EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



martes, 31 de julio de 2012

LOS ANTONIOS


Un servidor, aficionado a coleccionar datos inútiles para llenar ocios y apagar bostezos, y “enteraillo” (perdón por la inmodestia) como pocos de todo lo que atañe al Granada CF, se ha entretenido en hacer un recuento de nombres de futbolistas de todas las épocas que hayan lucido la gloriosa camiseta rojiblanca (algunos la blanquiazul) por esos campos de Dios. Y empezando por el principio, por la letra “a”, el primer nombre lo suficientemente representativo con el que nos tropezamos es el de Antonio. ¿Cuántos son los Antonios del Granada? Pues salvo error u omisión yo diría que son once, por lo se podría improvisar un equipo.

Bueno, en realidad, futbolistas del Granada que respondieran al nombre de Antonio, así a secas, hay sólo dos, y los dos son de los buenos. El más ilustre no es otro que el toledano Antonio Díaz Vaquerizo, centrocampista que acabó jugando de libre, que perteneció ocho temporadas al club y que jugó la muy considerable suma de 282 partidos oficiales entre 1976 y 1986. Un futbolista rentable como pocos que siempre fue titular y que además volvió al equipo después de estar ya retirado para convertirse otra vez en insustituible.

El otro es Antonio José González Santos, sevillano, defensa central que llegó en la 95-96 y estuvo tres temporadas, también siempre como titular hasta jugar 124 partidos. Después continuó su carrera por equipos como Jerez, Numancia y Córdoba, y llegó a debutar en máxima categoría. Un buen defensa que jugó dos liguillas de ascenso de rojiblanco.

De Antonios con apellido tenemos cuatro. El más conocido es el madrileño Antonio Díaz (Jurado), centrocampista que había jugado en Primera y Segunda con Osasuna, Salamanca y Compostela y que aquí llegó ya algo cascado, con 32, en la temporada anterior a la debacle del descenso administrativo, la 2001-02, y no lució especialmente en un Granada más bien gris. Le sigue un canario, Antonio Jorge (Ruano), también centrocampista, que vino cedido del Las Palmas en la primera de la historia granadinista en 2ª B, la 81-82, y que pasó por nuestra tierra con más pena que gloria. El tercero es otro centrocampista, un gallego, Antonio Fernández (Rivadulla), que pertenece ya a la negra época de Tercera, la temporada 2003-04, en la que tuvo un buen pasar y fue titular.

Y el cuarto con apellido es un delantero granadino, se trata de Antonio Carmona (Ros) o Carmona III, el menor de la saga Carmona Ros de la que también forman parte sus hermanos  Pepe y Paquito, más Enrique, los tres del Recreativo, es decir, de la época de anteguerra, aunque Enrique no fue futbolista y sí presidente y directivo; Antonio Carmona Ros sólo jugó dos partidos con el Granada de la 40-41, pero su mejor papel lo desempeñó desde los banquillos, dirigiendo al Granada un partido, como puente entre Álvaro Pérez y Pasarín en la 56-57. Después se fue al Málaga, equipo al que perteneció casi veinte años y donde destacó como descubridor de jóvenes valores y donde entrenó al filial y en distintas ocasiones se hizo cargo del primer equipo.

Antoñitos tenemos tres. El que más jugó fue un sevillano, Antonio Suárez Angulo, delantero cedido por el Sevilla en la 82-83, en la que contribuyó al ascenso a Segunda con los siete goles que consiguió. Le sigue un portero, también sevillano, de la cantera del Betis, José Antonio Márquez Vergara, que fue uno de los jugadores que se trajo de la zona occidental andaluza José Enrique Díaz en la 89-90 y que también estuvo la siguiente, jugando entre las dos sólo 21 partidos. Y el tercero es un granadino del que el único dato que tenemos es que su nombre deportivo era Antoñito y que jugaba de delantero; pertenecía al Recreativo y sólo jugó un partido, en Mallorca, en la segunda jornada de la 84-85, cuando una huelga de jugadores profesionales propició una alineación entera de jugadores del filial que sucumbieron en el Luis Sitjar 5-0.

Otro Antonio con diminutivo, aunque no castellano, es Antoniet, el alicantino Antonio Iborra Iborra, que jugó en el Granada dos temporadas. En la primera, la 63-64, las lesiones hicieron que sólo jugara siete partidos. Pero en la segunda, 64-65, realizó un magnífico papel como interior con mucha llegada y gran pasador para dar balones de gol, de lo que se benefició el delantero Miguel, que consiguió aquella temporada 19 goles. Antoniet era un jugador de gran clase que jugó muchos años en Primera con el Sevilla y antes con el Jaén.

Para cerrar esta antología de Antonios nos queda otro granadino del que, como del otro paisano, tampoco tenemos demasiados datos aparte de que respondía al nombre de Antón, que era delantero y que del Recreativo pasó al Granada en la 55-56, en la que sólo jugó tres partidos.

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