EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 26 de septiembre de 2022

SIN PRESIDENTE NI DIRECTIVA Y LA TERCERA CERCA

 


 

Retirada del Maghreb de Tánger

A primeros de 1952, concretamente el 5 de enero, el equipo del grupo VI de tercera y, por tanto, rival del Recreativo, el Maghreb de Tánger, decidió retirarse de la competición para pasar a integrarse en la liga marroquí de la zona francesa, de este modo el grupo quedó compuesto por solo 15 equipos y fueron anulados federativamente todos los resultados de los partidos ya jugados por los tangerinos. En el caso concreto de nuestro equipo no supuso la retirada perjuicio alguno porque el Recreativo sólo se había enfrentado al club magrebí en la jornada 4, en Tánger, de donde salió derrotado 4-1.

En el momento de su retirada, tras jugarse la jornada 16, marchaba el club marroquí en el puesto 11º y había ganado seis encuentros y empatado uno. Además de la anulación de todos los resultados de los partidos ya disputados. también dispuso la Federación la obligación del club retirado de indemnizar a todos aquellos equipos que aún no había visitado, entre ellos el Recreativo.

 

Derrota en Alcoy. Las alegrías las proporciona el filial, que derrotó al Cádiz

De Alcoy, jornada 17 jugada el día de Reyes, el Granada no pudo traerse nada positivo, 1-0 cayó nuevamente derrotado. El Alcoyano, tras jugar en primera la temporada anterior de la mano del míster granadinista Espada, estuvo toda la liga entre los primeros clasificados y acabó en la tercera posición, jugando liguilla de ascenso sin resultado. El Granada, que recuperó al lesionado Ibáñez y situó a Mas en la media, en El Collao realizó un buen trabajo defensivo y pudo muy bien haberse traído al menos un punto, pero sus delanteros fallaron clamorosas ocasiones de gol. Con la derrota bajamos al 11º, ya muy lejos de los puestos de permanencia, aunque sólo a un punto del 10º (8º, 9º y 10º jugaban promoción de permanencia).

La mejor noticia futbolera de esta ornada 17 la proporcionó el Recreativo, que venció 1-0 en Los Cármenes al gallito Cádiz, segundo en la clasificación y claro aspirante al salto de categoría, cosa que no conseguiría al acabar la liga en el cuarto puesto. Venía como entrenador el viejo conocido de la afición Camilo Liz. Con sólo diez hombres aprovechables por lesión de Guerrero, el Recreativo ofreció un partido vibrante en el que todos se vaciaron y ésa fue su mejor arma, el entusiasmo y el trabajo sin reserva y el juego práctico sin concesiones a la galería. Santi fue el mejor y el único gol llegó a rechace del portero cadista de un disparo lejano del defensa que el siempre oportunista Rafa convirtió desde cerca. Los dos puntos dieron además para subir otro puesto superando al Utrera además de al Larache en la clasificación y dejar al Recreativo 12º o tercero por la cola, teniendo en cuenta que a partir de esta jornada el grupo lo integraban sólo 15 equipos por retirada del Maghreb de Tánger.

El jugador más destacado del partido del Recreativo, como queda dicho, fue el defensa Santi. Precisamente este jugador, al día siguiente del choque, en un bar de la calle Navas (Casa Luis) y ante algunos compañeros, manifestó que en la previa, la noche del sábado, había sido objeto de una proposición por parte de un jugador del Cádiz, antiguo compañero suyo en el Tomelloso, consistente en que a cambio de una suma de dinero observara cierta conducta pasiva durante el enfrentamiento con los amarillos. Posteriormente se supo que también el entrenador Manolo Ibáñez había sido abordado por un desconocido en las inmediaciones de su domicilio, recibiendo una propuesta en el mismo sentido que la que denunció el defensa Santi. De todo informa Ideal en su edición del martes. Que sepamos, la cosa no tuvo mayor trascendencia.


Japón I, veterano defensa que no dio mal resultado


Buena victoria frente al Mestalla. El Recreativo derrotado por el líder Jaén

Llegó la jornada 18 en la que el Granada se encontraba sin directiva por dimisión de los que la formaban y sin que Alonso Roda hubiera dado el paso adelante todavía. El partido era en Los Cármenes y el rival de turno el Mestalla, equipo muy cualificado, toda la liga en la parte alta de la tabla, acabando como subcampeón a sólo dos puntos del ascendido Málaga, con lo que jugó liguilla y se ganó en los terrenos de juego el derecho al ascenso, pero finalmente renunció por su condición de filial. En Granada se presentó con todas sus figuras en ciernes, los futuros internacionales Sendra, Mañó, Sócrates y Fuertes, más su “vieja gloria” Juan Ramón (que también fue internacional en sus buenos tiempos), ya con 39 años a sus espaldas, quien fue precisamente el autor en propia puerta del primer gol rojiblanco. También jugaba en el Mestalla, de defensa, Ibáñez II, hermano mellizo del que en esta temporada jugó en el Granada. Además, y esto como curiosidad, también jugó Mangriñán, medio famoso porque con su nombre se acuñó por la prensa años después el término “mangriñear”, sinónimo de un marcaje al hombre, tan en boga en el fútbol de antaño, caracterizado por ser pegajoso donde los haya, verbo inventado a raíz de la marca que este futbolista hizo dos temporadas después y ya jugando en el primer equipo valencianista al astro Di Stéfano en Chamartín, al que anuló por completo haciéndolo además de forma limpia. Se dice que el argentino contaba que cuando fue a hacer sus necesidades en el vestuario se encontró al volverse al inevitable Mangriñán, al que no pudo quitarse de encima ni en esa tesitura.

