EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



martes, 22 de marzo de 2011

CELTA, LA ALTERNATIVA



El Celta es otro de los equipos de más solera con los que nos toca enfrentarnos. De los que militan en Segunda es detrás del Betis el que mejor palmarés presenta, como prueba el puesto doce que ocupa en la clasificación histórica de clubes, y es otro de los equipos de nuestra liga contra quien más veces nos hemos enfrentado (treinta y cuatro), por lo que se puede echar mano de variadas anécdotas y cosas destacables que implican a la historia de Granada y Celta. Nuestro rival es otro de los trece que este año pisan por primera vez el nuevo Los Cármenes, pero ha jugado en Granada en 16 ocasiones (11 de Primera, 4 de Segunda y 1 de Copa), de las que diez acabaron en victoria rojiblanca, cuatro en empate y dos en derrota.


El primer Granada-Celta de la historia será para siempre recordado ya que fue el del doctorado granadinista como primer espada. El 28 de septiembre de 1941, en el primer partido de la liga de Primera 41-42, el Granada debutaba como equipo de máxima categoría frente al Celta. El resultado final fue de empate a un tanto, conseguido el rojiblanco por César.


A la temporada siguiente, 42-43, la comparecencia del Celta en Los Cármenes tuvo como prólogo la visita a la tumba del llorado Alberty en el cementerio de San José, donde la expedición celtista depositó una corona funeraria en recuerdo del gran guardameta, también muy querido en Vigo. Al día siguiente los nuestros derrotaron a los celestes 3-1 con dos goles de Mas y uno de Trompi.


La tercera visita a Granada es de la 43-44, año muy negro para los gallegos, que ocuparon el farolillo rojo prácticamente toda la temporada para acabar descendiendo a Segunda varias jornadas antes de concluir la liga pues sólo fueron capaces de anotarse dos victorias en todo el campeonato. A Granada vinieron en la jornada 26 y última y los rojiblancos se impusieron de paliza, 5-2, aunque no resultó nada fácil porque el Celta logró empatar con dos goles del futuro granadinista Pahíño. En un partido muy bronco por parte de la cobertura gallega, según las crónicas, la anécdota ocurrió a poco del final, cuando el defensa del Celta Deva fue expulsado por “desobediencia al árbitro”; al parecer, cuando este futbolista se disponía a sacar de puerta desde su área, gran parte del público lo increpaba (“coreaba la jugada” dice Saucedo en su crónica de Patria), lo que hizo que se negara a poner el balón en juego, por lo que fue expulsado por el trencilla Moreno Almagro. Otros tiempos, desde luego.


Pasando de puntillas sobre el siguiente enfrentamiento contra el Celta, de infausto recuerdo porque fue el de la promoción de 1945 que trajo el primer descenso, ya en los cincuenta tenemos nuevos enfrentamientos de Primera. A destacar el de la 57-58, con victoria mínima por gol de Pellejero en un partido plagado de incidentes e intentos de agresión al árbitro Novella. O el de la 58-59 en el que ganó el Granada 2-0 (Vázquez y Mauri), victoria fundamental para huir incluso de la promoción (cosa que no se consiguió por culpa de resultados sospechosos en otros campos), pero lograda de forma dramática, con un segundo gol que llegaba faltando cinco minutos y después de que Benavídez marrara un penalti que paró otro futuro granadinista, Manolín.



Los siguientes seis enfrentamientos contra el Celta, entre 1969 y 1975, son todos de Primera y tienen en común el tratarse de feos partidos muy defensivos y con escasos acercamientos a las áreas. Lo mejor es que, de los seis, cinco fueron victorias rojiblancas y el otro un empate. Entre todos destacamos el de la 73-74, que se jugó en Los Cármenes el 5 de mayo de 1974, en la jornada 33 y penúltima del calendario. Jugaron por el Granada: Izcoa, Toni, Castellanos, Falito, Montero Castillo, Fernández, Escobar (Aguirre Suárez 60’), Lorenzo, Maciel, Chirri (Oruezábal 60’) y Quiles. Se adelantaron los visitantes con gol de Gestoso en el minuto 15, pero pronto empató Lorenzo y antes del descanso Maciel consiguió un golazo que ponía el 2-1 que resultó definitivo. La segunda parte resultó bastante más floja hasta que a poco del final se lió una pelotera entre jugadores de uno y otro equipo saldada con algunas tarjetas y la expulsión del visitante Rivas. Ambos equipos no se jugaban nada pues la permanencia en Primera la tenían asegurada, pero el Granada, con esos dos puntos más el del empate en Sarriá del siguiente domingo consiguió acabar sexto, igualando su mejor clasificación histórica de dos años antes.


