El Plus Ultra se lleva un positivo y el filial pierde el liderato al ser
derrotado en Écija
A primeros de diciembre llegaba la
jornada 13, a falta de sólo dos más para terminar la primera vuelta de la 49-50.
El Granada recibió en Los Cármenes al filial del R. Madrid, por entonces
llamado Plus Ultra, contra el que hasta ese momento nunca había jugado nuestro
equipo. Se trataba de un conjunto muy joven en el que empezaban varios
futbolistas que esta misma temporada iban a actuar en alguna ocasión con el
primer equipo, destacando entre ellos el medio Zárraga, por entonces con sólo
19 años, que tiempo después será muchas temporadas titular en el Real Madrid y
en la selección absoluta, consiguiendo varias ligas y copas de Europa. También
contaba con algún veterano de la primera plantilla como el delantero centro muy
goleador Pruden. A pesar de ser un recién ascendido, el Plus Ultra realizó una
magnífica campaña y acabó tercero, con los mismos puntos que el subcampeón
Murcia.
Hasta el momento el Granada había
ganado todos sus compromisos caseros y contaba con cuatro positivos, pero se
rompió la racha y el filial madridista se llevó uno al empatar a dos goles. Al
descanso ganaban los nuestros 2-0, pero en la segunda parte los jóvenes
visitantes consiguieron el empate ante el bajón de juego de los rojiblancos,
quienes cuajaron una mala tarde. Volvió el ariete Morales, ausente desde el
partido en La Línea de tres jornadas atrás, pero la delantera estuvo muy
desacertada.
Por otro lado, el árbitro, Martínez
Leal, estuvo desastroso según las crónicas, y por poco provoca un altercado de
orden público al no ver dos claros penaltis en el área forastera; era un veterano
trencilla, pero casi de estreno en la categoría ya que hasta este momento
siempre había pitado preferentemente en tercera, además era murciano, cosa que
levantaba todo tipo de sospechas de parcialidad porque el máximo rival en el
liderato granadinista era el Murcia. Dicen los periodistas locales que Martínez
Leal en todo el partido no se movió del círculo central, y que ni diagonal ni
horizontal ni vertical, su arbitraje fue una nueva modalidad: estática; y
encima, añaden, hizo caso omiso de lo que le señalaban sus liniers. Días después
fue el Granada sancionado económicamente por la Federación por comportamiento
incorrecto del público.
El liderato del grupo no se perdió a
pesar del tropiezo, pero el Murcia alcanzó a los rojiblancos en la
clasificación.
El filial, de acuerdo con su rival,
volvió a alterar el orden de los encuentros y evitó así coincidir con el
partido del Granada, desplazándose ese mismo día, jornada 9 de su calendario, a
Écija, donde cosechó una nueva derrota, 1-0, a pesar de recuperar a algunos
efectivos titulares y actuar reforzado por el jugador de la primera plantilla
Fraga. El único gol del encuentro llegó en el minuto 93. El partido se jugó
sobre un barrizal motivado por el desbordamiento del río Genil, cosa que ya
había impedido la disputa de la anterior jornada en ese mismo recinto. La
derrota supuso la pérdida de la primera plaza, que fue para el Malagueño.
Dimisión de la directiva no aceptada
La consecuencia más importante del
tropezón ante los madrileños fue que esa misma tarde el presidente Joaquín
Serrano y su directiva, más el entrenador Cholín, éste en solidaridad con los
anteriores, presentaron su dimisión. El motivo que adujeron fue la actitud
injuriosa de un sector del público. Según relata La Prensa, un número reducido de hinchas, muy enfadados por el
resultado y por la labor del trencilla, al terminar el partido insultaron
gravemente a los directivos, a quienes culpaban del bajo rendimiento del equipo
por no reforzarlo.
Otro grupo pequeño esperó y siguió al
árbitro, rodeado de policías de uniforme que se vieron obligados a despejar la
zona a las bravas, hasta llegar a la ermita de San Isidro, donde el referí
subió a un coche y ya partió para su destino. En la misma nota donde la
directiva comunicaba su dimisión, informaba de que se había elevado un escrito
de protesta a la Federación por la parcial actuación del árbitro murciano
Martínez Leal.
La Federación Sur decidió no aceptar
la decisión de la directiva hasta que transcurrieran unos días y fuera ésta más
meditada. Pocos días después se hizo oficial la negativa del organismo
federativo a admitir la dimisión basándose en el gran perjuicio para la entidad
que podría acarrear al ir magníficamente clasificado el equipo, también en que
las hostilidades hacia los dirigentes partieron de un sector minoritario, así
que presidente, directivos y entrenador continuaron en sus cargos.
El Granada B recupera el liderato en Sevilla y le es retirada la sanción
El jueves siguiente a la derrota en
Écija, 8 de diciembre, fiesta en toda España, el Granada B viajó de nuevo a
Sevilla, ahora a la capital, para enfrentarse en sesión matinal al colista, el
Calavera, al que derrotó con el palizón de 1-6, y con esta victoria volvió a
encaramarse al primer puesto de la clasificación. Jugaron como refuerzo los
futbolistas de la primera plantilla Mas, Fraga y el guardameta Carbelo, y los
sevillanos no fueron rival para los blanquiazules a pesar de adelantarse en el
marcador.
