El Tenerife es otro de los rivales clásicos para un Granada de Segunda. Treinta y tres son los enfrentamientos entre granadinos y tinerfeños de la historia y dieciséis las veces que los canarios han jugado en nuestra tierra (siempre en el viejo Los Cármenes), todas de Segunda menos una que lo fue de Segunda B y otra de Copa. El balance de esos dieciséis choques es clarísimamente favorable a los rojiblancos, con catorce victorias y sólo un empate y una derrota.
La primera vez que el Tenerife vino a Granada es de la 53-54, 8 de noviembre, octava jornada del grupo Sur de Segunda. Fue un feo partido con incidentes en el que el Granada pudo conseguir la victoria (2-1) muy al final y gracias a un gol de Rafa aprovechando el larguísimo saque de banda de Rius, jugador que con las manos era capaz de ponerla en el segundo palo. La segunda visita, a la temporada siguiente, se pareció mucho a la anterior en el sentido de que resultó también un feo espectáculo y abundaron los incidentes, aunque la victoria rojiblanca fue clara, 3-0. Y la tercera visita, nueva victoria rojiblanca por 1-0, entra también dentro de la definición de feo partido, pero en este caso se trataba de un trámite para ambos porque era la jornada treinta y última del calendario y los dos equipos se encontraban en la mitad de la clasificación. Lo más destacable de esta tercera visita tinerfeña ocurrió en el descanso del partido, cuando le fue impuesta al pichichi de segunda, Rafa, la insignia de oro del club. Rafa acababa de ser traspasado al Atlético de Madrid y por esa razón no jugaba esa tarde. Por otra parte, algunos en este partido sintieron cómo –literalmente- las gradas se movían bajo sus pies en una de las numerosas réplicas del reciente y terrible terremoto de Albolote y Atarfe.
Porque este Granada-Tenerife se jugaba el 22 de abril, sólo tres días más tarde del último terremoto que -hasta el momento- en nuestra tierra produjo víctimas mortales. El jueves 19 de abril de 1956, a las 19,39 y con epicentro entre Albolote y Atarfe, un temblor de tierra de fuerza seis sembró el pánico en toda la Vega y en la capital y destruyó cientos de casas en esas dos poblaciones, causando siete muertos y numerosos heridos. Dos días después, la víspera del partido contra el Tenerife, cinco personas más encontraban la muerte al derrumbarse una terrera sobre la cueva que habitaban a la orilla del Río Beiro, en Casería de Montijo. Fue una tragedia de carácter nacional, y hasta Franco en persona y fajín de capitán general encontró un hueco en su apretado programa de inauguración de pantanos del Plan Badajoz para acercarse una semana después a ver los destrozos.
Los dos únicos resultados positivos para los tinerfeños en Granada son de la temporada 62-63 (0-0, con Ñito parándolo todo) y de la 63-64 (0-1).Todas las demás visitas a Granada fueron derrotas. Como en la 71-72, en la única visita copera de los canarios, por entonces en Segunda, en la que el gran Granada de aquella temporada dejó sentenciada la eliminatoria con un 4-0 (Barrios, Lasa, Jaén y Porta). En las gradas presenció el partido el técnico del Barça, Rinus Michels, espía de jugadores de uno y otro cuadro. Se decía que había venido a ver a Porta, ya claro aspirante al Pichichi, pero sólo dos semanas después cerró los fichajes del granadinista De la Cruz y el tinerfeñista Juanito, más el de Barrios, que se produjo ya a punto de empezar la temporada siguiente.
Muy importante y muy dramática fue la victoria del Granada (2-0, Insfrán y Grande) en la 76-77, que llegó en la jornada 35, a falta de tres para el final de la liga, y que resultó fundamental para huir de los puestos de descenso.
El único enfrentamiento entre ambos equipos militando en 2ª B es de la temporada 86-87, la única temporada en la que esta categoría la ha integrado un solo grupo -de veintidós equipos-, con ascenso directo para los cuatro primeros. Fue una buena temporada para ambos puesto que los dos ascendieron a Segunda. La visita del Tenerife llegaba en la jornada 31, finales de marzo, en la que se presentaba como líder después de una larga racha de partidos sin perder. El Granada era cuarto, a cinco puntos. En un partido no muy vistoso el Granada se alzó con el triunfo merced a un solitario gol del gran Manolo, de lanzamiento de golpe franco y de esa forma saltó al segundo puesto y abrió algo de margen con Salamanca, Lérida y Burgos, que eran los otros equipos que luchaban por el ascenso.
La siguiente temporada, la 87-88, ya en Segunda, se dio el último de los Granada-Tenerife, éste en la jornada 26, y la historia se repitió porque el Granada volvió a ganar por la mínima con un solitario gol otra vez de Manolo y otra vez de golpe franco directo. Sólo tres jornadas antes había sido despedido Peiró y sustituido por Ruiz Sosa, que ya no volvió a conseguir una segunda victoria hasta la última jornada, cuando ya nada había que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario