Los húngaros no son lo que parecían
Cuando la liga todavía no había
echado a andar realizó el Granada, con gran esfuerzo económico, dos fichajes
que en aquellos momentos fueron valorados muy positivamente por la prensa local
y por la afición, que de primeras acudió a los entrenamientos en mayor número
del habitual para verlos en acción. Hablamos de la pareja de húngaros Licker y
Otto. Todos estaban convencidos en el verano de 1950 de que el Granada había
incorporado a dos sensacionales futbolistas que iban a ser los encargados de
liderar el ascenso a primera del club rojiblanco.
Pero cuando habían transcurrido dos
meses de competición, mediados de noviembre, la realidad era muy distinta. El
segundo de los magiares, Otto, todavía estaba inédito y no se sabía cuándo iba
a debutar con la camisola del Granada. Y el otro, Licker, utilizado desde la
primera jornada, al principio (con cuentagotas) los hinchas rojiblancos
pudieron verle algunos detalles de clase, pero conforme iban transcurriendo las
jornadas iba el húngaro ofreciendo cada vez menos y en algunos partidos su
labor de enlace de la media con la delantera era nula hasta llegar al punto de
ser claramente señalado por la prensa local como uno de los principales
responsables de que el equipo hubiera bajado bastante en su rendimiento y a
esas alturas de la liga siguiera sin poderse hablar de juego de conjunto. Llegó
a publicarse incluso que el Granada estaba dispuesto a recomprar al Jaén a
Trompi en vista de que en ese puesto de interior andaba cojo el equipo.
En ese contexto, Ideal de 17 de noviembre
de 1950 publicaba un reportaje acerca de Licker y su desilusionante papel como
jugador rojiblanco y teniendo en cuenta su alta ficha de 100.000 pesetas de
vellón (se calculaba que cada partido del húngaro costaba al Granada 4.500
pesetas; como dato indicativo valga decir que el sueldo normal de un futbolista
de la plantilla era entre 1.500 y 2.000 al mes). En esos momentos el húngaro ha
dejado de contar para el entrenador y ha sido suplente en el último partido del
Granada, frente al Plus Ultra, suplencia que durará las tres siguientes citas.
El periodista pregunta al propio Licker acerca de la causa de su bajo
rendimiento y éste sólo dice que no sabe qué responder, y que él pone siempre
el máximo interés, pero las cosas no le salen bien. Algunos compañeros, sin
citar nombres, dicen que Licker, de 28 años, ha perdido facultades y que ya no
posee la rapidez de antaño, que era su mejor arma, y el entrevistador se
pregunta si estará enfermo o será que no lleva una vida todo lo ordenada que un
deportista debe llevar. Por último, el míster Gaspar Rubio, opina que es
simplemente un problema de falta de adaptación a nuestro fútbol.
Empate en Melilla y victoria del Recreativo
La siguiente jornada llevaba al
Granada a Melilla, para lo cual la expedición rojiblanca salió el viernes
anterior al partido camino de Málaga para en avión viajar a la ciudad
norteafricana, donde por primera vez en su historia comparecía para disputar un
partido oficial al tratarse de un equipo recién ascendido. Sólo existían los
precedentes de sendos amistosos en Melilla, en la 45-46 y en Granada en la
47-48.
Con la expedición granadinista e
invitado por la directiva viajó el periodista granadino de Ideal Rafael
Fernández de Burgos. Suyas son las crónicas de que disponemos del partido
Melilla-Granada, tanto para el semanario La Prensa (Hoja del Lunes,
donde firma como Max) como para el
diario Ideal, y en ellas dice el plumilla que el Granada mereció y debió ganar
por al menos dos goles de diferencia su partido en la llamada Plaza de
Soberanía, donde, derrochando entusiasmo y animado por varios cientos de
granadinos haciendo allí la mili, dominó y fue mucho mejor que el cuadro local,
pero impidieron la victoria la gran actuación del meta local y el caserismo del
árbitro Blanco Quintas. En el Álvarez Claro, sin atisbo alguno de una mínima
brizna de hierba, se adelantaron los nuestros por dos veces en el marcador,
pero muy cercanos al final un penalti injusto en contra supuso el definitivo
empate a dos goles. De esta manera se enjugó el negativo que se arrastraba
desde la visita a Los Cármenes del Atlético Tetuán.
