Empate casero del filial en Copa Aficionados
El día de Reyes de 1950, viernes y
fiesta nacional, fue aprovechado por el filial Granada B para disputar el
partido de ida de la primera de las eliminatorias de Copa de Aficionados, ya de
la fase regional. Su rival fue el Castañeda de Algeciras, con el que en Los
Cármenes empató a un gol.
El filial no pudo utilizar a sus más
valiosos integrantes porque, como es lógico, en este campeonato todos los alineados
tenían que ser forzosamente amateurs, así en la alineación blanquiazul
figuraron varios integrantes del segundo filial, el Granada C, destacando la
presencia del ex del primer equipo Carmona III (Antonio Carmona), que ya era
bastante veterano, pero aún seguía pateando balones.
Dos positivos en El Sequiol
La jornada 17, segunda de la segunda
vuelta, el Granada recuperó los dos positivos que se llevó el Córdoba
derrotando al vicecolista Castellón en su estadio por el resultado de 0-2. Las
muchas ausencias por lesión obligaron a improvisar un once en el que el puesto
de defensa central lo ocupó el jugador del filial Méndez, que fue uno de los
destacados y a partir de este partido se convirtió en titular indiscutible
hasta el final de la liga; la baja de Sosa fue cubierta por el que normalmente
venía jugando de interior o delantero centro Luiqui, y en el lateral derecho
jugó Barnet. Por su parte, el ariete Morales volvió a la titularidad una vez
repuesto. El recién fichado Unamuno volvió a marcar, que era para lo que se le
fichó; lo malo es que ya no volverá a hacer más goles en todo lo que quedaba de
liga.
En el Sequiol los rojiblancos fueron
muy superiores a un rival que acabaría descendiendo como colista y no tuvieron
grandes dificultades para traerse los dos puntos, pero esa victoria no les
devolvió al liderato, aunque sí sirvió para reducir la distancia respecto del
segundo clasificado, ahora ya a tiro de piedra de un punto.
La víspera, algunos directivos y
aficionados fueron a Los Cármenes y plantaron una cabeza de ajos con objeto de
acabar con la mala suerte que, decían, venía persiguiendo al equipo en los
últimos partidos; quizá con esta medida se alejaron los duendes malignos y se
pudo ganar en Castellón, no nos atreveríamos a negarlo.
A la misma hora del domingo 8 de
enero de 1950 tenía el filial que haber disputado su primer encuentro de la
segunda vuelta, ante el Peñarroya en Los Cármenes, pero los cordobeses no
comparecieron alegando falta de medios económicos para sufragar el
desplazamiento. La directiva granadinista les había ofrecido 3.000 pesetas para
ese fin, pero fue rechazado el ofrecimiento por insuficiente y a la hora de
disputarse el choque hubo incomparecencia, extremo puesto en conocimiento de la
Federación Sur por el club.
Las bajas por lesión pesan mucho y traen una derrota en Murcia
Continuó la liga de segunda con la
disputa de la jornada 18 que, para el Granada, supuso un nuevo desplazamiento a
la zona levantina, a Murcia. En La Condomina fue el Granada derrotado 2-0,
cayendo a la cuarta plaza, a tres puntos del líder, ahora el Murcia precisamente,
y a dos del segundo clasificado, el Mestalla, equipo que por ser filial de un
primera en principio no podía acceder a la promoción, así que nada estaba
perdido porque el tercero, el Plus Ultra, un punto por encima en la tercera
plaza, también era filial (del R. Madrid) y estaba en el mismo caso que los
valencianos. Por detrás, a un punto, venía el Alcoyano.
Para Hoja del Lunes de Murcia, el
Granada se mostró como un equipo débil en el que pesó demasiado la ausencia de
varios titulares. Por su parte, el diario murciano Línea dice: «Con la justa victoria sobre el Granada por
el satisfactorio margen de dos goles, gitanas, gitanos, brujos y brujas,
habránse puesto crespones negros mientras las cabezas de ajo sembradas en la
esponjosa tierra del campo de los Cármenes curan el “reúma” al ray grass y al
trébol…», y continúa con una auténtica retahíla sobre aquelarres,
maleficios y otras hierbas en un lenguaje plagado de lugares comunes y ya por
entonces del todo desusado, no ya para hablar de fútbol, sino de cualquier cosa.
Termina la crónica del diario murciano alabando el descubrimiento de Méndez, de
quien dice que puede hacer olvidar al lesionado Millán.
Las muchas lesiones siguieron lastrando al conjunto rojiblanco, y a ellas vino a sumarse una nueva, la de Mas, lo que obligó a debutar esta temporada en el primer equipo al canterano Díaz Cara, recién salido de una lesión, que no estuvo afortunado y ya no volvió a contar para Cholín. El mejor granadinista, según todas las crónicas, fue nuevamente Méndez, consolidándose cada vez como muy digno sucesor de Millán. Por los locales destacó el ex granadinista Sierra, auténtico motor de los murcianos, que acabarán la liga como segundos clasificados, por detrás del Alcoyano, y ascenderán a primera.