La última visita a Granada de los gallegos, de la 84-85, en Segunda, fue un pésimo partido granadinista del que no quiero acordarme, con resultado de derrota 1-4 que lo único positivo que trajo fue la destitución del nefasto Naya y su sustitución por Pellejero, cuyo gran trabajo no fue suficiente para salvar la categoría aunque a punto estuvo de conseguirlo.

lunes, 21 de marzo de 2011

PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD


Granada 1 Celta 1

28 de septiembre de 1941

Estadio Los Cármenes, lleno, unos doce mil espectadores en tarde nublada. Partido correspondiente a la primera jornada de liga de Primera División 1941-42

Granada CF: Floro; Millán, González; Maside, Bonet, Sierra; Marín, Trompi, Cholín, César y Liz

C Celta de Vigo: Bermúdez; Cons, Deva; Alvarito, Fuentes, Sabina; Venancio, Carlos, Del Pino, Agustín y Roig

Goles: 0-1, min. 35, Venancio; 1-1, min. 69, César

Árbitro: Melcón, acertado y justo



El domingo 28 de septiembre de 1941 es una fecha a resaltar en la historia del Granada CF porque es la del primero de los 514 partidos que hasta el momento ha disputado como equipo de Primera División. Cuando en muchos medios nacionales todavía se le nombraba como Recreativo y se aludía a los nuestros como los blanquiazules, llegaba esta presentación ante la aristocracia del fútbol español.
«Ni llovió ni hizo sol ni vimos buen fútbol», titula Patria la crónica que firma Cirre del debut granadinista, enmarcado en una típica tarde encapotada de principios de otoño y domingo día de la Virgen. Fue un partido más bien malo en el que el Granada acusó en todo momento bisoñez y falta de rodaje, además de evidenciar carencias en determinados puestos claves, sobre todo en la portería, ocupada por Floro, de quien dice el cronista que hizo muchas de “esas cosas raras que hace Floro”, y que estuvo nervioso porque le pudo el ambiente. Sólo destaca del conjunto local determinadas fases del juego y alguna individualidad, como las que exhibieron los dos debutantes aquella tarde con el uniforme rojiblanco: Marín y Sierra.
Se adelantó el Celta en el minuto 35. En la segunda parte llegaba el empate, con el gol número uno del total de 610 que el Granada logró en sus diecisiete temporadas de Primera: córner botado por Camilo Liz desde la izquierda y magnífico cabezazo de César anticipándose a su marcador.
En este primer partido no estuvo todavía la sensacional delantera granadinista que formaron Marín, Trompi, César, Bachiller y Liz. Cesáreo Bachiller en esos momentos aún no había renovado y se rumoreaba su pase al R. Madrid, operación que no llegó a concretarse. Dos domingos después sí que se alinearán por primera vez los que forman el quinteto de mayor poder goleador de toda la historia granadinista. Aparte del cambio de Bachiller por Cholín, la alineación del Granada en este partido de debut se puede considerar como la titular esta temporada, con los únicos retoques de Alberty por Floro y Sosa por Maside en la media.

jueves, 17 de marzo de 2011

RAYO VALLECANO, KALMAR, ROSSI Y PEIRÓ



A pesar de ser el Rayo Vallecano un club de solera sólo se ha enfrentado al Granada en trece ocasiones, incluyendo la de la primera vuelta de esta misma temporada. El Granada sólo ha visitado Vallecas (el viejo y el nuevo) en seis ocasiones, todas de Segunda división menos una, que fue de Copa, y de esas seis sólo pescamos dos veces, con un empate y una victoria.

