EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



jueves, 28 de mayo de 2009

SEIS AL BARÇA



De las diecisiete veces que el todopoderoso Barça visitó Granada para disputar un partido de liga, en cuatro se fue de vacío. Su primera visita a Los Cármenes fue una de ellas. Ocurrió el 15 de febrero de 1942, fecha que debe figurar con muy negros caracteres en la historia blaugrana porque Alberty; Millán, Alejandro; Sosa, Bonet, Sierra; Marín, César, Conde, Bachiller y Liz, endosaron seis goles en las redes barcelonistas y le infligieron la más amplia derrota que encajó el Barcelona en todo el calendario de la temporada 41-42.
El 6-0 que se llevaron los azulgranas de Granada los colocaba en el puesto 13 de la clasificación, vicecolistas y en puesto de descenso directo faltando sólo seis jornadas para el final, a tres puntos de la promoción que jugaban tercero y cuarto por abajo. Es esta 41-42 una de las peores temporadas de la historia barcelonista si atendemos exclusivamente al torneo de la regularidad. En ella alcanzó la clasificación más baja de las 77 ligas que se llevan disputadas y no pudo pasar del puesto doce o tercero por la cola, teniendo que salvar la categoría en partido de promoción. Excepto la 33-34, en que quedó penúltimo (de diez), pero no había descensos por ampliación de la primera categoría, y la 39-40, en que quedó noveno (de doce), pero sin tener que promocionar, en las restantes 74 ligas nunca bajó del sexto puesto final.
Es el Barcelona de la posguerra, que hasta ese momento sólo ha ganado una liga, la primera, la de 1929, aunque cuenta con ocho Copas de España. Pero precisamente desde ese ya lejano 1929 no ha vuelto a ganar liga ni copa. Es un Barça en situación de “vigilancia” estrecha por las autoridades del nuevo régimen político, que designan a dedo a la persona que ocupa su presidencia, que le han obligado a cambiar sus siglas (FC por CF) y que le han suprimido de su heráldica el cuartel cuatribarrado, sustituido por la bandera nacional.
En esta luminosa tarde de mediados de febrero jugaron en Los Cármenes: Miró; Anguera, Benito; Franco, Rosalench, Llácer; Valle, Gracia, Martín, Balmanya y Bravo. De ellos ninguno ha alcanzado la internacionalidad aunque hay dos, los delanteros Bravo y Mariano Martín, que sólo dos meses después van a debutar con la roja. Aparte contaba en su plantilla el Barcelona desde antes de la guerra con otros jugadores que ya habían sido internacionales, pero que esta temporada apenas van a jugar por ser ya muy veteranos, como Raich, Escolá y Nogués.
Aunque desde luego no estemos ante el mejor Barcelona de su historia tampoco debemos quitar méritos a la gran victoria rojiblanca. La liga culé fue muy mala, pero este mismo equipo volvió a dar un título al barcelonismo esta misma temporada rompiendo así una sequía de doce años. Sólo cuatro meses después de salir goleado de Los Cármenes va a ganar su novena Copa, 4-3 al Bilbao. Con el título copero en el bolsillo todavía tuvo que cumplir el trámite de la promoción (como el Granada del 59) ante el Murcia, que llevaba esperando dos meses, al que vapuleó 5-1 y de esa forma pudo salvar la máxima categoría.
La crónica del 6-0, extraída de la magnífica hemeroteca del diario barcelonés Mundo Deportivo, firmada por su director J.L. Lasplazas, dice de Alberty que fue seguro y en ocasiones «afiligranado», aunque no tuvo mucho trabajo. La defensa del Granada aquella tarde la formaban Millán y Alejandro, porque esta temporada es la única de las 13 granadinistas de González en la que no fue siempre titular; el gran Paco Bru prefirió para la segunda vuelta a Alejandro, muy veterano lateral a la antigua del At. Madrid de la República, que jugaba con boinilla. De la pareja dice la misma crónica: «En la defensa dos backs de recia entrada, corte seguro y largo despeje. Desde luego, ninguno de los dos es precisamente hombre de juego afiligranado, ni aun de juego científico; pero son dos muchachos que ponen respeto a la delantera».
La buena y extensa crónica destaca más que ningún otro rojiblanco a Bonet, en su puesto de medio centro, y a Marín, autor de dos goles. También merecen mención Sosa, que anuló al peligroso Bravo, más César, rematador nato aunque en esta ocasión no marcó. Conde, otro destacado, que en el Granada jugó en casi todas las posiciones, actuó aquella tarde como falso ariete. El valenciano Conde, recién perdonado de su pasado “rojo” fue preferido por Bru para sustituir al sensacional Trompi, lesionado, en detrimento de Cholín, que en el anterior partido, en Bilbao, actuó por última vez de rojiblanco.
Bachiller de cabeza abrió el marcador a los dos minutos de juego, y a los veinticinco Bonet de gran cañonazo lejano hacía el segundo. Al poco de comenzar la segunda parte Alejandro de golpe franco hacía el tercero. Sólo diez minutos después Marín marcaba el 4-0 en jugada individual. Y el mismo Marín conseguía al poco el quinto en jugada similar a la anterior. En las gradas la parroquia se lo pasa como pocas veces, y en este punto se queja el cronista de la falta de cortesía del público, que grita a los azulgranas cosas como «¡A la cola! ¡A la cola!». Pero falta el último y el delirio cuando a poco del final Liz de volea hace un golazo con el que los granadinistas pueden irse a sus casas con sonrisa de oreja a oreja.
Con los dos puntos ganaba el Granada un puesto en la clasificación, superando al Hércules (que entonces se llamaba Alicante), pero todavía no conseguía salir de los puestos de promoción. A la jornada siguiente conseguirá su primera victoria a domicilio en Primera, 1-4 en La Coruña, seguida de otro gran partido con victoria (3-2) sobre el Sevilla con los que subir hasta la décima plaza que ocupará al final, a salvo de todo. Es el Granada más goleador de su historia, y todavía ofrecerá a sus ya numerosos hinchas un 7-3 al Castellón (seis de César) y un 4-0 al Español.

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