El Recreativo elimina en Copa Aficionados al Motril
El Recreativo volvió a la danza el
miércoles siguiente a su derrota en Larache, 17 de octubre, y lo hizo con la
disputa de la ida de la primera eliminatoria de Copa de Aficionados en la que
esta temporada volvió a participar. Su primera cita, en fase provincial, fue en
el campo de El Majuelo, de Motril, equipo de Regional Preferente, la categoría
inmediatamente inferior a tercera, de donde se trajo un empate a dos goles. En
el partido saltaron chispas por las innumerables acciones violentas y
agresiones mutuas entre los jugadores de ambos equipos que el colegiado
granadino Titos no supo cortar. Dos jugadores del Motril fueron expulsados (Campos
y Rubiales, el abuelo del actual presidente de la Federación) y también Toto,
del Recreativo, mientras que Cuerva lesionado al ser agredido, tuvo que
retirarse antes de finalizar el partido. Asistió el míster del primer equipo
Espada y en el filial debutaron varios jugadores ya que sólo podían actuar en
esta competición quienes tuvieran ficha de aficionados.
Dos semanas más tarde, aprovechando la festividad de Todos los Santos, en Los Cármenes se jugó el partido de vuelta de la primera eliminatoria de Copa Aficionados y el Recreativo superó sin demasiados problemas esta primera ronda derrotando al Motril por 5-1, alineando a los mismos once hombres que se trajeron de la costa un empate a dos goles en la ida. José de Vicente firma en Ideal la crónica de este partido y lo hace en un tono altamente elogioso con el juego del filial y con el entusiasmo de los recreativistas para superar a un Motril formado por profesionales encubiertos. En esta ocasión no hubo incidentes entre los jugadores y todo transcurrió por cauces de deportividad, pero sí hubo un expulsado, y lo fue otra vez Rubiales, interior izquierdo del Motril, que se marchó a las duchas antes de tiempo por insultos al árbitro; el abuelo del presidente de la Federación fue también el autor del único tanto de los costeros, que se adelantaron en el marcador a poco de comenzar el encuentro. En una sensacional segunda parte el Recreativo destrozó a los de la costa y, según las crónicas, pudo incluso ser más amplia su victoria.
Dos negativos ante el Córdoba mientras el Recreativo es goleado en
Almería
La prensa local cada vez creía menos
en el Granada 51-52, según se desprende de las crónicas de los partidos ya
jugados, y eso que el campeonato no había hecho más que empezar.
Lamentablemente al llegar la jornada siete los periodistas de casa van a tener
más argumentos para desconfiar de las posibilidades de los rojiblancos. En esa
jornada, disputada nuevamente en Los Cármenes, el Granada inauguró su cuenta de
negativos (que ya no va a saldar en todo lo que queda de liga) al perder 1-3
con el Córdoba en un horroroso partido en el que además las crónicas acusan a
los rojiblancos de apatía. Para colmo, otra vez hay que reseñar una discusión
acalorada entre granadinistas, a punto de llegar a las manos, iniciada en el
terreno de juego y continuada en los vestuarios durante el descanso, en este
caso entre los jugadores Chaves y Morera (de quien dice la crónica de Hoja del
Lunes que está muy pasado de años y de malquerencias), el segundo encima se
insolentó con el público que lo abroncaba al ver los gestos y el desplante
entre uno y otro jugador. La zona de tranquilidad (el 7º puesto) se alejó en
dos puntos.
Nuevamente hubo debuts en el Granada:
se presentaba ante la afición Felipe Martín, que estuvo muy mal como el resto,
y debutaba De la Vega, que tampoco se salvó del desastre general, aunque mostró
algunos destellos de clase. Una vez más la prensa granadina sólo salva a Martín
y a Japón. Con el Córdoba venía su secretario técnico Paco Bru, el entrenador
granadinista de sus dos primeras temporadas en máxima categoría, quien tuvo
palabras de afecto hacia Granada y dijo que confiaba en que Espada supiera
enderezar el rumbo.
Al día siguiente se reunió la
directiva y a propuesta del entrenador se acordó sancionar a los enfrentados,
Chaves y Morera, con media mensualidad (750 pesetas), responsabilizándolos de
la desmoralización acusada por el equipo en el partido frente al Córdoba, y de
camino advertir al resto de jugadores que las mismas sanciones se aplicarían a
quienes volvieran a dar muestras de indisciplina.
El Recreativo, nuevamente ante un
gallito, el Almería, segundo en la tabla, cayó otra vez goleado (4-0) en el
estadio de la Falange de aquella ciudad. La batalla de Motril de pocos días
antes dejó al equipo diezmado y tuvo éste que recurrir a varios juveniles que
debutaban, como Garrido y Botella II. Como en ocasiones anteriores, las
crónicas dicen que, a pesar de la derrota, el Recreativo se mostró como un buen
conjunto.
