A primeros de septiembre se iniciaba la liga 72-73. Y lo hacía no de muy buena forma para los nuestros, que empataban sus tres primeros compromisos: en casa ante Zaragoza y Valencia y a domicilio en La Coruña.
Especial mención merece la tercera jornada, en la que nos visitaba el Valencia con el recuerdo todavía caliente de lo sucedido casi un año justo antes, más lo que ocurrió en la eliminatoria de copa, ya en junio. Para enfriar ánimos y como queriendo lograr que todo aquello fuera olvidado, los días previos al choque y actuando como conciliador el valenciano-granadino y gran futbolero, general Prieto, de la Guardia Civil, los presidentes de los dos clubes, Cándido Gómez y Julio De Miguel, en unión de directivos de una y otra entidad y también de Antonio Conde, que jugó en ambos equipos, se reunieron en una cena de hermandad en el Parador de San Francisco. A los postres hubo intercambio de insignias de oro entre los presidentes y palabras por unos y otros pidiendo concordia. En su intervención, el general Manuel Prieto López dijo que para no pronunciarse por uno ni por otro se declaraba hincha del Vandalia.
El partido ante los ches empezó con salida al campo de ambos equipos en hermandad y con el acto entrañable del saque de honor a cargo de Floro, inolvidable portero de los cuarenta. Y acabó de mala manera y con empate a uno. Marcó Chirri en la primera parte y cuando ya acariciábamos la victoria, faltando cinco minutos para el final del partido, empató el Valencia. Todo el trabajo diplomático previo para que se olvidaran rencillas, se vino abajo en esos minutos finales, porque ese gol postrero desató la furia de Aguirre Suárez, quien, con alevosía, hizo una terrorífica entrada a Forment de la que salió el valencianista con fractura de tibia y una prometedora carrera frustrada para siempre. Hasta ese momento todo había transcurrido sin mayores cosas reseñables en cuanto a jugadas conflictivas. Pero esta acción de Aguirre desenterró nuevamente el hacha de guerra y volvió a convertir los Granada-Valencia en partidos de alto riesgo
Di’Stéfano estuvo más comedido que hacía un año en sus declaraciones pos partido, sin duda se acordaría de la sanción con que tuvo que pechar. No obstante remató sus comentarios a Torres Ortega, de Ideal, diciendo: «…el Valencia no ha podido desarrollar su fútbol porque sus jugadores tienen que cuidar sus piernas y nadie quiere sufrir una fractura que le aparte del fútbol para siempre». El que sí que se despachó fue el valencianista granadino Barrachina, a quien el público había abroncado varias veces durante el partido: «-¿Disgustado con este tanteo? -No. Lo estoy por otras cosas. -¿No quiere ser más explícito? –Todo el mundo lo ha visto. Siempre que venimos a Granada nos pasa igual. Así que no se quejen luego de que en otros campos hay juego duro. -¿Estima que lo hubo? –No. El juego duro es cosa de futbolistas, aquí lo hubo malintencionado. Eso no es así». Y el que ya se explayó fue el argentino Adorno: «-Aquí hay que venir a jugar con tanques y cada jugador con una ametralladora»… «…Esto no ha sido un partido. Creo que peor, ni en el Vietnam. Esto ha sido una guerra». Como vemos, antes que Asensi ya hubo quien comparó Los Cármenes con un campo de batalla. Así que a raíz de este partido ya tenemos otra vez al Granada y sus jugadores en el centro de la polémica.
Tres partidos se habían disputado y los nuestros sólo habían sido capaces de marcar un gol. El Granada no había ganado hasta el momento, aunque tampoco había perdido. Hasta que en la cuarta jornada cae derrotado 3-0 ante el colista Oviedo dando además muy mala imagen. Mientras tanto el jugador en el que se habían depositado todas las ilusiones de la hinchada, Echecopar, fichado en enero, ocho meses atrás, no acababa de ser autorizado por la Federación y su caso era el culebrón cotidiano, con frecuentes noticias en prensa anunciando que faltaba poco para que fuera autorizado. A partir de este momento, finales de septiembre, empieza a cundir cierto nerviosismo.
2 comentarios:
Di Stefano había dicho en los prolegómenos del partido de Copa que si perdía con el Granada se quitaba el sombrero.Aprovechando que era Día de la Cruz el público la tomó con el sombrero y con el entrenador che. Don Alfredo no tenía buen perder y, a partir de ahí, como bien recoges, se organizó. Te añado para tu información que cuando el Barça celebró su centenario hubo un conjunto de programas y entrevistas a históricos del club. Charly Rexach comentó que cuando Cruyff debutó en Los Cármenes se le ocurrió ir al remate en un corner. Se lo quitaron de la cabeza sus compañeros, que le dijeron que en Granada no se iba al remate en según qué jugadas.La leyenda negra estaba ya en marcha y al parecer todavía continúa porque, otra primicia, Rubirosa el comentarista de básquet de TV3 en la retransmisión del partido que el Cebé jugó hace poco en el Palau le recordaba a Nacho Solozábal, el otro comentarista, el Granada de aquella época. Por cierto, el Barça de Ricky y Navarro ganó después de una jugada más que discutible pitada contra los nazaríes y técnica al jugador visitante.Procuraré, salvo mejor criterio, seguir con este tema.
Sólo tengo que puntualizar una cosilla, pues lo del sombrero de Di'Stéfano cuando ocurrió fue en partido de liga, en noviembre de 1971. Esa misma temporada, ya en junio de 1972, Corpus en Granada, se volvieron a enfrentar Granada y Valencia y la gente le tiraba sombreros cordobeses de aquellos de cartón que se vendían en la feria por entonces y vaían tres duros.
(http://5000yunramos.blogspot.com/2008/07/el-sombrero-de-distfano.html) Entre paréntesis llevas un enlace a un artículo antiguo en este mismo blog donde se cuenta lo que pasó.
Y sobre la leyenda negra, esto es como una maldición, y es lamentable que al gran Granada de aquella época se le recuerde más por la dureza que por el buen equipo que era. Qué se le va a hacer...
Saludos
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