La primera visita granadina a Vallecas no fue para jugar contra el Rayo, sino contra el Atlético Aviación, que en los primeros años de la posguerra lo usaba como local porque su estadio, el Metropolitano, había sufrido los estragos de la guerra y necesitaba de grandes reparaciones. Para medirse ya al equipo de la franja diagonal viajó el Granada a Madrid por primera vez en la jornada nueve de la 65-66, el 14 de noviembre de 1965. Era el Granada de Kalmar en su segunda etapa, un Granada líder del grupo Sur de Segunda gracias a que de los ocho partidos ya disputados siete habían sido victorias rojiblancas mientras que sólo uno había acabado en derrota, justo el de la anterior salida dos semanas antes al Vallejo del Levante, donde hubo que sufrir el nefasto arbitraje del murciano Bañón, que pitó dos penaltis en contra, anuló un gol y encima expulsó a Miguel y a Rafa Almagro, que fueron sancionados el primero con tres encuentros y el segundo con nada menos que diez.

Con la importante ausencia de esos dos jugadores compareció el Granada en Vallecas, donde aguantó bien la primera parte para en la segunda perder a otros dos titulares, en este caso por lesión, y acabar sufriendo su segunda derrota (2-0) que de momento no le hizo perder el liderato. A poco de iniciarse la segunda parte se lesionó González, el hijo del mítico futbolista del mismo nombre de los años cuarenta, y pasó a ocupar un puesto en la delantera donde fue lo que se conocía como “figura decorativa”, ya que faltaban algunos años para que se permitieran los cambios de jugadores de campo. Poco después era otro defensa, Barrenechea, el que caía lesionado, y en este caso se retiraba para no reaparecer. Con sólo nueve jugadores aprovechables y varios jugando en puestos que no eran los suyos, poco pudieron hacer los rojiblancos, que no encajaron más goles gracias a que Otero realizó un sensacional partido. La plantilla era corta y con tantas ausencias el Granada fue perdiendo fuelle hasta verse relegado a la cuarta posición, pero en un magnífico sprint final alcanzó el segundo puesto y con él la promoción que dio el tercer ascenso a Primera de la historia, el de Málaga.

Ya no jugó el Granada en Vallecas hasta el 10 de mayo de 1970 cuando, recién terminada la liga de Primera 69-70, la Copa del Generalísimo deparó al Rayo como rival en XVI. Los madrileños, en Segunda, aspiraban todavía al ascenso pues su liga no había terminado. En la ida, jugada en Los Cármenes una semana antes, habíamos ganado con un solitario gol de Barrios, y en Vallecas el empate a uno con gol nuevamente de Barrios dio el pase a la siguiente ronda, donde caímos a pies del Valencia. La permanencia en Primera se había conseguido de forma angustiosa en una temporada atípica en la que, con Rossi en el banquillo, la primera vuelta fue magnífica (gracias a ella no se descendió) pero la segunda fue horrorosa. Así que Candi ya planificaba la siguiente temporada, en laque iban a llegar a nuestro club nombres muy importantes en su historia. Así, para esta eliminatoria de Copa ya jugó su primer fichaje, Fontenla, mientras que estaban cerrados los de Jaén, De la Cruz y Lasa, más el entrenador, Joseíto, que volvía y que incluso relevó a Pipo Rossi en la eliminatoria frente al Valencia, aunque con el carnet de Manolo Ibáñez.

También es destacable la última visita a Vallecas, que data de 1 de noviembre de 1987 y es la única victoria granadinista en ese terreno. El domingo anterior en Granada habíamos quedado todos maravillados por el partidazo en el que los rojiblancos le endosaron un 5-0 al Coruña en el debut de Lalo Maradona, que pasó con sobresaliente su estreno en el fútbol español. En Vallecas el nombre del hermano del “Pelusa” convocó a varios miles de personas que volvieron a quedar impresionados por el juego del que parecía un crack. El primer gol llegaba mediada la primera parte y era la culminación de una jugada de Lalo Maradona con gran pase a la subida del defensa canterano Castillo para que éste marcara. El segundo lo conseguía Miguel aprovechando un fallo de la defensa rayista. A poco del final acortaron distancias los locales. Con esta victoria el Granada era segundo en la clasificación, con cinco positivos, y ya se empezaba a hablar de ascenso a Primera a pesar de que sólo se habían disputado nueve jornadas. Pero precisamente después de Vallecas se le agotaron las pilas al mediano de la saga Maradona y también al equipo, que empezó la pesadilla en forma de seis derrotas consecutivas que de la segunda plaza nos llevaría a la mitad baja de la tabla para más adelante despedir a Peiró y acabar de cumplirse el dicho de ser peor el remedio que la enfermedad. Después de este partido en Vallecas ya sólo fue el Granada capaz de ganar tres partidos más en toda la liga, convirtiéndose así esta 87-88 en la segunda peor temporada histórica del Granada, sólo por delante de la 60-61.

