Otto abucheado
Tras el partido del Granada frente al
Mestalla se inició un periodo de veinte días de descanso para la plantilla
granadinista ya que la Federación decidió paralizar el calendario durante dos
domingos en el grupo Sur para que el grupo I o Norte, formado por 17 equipos,
se igualara al II, formado sólo por 15, y que ambos terminaran la liga al mismo
tiempo. Por esa razón el Granada programó un amistoso en Los Cármenes para el
domingo 11 de febrero frente a una selección de equipos modestos con objeto de
ver a algunos elementos aprovechables para el filial y a la vez formar un
tercer equipo que participara en el campeonato de Andalucía para aficionados,
pero el día anterior al fijado una gran nevada dejó nuestra ciudad toda vestida
de blanco, ante lo cual se decidió suspender el amistoso.
El jueves siguiente, día 15 de
febrero, se celebró por fin el amistoso y los seleccionados fueron nuevamente
convocados por el míster del primer equipo, Paco Mas, quedando Morales, ex del Once
Fantasma y árbitro colegiado de tercera, encargado de la preparación de los
elegidos. El Granada titular derrotó 5-0 al improvisado combinado en el que
destacaron tres jugadores que a la temporada siguiente quedarán enrolados en el
Recreativo y poco después pasarán al Granada: Vicente, Guerrero y Cuerva.
Asistió muy poco público, pero los pocos que había la tomaron con el húngaro
Otto abucheándolo cada vez que éste fallaba, y es que a estas alturas y aunque
el magiar sólo había jugado un partido en Los Cármenes, ya nadie confiaba en
él; según la crónica del amistoso, el delantero, completamente desmoralizado,
no quería salir en la segunda mitad, y a los diez minutos se retiró lesionado,
aunque la misma crónica dice que, reconocido en vestuarios, no parecía su
lesión revestir apenas importancia, pero lo cierto es que ya no volverá a jugar
hasta el último partido de liga.
Fuerte derrota del Recreativo en Tetuán y amplia victoria frente al
Algeciras
El domingo 11 de febrero no hubo
fútbol de ningún tipo en Granada, pero la liga no se detuvo para el filial,
desplazado nuevamente a tierras marroquíes, en esta ocasión a Tetuán donde le
esperaba el Español, equipo que conservaba alguna aspiración de ascenso pero
que acabaría la liga en mitad de la tabla. En la capital del Protectorado el
Recreativo resultó ampliamente derrotado, 4-0, y vio recortada en dos puntos su
ventaja con los puestos de descenso. Al campo tetuaní acudieron menos de cien
personas y se barajó la posibilidad de suspender el choque dado que el terreno
presentaba grandes charcos y no paraba de llover, pero finalmente se decidió
jugarlo y ese mal estado del terreno, según las crónicas, influyo en la fuerte
derrota de los blanquizaules, que debió ser bastante menos abultada.
El siguiente domingo, ya 18 de
febrero, el Granada siguió inactivo pero el Recreativo volvió a jugar en Los
Cármenes, donde derrotó por 4-1 a un rival directo por eludir el descenso como
era el Algeciras, tercero por la cola, y de esta manera volvió a gozar de un
colchón de cinco puntos respecto de los puestos de pérdida de categoría. El
Recreativo, con un juego feo pero eficaz, pudo ganar por más margen, según las
crónicas, ante un Algeciras muy flojo en las líneas de cobertura que acabaría
descendiendo como vicecolista. A los diez minutos ya ganaban 2-0 los
blanquiazules y el partido quedó resuelto. El defensa Paquito, que venía
actuando desde varias jornadas atrás como falso delantero centro, fue autor de
dos goles.
Dos puntos frente al Salamanca que sirven para seguir teniendo opciones
A mediados de febrero decidió la
directiva del Granada, como medida para evitar la vida excesivamente alegre de
los futbolistas, que éstos quedaran recluidos permanentemente en un chalet de
Alfacar próximo a la Fuente Grande, donde sólo tendrían libres las tardes de
los martes. Así se hizo para la preparación del partido frente al Salamanca y
de Aynadamar se trasladaron directamente a Los Cármenes para disputar la
jornada 23, el 26 de febrero.
El Granada, con mucha dificultad,
consiguió dos puntos más derrotando 3-2 a los castellanos, que marchaban en el
grupo de cabeza. Los charros, que acabaron la liga en el segundo puesto de la
clasificación pero no ascendieron al perder la liguilla, tenían un míster de
verdad, o sea, un entrenador inglés que temporadas atrás entrenó al Bilbao,
Harry Bagg. El míster imponía un sistema de defensa muy avanzada, sacando
partido al fuera de juego, algo poco visto en España en aquellos años. Pero el
británico ya había tenido algún problema con su directiva y en los mismos
vestuarios de Los Cármenes mantuvo una fuerte discusión con su presidente, por lo
que a los pocos días fue despedido y no llegó a terminar la temporada.
Ya no estaba en la plantilla
salmantina Floro, que acababa de retirarse del deporte profesional. Su figura
era el delantero centro Loren, autor de 21 goles esta temporada. Precisamente
este jugador nada más comenzar el partido adelantó a los forasteros con el
primer gol de la tarde, y poco después el mismo ariete sirvió a un compañero el
0-2. Darle la vuelta al tanteador costó sangre al Granada, del que las crónicas
destacan que, recluido o no, sigue en claro bache, estancado en su juego pobre
y desordenado y ayuno de dirección técnica desde la banda, que es como debe
ser. El Salamanca fue mandando en el marcador hasta que faltaban poco más de
diez minutos, y el Granada con algo de suerte consiguió en la recta final
quedarse con los dos puntos que le hicieron subir al quinto puesto, sólo un
punto por debajo del tercero, luego todavía seguía teniendo muchas
posibilidades de al menos jugar liguilla de ascenso. En el eje de la delantera
volvió después de meses sin jugar Botella, que marcó un gol, en sustitución de
Otto, lesionado y que ya no jugará hasta la última jornada.
La reclusión alfacarina se había
acordado que duraría mientras el equipo mantuviera sus posibilidades de
ascenso, así que al terminar el partido volvieron todos a su retiro. Pero lo
que iba a ser permanente quedó en nada porque sólo estuvieron los rojiblancos
en la previa de este partido frente al Salamanca y unos pocos días de la semana
siguiente.
La nota casi trágica la puso el
presidente Joaquín Serrano, quien fue víctima de un amago de infarto, al
parecer provocado por el excesivo nerviosismo que le causó el marcador adverso,
que hizo que fuera atendido en los vestuarios en el descanso y al finalizar el
partido. Todo quedó en un susto y el presidente totalmente restablecido no
necesitó de más cuidados.
Goleada del Betis al Recreativo
El Recreativo en esta jornada 23
salió goleado de su visita a Heliópolis (5-0). El Betis era el más cualificado
de todos sus rivales para conseguir el ascenso, pero al final acabará segundo y
no ascenderá en promoción, siendo condenado un año más a jugar en tercera (era
ya su cuarta temporada en la categoría). Las crónicas sevillanas dicen que
apenas presentó el filial dificultades al Betis, pero destacan la gran
deportividad de los recreativistas, de quienes subrayan que, frente a lo que
viene siendo habitual en todos los partidos, éstos no tuvieron ni un mal gesto,
ni una protesta, ni una sola brusquedad.
No supuso gran quebranto la derrota
pues se consideraba lógica ante el más gallito del grupo y además el Recreativo
siguió conservando su ventaja de cinco puntos sobre el descenso.
El Recreativo vence al Larache y el Granada pierde de goleada en Tetuán
La siguiente jornada, la 23 para el
Granada y la 25 para el Recreativo, teníamos un doble enfrentamiento granadino-marroquí.
El primer equipo se desplazaba a Tetuán mientras que el filial recibía al
Larache, pero ninguno de los dos partidos se jugó en la fecha prevista, domingo
4 de marzo de 1951. Lo impidió otro gran temporal de viento y frío por toda la
Península que provocó que el servicio marítimo con el norte de África quedara
interrumpido. El Granada había pernoctado en Marbella y de allí se trasladó a
Algeciras, pero hasta bien avanzada la tarde del domingo no pudo atravesar el
estrecho. Igual ocurrió con el equipo de Larache en su desplazamiento hacia
Granada, donde llegaron ya casi en la madrugada del lunes. Ante estas
contingencias el partido del Granada quedó aplazado hasta el martes 6, mientras
que el del Recreativo en Los Cármenes se celebró la tarde del lunes 5.
