de 1926 ya había pasado el auge de las industrias azucareras de la
Vega, que iniciaban un periodo de pérdida de rentabilidad, y el cultivo de la
remolacha empezaba a ceder espacio al del tabaco. Y también eran tiempos de una
gran vitalidad cultural y artística hasta el punto de que para algunos autores
se puede hablar de una edad de oro de la intelectualidad granadina para
referirse a los años veinte.
Grandes obras
civiles de infraestructuras emprendidas por el Directorio Civil de la dictadura
de Primo de Rivera caracterizan también aquellos años y nuestra tierra no quería
quedarse atrás, por lo que se acentuaban las ya por entonces viejas
reivindicaciones granadinas demandantes de un servicio ferroviario que enlazara
Granada con Motril por el sur, pasando por Lanjarón («la deliciosa y jocunda colonia
veraniega») y Órgiva, y con Jaén
capital por el norte, y que se terminara el ferrocarril que desde Málaga llegaba
hasta Ventas de Zafarraya para que continuara hasta Láchar y Granada. Ahora
mismo Granada capital lleva tres años aislada por ferrocarril con todo el mundo
excepto con Almería, y no se prevé que la cosa se vaya a arreglar pronto, pero
en la década de los veinte del XX no era mucho mejor la realidad ferroviaria de
Granada. Es un tema que domina las primeras páginas de la prensa local, que dan
cuenta de intentos de movilizaciones de las fuerzas vivas de la ciudad y de la
provincia para exigir a Madrid mejoras en los ya por entonces muy vetustos
servicios ferroviarios granadinos. Algunas líneas que unían Granada con las
principales capitales andaluzas han sido suprimidas y en las que todavía
funcionan predomina un material que se cae de viejo y sucio, y resulta que en
1926 algunos trenes penibéticos tardan más en llegar a sus destinos que en la
década anterior. Pero las fuerzas vivas no lograron ponerse de acuerdo en sus
reivindicaciones y al asunto se le fueron dando largas sin llegar a nada en
concreto. Y así hasta hoy.
La Guerra del
Rif estaba por entonces a punto de terminar. Desde el desembarco de Alhucemas,
un año antes, se había reconquistado y pacificado la práctica totalidad de la
superficie marroquí bajo administración española. Abdelkrim había dejado de ser
para España un dolor de cabeza porque se había entregado a los franceses unos
meses antes y apenas quedaban focos de resistencia de rifeños rebeldes. Por esa
razón, gran parte de las fuerzas españolas trasladadas al protectorado después
del Desastre de Annual eran repatriadas y devueltas a su lugar de guarnición, y
así, el Regimiento de Infantería de Córdoba era recibido en triunfo por miles
de granadinos el 6 de noviembre en la estación de Andaluces. Le llaman “El
Sacrificado”, dice el cronista del Defensor, que describe los entusiastas
vítores y el acendrado patriotismo de la escena.
La Isla de Cuba de calle Hileras |
En la crónica
negra de la ciudad era por entonces la comidilla el juicio por el que se llamó
crimen de la calle Hileras. José Gómez Segovia, el inculpado, empleado de la
compañía de tranvías, el 9 de enero mató de un disparo al propietario de La Isla de Cuba, un comercio de tejidos
situado en la calle Hileras, Bernardo Olmedo Herrera, que era familiar suyo y
con el que mantenía alguna rencilla por una supuesta herencia. El 24 de
noviembre de 1926 la Audiencia condenó a Gómez Segovia a catorce años de cárcel. Segovia fue a la trena pero no
tuvo que cumplir su reclusión en el penal de Belén, antiguo convento de la
calle Molinos desamortizado y convertido en lóbrega mazmorra, que acababa de
ser clausurado como prisión.
Noticias
futboleras apenas se encuentran en los diarios de 1926 y cuando aparecen son
siempre escuetas y referidas todas a equipos ajenos por completo a la tierra. Y
es que en Granada desde hace un año se puede hablar de que no hay fútbol, desde
que desaparecieron los dos clubes granadinos que animaban bastante el cotarro
futbolero con su rivalidad extrema, el Real España y el Real Español. Sólo
existen clubes muy modestos que ni
siquiera participan en algún campeonato interprovincial ni están federados.