martes, 8 de marzo de 2011

FLORENTINO BUEY



Granada 7 Salamanca 2


2 de octubre de 1949

Estadio Los Cármenes, casi lleno, unos doce mil espectadores. Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo II de Segunda División 1949-50

Granada CF: Candi; Toñin, Millán, Rey; Almagro, Sosa: Ros, Trompi, Luiqul, Fraga y Megino,

UD Salamanca: Larrate (Floro 85’); Párraga, Paqulto, Spor; Herrero, Gutiérrez; Nano, Escudero, Loren, Albizúa y Noreña

Árbitro: La Riva, bien. Expulsó al visitante Albizúa (41’) por juego violento

Goles: 1-0, min. 20 Fraga; 1-1, min. 24, Loren; 2-1 min. 33; Luiqui; 2-2, min. 43, Escudero de penalti; 3-2, min. 48, Ros; 4-2, min. 51, Fraga; 5-2, min. 52, Luiqui; 6-2, min. 54 Trompi; 7-2, min. 55, Luiqui

El Granada de la 49-50, con su gran poder goleador (cuarto mejor promedio de la historia) apalizó en Los Cármenes: 6-0 al Castellón, 7-2 al Salamanca (incluido en el grupo Sur para poder cuadrar a dieciséis equipos), 4-2 al Albacete, 6-1 al Cartagena, 8-1 al Levante (a pesar de que el equipo sólo entrenó dos días al haber quedado bloqueado en la zona norte de la provincia por una gran nevada) y, por último, 9-2 al Linense en la única goleada de la segunda vuelta.

Las victorias sobre Castellón y Murcia y a domicilio en el Bardín del Hércules con la sola derrota en Córdoba en la primera jornada, colocaba líder al Granada cuando en la quinta nos visitaba el recién ascendido Salamanca.

El mismo día del partido Ideal publicaba una emotiva entrevista a Floro en la que éste mandaba un abrazo muy fuerte para todos los granadinos. El pequeño gran Floro había recibido la baja dos temporadas atrás y se había enrolado en el Salamanca, con el que vino como suplente: «…conforme me he ido acercando a Granada he sentido algo interior que no puedo explicarme, pero que ha producido en mí una cosa de tipo afectivo que quizá me impida jugar»… «¡Es que son muchos los recuerdos que de Granada guardo!». Florentino Buey Portillo, Floro, como dice José Luis Entrala seguramente no fue unos de los mejores porteros que tuvo el Granada en toda su historia, pero sí que fue uno de los más queridos. En sus nueve temporadas granadinistas y en sus ciento veinte partidos encabezó el mítico recitado rojiblanco de Floro, Millán, González, el trío famoso en el fútbol español y que evoca una época dorada rojiblanca. En Granada había enviudado al poco de llegar y en Granada quiso él ser enterrado junto a su “morenita”.

Ideal titula la crónica de este partido: «Diez minutos de inspiración y velocidad bastaron al Granada para aplastar al Salamanca». Y es que en realidad y según la misma crónica, que firma Fernández de Burgos, el Granada jugó bien y se empleó a fondo sólo durante los diez primeros minutos de la segunda parte. En esos diez minutos consiguió hasta ¡cinco goles! frente a un bisoño Salamanca al que destrozaron una y otra vez las fulgurantes incorporaciones desde atrás de Sosa y Almagro. Pasados esos diez minutos ya lo demás casi sobró, a excepción de la aparición de Floro, sustituto del titular lesionado, que al pisar el césped fue saludado con una ovación de las de época. Es la única vez en toda su carrera en que Floro se enfrentó al Granada.

La liga no había hecho más que empezar, pero ya se hablaba de ascenso. La primera mitad del campeonato transcurrió con el Granada de líder, pero en la segunda vuelta las lesiones y las sanciones diezmaron bastante una corta plantilla y al final acabamos novenos después de que los salmantinos nos devolvieran el escardón en su Calvario (5-0).

SALAMANCA, FLORO, SERRANO Y GURUCETA



Contra el Salamanca nos hemos enfrentado en un total de veintiún partidos, contando también el de la primera vuelta. En Granada se han jugado 10 de esos 21, todos en el viejo Los Cármenes, de los cuales dos fueron de Primera y ambos acabaron en empate, el mismo resultado de la única vez que nos enfrentamos en 2ª B. Las dos únicas victorias charras en Los Cármenes corresponden a sendos partidos de Copa del Rey (1981 y 1985). Por contra, sus cinco visitas como equipo de Segunda fueron otras tantas victorias granadinistas. Que se cumpla la tradición.


La primera vez que la UD Salamanca visitó Granada fue el 17 de marzo de 1946. Era la jornada 24 del grupo único de Segunda 45-46, antepenúltima del calendario, y el Granada marchaba cuarto clasificado, con serias posibilidades de alcanzar al menos puesto de promoción, que era para el tercero, por eso a los jugadores se les ofreció como incentivo la taquilla íntegra de la parte que le correspondiera a nuestro club en el partido único de promoción si lograban clasificarse. Lo cierto es que los nuestros cumplieron, primero venciendo al Salamanca 4-1 (Marín dos, Mas y Trompi) y posteriormente empatando en el feudo del campeón y ya ascendido Sabadell para terminar goleando en Los Cármenes al Jerez en la última jornada. Pero toda posibilidad de retornar a la máxima categoría sólo un año después del descenso se desvaneció cuando más favorables estaban las cosas por culpa de un triple y sospechoso empate final que favoreció al Tarragona, que fue el que promocionó.


La segunda vez que los salmantinos comparecieron por estas tierras fue cuatro temporadas más tarde, en la 49-50, y se llevaron un serio correctivo (7-2) de un Granada de gran poder realizador que aquel año nos ofreció hasta seis grandes goleadas en Los Cármenes. Aquel partido tuvo de destacable, aparte de que el Granada resolvió el partido en sólo diez minutos eléctricos en los que fue capaz de hacer cinco goles, el gran incentivo de volver a reencontrarse la afición con Floro, que había recibido la baja dos temporadas atrás, y que aunque no salió de inicio jugó los últimos cinco minutos (y no encajó ninguno de los siete goles) en sustitución del titular salmantino Larrarte, lesionado. Fue la única vez en su carrera en la que se enfrentó al que fue su equipo. Su aparición en Los Cármenes fue recibida con una ovación grande y sentida hacia un futbolista muy querido en Granada.


La tercera visita salmantina a Granada fue cardiaca en un sentido literal. Esto ocurría el 25 de febrero de 1951, un mes después de la tragedia de la expedición del Melilla en Loja, a raíz de la cual y en agradecimiento por las grandes atenciones de que fueron objeto los melillenses por parte granadina, nuestro presidente, Joaquín Serrano, había sido nombrado presidente de honor del equipo norteafricano. El mismo Joaquín Serrano iba ser protagonista involuntario del Granada-Salamanca de la 50-51. Venía el Salamanca en la jornada 22 muy bien clasificado, cuarto, mientras que los nuestros llevaban toda la temporada más cerca de los puestos medios que de los de arriba, pero sin perder nunca toda posibilidad de al menos promocionar. En esta tesitura, se adelantaron los forasteros poco antes del descanso con dos goles casi seguidos, aunque Cea acortó distancias para los nuestros. En la segunda parte el resultado favorable al Salamanca continuó hasta menos de diez minutos para el final, en los que los goles de Botella y Mas (por entonces jugador-entrenador) dejaron en casa los dos puntos para seguir aspirando a todo. Pero el gran suspense fue demasiado para el corazón del presidente Serrano, el cual sufrió un amago de infarto y hubo de ser atendido en la misma enfermería de Los Cármenes. Afortunadamente todo quedó en un susto.