Jugadas ya siete jornadas, el filial
se reafirmaba en su puesto de colista al contar con un único punto, el de su
empate casero frente al Huelva, ahora ya descolgado a tres puntos de su
inmediato antecesor.
Otra derrota, ahora en La Condomina
El último domingo de octubre llevó al
Granada a La Condomina murciana, donde a pesar de que las crónicas de Hoja del
Lunes de Granada e Ideal dicen que realizó un buen partido sólo pudo cosechar
una nueva derrota, 2-0 (uno de los goles conseguidos por el granadino Manolo
Almagro) que nos dejaron cuartos por la cola y ya distanciados tres puntos del
séptimo. El míster Espada dispuso en esta ocasión un sistema más defensivo, un
3-3-4, con el interior Salvador convertido en medio, pero el Granada, su
jugador Miro, sólo ante el ex granadinista Martí, falló dos clarísimas
ocasiones y pese a que dominó buena parte del encuentro no pudo puntuar. De la
discusión entre dos jugadores del partido anterior salió perjudicado Morera, que
ni siquiera viajó.
No obstante, Hoja Oficial del
Lunes, de Murcia, dice que ambos equipos ofrecieron un partido plúmbeo, y
que el Granada acusó falta de moral, y tuvo muy poco fútbol y profundidad cero,
y añade que el Murcia no fue mejor y no mereció la victoria. Por su parte el
diario Línea de Murcia, coincide en el juicio negativo de su colega
respecto del juego de los rojiblancos y además añade que fue excesivamente
lento, horizontal y de pulso frío.
Primera victoria del Recreativo
Por su parte el Recreativo en Los
Cármenes, con muy poco público (resultados mandan), una vez recuperados Cuerva
y Guerrero, que se perdieron el anterior choque al venir lesionados de Motril,
obtuvo su primera victoria de la temporada al vencer al Utrera 3-1, aunque los
dos puntos no sirvieron para abandonar el farolillo rojo. Aparte de su partido
contra el Larache, en las siete jornadas anteriores había tenido que
enfrentarse con todos los favoritos de grupo VI, pero en esta ocasión el rival
era de características más parecidas a las propias del Recreativo, es decir, un
equipo joven integrado por debutantes en la categoría y a su vez también filial
(del Sevilla). Por otra parte, con el rodaje adquirido en los partidos ya disputados,
pudo verse a un Recreativo mucho más conjuntado.
Hay que hacer constar que la mejora
del filial coincidió con la confección de un once, desde tres jornadas atrás,
exclusivamente de canteranos y sin utilizar a ninguno de los profesionales
cedidos de la primera plantilla, a excepción del defensa central Santi, que fue
titular toda la temporada. El resto: Japón II, Álvarez y Bosque habían
desaparecido de las alineaciones y en esta misma semana fueron devueltos al
primer equipo, donde ninguno de los tres llegó siquiera a debutar en partido
oficial.
Más negativos, ahora ante el Melilla. El Recreativo cae en Jerez
En la jornada nueve, en Los Cármenes,
el Granada recibió al Melilla. El día previo la expedición norteafricana
depositó un ramo de flores en la tumba de su jugador Martín, granadino muerto
en enero en el accidente de su autobús en Loja. Ante el aceptable partido de
los rojiblancos una semana antes en Murcia a pesar de perder, el míster decidió
repetir alineación. Pero de nada sirvió porque los rojiblancos aumentaron a
cuatro sus negativos y fueron nuevamente derrotados, 0-2, por un Melilla que
marchaba en el grupo de cabeza y que traía a Errazquin como capitán mientras
que en la delantera debutaba un jugador de 18 años, Pepillo, que después jugará
en el Sevilla y el Madrid y será internacional. Fue en una tarde gris y ventosa
de principios de noviembre en un Los Cármenes cada vez más despoblado de
hinchas. Al terminar el partido y como ocurrió en anteriores, pudo verse a
varios socios que rompían su carné haciendo gestos ostensibles.
Las crónicas del partido de la
anterior jornada en Murcia hablaban de un Granada bien posicionado y con un
juego convincente, pero las de este partido, hechas ahora por periodistas
locales, insisten en que este Granada juega cada vez peor y su destino no podrá
ser otro que la tercera división, y en esta ocasión no se detienen en la escasa
valía de los fichajes realizados sino que van más allá y culpan también al
entrenador, señalando la deficiente preparación física y técnica de los
rojiblancos. Para Seudónimo en Hoja del Lunes, el Granada ni juega ni
tiene técnica ni coraje ni lucha, es apático y carece de fondo, de manera que
la derrota era inevitable. El Granada siguió clasificado 13º (cuarto por la
cola) viendo alejarse ya la zona tranquila a cuatro puntos.
No le fue mejor al Recreativo en
Jerez, donde los blanquiazules se adelantaron en el marcador y aguantaron con
empate a un gol hasta cinco minutos del final para acabar derrotados 2-1. Como
en ocasiones anteriores, las crónicas que de Jerez llegaron destacan el buen
juego de los jóvenes recreativistas, muy aplaudidos por el público del estadio
Domecq, y lo injusto de la derrota. El filial siguió una semana más como
colista, ahora distanciado a tres puntos del equipo que iba delante, el
Larache.
