Dos palizas, en Albacete y frente al Coria
A finales de febrero se disputó la
jornada 24 de segunda división 49-50. Desde el primer partido de la segunda
vuelta, cuando venció el Granada en Castellón, todas las salidas rojiblancas
habían sido derrotas. Lo mismo ocurrió con ésta, pero con el agravante de que
se perdió de paliza, 6-1 en Albacete, equipo de la zona media de la tabla. Se
adelantó el Granada con un gol de Morales al cuarto de hora, pero después el
conjunto no existió y fue barrido del campo, y aún pudo ser mayor el escardón
ya que Candi detuvo un penalti. Se pudo recuperar a otro titular, Almagro, una
vez cumplidos los cuatro partidos de sanción que le cayeron, pero las crónicas
salvan de los rojiblancos únicamente al lateral derecho Toñín, y resaltan que
en el Granada se dedicó cada uno a hacer la guerra por su cuenta, de manera que
el resultado no pudo ser más que el que fue. Volvió el Granada a ocupar la
séptima plaza de la clasificación, pero ya a cinco puntos del segundo.
También hubo paliza en
Los Cármenes, pero ésta a favor, la que le endosó el filial, 4-0, al Coria,
filial a su vez del Sevilla. En un gran partido del lateral Atanasio y de
Trompi, que reforzó al segundo equipo y volvió a ser el de sus buenos tiempos,
el Granada B pasó por encima de su rival ofreciendo un fútbol como hacía muchos
partidos que no se veía en Granada.
Récord de goles frente al Linense
Después del palizón
sufrido en Albacete no parecía una buena decisión la que adoptó la directiva,
esto es, señalar el siguiente partido como día del club, pero es que la
situación económica de la entidad era del todo preocupante y en breve había que
hacer frente a importantes pagos. El Granada recibía la visita del Linense, la
tercera vez ya esta temporada en que iban a verse las caras ambos equipos. Los
dos partidos ya disputados, el de liga de la primera vuelta y el de copa en Los
Cármenes, arrojaron el mismo resultado, victoria linense por 3-2, pero lo peor
no fueron las derrotas en sí, sino el hecho de que, con sus grandes
incorrecciones y excesiva dureza, los de La Línea en sus dos partidos fueron
causantes de las lesiones de importantes hombres en la alineación granadinista,
sobre todo en el segundo de los choques, momento por todos señalado como el
comienzo de la gran decadencia del equipo rojiblanco en la segunda vuelta
liguera. En el aire flotaba cierto aire de revancha por tanto.
El Granada CF y su
eterna precariedad en lo crematístico. La directiva en la semana previa decidió
nombrar una comisión con el objeto de pulsar a los poderes públicos y a las
fuerzas vivas para que colaboraran con el club. Lo primero que hizo esta
comisión fue visitar al gobernador civil, Fernández-Victorio, y al alcalde,
Gallego Burín, y de ambos obtuvieron palabras de apoyo, cada uno en la medida
de sus posibilidades. Pero lo más tangible obtenido fue el regalo que el
cotizado pintor Soria Aedo hizo de un cuadro suyo para que de él dispusiera el
Granada como mejor considerase.
Llegados al domingo 5 de
marzo de 1950, ese día escribió el Granada una página histórica al obtener su segunda
mayor cifra de goles a favor, récord aún vigente, tras aquel lejano 11-0 al
Jerez de 1932. En Los Cármenes, jornada 25 (de 30) endosó al Linense un palizón
de 9-2. Desde luego, si los jugadores salieron con ánimo de vendetta por los
dos partidos perdidos ante este mismo rival en la temporada en curso, éste
quedó plenamente satisfecho.
Según Seudónimo en La Prensa, la clave estuvo en que los
visitantes creyeron erróneamente que podían repetir lo hecho en el partido de
copa en el mismo escenario, cuando eliminaron al Granada del torneo del KO,
esto es, un juego ofensivo y sin marcaje a sus oponentes, y esto se tradujo en
que los atacantes rojiblancos encontraron más facilidad que nunca para
acercarse a la portería contraria y golear a placer ante una defensa muy
deficiente como la linense, equipo por encima del descenso sólo un punto. En
Ideal Fernández de Burgos señala que gracias al árbitro Casal, que estuvo muy
bien cortando cualquier brote de juego duro, no pudo el Linense desplegar su
juego sucio, como en los anteriores choques contra los rojiblancos, y eso le
costó la aplastante goleada.
Con el Linense venía como interior
derecho Juanito Vázquez, el mejor de los visitantes, quien casi diez años
después será un valor determinante para la buena campaña copera granadinista de
1959.
Volvió el Granada a la sexta plaza de
la clasificación, pero la distancia con el segundo seguía siendo de cinco
puntos y sólo quedaban por jugarse cinco jornadas, así que no había demasiadas
esperanzas de que los nuestros dieran alcance a los puestos de privilegio.