De entrada, el Granada tropezaba con la necesidad de introducir cambios en su once al no poder alinear a los cedidos del club valenciano Salvador e Ibáñez, que venían siendo titulares todo el campeonato; en su lugar salieron Miro y Vecino (éste estuvo muy bien y ya no perderá la titularidad en todo lo que quedaba de liga), y también se pudo recuperar a Japón I, ausente las dos últimas jornadas por lesión.

Después del pésimo partido de los rojiblancos frente al Cartagena se temía la visita del filial valencianista, pero el Granada de esa tarde nada se pareció al de su última cita en Los Cármenes y con un juego brioso y entusiasta, como resalta Hoja del Lunes, se anotó los dos puntos venciendo 2-0, porque ¡ay! esa era otra de las características de este Granada 51-52, su gran irregularidad. El partido fue bueno y emocionante, y hasta hubo un gol fantasma que no subió al marcador (fue un lanzamiento de penalti por mano de Juan Ramón que Miro estrelló en el larguero y que botó detrás de la línea, pero salió por el efecto que llevaba el balón), y también un gol anulado al Granada por falta previa. La última media hora la jugó el Granada con un hombre menos por lesión de Chaves. Con los dos puntos el Granada volvió al puesto 10º, que no garantizaba la permanencia (que seguía a cuatro puntos) pero otorgaba una segunda oportunidad en forma de promoción.

Mientras tanto, en La Victoria, el Recreativo, con la importante baja del delantero Rafa y el extremo Sánchez, perdió su partido ante el líder, el Jaén, que terminó la liga en ese puesto y ascendió a segunda por primera vez en su historia. Ya hemos perdido la cuenta de las veces en que las crónicas de periodistas forasteros alaban el juego vistoso y de pase corto del filial, que sin embargo es superado por su rival sin demasiados problemas por falta de rematadores. En Jaén ocurrió otro tanto, según las crónicas. Otra vez llegó al Recreativo a adelantarse en el marcador y además vio cómo el árbitro le anulaba un gol de Toto por fuera de juego posicional de un compañero. Siguió ocupando el puesto 13º o tercero por abajo.


Otro veterano, el delantero Morera, que no jugó demasiado


En El Calvario se rebaja la cuenta de negativos

En la jornada 19, con la nueva directiva de Juan Alonso Roda recién estrenada, el Granada viajó a Salamanca, en donde pudo rebajar su cuenta de negativos y dejarla en -3 al alcanzar un meritorio empate a un gol a pesar de tener que jugar toda la segunda parte con sólo diez por expulsión de Salvador, alineado de falso 9 ante las lesiones de Morera y Chaves.

Con el campo de El Calvario lleno a pesar del intensísimo frío reinante, el Granada ofreció un buen partido, otra vez pleno de entrega de todos sus hombres, y obtuvo el empate frente a un equipo de la zona media que acabaría la liga el 7º, justo la última de las plazas que garantizaban la permanencia en la categoría. En la portería local jugaba Ricardo Zamora hijo, quien con 18 años iniciaba esta temporada una larga carrera profesional que le llevará años después por varios equipos de primera entre los que destacan el At. Madrid y el Valencia. El granadinista más destacado fue el recuperado Vecino, todo un seguro en la parte ancha; también el portero Martín, como casi siempre esta temporada. Volvió el Granada al puesto 11º, aunque empatado a puntos con el 10º, que marcaba esta temporada la posibilidad de eludir el descenso en promoción.

El día anterior a la conquista por nuestro equipo de un positivo en Salamanca, moría en Madrid el primer presidente de honor que tuvo el club, el general Lorenzo Tamayo Orellana, distinción otorgada por la directiva de Martín Campos en abril de 1941. Murciano de nacimiento, estuvo muy vinculado a nuestra tierra, donde presidió la Diputación unos meses durante la Guerra Civil e intervino en distintos frentes bélicos por toda la provincia. Tras la guerra fue nombrado director general de Reclutamiento y Personal, por lo que se marchó a la capital. La nota mortuoria no lo dice, pero también tuvo un papel destacado en la represión de izquierdistas y republicanos en nuestra ciudad.

 

Goleada del Recreativo en Copa Aficionados, fase regional

La retirada del equipo marroquí Maghreb de Tánger dejó cojo el calendario del grupo VI de tercera, así en la jornada 19 el Recreativo tuvo descanso en liga y esta circunstancia fue aprovechada para jugar el partido de ida de la Copa Aficionados en su primera eliminatoria de carácter regional, IV de final. Como campeón provincial, en Los Cármenes recibió la visita del campeón de Málaga, el CD Rosaleda, un equipo filial del CD Málaga que actuaba en categoría regional.

El equipo malagueño no fue rival para el Recreativo, que dejó resuelta la eliminatoria al imponerse por 6-0. En el Recreativo debutaron el portero Lozano, del segundo filial, el Alhambra, quien ya había jugado algún partido con el primer filial la temporada anterior, y el extremo Orantes, éste del Andaluz, el tercer filial rojiblanco, quien tuvo una actuación sobresaliente y es destacado por la prensa por sus rápidas internadas hasta la línea de fondo y sus pases atrás. Los forasteros aguantaron sólo la primera mitad, a cuyo fin se llegó con 1-0, y en la segunda parte, de no ser por la gran actuación de su guardameta, la cifra de goles encajados podría haberse duplicado, refieren las crónicas.

