EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 28 de abril de 2010

SOSA, EL ÚLTIMO DE LOS GLORIOSOS



Un invierno penibético de la primera posguerra tenía que ser algo verdaderamente duro para un quinto pobre trasplantado desde su Tenerife a la Granada de 1939. Pero como este quinto, entre el toque de paseo y el de retreta dedicaba sus ocios a jugar a la pelota y además le daba bien, en él se fijaron los responsables del club Recreativo Granada y al equipo lo incorporaron por 500 ptas. y un gabán que le sacara el frío de la osamenta. El fornido zagalón chicharrero, de veinte años, respondía al nombre de Valentín Jorge Sosa (Santa Cruz de Tenerife 1917-2010), y a partir de ese momento y sólo por esta primera temporada pasó a ser conocido para el balompié como Sosa II, puesto que en el equipo ya teníamos a otro Sosa, el delantero Luis Sosa, también canario, uno de los pocos que quedaban del Recreativo de la República.

En su primera temporada, 39-40, Valderrama no le dio ni siquiera una oportunidad y sólo disputó partidos amistosos con el equipo reserva. Pero a partir de la siguiente se convierte Sosa en pilar fundamental del Granada en su puesto de lo que entonces se conocía como volante. Por la derecha o por la izquierda y a veces por el centro, se desenvolvía bastante bien junto a los que fueron sus primeros socios, Maside y Bonet, destacándose en una tarea que se ha denominado de muchas maneras distintas, según las tácticas y sistemas de cada época; una labor no tan lucida como otras pero muy necesaria en cualquier equipo, la de marcaje y recuperación de balones en la zona ancha y ser una primera barrera a las subidas contrarias. Su regularidad unida a una extraordinaria condición física lo convirtieron en inamovible en los esquemas de los sucesivos entrenadores que pasaron por el banquillo rojiblanco.

A partir de 1940 y hasta nada menos que 1951, es decir, más de una década rojiblanca, Sosa será un fijo en las alineaciones del Granada CF. Está en la alineación del primer ascenso a Primera y en la de las cuatro gloriosas temporadas que vinieron después, pero también está en el Granada de la segunda mitad de los cuarenta, que acertadamente conservó el bloque del ascenso y Primera y que en al menos dos ocasiones estuvo a punto de recuperar la categoría perdida.

El servicio militar le trajo a Granada y aquí se estableció, casándose con una paisana y convirtiéndose en técnico de los filiales una vez retirado del fútbol activo. Incluso abrió un bar en la placeta Sillería, cercana a Plaza Nueva, que no le fue bien. Su hijo Valentín Jorge Sánchez, nacido en Granada, Robi de nombre deportivo, siguió sus pasos en el fútbol profesional y jugó bastante en Primera con el Salamanca y el At. Madrid. Y sus hermanos Gabriel y Manuel también jugaron en Primera bastantes años, ambos eran conocidos por su primer apellido, Jorge, y jugaron, el primero en el Español (y sonó varias veces como posible fichaje del Granada) y el segundo en el At. Madrid.

A los noventa y dos años acaba de fallecer en su Tenerife natal y creo que no me equivoco si afirmo que con Sosa desaparece el último representante que quedaba del Granada del primer ascenso a máxima categoría.

Los datos que manejo dicen que Sosa jugó un total de 235 partidos oficiales en sus doce temporadas granadinistas, y que marcó 24 goles, porque, como sucedió con Millán, fue alineado de delantero con cierta frecuencia en alguna época de su larga carrera y según el responsable del banquillo. Datos ligeramente distintos he podido leer en las semblanzas que se han publicado tras su reciente muerte. Partido arriba partido abajo, lo cierto es que con Sosa se va toda una era granadinista.

EL CACHAFAZ ECHECOPAR



A finales de noviembre de 1972 estaba el granadinismo expectante y optimista ante la inminente autorización para que ¡por fin! pudiera jugar el deseado Echecopar y así acabar de una vez con la preocupante falta de gol que el equipo había puesto de manifiesto en las doce jornadas que ya se habían disputado. Pero el 30 de noviembre lo que se produce es el definitivo no a Echecopar. El Comité Directivo de la Federación Española de Fútbol había recabado informe al Ministerio de Asuntos Exteriores que finalmente se pronunció en el sentido de que Echecopar no es español, es decir, no tiene ascendencia española, no es oriundo y, por tanto, no puede ser inscrito en la liga española. Vamos, que no colaba la documentación en la que decía que Echecopar era hijo de padres vascos.

Como es de imaginar, la resolución sentó fatal en el club y en la afición, aunque una rendija de esperanza quedaba todavía porque además del jugador granadinista también había fallado la Federación y por el mismo motivo en contra de un jugador del poderoso Barça, Heredia, delantero también argentino. Se pensaba que los catalanes harían valer sus influencias y que más tarde o más temprano ambos jugadores serían por fin autorizados.

El affaire levantó una gran polvareda en Barcelona. Determinada prensa llegó a hablar de agravio y de persecución contra Cataluña propiciado por una federación de tonos merengues, que había aplicado un excesivo rigor en este caso mientras que con otros tuvo manga ancha. Y algo de razón llevaban ya que por aquel entonces era un clamor lo de los falsos oriundos y se sabía a ciencia cierta que la mayoría de los sudamericanos enrolados en nuestro fútbol como oriundos habían falsificado sus papeles. El caso más flagrante era el del argentino del Valencia Adorno (aquel que dijo que en Granada había que jugar con metralleta), reclamado por la justicia de su país por falsedad documental. Se decía que si ahora se negaba el visto bueno a Echecopar y Heredia había también que revisar la documentación de los demás oriundos que estaban ya jugando en España, que en esos momentos eran legión. En Primera aquella temporada 72-73, menos R. Sociedad y Bilbao, prácticamente todos los demás contaban con algún sudamericano cuyo pedigrí hispano no habría superado un examen minucioso.

El Barcelona inició una investigación que años después dejaría clara la falsa oriundez de jugadores como el ya citado Adorno, o como Roberto Martínez (por entonces del Español y más tarde del R. Madrid, que pronto debutaría como internacional por España), Cos (Barcelona), Anzarda (R.Madrid), Ovejero y Becerra (ambos del At. Madrid), Jacquet (Oviedo), Valdez (Valencia, que ya había debutado con nuestra selección), Vilanova (Málaga), por citar sólo a los más conocidos. Todos eran argentinos y muchos habían ingresado en el fútbol español presentando papeles en los que ponía que su nacionalidad era paraguaya. Algunos habían falsificado hasta sus verdaderos apellidos y sus fechas de nacimiento. Pero para cuando se pudo demostrar todo esto ya habían sido autorizados los extranjeros en el fútbol español y las sucesivas leyes de amnistía de los primeros años de la Transición diluyeron cualquier tipo de responsabilidad.

El caso es que la decisión federativa se mantuvo firme toda la temporada y sin Echecopar nos quedamos o, mejor dicho, con Echecopar cobrando pero sin poder jugar salvo en amistosos y en la liga andaluza de suplentes. Y menos mal que contábamos con este invento y así podíamos ver al argentino deleitándonos con sus goles y su magnífico juego. El veto federativo a Echecopar supuso para el granadinismo, que lo adoraba, un tremendo varapalo. Y más en una temporada tan parca en cuanto a poder goleador como fue esta 72-73 en la que la marcha de Barrios disminuyó muy considerablemente el poder resolutivo de Porta, demasiado solitario en su lucha con las defensas contrarias, porque el sustituto del canario traspasado al Barça, Dueñas, no era malo, pero no era el mejor complemento para Porta y además se perdió casi media temporada por las lesiones.