La gran igualdad existente entre los
quince equipos del grupo sur hizo que el punto conseguido en Melilla apenas
tuviera reflejo en la clasificación, y el Granada pasó a ocupar la octava
plaza, a dos puntos de los puestos de descenso. Fue la primera vez en esta liga
en que el Granada no salía derrotado actuando como visitante.
El húngaro Licker, ya suplente, ni
siquiera viajó. Por otra parte, la lesión de Verde hizo a Toñín volver al
equipo, en el que también reapareció Chaves. En el Melilla actuaba en el centro
de la zaga, ya veterano, alguien que años después va a tener una larga relación
como técnico con nuestro club y sus filiales, Santiago Errazquin. También
jugaban de azul el granadino Martín y el delantero centro Mamblona; ambos
sufrirán una muerte trágica en accidente de circulación en Loja sólo tres meses
después de este partido.
A la vuelta de Melilla la prensa
granadina celebra que parece superado el bache de juego y que el equipo está
plenamente recuperado y por primera vez esta temporada ha funcionado como un
bloque. Fernández de Burgos en Ideal comenta lo publicado por el periódico melillense
El Telegrama del Rif, que dice que
les gustó francamente el Granada; también dice que «Al Granada se le entregó el banderín de rigor, como nuevo en esta
plaza. Y ellos correspondieron regalándonos un punto».
Por su parte el Recreativo consiguió
una nueva victoria. Lo hizo en Los Cármenes y frente al otro equipo de la
ciudad internacional de Tánger, el España, al que derrotó por la mínima, 1-0, y
consiguió adelantar un par de puestos en la clasificación, aunque todavía muy
amenazado. La prensa local, en esta ocasión –como en otras anteriores- destaca
por encima de todos a la pareja de interiores del filial, Cea y Sueza, a los
que responsabilizan siempre de los resultados positivos de los blanquiazules;
no hubo excepción en esta ocasión y esto es significativo porque precisamente
la ausencia de interiores comprometidos y trabajadores es la principal crítica
que esos mismos plumillas hacen respecto del primer equipo desde que empezó la
temporada. La victoria no obstante llegó en un partido bastante malo por ambos
contendientes. Los peores comentarios los merecen los jugadores Tobalina y
García Domínguez, precisamente los dos recientemente fichados y provenientes de
otras canteras. El primero al parecer actuó lesionado, una lesión que se le
acentuó en este partido y que lo va dejar fuera de combate hasta la recta final
de la liga.
Victoria ante el Albacete y empate del Recreativo en Andújar
Fue una constante a lo largo de toda
la liga la gran igualdad entre todos los equipos del grupo II de la segunda
española. Esto se ve claramente en el hecho de que el Granada en la jornada 12
derrotó al Albacete en Los Cármenes (2-1) y con los puntos dio un salto de
cuatro puestos en la tabla, pasando del octavo al cuarto, aunque sin
distanciarse lo suficiente de las posiciones de descenso, de las que sólo lo
separaban tres puntos (dos por debajo de los de ascenso). El Albacete venía
como colista descolgado y era el equipo más goleado, pero el Granada consiguió
vencerle con extrema dificultad y las crónicas vuelven a incidir en que sigue
sin haber juego de conjunto, a pesar de repetir la misma alineación que empató
en Melilla y tan buena imagen dio. El Albacete se limitó a defenderse y el
Granada no supo cómo superar la maraña de efectivos que cerraban la portería
manchega.
En Andújar mientras tanto, el
Recreativo a punto estuvo de anotarse la primera victoria a domicilio en
categoría nacional. Fue ganando casi todo el partido, pero muy cerca del final
recibió un gol del cuadro local, el Iliturgi, un rival directo en la lucha por
no descender, y sólo pudo empatar a uno. De esta manera redujo su cuenta de
negativos a -2 y se distanció en dos puntos de los puestos de descenso.