Cada vez más lejos de la salvación
La pésima imagen del Granada frente
al Melilla quedó superada –empeorada- por el partido de la siguiente jornada,
ya la 10, en Mallorca, campo de Es Fortí, de donde salieron los
rojiblancos apalizados por 5-0. En los de casa jugaba un futuro granadinista:
Rius, que consiguió uno de los goles. Y eso que en la previa los técnicos
habían manifestado a la prensa que en Mallorca el Granada jugaría con la
táctica del cerrojo. Las crónicas mallorquinas dicen que el Granada ofreció una
imagen muy pobre, y que si juega siempre así muy poco tiene que hacer en la
liga, y eso que el Mallorca, el tercer clasificado, no jugó bien, de lo
contrario seguro que habría conseguido más goles. Otras crónicas de este mismo
partido dicen que el Granada hizo un juego espectacular, bien ligado y preciso
en sus pases, pero totalmente inofensivo y sin ninguna practicidad.
De la alineación rojiblanca
desapareció el medio Felipe Martín, sancionado por la directiva después de la
derrota ante el Melilla por su bajo rendimiento, y en el puesto de interior
izquierdo salió Requena.
El Granada parecía abonado al puesto
13º de la clasificación y en esa posición concluyó la jornada, pero ya la
distancia a los puestos de permanencia parecía insalvable: seis puntos.
El Recreativo cada vez mejor, ganó al San Fernando
Mientras el Granada caía goleado en
Mallorca, en Los Cármenes, embarrado por las lluvias de toda la semana, el
Recreativo se deshacía del San Fernando, equipo de la zona baja y entrenado por
el que fue portero del Granada entre 1939 y 1941 Salvador Gómez Valencia,
conocido por su segundo apellido. Ganó el filial 2-0 y confirmó plenamente su
recuperación, aunque no pudo abandonar el farolillo rojo, pero sí quedarse a un
punto del Larache, que le precedía en la clasificación. Los jóvenes canteranos
(todos menos uno) dieron una exhibición de buen juego y debieron ganar por un
margen más amplio.
El comentario de Jovi en Hoja del
Lunes con el que abre la crónica de este partido es indicador de algo que en
esos momentos era vox pópuli en los ambientes futboleros granatensis, y es que
cada vez iba creciendo más entre los aficionados la idea de que el futuro del
Granada era dudoso, y más ante la gran deuda acumulada y la escabechina de
descensos que la reestructuración prevista traería, y que sería inevitable su
desaparición. Dice Jovi (José de Vicente) que en numerosas ocasiones a la
salida de Los Cármenes tras alguno de los varapalos sufridos por el primer
equipo, ha sido frecuente escuchar de los aficionados comentarios que venían a
decir que el fútbol en Granada está llamado a desaparecer. Pero el plumilla
quiere mediante esas líneas desmentir tan pesimistas opiniones y para ello pone
como ejemplo al Recreativo, del que dice que hoy por hoy es el único que
proporciona al aficionado ese regusto del buen fútbol. El filial –dice Jovi-
podrá ganar o perder, pero sus componentes lo dan todo en el terreno de juego
durante los noventa minutos, y por eso mismo el fútbol no desaparecerá en
Granada.
Dos puntos ante el linterna Levante y derrota recreativista en
Tánger
En la jornada 11, a mediados de
noviembre, el Levante, colista del grupo sur, visitó Los Cármenes. En la
previa, el veterano jugador-entrenador Agustín Dolz manifestó a la prensa
granadina que en el fútbol actual hay un exceso de profesionalismo y de esa manera
difícilmente los jugadores llegan a sentir los colores que defienden (algo
aplicable cien por cien al Granada 51-52) y que además esa súper
profesionalización había traído que se perdieran ciertas virtudes raciales muy
presentes en el fútbol español que él conocía bien, profesional desde los años
de la República, «antes los futbolistas
llevaban en su maleta una botella de coñac, pero en la actualidad lo que llevan
es una botella de… colonia».
El Granada rompió su racha de
resultados negativos y se anotó los dos puntos al derrotar al farolillo rojo
Levante, 3-1, en un partido en el que llovió copiosamente y hubo menos público
que en anteriores citas. La cosa empezó con bronca del respetable a los
rojiblancos, pero la reconciliación vino pronto, a la vez que el primer gol, y
si en anteriores partidos se les pudo acusar de abulia, en esta ocasión no fue
así y gracias al entusiasmo que derrocharon los granadinistas se pudo sacar
adelante el choque. Por otra parte, no hubo mejora alguna en el juego y éste volvió
a ser muy deficiente. El Levante también se empleó a fondo, pero dejó
acreditada su condición de linterna,
y el Granada, que se fue al descanso mandando 2-0, en la segunda mitad dominó
ampliamente y en ningún momento peligró el resultado.
