EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 11 de mayo de 2011

BENÍTEZ, IRÁS Y NO VOLVERÁS DE TARRAGONA





Ya sabemos que las estadísticas están para romperlas y que rara (o ninguna) vez condicionan un resultado. Afortunadamente para la salud del fútbol, cabría añadir. Viene esto a cuento porque de Tarragona el Granada nunca se ha traído una victoria de las cinco veces en que allí compareció, a razón de tres de Segunda (un empate y dos derrotas), una de Segunda B (empate) y otra de Copa (derrota). Peor es lo del Tarragona, que nunca se ha llevado ni siquiera un punto en las seis veces que por aquí vino.


Tarragona es una plaza que no visitamos desde 1981. Fue el 25 de octubre, jornada siete de la primera temporada de la historia granadinista en 2ª B, la 81-82, cuando la categoría la componían sólo dos grupos y por eso había que viajar varias veces a Cataluña e incluso salir al extranjero (Andorra). El Granada se trajo un empate sin goles e inauguró su cuenta de positivos con estos hombres: Verdejo; Alete, Blanco García, Lina, Chas; Vitoria, Polo, Antonio; Terry, Mauri (Gómez 87’) y Quiles (Rincón Rus 60’). Las crónicas catalanas hablan de grandísima suerte granadina, con hasta tres postes, y de resultado totalmente injusto pues el Gimnástico –dicen- fue superior. Era el Granada de los primeros compases en el tercer nivel del fútbol español, aún sin definir y con varios nombres que pronto desaparecerán de la escena. El primero, el míster, Lalo, al que le quedan sólo dos partidos más para ser despedido por Candi, recién vuelto a la presidencia tras el descenso y la dimisión de Anel. Igual ocurrirá con jugadores como el tal Chas, cuya presencia en el Granada es de sólo siete partidos. E igual suerte correrá Mauri, Eduardo Mauri, hijo del delantero granadinista de los cincuenta Pepe Mauri, cedido por el Español y que no llegó a cuajar a pesar de que parecía válido para este desangelado Granada. Recientemente, en un programa televisivo de españoles por el mundo, podíamos verlo ejerciendo su profesión de médico en Qatar.


El otro único resultado positivo en Tarragona es de la primera ocasión en que allí comparecieron los nuestros. Fue en la jornada seis de la temporada 1945-46, cuando la Segunda la componían sólo catorce equipos en un grupo único, el 28 de octubre de 1945. Un Granada recién descendido jugó en el desaparecido estadio de la Avenida de Cataluña con: Martí; Millán, González; Sosa, Rey, Galvany; García, Trompi, Portilla, Safont y Mas. Trompi igualó antes del descanso el gol inicial de los catalanes para en la segunda parte García y Portilla poner el 1-3 con el que todo parecía resuelto, pero de eso nada porque los catalanes cercaron la meta de Martí y consiguieron empatar a tres a poco del final. El Granada fue superior y mereció la victoria en un partido en el que destacaron Millán y González.


Esa misma temporada le tocó al Granada repetir visita a Tarragona, pero fue en Copa y ya en abril de 1946, una vez concluida la liga. Una liga en la que el Granada se quedó al final con la miel en los labios, cuarto clasificado y sin poder disputar la promoción de ascenso a pesar de terminar empatado a puntos precisamente con el Tarragona y superarlo en el averaje particular. Un triple empate (con sospecha) en el que entró también el Córdoba fue el que nos dejó fuera. El Gimnástico era un recién ascendido y tenía todavía pendiente jugar la promoción frente al Español, con el que perdió después de forzar un partido de desempate. En Tarragona los nuestros perdieron 1-0 pero en la vuelta (2-0) logró el Granada pasar a cuartos para caer a pies del Valencia. A la temporada siguiente, 46-47, el Granada perdió 3-0 ante un Tarragona que ese mismo año ascendió a Primera.


La que queda es de la 79-80, la del invento de los sub-20, que se dio en la jornada 31, 13 de abril, y en la que el Granada de Ben Barek, mal clasificado y con un negativo, no supo conservar la ventaja de 1-2 (Róbert y Serrano) para acabar perdiendo 3-2 ante los locales, que ese mismo año descendieron a 2ª B. Y es digno de recordar este partido porque fue el último en el Granada de aquel gran centrocampista y defensa que fue Gustavo Benítez. Sólo unos días antes el Tribunal Supremo había confirmado la sentencia que en primera instancia falló la Audiencia Provincial de Granada y que condenaba a Benítez junto con Fernández, Escobar y Denis Milar a penas de entre cuatro y siete años por un oscuro asunto de abuso de menores ocurrido cuatro años atrás. Para no cumplir la condena Benítez se fugó a su Paraguay desde Tarragona, y Fernández, por entonces entrenador del Recreativo, le siguió desde Granada. Los otros dos implicados hacía ya años que habían dejado España. Con la huida de Benítez se frustró un más que posible traspaso al At. Madrid (se dijo) que hubiera aportado unos buenos millones a las paupérrimas arcas rojiblancas.

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