El Granada B cae en El Puerto de Santa María
Por su parte el Granada B también
salió derrotado de su visita al Puerto de Santa María, 4-1. La crónica de que
disponemos dice que el de los del filial resultó un viaje accidentado. El
autobús de los desplazamientos lo utilizó esta semana el primer equipo para
viajar a Murcia, así que los del Granada B, doce jugadores más el míster Manolo
Ibáñez, y el masajista Julio, se desplazaron en dos taxis que sufrieron más de
una avería por el camino, de manera que los blanquiazules comparecieron en el
Puerto de Santa María después de lo previsto, obligando a retrasar la hora de
comienzo; consecuencia directa de esta contrariedad fue el cansancio de los del
filial, que sólo aguantaron la primera mitad, a cuyo fin llegaron dominando en
el marcador 0-1, pero en la segunda parte se derrumbaron por completo encajando
cuatro goles. Además, esa misma crónica dice que, al parecer, el árbitro de la
contienda fue agredido en su vestuario durante el descanso por un grupo de
hinchas locales y eso hizo que en la segunda mitad saliera amedrentado y no
quisiera ver todo lo censurable que ocurrió sobre el terreno.
Tropiezo del filial ante el Peñarroya
Aprovechando que la tarde del día 20
de enero, como venía siendo tradicional, cerraba el comercio para festejar a su
patrón San Sebastián, se fijó ese día para que se disputara el partido que
había quedado pendiente de la jornada 15 entre el Recreativo y el Peñarroya, al
que la Federación no sancionó en modo alguno por su incomparecencia.
El mismo día Ideal publica una
entrevista al entrenador del Granada B, Manolo Ibáñez, en la que expone su
visión del equipo y considera muy probable que éste pueda ascender a tercera,
para lo que debe quedar primero o segundo ya que esos dos puestos dan derecho a
la disputa de una liguilla con los dos últimos clasificados del grupo andaluz
de la tercera categoría. También en esa entrevista da Ibáñez la primicia de que
el Granada B tiene su propio himno, recién compuesta su partitura por el
aficionado Luis del Barco Cirre, con letra del propio Manolo Ibáñez.
Para ser viernes, aunque festivo, Los Cármenes registró una buena entrada, pero el Granada B, a pesar de jugar reforzado por los jugadores del primer equipo Carbelo, Fraga y Díaz Cara, ofreció un pésimo encuentro y no fue capaz de marcarle un solo gol al Peñarroya, acabando el partido como empezó, con empate sin goles que dejó la cuenta positiva del filial en +6. Lo peor de todo fue la lesión del delantero centro Requena, quien sufrió fractura de su brazo derecho que le obligará a estar de baja tres meses.
Recorte de Ideal sobre el Granada-Hércules
Tropezón ante el Hércules y bajada a la quinta posición
La siguiente jornada de segunda, ya
la 19, traía al Hércules a Los Cármenes, equipo que seguía entrenando por
tercera temporada consecutiva el ex granadinista Gaspar Rubio y que había
partido en esta liga como favorito pero que a estas alturas estaba cercano al
descenso. A lo largo de la temporada y ante los malos resultados había renovado
el Hércules todo el equipo, dando entrada a jugadores jóvenes. También la
directiva había sufrido cambios, en la que figuraba el periodista granadino que
perteneció a Patria y que se dedicó a la información deportiva en el año del
debut rojiblanco en primera, José Cirre Jiménez, trasladado a Alicante donde se
había afincado y era el director del diario Información.
Pero a pesar de la mala clasificación
de los alicantinos, en Los Cármenes el Hércules ganó 0-2 y dejó los positivos
rojiblancos nuevamente en sólo +1. El protagonista principal del choque fue el
árbitro Santos López, otro de la nueva ola de trencillas y debutante esta
temporada en la categoría. El del pito merece largos párrafos de la prensa
local, que se pone de acuerdo en su pésima labor y en que ésta pudo desembocar
en un altercado de orden público. Cuatro jugadores, dos por bando, se fueron a
la ducha antes de tiempo, Almagro y Barnet por el Granada, al ser expulsados;
precisamente el defensa rojiblanco Barnet fue protagonista pasivo de algo del
todo insólito, nunca visto sobre el césped de un estadio, al menos en un
partido de segunda, y ocurrió porque el trencilla recriminó al granadinista, no
cuando su expulsión sino en otra jugada anterior, una entrada fuerte sobre un
contrario ¡cogiéndolo por el cuello de su camiseta y zarandeándolo! (lo que
produjo al defensa rojiblanco algunos arañazos en el pecho), según cuenta Seudónimo
en La Prensa.