Espada mantuvo en secreto la
alineación durante la semana y sorprendió a todos dejando en la caseta a dos
titulares inamovibles hasta esta jornada, el defensa Toñín y el medio Vecino,
que también eran de lo mejorcito con que contábamos. En su lugar salieron Sáenz
y el recuperado extremo Ortega, bajando Salvador a la media. Cea sustituyó a
Requena. La victoria no sirvió para abandonar la 13º posición a la que parecía
abonado el Granada.
El Recreativo volvió a viajar a
Tánger, estadio de Marchán (o Marshan), pero en esta ocasión para enfrentarse a
otro gallito, el España, segundo en la tabla. En la ciudad internacional
soplaba un fuerte viento que no impidió que el Recreativo jugara bien a ratos,
pero su exceso de juventud le pasó factura, siendo derrotado 4-0. En la portería
jugó el juvenil Urquízar al no poder desplazarse el titular, Julio, por motivos
familiares. El filial siguió de colista, aunque sin aumentar su desventaja con
los que iban delante.
Victoria sorpresa ante el Plus Ultra a domicilio
Continuó la liga para el Granada con
desplazamiento a Madrid en autobús para enfrentarse la tarde del sábado 24 de
noviembre en el estadio nuevo de Chamartín (el Bernabéu, al que todavía no se
le llamaba así) al filial madridista Plus Ultra en la jornada 12, que entrenaba
el ex granadinista Antonio Bonet y marchaba clasificado en la mitad de la
tabla. Nadie daba ya un duro por los rojiblancos, pero éstos en un gran partido
se impusieron 0-3 y redujeron su cuenta negativa a -2. La crónica de un
periodista madrileño dice que el Granada ganó con toda justicia y que realizo
un partido pleno de entusiasmo y buen juego, siendo el mejor equipo de los que
por allí habían pasado, y eso que toda la segunda parte hubo de jugarla el
Granada en inferioridad por lesión de Morera. En especial destaca la labor de
Chaves, autor de dos goles. El ex árbitro internacional Ramón Melcón en Marca
no escatima elogios a los rojiblancos y resalta que funcionaron en todo momento
como un conjunto, justo el principal defecto (la ausencia de conjunto) que se
les venía achacando desde que la liga echó a andar.
Jugaron los mismos que derrotaron una
semana antes al Levante, con el único cambio de De la Vega por Ortega en el
extremo derecho. Los dos puntos sirvieron para ganar un puesto en la tabla y
subir al 12º. Con la victoria la expedición granadinista se ganó el derecho a
permanecer una noche más en Madrid, como le habían prometido, y asistir el
domingo al partido R. Madrid-Coruña, y de camino saludar a Pepe Millán, titular
indiscutible en el equipo gallego, quien estuvo presenciando el partido del
Granada y bajó a los vestuarios a felicitar a sus antiguos compañeros.
El Recreativo más colista al perder frente al Betis en Los Cármenes
El filial, ya el domingo 25 de
noviembre y en Los Cármenes, no pudo repetir su magnífica victoria de la
temporada anterior frente al Betis y cayó derrotado por el equipo sevillano 1-2
en un partido plagado de incidentes y finalizado entre una lluvia de
almohadillas y otros objetos dirigidos contra el árbitro malagueño De la Torre,
quien pitó un penalti en contra del Recreativo muy discutible y con el que el
Betis se adelantó en el marcador, y no quiso ver otro igual en el área bética,
y además permitió que los forasteros se emplearan con excesiva dureza.
El Betis seguía por quinto año
consecutivo en el infierno de la tercera (aún le quedaban dos años más) y, tras
perder el ascenso la temporada anterior en el último partido de liguilla, en la
presente no le iban demasiado bien las cosas y estaba muy descolgado de la
primera plaza, y si en segunda la escabechina de descensos por la
reestructuración era dramática, mucho más aún lo era en tercera, donde sólo los
cinco primeros clasificados podían respirar tranquilos. No obstante, el Betis
seguía siendo uno de los favoritos y a los cinco de arriba que alineó en
Granada le apodaban sus seguidores la
delantera atómica (nada que ver con aquella otra “atómica” del Bilbao:
Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, de la misma época) en la que jugaba
de 10 el tal Leoncito que vino a Granada a principios de temporada para fichar
por el primer equipo y no llegó a acuerdo. De todas formas, el Recreativo
realizó un partido bastante deficiente y fue superado por su rival, según las crónicas,
reafirmándose una semana más en el farolillo rojo.