Victoria del filial, otra vez en la pelea por el ascenso. Eliminación en
Copa Aficionados
El Granada B tenía que haber jugado
su partido el mismo domingo en el que el primer equipo apalizó al Linense, pero
como el miércoles 8 de marzo era fiesta local, en conmemoración del cuarto
centenario de la muerte de San Juan de Dios, se trasladó a dicho día su partido
de la jornada 24 (de28) frente al colista Calavera de Sevilla. El resultado fue
de victoria también por paliza, 5-0 a favor del filial.
Gracias a los resultados negativos de
rivales directos en la clasificación, el Granada B volvió a entrar de lleno en
la pelea por uno de los dos puestos de liguilla de ascenso y se colocó a sólo
un punto del filial malaguista, que seguía de líder. Después de este partido
quedaban por jugarse cuatro jornadas, pero en una de ellas, la siguiente,
tocaba a los nuestros descansar porque era contra el retirado Olímpica
Valverdeña. Unamuno, actuando como defensa derecho, y Fraga, autor de tres de
los goles, reforzaron al filial.
Dos días después de vencer al
Calavera sevillano, el viernes 10 de marzo, y en vista de que al filial le
tocaba descansar en liga, se aprovechó para disputar el partido de devolución
de visita en su eliminatoria de Copa de Aficionados, en Algeciras frente al
Castañeda. La ida se había disputado en Los Cármenes dos meses antes, en enero,
y el resultado fue de empate a un gol. Ahora en tierras algecireñas el Granada
B perdió por el resultado de 3-2 y quedó eliminado de la competición sin poder
ni siquiera acercarse al gran papel desempeñado en la edición anterior, cuando
llegó hasta semifinales. La expedición granadinista, que viajó en tren a
Algeciras ya que el autocar lo necesitaba el primer equipo para desplazarse a
Cartagena, tenía previsto el domingo llegarse a Córdoba para disputar la ida de
la siguiente eliminatoria frente al filial cordobesista, pero no pudo ser y a
Granada se volvieron directamente.
Derrota bajo el huracán de Cartagena y adiós a toda posibilidad
Tras la aplastante victoria sobre la
Balompédica Linense parecía que el Granada se había recuperado, pero la
siguiente jornada de liga, la 26, en Cartagena, con la misma alineación de los
nueve goles, nuestro equipo volvió a ser derrotado (3-0, los tres en la primera
mitad, cuando el fuerte viento era favorable a los locales), como ocurrió en
todas las salidas de la segunda vuelta a excepción de la primera de ellas, en
Castellón. El Cartagena, vicecolista que salvó la categoría en promoción, con
sólo poner entusiasmo y aprovechándose del viento a favor, derrotó a un Granada
que a pesar de la derrota dejó buenas impresiones, pero adoleció una vez más de
remate, según la crónica de El Noticiero
de Cartagena.
En ese periódico cartagenero se
publicó al día siguiente una amplia crónica del partido en la que, feliz por el
resultado, el plumilla de turno con mucha sorna hace referencia a unos
supuestos comentarios cargados de prepotencia del míster Cholín en la previa en
el diario Marca; Cholín venía a decir que el Cartagena era equiparable al
Arosa, el colista del grupo norte de segunda que acabaría descendiendo, y lo
dicho por el entrenador rojiblanco sentó pésimamente mal en la afición
cartagenera. Pero el propio Cholín a la terminación del partido negó
rotundamente que él hubiera dicho lo que Marca puso en su boca.
La derrota colocó al Granada en el
puesto más bajo ocupado durante toda la liga, a excepción de la primera
jornada, el octavo, ya casi fuera de toda opción pues quedaban solamente cuatro
jornadas y eran ya seis los puntos que nos separaban de la segunda plaza.
El Granada B suma y sigue
El domingo siguiente a la derrota en
Cartagena, 19 de marzo, significó jornada de descanso para el Granada ya que en
esa fecha se disputó la siguiente eliminatoria de copa y nuestro equipo había
quedado eliminado en el mes de enero. Por esa razón se organizó un partido de
entrenamiento con público en Los Cármenes entre el primer equipo y el B que
terminó con el resultado de empate a cinco goles. El parón se prolongó una
semana más, ahora para que la selección jugara un amistoso con Portugal.
No se paró la competición para el
segundo equipo, ya en la recta final de su liga, y así el último domingo de
marzo venció en Los Cármenes a un rival muy cualificado como era el Ronda, al
que derrotó de paliza, 6-1, actuando de blanquiazul hasta cuatro titulares del
primer equipo: Méndez, Almagro, Luiqui y Cea, más Carbelo, Unamuno y Ros. La
victoria sirvió para no perder comba en la clasificación, manteniendo la
diferencia respecto del líder, el Malagueño, de sólo un punto.