Derrota en el campo del Levante y empate casero del Recreativo frente al
San Fernando
Y así llegamos a la jornada 13, en la
que al Granada tocaba desplazarse a Valencia y jugar en el campo de Vallejo,
del Levante, uno de los pocos de España que habían incorporado la gran novedad
por entonces del marcador simultáneo (marcador automático, lo nombran también),
que se estrenaba en este partido. El resultado fue una nueva derrota
rojiblanca, 2-0, una vez más sin remate, pero el partido resultó trascendental
por lo que trajo aparejado. Según las crónicas de periodistas locales, el
árbitro tuvo un papel destacado en perjuicio del Granada al señalar un penalti
en contra que no existió y que supuso el primer gol levantino.
Debutó esta temporada y fue el mejor
rojiblanco el interior derecho recreativista Cea, pasado al primer equipo en el
que ya va a ser titular hasta finalizar la liga, y volvió Sosa a la media;
ambos dieron más consistencia a la zona ancha granadinista, pero nada positivo
se pudo extraer del viaje a Valencia. El Granada bajó al séptimo puesto de la
tabla, dos puntos por encima del descenso.
El filial en Los Cármenes, también
jornada 13, jugada en el primer domingo de diciembre, aumentó su cuenta de
negativos a -3 al empatar a un gol con el gallito San Fernando. Fue un partido
emocionante en el que el Recreativo mereció la victoria, pero la impidió la
gran tarde del cancerbero gaditano y la falta de acierto en el remate
blanquiazul. Manolo Ibáñez suplió la importante baja de Cea colocando al
defensa Atanasio de falso 9, alternándose con Requena, reconvertido en zaguero,
y con Toto de interior.
El filial quedó clasificado en el
puesto 13º, pero con tres puntos sobre el penúltimo, que descendía. A primeros
de temporada se comentó que se avecinaba una nueva reestructuración de la
categoría y que sólo del quinto para arriba no habría descenso (así se hizo la
temporada siguiente), pero acababan de publicarse las normas federativas sobre
ascensos y descensos que dejaban claro que sólo los dos últimos perderían la
categoría, lo que supuso un respiro para el cuadro de Manolo Ibáñez.
Gaspar Rubio defenestrado, Mas nuevo entrenador-jugador
La crónica de Ideal del partido en
Valencia, que firma alguien de la talla de Juan José Tomás Marco, dice que el
Granada fue inofensivo y dio bastantes facilidades, un equipo que juega en el
centro del campo pero que apenas hace otra cosa. Lo cierto fue que la derrota
ante un rival de la zona baja como el Levante dolió más de la cuenta y así, en
la misma página donde viene la crónica del partido en Vallejo, anuncia Ideal
que el lunes hubo reunión de la junta directiva para tratar de atajar el mal
que aqueja al equipo y que se esperan importantes y enérgicas medidas. Dos días
después la noticia era que al míster, Gaspar Rubio, la directiva acababa de
concederle un “descanso”, un permiso «por
un mes, dos o… más», apartándolo de la dirección técnica, eufemística forma
de despedir a un entrenador. Parece ser que lo que más influyó en la adopción
de esta medida fue la repetida queja de los futbolistas sobre los métodos de
preparación y las instrucciones de Rubio.
A partir de ese momento Francisco Mas
se hará cargo de la preparación del Granada de forma provisional y será
simultáneamente jugador y entrenador hasta que se contrate un nuevo míster. En
el mismo suelto de Ideal se incluye la alineación que el Granada presentará en
su siguiente partido, en casa frente al Hércules, que introduce importantes
cambios respecto del equipo que venía actuando, porque parece ser que a partir
de este momento la designación de las alineaciones rojiblancas en cada partido
será tarea del míster, pero tendrá que contar con el visto bueno de la comisión
deportiva de la junta directiva. Un viejo conocido de la afición, Paco Bru, el
entrenador de las dos primeras temporadas en máxima categoría, ya apartado de
los banquillos aunque dedicado a la intermediación de futbolistas, se dirigió
al Granada ofreciéndose como sustituto de Gaspar Rubio, pero la directiva
acordó seguir confiando en Mas, a lo que ayudaron bastante los buenos
resultados que vinieron en los primeros partidos dirigidos por el
jugador-entrenador, y lo que iba a ser provisional se convirtió en definitivo,
de manera que Mas siguió como preparador hasta finalizar la temporada.