A pesar de ser día laborable, Los
Cármenes registró una buena entrada y el Recreativo sumó dos puntos más al
derrotar a los norteafricanos, los colistas del grupo, por 2-1. Fue un partido
bastante malo por parte de los dos contendientes del que las crónicas dicen que
los marroquíes sólo se aplicaron en destruir juego. Los dos puntos ampliaron
hasta seis la ventaja del Recreativo sobre los dos últimos puestos de la
clasificación cuando quedaban ya por jugarse sólo cinco jornadas.
Al día siguiente, martes, en Tetuán,
el Granada sucumbió ampliamente por 5-1 en un pésimo partido de los
rojiblancos. El estadio Varela registró un lleno hasta la bandera en día del
club y con el comercio de la capital del Protectorado cerrado. Presidió el
partido el Jalifa Hassan Ben El Mehedi Ben Ismael. El Atlético Tetuán acabará
la liga como campeón y ascenderá automáticamente a primera. Su máxima figura
era el defensa onubense Matito, que jugará muchas temporadas en máxima
categoría con el Valladolid y será internacional. En los rojiblancos faltó
Méndez, con deberes militares, y en el puesto de centro delantero hubo que
recurrir una vez más a Sosa, que fue quien marcó el gol del honor granadinista.
El tal Otto ni siquiera viajó. La derrota dejó al Granada séptimo, pero todavía
con muchas opciones de alcanzar al menos la tercera plaza.
Victoria rojiblanca ante el Linense y
derrota del Recreativo en Tánger
La jornada 24 para el Granada fue en Los Cármenes con la visita del
Linense, equipo que era vicecolista en esos momentos pero que acabará la liga
en novena posición. Traía como portero a Oreja, que dos años después defenderá
una temporada la portería granadinista aunque no jugará mucho, y que fue uno de
los destacados de su equipo. El que no vino fue Juan Vázquez, lesionado.
Después de una primera parte aburrida, en la segunda mitad, en la que
paradójicamente no hubo gol alguno, se vio un partido trepidante que pudo ganar
cualquiera, pero acabó haciéndolo el Granada 2-1 merced a los goles de Callejo
y Sosa, quien a sus 33 años (junto con Mas, los únicos que quedaban todavía de
los años de primera) dio toda una lección de bien dirigir el equipo al
recuperar su puesto en la media y ocupar Botella el eje de la delantera.
Parece que la demanda de los periodistas locales fue tenida en cuenta ya
que Mas no se auto-alineó y siguió el partido desde el foso, dando entrada en
el once a La Rubia, quien no jugaba desde la jornada 12. El húngaro Licker
ocupó el extremo izquierdo y Méndez volvió al centro de la zaga. Las crónicas
cargan contra el árbitro Tamarit, un veterano del arbitraje, que dejó sin
señalar dos claros penaltis en el área linense. Nuestro equipo subió al sexto
puesto, pero entre semana se habían jugado algunos partidos aplazados en su
día, así que pese a la victoria el Granada quedó a tres puntos de los puestos
de liguilla de ascenso.
Mientras, el Recreativo en su jornada 26 se desplazó a la zona
internacional de Tánger para jugar contra el España, de donde no pudo traerse
nada al ser derrotado 3-1. El España marchaba en la clasificación tercero por
la cola y en esa misma posición acabará la liga, aunque no descenderá. Las
crónicas dicen que el partido debió ser suspendido porque el terreno era una
laguna y en muchas zonas flotaba la pelota; por otra parte, ni se veían las
líneas y, para colmo, soplaba un fuerte viento que hacía imposible el buen
control del esférico. Para más colmo, el árbitro señaló un penalti inexistente
que costó el segundo gol en contra al filial, y no contento con eso, dio
validez al tercero tangerino, conseguido en claro fuera de juego. Lo mismo que
ocurrió con el primer equipo, durante la semana se jugaron algunos partidos
aplazados y sus resultados no fueron buenos para los intereses del filial, que
con la derrota vio reducido el colchón que mantenía con la zona comprometida,
que quedó a cuatro puntos cuando sólo faltaban por jugarse cuatro jornadas.