Victoria de trámite ante el Elche
La siguiente jornada tras dos semanas
de parón, la 27, trajo a Los Cármenes el 2 de abril al Elche, de la zona baja,
y el Granada no tuvo excesivos problemas para anotarse dos nuevos puntos al
vencer 3-1. Cholín sustituyó al defensa izquierdo, Rey, que venía realizando
actuaciones flojas, y en su lugar colocó al refuerzo de invierno, el que vino
como delantero del Jaén, Unamuno (los cronistas locales dicen de él que por más
que se empeñe, no es defensa), ése fue el único cambio en el once, y en un
partido flojo e insulso, el Granada se impuso sin complicaciones a su rival con
dos goles tempraneros que hicieron que el resto sobrara. A estas alturas de la
liga los dos contendientes tenían prácticamente nulas posibilidades de mejorar
o empeorar su situación en la tabla, ambos por la misma razón, porque los
puntos que los separaban de la zona de ascenso o de la de pérdida de la
categoría eran lo suficientemente amplios. Por eso mismo, se puede decir que
fue un partido de trámite.
Según los cronistas, fue tanto el
aburrimiento del personal que hubo mucho más interés entre los hinchas por el
resultado del partido de clasificación para el Mundial de Brasil 1950 que
simultáneamente se jugaba en el nuevo Chamartín entre España y Portugal, que
por lo que podía verse sobre el verde, y el público que casi llenaba Los
Cármenes sólo despertaba del sopor ante los goles de la selección, cada vez que
la megafonía informaba de un nuevo gol; la selección española ganó su partido
5-1.
El Granada B otra vez líder al vencer al Triana en Sevilla
Lo mejor para el granadinismo ocurrió
en Sevilla, donde el Granada B ganó 0-2 al Triana, filial bético, y ayudado por
los tropiezos de rivales directos reconquistó el liderato del grupo en la
jornada 27 y penúltima de su calendario. José de Vicente se desplazó hasta el
campo del Subcomité sevillano y desde allí manda sendas crónicas (una para La Prensa y otra para Ideal) en las que dice que el filial es
ya virtualmente campeón. El delantero Toto, un artista, fue la figura y marcó
los dos tantos blanquiazules. Reforzado con Carbelo en la portería, con Rey en
la defensa y con Fraga en el ataque, el filial realizó un extraordinario
encuentro y se impuso con toda justicia.
Ideal dedica más espacio a la crónica
del partido en Sevilla del filial que a la del primer equipo, e informa que a
Sevilla se había viajado, además de con la intención de anotarse los dos puntos,
también con la de aclarar si en caso de clasificarse el equipo para liguilla,
que jugaban los dos primeros, podría aspirar al ascenso o quedaría excluido por
el simple hecho de llamarse igual que su equipo nodriza, cosa que, por lo visto
y según la legislación vigente por entonces, no estaba permitida a pesar de que
las categorías que separaban al A y al B eran dos.
De la sede de la Federación sur se
volvió la expedición con buenas palabras, pero la realidad era que la cosa
seguía sin estar aclarada. José de Vicente en Ideal dice que los federativos
han comunicado al club que haciendo las gestiones necesarias durante la semana
que empieza, puede quizá (quizá,
luego…) quedar todo reducido a un simple cambio de nombre, volviendo a la
denominación de Recreativo de Granada antes de que acabe la competición (sólo
quedaba ya un partido). Parecía que todo estaba resuelto, pero ya veremos que
no.
Durante la semana la directiva anduvo
diligente y mandó un escrito a la Federación Sur solicitando que el filial
fuera denominado a partir de ese momento de nuevo como Recreativo de Granada,
exponiendo las razones por las cuales no se había hecho antes este trámite. No
lo explica la noticia, pero creemos que esas razones no eran otras que las de
que hacía sólo dos semanas no existía confianza alguna en que el Granada B
consiguiera clasificarse, pero, a falta de una última jornada, en Granada
frente al Puerto Real, tenía ya asegurada el filial su clasificación como
primero o como segundo.
Derrota en el nuevo Chamartín
En la jornada 28 y antepenúltima, el
Granada compareció en Madrid para jugar frente al filial merengue, el Plus
Ultra, partido que supone que por primera vez en su historia nuestro equipo
actuara en el Bernabéu, inaugurado en diciembre de 1947, que todavía no se
llamaba así sino que se seguía conociendo como Chamartín, aunque no era el
mismo campo ni estaba exactamente en el mismo lugar que el viejo estadio de ese
nombre. La liga de primera seguía aplazada desde hacía un mes y ese mismo
domingo, 9 de abril de 1950, la selección española devolvía visita a la de
Portugal en Lisboa (la Roja empató a dos, 5-1 de la ida, y se clasificó para el
Mundial de Brasil).
No fue bueno ese estreno rojiblanco y
de Madrid el Granada se trajo una nueva derrota, 2-1. No obstante, los
rojiblancos vendieron muy cara la derrota y se lo pusieron muy difícil a los
jóvenes madridistas, uno de los mejores equipos del grupo, que estuvo toda la
temporada en los puestos altos para acabar la liga en la tercera plaza.