Porta sin Barrios a su lado ya no goleaba con tanta facilidad, no obstante sólo una semana después, el 6 de diciembre, era convocado por Kubala para una sesión especial de entrenamientos de una preselección de jugadores de donde saldrían los que habrían de buscar la clasificación para el mundial de Alemania 1974. De esta forma se hacía por fin algo de justicia con el Pichichi granadinista. Lo malo es que toda su relación con el seleccionado español acabó en estas sesiones de entrenamiento y nunca pudo Porta debutar con la roja.

miércoles, 21 de abril de 2010

OTRA VEZ EL MEJOR ANDALUZ



La liga andaluza llega para el Granada a su tercera jornada el día de todos los santos de 1972. Se tenía que haber jugado una semana antes, pero ya vemos que en esta competición no oficial los aplazamientos estaban a la orden del día. En el Sánchez Pizjuán un Granada compuesto en su totalidad por suplentes y jugadores del filial, consiguió un empate a dos goles. Jugaron por el Granada: Ñito; Zunino, Susi, Moreno; Aguilera, Pla; Gruart (Gregorio), Santi, Paco, Echecopar y José Luis (Abelenda). Se adelantaron los locales, que mediada la segunda parte ganaban 2-0. Lo mejor fue una vez más ver a Echecopar que «…Rápido, valiente, organiza el juego, domina la pelota, sabe desmarcarse y además remata, porque tiene decisión a la hora de rematar», dice de él la crónica que en Ideal firma Gómez Martín, de la agencia Logos. El propio Echecopar hizo el primero granadino, batiendo a “Súper Paco” con un magnífico centro chut. Y también el argentino dio el del empate con una sensacional jugada que originó un barullo resuelto de cerca por Pla.

En la liga de verdad, tras el triunfo en Bilbao experimenta el Granada una mejoría que se refrenda con el segundo triunfo, primero en casa, ante la R. Sociedad. Y enseguida se disputa la cuarta jornada del campeonato andaluz, que enfrenta al Granada con el Jerez, descendido a Tercera la temporada última. El resultado fue un nuevo triunfo granadinista (2-1), aunque no fue nada fácil y los jerezanos se adelantaron en el marcador. Jugaron: Ñito; Zunino, Aguilera, Moreno; Santos, Pla; Quiles (Gruart), Santi, Paco, Echecopar y Vicente (Abelenda). Destaca la presencia de Quiles, único de los que actuaron que hasta ese momento se puede considerar titular, condición que perderá a favor de Vicente, recién salido de una lesión. Vicente fue el mejor de todos los actuantes, marcó el gol del empate y sirvió el segundo, el de la victoria, a Echecopar, que nuevamente ofreció buen juego, entrega y goles. Apenas fueron cinco mil los aficionados presentes en Los Cármenes, en una noche lluviosa. Desde luego, parece que esta segunda edición del trofeo andaluz ya no interesa tanto, a pesar del gran aliciente de Echecopar y de que el Granada vuelve a ocupar el liderato, aunque compartido con el Betis.

A la semana siguiente, 22 de noviembre de 1972, la quinta jornada del campeonato regional lleva al Granada a La Línea, de donde se trae una victoria mínima por 0-1 que lo coloca líder en solitario, aunque su inmediato perseguidor, el Betis, tiene un partido menos. Con arbitraje de Andújar Oliver jugaron por el Granada en La Línea: Navarro; Zunino, Susi, Moreno; Aguilera (Monchi), Pla; Gruart, Santi, Quiles (Abelenda), Echecopar y Garre. Son destacables los debuts del portero Navarro, que en ese momento ni siquiera era titular en el filial, así como del defensa Monchi (que vino en un lote junto con Arturo y Jorge, del Avilés), fichado para la primera plantilla y hasta el momento inédito. El gol del Granada fue obra de Echecopar, el mejor sobre el terreno, que además estrelló un disparo en el poste con el guardameta linense batido.

Mientras tanto, en liga de Primera, el Granada ha mejorado bastante con los recientes fichajes y Pasieguito parece haber dado con su once titular tras numerosas probaturas, el que forman: Izcoa en la puerta; una línea de cuatro defensas con Toni y Falito en las bandas y Fernández por el centro, con Aguirre Suárez de libre; el no menos consistente centro del campo es para Jaén, Castellanos (el mejor fichaje de esta temporada) y Chirri; y arriba Oliveros por la derecha y Vicente (que acaba de relegar a la suplencia a Quiles) por la izquierda, con Porta en punta de lanza. Demasiado solitario se le ve al mañico cada tarde y evidentemente no puede ya darnos tantas alegrías como nos tenía acostumbrados, aunque sigue siendo el máximo goleador con cuatro.

