El once de septiembre de 1976 fue una fecha inolvidable en Barcelona y en toda Cataluña. Por primera vez después de casi cuarenta años los catalanes podían celebrar en libertad y con todos los pronunciamientos oficiales su fiesta nacional, la Diada. Ese mismo día, en la tarde-noche, nuestro Granada comparecía en Barcelona para jugar un partido de fútbol. La Transición política española había empezado una vez desaparecido el dictador, pero también había empezado la particular transición (a menos) de este club nuestro que en esa señalada fecha catalana volvía a Barcelona, pero ahora no era para jugar contra el Barça, como en las dieciocho ocasiones anteriores, los tiempos habían cambiado pero no para bien, y ahora tocaba jugar contra el filial.
En alguna pancarta se podía leer Llibertat, amnistía, estatut d’autonomía en el Nou Camp, que registró una entrada cercana a los diez mil espectadores, con nutrida presencia de granadinos en la emigración que se dejaron notar aplaudiendo y animando a los rojiblancos, todavía con camisetas de rayas horizontales. Era un Granada recién descendido de Primera que con Héctor Núñez en el banquillo y conservando prácticamente el mismo equipo de la temporada anterior jugó con: Izcoa, Calera, Ederra, Falito, Benítez, Fernández, Megido, Angulo, Lorenzo (Lis), Santi y Quiles (Parits). Estos mismos hombres con el único cambio de Megido por Denis Milar no habían empezado con buen pie su andadura en la nueva categoría y habían sucumbido una semana antes en Los Cármenes (2-3) en la primera jornada ante el Alavés de Joseíto, en el que fue el partido de debut de Valdano en el fútbol español.
El resultado final fue de empate a cero y la ocasión más clara fue rojiblanca, con un disparo al poste de Quiles recogido en rechace por Lorenzo que volvió a disparar a la madera. Lo más positivo de aquel partido es que por primera vez (y última ya que el Granada no ha vuelto a jugar en este escenario), después de catorce visitas, no salieron los nuestros derrotados del Nou Camp, aunque, claro, no es lo mismo jugar contra el Barça que contra su filial, en el que se alineó el granadino Paco Martínez y también un jovencísimo “Lobo” Carrasco, que salió en la segunda parte.
La crónica de Mundo Deportivo, que se queja de la excesiva dureza de los rojiblancos, dice también que Megido “jugó contra el Granada”. El papel del extremo fue bastante menos que mediocre ya que solamente se le vio cuando poco antes del descanso protestaba airadamente ante el árbitro porque éste no había señalado como falta una entrada sufrida, y veía la amarilla ante la que reaccionaba aplaudiendo con sorna al trencilla que acto seguido le mostraba la roja. Este menosprecio al árbitro fue sancionado con dos encuentros, por lo que ya nunca más volvió a alinearse con el Granada porque antes de dos semanas era traspasado al Betis por doce millones. Un año antes había sido fichado por algo más de quince millones y después de una temporada de más sombras que luces, este jugador, que había sido internacional absoluto y pretendido por todo un Barça, jugaba esta tarde su último partido de rojiblanco y los cuarenta minutos frente al Barcelona Atlético fue su única aportación al equipo esta temporada ya que no había podido ser alineado en la primera jornada por estar cumpliendo una sanción que arrastraba desde la temporada anterior.
Era la primera visita granadina al filial barcelonista del total de cinco que registra la historia, todas de Segunda menos una que fue de Copa, con un balance de tres empates y dos derrotas. De Copa del Rey fue la siguiente visita, casi un año exacto después, en la que un Granada muy renovado perdió 2-1 en el minúsculo Fabra y Coast, pero pasó a la siguiente ronda al derrotar en la vuelta 3-1 al Barcelona At. que había descendido y militaba en 2ª B.
Las siguientes tres comparecencias granadinas al campo del filial barcelonista fueron al Miniestadi. La primera de la 83-84 fue una derrota por un único gol que conseguiría el futuro granadinista Manolo, y se disputó a falta de sólo cinco jornadas, cuando ambos equipos ya no se jugaban nada. Un año después tocaba nuevamente jugar en el Mini Estadi dentro del calendario de Segunda, y ya cuando quedaban pocas jornadas, pero en esta ocasión sí era muy importante el resultado para los nuestros que, con Pellejero en el banquillo, luchaban por rebajar la cuenta de -6 que teníamos a estas alturas, heredada de Naya, cosa que se consiguió con un empate sin goles. La última vez que el Granada ha jugado en el Miniestadi fue en la 87-88, en el último partido de la primera vuelta, cuando todavía no se había cometido la torpeza de despedir a Peiró; el Granada hizo méritos para anotarse la victoria, pero un fallo garrafal del portero Toni supuso el gol del Barça At. en el que jugaban Milla y Amor (el mejor con diferencia), contrarrestado después por un remate de cabeza de Leo a saque de córner con el que se pudo conquistar un punto en esta última visita al filial barcelonista.
Aparte hay un precedente de visita del Granada a Les Corts para jugar contra un equipo filial del Barcelona que respondía al nombre de España Industrial. La visita es de la 55-56, en la jornada 3, grupo II de Segunda. El Granada jugó una más que aceptable primera parte y llegó al descanso mandando con un gol de Rafa, pero en la segunda parte se impuso la enorme clase de este filial culé que lo formaban varios que pronto pertenecerían a la primera plantilla. Esta misma temporada ascendió a Primera este equipo filial y tras desvincularse del Barça cambió su nombre por el de Condal, aunque su paso por máxima categoría fue efímero.
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