Reapareció Barnet una vez cumplida su sanción por ocho encuentros, y Unamuno
repitió en la defensa. El público llenó a medias el estadio y se mostró más
interesado por lo que se contaba por megafonía acerca del partido de España en
Portugal, radiado íntegro, que sobre lo que acontecía sobre el césped.
El Granada B campeón de Regional Preferente
Nuevamente la alegría para la hinchada
vino de parte del filial, que se impuso 4-0 al Puerto Real en el último partido
de su liga de Preferente y de esa manera se proclamó campeón. Carbelo y Rey
reforzaron al filial, que recuperó al ariete Requena, ausente más de dos meses
por una lesión. Pero el auténtico triunfador fue Toto, autor de tres goles,
quien empezó la temporada jugando en el segundo filial, el C, pero sus
grandísimas actuaciones y sus muchos goles le valieron una plaza fija en el B.
En una tarde soleada y de excelente temperatura acudió poco público porque a la
misma hora había toros y se radiaba el Portugal-España.
Todavía no se sabía si el filial iba
a poder luchar en liguilla por dar el salto a categoría nacional, pero en
cualquier caso hay que alabar su magnífica trayectoria en sus escasos tres años
de vida, en los que consiguió un campeonato y un subcampeonato de Andalucía
aficionados más una semifinal nacional, además de un ascenso y, lo más importante,
promocionar a varios de sus jugadores a la primera plantilla.
Despedida de Los Cármenes con un empate sin goles frente al Alcoyano
El Granada se despidió de la
temporada en Los Cármenes, jornada 29, con un empate a cero ante el Alcoyano,
única vez en toda la liga en que nuestro equipo alcanzó ese resultado. Según
las crónicas, fue un partido muy aburrido en el que las defensas se impusieron
a los ataques y de ahí que no hubiera goles. De esta manera voló el único
positivo que aún le quedaba a los rojiblancos de los cuatro que llegaron a
tener.
El Alcoyano era el líder del segundo
grupo de segunda y con el empate quedó matemáticamente clasificado para
promoción, aunque no tenía aún asegurado ser campeón, cosa que consiguió en la
siguiente y última jornada, ascendiendo después a primera en la liguilla que
disputaban primero y segundo de cada grupo, sistema vigente esta temporada para
decidir los ascensos. Finalmente ascendieron los cuatro clubes al decidirse la
ampliación a 16 equipos de la primera división.
Por su parte, en el Granada, que ya
nada se jugaba al quedar definitivamente descartado tanto para el ascenso como
para el descenso, lo más destacable fue la reaparición de Millán, ausente desde
el primer partido de la segunda vuelta. Precisamente Millán, una vez más sumado
al ataque como era norma por entonces cuando el resultado no era favorable para
los rojiblancos, tuvo en sus botas el gol que en la última jugada del partido
hubiera dado la victoria, pero lo impidió con una gran parada el magnífico
portero que era Martín, que la temporada siguiente defenderá la meta
granadinista. También venía con los alicantinos otro futuro rojiblanco, el
defensa Cata, y su entrenador era José Espada, que también dos temporadas
después será míster del Granada.
Derrota en Vallejo para terminar
Se acabó la liga y la temporada
oficial para el Granada en el campo de Vallejo, del Levante, de donde salió
derrotado 3-2. No hubo vendetta por el 8-1 endosado a los locales en la primera
vuelta en Los Cármenes. Total, 9º clasificado, con 30 puntos, sin positivos ni
negativos. Ninguno de los dos contendientes se jugaba nada en el choque y éste
fue bastante aburrido, con el único aliciente de los goles. La principal
novedad en el Granada fue el debut de dos canteranos, el medio y defensa
Paquito y el delantero Toto, que marcó uno de los goles rojiblancos. Justo una
semana antes se habían alineado en las filas del Granada C, de lo que se
llamaba primera categoría local, en la que todos los participantes eran equipos
de la provincia. Méndez volvió al centro de la defensa, dando descanso a
Millán, que acababa de ser padre.
CALLEJEANDO
Gabriel Morcillo pinta a Franco
El ya muy ilustre pintor
granadino Gabriel Morcillo Raya, en marzo de 1950 se encontraba en Madrid en su
condición de director de la Escuela de Artes y Oficios de Granada y como
miembro del tribunal que examinaba a los aspirantes a formar parte del
profesorado de este tipo de centros. Estando allí fue llamado a El Pardo para
hacer un retrato al mismísimo Franco en persona y uniforme de almirante de la
mar océana. También le fueron encargados otros de distintas personalidades del
régimen, entre ellos Luis Carrero Blanco, por entonces Subsecretario de la
Presidencia.
Varios meses después, ya
en verano volvemos a saber de la labor de Morcillo, recién vuelto del Pardo. A
estas alturas ya ha conseguido plasmar las partes esenciales del retrato y
tiene terminada la cabeza. Lo que falta será completado en Granada, en el
estudio del pintor, en su carmen de Plegadero Alto, adonde viajará el lienzo
desde Madrid en unión de un uniforme de capitán general con charreteras y la
banda de la Laureada de San Fernando (que el propio Franco se autoconcedió).