Pero la mejor noticia para el filial
fue el acuerdo, ya oficial, de la Federación Sur de devolver los tres puntos de
la sanción por supuesta alineación indebida de Mas en el partido de la segunda
jornada frente al Portuense.
Derrota en Alcoy que cuesta el liderato. Nueva goleada del Granada B
La siguiente jornada, la 14 o
penúltima de la primera vuelta, significó para el Granada el desplazamiento a
Alcoy, cuyo equipo era otro de los aspirantes a lo máximo. También era este
equipo nuevo en la categoría, pero en su caso no era por ascenso sino por todo
lo contrario ya que la temporada anterior militaba en primera. El Alcoyano
acabó proclamándose campeón del grupo sur de segunda y ascendiendo nuevamente.
Contaba en sus filas con el joven delantero de 21 años Pérez-Payá, futuro
titular del At. Madrid (jugaba cedido en Alcoy), del Real Madrid y de la
selección y años después presidente de la RFEF, quien ya sonó a principios de
temporada como refuerzo para el Granada, pero no pudo ser por motivos
crematísticos.
Con quejas hacia la actuación del
árbitro, que permitió un gol local en claro fuera de juego, el Granada cayó
derrotado 2-1 y perdió el liderato (ya no volverá a recuperarlo), quedando
relegado a la tercera posición, por detrás de Murcia y Mestalla. Las crónicas,
todas de periodistas alcoyanos, alaban bastante el juego del Granada a pesar de
la derrota y dicen que nuestro equipo practica un fútbol moderno, con mucha
rapidez y brío.
Simultáneamente en Los Cármenes el
Granada B, sin ningún refuerzo del primer equipo, arroyó al débil Olímpica
Valverdeña (de Valverde del Camino, Huelva) y le endosó un 7-0 que, como suele
ocurrir, pudieron ser muchos más goles. Lo más llamativo del partido se extrae
de la crónica que en Ideal firma Jovi, según la cual el filial granadinista, a
raíz del 4-0 adoptó una nueva táctica como ensayo, consistente en escalonar de
dos en dos y a lo largo de todo el terreno a los jugadores (a excepción del
portero, claro), que era el sistema que utilizaba el mítico San Lorenzo de
Almagro en su gira española de dos años atrás; dice el cronista que el ensayo
funcionó de maravilla y que el Granada B manejó aún más la situación y llegó a
la fase final del partido en mucha mejor forma que su oponente. El filial
continuó una semana más al mando de la tabla, aunque con los mismos puntos que
el segundo, el At. Malagueño.
Aventura en la nieve a la vuelta de Alcoy
La vuelta de la expedición
granadinista de Alcoy fue toda una odisea. La culpa la tuvo el meteoro, una
gran masa de aire polar que afectó a toda España y dejó los termómetros bajo
cero durante una semana. En Granada lunes y martes sopló un vendaval que derribó
árboles y persianas, mezclado con una tímida nevada que no llegó a cuajar,
traducido después en una espectacular bajada de las temperaturas y cortes de
fluido eléctrico de varias horas, que venían a sumarse a las restricciones
decretadas por la compañía Mengemor, y que paralizaron quirófanos y tranvías,
dejando helada la ciudad. En la zona de Baza llegó a acumularse más de un metro
de nieve, bloqueando durante tres días en la estación de Baúl al tren que venía
de Alicante y obligando a su pasaje a buscar cobijo en las casas de los vecinos
de este pequeño anejo bastetano. Ese mismo bloqueo lo sufrieron los jugadores
del Granada que volvían de Alcoy. El jueves 15 de diciembre Ideal informa en
primera página que los futbolistas no han regresado todavía a Granada y que su
autobús se encuentra bloqueado antes de llegar a Gor, sin poder avanzar ni retroceder.
Hasta la madrugada del viernes no
pudieron los jugadores llegar a la capital. Lo hicieron en el tren expreso
bloqueado tres días en la estación de Baúl una vez expeditas las vías. Los
pasajeros de este tren de Alicante contaron su odisea de 72 horas y la prueba
física y mental que la experiencia les había supuesto; Baúl es (o era) una
pequeña cortijada perteneciente a Baza de no más de cuarenta o cincuenta casas
que dieron alojamiento a gran parte de los 400 viajeros, hacinados como podían,
permaneciendo una parte importante de los mismos en el propio tren, al que
pronto se le acabó la escasa calefacción con que contaba; allí, a bajo cero,
hubieron de permanecer tres días y tres noches derritiendo la nieve para poder
beber y sin apenas víveres que llevarse a la boca.
