Cuando nuestro Granada CF cayó a Tercera en 2002 muchos lo dieron por muerto y enterrado, hasta el punto de que algunos empresarios granadinos decidieron crear un nuevo club que vendría a suplantarlo. Es algo muy parecido a lo que pasó en Cartagena unos años antes, cuando el club de fútbol más representativo de aquella ciudad descendió al cuarto nivel, también por problemas económicos, momento en que nació un nuevo club para tomar el relevo porque se pensaba que los días del histórico estaban contados. Ni en la población murciana murió el equipo de toda la vida, que milita ahora en Tercera, ni aquí en Granada tuvimos tampoco entierro del Granada CF, del que hoy y después del milagro Pozzo-Pina se puede decir que está más vivo que nunca. La diferencia entre Cartagena y Granada es que allí el nuevo equipo prosperó y en la actualidad es el primer club cartagenero mientras que en Granada el llamado a ser la alternativa acabó desapareciendo tras sucesivos fracasos deportivos.
Ese nuevo club de la ciudad departamental es el próximo rival del Granada en Los Cármenes, club que nació en 1995 con el nombre de Cartagonova FC y que después cambió su nombre por el actual de FC Cartagena. Tres veces ha venido hasta el momento por nuestra tierra, las tres como equipo de 2ª B, obteniendo una derrota y dos empates.
De sus visitas a Granada, todas al nuevo Los Cármenes, es destacable la primera de ellas, que se produjo el día 7 de octubre de 2001, en la jornada sexta, grupo IV de 2ª B. Pero si lo destacamos no es por sus bondades futbolísticas, que de éstas hubo poca cosa, si no por el morbo que lo rodeó ya que como técnico del todavía llamado Cartagonova venía Felipe Mesones, a quien no se había vuelto a ver por estas tierras desde el veinticincojota 2000. Mesones fue recibido y despedido de uñas, y en medio aguantó flemáticamente todo tipo de constantes insultos y alusiones a su presunta falta de honestidad en aquella fatídica fecha. Por lo demás, el Granada de Manuel Ángel Muñiz 2001-02 marchaba en estos primeros compases bien clasificado (cuarto) y sólo había perdido un encuentro, y aún con notables deficiencias, aquella tarde volvió a cosechar una victoria, 2-0, con espléndido golazo de Moya de golpe franco al borde del área y con remate de aquel delantero torpón que era Miguélez, de corto paso por nuestro equipo. Pero para ver el siguiente triunfo granadinista hubo que esperar diez jornadas, y quien se lo anotó ya no fue el técnico asturiano, defenestrado en la jornada catorce, sino su sustituto, Ramón Blanco, que terminaría la temporada más mal que bien dejando al equipo en el décimo puesto. Después, como de sobras sabemos, la falta de monetario condenó al Granada CF a cuatro años de purgatorio en Tercera.
Las otras dos visitas a Granada de este nuevo Cartagena pertenecen ya a fechas recientes, temporadas 2006-07 y 2007-08, es decir, después del otro 25-J, el bueno, el de 2006. Ambos se jugaron a poco de iniciarse la liga y los dos se saldaron con empate. El primero de ellos fue un gran partido del Granada en el que el magnífico gol de Bordi no bastó para apuntarse una merecida victoria. El segundo ya no fue tan bueno y acabó sin goles, y lo mejor lo aportó un pequeño jugador cartagenero que incordió bastante la portería de Félix Campo y que respondía al nombre de Lafuente, que a la temporada siguiente vestiría de rojiblanco. Aquella tarde debutaba como granadinista el gran Gorka Pintado.
Con el otro Cartagena, sí que hay abundantes casos y cosas dignas de destacarse en la historia del Granada CF y aun en la historia de la ciudad misma. Será cosa del destino pero el caso es que cercanos en el tiempo a partidos frente a los murcianos ocurrieron sucesos que en su momento dieron mucho que hablar, como cuando en enero de 1951 la expedición del Melilla sufrió un accidente mortal en Loja, o como cuando en ese mismo año, pero en septiembre, reventó el Darro en Puerta Real. Pero no acaba ahí el muestrario puesto que trasladándonos al año 1963, la víspera del partido del Granada en Los Cármenes frente al Cartagena, 16 de febrero, fue uno de los días más lluviosos del siglo XX, vamos, que llovió más que cuando enterraron a Zafra, en expresión granadina castiza, lo que produjo, sólo en la capital, numerosos hundimientos de casas y de cuevas del Sacromonte y de otras zonas, y el desbordamiento del Genil en el Humilladero después de llevarse por delante el puente de las Brujas, en las Titas. Esa misma tarde se casaba muy cerca de allí, en las Angustias, el maestro de historiadores granadinistas, José Luis Entrala, que casi se vio obligado a trasladar a sus muchos invitados en barquilla.
Las inundaciones y desbordamientos de ríos fueron generales por toda la provincia, y la capital estuvo varias horas incomunicada, por ello la expedición cartagenera pasó toda una odisea para poder llegar a Granada ya a las cuatro de la madrugada del mismo domingo después de haber tenido que dar rodeos y más rodeos hasta encontrar un acceso que no estuviera cortado. Era la jornada 21 del grupo II de Segunda y el Granada de Álvaro Pérez (en su segunda etapa granadinista) se impuso por 2-0 con un gol de Arsenio, que fue el mejor, y otro de Vargas, en un partido malo, muy condicionado por el barrizal de Los Cármenes. Otra cosa destacable de aquel partido fue el debut de Mariano Santos, que con veintiún años jugaba su primer partido del total de 281 que en once temporadas de rojiblanco lo convierten en el sexto futbolista que más partidos ha jugado con el Granada.
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