Cuando acabe sus vacaciones el general superlativo, que se encuentra
satisfechísimo de la obra de nuestro paisano, comenta la noticia, posará de
nuevo en El Pardo para terminar el detalle de las manos, portando en la derecha
la bengala como generalísimo de los ejércitos. El propio Gabriel Morcillo, que
ha convivido en la intimidad de Franco durante una larga temporada, relata una
anécdota: cuando el jefe del Estado da por concluida su jornada, sobre las tres
de la tarde, antes de sentarse a la mesa tiene por costumbre consultar el
barómetro; un día dijo el Caudillo alegremente «Buen tiempo», pero el
meteoro, contumaz, lo contradijo y llovió bastante.
Un año después, ya en
1951, el cuadro, casi terminado, sigue en Granada en el estudio de Morcillo, al
lado de un bodegón, también casi terminado, que el artista piensa regalar a
doña Carmen. Marino Antequera en Ideal, una de las pocas personas que han
podido verlo, dice que su mayor encanto es la sinceridad. Para Antequera,
Morcillo es uno de los grandes retratistas de todos los tiempos y aquí lo demuestra;
en su lienzo no está adulando al retratado, a pesar de la alta categoría del
modelo, sino que es un sincero retrato hecho por un gran maestro. El pintor, ya
totalmente consagrado, vive en el envidiable retiro de su carmen y hace de la
modestia su bandera huyendo de los reclamos y las vanidades que a tantos
artistas seducen -dice- y, ajeno a las vanguardias, es un artesano de la
pintura y vive de los encargos que le van haciendo, cada vez mejor retribuidos.
Comenta además Marino
Antequera que en el estudio del pintor también se ve, listo para viajar a
Málaga, uno de los más característicos cuadros del maestro, un lienzo en el que
están representados dos príncipes orientales, de aquellos que -dice Antequera- inspirados
en los cuentos de Washington Irving y en la música de Borodin y de Rimsky
Korsakov, pertenecen a una determinada etapa evolutiva en la obra de Morcillo.
En el museo de Málaga lucirá en breve esa obra de Morcillo, uno de los cuadros
más representativos de este pintor, una escena de efebos a la moruna y
semidesnudos, que pertenece a una etapa en la carrera del artista que algunos
han denominado “homoerotismo” (esto último ya no lo dice Marino Antequera), y
que desarrolló en los años de la República, dentro de la corriente designada
como orientalista o alhambrista. Sustituirá ese lienzo a otro, también de
Morcillo, que allí estaba, en Málaga, uno de sus más aclamados retratos, el de
Carulla, aquel vate ripioso que vivía en la plaza de los Lobos y que escribió
la Biblia en Verso (aunque no pasó del Éxodo); el retrato de Carulla fue
descolgado del lugar que ocupaba en el museo de Málaga y trasladado a Granada
hace meses para su museo de Bellas Artes, pero ahí sigue, arrumbado y dentro de
su embalaje porque esa pinacoteca granadina sigue siendo por el momento una
entelequia. Hasta 1958 no podrá ser desembalado ese cuadro de Morcillo junto
con otros muchos, que serán colgados y expuestos en el Palacio de Carlos V,
donde permanece.
Aparte de gran pintor, Gabriel
Morcillo, uno de los Cien Granadinos del siglo XX para Ideal, fue el
tercer presidente de la historia de nuestro equipo, tras Julio López y Enrique
Carmona Ros. El 19 de julio de 1932, en una importantísima asamblea para la
historia del club, sustituyó a Carmona y junto a Morcillo entró en la directiva
del, por entonces Recreativo Granada, Ricardo Martín Campos, que después
también será presidente y conducirá al equipo a primera división. La nueva
directiva de 1932 le dio la vuelta al club y de alegre reunión familiar lo
convirtió en una entidad en permanente crecimiento y dispuesta a llegar pronto
a lo más alto, y así uno de sus primeros propósitos fue construir un nuevo
campo, digno de Granada. Durante el mandato de Morcillo, en noviembre de 1933, se
firmaron las escrituras de compra de los terrenos donde un año después,
diciembre de 1934, se estrenaba Los Cármenes, aunque para entonces ya había
dimitido de la presidencia y había sido sustituido por su vicepresidente Matías
Fernández-Fígares. De sus años al frente del club es también el primer fichaje
bomba de la historia granadinista, el ex internacional Manolo Valderrama, así
como el ascenso a categoría nacional, tercera división.