Tras jugarse doce jornadas los tres triunfos (en Bilbao, más en casa frente a R. Sociedad y Celta) y el empate en Castellón, colocan al Granada octavo en la clasificación, aunque hay bastante igualdad y sólo tres puntos le separan de la zona de descenso. El problema mayor a que se enfrentan los rojiblancos es la falta de pegada, la falta de gol, sólo ocho a favor, que es la cifra más baja de toda la división de honor. A cambio tampoco los contrarios encuentran muchas facilidades para golear porque el Granada sólo ha encajado once goles, que también es una de las cifras más bajas de Primera. El problema frente al gol se estima que quedará resuelto en cuanto se dé el visto bueno a Echecopar y pueda al fin ser alineado, cosa que está a punto de producirse, se dice, y que tardará menos de una semana.

miércoles, 14 de abril de 2010

CAPI, EL ÚLTIMO ÍDOLO



La lluviosa tarde del 20 de noviembre de 2002, en el feo amistoso internacional disputado en Los Cármenes entre España y Bulgaria, el mayor aliciente del partido se produjo al cuarto de hora de la segunda parte. En ese momento muchos de los asistentes soltaron el paraguas para aplaudir a rabiar al jugador que ingresaba en el terreno de juego en sustitución de Guti. Era Capi, Jesús Capitán Prada (Camas, Sevilla, 1977), el último gran ídolo del granadinismo hasta el momento, por lo que la gran ovación que cosechó estaba más que justificada. Esa ha sido la última vez que los granadinistas lo hemos podido ver en acción en nuestro estadio y también ha sido la última vez que Capi ha vestido la roja de la selección absoluta.


Capi es un centrocampista al que podríamos inscribir en la que se ha dado en llamar “escuela sevillana”, que integrarían numerosos futbolistas de todas las épocas, algunos de nombre muy ilustre, que se caracterizan por ser grandes peloteros, jugadores finos y muy elegantes, artistas en una palabra. Esas virtudes de futbolista de los buenos desde luego las acreditó Capi en su única temporada de rojiblanco, pero además también derrochó pundonor y entrega por nuestros colores. Fue la 1999-2000, la gran temporada de aquel Granada muy sevillanizado que confeccionó Chaparro y Mesones acabó de pulir para protagonizar una espectacular remontada que no obtuvo el premio más que merecido del ascenso porque se nos atragantó el Murcia en el momento más inoportuno.


En más de una ocasión, dirigiéndose un servidor hacia su observatorio particular que da nombre a esta sección, el monte del Sombrero, recuerdo cruzarme con un jovenzuelo menudo, melenilla al aire, que corría en solitario por las inmediaciones de este paraje granadino. –Buenas tardes; -Buenas tardes. Y allá que seguíamos cada uno a lo nuestro. No era otro que Capi, que llenaba sus ocios con más deporte.


Como había venido cedido del Betis, allí se volvió tras el infausto “Murcianazo” para hacerse enseguida con la titularidad, de la que no le apean los sucesivos técnicos que lo han dirigido, a pesar de que ya es un ilustre veterano. Cuatro presencias internacionales enriquecen su palmarés personal.


Sólo fue granadinista una temporada, pero desde sus primeros partidos se metió a la grada en el bolsillo y ésta lo adoptó como su nuevo ídolo. Se trata de un amor correspondido, porque Jesús Capitán hace profesión de granadinismo cada vez que tiene ocasión y manifiesta su gran simpatía por nuestro equipo y por nuestra ciudad, donde dice que pasó un año maravilloso y donde le gustaría colgar las botas.


EMPATE EN MARTIRICOS Y VICTORIA EN LA CATEDRAL



Tres días después del partido contra el Jaén, el 15 de octubre de 1972, domingo, aprovechando el parón liguero por el compromiso de la selección ante Yugoslavia en Las Palmas, se juega el partido aplazado de la primera jornada del campeonato regional andaluz, el que tenía que haber enfrentado al Málaga y el Granada dos semanas atrás.