Los jugadores del Granada por su
parte contaron que se vieron obligados a abandonar el autobús que los traía de
Alcoy en la Venta de Charches, cerca de Gor, y de allí, calzando sus botas de
tacos y con varios pares de calcetines con que protegerse, se trasladaron con
la nieve por la cintura hasta un cortijo situado a unos cien metros donde
pasaron la noche del lunes, todos sin dormir y sin probar bocado. Al día
siguiente dos o tres de ellos consiguieron con gran esfuerzo regresar al
autobús para recoger algunas cosas de comer que en el vehículo llevaban. La
segunda noche unos pocos la pasaron en otro cortijo cercano, y otro grupo
consiguió llegar a la estación de Baúl después de dar mil vueltas y
desorientarse varias veces en la estepa nevada. Cholín relató después la
angustia y el miedo pasado durante la travesía; algunos de los expedicionarios
creyeron llegada su hora. Finalmente, todos se reunieron en la estación de Baúl
después de penalidades sin cuento y así consiguieron continuar su viaje hasta
Granada en el tren de Alicante una vez despejadas las vías. Total, tres días
sin dormir ni descansar y ya estábamos a viernes y el domingo esperaba el
siguiente rival en la jornada 15 y última de la primera vuelta: el Levante.
Súper paliza al Levante
Lo que son las cosas en el fútbol. O
al menos lo que eran las cosas en aquellos años. Ninguno de los que sufrieron
en propias carnes la aventura errante por los páramos bastetanos pescó ni si
quiera un constipado y el Granada, vestido de blanco camiseta y pantalón ya que
las equipaciones titulares estaban todavía en el abandonado autobús que le
servía en todos sus desplazamientos esta temporada, con el solo cambio respecto
de la alineación de Alcoy de Trompi por Sosa, consiguió en la fecha histórica
de 18 de diciembre de 1949, jornada 15 y última de la primera vuelta, la que
sigue siendo a día de hoy la tercera mayor goleada de toda su historia mientras
fue equipo de segunda división: 8-1 al Levante (sólo superada por un 8-0 al
Badalona de la 40-41 y un 9-2 al Linense de esta misma 49-50), equipo de la
zona baja de la tabla que salvó al final la categoría agónicamente. Sin
descansar ni alimentarse convenientemente durante cuatro días y sin
prácticamente entrenar, los rojiblancos pasaron literalmente por encima de su
débil rival. Definitivamente, eran otros tiempos y eran otros, de muy distinta
madera, los que se dedicaban a esto de patear un balón.
Era ya la cuarta gran goleada en lo
que iba de temporada, junto al 6-0 al Castellón, el 7-2 al Salamanca y el 6-1
al Cartagena (todavía faltaba un 9-2 al Linense en la recta final del
campeonato), porque otra nota que caracteriza a esta temporada es que a lo
largo de ella hubo más grandes escardones
(en granaíno castizo) rojiblancos que en ninguna otra. Y eso que la prensa y la
afición venían pidiendo insistentemente, incluso a gritos, que el equipo se
reforzara con delanteros. Y eso que esta temporada fue, números en mano, la que
mejor promedio de goles a favor arrojó de las treinta y tres de segunda, 2,37
goles por partido, que es también el segundo mejor promedio de toda su
historia, sólo superado por el 2,46 de la 41-42, récord histórico que
estableció la ya mítica delantera a base de Marín, Trompi, César, Bachiller y
Liz del debut primerdivisionista.
No tuvo rival el Granada en un
Levante semicolista, uno de los pocos equipos que no eran nuevos en la
categoría, ahora en horas bajas, y a base de un fútbol veloz, entusiasta y
profundo, dice Seudónimo en La
Prensa, destrozó por completo a los valencianos y mandó al paro a su
entrenador, el ex rojiblanco Antonio Bonet, cesado a raíz del palizón. Más
amplio pudo ser incluso porque el árbitro anuló, mal según los plumillas
granadinos, dos goles a los rojiblancos cuando el marcador iba todavía 0-0.
Trompi, que volvía al equipo tras dos meses ausente, fue el de sus buenos
tiempos, y Mas sirvió balones de oro a la delantera. Pero el absoluto
triunfador fue el ariete Morales, autor de cinco de los ocho rojiblancos, la
segunda mayor cifra de goles conseguidos por un granadinista en una misma
tarde.
La aplastante victoria no modificó la
tabla porque los de delante no fallaron y así el Granada siguió ocupando la
tercera plaza, a un punto del segundo, el Murcia, y dos del líder, ahora el
Mestalla.
En la otra liga, la de regional
preferente, el filial volvió a conocer la derrota, 3-1, ahora en Ronda, a donde
viajaron los jóvenes canteranos en dos taxis puesto que el autobús, el mismo
que utilizaba el primer equipo, había quedado abandonado y cercado por la nieve
en Gor, y no estaba disponible en el momento de emprender el desplazamiento. A
pesar de no sumar esta jornada no perdió el primer puesto de la clasificación,
quedando empatado a puntos con el Morón y el At. Malagueño, pero estos dos
conjuntos llevaban un partido menos.