Conciertos bancarios
A finales de marzo de 1950, un pintoresco
incidente ocurrido en Granada es ampliamente tratado por periódicos de otras
provincias e incluso del extranjero. En tono jocoso, informan los diarios que
en Granada, calle Reyes Católicos 48 bajo (en un edificio que en la actualidad
no existe, justo al lado de donde estaba Correos), hay una oficina del Banco de
Bilbao cuyos empleados tienen una guerra declarada al propietario del inmueble
donde se ubica la sucursal. Resulta que ese propietario vive en la misma casa,
primera planta, y sus ventanas interiores dan al patio de operaciones de la
oficina bancaria, y desde que ésta se abre al público comienza la gramola del
vecino del primero a tocar diana reiteradamente, y después continúa el
concierto de música estridente y poco variada que les impide concentrarse en su
tarea, por lo que los descuadres son infinitos a la hora del cierre. Los
trompetazos y los tamborazos los traen a mal vivir y los bancarios, de patio a
ventana, han increpado de viva voz al melómano y hasta han recurrido a avisar a
la pareja de guindillas sin que nada haya dado resultado, y ahí siguen con su permanente
dolor de cabeza. La cosa ha llegado hasta el gobernador civil de la provincia.
Los probos empleados
están muy hartos. Dicen que, si para brevemente la música a toda pastilla, son
las fámulas de la casa las que se encargan a voz en grito de continuar el
recital con aquello de la Bien Pagá y otras coplillas. Y cuando las
criadas dan una tregua en su desafinados desgañitamientos, nunca falta el
potente ladrido de un perro, aunque tampoco son escasas las ocasiones en que
las tres cosas se dan revueltas. Y continúan los bancarios desgranando sus
pesares y dicen que ese señor, el dueño de la casa, lejos de buscar la paz, en
una ocasión contrató a diez músicos ambulantes que se encontró por la calle,
cada uno con su correspondiente instrumento de metal, y aquello ya fue la
repanocha.
Según los sufridos
trabajadores, todo obedece al hecho de que el banco estuvo en conversaciones
con ese señor para adquirir el inmueble, pero no hubo acuerdo económico y ahora
el dueño quiere desalojar los bajos y por eso organiza la que organiza.
Ideal pregunta acerca de
la cuestión al propietario de Reyes Católicos 48, Francisco López Luque se
llama, y éste explica que es su propósito fomentar la afición musical en
Granada y para ello quiere formar una orquesta de cámara que dé conciertos con
regularidad y pueda actuar también en otras ciudades, para lo cual hace unos
quince días que ha establecido en su vivienda una academia para la enseñanza de
música, a la que va a bautizar con el nombre de Falla. Y añade que ha
presentado querella por los graves insultos que desde el patio de operaciones
se le dedicaron, y que las conversaciones para la venta del inmueble quedaron
interrumpidas hace más de tres años porque él no quiere vender.
La réplica de los
bancarios no tardó en llegar. Según ellos, difícilmente puede darse
credibilidad a lo de organizar una orquesta clásica de cámara ya que las
melodías que, no una sino diez, quince, veinte veces seguidas, pueden oírse,
son tales que La Raspa, Los Voluntarios, La Vaca Lechera, y otras del
estilo.
Periódicos nacionales
como Hoja del Lunes de Madrid, El Alcázar o Solidaridad Nacional, de Barcelona,
se ocuparon de la trifulca en un tono humorístico y con la ocurrencia de López
Luque sonrió media España durante una semana más o menos. En algún periódico se
informó del hecho diciendo que lo de los conciertos había tenido lugar «en la tierra
donde con tanto salero se resuelven las cosas», aunque lo de salero no sabemos si lo dice
con retintín porque desde luego la salida de López Luque ocurre a escasos cien
metros del que según Ladrón de Guevara es el kilómetro 0 de esa cosa negativa que
dicen que abunda en Graná. Poco tiempo después la cuestión
quedó olvidada y seguramente solucionada puesto que ya no se volvió a hablar
más del asunto.
El último capítulo de la
singular historia se escribió en junio de 1952, dos años después del incidente,
en una caroca del Corpus cuya quintilla decía: «¡Vaya cosa con
salero!, / a mi prima doña Petra, / que necesita dinero, / el Banco paga la
letra / y la música el casero».
Obsérvese que ha transcurrido ya bastante tiempo, pero es que no hubo carocas
en feria desde antes de la Guerra Civil y durante todo el mandato de Gallego
Burín, a quien por lo visto no gustaba nada esta tradición chistosa de nuestras
fiestas mayores. A partir de ese año, 1952, ya con Ossorio Morales en el sillón
de la Plaza del Carmen, volverán puntualmente cada Corpus las caricaturas y las
quintillas jocosas a Bib-Rambla.
Ilustres visitas de primavera
Granada, que ya rozaba
los 175.000 habitantes, en la primavera de 1950 recibió la visita de distintas
personalidades además de decenas de miles de viajeros, casi todos venidos sólo
para ver nuestros monumentos. Los hoteles estuvieron a rebosar de turistas de
calzón corto de todas las nacionalidades.