 

Otro negativo ante el Hércules. El Recreativo perdió en Huelva

La liga de segunda llegó a su jornada 20 a últimos de enero, lo que significó para el Granada recibir a otro de los equipos de la zona alta de la tabla, el Hércules, que acabaría la temporada en el puesto 4º. En el eje de la defensa venía Álvaro Pérez, años después entrenador rojiblanco, con 35 y apurando su carrera como profesional, y en la media destacaba otro futuro granadinista, Galvis, el mejor de su equipo. Mucho barro en Los Cármenes y alguna laguna, bajo la lluvia y el penetrante frío, pero con una buena entrada en día del club.

Las crónicas dicen que el Granada equivocó la táctica porque en estas circunstancias habría que haber jugado con balones en largo en lugar de buscar el pase en corto, y aunque volvieron a derrochar entrega los rojiblancos, en un feo partido muy trabado, no fueron capaces de anotarse la victoria y nuevamente pasaron al -4 en su cuenta al empatar a cero goles. Volvió Morera al centro de la delantera, pero no se notó porque, dicen las crónicas, este jugador ya poco tiene que hacer. Al menos el punto sirvió para recuperar la 10ª posición.

El Recreativo por su parte salió derrotado de su visita a Huelva por 3-1. El Huelva, confeccionado para ascender, andaba sin embargo en mitad de la tabla (acabaría quinto) y no terminaba de carburar. El filial recuperó a Rafa, pero poco pudo hacer en esta ocasión ante un rival curtido en mil batallas y aunque logró empatar finalmente volvió a caer derrotado. Siguió ocupando el puesto 12º o tercero por abajo porque sus rivales también pincharon.

 

Paliza en Baleares

En la jornada 21, jugada a primeros de febrero, el Granada viajó a Valencia y desde allí, en avión a Palma de Mallorca para enfrentarse al At. Baleares que entrenaba Gaspar Rubio, equipo de la zona baja que era precisamente el que venía detrás de los nuestros en la clasificación, un debutante en la categoría que acabaría la liga en décima posición y tendría por tanto que jugar promoción para conservar la categoría, cosa que conseguiría al ser suprimida la reestructuración del fútbol español que estaba prevista. Curiosamente, las crónicas dicen que ambos contendientes ofrecieron un partido en el que las fuerzas y las ocasiones estuvieron niveladas y el dominio fue alterno, sin embargo el resultado bien contundente fue, 4-0 perdió el Granada. La diferencia estuvo en que los rojiblancos estuvieron negados ante el gol mientras que sus oponentes no desperdiciaron las oportunidades de golear de que dispusieron. El Granada quedó en el puesto 11º, a un punto del Baleares.


 Escenas del partido Recreativo-Larache publicadas en Ideal


El futuro está en el Recreativo, que venció al Larache

El mismo resultado, 4-0, se registró en Los Cármenes a favor del Recreativo, que recibía al colista Larache. Los dos puntos sirvieron para subir otro puesto en la tabla y pasar al 11º, superando al filial malaguista At. Malagueño. A pesar de jugar más de una hora con diez por lesión de Toto, los jóvenes canteranos ofrecieron otro partido pleno de entusiasmo y no exento de buen fútbol y borraron a su rival, que pudo salir goleado por más diferencia.

El cronista de Hoja del Lunes dice que el poco fútbol que se está viendo esta temporada en Los Cármenes es el Recreativo quien lo está ofreciendo, y su colega de Ideal por su parte dice que lo mejor es ver la progresión de determinados hombres en los que se ve el futuro del fútbol granadino, como Vicente, Guerrero y Cuerva. El Larache ocupaba el farolillo rojo desde hacía varias jornadas, cuando tomó el relevo precisamente del Recreativo, y marchaba descolgado en la clasificación, aunque últimamente había reaccionado.

Lo malo fue que esta victoria acabó no valiendo, como si el partido no se hubiera jugado ya que el equipo marroquí acabó retirándose faltando pocas jornadas para finalizar la liga, cuando ya estaba virtualmente descendido, y todos sus resultados fueron anulados.

El lateral izquierdo del Larache, marroquí de nombre Abderramán, el jugador con más proyección de esa plantilla, la misma noche después del partido entró en tratos con la directiva rojiblanca para un inmediato posible fichaje, pero finalmente no se alcanzó acuerdo alguno.

 

El Recreativo pasa a la siguiente eliminatoria de Copa Aficionados

El mismo día en el que el Recreativo derrotó al colista Larache, en Los Cármenes pero por la mañana, hubo derbi de filiales rojiblancos de regional, se enfrentaron el Andaluz (que actuaba como local) y el Alhambra, aunque los dos tenían como terreno propio el campo de la carretera de Jaén. Hubo buena entrada en un partido fijado como día del club por la directiva andalucista. Los dos filiales del Granada marchaban en la tabla en la tercera (el Alhambra) y cuarta plaza (el Andaluz), teniendo por delante al Bastetano y al Arenas. Dos días después varios de sus jugadores quedaron fichados por el Recreativo y entraron ya en la convocatoria para el partido de vuelta de Copa Aficionados a dirimir esa misma semana en Málaga contra el Rosaleda. Sus nombres: Navarro y Lopera, del Alhambra, y Navarro (hermano del anterior), del Andaluz.

El viernes siguiente a la victoria sobre el Larache, el Recreativo, con los tres incorporados de Alhambra y Andaluz en su alineación, volvió a derrotar (2-3) al Rosaleda, ahora en su terreno, el estadio malagueño del mismo nombre, y lo eliminó de la Copa Aficionados clasificándose para la siguiente ronda de la fase regional. No le resultó nada fácil al Recreativo ya que, aunque tenía una ventaja de seis goles de la ida, antes del cuarto de hora perdía por 2-0, pero la lesión de un jugador local y la expulsión de otro facilitaron mucho las cosas y en la segunda parte los nuestros le dieron la vuelta al resultado. El rival para la siguiente eliminatoria, ya semifinales, era el campeón de Córdoba, el Peñarroya.