El Granada a raíz de este partido fue
multado por el comité de competición por arrojar almohadillas el público al
terreno y, como reincidente, se prohibió el alquiler de las mismas en Los
Cármenes durante tres meses. Pero lo peor fue la sanción de un mes a Almagro y
de dos a Barnet. A pesar de la funesta actuación del de negro, también
coinciden los plumillas granadinos en que el Granada jugó muy mal, con la única
excepción de Méndez, y la derrota fue totalmente justa porque el Hércules estuvo
bastante mejor.
Entre que el tono general de los
rojiblancos fue bastante bajo, el peor de la temporada hasta el momento, y que
Candi andaba también en baja forma y lo señalan como responsable de ambos
goles, la derrota hizo perder al Granada otro puesto más en la tabla, bajando
ahora a la quinta plaza, aunque seguía sin estar todo perdido porque sólo tres
puntos lo separaban del segundo y en medio seguían estando los dos filiales
Mestalla y Plus Ultra.
Las muchas bajas por lesión, sanción
o enfermedad habían acabado con la que fue mejor virtud del Granada durante
toda la primera vuelta, el bloque, a pesar de que para este partido se pudo
recuperar a Megino, muy lejos todavía de volver a ser el rápido extremo de
principios de temporada.
La anécdota del partido la
proporciona el extracto de una carta dirigida a Ideal y firmada por José
Antelo, propietario de la empresa de publicidad Publisol. Resulta que en el transcurso del partido
Granada-Hércules, algunos energúmenos la emprendieron a golpes contra unos
altavoces de esa empresa recientemente instalados en Los Cármenes,
destrozándolos y sustrayendo algunos materiales de los que estaban compuestos;
la razón del acto de vandalismo era que, según los cafres, ¡traían mala suerte
al equipo desde que fueron incorporados! Cosas del fútbol y sus ciegas
pasiones. También uno recuerda que cuando en la temporada 72-73 un moderno
marcador luminoso, patrocinado por la firma de electrodomésticos Aspes,
sustituyó al que existía desde casi veinte años atrás, gran parte de los
hinchas rojiblancos de por entonces decían que era gafe el nuevo marcador,
aunque no hubo ningún tipo de acción violenta contra el mismo (quizá por
encontrarse fuera del alcance de los que así opinaban al situarse a
considerable altura, todo hay que decirlo).
Derrota del Granada B en Antequera y retirada de la Olímpica Valverdeña
No acabaron las desgracias en esta
jornada para los granadinistas porque el Granada B también fue derrotado en su
partido de este domingo, jornada 17, 2-0 en Antequera, y quedó relegado
nuevamente a la tercera posición, pero ahora ya a seis puntos de segundo y
primero, Morón y At. Malagueño.
Por otra parte, el equipo de la
Olímpica Valverdeña, que sólo había ganado dos partidos y marchaba vicecolista
y ya había incurrido en dos incomparecencias, decidió en esta fecha retirarse
de la competición por motivos económicos, dejando la preferente andaluza
compuesta por sólo 14 equipos. En consecuencia, quedaron anulados los
resultados de todos los partidos jugados por el equipo onubense (en Los
Cármenes fue derrotado 7-0 en la jornada 11), descontando en la clasificación
los puntos obtenidos frente al retirado. El más perjudicado fue el filial
malaguista, único que había jugado en dos ocasiones contra el Valverdeña,
ganando ambos partidos.
Paliza en Salamanca
Las muy numerosas bajas por lesión,
sobre todo las de titulares imprescindibles como Millán y Sosa, no cabe duda de
que lastraron la marcha del Granada en la segunda vuelta de la liga por
disponer de una plantilla muy corta. Encima las expulsiones y sanciones de
otros dos titulares como Almagro (fue castigado con cuatro partidos sin jugar)
y Barnet (le cayeron ocho) dejaron aún más en cuadro al equipo en vísperas de
viajar a Salamanca para la disputa de la jornada 20. Y no acababan ahí las
cosas porque para más inri, era evidente la baja forma de algunos jugadores
también habituales en el once rojiblanco, como Candi. Precisamente este
jugador, cercano a cumplir la segunda de las temporadas que tenía firmadas con
el club, decidió entrar en conversaciones de cara a renovar su compromiso, pero
pronto quedaron aparcadas éstas puesto que el portero se descolgó pidiendo por
su renovación la muy astronómica cifra para la época de 200.000 pesetas.