Faltan todavía cinco años para el nacimiento del Recreativo Granada (o sea, del
GCF) y por ello son los tiempos de la prehistoria futbolística en Granada. No
obstante, una noticia que toca indirectamente a la historia del Granada nos
llama la atención. En el Defensor de 16 de diciembre de 1926, bajo el titular “Los cacos en acción” se lee que la
persona que explota el ambigú de la plaza de toros ha denunciado que le han
sido sustraídas varias botellas de licores por importe de 400 ptas. Uno de los
cacos, sorprendido en plena faena, huyó, pero ha sido identificado y detenido,
resultando ser Juan Castillo Pérez, alias Juanele, que ha confesado el robo de
37 botellas de manzanilla que después vendió a un prostíbulo de la calle Piedra
Santa. Él y su cómplice han pasado a prisión. Este Juanele no es otro que el
que años después será delantero centro goleador en el Recreativo en sus tres
primeras temporadas, 1931-1933.
Granada como
toda España estaba sometida por entonces a una dictadura nacida de un golpe de
estado (incruento, eso sí), pero nada se parecía ésta, ni en lo represivo y
sanguinario ni en lo tocante al ejercicio de libertades y derechos, a la que se
instauró en 1939 tras la Guerra Civil y llegó hasta mediados los años setenta.
El Directorio Militar había dado paso al Directorio Civil, pero seguía sin
haber elecciones ni actividad en el Congreso. Dictadura sí, pero mucho más
liberal y permisiva aquella del general Primo de Rivera que la que reinó en
España después de la guerra. Y en esta Granada
también se daba un florecimiento cultural sin parangón, con dos nombres
propios universales como figuras más representativas.
Dibujo de López Sancho sobre el Concurso de Cante Hondo de 1922. Aparecen caricaturizados, entre otros, Manuel de Falla y García Lorca |
El primero es
Manuel de Falla, ya por entonces una gloria nacional y a quien la prensa local
llama “nuestro ilustre paisano”, que en el otoño de 1926 acaba de estrenar en
Barcelona con gran éxito su Concierto
para Clavecín y que a iniciativa del Ateneo granadino, presidido por
Fernando de los Ríos, va ser nombrado oficialmente hijo adoptivo de Granada,
donde reside desde hace siete años.
El otro es
Federico García Lorca, por entonces también ya una celebridad, quien en octubre
acababa de pronunciar en los salones del Ateneo una de sus más famosas
conferencias, la titulada Paraíso cerrado
para muchos, en homenaje al poeta del XVII Soto de Rojas. «Granada ama lo
diminuto. Y en general toda Andalucía.», así comienza su discurso el universal
poeta, pero añade poco después que frente a Sevilla y Málaga, ciudades con sed
de aventuras que se escapan al mar, Granada, rodeada de sierras y
definitivamente anclada a la tierra, sólo tiene salida por las estrellas y por
eso se refugia en ella misma y usa el diminutivo, y la estética genuinamente
granadina es la de las cosas diminutas y preciosistas. Lorca no lo dijo ni yo
seré tan osado como para afirmar que iba implícito en su discurso, pero no puedo
evitar extraer de la lectura de su famosa conferencia la idea de que en Granada
lo más genuino de cuanto se hace o se hizo cuesta un chavico o tiene ese tamaño,
que para el que suscribe sería el verdadero sentido del famoso topicazo aquel
que no hace falta citar, y no el más conocido, el que alude a que en esta
tierra abundan más que en otras los engurruñíos.
Además del Ateneo
existía también en aquella Granada efervescente en lo cultural el Centro
Artístico, presidido por el ingeniero Juan José Santa Cruz. Junto a cierta
polémica nacional sobre la necesidad de abolir las propinas y prohibir el
piropo callejero, la prensa recoge otra, más de andar por casa este otoño de
1926, entre ensalzadores y detractores de los que se consideran los dos hitos
más importantes de la década en los que el protagonismo del Centro Artístico
fue destacado: el concurso de cante hondo de la Alhambra en 1922 y el monumento
a Ganivet del escultor Juan Cristóbal junto a la fuente del Tomate, de 1921.