Rafa, el máximo goleador histórico del GCF, debutó esta temporada en el Recreativo


En Córdoba nueva paliza

La jornada 22 fue para el Granada una nueva salida, ahora a Córdoba, donde cosechó nuestro equipo un varapalo aún mayor que en Mallorca, 5-0. Dicen las crónicas de periodistas locales que a los rojiblancos les faltó nervio: «son jugadores viejos para exponer lo más mínimo en defensa de unos colores que no parece les importan mucho». «El Granada fue en Córdoba lento, débil, viejo e inofensivo», es el titular de Ideal. Horrorosa tarde la del Granada en El Arcángel y tampoco se salva del suspenso en esta ocasión el guardameta Martín. Los locales vencían al descanso por 4-0 y les resultó demasiado fácil la goleada a pesar de atravesar un bache de juego que los había colocado cerca de los puestos bajos, y a pesar de no cuajar una gran tarde, según las mismas crónicas. El Córdoba acabó la liga el 9º y tuvo que jugar promoción por la permanencia, conservando la categoría al anularse la reducción de grupos. La derrota hizo descender al Granada al 13º, aunque sólo un punto por debajo del 10º, pero ya a seis puntos del 7º.

Dos partidos a domicilio saldados con sendas palizas: nueve goles encajados y cero conseguidos, y la tercera división ya vista como una realidad más que como una amenaza. Fácil es deducir que los dos resultados adversos sentaron como un tiro y la directiva que, reunida con carácter extraordinario el lunes siguiente, acordó imponer sanciones por bajo rendimiento a los futbolistas: 500 pesetas por barba a todos los que actuaron en Córdoba. Además se acordó que la comisión deportiva a partir de ese mismo día vigilaría presencialmente los entrenamientos en Los Cármenes.

 

El Recreativo cada vez mejor: venció al gallito Almería

La otra cara de la moneda la ofreció una vez más el Recreativo, que en Los Cármenes y con una gran entrada, superior a las que venían siendo normales en los partidos del primer equipo, venció 2-0 a uno de los favoritos, el Almería, líder del grupo hasta esta jornada (acabaría la liga el segundo), que jugó arropado por más de mil seguidores, muchos de ellos llegados en el consabido tren botijo. Dice Jovi en Hoja del Lunes que el mal llamado filial nada tiene que aprender de los mayores y sí mucho que enseñarles, y que el fútbol en Granada no desaparecerá mientras exista el Recreativo. Fue un partido sensacional del filial, el más completo hasta el momento, y frente a un rival que en todo momento acreditó la posición que ocupaba en la tabla. Los plumillas locales no escatiman elogios hacia el juego entusiasta y de calidad de los blanquiazules.

Los dos puntos sirvieron para escalar otro puesto en la tabla y encaramarse en el 11º y empezar a ver de cerca la posible salvación. Fernández de Burgos en Ideal destaca el magnífico gol, segundo de su cuenta, de Rafa, conseguido muy cerca del final en una jugada personal en la que sorteó hasta a tres contrarios.


Recorte de Ideal sobre la derrota ante el Murcia


La tercera más cerca al perder en Los Cármenes con el Murcia. Dimite Alonso Roda

            Y así llegamos a la jornada 23, a mediados de febrero, que tanta trascendencia iba a tener. En Los Cármenes bajo un frío helador, el Granada recibía la visita del Murcia, toda la liga luchando por los puestos altos pero que últimamente había perdido comba (acabaría 5º clasificado) y que traía a los ex granadinistas Martí y Almagro, que fue precisamente el autor del único gol. La cosa empezó con una gran bronca a los rojiblancos, goleados ampliamente en sus dos últimos partidos, pitada que continuó a lo largo de los horrorosos 90 minutos que ambos contendientes brindaron, para terminar entre un griterío que debió de oírse desde la otra punta de la ciudad ya que los rojiblancos aumentaron su cuenta de negativos a -6 al perder 0-1 y acercarse con paso firme a la tercera división. El Granada fue un conjunto sin moral ni juego ni entusiasmo, dice la crónica de Hoja del Lunes de Murcia, coincidente con la del diario también murciano Línea.

            Por su parte, Hoja del Lunes de Granada titula que «El Granada ya está de cara a la tercera división» y empieza Seudónimo su crónica diciendo que el Granada ya no tiene salvación al haber agotado las remotas posibilidades que tenía de eludir el descenso (realmente tras la derrota quedó a tres puntos del décimo, pero faltaban todavía siete jornadas por disputarse), y lo achaca al cúmulo de desaciertos cometidos a principios de temporada con la serie de fichajes absurdos que realizó, y así tenemos este equipo en el que cada cual hace lo que le da la gana (únicamente salva al medio Vecino) y carece de pundonor. El reportero pide a la directiva mano dura caiga quien caiga puesto que el club ya ha caído.

            Fernández de Burgos en Ideal dice más o menos lo mismo que sus colegas y añade que ganó el Murcia no por su gran partido sino porque al menos sus futbolistas pusieron interés. No hay nada que hacer con estos jugadores, concluye Burgos, porque no es que el Granada atraviese un bache de moral, es que no tiene juego ni jugadores y contra eso no hay remedio.