Eliminación en Copa a pies del Linense
Tras la gran paliza sobre el Levante,
la liga en primera y segunda sufrió el tradicional parón navideño, pero para el
Granada no hubo descanso ya que el mismo día de Navidad, domingo 25 de
diciembre, le tocó disputar la segunda ronda de la Copa del Generalísimo, que
se jugaba a partido único con recaudación compartida al cincuenta por ciento
entre los contendientes, y su rival fue un equipo de su misma categoría y
grupo, el Linense. El Granada había resultado exento de la primera
eliminatoria, pero en esta segunda se acabó su trayectoria copera al ser
derrotado por su oponente por 2-3.
Casi dos meses antes se habían visto
las caras los dos mismos equipos en liga, en el campo de La Línea, de donde
salió el Granada derrotado 2-1 en un partido que se caracterizó más por los
palos que dieron los de casa que por el juego, un choque del que salieron
varios rojiblancos lesionados y que fue dirigido por un trencilla inepto que
toleró el juego sucio y no vio la mano con la que el futuro granadinista
Vázquez marcó el gol del triunfo. Ahora, en la tarde navideña de Los Cármenes
volvió a verse algo parecido y otro árbitro funesto, el madrileño Campos
Santín, también debutante en la categoría, no tuvo autoridad para cortar las violencias
de los de La Línea, según las crónicas, y a punto estuvo de provocar otro
altercado público en Los Cármenes, similar al del día del Plus Ultra. Un forofo
rojiblanco, José Zurita se llamaba, saltó al campo con la intención de agredir
a un jugador linense que acababa de lesionar a un granadinista, pero fue
detenido por la fuerza pública y era tal su estado de excitación que allí mismo
sufrió un síncope, dice la crónica de Ideal, y hubo de ser conducido a la
enfermería, donde enseguida se recuperó.
En La Línea, en liga, el más
perjudicado fue el delantero rojiblanco Morales, que tuvo que dejar la cancha y
reaparecer mermado y como figura
decorativa, lesión que le supuso la ausencia de los terrenos casi un mes;
pues bien, en Granada el mismo jugador volvió a sufrir en propias carnes las
tarascadas de la defensa linense y
otra vez quedó arrumbado en un extremo e inútil para el juego de los locales,
dejando al Granada en inferioridad cuando apenas se llevaba disputado un cuarto
de hora. Para colmo, a poco del inicio de la segunda parte fue expulsado Toñín
(le cayeron cuatro partidos) por repeler una agresión, y su puesto en el
lateral izquierdo tuvo que ser cubierto por Mas. Poco tiempo después el
lesionado e inutilizado fue Megino. Tanto Morales como Megino se perderán los
siguientes compromisos ligueros del Granada. La habitual subida al ataque de
Millán cuando el resultado era desfavorable nada arregló. De ese cúmulo de
desgracias se aprovecharon los forasteros para llevarse la victoria y el pase a
la siguiente ronda copera, y el Granada quedó eliminado de la llamada
competición del KO. El club fue multado días después por arrojar el público
almohadillas y piedras contra el árbitro y sus asistentes.
Tropiezo en casa del Granada B y pérdida del liderato
Al día siguiente, lunes 26 de
diciembre, el Granada B recibió en Los Cármenes, con una gran entrada, la
visita del que era considerado el rival de la categoría que mejor fútbol
practicaba, el Triana, filial del Betis, por entonces en tercera. Era ya la
jornada 13 del calendario de Preferente. A pesar del refuerzo del portero
Carbelo y de Almagro y Mas (ambos habían jugado veinticuatro horas antes frente
al Linense), el filial no pudo pasar del empate a dos goles, lo que suponía el
primer partido local de esta liga en el que los dos puntos no se quedaban en
casa. Almagro ocupó el puesto de defensa central ante la lesión que padecía
Méndez. El tropiezo costó también el liderato, que pasó a ocuparlo el filial
malaguista, con un punto de ventaja sobre el Granada B.
Ficha Unamuno
El Granada quedó en cuadro después de
la batalla frente al Linense, por lo que aceleró las gestiones para el fichaje
de nuevos futbolistas de que venía hablando la prensa desde hacía ya tiempo.
Siempre se había dicho que el equipo necesitaba delanteros, así que en la
semana siguiente y dos días antes del primer partido de la segunda vuelta,
frente al Córdoba en Los Cármenes, ficho por toda la segunda vuelta y una
temporada más el delantero centro Unamuno, vasco que pertenecía al Jaén (y
antes al Zaragoza y a la Real Sociedad) y que ya intervino de rojiblanco en el
partido amistoso de la anterior temporada en homenaje a Cholín, en el que marcó
un tanto. Amigo personal de Cholín, Unamuno, hermano del también delantero del
mismo nombre, pero mucho más famoso, que jugó en el Bilbao y en el Betis de
antes de la guerra, iba con la expedición del Jaén que se dirigía a Tánger para
jugar en el terreno del Mahgreb, equipo de esta ciudad norteafricana, pero en
Córdoba se despidió de sus compañeros y emprendió viaje a Granada, llegando
dispuesto a debutar en el partido de dos días después.