Por cierto que contra las pilosidades
al aire de los guiris es frecuente leer en los diarios diatribas de condena y
escándalo, algunas con buena pluma y con una sorna que uno diría que podría inscribirse
por derecho propio en una antología de esa cosa tan genuinamente granadina, de
la malafollá, ¡vamos!, como “Z” en Ideal. El “tarzanismo” no es español, dicen
indignados los guardianes de una moral puritana que nada tiene que ver con la
que es propia de la gente de la calle, aun en pleno nacionalcatolicismo. Mientras,
el gobernador Fernández-Victorio, ha dictado un bando, fijado en los hoteles
para que lo lean los visitantes en su idioma, en el que se prohíbe el descoco
de los foráneos, que no podrán pasear por la ciudad en calzones cortos ni las
mujeres en “pantalones masculinos”, prohibiciones que nos consta nunca fueron
plenamente observadas. Al mismo tiempo la máxima autoridad provincial mediante
otro bando, ha mandado retirar de las calles y poner a disposición del Tribunal
de Vagos y Maleantes a los muchísimos pordioseros y pedigüeños que pululan por
toda Graná, sobre todo por los alrededores de los monumentos y los hoteles.
A primeros de abril llegaba un
ilustre visitante, el último y breve rey que tuvo Italia, Humberto II de Saboya
(Re di Maggio), errante por la Europa de finales de los cuarenta. Venía
de riguroso incógnito, dice Ideal, y el motivo de su visita era presenciar las
procesiones granadinas de Semana Santa, cosa que hizo en compañía de su hija,
la princesa María Pía Sarre, y de la señorita Paladichino, se lee en la prensa.
Estuvo sólo el Domingo de Ramos y continuó viaje a Sevilla con el mismo fin de
ver los desfiles de allí.
Una semana más tarde vino el novelista, poeta
y dramaturgo británico Cecil Roberts, acompañado de su esposa. En su tiempo fue
un aclamado escritor, pero en la actualidad está más bien olvidado. No debió
dejarse ver demasiado y tampoco era alguien conocido en España, por eso los
periódicos sólo informaron de su llegada.
Mucho más popular fue la visita en
las mismas fechas de Carmen Sevilla en plena y rozagante juventud, por entonces
ennoviada con el torero mejicano Carlos Arruza. El rodaje de los exteriores de
su película “Cuentos de la Alhambra”, basada en dos de esos cuentos de
Washington Irving, era lo que la había traído hasta aquí. El director de la
película, Florián Rey, fue entrevistado para Ideal aprovechando la suspensión
temporal del rodaje por causa de la lluvia, y manifestó que de su filmografía,
la película de la que más orgulloso se sentía era “La Aldea Perdida”. Se trata
de un error de transcripción ya que el nombre correcto es “La Aldea Maldita”.
Con argumento y dirección de Florián Rey, existe una primera versión de La
Aldea Maldita, muda, estrenada en 1930, un melodrama rural con cierta carga
de denuncia social, para muchos la obra maestra del cine español mudo; y en
1942, también con guion y dirección de Florián Rey se estrenó con el mismo
título una segunda versión, un remake, ahora ya sonora, pero, según las
muchas webs de cinematografía, la censura desfiguró bastante la historia y
quitó hierro a cualquier planteamiento de denuncia, dando como resultado un
film que, aunque le falta la fuerza de la primera versión, sigue ocupando un
lugar destacado entre las buenas producciones hispanas del séptimo arte. Algún
premio internacional obtuvo.
Una semana más tarde un futuro premio
Nobel de Medicina (en 1952) vino a Granada, el doctor Waksman, descubridor de
la estreptomicina, el segundo antibiótico tras la penicilina. Llegó en el coche
oficial del gobernador civil de Sevilla, de donde provenía, acompañado del
también doctor Florencio Bustinza y de sus respectivas esposas. En el Alhambra
Palace lo esperaban el alcalde y el rector, más un grupo de profesores
universitarios. Visitó la Alhambra y el Generalife y al día siguiente la Real
Academia de Medicina, del distrito de Granada, lo nombró académico de honor
después de que el sabio pronunciara una conferencia -en francés- en el aula
magna de la Facultad de Medicina, a la que asistieron las primeras autoridades
provinciales, bajo el lema «La investigación orientada al descubrimiento de nuevos agentes
antibióticos». Al
día siguiente hizo una excursión a la Silla del Moro y el Llano de la Perdiz, y
por la noche fue homenajeado por la Universidad con una cena en la Escuela de
Estudios Árabes de la Cuesta del Chapiz, rematada con la asistencia a una
zambra del Sacromonte. Otro día más estuvo Waksman, en el que su
acompañante, doctor Bustinza, pronunció asimismo una conferencia en Medicina, y
después partieron todos camino de Madrid.