Gaspar Rubio en primera instancia
decidió quedarse en Granada en lugar de marcharse, y permanecer a la
expectativa por si sus servicios eran requeridos de nuevo, pero antes de dos
semanas quedó desvinculado por completo del Granada. Al poco de marcharse
concedió unas declaraciones al diario Marca en las que dijo que, después de la
derrota en el campo del Levante solicitó fuertes sanciones para determinados
jugadores a los que culpaba directamente del resultado, pero que la directiva
no le hizo caso y su decisión fue apartarlo del equipo mediante la absurda
fórmula de concederle un descanso. Más adelante carga contra los dos interiores
fichados esta temporada, Licker y La Rubia, de los que dice que fracasaron
semana tras semana y por eso hubo que recurrir al filial y alinear a Cea, mucho
mejor que los otros. El ex entrenador, en definitiva, estaba muy dolido por su
despido, criticando la postura de la directiva, que en lugar de reforzar al
técnico prestó más oídos a lo que decían unos pocos futbolistas que claramente
“le hicieron la cama”, como vulgarmente se dice.
Dos puntos frente al Hércules en el debut de Mas
Después de que la directiva diera un
“descanso” a Gaspar Rubio apartándolo de la dirección del Granada y pasando Mas
a ocupar las funciones de jugador-entrenador (jugó este partido y casi todos
los que faltaban), el primer compromiso fue la visita del Hércules a Los
Cármenes en la jornada 14, penúltima de la primera vuelta, el domingo 10 de diciembre.
La alineación granadinista experimentó varios cambios, cayéndose del once
titular el defensa Mompeán y el extremo Santacréu, que ya apenas contarán en
todo lo que queda de calendario, y en su lugar volvieron al equipo Verde y
Licker (los dos serán ya titulares toda la liga), aunque esas variaciones en el
once titular habían sido “sugeridas” por la comisión deportiva. Con esos
cambios parece que el equipo algo mejoró en lo referente a entrega, que no
(según las crónicas) en lo referente a juego de conjunto, que volvió a ser algo
muy parecido a lo que ocurría antes del cambio de entrenador, pero en esta
ocasión no fueron gafes los alicantinos y no se dio un resultado negativo para
los nuestros, como en las dos anteriores confrontaciones en este mismo escenario,
alguna de las cuales resultó definitiva para apartar al Granada de su meta de
ascenso.
Ganó 2-0 el Granada a pesar de que
desde el minuto dos tuvo que jugar en inferioridad al lesionarse el delantero
centro Chaves y tener que retirarse para no reaparecer hasta bien avanzada la
segunda parte visiblemente mermado y ocupando un extremo sin poder apenas
moverse. Recordemos que no se podía cambiar jugadores por aquellos años. De los
delanteros fichados esta temporada era Chaves sin duda la mejor incorporación,
con seis goles en su haber, pero parece que una lesión no terminada de sanar se
le reprodujo en casi la primera jugada del partido. Lo peor es que ya no va a
poder ser utilizado hasta más de tres meses después. Por su parte, el húngaro
Licker en su reaparición, fue uno de los destacados, pero los más grandes
elogios son para el canterano Cea, que además marcó un gol.
El entusiasmo que pusieron los
rojiblancos sobre el césped fue en definitiva su mejor arma para hacerse con
los dos puntos, que auparon de nuevo al Granada a la cuarta posición de la
tabla, a un punto de segundo y tercero, que eran puestos de promoción, pero
sólo tres puntos por encima del penúltimo, que junto al colista eran las
posiciones que llevaban a la pérdida de categoría.
Palizón al Recreativo en Huelva
La otra cara de la moneda la ofreció
el filial en Huelva, donde en el duelo de recreativos salió ampliamente
apalizado nada menos que por 7-1. Se adelantaron los nuestros y casi toda la
primera parte mantuvieron el resultado favorable, pero en la segunda mitad, la
lesión del defensa central Montilla obligó a improvisar la cobertura y se
derrumbó por completo el equipo, sucumbiendo ante uno de los favoritos al
ascenso, que fue muy superior. En el puesto 13º permaneció el filial, manteniendo
todavía sus dos puntos de ventaja sobre el 15º.