Derrota ante el Córdoba con una alineación de circunstancias
El primer partido de la segunda
vuelta, de nuevo en Los Cármenes, jugado el domingo 1 de enero ya de 1950, dejó
la cuenta de positivos rojiblanca reducida a uno solo. El Córdoba, equipo de la
zona media de la tabla, se llevó los dos puntos al vencer 1-2 en un partido
malo y muy accidentado en el que sacó provecho de la inferioridad de los
locales, que tuvieron que afrontar toda la segunda parte con sólo nueve
efectivos contra once. Empezó bien para los rojiblancos, que se adelantaron en
el marcador con gol del debutante Unamuno, pero a la media hora vino la debacle
al lesionarse Millán y tener que retirarse, y en ese cuarto de hora que faltaba
y ante el desbarajuste que la baja del central causó, obtuvieron sus dos goles
en sendos grandes fallos de Candi y en las dos únicas oportunidades que
tuvieron en todo el partido. Para colmo, poco antes del descanso se lesionó
Sosa y no pudo volver a reaparecer ni como figura decorativa, así que
toda la segunda mitad la jugó el Granada con dos hombres menos.
A pesar de la clara inferioridad pudo
el Granada, según las crónicas, conseguir al menos el empate derrochando
pundonor en todos sus hombres, pero sin recompensa porque se fallaron
incomprensiblemente clarísimas ocasiones de gol. Y no acabaron ahí las
desgracias para el Granada, que también tuvo entre sus lesionados al míster
Cholín, quien sufrió una caída al intentar levantarse en el foso desde donde
seguía el partido; Cholín se golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento
teniendo que ser asistido en la enfermería; afortunadamente sólo fue un susto.
Fernández de Burgos en Ideal achaca las lesiones al juego excesivamente duro de
los blancos, colores que eran en aquellos años los del Córdoba, un club
distinto al actual.
Las lesiones y sanciones habían
obligado a componer un once de circunstancias y al precipitado debut del recién
fichado delantero del Jaén, Unamuno, quien a pesar de su gol no sale muy bien
parado en las crónicas del partido. Pero lo peor fueron las lesiones de dos
titulares indiscutibles y básicos en el equipo como Millán y Sosa. El primero
ya sólo jugará un partido más, casi al final de la liga y cuando ya no haya
nada que hacer, y el segundo ya no volverá a poder ser alineado de rojiblanco
hasta la temporada siguiente. Ambos venían a sumarse a la larga lista de bajas
por lesión que llegaba ya a la decena, lo cual, para una plantilla tan corta
como la rojiblanca, tendrá unas importantes consecuencias e influirá
decisivamente en el bajón de juego y resultados que el Granada va a padecer
desde este momento hasta el final de la liga. La derrota no supuso de momento
la pérdida de puestos en la tabla y el Granada siguió ocupando la tercera
plaza, aunque ya distanciado del segundo, el Murcia, en tres puntos.
El Granada B suma dos positivos en Puerto Real
También en el primer día de la nueva
década, el filial Granada B se trajo los dos puntos de su viaje a Puerto Real,
donde se impuso 3-4 con una alineación de circunstancias en la que debutaron
varios futbolistas del segundo filial, el Granada C. La victoria supuso
recuperar el liderato del grupo andaluz de preferente, superando al Malagueño
en un punto, pero ese liderato duró sólo hasta el viernes, día de Reyes, en el
que el filial malaguista disputó un partido aplazado que ganó y se puso otra
vez de líder. Era la jornada 14 y última de la primera vuelta ya que este grupo
estuvo integrado por sólo 15 equipos.
CALLEJEANDO
Penicilina en Granada
El gran descubrimiento
del doctor Fleming, la penicilina, que supuso toda una revolución en la
medicina y rebajó bastante los altos índices de mortalidad por enfermedades
infecciosas, había llegado a España hacía varios años, pero a las alturas de
finales de 1949, en Granada, conseguirla era en muchos casos algo heroico. Como
otros productos de primera necesidad, escaseaba muchísimo y era muy difícil
llegar a ella, incluso para las personas de posibles. Comprar un pan blanco,
una docena de huevos, medio kilo de azúcar o un paquete de rubio americano,
podía hacerse, siempre que se dispusiera de las cantidades abusivas que pedían
en cualquier esquina de Plaza Nueva o La Mariana quienes se dedicaban, cesto en
ristre, al estraperlo al menor de esos y otros productos, personas de sobras
conocidas en toda la ciudad, también por las autoridades. Pero si lo que se
necesitaba, prescrito por el médico, eran unas dosis de penicilina, había que
ir a conseguirla no a las farmacias, que raramente disponían de ella, sino a
los sitios más insospechados: una alpargatería, un frangollo, un bar y otros
por el estilo, donde también de tapadillo, por supuesto, y a precios de gema
oriental, de vez en cuando tenían el milagroso medicamento.