Tercera victoria consecutiva, ahora frente al Alicante. El Recreativo
perdió en Ceuta
En su mejor racha de la temporada, en
la jornada 13 volvió el Granada a anotarse los dos puntos venciendo al Alicante
por 2-1, un recién ascendido que marchaba justo por delante del Granada en la
clasificación; no era debutante en la categoría ni tampoco era la primera vez
que aparecía por Granada aunque sus visitas anteriores (tres) fueron siempre
para disputar amistosos. Parecía que después de los dos triunfos anteriores,
sobre todo el conseguido en Madrid, el Granada había reaccionado y podía la
afición olvidarse de los malos partidos anteriores, pero nada de eso, a pesar
de la victoria el partido de los rojiblancos dejó mucho que desear y los
plumillas dicen que no cabe hablar de recuperación, imperando de nuevo en el
equipo un gran desbarajuste que pudo costar caro de ser mejor el equipo que
tenía enfrente. El fallo de un penalti por Salvador y el gol forastero hicieron
peligrar el resultado para acabar angustiosamente pidiendo la hora. Al menos,
dicen las crónicas, en el aspecto anímico sí ha mejorado el equipo.
Un único cambio presentó el Granada,
obligado por la lesión en Madrid de Morera, que fue sustituido por Miro, una
nulidad, un petardo, se lee en la sección jocosa de Ideal Quisquilleos Deportivos.
El Granada acabó la jornada clasificado 10º, pero los puestos de no descenso
seguían bien lejos.
El Recreativo volvió a viajar al otro
lado del Estrecho, esta vez a Ceuta, equipo de la zona media de la
clasificación, de donde se trajo una nueva derrota, 3-1, por lo que siguió
ocupando la última plaza de la clasificación. El filial, como si viviera en un
perpetuo deja vu y como en casi todos
sus anteriores partidos a domicilio, volvió a adelantarse en el marcador y a
ofrecer una buena imagen para ceder después y acabar derrotado por un equipo
mucho más experimentado en estas lides.
Se ofrece Trompi
El pequeño gran Trompi, que salió del
Granada traspasado al Jaén dos temporadas atrás y que últimamente jugaba en el
Toledo, de tercera, añoraba Granada y se ofreció a primeros de diciembre para
volver a vestir de rojiblanco, pidiendo a cambio solamente su sueldo mensual y,
si el resultado era satisfactorio, se conformaría con lo que quisieran darle en
concepto de premio. A sus 31 años todavía podría haber prestado buenos
servicios al club pero, que sepamos, su oferta no fue tenida en cuenta.
Posteriormente anduvo en conversaciones con el Cartagena, entrenado por su ex
compañero Antonio Sierra, pero tampoco llegó a incorporarse a este equipo.
CALLEJEANDO
Estreno de “Lo que el viento se llevó
Se estrenó en nuestra ciudad la
película “Lo que el viento se llevó”, en el cine Granada, el miércoles 24 de
octubre de 1951, día de San Rafael, casi un año después de hacer lo propio en
Madrid y Barcelona y otras ciudades españolas, y a los doce años de su estreno
mundial.
Desde
semanas antes de su estreno granadino se habían podido leer en la prensa local
reiterados comentarios preparando el terreno para asegurar la taquilla,
insertados dando la apariencia de noticias o comentarios críticos, pero que no
eran otra cosa que publicidad pagada. En Patria se sucedieron los
grandes reclamos a página entera reproduciendo la cartelera de la película. Ideal
por su parte, hizo una tregua en la guerra que desde hacía ya casi cuatro
años mantenía con los empresarios granadinos del espectáculo, cuando éstos decidieron
dejar de anunciarse en el diario católico por la razón de que, con frecuencia,
sus productos aparecían con la calificación moral de «no debe verse», en
tiempos anteriores a la normalización numérica de esa calificación moral. Esa
frase lapidaria dictada por el censor eclesiástico, que invitaba a la parroquia
a dejar de acudir a los locales de espectáculos, fue la que desató la guerra
Ideal-salas cinematográficas y teatrales, una guerra que durará todavía más de
un año. En todo ese tiempo, en ese diario, la única mención a cualquier tipo de
espectáculo que se exhibiera en Granada era la de su calificación moral, cosa
que ocupaba un recuadro mínimo y se incluía en la misma sección que los
anuncios por palabras. Pero, como decimos, en el caso del estreno de Lo que
el viento se llevó se firmó una corta tregua y sí que apareció publicidad
en Ideal del acontecimiento, ocupando la cartelera de la película casi toda una
página.
En
Granada lo mismo que en el resto de ciudades españolas, esta superproducción
levantó una expectación como pocas veces se había visto y, llegado el estreno,
la sala de la calle Cárcel Baja durante casi dos meses se llenó y se puede
decir que toda Granada vio la película. En el boca a boca se había comentado
antes del estreno que quien tuviera la osadía de acercarse a verla sería
fulminantemente excomulgado por la Iglesia, pero ese bulo, como ocurrió en
ocasiones anteriores con otros espectáculos también anatemizados por los de las
sotanas, sólo sirvió para que crecieran más las ganas de meterse entre pecho y
espalda las cuatro horas que duraba la función.
