EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 1 de agosto de 2012

LOS MANOLOS



Con los Manolos rojiblancos que en la historia han sido también podríamos improvisar un equipo y hasta tendríamos dos suplentes pues, si mis datos no están equivocados, son trece los que tuvieron el inmenso honor de alinearse alguna vez con el Granada CF. En este punto, animo a mis ilustres compañeros de bloguerío idealiano (si es que se dignan leerme, claro) a que si creen que falta o sobra alguno en la relación me lo hagan saber mediante el correspondiente tirón de orejas o, más sencillamente, con un comentario a pie de página. Allá van los Manolos granadinistas:

Empezamos por el que considero más ilustre por el hecho de haber jugado más que ninguno en Primera, el defensa murciano de Caravaca José Manuel Martínez Toral, Manolo para el fútbol. Diez temporadas perteneció al Barcelona, con el que se alineó en casi cien partidos y con el que ganó una Liga dos Recopas de Europa y tres Copas del Rey. Al Granada perteneció una única temporada, la 91-92, que empezó en el banquillo Juan Corbacho y acabó Pepe Parejo dejando al Granada noveno clasificado del grupo IV de 2ª B. Es un Granada casi improvisado después de la espantá de Murado y que con José Aragón como salvador de los muebles y los anhelos se ha ido completando poco a poco, predominantemente con veteranos que dieron buen resultado, como Verdejo, Álvarez, José Luis y también Manolo. En su puesto de lateral zurdo se puede decir de él que ayudó a dar consistencia atrás, donde se alineó en 29 encuentros.

Le sigue otro futbolista que también jugó mucho en Primera con el Celta, con el Sevilla y con el Granada. Es un portero, Manolín, Manuel López Arias, gallego de Monforte de Lemos (Lugo). Fichado ya veterano, con 32, para un Granada recién ascendido a Primera. Aquí estuvo tres años, dos de máxima categoría y uno intermedio en Segunda. Entre las tres sólo intervino en dieciséis encuentros pues siempre fue suplente de Ñito, aunque las veces que defendió la meta del Granada dejó acreditada su gran calidad. Tiene este portero algún protagonismo involuntario y previo (y seguramente inmerecido) en la historia del Granada CF, concretamente en el final de la temporada 58-59, que lo sitúa en el centro de la sospecha de falta de honestidad de los resultados de la última jornada que salvaban al Sevilla y condenaban al Granada a la promoción por la permanencia.

Siguiendo con los Manolos que jugaron en Primera, el siguiente es Manolet, futbolista alicantino que en realidad no se llamaba Manuel, sino que su nombre es Vicente López Barberá, pero que en sus comienzos fue bautizado por la hinchada de su Alicante natal con el nombre de su hermano mayor, también futbolista y en ese momento más conocido, y con ese nombre se quedó para el resto de su carrera. Al Granada llegó del Murcia en la horrible 60-61, como uno más de los fichajes de jóvenes que habían destacado en Segunda y que estaban llamados a suplir a los defenestrados ilustres veteranos que la “operación escoba” de Jiménez Blanco puso en práctica con lamentables resultados. En su primera temporada, todavía en Primera jugó doce partidos, normalmente como medio o interior. Después continuó todavía tres temporadas más, ya en Segunda, retrasando su posición hasta acabar alineándose de defensa central y jugar un total de 66 partidos de rojiblanco.

Manolo Agujetas (Cupido) también jugó en Primera. Natural de Badajoz, lo fichó el At. Madrid, con el que llegó a jugar algunos partidos y después marcharse al Celta. Llegó del Huelva con la nefasta 88-89 ya en su jornada once a un Granada farolillo rojo del grupo IV de 2ª B tras ser sustituido Lalo por Pachín. La “feria del penalti” de Marbella en la última jornada impidió que se escribiera la más negra página de la historia rojiblanca, pero es de justicia decir que sin el concurso de este centrocampista cumplidor y de otros tampoco Murado habría podido impedirlo. Dos temporadas más vistió de rojiblanco hasta completar 69 partidos.

El siguiente y último de los Manolos que jugaron en Primera es un canterano, Manolín Robles García, de Santa Fe. Del Recreativo pasó al Granada en la 71-72, única temporada en la que perteneció a la primera plantilla y en la que disputó un total de 19 partidos. En su puesto de interior izquierda, esta magnífica temporada cumplió con nota cuando tuvo que dar el relevo a titulares de esa demarcación, como Fontenla, y en ese sentido le cabe el honor de haber dado el pase de uno de los goles más bonitos que servidor recuerda, el que suponía el 3-1 al Bilbao del total de cinco que “el Chopo” cosechó en Los Cármenes: fue un centro de Manolín desde la izquierda que Barrios dejó para que Vicente la clavara en el ángulo de sensacional remate. A la siguiente temporada se fue cedido al Sevilla, entonces en Segunda, donde después se quedó ya traspasado por Candi.

El siguiente Manolo no jugó nunca en Primera, sin embargo sí que lo hizo en competición internacional, concretamente en Copa de la UEFA, y además nada menos que en el Barça. Tenía entonces sólo diecisiete años. Es el catalán de Cornellá Manolo Muñoz Navas, un goleador nato parecido en su estilo de juego al gran Porta pero con el añadido de su gran puntería en los lanzamientos a balón parado. En la cantera del Barcelona no llegó a triunfar por completo, pero en Granada se salió, estableciendo una marca por ahora imbatida, la de ser el jugador que más goles anotó para el equipo en una sola temporada, 31, en aquel magnífico Granada de Peiró del último (por ahora) ascenso a Segunda, el de la 86-87. La siguiente volvió a ser el máximo goleador rojiblanco, pero claro, las tornas eran muy distintas y no pasó de los once goles. En total, 71 partidos y 42 tantos que lo colocan noveno (inmediatamente detrás de Porta) en la lista de goleadores rojiblancos de todas las épocas.

Los que quedan pertenecen todos a la negra historia granadinista de 2ª B e incluso de Tercera, y como esto viene siendo ya demasiado largo, haremos un mocho con todos ellos: el delantero mallorquín (y torpón) Manolo (Moyá Atencia), que estuvo dos temporadas, del 96 al 98, y jugó 73 partidos, anotando 27 goles; el delantero granadino Manolín Redondo (Bazán), 3 temporadas, 93 a 96, 41 partidos y 2 goles; el jiennense Manolo Herrero (Galaso), centrocampista de calidad que en todos los equipos en que estuvo triunfó pero que aquí pasó con mucha más pena que gloria: una temporada y un poco de otra más (de 98 a 99), 34 partidos y 2 goles; el sevillano centrocampista Manolo (Rueda Montes), “panocho” que sólo estuvo la 99-00, 32 partidos y 4 goles; Manolo Herrera (Guerrero), centrocampista sevillano que trajo Corbacho en la 91-92 y que sólo jugó 11 partidos; otro jienense, Manolo (Rodríguez Descalzo), hermano de su compañero de equipo Vicente, portero de la 2003-04 que sólo intervino en siete ocasiones; y cerramos con Manu Carrillo (Martí), defensa algecireño perteneciente al filial y que sólo se alineó unos minutos con el primer equipo en Copa Federación 2008-09.

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