La directiva granadinista se reunió de urgencia al día siguiente con la idea de imponer nuevas sanciones económicas a los futbolistas y también con la de sustituir enseguida al entrenador, barajando los nombres de Cholín otra vez o bien Antonio Conde, Manolo Ibáñez o el masajista Fernández, todos hombres de la casa, pero lo que salió de esa reunión fue la dimisión irrevocable de todos sus componentes cuando apenas llevaban un mes en el cargo. «Yo no hundo al Granada en tercera», dijo el fugaz presidente Juan Alonso Roda en el momento de su marcha, justificándolo en la gran decepción sufrida por la falta de dignidad de los rojiblancos frente al Murcia.

 

El Recreativo derrotado en Utrera

            El filial tampoco pudo dar consuelo ante tanto despropósito y sufrió a su vez una derrota (2-1) en el campo de uno de los que andaban por detrás en la clasificación, el Utrera, aunque esto no le supuso perder ningún puesto. Con las importantísimas bajas de Vicente en la defensa y de Cuerva en la media, una vez más, y van…, se adelantaron los blanquiazules, pero no supieron mantener el resultado, llegando el gol de la victoria local en el último suspiro del partido, de penalti. Para más inri, sólo un minuto antes el defensa Santi había fallado otro penalti a favor del Recreativo. Debutó el recién incorporado del Alhambra Lopera y reapareció Díaz Cara, de quien la prensa llegó a publicar que había causado baja y se había marchado al Motril. El periodista José de Vicente (Jovi) acompañó en su viaje a Utrera al filial y firma la crónica de Ideal en la que dice que el Recreativo volvió a dar una exhibición de buen juego, pero en esta ocasión le faltó suerte y además tropezó con un arbitraje nefasto, al anular un gol de Rafa perfectamente legal. El Utrera, en el que jugaba un futuro granadinsta, Liz II, según refiere Jovi, tenía pensado retirarse en breve, acuciado por las deudas a pesar de estar subvencionado por el Sevilla, equipo del que era filial, pero no cumplió su promesa y terminó la competición en el puesto penúltimo, y no descendió gracias a la anulación de la reestructuración prevista.

            En la misma página de Ideal en la que se da noticia de la dimisión de la directiva de Alonso Roda y en contraste con ella, se informa que la directiva del Recreativo, que acaba de ser ampliada dando entrada a directivos del Alhambra, y del Andaluz, está contenta y no tiene ningún problema puesto que seguramente va a acabar el ejercicio con superávit gracias a las buenas taquillas que viene obteniendo en sus encuentros. La noticia no lo dice pero era vox pópuli entre los aficionados que para la siguiente temporada, con el Granada descendido, cosa que arrastraría al Recreativo aunque éste no estaba todavía salvado, sería más que conveniente enterrar al rojiblanco y continuar con el filial como equipo representativo de la ciudad.


Las pocas alegrías de la 51-52 las prodigó el Recreativo. De pie: Vicente, Miguel, Toto, Díaz Cara, Garrido y Julio; agachados: Guerrero, Urquízar (suplente), Cuerva, Sánchez, Rafa y Santi

 

 


CALLEJEANDO

 

El crimen de El Bejarín

            El 3 de enero de 1952 ocurrió en El Bejarín, cerca de Guadix, un pequeño pueblo anejo de Purullena, un crimen de los que tienen mucha repercusión por lo espeluznante de la forma en que se llevó a cabo. Un triple asesinato de un matrimonio de ancianos y su joven criada, muertos a puñaladas para después ser sus cuerpos incinerados en una hoguera que el autor improvisó en la misma cocina de la casa, el domicilio de las víctimas, amontonando muebles y ropas de cama.  

            Es uno de esos crímenes que pasó a ocupar un lugar preferente en la crónica negra de España y hasta tiene su entrada propia en Wikipedia, donde leemos que Antonio Hernández, el criminal, quería adueñarse de las tierras del matrimonio anciano, que no tenía descendencia, y se presentó de noche donde vivía la pareja para intentar con engaños que le firmaran unos documentos y así quedarse con la herencia, pero como la mujer se negara, el Hernández la apuñaló con un bastón estoque que llevaba y después hizo lo mismo con la criada (que era prima suya) para no ser delatado; culminó su escabechina acabando también con la vida del marido, que era sordo y dormía ajeno a todo. Una vez consumadas las tres muertes, el asesino amontonó los cadáveres y formó una pira para tratar de eliminar pruebas, pero el mucho humo hizo que los vecinos avisaran a la Guardia Civil, que encontró el macabro escenario y ni rastro del autor, aunque éste no tardó en ser detenido.

            Meses después, ya en junio, se vio la causa contra Antonio Hernández Jiménez en la Audiencia Provincial, llena a rebosar de público la sala. El ministerio fiscal en sus conclusiones solicitó tres penas capitales para el acusado como autor de tres delitos de robo con homicidio en las personas de Francisco Ponce Sedano, de 84 años, Amelia Lozano Torres, de 73, y María Claret Martínez, de 23. Tres años después, en junio de 1955, los diarios publicaron una escueta nota encabezada por el título “Sentencia cumplida”, donde se daba cuenta del ajusticiamiento por garrote vil en la prisión provincial junto al Beiro de Antonio Hernández Jiménez.