Ideal en
esta ocasión no encargó el juicio crítico de la película a un propio, sino que
se limitó a reproducir lo que, cuando el film fue estrenado en Madrid, casi un
año antes, en noviembre de 1950, publicó la revista Eclessia, órgano de
Acción Católica Española. Para el crítico de Eclessia, Lo que el viento se
llevó es una película de excepcional calidad en lo cinematográfico, en la
que los papeles principales están maravillosamente interpretados; la única pega
es que -dice- quizá no era necesario que tuviera ese metraje tan excesivamente
largo. Como era de esperar, las tintas las carga la revista católica en el
aspecto moral y dice que en el film hay un adulterio (al menos moral), escenas
crudas, frases atrevidas, se insinúan intimidades matrimoniales…, pero la
historia acaba de forma edificante ya que la protagonista es abandonada por
todos, sufriendo las consecuencias de su mala conducta. La reseña de la revista
Eclessia termina con: «no nos parece que el film sea como para
calificarlo como dañoso y gravemente peligroso para todos, aunque está
moralmente manchado por reparos muy serios».
Para el
órgano de Acción Católica, desde el punto de vista moral, la película no
merecía el “4” que todos esperaban, sino que lo dejaba en “3-R”. Hay que
aclarar que todas las películas que se exhibían en la España nacionalcatólica
eran previamente calificadas por el Secretariado Diocesano de
Moralidad, entendiendo por moralidad preferentemente todo aquello que tuviera
que ver con las cuestiones de alcoba, exhibidas o insinuadas. Y desde hacía más
o menos dos años esa calificación había sido normalizada para todo el
territorio nacional y aparecía a diario en la prensa en forma numérica: 1
(todos, incluso niños, sin reparos); 2 (jóvenes, de 14 hasta 21 años); 3
(mayores, desde 21 años cumplidos); 3-R (mayores con reparos, o sea, de 21 en
adelante, pero sólo personas de sólida formación moral); y 4 (gravemente
peligrosa, no debe verse). El día anterior al estreno de Lo que el viento se
llevó merecían un “4” dos películas: “Perfidia”, en el Cervantes, y “Mundos
opuestos”, en el Granada; el 3-R acompañaba a los títulos “Sangre en las manos”
(Aliatar) y “En legítima defensa“ (Olympia); “Oro y Marfil” (Albayzín) se
quedaba en 3, lo mismo que “El baño de Afrodita” (Nacional); y el 2 era para
“Soy un prófugo” (Gran Vía) y “El sargento inmortal” (Príncipe).
Un 3-R fue por tanto la calificación
moral que apareció en la prensa granadina acompañando al título Lo que el
viento se llevó, a lo que se añadía, entre paréntesis, que «la novela es
rechazable». Como
vemos, contra lo que era habitual, aquí se incluía una doble calificación
moral, la de la película y la de la novela, el enorme melodrama en un volumen
de mil y pico páginas, Gone
with the Wind, que le valió a su autora, Margaret Mitchell, el Pulitzer en 1937, del que no vamos a
decir que ya la había leído media España porque ya sabemos que la lectura nunca
ha sido el fuerte de los carpetovetónicos, aunque sí que se puede afirmar que
ya se había convertido en un clásico, había sido traducida a infinidad de
idiomas y era conocida en los cinco continentes.
Lo que el viento se llevó, por tanto, podían verla solamente los mayores, pero con
reparos, personas de al menos 21 años cumplidos (la mayoría de edad en
España se alcanzaba entonces y hasta 1978 a los 21), pero con sólida
formación moral. Para servidor eso de “con reparos” siempre fue una
incógnita. De pequeño uno, en su ingenuidad, creía que el 3-R significaba que
no te dejaban entrar al cine si ibas solo, y que un reparo era un
pariente, un cuñado o un primo lejano. Ya de mayor pude por fin enterarme de lo
que significaba, pero siempre pensé que los porteros y acomodadores de los
locales cinematográficos se veían en un brete cada vez que la censura diocesana
le daba un 3-R a una película, dado que en ningún momento aclaró qué debía de
entenderse por “sólida formación” ni, que sepamos, los porteros de los cines
hacían un examen -oral o escrito- de moralidad a quienes se acercaban a la sala.
Y la cosa no era grano de anís porque dejar pasar a la sala a alguien
inhabilitado moralmente (según el Secretariado Diocesano) acarreaba una sanción
económica para la empresa permisiva.
Pocos días después del estreno de Lo
que el viento se llevó, otra película de signo totalmente opuesto se
estrenaba también a sala llena, ésta en el Coliseo Olympia, aunque el aforo lo
ocupaban en su mayor parte colegiales conducidos por sus maestros. Se trataba
del film español “La Señora de Fátima”, que narra toda la historia de las
apariciones en esa localidad portuguesa en 1917. El estreno lo patrocinaban las
Congregaciones Marianas. A la palabra “Fin” le siguió una clamorosa ovación de
los que llenaban las butacas del Olympia, se lee en la entusiasmada crítica que
apareció sin firma en Ideal. Apenas un par de semanas en cartel estuvo esta
segunda, calificada por la censura eclesiástica con un “1”, mientras que su
competidora, Lo que el Viento se Llevó, se mantuvo casi dos meses.