Como queda dicho más arriba, el mejor rojiblanco frente al Linense fue
Sosa, inconmensurable en su labor mediocampista cortando juego y creándolo para
sus compañeros. Pero en el mismo ejemplar de Ideal en el que figura la crónica
del partido, en la sección de sucesos dice que Valentín Jorge Sosa fue objeto
de un latrocinio. Según cuenta la noticia, alguien se presentó en su domicilio,
calle Calderería Vieja número 11, para retirar una colchoneta que tenía el
futbolista para reparar. Pero ni del reparador ni de la colchoneta volvió Sosa
a saber nada. Y es que, aunque en la actualidad robos de este tipo nos
produzcan perplejidad, en aquellos años, en las secciones de sucesos de los
diarios, abundan las denuncias de sustracciones de ropas usadas y de utensilios
de todo tipo en los domicilios. Sin ir más lejos, en la misma página donde se
da noticia de lo de Sosa, viene la denuncia de que en la terraza de una casa de
la calle Rector López Argüeta alguien había sustraído dos sábanas, dos toallas
y alguna ropa interior que su inquilino tenía tendidas secándose. Los tiempos
estrechos que se vivían tenían la culpa de esta delincuencia de menudeo.
El filial cae en Los Cármenes frente al Iliturgi y el Granada es goleado
en Chamartín
La siguiente cita futbolera llegó
primero para el filial. El domingo 18 de marzo en Los Cármenes disputó su
partido de la jornada 27 recibiendo al Iliturgi, de Andújar, equipo de la zona
media de la tabla, a salvo de toda contingencia y sin aspiraciones por arriba.
El resultado fue el de aumentar sus negativos a -5 por una inoportuna derrota,
1-3, que afortunadamente no complicó en exceso la lucha por la permanencia en
la categoría y el Recreativo siguió distanciado en cuatro puntos de los dos
puestos de descenso directo gracias a que rivales por abajo también tropezaron.
Los jóvenes canteranos realizaron un mal encuentro y su oponente sólo tuvo que
aprovechar los errores de los blanquiazules para llevarse los dos puntos. El filial
echó mucho de menos a sus dos titulares Montilla, defensa central y Toto, interior
de ataque, sustituidos por los “importados” Tobalina y García Domínguez.
El Granada por su parte jugó su
partido de la jornada 25 el lunes 19 de marzo, fiesta en todo el territorio
nacional. De común acuerdo los dos clubes decidieron aplazar en un día su
partido, pero el invento salió francamente mal para los rojiblancos que fueron
goleados por el filial madridista, el Plus Ultra, 4-0 en el nuevo Chamartín
(todavía no se llamaba Santiago Bernabéu). El Plus Ultra marchaba en esos
momentos sexto clasificado (acabará la liga 7º) y tenía como máxima estrella al
medio Zárraga, de 20 años y ya casi consagrado; a la temporada siguiente pasará
Zárraga al primer equipo, del que será titular muchas temporadas y conquistará
las cinco primeras copas de Europa.
El Granada, en un flojísimo
encuentro, apenas tuvo opciones de marcar, excepto en un penalti que Sosa
marró, y quedó clasificado en octava posición, ya a tres puntos del tercero
cuando quedaban por jugarse sólo cinco jornadas. Mas volvió a no alinearse y dirigir
al equipo desde el banquillo.
Días después la directiva en pleno
acordó sancionar con media mensualidad a ocho (no se publican sus nombres) de
los que jugaron en Madrid por hacerlo con manifiesta apatía, salvándose de la
sanción, la máxima permitida por el reglamento, sólo tres futbolistas de la
cobertura. La misma reunión directiva acordó no contratar como entrenador al
aragonés Antonio Molinos, quien se había ofrecido.
El Melilla se lleva los positivos que quedaban y el Recreativo es goleado
en San Fernando
El siguiente partido para los
rojiblancos era en Los Cármenes, jornada 26, con la visita del Melilla,
designado como día del club. De lo recaudado, una parte se destinaría a
subvencionar al club melillense en cumplimiento de una decisión federativa para
compensar su desgracia por causa del accidente en Loja de dos meses antes.
En la previa informa la prensa de que
en este partido ambos conjuntos lucirán brazaletes de luto, no en recuerdo del
mortal accidente en enero del autobús del Melilla (cuya directiva había
acordado que su equipo los llevaría en todos los partidos que faltaban para
concluir la liga), sino porque sólo unos días antes había muerto en Tetuán el
teniente general Varela, doblemente laureado y alto comisario de España en
Marruecos.