Garrote vil para ajustarle la golilla al pescuezo más incivil

            Como decimos más arriba, este suceso es de esos que en su día tuvieron mucha repercusión y del que aún hoy se sigue hablando, a lo que sin duda contribuyó en gran manera la película-documental realizada casi clandestinamente en 1971 por Basilio Martín Patino y no estrenada hasta 1977, “Queridísimos verdugos”, rodada en gran parte en Granada porque uno de sus tres protagonistas, Bernardo Sánchez Bascuñana, el verdugo de Sevilla, como era conocido pues a la Audiencia de esa ciudad estaba adscrito, no era granadino, pero aquí vivía, desde donde viajaba cuando sus servicios eran requeridos. Otros dos personajes, también verdugos en activo por entonces, Antonio López Sierra y Vicente López Copete, ambos domiciliados en Badajoz, comparten el protagonismo de la película. El documental es considerado un alegato contra la pena de muerte, pero es mucho más que eso; el testimonio de los tres verdugos sobre sus vidas y sobre lo que opinan de su labor, constituye un documento impagable, todo un monumento al carpetovetonismo más genuino, en el que queda muy bien retratada al natural la España negra, que en el momento en que fue realizada estaba muy viva.

«-¿A qué es a lo que se parece el pescuezo de un ejecutado? (debaten los tres profesionales ante unos vasos de vino) «-Al badajo de una campanilla», dice uno. «-A un acordeón, (dice otro); [] si antes de ponerle el collarín medía doce centímetros, se queda en cuatro».

            Los tres verdugos o “ejecutores de sentencias”, como ellos prefieren que se les denomine, protagonistas del documental, se repartían el territorio peninsular. La parte meridional era la jurisdicción de nuestro medio paisano Sánchez Bascuñana, quien poco tiene que ver con sus dos otros dos colegas, que se confiesan analfabetos. Casi al comienzo de la cinta, en un plano corto dice Bascuñana a la cámara, que lo filma sentado a una mesa en el interior de una cueva del Sacromonte, con mirada adusta y usando unas pausas y un tono que no igualaría un profesional de la escena: «La vida realmente, no es digna de vivirla. Yo, siendo ejecutor de sentencias, y el decano de ellos, hoy, envidio al que traspasa los umbrales de la eternidad. Dichoso el que se marcha y desgraciado el que se queda, porque esto es un valle de lágrimas. En esta vida nadie es dichoso, nada más que el que se propone serlo».

            Poco después de esa escena se le ve empaquetando los útiles de su profesión y encaminándose fuera de su domicilio, en una calle del bajo Albaicín que puede ser la de Zafra o alguna paralela, para presumiblemente ir a desempeñar su cometido en alguna sórdida prisión española. Pero a donde nos traslada la cinta a continuación es a El Bejarín, y ahora tiene la voz alguien del lugar que conoció de cerca los hechos del famoso crimen y que relata a la cámara cómo fue aquello («…y luego dispués estuvo toda la noche pingoneando ahí, arrimándolos pa que fueran ardiendo, toa la noche; se humó el tío diez paquetes de tabaco ahí, fihate si tuvo lugar, diez paqueticos de tabaco que se chupó»), mientras de fondo suena la voz de Rosa León cantando un romance de ciego: «En el pueblo Bejarín, / pueblo moro de Granada, / vivió un fumador asesino, / Antonio Hernández le llaman. / El criminal fue a una choza, / le salió a abrir una anciana / y sin más ni más le dijo: / has de firmarme esta carta. / La vieja se echa a reír, / él agarra la navaja / y se la clava en el cuello / y le parte las entrañas. / En la casa estaba un viejo, / al que degüella en la cama, / era totalmente sordo / y no se enteró de nada. / Quiere quemar a los muertos / para ocultar su burrada / mientras churrusca los cuerpos / Antonio fuma con calma. / Sagrada Virgen María, / santo Ángel de la Guarda, / inspirad ahora a los jueces: / que agarroten al canalla».

            Bernardo Sánchez Bascuñana, “administrador de justicia”, como se leía en sus tarjetas de visita debajo de su nombre y apellidos, había sido guardia civil hasta 1949, cuando cambió de profesión. El verdugo de Sevilla era muy conocido en Granada y era fácil verlo por Plaza Nueva y aledaños, siempre con sombrero de anchas alas y luciendo pajarita, aunque la gente lo rehuía y no osaba mirarlo de frente. Su primer “trabajillo” con los hierros consistió en agarrotar a una prima suya en Huelva sin que le temblara el pulso -es de suponer-, y en toda su carrera, hasta 1972 en que falleció, tuvo una clientela integrada por 19 almas de Dios que mandó al otro barrio, entre ellos y en una misma sesión, los tres condenados por otro crimen sonado, el de las estanqueras de Sevilla, de los que años después se supo que eran inocentes, como ellos siempre mantuvieron. Lo del torniquete al pescuezo de los tres sevillanos fue precisamente el trabajo que le encomendaron después de ajustarle la golilla a Antonio Hernández Jiménez en junio de 1955, el autor del crimen del Bejarín.


De izquierda a derecha: Antonio López Sierra, Bernardo Sánchez Bascuñana y Vicente López Copete: “queridísimos verdugos” en un fotograma de la película


Y no estaba muerto

            Macabro es el suceso que se narra un poco más arriba, el crimen del Bejarín, y macabro es el hecho al que nos vamos a referir a continuación. La gran diferencia estriba en que en este caso se trataba de una broma, pesada y funesta, pero broma a fin de cuentas. En el Ideal de 15 de enero de 1952 leemos que a un señor, vivo y sano, unos guasones le enviaron y recibió en su domicilio a su nombre, un féretro con sus candelabros, sus paños negros y hasta su mesa de firmas.

            La presunta viuda sufrió un soponcio después de abrir la puerta de su casa en la calle Elvira, de donde poco antes se había marchado el interfecto rebosando salud, y se encontró con el panorama: unos empleados de funeraria portando toda la parafernalia que se necesita para un velorio y preguntando que cuándo querían que la carroza se pasara a retirar el cadáver de don… (el periódico no dice su nombre) y conducirlo a su última morada.