El Málaga y el Granada, en aquellos momentos los mejores equipos de Andalucía, casi llenaron el estadio de La Rosaleda, que registró una entrada cercana a los treinta mil espectadores. Izcoa; Martos, Aguilera, Moreno; Jaén, Pla; Quiles, Chirri, Echecopar (Gruart), Fontenla (Santi) y Dueñas, formaron para el Granada. Por el Málaga se alinearon: Goicoechea; Montero, Arias, Iglesias; Parra, Benítez; Galindo, Roa (Migueli), Roldán, Vilanova y Perrone (Bustillo). Hay en la alineación granadinista tres titulares más otros tres que ahora mismo no lo son porque están convalecientes de lesiones, pero en la malaguista se cuentan hasta siete titulares, y es que tanto Pasieguito como Marcel Domingo quieren anotarse la victoria y al mismo tiempo ver a sus hombres ante el rival más cualificado de esta competición regional.

El partido fue muy bonito y muy bien jugado por ambos y en ningún momento defraudó. Abrió el marcador Dueñas para los rojiblancos con un tiro desde la frontal del área, pero enseguida empató para los malagueños el argentino oriundo a prueba Santiago Perrone, que en la misma jugada se lesionó y hubo de ser retirado en camilla. Antes del descanso resultó expulsado el malaguista Bustillo y lesionado Fontenla, que hubo de ser sustituido por Santi. Y precisamente Santi fue el autor del segundo gol granadinista de magnífico remate a pase de Chirri, pero volvió a empatar Galindo aprovechando un fallo defensivo. Nuevamente volvió a adelantarse el Granada con un gol sensacional de Chirri de tiro desde fuera del área, pero nuevamente volvió a empatar el Málaga con un penalti muy discutido que transformó Vilanova. El empate a tres fue el resultado definitivo en un partido en el que el Granada mereció la victoria. Dueñas, el mejor, realizó un partido completo, pero en los últimos minutos sufrió una lesión que lo iba a mantener en el dique seco los dos meses siguientes.

La lesión de Dueñas, uno de los titulares que jugaron en Málaga, más la evidencia de que el equipo se ha resentido bastante por las ausencias de los traspasados, que no han sido cubiertas satisfactoriamente, hacen que Candi fiche nuevos jugadores. El primero es Oliveros, veterano extremo derecho salido de la cantera del Sevilla que llegó a militar una temporada en el Barcelona para pasar al Zaragoza, equipo del que procede. La nueva incorporación debuta dos días después, en Los Cármenes. Ante las cámaras de TVE el Granada completó una bastante buena primera parte en la que llegó a ponerse 2-0 sobre el Español, que venía segundo clasificado. Porta consiguió el primero (también su primer gol desde que ganara el Pichichi) y el debutante Oliveros consiguió el segundo. Pero en la segunda parte pareció el equipo quedarse sin gasolina y se dejó empatar a dos, resultado que fue definitivo.

Y para acabar de fijar la banda derecha, muy coja sin De la Cruz y Lasa, hay otro fichaje. El puesto de 2 está sin cubrir y en principio no debía ser así porque ya tenemos a varios que pueden jugar en el lateral derecho: Martos, pero no acaba de recuperarse y dista mucho de ser aquel magnífico lateral de tres años atrás; Castellanos, pero se piensa, acertadamente, que puede rendir más en otros puestos; y además están los nuevos Zunino y Moreno, pero por lo visto hasta ahora ninguno de los dos da la talla para jugar en Primera. Así que sólo dos días después del partido contra el Español ficha Toni, de 29 años, lateral derecho sevillano que viene de jugar bastante en el Sevilla. Fue un acierto su fichaje y a partir de este momento se solucionó el problema de la banda derecha.

