Las colecciones de cromos de los más variados temas forman parte de un pasado que hoy, en la era de Internet, se ve casi como paleolítico. Entre todas hubo una que causó furor y que fue mayoritariamente seguida por los chaveas (y por los no tan chaveas) de por entonces. Se llamaba “Vida y Color”. En Plaza Nueva había todos los días una auténtica almoneda de cambio-compro-vendo al aire libre y sin tenderetes. Un menudeo de estampas de todo tipo de animalejos, plantas y razas humanas era lo que congregaba allí cada tarde a varias decenas de personas de todas las edades. Un servidor, que siempre fue de letras y además repetidor, no le veía la gracia a las ciencias naturales y fue el único de todas sus amistades que no juntó (como se decía) aquellos cromos. Las que nunca se me despistaban eran las distintas colecciones de cromos de futbolistas.
Ésta que aquí ven fue juntada futbolista a futbolista por el que suscribe y posteriormente ilustrada con autógrafos en sucesivas sesiones de rabonas mañaneras con parada en Los Cármenes para ver aquellos entrenamientos que dirigía Marcel Domingo y en los que era frecuente que mi ídolo Ñito actuara de delantero goleador. Las firmas de los granadinistas que están (salvo algunos que se me escaparon) y también de otros que no están pero firmaron en los márgenes, tienen para mí un gran valor sentimental y me devuelven a la infancia.
Ñito, Manolín, Lorenzo, Barrenechea, Carmelo, Martos, Santos, Barrachina, Ruiz Sosa, Gerardo, Ferreira, Miralles, Noya, Vicente, Flores, Ureña y Ferrando. Diecisiete componentes de la plantilla del Granada de la temporada 1968-69, más el escudo apócrifo. Faltan Juan Luis (o Gómez, sobrino de Candi), Tinas, Ramoní, Lara, Porta y Barrios, aunque éste se incorporó cuando quedaban sólo unas pocas jornadas para terminar la liga. Es el Granada CF de una colección de cromos que puso en circulación la editorial Fher en la 68-69. Los rojiblancos acababan de ascender a Primera tras subir los peldaños de la “escalera joseitiana”.
Desde luego eran otros tiempos, sin cámaras digitales ni photoshop. Pasar a color el blanco y negro y hacer que todos aparecieran con el mismo uniforme no siempre daba un resultado muy lucido que se diga. Eso se deja ver sobre todo con los fichajes: Miralles, Noya, Carmelo y Ruiz Sosa, fotografiados la temporada anterior, cuando vestían otros colores. Especialmente llama la atención Martos: la cabeza sí es suya, aunque se debe de tratar de una foto de cuando estaba en edad juvenil, pero el cuerpo lo ha tomado prestado el editor de un donante anónimo.
También llama la atención el escudo. Se parece al del Granada de siempre, pero sólo se parece, no coincide la grafía de las siglas y además le falta el detalle del fruto de la granada. Luego es apócrifo porque es fabuloso, supuesto o fingido, según el DRAE. Nunca el Granada lo usó en sus indumentarias ni en sus documentos y es, por tanto, de dudosa autenticidad.
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