La mañana del partido los jugadores
melillenses acompañados de algún directivo del Granada depositaron una corona
fúnebre en la tumba del jugador granadino Martín, una de las tres víctimas, y
ya en los prolegómenos el equipo melillense entregó sendos pergaminos al
presidente del Granada, Joaquín Serrano, con el nombramiento como presidente
honorario, y a José Carmona Ros, delegado en Granada de la Federación Andaluza,
nombrado socio de honor, a ambos en agradecimiento por sus incesantes gestiones
y muestras de cariño cuando el mortal accidente en Loja de hacía dos meses.
Seguidamente se rezó un padrenuestro por el general fallecido, cosa que le
parece muy bien a un cronista del diario La Vanguardia, porque, eso de
guardar un minuto de silencio «es una costumbre pagana que hay que desterrar, lo cristiano y español es
rezar un padrenuestro».
En el amplio registro de
supersticiones futboleras que tanto abundan en el mundillo del hinchismo, un
lugar preferencial lo ocupa aquella que dice que si antes de un partido hay
algún tipo de celebración u homenaje sobre el césped, o una banda de música,
ese partido nunca se gana. En este caso se cumplió el pesimista adagio porque
el resultado fue de Granada 2 Melilla 3, aunque en honor a la verdad y leídas
las crónicas, nuestro equipo estuvo calamitoso y fue justamente derrotado. Un
Granada falto de juego y entusiasmo fue vencido por el Melilla en la primera
visita oficial a esta ciudad del equipo norteafricano, un recién ascendido pero
muy bien colocado y conservando intactas sus posibilidades de un nuevo ascenso,
cosa que no logrará y acabará la liga en 10ª posición. Su principal figura era
el muy veterano Martínez Catalá (34), delantero centro goleador (marcó) con
amplia trayectoria en primera, que ya estaba retirado de la profesionalidad,
pero fue fichado después de la tragedia que supuso el accidente de Loja y para
cubrir la pérdida de jugadores. También jugó un futuro granadinista, pero como
técnico, Santiago Errazquin, defensa central ya veterano.
La escasa hinchada (en comparación
con otros partidos) que acudió a Los Cármenes ya estaba de uñas con el equipo
por el lamentable partido de Madrid frente al Plus Ultra, y así, desde que
prácticamente empezó a rodar el balón, eran grandes los abucheos hacia la
muchachada local, bronca que pronto arreció porque a los tres minutos ya
mandaba el Melilla en el marcador y prácticamente fue todo el partido por
delante, por lo que los noventa minutos fueron de una continua protesta hacia
los rojiblancos.
Una desastrosa tarde del Granada se
tradujo en la pérdida de los dos positivos que aún quedaban y la caída a la
novena posición, pero, como el grupo toda la liga estuvo muy igualado,
volvieron a aparecer los fantasmas de un posible descenso ya que del primero de
los puestos que implicaban la pérdida de categoría quedaron los nuestros sólo
dos puntos por encima a falta todavía de cuatro jornadas (aunque sólo le
separaban tres puntos del tercero). De poco sirvieron las sanciones económicas
a los jugadores, como se ve, porque en lo que más coinciden las distintas
crónicas es en que los rojiblancos actuaron visiblemente desganados.
Lo mejor fue la reaparición del buen
delantero centro Chaves (el único al que salvan las crónicas del naufragio
colectivo), lesionado desde la jornada 12. Mas, que no jugó y nuevamente
dirigió al equipo desde el banquillo, dijo a su finalización que el partido
había sido una charlotada, y que, con excepción de uno o dos, nadie
había respondido. El húngaro Otto, según los periódicos locales, no está
lesionado, pero no quiere jugar.
La derrota ante el Melilla escoció
bastante pero no supuso la pérdida matemática de toda posibilidad de ascenso al
quedar el Granada distanciado tres puntos del tercero y del segundo (que
jugaban promoción de ascenso en liguilla) y cinco del líder (que ascendía
directamente), a falta de jugarse las cuatro últimas jornadas. Pero la realidad
fue que se dio todo por perdido y así, dos días después del choque, Ideal
publica que el presidente Joaquín Serrano ha puesto su cargo a disposición de
quien lo desee. Pero se ve que nadie deseaba el sillón y Serrano continuó de
presidente.
Simultáneamente a la derrota casera
de los mayores, el filial, con una alineación de circunstancias por las
lesiones y con algún jugador del otro filial, el Alhambra, era goleado en San
Fernando 4-0 en su partido de la jornada 28 y antepenúltima. Los de la isla
marchaban en el grupo de cabeza, pero acabaron la liga en quinta posición.