Parece que los refuerzos funcionan porque si en las siete primeras jornadas de la liga oficial no había sido capaz el Granada de anotarse un solo triunfo, a la octava llega éste por fin. Y es un triunfo histórico que merece letras de oro en el palmarés rojiblanco porque es la primera vez (y la última, por el momento) que el Granada se trae una victoria de la “Catedral”, de San Mamés. El 29 de octubre de 1972, Izcoa, Toni (Vicente), Aguirre Suárez, Falito, Jaén, Fernández, Oliveros, Castellanos, Porta (Santi), Chirri y Quiles, en un buen partido sobre todo de los hombres de la zona ancha (Jaén, Castellanos y Chirri), supo hacer valer su juego de control y anotarse meritoriamente la primera victoria de la 72 73 para reducir a sólo uno los negativos y tranquilizar a la parroquia. Izcoa realizó paradas de mérito, especialmente a un cabezazo de Uriarte que ya se cantaba como gol. Porta fue el autor del tanto de la victoria, aprovechando un buen servicio por la derecha del debutante Toni.

miércoles, 7 de abril de 2010

UNA PROFESIÓN DE RIESGO




No forman parte del espectáculo que es el fútbol pero son casi tan necesarios como los mismos futbolistas para que el balompié siga apasionando a la masa. Son los que nos lo cuentan, los plumillas y espíquers futboleros. Su ingrata profesión, opinar de fútbol (porque al contárnoslo, simultáneamente lo interpreta cada uno a su manera), no es ni mucho menos esa cosa fácil que cree todo el mundo. Además en gran parte les ocurre lo mismo que a otros que tampoco son integrantes del espectáculo pero igualmente son necesarios, los árbitros: sus juicios son a veces objeto de la más encarnizada polémica y no se les toleran los errores. No, no es fácil opinar de algo tan poco racional como el fútbol.

Los profesionales del balompié pueden sufrir lesiones haciendo lo suyo, jugar a la pelota. Los no profesionales propiamente dichos de este circo también tienen sus riesgos de lesión, pero cobran bastante menos y si meten la pata pueden pagarlo caro.

En la historia del Granada CF tenemos el ejemplo de José Zubeldia, que en sus tiempos de redactor de Patria acabó en comisaría en compañía de su agresor por intentar defenderse de éste en el cordobés campo de América. O el de Antonio Prieto, que recibió un guantazo por la espalda en La Rosaleda por celebrar el gol de Rius que daba la victoria al Granada.

Son dos casos de plumillas agraviados por hinchas de equipos rivales y que ocurrieron hace más de cincuenta años. Pero hay también casos de perjudicados por “fuego amigo”: «Con Piñeiro y con Romeiro me voy a calzar los guantes de box», es una frase que afortunadamente no pasó de eso, de frase -más o menos literal-, que el que fuera entrenador rojiblanco “Pipo” Rossi dirigió a José Luis Piñero y Carlos Tomás Romero por haber denunciado la excesivamente alegre vida nocturna de algunos futbolistas cuyo rendimiento en el terreno de juego había descendido notoriamente, según cuenta Antonio Prieto.

De la época de Murado han quedado también para el anecdotario distintos enfrentamientos del que fuera presidente y mecenas omnipotente con varios de los periodistas deportivos de por entonces. Y mucho más recientes son los innumerables comentarios injuriosos contra la práctica totalidad del colectivo de la prensa deportiva local, provenientes de un presidente y buena parte de su junta directiva, que parecían admitir sólo las adhesiones inquebrantables y no toleraban cualquier tipo de crítica hacia su gestión (y mientras, el club encaminándose hacia la más absoluta de las ruinas).

Gajes del oficio de opinador futbolero. ¡Y qué gajes! Porque aparte de estar algunos continuamente en el punto de mira de los insensatos (o simplemente maleducados) que tanto pululan en este mundillo, es una profesión que no descansa los domingos, que tiene jornadas laborales de tropecientas horas y hasta las tantas de la madrugada por unos sueldos muy deficientes, que sufre un permanente paro endémico y está expuesto a cierres patronales fulminantes, de un día para otro y sin avisar, y que además está invadida por una legión de ”intrusos” (y lo dice otro intruso).

Yo de mayor quiero ser plumilla futbolero.