Por esa misma razón
abundan en estos años en los diarios granadinos, en las secciones de cartas al
director, los llamamientos desesperados de personas que necesitan urgentemente antibióticos.
Normalmente son escuetos comunicados de dos o tres líneas solamente, como el
que reproducimos: «El enfermo Francisco García Mendoza, número 6 de la sala de las Angustias
del Hospital de San Lázaro, necesita por prescripción médica, Tebeuno para
curar su enfermedad pulmonar». O este otro: «Miguel Principal, lazarino del Hospital de San Lázaro, lleva días
agravándose con fiebres muy altas. Le urge penicilina y estreptomicina. Si
alguna persona caritativa quiere interesarse por él, se le agradecerá».
Más de dos años antes,
en enero de 1947, en ese tono triunfalista que acompañaba a cualquier medida
social adoptada por las autoridades de la época, podía leerse en los diarios
granadinos que en Granada, en menos de tres horas, cualquiera que lo necesitara
podía conseguir penicilina porque acababa de constituirse un servicio para su
prestación inmediata, con su correspondiente depósito permanente de diez
millones de unidades; el enfermo que la necesite sólo tendrá que presentarse
con su historial médico y la prescripción facultativa pertinente en la
Inspección Provincial de Sanidad, y con la solicitud sellada, en cualquier
farmacia será atendido. Destacaba esa noticia que, a partir de ahora, lo que
venía valiendo entre 200 y 300 pesetas (una fortuna en aquellos años) en el
mercado negro, sólo costará 17 pesetas al adquirirse de forma legal.
Pero lo cierto es que durante años y
casi a diario se podrán leer en los periódicos mensajes de ayuda semejantes a
los reproducidos más arriba. Tendremos que llegar casi hasta la mitad de la
década siguiente para que las boticas dispongan en abundancia de antibióticos y
se pueda acceder a ellos sin trabas.
El Parque de Invierno
En el otoño de 1949 y
tras largos años de trabajos, iniciados antes de la Guerra Civil, Granada
cuenta con una nueva zona de recreo, el que se llamó Parque de Invierno, hoy
Parque Periurbano de la Dehesa del Generalife, entre los valles del Darro y del
Genil. Son setecientas hectáreas en las que se han plantado pinos, cipreses,
tuyas, encinas, acacias y otras muchas variedades más de árboles que han
cambiado la imagen de esa zona, situada por encima del Generalife, incluyendo
la Silla del Moro, Llano de la Perdiz y Cerro del Sol, trepando por los montes
hasta alcanzar la zona más alta por la izquierda del valle del Darro.
Se han construido, y se
acaban de abrir al tráfico, dos carreteras partiendo del final del Camino Nuevo
del Cementerio, la de la derecha, de algo más de cuatro kilómetros, para subir,
y la de la izquierda, para bajar pasando por la Silla del Moro, de tres
kilómetros y medio, dejando en el centro el antiguo camino de herradura.
El reportaje de Ideal
que da la noticia resalta la construcción en medio del Llano de la Perdiz de un
paseo orillado de cipreses y una Mesa Orientadora -así la llama- en cuyo
borde se ha grabado el nombre de las distintas cumbres que se divisan por los
cuatro puntos cardinales, así como su altitud, todo en piedra labrada y coronado
con un original reloj de sol de forma esférica, situado sobre una rosa de los
vientos.
Se trata de unos parajes
que ya venían sirviendo de esparcimiento a los granadinos desde hacía
muchísimos años, lo mismo que otros montes cercanos a la capital, pero aquello
era hasta estos momentos más bien un páramo en el que sólo crecían matorrales
silvestres, retamas y aulagas. Se ha adecentado toda la zona trazando nuevos
caminos y se han plantado abundantes pinos de repoblación. A partir de estos
momentos gozará toda esta zona de una gran popularidad entre los granadinos y
será desde entonces y hasta el presente el lugar preferido de los granadinos
para excursiones y paseos campestres.
Poco tiempo después la
parte central de la meseta del Llano de la Perdiz será explanada y servirá como
campo de fútbol. En Granada hasta ese momento, aparte de Los Cármenes y el
Estadio de la Juventud, sólo existían dos o tres terrenos más, aptos para un
partido de fútbol, que eran los de los colegios privados pertenecientes a
órdenes religiosas y los campos para la instrucción militar de los cuarteles. Aparte,
también se venían jugando partidos más o menos informales en el que se llamó
campo de las Gayombas, que estaba en la avenida del Doctor Olóriz, al lado de
la plaza de toros, y que era más un descampado que otra cosa. Algunas hazas vegueras
de las afueras de la ciudad, todavía sin desaparecer del todo de ellas los
caballones que indicaban que hasta hacía poco ese terreno había estado sembrado,
también cumplían la función de servir de cancha deportiva y solían albergar
“desafíos” entre barrios vecinos, eternos rivales. Granada superaba ya los
170.000 habitantes y necesitaba instalaciones deportivas, y a alguien se le
ocurrió aprovechar el recién estrenado Parque de Invierno.