El Recreativo cerró otro fichaje a
mediados de semana, el del defensa Vicente. No es otro que Vicente Díaz, quien
dos temporadas atrás formó en aquel tercer Recreativo que se fundó en la 48-49,
cuando el filial cambió su nombre por el de Granada B. Últimamente venía
actuando en el Arenas de Armilla, pero ya había participado en algún partido de
pretemporada con el filial en el ejercicio anterior. No obstante, no se
incorporó al Recreativo hasta finalizar la temporada en curso, y en el Arenas
continuó.
Positivo en Ceuta y victoria casera del Recreativo
La jornada 15 y última de la primera
vuelta inauguró el Granada su cuenta de positivos con el arrancado en Ceuta,
donde empató a tres goles. Algunas crónicas hablan de una auténtica encerrona
sufrida por el equipo rojiblanco en la ciudad norteafricana en un partido que
mereció y pudo ganar de no ser por la nefasta actuación del árbitro madrileño
Caballero Camacho. Según La Prensa, con la firma de un periodista local,
en el primer gol del Ceuta, el balón dio en el poste y no llegó a entrar,
aunque no dice lo mismo la crónica de Ideal, también de un periodista de allí;
en lo que sí coinciden ambos plumillas es en que el segundo gol ceutí fue
conseguido con la mano.
El Granada se retiró al descanso
ganando 1-2 pero en la segunda parte los locales le dieron la vuelta al
resultado con un gol con la mano, como queda dicho, y un tercero de penalti,
aunque su legalidad no se discute (era ya el noveno que le señalaban en contra
al Granada esta liga, por sólo uno a favor). El cambio de entrenador pareció
mejorar al equipo y el Granada, por fin engarzadas sus líneas de creación,
ofreció un gran partido en el que tenía que haber ganado de no ser por los
errores arbitrales. Faltando muy poco para el final Sosa, otra vez actuando de
falso 9 ante la lesión de Chaves y la baja forma de Botella, remató el
definitivo empate a tres. Especial mención por su excepcional labor merecieron
los dos rojiblancos que formaron su ala derecha: Callejo y Cea, autores cada
uno de un gol.
En Ceuta, un nuevo segunda, condición
que consiguió precisamente en Los Cármenes en julio de este mismo año al ganar
la promoción en desempate en campo neutral al Elche, hubo numerosos incidentes
de público y de jugadores, y el juego estuvo varios minutos interrumpido ante
las grandes protestas de los rojiblancos en cada uno de los goles de los
locales.
El Granada adoptó una nueva
disposición de hombres sobre el terreno, un 3-3-4, retrasando a la media a Sosa,
y con ese sistema sorprendió a los locales y pudo muy bien traerse una
victoria. El punto y el +1 colocaron al Granada quinto en la clasificación, a
un punto del tercero y con tres de ventaja sobre los puestos de descenso.
Mientras tanto en Los Cármenes el
Recreativo también cerraba la primera vuelta, jornada 15, con un resultado
positivo, victoria 3-1 frente al Utrera, el colista del grupo. La gran novedad
fue el debut, ¡por fin! del delantero centro madrileño Plata. La temporada
50-51 del primer equipo puede ser catalogada como la del culebrón Otto. Pero es
que en lo que respecta al filial también puede hablarse de culebrón, aunque
bastante menor en cuanto a duración, y el protagonista de tal culebrón es este
tal Plata. Proveniente del Leganés, había sido fichado casi dos meses antes con
la intermediación de Paco Bru, pero como estaba haciendo la mili en Madrid no
pudo venir hasta mediados de diciembre y, mientras llegaba o no llegaba, los
medios dieron hasta cinco fechas distintas en que tal llegada se iba a
producir. Por fin llegó y, como aquel que dice, fue directamente desde la
estación de Andaluces a Los Cármenes para calzarse las botas y debutar con su
nuevo equipo, que tan necesitado anduvo toda la liga de un buen rematador. No
marcó en su partido de presentación, pero asistió en al menos dos de los goles.
Se adelantaron los sevillanos, pero el Recreativo, bien conducido por sus
medios Ríos y Díaz Cara, le dio la vuelta y aún pudo hacer más goles en un buen
partido de todo el conjunto. Con la victoria alejó el filial en cuatro puntos
los puestos de descenso directo.