En Salamanca el Granada, una vez más,
se vio obligado a improvisar su once titular, dando entrada a Montilla y Sueza
del filial, y con el cambio en la portería de Candi por Carbelo. Encima también
tuvo que perderse el partido el delantero Morales, aunque se recuperó a Toñín
una vez cumplida su sanción por cuatro encuentros desde el partido de copa, y a
Mas, sin acabar éste de estar repuesto. Las ausencias pesaron bastante más de
la cuenta y los sustitutos no estuvieron a la altura, y encima el recuperado
Megino quedó inutilizado al cuarto de hora de partido. En consecuencia, en el
campo salmantino de El Calvario, el Granada fue ampliamente goleado 5-0
en un pésimo partido de los rojiblancos. Una nueva derrota, la tercera
consecutiva, que trajo la pérdida de otro puesto en la clasificación, pasando
ya a la sexta plaza a cinco puntos del líder Murcia, pero todavía sin
descolgarse definitivamente del segundo puesto, que ocupaba el Plus Ultra, tres
puntos por encima.
A primeros de febrero de 1950 la
Federación Sur decidió conceder la medalla al Mérito deportivo al añorado
Millán, cuya baja por lesión venía pesando muchísimo en el equipo. Por parte
del club se le estaba preparando un partido de homenaje.
Dos amplias victorias del Granada B para seguir arriba
Simultáneamente y en Los Cármenes, el
Granada B derrotó al Hércules Gaditano por 4-2. La alineación de circunstancias
del primer equipo en Salamanca obligó al filial también a improvisar un once
ante la falta de varios de sus titulares, pero esto no fue un obstáculo
insalvable. Los blanquiazules pasaron a ocupar la quinta posición de la tabla,
a cuatro puntos del líder. Destacó Toto, que marcó tres de los goles del
filial.
El miércoles 1 de febrero, San
Cecilio, fiesta local, aprovechó el Granada B para disputar el siguiente
partido de su calendario, el que en la jornada 19 le enfrentaba en Los Cármenes
al Écija, equipo de la zona media de la tabla. Como el partido se jugó entre
semana pudo recuperar el filial a varios de sus principales hombres, recién
regresados de Salamanca de actuar con el primer equipo: Méndez, Montilla, Sueza
y Cea; el último no jugó en Salamanca pero viajó con el equipo. El Granada B se
vio reforzado con la participación del delantero de la primera plantilla
Unamuno, que marcó dos de los goles blanquiazules. Ganó el Granada B de paliza,
5-1, lo que le sirvió para no despegarse de los puestos de cabeza.
Como aperitivo a este segundo partido,
al que acudieron varios miles de espectadores, se disputó el encuentro Granada “C”-Numancia,
de la llamada primera categoría local. También en este caso los puntos se
quedaron en casa al vencer el segundo filial 3-2. Los del C también pudieron
beneficiarse de la jornada entre semana y disponer de varios de sus mejores
elementos, requeridos en el partido anterior del B: Toto, Ríos, López y Esturla.
Este segundo filial marchaba en esos momentos en mitad de la tabla de su
categoría.
Dos puntos ante el Mallorca y derrota del filial en La Rosaleda
El 6 de febrero de 1950 se disputó la
jornada 21 del grupo sur de segunda. El Granada derrotó en Los Cármenes 2-0 al
Mallorca sin que los dos puntos sirvieran para recuperar puestos en la
clasificación, y así nuestro equipo continuó en el sexto puesto. Los
mallorquines, de la parte baja de la tabla, opusieron gran resistencia y al
Granada le costó un trabajo extra deshacerse de su rival en otro mal partido de
los rojiblancos, según las crónicas, sin trabazón entre sus líneas y sin ideas.
Esas mismas crónicas insisten en que el equipo está muy mal y puede ser
derrotado por cualquiera, como estuvo a punto de suceder, y en que la única
solución es que vuelvan pronto todos los titulares.
Faltando un cuarto de hora, en el
marcador lucía el empate inicial, pero en dos acciones individuales de Ros y
Mas, este último casi sobre el pitido final, llegaron los dos goles, en los que
tampoco faltó la cooperación del portero visitante. Volvió Candi a defender la
portería ante la mala actuación de Carbelo en Salamanca, y también se pudo
recuperar a Morales. Curiosamente el recién incorporado Unamuno, fichado para
la delantera, acabó jugando de defensa lateral derecho al reajustar en la
segunda parte Cholín las posiciones de los rojiblancos, que se mostraban
inoperantes ante el gol.
Frente a partidos anteriores en los
que los periodistas locales ponían el acento en los pésimos arbitrajes de esta
temporada, al estar prácticamente todos en manos de colegiados debutantes, en
esta ocasión el árbitro del partido, Delgado Luque, también nuevo en el oficio,
merece todo tipo de elogios de los cronistas, que señalan que fue aplaudido por
el público al retirarse a vestuarios en el descanso y al finalizar el partido.
Mientras tanto en Málaga
el Granada B se enfrentaba al líder, el Atlético Malagueño, en La Rosaleda, en
día del club y con lleno. Era la oportunidad de darle caza o acercarse, pero el
filial fue derrotado por su oponente merced a un solitario gol. Nuevamente hubo
de recurrir el Granada B a varios del C para poder completar un once, aunque
recuperó a Díaz Cara. El Granada B realizó un buen partido, pero no tuvo
remate.