Así surgieron en los cincuenta
infinidad de peñas deportivas de aficionados que se reunían los domingos para
echar un buen rato practicando el más genial de los juegos en todo lo alto de
ese paraje sin igual a más de mil metros de altitud. Llano de la Perdiz, Reloj
de Sol o Parque de Invierno, son algunos de los nombres de las peñas pioneras,
según Antonio Lasso en su coleccionable 50 Años de Fútbol Granadino,
publicado por Ideal en 1990. Al principio transportando los peñistas a hombros
los palos de las porterías en una caminata de una hora larga hasta la cima del
Llano, años después, cuando llegue la motorización generalizada del personal,
subiendo en coche hasta el mismo borde del terreno de juego.
Con el tiempo irá creciendo el número
de peñas, así como la superficie explanada, y llegará a haber, ya en los años
setenta y ochenta, hasta seis o siete canchas más o menos con las medidas
reglamentarias (algunas en pronunciada cuesta) y hasta tres o cuatro ambigús
improvisados de mostrador de chapa y palangana para los botellines, donde se
podía tomar una cerveza con su tapa. Seis o siete partidos simultáneos en los
buenos años del Llano era usual cada mañana de domingo, y en algunos de ellos
jugaban viejas glorias rojiblancas, por ejemplo, Pepe Millán, a quien por
razones de edad un servidor no llegó a ver en activo, pero sí que pudo verlo ya
sesentón en uno de estos partidos, conservando todavía colocación y buen toque.
Otros como Vicente Díaz, Méndez, Olalla, Cuerva, Santi Antonaya, Castellanos y
más que ahora mismo no recuerdo también mataron el gusanillo futbolero en estos
parajes una vez retirados del fútbol profesional.
Con bastante animación se mantuvo en
el Llano de la Perdiz hasta los años noventa una liga de peñas que tenía sus
categorías y sus ascensos y descensos. A partir de ahí fue decayendo hasta su
total desaparición en la actualidad, donde, que sepamos, ninguna peña deportiva
usa alguno de los campos que siguen existiendo en el Llano. Ley de vida, la
oferta de terrenos con césped artificial e instalaciones perfectamente
equipadas ha crecido muchísimo y eso hace que ya no sea necesario trasponer
hasta ese sitio tan alejado para jugar en sus duros y polvorientos terrenos
donde abundan los pedruscos y además no hay ni una gota de agua. Hemos ganado
en confort deportivo, pero a cambio se han perdido aquellas estampas bucólicas
de mamás y niños vivaqueando alrededor de los campos del Llano o preparando la
pitanza campera de después mientras el cabeza de familia evolucionaba con mayor
o menor arte tras un esférico. El paraíso de soledad, luz, paisajes y aire
limpio de montaña sigue estando ahí, y también la posibilidad de una excursión
al alcance de todas las piernas (una hora más o menos desde Plaza Nueva), y
sigue el Llano siendo un pulmón de Granada que para sí quisieran otras urbes,
pero aquello sin el fútbol dominguero no es lo mismo.
El Centro Artístico se muda
En el otoño de 1949 el
edificio que alberga en la actualidad el teatro Isabel la Católica está en
construcción, aunque ha cubierto aguas y en su torre se ha instalado ya la
escultura de seis metros y medio de altura de la reina católica, salida del
cincel del granadino Nicolás Prados López. El nuevo y suntuoso edificio es un
proyecto del arquitecto Miguel Olmedo Collantes y se levanta sobre parte del
solar del antiguo Casino Principal que da nombre a la acera del Embovedado donde
se ubica, quemado a raíz de los sucesos que provocó el intento de golpe de
Estado contra la República conocido como “Sanjurjada”, en el verano de 1932. En
el solar que quedó tras la destrucción del casino venía funcionando años atrás
el cine y teatro al aire libre que se llamó Palermo. La nueva ordenación urbana
a raíz de la demolición del barrio de la Manigua ha hecho aparecer una calle
peatonal que atraviesa parte de ese solar y conecta la también nueva vía de
Ángel Ganivet con Acera del Casino; a esta calle transversal se la bautizó entonces
como Comandante Valdés, pero hoy se llama Almona del Campillo, que era el
nombre de una de las calles manigüenses desaparecidas. A la parte del
edificio del teatro que da a esa nueva vía se va a mudar en breve el Centro
Artístico, según acaba de acordar su junta general, que también ha aprobado
aumentar las cuotas de los socios hasta las 30 pesetas mensuales.
El Centro Artístico
Literario y Científico de Granada, presidido por el que en el futuro será por
bastantes años alcalde de Granada, Manuel Sola Rodríguez-Bolívar, es una
asociación, como ella misma se define, generadora de proyectos que fomentan y
difunden la cultura en su más amplia acepción y la granadina en particular. Nació
en 1885 como hijo del Liceo granadino, por entonces en franca decadencia. Duró poco
el Centro Artístico en esta primera etapa, hasta 1898, año en que cesó en su
actividad por un periodo de una década, siendo refundado en 1908. Desde
entonces ocupó un lugar destacadísimo en todo cuanto se refiere a la vida
cultural granadina a lo largo de casi todo el siglo anterior.