YA VERÁS, YA VERÁS, CUANDO JUEGUE ECHECOPAR



Por fin arranca el II Campeonato Andaluz de Reservas el 27 de septiembre de 1972. Este año se ha ampliado el número de equipos, de ocho a diez. Participan: Granada, Málaga y Betis, de Primera; Sevilla, Córdoba y Cádiz, de Segunda; y Huelva, Jerez, Jaén y Linense, de Tercera. Sólo falta algún representante almeriense pese a que el propósito era que todas las provincias estuvieran representadas.

La primera jornada llevaba al Granada a Málaga, y hasta allá se fue la expedición rojiblanca para volverse sin disputar el encuentro, que a última hora quedó aplazado debido a las copiosas lluvias caídas y el estado del terreno de La Rosaleda.

Mientras tanto, en la liga de Primera y en la jornada cinco el Betis arrancaba un empate sin goles de Los Cármenes. Si los nervios habían hecho su aparición con anterioridad, después de este mal resultado se pone la cosa aún más fea. Pero lo que nadie podía sospechar era la bomba que estallaba a principios de octubre: Candi dimite y con él toda su junta directiva, aunque quedan en funciones hasta tanto se produzca el reglamentario proceso electoral. En el partido contra el Betis un sector de la afición ha coreado su nombre y ha pedido a gritos su marcha porque tras jugarse cinco partidos todavía no se conoce la victoria y sólo se ha conseguido un gol, y de eso se culpa a Candi, que ha debilitado bastante el equipo con tanto traspaso. No obstante, antes de dos semanas vuelven las aguas a su cauce y Candi reconsidera su postura y finalmente no se marcha.

Una nueva jornada de liga, la sexta, lleva a los rojiblancos al Bernabéu, de donde se traen una nueva derrota (2-1). Así que tras disputarse seis jornadas anda el Granada cuarto por la cola, con cuatro puntos y dos negativos, cero partidos ganados, cuatro empatados y dos perdidos, y con sólo dos goles a favor por seis en contra. Pero lo peor es que su juego no gusta a nadie, tan distinto al de la temporada anterior.

Todas las esperanzas de la hinchada están depositadas en el momento en que Echecopar pueda por fin ser alineado. Así lo recoge Martinmorales en su viñeta de Ideal en el que en ejemplar del domingo 8 de octubre, tras la derrota en Madrid, aparece por primera vez la frase que se hizo célebre y que puede servir para caracterizar y resumir la temporada que nos ocupa: «Ya verás, ya verás, cuando juegue Echecopar». Pero Echecopar, sus papeles, no acaban de convencer a quienes tienen que dar el visto bueno y continúa el culebrón.

Y por fin empieza el Granada a disputar la liga de suplentes, cosa que ocurre en la festividad del doce de octubre, en partido correspondiente a la segunda jornada. El rival es el Jaén, de Tercera, entrenado por Ruiz Sosa, y el resultado sirve en cierto modo de bálsamo para los malos momentos que se viven pues los del Santo Reino son vapuleados con un contundente 7-3. Los Cármenes registró media entrada y jugaron: Izcoa; Martos, Aguilera, Moreno; Jaén, Pla; Gruart, Castellanos, Porta, Echecopar y Dueñas; no hubo cambios. En la alineación hay sólo dos titulares, Porta y Dueñas, pues tanto Jaén como Izcoa reaparecían después de largas lesiones, y Castellanos todavía no se había hecho con un puesto fijo en el primer equipo. En la alineación del Jaén destacó la presencia de un ex, Lelo, y de un futuro granadinista, Zubitur; ambos fueron los más destacados por los de blanco. Al descanso ganaba el Granada 2-0, goles de Porta y Castellanos. En la segunda parte Jaén, Dueñas, Echecopar, Gruart y nuevamente Porta redondearon el siete. La gran diferencia de categoría entre unos y otros fue palpable y aún pudieron subir más goles ya que el árbitro anuló dos legales a Porta y este mismo jugador estrelló un remate en el poste. Lo más positivo fue constatar que al menos en un fichaje se había acertado de pleno, el de Castellanos, que fue el mejor con diferencia sobre el terreno de Los Cármenes.