            «Se repitió la broma del féretro. Felicitamos a la víctima: eso se inventó hace una veintena de años, y el presunto muerto -un conocido industrial- no lo fue de verdad hasta hace muy poco, cerca de los ochenta, comenta Z en su habitual corto de la primera página de Ideal, todo un barómetro del clima de la ciudad (y esto no lo digo sólo en sentido figurado) a pesar de lo breve de sus comentarios.

            La nota de prensa se cierra indicando que el juzgado de guardia está investigando la negra inocentada y que se sospecha que guarde relación con el hecho de que el presunto fiambre, maestro de taller en la Compañía de Tranvías Eléctricos de Granada, hacía pocos días había negado su permiso a unos subordinados para que pudieran asistir al entierro de un compañero de trabajo fallecido. Algunos obreros tranviarios, a pesar de la negativa, habían asistido al funeral y eso les había costado una sanción por abandono de servicio. No hay constancia de que ambas cosas estén relacionadas. Ya la prensa no volvió a tratar este sucedido, así que nada más sabemos sobre la cuestión y si hubo o no desenlace y los graciosillos pagaron por su macabra cuchufleta.

 

Polémica gorril

            Todo empezó a últimos de enero al publicarse en Ideal una carta al director firmada por un tal Juan Manuel Moreno y diez estudiantes más (obviamente nada tiene que ver este Juanma con el que ustedes están pensando) en la que los remitentes proclamaban que no les gustaba ni poco ni mucho una moda femenina que por lo visto estaba muy en boga en el invierno granadino de 1952. Un invierno, por cierto, que registró récord de temperaturas frías en toda España. En Granada durante una semana la Fuente de las Batallas lució gruesos carámbanos de hielo colgando de sus tazas.

Dicen los de los libros que con esa carta quieren comenzar una campaña de combate en contra de una determinada moda femenina, porque en cuanto se dan una vuelta por el Tontódromo (en Granada esto equivalía a decir: Carrera del Genil, Acera del Casino, Puerta Real, Reyes Católicos y Plaza Nueva, y al llegar a ese punto, media vuelta y el mismo recorrido, ahora en dirección contraria), después de haber asistido a clases extenuantes y tratando de distraer sus esfuerzos mentales, por ejemplo, admirando los encantos atrayentes de las chicas granadinas, ellas en cambio, tratando de echar por tierra su belleza natural, tapan la blondura [sic] de sus cabellos con unos feos gorritos de lana, blancos, rojos, azules, de todos los colores, con los que presumen de «Venus praxitélicas, cuando en realidad no son sino extravagantes artificios de la moda, en este caso desagradables, insulsos y cursis».

Al día siguiente fueron varias las cartas publicadas defendiendo los gorritos de marras, iniciándose así una de esas polémicas de cartas al director que duró unos cuantos días. Un señor que firma Juan Castellano Gállego, se muestra a favor de la moda y la defiende preguntando a los estudiantes si ¿tan débil, tan mezquina, consideran ellos la belleza granadina que un simple gorrito colocado sobre la coronilla puede echarla por tierra?, y que es simplemente una moda que, como todas, al principio suele parecer ridícula, pero con el tiempo puede llegar a verse incluso elegante. El comunicante invita a los protestones a diseñar un modelo de adorno femenino que, colocado sobre negras o blondas cabelleras, sustituya al gorrito que tanto odian.

(Un inciso: este señor, Juan Castellano Gállego, tiene una entrada en Wikipedia en la que se lee que fue un ingeniero militar español que vivió entre 1900 y 1990, aunque no hay datos sobre su lugar de nacimiento, residencia o muerte. Al estallar la Guerra Civil permaneció fiel a la República, donde llegaría a ser comandante general de Ingenieros del Ejército de Andalucía, ostentando el empleo de teniente coronel y, posteriormente, ya en democracia, se le reconoció el grado de coronel. Puede tratarse de la misma persona).

En otra carta, firmada por María Rodríguez Ávila y veinte granadinas más, dándose por aludidas contestan a la primera misiva diciendo que los gorros, tan prácticos y cómodos, tienen la finalidad del adorno, pero su razón de ser principal es la de abrigar la cabeza en estos días de nieve y frío extremo que atravesamos. Y al mismo tiempo arremeten contra unas cuantas modas masculinas que a ellas les parecen aborrecibles: como «esas odiosas gabardinas o comandos verdes chillones que hacen juego con el sombrero, y no digamos nada de esos zapatos antiestéticos y de mal gusto, estilo zapatilla, que llevan tan tranquilos algunos chicos, con sus cabellos largos que no tratan de ocultar ni con sombrero para lucirlos mejor y, como complemento, el bigote a lo Dalí, y no queremos seguir pues se podía hacer interminable esta carta».

Un aluvión de cartas al director, todas tomando parte a favor de los gorrillos, recibió el diario granadino, pero pronto éste zanjó la cuestión seleccionando al azar y publicando extractos de unas cuantas entre las muchas recibidas, dando por concluida la cuestión. «Las modas hay que dejarlas / como se deja el viento volar. / Ellas solas se vienen, / ellas solas se van. / ¿Para qué perder el tiempo en tanto criticar?», se lee en uno de los fragmentos publicados. En otra, remitida por un grupo de mujeres, se pone de vuelta y media a esos estudiantes que a las doce de la mañana se pasean por la Acera del Casino con barbas repugnantes y el cinturón de la gabardina apretado, tal vez sean de ese corte los que se ocupan del atuendo femenino sin pensar que quizá les iría mejor afeitarse, dicen. Desde Málaga, firmada por Elizabeth Gómez Gallego y bajo el título “Abajo los Adonis del siglo XX”, otra misiva dice que estos modernismos que nos quieren imponer nuestros Adonis, están bien para allá (¿) y no para las españolas, que siempre fueron limpias y puras. Otro lector, que firma Julio Spínola, en representación de treinta y dos “lagartos” (por el color de las gabardinas), sin que ninguno de ellos sea “zapato-zapatilla”, dice que nada tienen que objetar a los gorros femeninos pues con él o sin él encuentran a las chicas muy guapas, pero justifican el uso de comandos y otras prendas masculinas de color verde por la sencilla razón de que las gabardinas de color claro cuesta limpiarlas mucho dinero.