El
rodaje de otra película, “Debla”, dice Ideal, fue el que trajo a Granada a
Alfredo Mayo, en la primera semana del mes de su apellido, en unión del
director del film Ramón Torrado y también Paquita Rico y Lina Yegros,
protagonistas femeninas. Harka, Raza, A mí la Legión, sus
tres películas preferidas, según dijo a Ideal el propio Alfredo Mayo, lo
consagraron como el héroe por excelencia de lo que algún crítico calificó como
el cine fascista español, característico de la primera posguerra. Como
todos los famosos que pisaban nuestra tierra, se quejó del agobio padecido por
los miles de pedigüeños de autógrafos que tuvo que esquivar, y también dijo que
Granada le encantaba y que ahora, en los veinte días que iba a durar el rodaje,
aprovecharía para conocerla a fondo. Ramón Torrado, sin embargo, era la primera
vez que nos visitaba, pero dice que no sabe qué admirar más, si la Alhambra o
la propia ciudad. Anteriores películas suyas, como Campeones (con Zamora,
Quincoces y Gorostiza, entre otros) o Botón de Ancla, era lo que más sonaba a
los paisanos. Pero la que aquí rodaba, que se estrenó ya en 1951 con el título Debla, la Virgen Gitana, seguro que no está entre sus
mejores producciones (ni siquiera aparece en su filmografía en Wikipedia). Es
más destacable esa película por razones técnicas que artísticas ya que se trata
de una de las primeras películas españolas en color, por el sistema autóctono y
casi artesanal que se llamó “cinefotocolor”, por lo demás, es un claro
exponente de lo que abundaba por entonces en la cinematografía hispana, un melodrama
musical folclórico a base de gitanos cantarines y danzarines quenosepuéaguantar.
A primeros de junio, comenzando las
fiestas del Corpus, fue Carmen Polo quien se dejó ver en Granada. Sin su
marido, pero acompañada de los marqueses de Huétor-Santillán, fue huésped de
honor de Granada durante unos días que dedicó a una salve en la Virgen de las
Angustias y un sarao en la Real Sociedad de Tenis, en su primera jornada. En su
segundo día de estancia granadina, aun siendo quien era, no pudo salir en la procesión
del Corpus porque por aquellos años, sorprendentemente no se admitían mujeres
en ese desfile, ni siquiera si eran religiosas, así que tuvo que ver el cortejo
desde un balcón en Reyes Católicos de la casa del Banco Español de Crédito,
acompañada del alcalde y del capitán general; por la tarde estuvo en los toros,
y por la noche en el Palacio de Carlos V para asistir al espectáculo de bailes
españoles de Marifé Torres. En su tercera jornada se dio un garbeo por las
tiendas de antigüedades y continuó con una visita a un taller de máquinas de
coser para productoras y un comedor subvencionado, de la Sección
Femenina, y más toros por la tarde, para terminar con una cena de gala en el
Ayuntamiento y una zambra. En su cuarto día visitó las escuelas del Ave María
de la Cuesta del Chapiz, también el asilo de la Divina Infantita en la Cuesta
de Santa Inés, más la Catedral y la Capilla Real. Y después de almorzar volvió
a Madrid.
Otros ilustres estuvieron también en
estas fechas en Granada, como José María Pemán, aunque éste solía venir
bastante para visitar a una hija suya, monja en un convento de clausura
granadino.
Antes que todos, no en primavera ni
de turismo, a finales de febrero, Pilar Primo de Rivera, eterna mandamás de la
Sección Femenina de Falange, se dio una vuelta para inspeccionar el
funcionamiento de la delegación granadina. Venía de Almería por la costa y hasta
el Suspiro del Moro se acercó el gobernador civil a recibirla, y después, en su
alojamiento del Parador de San Francisco, fue cumplimentada por el alcalde
entre otras autoridades locales. Cinco o seis días permaneció en nuestra tierra
y una de sus jornadas la dedicó a la entrega personal de cuatrocientos lotes de
ropa de abrigo a los pobres, dentro de lo que se denominaba Campaña de
Invierno, una campaña de caridad organizada por Acción Católica y con la
participación de Auxilio Social en la que, mediante suscripción pública, se
costeaba la entrega a los sin recursos de ropas de abrigo o el desempeño de las
suyas propias, además de comedores sociales y más cosas.
¿Justicia social o caridad? El azul
mahón obrerista de la Falange de primera hora hacía ya muchos años que había
desteñido, y la ausencia de justicia social la suplían los de los 27 puntos con
el celeste angelical de las damas de buena sociedad que practicaban la caridad.
Aquello que proclamaban los puntos 9 al 16 del beligerante programa fundacional
de Falange hacía mucho tiempo que los gerifaltes de boinilla roja lo habían
olvidado a cambio del plato de lentejas que suponían las migajas de poder que
caían de la mesa del dictador.
En el parador recibió Pilar Primo la
visita para saludarla del por entonces director general de Turismo, Luis Antonio
Bolín, también allí alojado, el mismo que alquiló el Dragon Rapide en el
que viajó Franco desde Canarias hasta Tetuán para encabezar el golpe de estado
contra la República. A su vez fue Bolín cumplimentado por las autoridades
locales y manifestó a la prensa que venía de paso para Madrid después de haber
estado en USA promocionando el turismo español.
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