EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 4 de mayo de 2009

BIROLÍN




Birolín es un forofo
minúsculo, muy pequeño.
Sus piernas, de puro cortas,
apenas rozan el suelo.
Cuando agita sus bracillos
maldiciendo a los de negro
un guacharrillo parece,
desnidado y chaparriento
Todo es mini en Birolito,
todo menos su sombrero,
hecho de veinte cosechas
con sus siegas y barbechos.
Lleva el menda en la cabeza
un prontuario de improperios
de doce tomos, forrados
en fina piel de becerro.
Son enanas sus ideas,
pigmeo su entendimiento,
enorme su cabezón
y muy corto su pescuezo.
Por su boquita despacha
lagartijos y culebros,
gusarapos y batracios
para la nena y el neno.
Y por la noche rellena,
inspirado ante el espejo,
folios y folios de injurias,
con avinagrado ceño;
jeremíacos renglones
de pullas y de denuestos,.
y los manda a los diarios
por docenas y por cientos:

-El presidente que había,
el mejor en mucho tiempo
el más guapo y saleroso
y el de más grande talento
en vil campaña la prensa,
con un descaro tremendo,
no han parado hasta aburrirlo
y a los madriles se ha vuelto.
Se han vendido al enemigo
plumillas y alcachoferos.
¡Qué vergüenza, qué vergüenza!
ya no queda ni uno honesto.
El arcarde prometía
subvencionados dineros.
Ni una gorda nos ha dado.
Sus promesas le recuerdo.
Y los que tanto decían:
«con el equipo al infierno»,
ya no pisan el estadio
porque no llega el ascenso.
Todos le han vuelto la espalda
al equipo de mi abuelo.
Sólo yo y mis cinco primos
somos leales a un credo,
entre tantos desertores
que engatusan los engendros.
¡Que no venga nadie más,
mejor estamos con menos!

Y así se pasa las horas,
dale, dale, que te pego,
tecleando y tecleando
con amargor sempiterno
jaculatorias y penas,
maldiciones y reniegos
-de santa furia encendido,
pequeñito, choligrueso-,
rezumando malauva,
andanadas y venenos,
dicterios y picardías,
por los poros de su cuerpo,
rellenando con insultos
de papeles varios cerros.
En el buzón los coloca
con dirección a los medios.
Ya los manda, manda, manda…
Ya los manda. ¡Manda huevos!

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