También tomó partido en la polémica, a favor de los gorritos, Enrique Villar Yebra. Dice el pintor y escritor que «Malgastar el tiempo en censurar tal o cual sombrerito, en vez de mirar más abajo y recrearse en los ojos o la sonrisa de su propietaria, es una falta de galantería, aunque ésta, como otras deferencias y delicadezas del hombre hacia la mujer se van perdiendo», y añade que aplaude la contestación de las 21 chicas contra ese «delito de lesa galantería, pues en verdad que el giro que va tomando la indumentaria masculina se hace acreedor a censuras muy merecidas, y a ese respecto estas muchachas han dado en el blanco muy inteligentemente, pues si hay algo que reviente por cursi es ese acicalamiento que tanto usa hoy día la mayoría del sexo feo».

También “J”, Julio Moreno Dávila, periodista de Ideal desde su fundación además de diputado por Granada durante la República por el partido Acción Popular, se ocupó del asunto en su habitual sección titulada “Siluetas animadas”, que aparecía a diario en la última página. Para J la protesta estudiantil es extraña porque «…si fuésemos a examinar atentamente las cosas raras que una mujer lleva encima, hace mucho tiempo que esos jóvenes estudiantes hubiesen debido salir a la palestra…». Nunca ha habido lógica en los atavíos femeninos, pero tampoco en los masculinos, dice J; ¿para qué sirve la corbata, que ni abriga como la bufanda ni ya distingue a las clases sociales?; ¿para qué sirven la vuelta de los pantalones o las solapas de la americana?

Fue en realidad una mini-polémica sin ninguna trascendencia que durante unos pocos días llenó algún espacio de prensa. Pero me he decidido a hablar sobre la cuestión porque no dejan de parecerme curiosos algunos de los términos empleados por los remitentes de cartas al diario, como también me lo ha parecido el asunto mismo objeto de discusión, visto desde estos tiempos (¡ay!) en los que, eso que se ha dado en llamar corrección política (lo políticamente correcto), pone mordazas y trabas a la expresión y la creatividad en general que no existían en tiempos que no se caracterizaban precisamente por el ejercicio de libertades.


En Granada hace un frío que pela, así lo atestigua la Fuente de las Batallas, mientras ellas se abrigan la sesera con unos gorrillos de lana que a algunos no gustan


Orejas por doquier

            Dejados atrás los tiempos bélicos y superado el aislamiento a que fue sometido el régimen de Franco, en estos primeros cincuenta a España afluye cada vez un número más importante de turistas, y dentro de España, Granada es uno de los destinos favoritos, por lo que la actividad económica local en este sector no para de crecer. Se calcula que en el año anterior nos visitaron unos 100.000 turistas. Pero de la floreciente industria turística ha surgido otra “industria” que es algo así como un cáncer para el sector, según se desprende de lo que denuncian en Ideal a primeros de febrero unos cuantos hoteleros, dueños de garajes y comerciantes de souvenirs granadinos. Según ellos, grupos organizados de personas se apostan en las entradas de la ciudad y en cuanto ven a un turismo de matrícula extranjera lo abordan (algunos de ellos chapurrean idiomas) y conducen a sus ocupantes a un determinado hotel con el que previamente han acordado el pago de una comisión; y si los guiris tenían pensado alojarse en otro distinto y éste es de los que no pagan comisión a este grupo, convencen a los forasteros para que no vayan a ese sitio a base de poner fatal el servicio de ese otro establecimiento.

Son los “orejas”, curioso término que sólo en Granada -que sepamos- se usa para designar a estos explotadores de turistas, aunque nadie sabe el porqué del apodo. Los hoteleros acuden a la prensa para denunciar que sus establecimientos son boicoteados por no estar dispuestos a ceder a esa extorsión que significa tener que pagar comisiones a los pícaros que tienen el orejismo por oficio. Ya existían de antes, pero al multiplicarse considerablemente el número de turistas también lo ha hecho el de orejas y ahora son legión.

Dos días después el mismo diario publicaba una carta al director remitida por un oreja que no quiere hacer público su nombre. Según el comunicante, desde tiempo inmemorial, y no sólo en España, han existido y existen personas que se dedican a prestar sus servicios a hoteles, garajes y a todos los negocios que tienen como clientela principal a los turistas, y que ellos no caen en el intrusismo mostrando monumentos y se limitan a indicar a los visitantes los sitios a los que pueden dirigirse según sus deseos, lo cual no es más que comportarse con arreglo a una elemental buena educación, como cualquier ciudadano que es abordado por la calle por un forastero que no conoce la ciudad; no piden nada por su labor, contentándose con la propina que buenamente les dan, así que -dice- es justo que se les deje en paz.

No sabemos si esta “guerra” tuvo desenlace o si se tomó por las autoridades algún tipo de medida anti orejas. Pero todo hace indicar que nada pasó y todo siguió como estaba porque ese gremio, el orejil, en los tiempos actuales y en Granada, sigue contando con bastantes maestros y aprendices en activo. 

 

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