También merece destacarse el partido de Copa del Rey de 6 de mayo de 1981 en Los Cármenes. Pero no por el resultado, una derrota rojiblanca (0-1) ni por el juego exhibido por unos y otros, que fue bastante deficiente, sobre todo por parte del Granada. Lo que lo hace destacable es que fue la segunda y última vez que el árbitro Guruceta pisaba nuestro terreno de juego. Desde aquel ya lejano domingo de finales de enero de 1971 en que la lió y hubo de salir protegido por la fuerza pública quedando recusado por el Granada, sólo había vuelto a dirigir a los rojiblancos en otro partido, precisamente el último (por ahora) jugado por el Granada como equipo de Primera, en Zaragoza, en la última jornada de la 75-76. Algo más de diez años después de su show en Los Cármenes volvía este árbitro a aparecer por nuestra tierra y desde el primer momento quedó claro que no nos habíamos olvidado de su “fechoría” porque hubo a lo largo del partido pitos e insultos dirigidos al de negro y algún que otro objeto lanzado desde la grada. Pero no se puede hablar de una auténtica vendetta porque las protestas y abucheos fueron en realidad poca cosa. Y es que a estas alturas de la nefasta 80-81 había cundido el pasotismo también entre la ya escasa afición que veía cómo parecía irremediable el descenso a 2ª B por primera vez en la historia y precisamente –¡vaya gracia!- como para celebrar las bodas de oro. Este partido contra el Salamanca es uno de los seis (concretamente el tercero) que completan un récord negativo en la historia del Granada CF como es el de la segunda peor racha (la otra es de la 69-70) del Granada, que fue incapaz de marcar ni un solo gol en seis partidos consecutivos. Después de perder con el Salamanca y ser eliminados de la copa todavía faltaban tres jornadas para concluir la liga, que se saldaron con una vergonzosa derrota en Ceuta (3-0), un empate sin goles ante el Getafe y una mínima derrota en el Bernabéu ante el Castilla… y el negro pozo de la 2ª B por primera vez.

martes, 1 de marzo de 2011

LAS PALMAS, GARANTÍA DE ESPECTÁCULO... Y GERONA



Nuestro próximo rival, el Las Palmas, es otro ilustre cuyas visitas a Granada son numerosas. No hay otro en la categoría contra el que el Granada CF se haya enfrentado más veces, y además lo ha hecho en las tres primeras categorías del fútbol español, cosa que sólo sucede además con el Córdoba, el Elche y el Salamanca. Son tantas como cuarenta y ocho las veces que Granada y Las Palmas se han enfrentado (sin contar la de esta misma temporada) y son veinticuatro las que el equipo canario visitó Granada, de las cuales sólo en dos ocasiones ganó y empató en siete, el resto, quince partidos, fueron victorias rojiblancas. No es mal balance para los intereses granadinistas. Todas esas visitas lo fueron al viejo campo, luego estamos ante un debutante en el nuevo Los Cármenes.


No hay otro rival esta temporada cuyas visitas a Granada dejaran tantas cosas dignas de destacar y recordar. En su mejor época, que son los sesenta y setenta, cuando los Tonono, Castellano, Guedes, Martín Marrero, Germán y otros, solía ofrecer en Los Cármenes grandes partidos a base de un fútbol que primaba la técnica y el toque corto sobre el músculo, y sin excesivas precauciones defensivas; un fútbol con sello propio, muy distinto a lo que era la norma por entonces y muy de agradecer por los espectadores.


Tan sólo un año después de ser fundado vino a Granada por primera vez, en la temporada 1950-51, la de su debut en Segunda. En la jornada tres el Granada goleó 4-1 (Callejo Larrubia, Chaves y Licker) a un Las Palmas todavía sin definir y que acabaría ascendiendo.


También es de destacar la que fue su quinta visita a Granada, ésta de Primera, de la 1958-59, el 22 de febrero, en la jornada 23, en el partido de debut de Kalmar en el banquillo rojiblanco. El resultado fue el mismo de la primera vez, 4-1, pero lo mejor fue la gran actuación del “gordo” Benavídez en el que quizás fue su mejor partido mientras vistió de rojiblanco, con dos goles, uno de penalti, y los otros dos de Ramírez y Loren. Los ajustes del gran Kalmar incluyeron el reubicar a Benávidez y situarlo de lo que hoy se conoce como media punta o enganche frente al técnico anterior, Scopelli, que le hacía jugar demasiado en punta. Con Benavídez filtrando magistrales pases desde la segunda línea, este partido contra el Las Palmas se puede considerar como el prólogo del gran Granada que acabará de armarse dos semanas después, cuando se incorpore Carranza, y llevará a los rojiblancos a conseguir su máximo triunfo, finalista de Copa.