Para la autoridad en materia
cinematográfica, o sea, el titular de la cartera del recientemente creado
Ministerio de Información y Turismo, Gabriel Arias Salgado, el 90 por ciento de
las películas que se estrenaban en España estaban al margen de la moral católica
y muy influenciadas por el mundo protestante, pero para eso precisamente estaba
la censura, para evitar la corrupción de las almas frente a esa invasión
peligrosa. Para Arias Salgado había que fomentar un cine en el que se pongan de
relieve todos los beneficios de la virtud. Como éste sobre la historia de los
milagros de Fátima, decimos nosotros. Pero, claro, a la vista está, ese tipo de
cine llevaba a las salas a apenas un puñado de espectadores. Y es que, como de
toda la vida, una cosa eran y son los furores puritanos, y otra muy distinta lo
que la gente de a pie piensa y hace, y está visto que prefiere el pecado y la
condenación.
Morir en la Alhambra
El otoño de 1951 fue en
Granada mucho más frío y lluvioso de lo normal. Ya a finales de octubre se
había producido alguna helada y los termómetros se obstinaban en anticipar el
invierno. El día 4 de noviembre se desató un vendaval que causó
desprendimientos de persianas, cornisas y ramas por toda la ciudad, y derribó
farolas y algunos árboles del bosque de la Alhambra, resultando roto y desprendido
uno de los brazos de la Cruz del Artillero, que es la que está situada al
comienzo del camino de la izquierda, nada más pasar el Arco de las Granadas.
Otro árbol alhambreño derribado fue a caerle encima a un joven de 16 años que
en compañía de otros cogía almecinas, resultando muerto en el acto.
Muere Pareja Yébenes
El 9 de noviembre de
1951 murió el doctor José Pareja Yébenes a la edad de 63 años por un fallo
cardíaco. Era catedrático de Patología Médica de la Universidad, en la que
también había ocupado el cargo de Rector.
En 1930 fundó el Partido Republicano
Autónomo de Granada (PRAG), formado por intelectuales republicanos moderados,
por el que también fue diputado en las Cortes constituyentes de la II República
por la circunscripción de Granada, 1931, junto con el ingeniero Juan José Santa
Cruz. Posteriormente se integró en el Partido Radical de Lerroux, por el que
también fue diputado a Cortes y después nombrado ministro de Instrucción
Pública y Bellas Artes, cargo que ocupó desde diciembre de 1933 hasta marzo de
1934. También había sido alcalde de Granada por unos pocos días previos a la
constitución del primer ayuntamiento republicano, y a él le cupo el honor de
proclamar la II República desde el balcón de la Plaza del Carmen.
Aparte, era un orador brillante y
divulgador del granadinismo (en el sentido amplio, no en el estrictamente
futbolero) en unos artículos escritos con buen estilo que publicaba Ideal y que
trataban sobre diversos aspectos de nuestra tierra.
Su pasado republicano no acabó
pasándole factura como ocurrió con algunos de sus camaradas de aquel PRAG: Juan
José Santa Cruz y Jesús Yoldi Bereau, ambos fusilados en los primeros días de
la Guerra Civil, y es que José Pareja Yébenes era republicano y demócrata, pero
muy de derechas.
Una sentencia y un accidente
El 24 de noviembre de
1951, sábado, el mismo día en que por la tarde el Granada ganaba en el Bernabéu
al Plus Ultra, en la Audiencia Provincial se vio el juicio oral por la muerte
de un trapero de la calle Elvira algo más de un año antes. La sala se quedó
insuficiente ya que al ser uno de los crímenes que más difusión tuvo en su día,
se había levantado una gran expectación. Los hechos ocurrieron en la noche del
24 al 25 de octubre de 1950, y según publica Ideal, Pedro Gómez Rastroyo, la
víctima, de 79 años de edad, vivía en una pequeña habitación en el número 122
de la calle Elvira, comunicada con el bajo donde tenía su modestísimo negocio
de quincalla, lugar donde fue hallado muerto y con claros signos de violencia.
El homicida, convicto y confeso a los pocos días, se llamaba José Afán de
Ribera Herrera y el móvil no era otro que el robo. A los pocos días el mismo
medio publicó la sentencia: pena de muerte en garrote.
Otra muerte publicaba la
sección de sucesos, ésta accidental pero no de menos impacto. La víctima,
Rafael Campos de los Reyes, de 84 años, era muy conocido en la ciudad y fue a
morir trágicamente arrollado por un tranvía en el Paseo de la Bomba, a la
altura de las Titas, pero en la otra acera. En ese lugar, al tapar la Acequia
Gorda, se dejó a una considerable altura la acera respecto de la calzada, y por
ésta, dejando muy poco espacio, discurrían las vías del tranvía, siendo un
sitio bastante peligroso para el viandante desprevenido. Al parecer, quizá
debido a la avanzada edad del accidentado, que pudo sufrir un desvanecimiento,
éste cayó a la vía en el momento en que pasaba el tranvía, que no pudo frenar.