Derrota rojiblanca en Mestalla y empate casero del filial
Previa parada en
Alicante para pernoctar, el Granada compareció el sábado 11 de febrero en
Valencia para por la tarde disputar su partido de la jornada 22 que le
enfrentaba en el campo de Mestalla al filial valencianista del mismo nombre.
El Granada careció de rematadores y
sufrió una nueva derrota, 3-1. Sobre un terreno excesivamente duro y casi por
completo desprovisto de césped, el equipo rojiblanco tuvo fases de claro
dominio, pero apenas inquietó la portería de los locales, que toda la liga
estuvieron ocupando posiciones altas de la tabla. Como en anteriores derrotas,
ésta supuso la pérdida de otro puesto en la clasificación, dejando a los
nuestros los séptimos, ya a cuatro puntos del segundo, con lo que prácticamente
se dijo adiós en este momento a cualquier posibilidad de ascenso pues ya
quedaban solamente ocho jornadas por disputar.
No le fue mucho mejor al
filial en Los Cármenes en su partido de la jornada 21, y sólo fue capaz de
cosechar un empate a un gol frente al Utrera. José de Vicente en La Prensa
dice que el Granada B, desprovisto de sus mejores hombres, es un conjunto sin
alma, juego ni compenetración y, lo mismo que los mayores, poco tiene ya que
hacer para acceder a uno de los dos primeros puestos que son los que dan
derecho a disputar liguilla de ascenso. El cronista carga las tintas contra el
interior Sueza, al que acusa de apático, siendo como es un jugador que atesora
técnica, y apunta que sería conveniente que por quien tenga autoridad para
ello, fuera llamado al orden porque tanta falta de entusiasmo no es algo de
ahora, sino que viene observándose desde hace varios partidos.
Victoria ante el Atlético Tetuán y victoria del filial en Morón
Dos nuevos puntos
incrementaron la cuenta del Granada en la jornada 23, ya a falta de sólo siete
para terminar la liga. Una victoria 3-1 sobre el Atlético Tetuán, equipo de la
zona media, fue el resultado en un partido del que las crónicas hablan que no
tuvo historia ninguna excepto que los norteafricanos opusieron una seria
resistencia y se emplearon a fondo, y a los nuestros, como en el partido
anterior casero frente al Mallorca, les costó mucho trabajo doblegarlos, cosa
que no se consiguió hasta que faltaban menos de diez minutos para terminar el
partido. No obstante, los plumillas locales coinciden en que el equipo ha
mejorado actuaciones pasadas, pero todavía está muy lejos de parecerse al de la
primera vuelta.
El canterano Cea, uno de los
destacados, a partir de este partido se convirtió en titular del primer equipo
en el puesto de interior derecho, desplazando a Trompi al izquierdo; volvió una
vez recuperado de su lesión Megino, que también hizo un buen partido. Con la
victoria el Granada recuperó un puesto y pasó al sexto en la clasificación,
pero todavía con cuatro puntos de desventaja respecto del segundo.
En Sevilla, en Morón, el
filial venció a domicilio, 1-2, a uno de los gallitos. Toto marcó los dos goles
blanquiazules y el portero Julio volvió a completar una magnífica actuación.
CALLEJEANDO
Miseria empeñada
Enormes colas podían verse cada día y durante una semana, mediado el mes
de enero, ante la sede en la Gran Vía del Gobierno Civil. Una gran fila en
pelotón se derramaba por la acera y se perdía tras la esquina más próxima, casi
toda ella integrada por mujeres con el denominador común de la pobreza de sus
ropas y su aspecto exterior.
Toda aquella pobre gente esperaba
turno para que en las oficinas de los bajos de la máxima institución provincial
les fueran selladas las papeletas de empeño que portaban, algunas en grandes
puñados, y así poder acudir después al Monte de Piedad y, sin coste alguno por
su parte, poder retirar sus pobres pertenencias, pignoradas varios meses o años
atrás. El requisito principal era que cada una de esas papeletas de empeño no
superara la cantidad de 15 pesetas, con lo que es fácil inferir que no eran
precisamente joyas ni valores mobiliarios lo hipotecado, todo lo contrario, lo
desempeñado obligatoriamente tenía que consistir en ropa de abrigo, porque ése
era otro de los requisitos exigidos para obtener el sellado: ropas de cama, de
mesa de camilla, mantas, colchones, abrigos y cosas por el estilo, lo que da
una idea de la gran miseria que azotaba al pueblo llano, que se veía obligado a
prescindir de objetos de primera necesidad a cambio de unas pocas pesetas con
las que salir del paso. Unas cuatro mil papeletas se despachaban a diario
durante toda la jornada y hasta bien anochecido.