Repasando los viajes a Granada del Las Palmas que en la historia han sido, encontramos abundante material no ya sólo en lo estrictamente futbolero, también en el anecdótico. Así el partido de la 1968-69, con victoria local 2-0 (Noya y Miralles), fue sin duda el mejor de aquella temporada y uno de los mejores que se recuerdan en el viejo campo. En la 71-72, el mismo día en que Paco Fernández Ochoa conseguía el oro en Sapporo, ganó el Granada 3-0, con un gol de Barrios y dos de Porta que lo destacaban en la clasificación del Pichichi, alegría empañada por la muerte al día siguiente del ciclista granadino Manuel Galera, en la segunda etapa de la vuelta a Andalucía. O en la 72-73, en el que el solitario gol de Oliveros a poco del comienzo propició un partido angustioso e infartante pero que sirvió para asegurar la permanencia en Primera en un año más bien malo. Y para anécdota digna de figurar en antologías tenemos la de la 73-74, con victoria granadinista 2-1 en un partido en el que el árbitro (y la mayor parte de la concurrencia) no vio -para nuestra suerte- el golazo como una catedral de grande que Germán le hizo a Izcoa porque el gran disparo del canario rompió la red acabando el balón en la grada.


Y no podemos olvidarnos de la que supuso la penúltima vez que el Las Palmas vino a Granada, la de la 92-93. A este partido se le podría aplicar el tópico que dice “partido (o corrida) de expectación, partido de decepción”, porque el partido en sí fue más bien flojo y aburrido, pero todo lo que lo rodeó fue sobresaliente y digno de evocar ya que no era normal ni ahora lo es que para presenciar un partido de 2ª B sean aproximadamente veinte mil personas las que se den cita. El gran Granada (para la categoría, claro) de Yosu llegaba a este envite después de dieciocho jornadas seguidas sin ser derrotado, ya que la última vez que esto había ocurrido fue precisamente en la ida en tierras canarias. El resultado fue de empate a cero y la racha de diecinueve partidos seguidos sin perder, la más prolongada de toda la historia granadinista, acabó a la siguiente jornada aunque no importó porque ya estaba el Granada afianzado entre los cuatro primeros que jugaban liguilla de ascenso.


Y puesto que el calendario trae un partido entre semana, obligado resulta referirse también a los enfrentamientos históricos con el siguiente rival, el Gerona. Sólo son seis (siete con el de la primera vuelta de esta misma temporada) los precedentes de que podemos echar mano con el denominador común de que nunca fue derrotado el Granada por los rojiblancos catalanes y de los siete envites cinco fueron victorias granadinistas.


A Gerona viajó el Granada en tres ocasiones, la última en 1949. La primera fue todavía como Recreativo ya que data del 21 de enero de 1934, y es una fecha a resaltar porque fue la primera vez en toda su historia que nuestro –entonces- joven club salía de las fronteras andaluzas. Tras terminar la cortísima liga 1933-34 el Recreativo se había clasificado para disputar fase de ascenso a Segunda y el destino nos llevó a Cataluña para enfrentarnos al Gerona, de donde nos trajimos un empate a dos goles (Calderón y Gomar), fundamental para que una semana después pasaran los nuestros a la segunda ronda con una victoria (2-0) en el campo de las Tablas. Dos días después del partido en Gerona los equipiers recreativistas eran recibidos en la estación de ferrocarril, abarrotada y con la banda del Ave María haciendo los honores, y al son del himno de Riego eran transportados los jugadores a hombros y en olor de multitudes hasta la sede del club, sita en la hoy desaparecida calle Sierpe Alta (en la Plaza de Isabel la Católica), cortejo al que se sumaron algunos notables granadinos, como el diputado por Acción Popular Julio Moreno Dávila. Es también la primera vez que en la ciudad se vivía una multitudinaria celebración futbolística callejera. En la siguiente ronda de clasificación y tras cuatro partidos el Gimnástico de Valencia acabaría con las ilusiones de ascenso.


Aparte hay dos visitas más a Gerona, ambas de Segunda, saldadas con empate a uno en la 40-41, y con victoria 0-1 en la 48-49. También es destacable la participación en agosto de 1971 del Granada en el II Trofeo Costa Brava, jugado en el estadio Montilivi, que ganó nuestro equipo al vencer en la final al Español (2-0) en un cuadrangular en el que también participaron el equipo local y el Córdoba.