Renovación parcial del Ayuntamiento
Las leyes franquistas
que para los ayuntamientos regulaban la democracia orgánica disponían
que en el periodo de tres años tenían que ser renovadas las corporaciones municipales.
Ya vimos que, para el franquismo y su genuina democracia con sifón, los órganos
naturales de participación de los ciudadanos en política eran tres: familia,
municipio y sindicato, y esa trilogía trasladada al ámbito municipal se
descomponía asimismo en tres: familia, sindicato y entidades económicas,
culturales y profesionales. Esos tres tercios, a razón de nueve concejales por
cada uno, habían de ser renovados cada tres años, como queda dicho, pero no de
golpe, sino parcialmente, por terceras partes: tres de cada uno cesaban y los
que los sustituían habían de salir del reglamentario proceso “electoral”. Dado
que la última “elección” fue en noviembre de 1948, tocaba ahora esa renovación
prevista. En total, nueve nuevos concejales habrían de ser elegidos. Diríase
que el 3 era el número cabalístico del franquismo.
Por el tercio familiar, el único en
que el simulacro de democracia llamado eufemísticamente “democracia orgánica” daba
participación al pueblo a través de los cabezas de familia, se presentaron ocho
candidatos, entre ellos el presidente del Granada CF Joaquín Serrano González,
que no consiguió salir elegido. Los más votados y, por tanto, nuevos concejales
fueron: Carlos Torres Cruz (ex presidente de la Diputación, abogado y delegado
provincial de Trabajo), Francisco de Paula Abellán Gómez (ingeniero de caminos
afecto a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir) y José Labella Dávalos
(abogado e inspector de Trabajo y delegado de Auxilio Social), que vinieron a
sustituir a los cesantes: Santiago González Sola, Miguel Guirao Gea (los dos de
mayor edad del consistorio), y José María Dávila Valverde (futuro presidente
del GCF y el más joven de los concejales de la anterior elección). El primero
de estos tres cesantes no abandonó el Ayuntamiento al conseguir salir elegido
por el tercio de entidades económicas.
Sólo los tres que salieron
elegidos, agrupados en una candidatura conjunta, habían llevado a cabo algo
parecido a una campaña electoral mediante la publicación en la prensa local de
un manifiesto en el que pedían el voto en base a que no les ataba compromiso
político alguno, sólo el prestigio social y el bienestar de los granadinos eran
las metas que querían alcanzar.
Las votaciones para el tercio
familiar se verificaron el domingo 25 de noviembre y, según datos oficiales,
votó el 78,21 % del censo electoral de la capital, que estaba compuesto por
38.698 cabezas de familia (de ellos, 4.230 de sexo femenino). Ese mismo índice,
cercano al 80 % del electorado, se repitió en toda España. Y es que, como
manifestó a la prensa el ministro de Gobernación, Blas Pérez, en el Gobierno
nunca existió preocupación alguna por un posible abstencionismo. Todo estaba
atado y bien atado, claro. Y tanto. Era obligatorio acercarse a las urnas, y la
falta del preceptivo certificado de haber votado podía significar represalias traducidas
en problemas para ingresar una nómina o supresión de subsidios estatales, o
para acceder a algún cargo público, además era exigido ese certificado para la
obtención de cartilla de racionamiento o de fumador y también para que a la
persona le fuera expedido el DNI, que empezó a implantarse en España en esta
época.
El inefable “Z” (Ortiz de Villajos)
en su sección El Día en Granada, de la primera página de Ideal, resalta
el contraste de estas ordenadas y sosegadas urnas de ogaño con aquellas otras
de antaño, con duros y puros estacazos, “ganchos” y “tenazas”, muñidores,
alguna que otra carrera, algún que otro tiro.
Una semana más tarde, 2
de diciembre, tuvieron lugar las elecciones por el tercio sindical, que
consistían en que un número determinado de compromisarios pertenecientes al
Sindicato oficial (y vertical), designados previamente, elegían a los
candidatos presentados. Entre los tres electos destacamos a Luis Sánchez
Urrutia, que fue directivo del Granada CF en los primeros años de la posguerra
y es el que en la historia menuda de nuestro club se señala como principal
responsable del cambio de indumentaria ya que fue el encargado de traerse de
Madrid unas equipaciones que en nuestra tierra no había y de la capital, donde
tampoco existían las buscadas, se trajo las rojiblancas que desde diciembre de
1939 son nuestros colores.
Otra semana después, 9 de diciembre, tres
concejales más completaron la renovación municipal prevista. Estos tres
últimos, los correspondientes al tercio de entidades económicas, culturales y
profesionales, eran votados por los propios concejales que ya formaban parte de
la corporación municipal, y los candidatos que resultaron elegidos fueron
propuestos por el Colegio Oficial de Médicos, la Cámara de la Propiedad Urbana
y el Centro Artístico, respectivamente.
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