Afortunadamente fallaron también los que iban por detrás y conservó el
Recreativo su ventaja de cuatro puntos sobre el descenso, aunque no podía
respirar tranquilo todavía porque el tercero por la cola tenía que luchar en
promoción por conservar la categoría, a falta ya de sólo dos jornadas por
disputar.
CALLEJEANDO
Calles que cambian de nombre
En Granada muchas calles han cambiado
de nombre. Aquí van unos cuantos ejemplos: la plaza del Campillo Bajo ha pasado
a llamarse de Máiquez; la de Cauchiles ahora se llama del Moro Muza;
Concepción: Juego de Pelota; Callejón de Lucena: del Farol; Callejón de Nevot:
Riquelme; calle San Agustín: del Mercado; San Gregorio Alto: de Cristo Rey;
calle de San José: de la Asunción; Callejón de Ventanilla: Carroceros;
Sillería: Espartería; Cárcel Baja: Diego de Siloé; Cárcel Alta: Chancillería;
Sierpe Alta: Duque de Abrantes.
Los ejemplos que van delante los
hemos seleccionado porque en ninguno de ellos ese cambio fue efectivo y en la
actualidad siguen siendo conocidas (las que todavía existen) por el nombre
anterior al acuerdo municipal. Pero hay otras muchas que en esta fecha
adoptaron la denominación que ostentan en la actualidad, como el Callejón de
Fuentenueva, que pasó a llamarse de Santa Bárbara.
El Ayuntamiento perseguía con esta
medida, que afectó a más de cincuenta calles y plazas, distinguir unas de otras
pues en Granada podía haber hasta tres y cuatro calles y plazas con el mismo
nombre, pero en muy distintos sectores de la ciudad (tres calles del Perro,
otras tantas de la Parra, dos o tres del Jazmín, etc.), y lo hizo añadiendo al
nombre del vial el de su barrio (Panaderos de San Lázaro, Panaderos del
Albaicín, p.e.).
Autobús sin frenos
Por otra parte, un suceso
espectacular con resultado de una persona muerta y cinco heridas ocurrió en
Granada: un ómnibus turístico se quedó sin frenos descendiendo la Cuesta de
Gomérez y fue a estrellarse contra un árbol de Plaza Nueva, contra el que
aprisionó a un hombre que tranquilamente tomaba el fresco sentado en un banco,
matándolo en el acto. Por la hora en que ocurrió el accidente, cuatro de la
tarde, pudo ser mucho mayor el balance de víctimas ya que la plaza estaba muy
concurrida.
Susto sísmico
La víspera del partido frente al
Linense, al mediodía, un fuerte terremoto de grado quinto y sexto, según el
Observatorio de Cartuja, se sintió en Granada y en toda la mitad sur de la
Península y asustó muchísimo al personal penibético pues duró unos ocho
segundos, mucho más de lo que en una tierra como la nuestra estamos
acostumbrados. Alguna farola pública perdió su pantalla y también se
registraron caídas de enseres en casas particulares y hasta desmayos, pero eso
se puede decir que fue todo en Granada. No así en la provincia, donde Ideal
informa que en Montefrío la mitad de las casas quedaron afectadas y se
hundieron algunos muros y chimeneas, y en el balneario de Alhama las aguas
termales subieron de nivel hasta desbordarse de su embalsamiento. En la
catedral de Jaén se abrieron grietas en su bóveda central y se desprendieron
algunos cascotes, cosa que también ocurrió en la iglesia de San Ildefonso
jienense. Otros muchos desperfectos se produjeron en otras provincias.
La nota entre apocalíptica y chusca
la puso el diario mallorquín Baleares, que en grandes titulares a cuatro
columnas reprodujo la noticia del sismo así: «Las calles de
Granada sembradas de escombros»; y debajo: «Entre
piedras removidas y cristales mucha gente quedó desvanecida».
En el interior del último árbol de la
Carrera del Genil, casi ya en el Salón, un plátano de indias o de sombra
centenario, a la izquierda según se baja desde el Embovedado, aprovechando la
oquedad del tronco de algo más de metro y medio de circunferencia con una
pequeña hendidura en su base, casi una gatera, dos mozalbetes de 17 años llevan
ya unos cuantos días pernoctando, informa Ideal.