Cada año, cercano a Navidad, se ponía
en marcha lo que venía conociéndose como Campaña de Invierno, una
llamada a la caridad de los granadinos que empezaba con una suscripción pública.
Los aportadores y la cantidad que donaban la publicaba la prensa. Este invierno
49-50 había recaudado ya más de un millón de pesetas. Con esas sumas se
financiaba, entre otras cosas, este desempeño masivo de ropas de abrigo, así
como el reparto de lotes de este mismo género de cosas a los necesitados,
además de comedores populares atendidos por Auxilio Social (el más conocido se
hallaba en la calle San Antón) y más centros asistenciales.
Casi todas las mujeres (la presencia
de hombres es rarísima, informa Ideal) presentan más de diez papeletas. La
mayoría manifiestan al ser preguntadas por los informadores que son ellas las
únicas que pueden acudir al sellado de papeletas porque sus maridos están
trabajando, o sea, no se trata de familias en paro como podría parecer, sino
que lo más sangrante de esta situación es que los salarios normales en aquella
época no dan ni para subsistir. Algunas, mal informadas, pretenden que también
les sean selladas las papeletas del empeño de sus cacerolas, planchas, velones,
almireces…
Una estampa más de la gris, casi
negra, España de aquellos años.
Ideal cumple 18 años y se muda
En febrero de 1950 Ideal
está a punto de cumplir 18 años desde que saliera a la luz en 1932. Para cuando
tal aniversario llegue tiene previsto trasladarse a su nueva sede, una casa a
punto de terminarse en la calle Compás de San Jerónimo, esquina a Gran Capitán.
Con motivo de este evento el diario publica un reportaje con la historia de los
avatares del periódico desde su fundación.
Expone cómo en mayo de 1931, cuando
apenas tenía un mes de vida la República, unos disturbios, «cuidadosamente organizados y dirigidos desde Madrid» -dice-, provocaron el saqueo y la
destrucción de la redacción y talleres del único diario católico por entonces
existente en Granada, Gaceta del Sur era su cabecera, y ya no volvió a
la circulación. También se publicaban a diario entonces: El Defensor de
Granada, de significado matiz izquierdista; La Publicidad,
republicano moderado; y Noticiero Granadino, independiente pero
fuertemente influido por el ambiente de coacción izquierdista, dice el
reportaje, y añade que era la tribuna del abogado y director político de la
CNT, Benito Pabón, el mismo que defendió a los anarquistas en el proceso por
los sucesos de Casas Viejas.
Ante la
desaparición del único periódico de la provincia claramente derechista, Gaceta
del Sur, granadinos de esa corriente política pensaron en volver a
editarlo, pero finalmente se decidieron por la fundación de un nuevo diario, un
periódico moderno, con abundante información gráfica y con las últimas
innovaciones en tipografía. En esa empresa merecen mención: el catedrático de
la UGR doctor Víctor Escribano; el que en 1950 es obispo de Jaén y futuro
arzobispo de Granada, Rafael García y García de Castro, quien en 1932 era canónigo
de la Catedral; y el párroco de San Justo y Pastor, Francisco Hayas Linde. También
Julio Moreno Dávila, abogado y futuro diputado de CEDA además de periodista,
quien se mudó a Granada para organizar la Unión de Derechas.
Dice Ideal
en su reportaje que la reacción de los marxistas ante la fundación del nuevo
periódico fue del tipo: «Los más moderados sonreían despectivamente
diciendo: “¿Para qué trabajar tanto si lo quemaremos también?” Y los más
exaltados aseguraban: “Arderá antes de salir”».
Ideal se
instaló en los mismos locales que habían pertenecido al periódico desaparecido,
Gaceta del Sur, en la calle San Jerónimo. Vino al mundo encuadrado en Editorial
Católica (perteneciente a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas),
en cuya cadena se integraban unos pocos periódicos de capitales de provincia de
toda España y que tenía como principal publicación el diario madrileño El
Debate, dirigido por Ángel Herrera Oria, en 1950 obispo de Málaga. El 8 de
mayo de 1932 salió el primer número de Ideal, convirtiéndose en ese momento en
uno de los periódicos más modernos de España, el primero en disponer de
teletipos telefónicos y con una rotativa que era entonces lo último de lo
último (ninguno de los otros medios granadinos disponía de rotativa), aunque ésta
ya había pertenecido brevemente al diario madrileño Crisol, publicación
que, paradójicamente, era muy de izquierdas y anticlerical. Ideal se autodefine
como un periódico que se incorporó a la información sin sectarismos ni
apasionamientos pero que jamás pecó de tímido ni acomodaticio, y que publicaba
objetivamente lo favorable y lo adverso.