Dos positivos más en Mallorca
Tras el descanso impuesto por las
celebraciones navideñas, volvió la liga el último día del año 1950, jornada 16,
que para el Granada significó viajar a Mallorca, para lo cual partió el autobús
rojiblanco el jueves anterior al partido rumbo a Valencia, teniendo que
desviarse por Iznalloz al estar cerrado el puerto de la Mora por una gran
nevada. En Valencia se unieron a la expedición más de la mitad de los que la
integraban por haber estado disfrutando de permiso navideño, y desde la vera
del Turia partieron en barco hasta las Baleares, adonde llegaron el 30 de
diciembre sábado. Estaba previsto que Otto, una vez puestas de acuerdo todas
las partes tras el largo culebrón, viajara con el resto para debutar en
Mallorca, pero su autorización federativa no acababa de llegar y en Granada se
quedó.
En Baleares el Granada consiguió su
primera victoria a domicilio de esta temporada, 0-3, mostrándose muy superior a
un equipo como el Mallorca, vicecolista en esos momentos, aunque salvó la
categoría. Fue un gran partido de los rojiblancos, el mejor equipo que hasta
ese momento había pasado por el Sitjar (todavía se llamaba Es Fortí, o
sea, el Fortín), de donde salió ovacionado por la afición, rendida ante su
mejor juego, según la prensa local. El cambio de entrenador parecía haber
obrado un efecto positivo y haber desterrado el desbarajuste de líneas que
tanto venía criticando la prensa desde que empezó a rodar el balón allá por
septiembre. El Granada repitió la alineación que puntuó en Ceuta y jugando un
4-3-3, con Sosa incrustado en la media a pesar de lucir el 9, toda la segunda
mitad de los noventa minutos fue netamente suya y en ella consiguió los tres
goles, dos de ellos del ya consagrado Callejo. Ya eran tres los positivos
acumulados por los rojiblancos que, con los dos puntos saltaron al tercer lugar
de la tabla, su mejor clasificación por el momento, empatado con el segundo y a
dos del líder, distanciando ya los de descenso en cinco puntos.
A la vuelta de Valencia estuvo a
punto de suceder lo mismo que ocurrió un año atrás cuando volvía el Granada de
Alcoy, y es que en Baza quedó el autobús bloqueado por la nieve. No se repitió
la odisea porque en esta ocasión no pasó como hacía un año y los rojiblancos
fueron sorprendidos en zona habitada. Por teléfono fueron autorizados para
pernoctar en Baza, pero aun así decidieron continuar y su mini aventura terminó
llegando a Granada pasadas las cuatro de la madrugada.
Empate del Recreativo en el mini derbi
Por su parte el Recreativo incrementó
su cuenta de negativos a -4 al empatar a tres goles en Los Cármenes con el
filial del Málaga, el Atlético Malagueño. Jovi en Hoja del Lunes (el semanario que edita la Asociación de la Prensa a
partir de ahora vuelve a llamarse así y abandona su cabecera de La Prensa) dice que se vio un partido
vibrante, muy entretenido y emocionante, en el que tampoco faltó el juego subterráneo, pero el resultado fue
totalmente justo. El Malagueño, equipo más bien de la zona baja y empatado a
puntos con el Recreativo (acabaría la liga en esas mismas posiciones), se
mostró no obstante como un gran conjunto y llegó a ir mandando en el marcador
0-2. En él figuraban dos futuros granadinistas: Padilla y Galacho, y también
jugaba un jovencísimo León Lasa, que años después jugará muchas temporadas en
el primer equipo y en el Betis, siempre en primera.
El tan largamente esperado delantero
recreativista Plata jugó su segundo partido como blanquiazul y es objeto de
crítica por los periodistas locales, que lo acusan de estar desubicado y no
prodigar el tiro a puerta. A pesar del tropiezo, el Recreativo ganó un puesto
en la clasificación y pasó al 12º, con cinco puntos de ventaja sobre el
descenso, puestos en los que empezaban a descolgarse el Utrera y el España de
Tánger.
CALLEJEANDO
Existencialista, pero dentro de un orden
En otro orden de cosas, poco antes
del viaje a Melilla estuvo en Granada dos días el filósofo francés Gabriel
Marcel, un existencialista (¡horror!). Pero que no cunda el pánico ya que el
propio Marcel dijo a la prensa que él no es existencialista, que ésa es una
etiqueta que le han colgado equivocadamente, sino que su pensamiento se define
mejor como neo socratismo o socratismo cristiano. Católico confeso, (eso ya es
otra cosa), su único rasgo de desaliño son sus cabellos híspidos, dice Ideal,
que añade que el hombre se desenvuelve dentro del camino de la verdadera
sabiduría y que por eso no es nada orgulloso sino humilde y afable.
