EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 1 de agosto de 2012

EL SIMULTÁNEO



El amigo Raulillo preguntaba hace poco qué era esa cosa que estaba en el viejo Los Cármenes junto a la grada de General y a la que llamaba “mítico marcador del resto de partidos de la jornada”. Se refería, claro, al marcador simultáneo. Una imagen -dice el dicho- vale más que cien palabras, así que he rebuscado en el magnífico archivo Entrala y he dado con esta foto en la que puede verse bastante bien la torreta del marcador, justo encima del ambigú y los servicios, con su tufo de varias generaciones de ureas hinchísticas. Aquí la traigo como un ejercicio más de esa añoranza a la que tan propenso es uno. Para éste que suscribe el marcador simultáneo era uno de los ritos que cada domingo había obligatoriamente que cumplir. No se podía salir de casa y enfilar la Gran Vía camino de Los Cármenes sin llevar el carné de socio, la almohadilla hinchable y el recorte de Ideal con las claves del simultáneo. Y mucho más cuando el que jugaba era el Recreativo y, por tanto, el Granada actuaba lejos.

Su nombre era Marcador Simultáneo Dardo (Dardo se llamaba la agencia publicitaria que lo explotaba) y apareció en todos los estadios españoles a principios de los cincuenta. Su función era informar de los resultados de los otros campos. Cada panel con el nombre de una marca comercial era un partido de Primera, así, v. g., donde ponía Reloj Radiant, había que consultar el recorte de prensa para saber que se trataba del Hércules-Granada; o donde Camisas Ike, R. Madrid-Zaragoza, etc. Al lado iba el resultado acompañado de flechas de colores (amarilla, primer tiempo; verde, descanso; roja, segunda parte; negra, final). Había también otros signos: cuadrado negro, jugador expulsado; círculo rojo, penalti en contra; flecha negra y blanca a rayas, avería telefónica; flecha blanca, partido suspendido; y otros menos usados. Esto se completaba, durante el descanso y al final con los partidos de Segunda que entraban en quiniela, para los cuales se utilizaban las letras mayúsculas: B, H, J, N, S y T (por qué esas letras y no otras, ignoro la razón).

El simultáneo de Los Cármenes que vemos en la foto, encima de las cabezas de nuestros ídolos, data de 1957, cuando con motivo del segundo ascenso a Primera se amplió la grada de General y se trasladó el marcador al emplazamiento que resultaría definitivo. Antes estuvo el marcador en otro lugar del campo que no sé precisar, y también desconozco si en esa anterior ubicación ya se usaba el simultáneo.

En la magnífica foto se ve también el que fue penúltimo marcador manual de nuestro estadio, todavía luciendo las iniciales L (local) y V (visitante), que dos años después fue sustituido por otro más moderno patrocinado por la marca de electrodomésticos Aspes, que ya era luminoso, es decir, se iluminaba con tubos de neón, e incorporaba el escudo de nuestro equipo. Como este nuevo marcador se estrenó en la parca temporada de Pasieguito, con sus timoratos planteamientos y sus escasos goles, arrastró en sus comienzos la mala fama de gafe. Después, ya en los noventa, apareció sobre la grada de la Preferencia de la cárcel un panel electrónico que hacía las veces de marcador del partido y servía también para avisarnos, con un ding-dong ferroviario, de las variaciones en el resultado de cualquier partido lejano que interesara, lo que supuso, igual que en todos los campos españoles, la definitiva defunción del simultáneo de siempre, aunque su esqueleto metálico permaneció sobre su torreta y fue a sucumbir a la vez que el viejo y entrañable estadio

La foto es de fecha 4 de octubre de 1970. Forman, de pie: Ñito, De la Cruz, Barrenechea, Fernández, Santos y Lorenzo; y agachados: Lasa, José, Barrios, Fontenla y Juárez, en los prolegómenos del partido correspondiente a la jornada cuarta del calendario de la 70-71 que enfrentaba a Granada y Valencia. El positivo con que contábamos se lo llevó el rival pues el partido acabó en empate a dos. El debutante Juárez, fichado en esa misma semana, abrió el marcador de gran disparo. Empató Claramunt I de penalti por mano de Fernández sobre la misma raya de gol a un balón que ya se colaba. En la segunda parte, Barrios de cabeza puso nuevamente al Granada por delante y el definitivo empate lo estableció Ansola de cabezazo en un córner. Lo más destacable fue la desacostumbrada mala actuación de Ñito, culpable de al menos uno de los goles forasteros, así como las claras ocasiones desperdiciadas por Lasa, que corría tanto que muchas veces adelantaba al mismo balón.

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