Apenas
contaba el nuevo periódico con tres meses de vida, 11 de agosto de 1932, cuando
fue suspendido y el edificio de su sede precintado por la autoridad por apoyar
el pronunciamiento contra la República que encabezó el día antes el general
Sanjurjo en Sevilla y que se conoce como “La Sanjurjada”; un mes sin publicarse
estuvo Ideal por esta razón. El reportaje de Ideal refiere la confusión que en
esa fecha se vivió a sus puertas y cómo casi milagrosamente se salvó de ser
quemado, lo que sí que le ocurrió ese mismo día al edificio del Casino
Principal, en la Acera del Casino, al colegio Divina Infantita, en calle San
Antón, y a la iglesia de San Nicolás en el Albaicín.
Cuando
no pudo escapar de las llamas fue el 10 de marzo de 1936. Ese día se vivieron
en Granada unos gravísimos sucesos que arrojaron como saldo dos muertos. Fue
una orgía de tiros y fuego por toda la ciudad en la que ardieron el teatro
Isabel la Católica de Plaza de los Campos, el café Colón, en Puerta Real, el café
Royal, en Plaza del Carmen esquina Reyes Católicos, las iglesias de San
Cristóbal, el Salvador y San Gregorio (Alto y Bético, las dos) en el Albaicín y
también la redacción y talleres de Ideal, además de otros edificios
relacionados de algún modo con la derecha granadina. Según el susodicho
reportaje de Ideal, se trató de una subversión organizada por las autoridades
republicanas locales, con previo encerramiento de la fuerza pública en sus
cuarteles, y el fuego que destruyó su sede se hizo por expreso encargo del
Gobierno Civil. Los incendiarios pertenecían a organizaciones de izquierdas
(con “infiltrados”), y los sucesos los habían provocado los incidentes
ocurridos el día anterior a la conclusión de un macro mitin (en el estadio de
Los Cármenes) y manifestación del Frente Popular en demanda de la repetición en
Granada de las elecciones generales de 16 de febrero. El 1 de julio de 1936,
pocos días antes del golpe de Estado contra la República, volvió a salir Ideal.
Durante
la Guerra Civil, «lucha cruenta y terrible, pero al mismo tiempo y
providencialmente gloriosa, reivindicadora de las esencias de la Hispanidad,
crisol de heroísmo, flor de santidad salpicada de sangre como esos blancos
claveles jaspeados en rojo de nuestros cármenes»…, «La jauría marxista
aúlla en el reborde mismo de nuestra periferia urbana.», refiere Ideal cómo
las bombas de la aviación republicana lo buscaban: hasta tres cayeron a escasos
metros. Tras la guerra el propio Ideal se proclama defensor de los principios
de la Cruzada: la religión, la patria, la familia, el bien común.
Cuando
Ideal cumple 18 años, en 1950, es uno de los más importantes periódicos de
España en información provincial y tira a diario ediciones para las provincias
de Jaén y Málaga, donde mantiene redacciones propias. Ninguno de los otros tres
periódicos de los años de la República sobrevivió al conflicto bélico y sólo
tiene como competidor al diario del Movimiento Patria, surgido en 1937, de
mucha menor tirada y difusión.
A
finales de febrero comenzará el traslado de la rotativa a los nuevos locales de
Compás de San Jerónimo, a espaldas del monasterio del mismo nombre, mientras la
redacción permanecerá algún tiempo más en otro local de Acera del Casino.
Una aurora boreal
El día
siguiente a la victoria del Granada en Los Cármenes sobre el Tetuán y de la del
filial en Morón de la Frontera, el lunes 20 de febrero de 1950, se pudo ver en
Granada un fenómeno natural muy poco frecuente por estas latitudes: una aurora
boreal. Según el Observatorio de Cartuja, pudo ser observada entre las 21,30 y
22,30 en forma de resplandor rosado sobre el horizonte norte hasta unos 20
grados de altura, con alternativas de intensidad en el centro y en los extremos
noroeste y sureste. La misma nota aclara que corresponde a un recrudecimiento
de la actividad solar de carácter extraordinario que se viene manifestando desde
hace algunas semanas, así como que estos fenómenos sólo son visibles en España
cuando, excepcionalmente, como ahora ha ocurrido, se extienden algo más de lo
ordinario hacia el sur.
Es
exactamente lo mismo que ocurrió doce años atrás, el 25 de enero de 1938, en
plena Guerra Civil y cuando ésta todavía estaba más o menos en tablas. En esos
momentos el ejército de la República ha arrebatado a los sublevados la ciudad
de Teruel y resistirá todavía un mes el asedio de las tropas de Franco. Aquel
enero del “segundo año triunfal”, algunos, al ver el cielo granadino a las doce
de la noche, rojo por la parte de Parapanda, gritaron: ¡la fin del mundo!
Otros pensaron que un inmenso incendio avanzaba sobre la ciudad. Pero aquel
resplandor que evocaba la sangre de los que morían en Teruel, era también una
aurora boreal como la que se volvió a ver en febrero de 1950, algo rarísimo tan
al sur. Por estos pagos se ven como mucho dos en un siglo, dicen los tratados
sobre la cuestión.