Su historia es rica en
acontecimientos culturales de primer orden, como la organización del famosísimo
primer Concurso de Cante Jondo en 1922, por iniciativa de Manuel de Falla y
Federico García Lorca entre otros, socios que lo fueron del Centro Artístico.
Asimismo, gracias al Centro Artístico disfrutamos en Granada de uno de los
certámenes musicales más importantes de España y con nombradía internacional,
el Festival de Música y Danza, en cuya puesta en marcha fue decisivo el impulso
de esta asociación que antes de su creación ya organizaba cada Corpus
magníficos conciertos en el Palacio de Carlos V. A eso habría que añadir muchos
miles de actos culturales propiciados en su larga existencia y el apoyo dado a
pintores, músicos y poetas consagrados cuando todavía no lo eran, es decir,
cuando empezaban.
También pasa el Centro Artístico por
ser el inventor de la cabalgata de Reyes Magos, aunque sobre esta afirmación no
hay acuerdo unánime y tal honor se apunta a la localidad alicantina de Alcoy. La
primera cabalgata de Reyes de Granada, organizada por el Centro Artístico en
1912 con el fin de conseguir juguetes con los que obsequiar a los niños pobres,
es la primera de este tipo que tuvo lugar en España y en el mundo, sostienen
los defensores de la tesis de que se trata de un invento granatensis. Nosotros
ni entramos ni salimos en la disputa, pero en cualquier caso, y esto sí que es
irrebatible, la primera cabalgata de Reyes de Granada, es decir, un cortejo
lúdico-festivo en el que figuran variopintos personajes ataviados con enseres y
vestuarios de guardarropía, sirvió de modelo a otras muchas poblaciones y desde
entonces cada año es uno de los platos fuertes de las fiestas navideñas de
todos los rincones de España y también de otros países que copiaron la
celebración.
Como queda dicho, en el otoño de 1949
se acordó el traslado de sede de la sociedad, aunque tendrán que pasar otros
tres años para que ese traslado se complete. Desde la primera planta de la casa
del café Suizo, esquina a Mesones, pasará a ocupar en régimen de arrendamiento
cuatro plantas del nuevo edificio del teatro Isabel la Católica, propiedad de
la sociedad Obras y Arrendamientos Urbanos, a la que abonará 16.000
pesetas mensuales por: el sótano, justo debajo del patio de butacas del teatro,
de 500 metros cuadrados, donde se instalará una sala de fiestas, un bar y una
sala de exposiciones; en la planta baja, con acceso por Comandante Valdés y
Acera del Casino, una sala de tertulia de cien metros cuadrados; en el
entresuelo, en 200 m2, irán cuatro salones de tertulia lujosamente decorados;
el piso principal acogerá en 400 m2 las salas de recreo, con billares y otros
juegos; y en el primer piso, otros 180 m2, irán la biblioteca, sala de juntas y
despachos. El Centro Artístico tiene en esos momentos plena solvencia y cuenta
con un fondo de 800.000 pesetas, un gran capital para la época, que le reportó
la suerte en forma del Gordo de Navidad de 1942, y con esos fondos amueblará ricamente
los nuevos salones, comenta la prensa.
Siempre fue una entidad sin ánimo de
lucro cuyos únicos ingresos eran las cuotas de sus socios, en esos momentos
1.400, unos socios entre los que se contaron en sus buenas épocas no pocos
nombres ilustres en el panorama nacional e internacional en muy diversos campos.
También, y esto no es muy conocido, en los años setenta fueron socios y
abonaban la pertinente cuota, los futbolistas y el entrenador del Granada CF;
esto ocurrió en las temporadas 73-74 y 74-75 por iniciativa del míster Joseíto,
quien convocaba a sus pupilos en los salones del Centro Artístico para discutir
con ellos determinados aspectos de orden interno o deportivo; los futbolistas
rojiblancos donaron en más de una ocasión un balón firmado para las famosas
subastas que cada año organizaba la entidad para comprar juguetes para la
cabalgata de Reyes, cuya organización siempre quedaba a cargo del Centro
Artístico.
En la actualidad, en lugar de ocupar
cuatro plantas del edificio del Isabel la Católica, que sigue siendo su sede,
se tiene que conformar con un solo piso, y en lugar de estar integrado por casi
dos mil socios, apenas un puñado siguen perteneciendo a la sociedad. Justo
cuando cumplía cien años, en 1985, convirtiéndose en una de las poquísimas
sociedades penibéticas que ha superado el siglo de vida, asfixiado por las
deudas acumuladas, estuvo a punto de desaparecer, aunque la situación se salvó
mediante una operación financiera con la que entonces era Caja Granada, pero a
cambio de ceder sus suntuosas salas. Desde entonces anda muy de capa caída y
casi es milagroso que podamos hablar en presente de esta institución emblemática
de la vida cultural granadina durante la práctica totalidad del siglo XX.
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