Un empleado de la limpieza descubrió
a los durmientes y avisó a una pareja de guindillas, formándose enseguida una
gran concurrencia de curiosos transeúntes, Conminados a abandonar su hogar,
los dos muchachos se negaban a obedecer incluso después de ser amenazados con
enchufarles la manguera. Costó trabajo convencerlos, pero finalmente salieron
de su agujero y al ser preguntados el porqué de su proceder dijeron que en el
tronco se pasa menos frío que a la intemperie, ¿quién puede negarlo?
Lo que les esperaba era el pase por
la comisaría del Campillo y después ser puestos a disposición de la brigada de
represión de la mendicidad a las órdenes directas del gobernador civil pues
ninguno de los dos tenía oficio ni ocupación conocida, pero sí que tenían ya
edad como para que se les aplicara la Gandula, la Ley de Vagos y
Maleantes, por la cual podían ser llevados a un campo de trabajo. En aquellos
años son innumerables los bandos que la autoridad dictó contra la mendicidad y
contra los que la practicaban, pero ni por esas, y en las calles granadinas
abundaban los desharrapados menesterosos que vivían de la limosna.
Varios miles de granadinos tenían en
esos años cincuenta como morada una única habitación realquilada donde infra
vivían hacinadas familias enteras, y éstas casi pueden ser consideradas
afortunadas porque otros miles residían en cuevas excavadas en la tierra sin
más método ni cálculo que la ciencia que da el pico y la pala y la fuerza de
unos brazos. Otros ni siquiera contaban con un techo sobre sus cabezas.
El Régimen ya había promovido la
construcción de diversas colonias de viviendas sociales (o casas baratas, como
se les llamaba) y así empezaban a nacer en las afueras algunos de los barrios
que pronto crecerán y albergarán a una gran parte de la población granadina,
pero todavía lo hecho era por completo insuficiente. Varias decenas de miles de
familias vivían en cuevas que no disponían ni de lo mínimo: Sacromonte, San
Miguel, valle del Darro, Barranco del Abogado, orillas del río Beiro, Barranco
de la Zorra y las Conejeras, donde los dos arborícolas a que nos referimos
dijeron tener parientes. Ésta última zona en la actualidad es barrio
residencial de primer orden, conocido como Urbanización El Serrallo,
pero hasta no hace mucho era un poblado de viviendas trogloditas y chabolas
similar a los otros, donde se refugiaban los más paupérrimos de la ciudad y
donde cada dos por tres, en cuanto caían cuatro gotas más de lo normal, eran
frecuentes los derrumbes con víctimas o las avenidas que se llevaban por
delante las poquísimas pertenencias que esas pobres gentes poseían, arrastradas
por los torrentes formados en los cauces naturales que era donde más abundaban
las cuevas.
Un alemán granadino
Sabido es que nuestro
país sirvió de estupendo refugio a muchísimos nazis criminales de guerra que así
escaparon de la horca. Siniestros personajes con mucho que ocultar obtuvieron
la nacionalidad española y hallaron impunidad y amparo bajo la sombra del dictador,
y disfrutaron de una plácida existencia sin ser molestados y sin tener que
esconderse, a lo grande y hasta su muerte. Algunos amasaron auténticas fortunas
con la bendición del Régimen, que siempre hizo oídos sordos a las reiteradas
peticiones de extradición recibidas de las potencias aliadas.
El más conocido de todos se llamaba
Leon Degrelle, el führer belga, líder del Rexismo (el partido
fascista de Bélgica) que se estrelló con su avioneta en plena playa de La
Concha de San Sebastián cuando iba huyendo camino de Sudamérica pocos días
después de derrumbarse el III Reich. En España encontró un segundo hogar y aquí
se quedó, y no sólo nunca se arrepintió de sus correrías, sino que alardeaba de
ellas. Los aliados reclamaron al gobierno español que les fuera entregado
después de haber sido condenado a muerte in absentia en Bélgica, pero
Franco, sometido a presión y sin poder acogerse a más subterfugios, ideó una
jugarreta y quiso engañar (sin éxito) a los reclamantes enviándoles un doble del
belga, mientras a éste se le facilitó la huida y una próspera ocupación, además
de un DNI con el nombre de José León Ramírez Reina, alias bajo el que vivió
plácidamente en nuestro país hasta su muerte en 1994. En ese tiempo fundó el Círculo
Español de Amigos de Europa (CEDADE), para la difusión y propaganda del
nazismo, y publicó varios volúmenes negacionistas del Holocausto y de
divulgación de su ideología.