Ideal del
día siguiente despacha el asunto con un breve comentario en el que dice que la
causa no era un incendio lejano, como creyeron muchos, sino un fenómeno
atmosférico muy interesante y que fue visible en toda España menos en el norte.
Al día siguiente, 27 de enero, amplía la noticia y comenta que el fenómeno no
es otra cosa que una aurora polar (boreal por estar nosotros en el hemisferio
norte), que se pudo observar a las 8,30 de la tarde y se repitió al filo de la
media noche. Dice también que París se iluminó a las doce y parecía que había
salido el sol, y que en Inglaterra mucha gente llamó a los bomberos. Incluso en
el norte de África, en Argelia, vieron la aurora boreal.
Respecto
de la aurora boreal que pudo verse durante la Guerra Civil, Ideal de 27 de
enero de 1938, en primera página y con la firma de “Mariano”, a quien presenta
el diario como uno de los grandes prestigios del mundo en estas cuestiones,
aparece un artículo en el que se explica que el fenómeno es relativamente
frecuente en latitudes nórdicas, poco habitual en las intermedias y
extraordinariamente raro en la nuestra. El tal Mariano (Ideal no da apellidos),
que se encuentra accidentalmente en nuestra tierra, dice que la tempestad
magnética que produjo el efecto lumínico y las distorsiones radiofónicas que
pudieron apreciarse, es inobservable científicamente desde Granada, y que «es
inútil el pensar en hacer mediciones magnéticas delicadas, por [culpa
de] las perturbaciones producidas por los chispazos de los trolleys de los
tranvías». Termina su escrito Mariano diciendo que los antiguos
guerreros interpretaban ese raro efecto lumínico como un augurio de triunfo, y
que debemos asimismo tomarlo como una señal del cielo y confiar en la victoria
del Divino Corazón. Y se despide con: ¡Viva España! ¡Arriba España!
¡Viva Franco, nuestro católico Generalísimo!
Esa
aurora boreal en plena guerra ha sido la más intensa y de mayor duración en
Granada de cuantas se tienen registros, y en aquellos momentos produjo pánico a
no pocos, que creyeron ver en el cielo esas señales que precederán al momento
en que el mundo se irá a hacer puñetas, según el libro de las Revelaciones del
Nuevo Testamento. Por los páramos de España desde hacía casi dos años galopaban
sin freno los cuatro jinetes del apocalipsis (guerra, hambre, peste y muerte),
y este resplandor en el firmamento no podía ser otra cosa que una señal divina que
anunciaba la ruptura del séptimo sello. Hasta hubo quien creyó oír el fragor de
las trompetas previo al fin de los tiempos, según San Juan.
Se ve que esa segunda aurora boreal, la de febrero de 1950, pilló al personal más rodado en este tipo de fenómenos y no consta que nadie se pusiera de los nervios, así que, aparte de ese escueto comunicado del Observatorio de Cartuja a que ya hemos aludido, en la primera página de Ideal de 22 de febrero también viene un pequeño recuadro donde dice que en la frontera de la URSS con Turquía se había podido ver una nube roja de 15 km de longitud, pero según la misma nota, se trataría de experimentos con radioactividad. Y eso es todo. Era la víspera del Miércoles de Ceniza ese día, 20 de febrero, y en Granada, donde (como en toda España) estaba rigurosamente prohibida cualquier celebración de Carnaval, no trascendió si alguien se asustó más de la cuenta ni tampoco tenemos constancia de que, como ocurrió doce años atrás, se convocaran rogativas, triduos ni novenas extraordinarias aparte de los cotidianos en la Granada del nacionalcatolicismo, aunque también algunas noticias que llegaban principalmente del extranjero sonaran a apocalípticas: el asesinato a tiros del representante de Franco en Méjico (por dos rojos españoles, dice la prensa) José Gallostra y Coello de Portugal; la puñalada recibida en una reyerta por el diestro venezolano Diamante Negro, que lo situaba entre la vida y la muerte cuando estaba en la cresta de la ola de su carrera taurina, un torero especialmente vinculado a nuestra tierra puesto que tomó la alternativa en la plaza del Triunfo el día de la Raza de 1947, y también influyó de algún modo, aunque sea indirectamente, en la historia del GCF ya que su nombre inspiró al del Diamante Rubio cuando éste se dedicaba -con muy poca fortuna, por cierto- al toreo bufo; por otra parte, en el otro extremo del mundo, en Corea, la tensión crecía por momentos y se veía venir que el paralelo 38 iba a ser cruzado por los comunistas del norte de un momento a otro (ocurriría cuatro meses más tarde), lo que significaba la guerra con todo lo que ésta podía traer en plena era atómica.
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