Otro famoso nazi acogido al cálido cobijo de
la dictadura fue el austriaco Otto Skorzeny, coronel de las SS, el hombre
más peligroso de Europa para los americanos, con su cara cruzada por un
costurón desde la boca a la oreja, recuerdo de un sablazo recibido (de los de
verdad, no de los de ya te pagaré) en su juventud como esgrimista. A éste
no se le puede considerar criminal de guerra ya que fue absuelto de esos cargos
en el juicio de Núremberg, pero después de ser internado en un campo de concentración
había conseguido huir a España en 1948. Para la Alemania nazi era un héroe,
infinidad de veces condecorado y famosísimo por haber protagonizado distintas
hazañas al frente de comandos al más puro estilo de Hollywood y a las órdenes
directas del Fuhrer, la más sonada fue la liberación en septiembre de 1943 de
Mussolini de su prisión del Gran Sasso, en los Apeninos, cuando en Italia se le
dio la vuelta a la tortilla y los aliados avanzaban desde el Sur. En España
ejerció su profesión de ingeniero y también fue espía -paradoja de paradojas
tratándose de un SS- para el Mossad israelí.
En Granada también tuvimos por lo
menos a un alemán huido y refugiado, lo sabemos por un reportaje de última
página de Ideal a finales de febrero de 1951 en el que viene una entrevista a
un señor que dice llamarse Nicholas Hoelscher, alto cargo de una empresa minera
de nuestra provincia. Fue teniente paracaidista del ejército alemán y dice que
intervino en la defensa de Monte Cassino y en numerosas acciones de comando al
otro lado de las líneas enemigas, entre ellas el rescate de Benito Mussolini, y
que éste no ocurrió exactamente como tantas veces se ha contado. Según el
entrevistado, Skorzeny localizó el lugar exacto en el que el ex Duce se hallaba
preso, el hotel Campo Imperatore, después de seguirle el rastro por
media Italia camuflado con los más diversos disfraces, pero no tuvo ninguna
intervención en el acto propio de la liberación, la cual fue ejecutada por
paracaidistas alemanes bajo el mando del comandante Moors, y toda la operación
fue dirigida por el general Student. Se llevó a cabo con planeadores que
aterrizaron en una pequeña meseta cercana al lugar donde estaba Mussolini,
defendido por unos 160 carabinieri que no opusieron resistencia alguna, por lo
que todo concluyó sin necesidad de disparar un solo tiro. Skorzeny estaba allí,
invitado por Moors, pero se limitó a mirar cómo se resolvía todo y después se
marchó acompañando al derrotado Mussolini para presentarlo a Hitler, relata a
Ideal Hoelscher.
El entrevistado, que manifiesta que
perdió a su padre y a sus hermanos en acciones de guerra y en campos de
prisioneros, en uno de los cuales él mismo pasó una larga temporada después de
terminada la II GM, despide su intervención expresando sus deseos de pronto
contraer matrimonio y convertirse en un granadino más porque -dice- ha hallado
en España la paz que le faltó en sus mejores años.
Donde más duele
No nos resistimos a reproducir lo que en la siempre amena sección “El Día en Granada”, de la primera página de Ideal, aparece el 19 de marzo de 1951 con la firma habitual del inefable Z (Cándido García Ortiz de Villajos) abordando uno de sus temas favoritos: los visitantes foráneos y sus costumbres invasoras. Según este plumífero, en Granada recibimos a mansalva turistas de todas las partes del globo, y en Semana Santa ha habido overbooking, viéndose obligados algunos foráneos a pernoctar al fresco, así que sugiere que se estudie la posibilidad de dejar abiertas algunas cafeterías toda la noche para estos casos. Y dice también Z que andan en estos días por nuestra tierra unos turistas que en Tarragona hicieron comer hierba a unos golfillos para fotografiarlos y luego decir por ahí «que en España somos bípedos rumiantes», y que eso que hicieron en tierras catalanas lo están repitiendo en Granada, «A lo cual decimos: que xenófabos [sic], nunca; pero “tontófilos”, tampoco. Solución al canto: un estacazo a la máquina y un puntapié en… el pasaporte. Si quieren, que se quejen. Que se quejarán si el puntapié se administra con energía numantina».
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