Ha venido invitado por la Dirección
General de Propaganda, y este pensador y dramaturgo francés manifiesta a la
prensa local que en su vida ha tenido pocas emociones comparables a la
impresión que le ha producido Granada. También dice que había observado en el
pueblo español una incorruptibilidad ejemplar (sólo llevaba en España una
semana). El periodista termina la breve interviú preguntándole al sabio qué le
parecen esos existencialistas de Saint Germain de Pres, de barba hirsuta y
descuidado atuendo; todo eso me produce horror, es su respuesta.
Muerte en el Palace
El 20 de noviembre de 1950, en el
hotel Alhambra Palace, un cliente cayó por las escaleras, al parecer,
desvanecido por sufrir un infarto y, trasladado al sanatorio de la Purísima,
dejó de existir sin recuperar el conocimiento.
Se trataba de un ilustre siquiatra
venezolano con fama internacional, Francisco José Herrera Guerrero, de 48 años,
del que dice Ideal que se había formado en la prestigiosa Escuela Psiquiátrica
de Viena y era uno de los discípulos predilectos del famosísimo Segismundo
(sic) Freud. Se encontraba en nuestra ciudad de turismo acompañado de su esposa
e hija. Su cadáver, después de la autopsia practicada por el forense Rodríguez
Contreras, fue embalsamado y salió camino de Cádiz para desde allí ser
embarcado para Venezuela.
Otros Quero
Todavía había maquis por las montañas
granadinas y andaluzas, pero la banda de los Quero, que fue la que más trabajo
dio a las fuerzas del orden en nuestra tierra, había dejado de existir desde
hacía tres años, mayo de 1947, cuando murió Antonio, el último de los hermanos
que la integraban. No obstante, en noviembre de 1950 los apellidos Quero Robles
vuelven a la actualidad, otra vez por no ser respetuosos con las leyes, aunque
en esta ocasión por otros motivos.
En una cueva de la ladera de San
Miguel, la Guardia Civil ha descubierto un matadero clandestino en el que se
sacrificaban y carnificaban caballerías viejísimas y enfermas para su venta al
consumidor. La cueva presentaba el más repugnante aspecto y despedía un hedor
insoportable, dice la nota de prensa; osamentas en informe montón, costillares
y trozos de pellejo y de carne en estado de descomposición presidían dos de las
estancias en que se dividía el interior, y había preparados para su sacrificio dos
mulas y un burro cercanos a la treintena de edad y con evidentes signos de
enfermedad, que pasaron directamente al horno crematorio de Peligros. Uno de
los cuatro detenidos en la operación se llama Victoriano Quero Robles.
Nunca este Quero participó en la
guerrilla de forma activa junto a cuatro de sus hermanos mayores (Pepe, Paco,
Pedro y Antonio), como no fuera haciendo de enlace o encubridor, pero no se
libró de pulgar largos años de cárcel hasta ser soltado en 1948.
El de carnicero era el oficio del
padre de la familia y de varios de los hijos de su larguísima prole. Al negocio
de la carne se dedicaban antes de la Guerra Civil, y aunque no siempre se
movieran dentro de la legalidad, con esa profesión de carniceros se ganaban la
vida más o menos honradamente, se puede decir. Un Quero, sólo por llevar ese
apellido, no encontraba a nadie dispuesto a emplearlo ni podía soñar con que se
le extendiera el preceptivo certificado de buena conducta, necesario para un
buen montón de trámites en aquellos años, como acceder a un empleo o poder
abrir un negocio. La única salida que les dejaron era la de la clandestinidad,
ejerciendo dentro de ella la que de siempre fue su profesión: la carne. O eso o
seguir los pasos de los hermanos mayores.
Existe un libro sobre los Quero que
es quizás el primero que sobre los famosos hermanos se publicó, “Consecuencias
de la tragedia española 1936-1939 …y los hermanos Quero” es su título; su
autor, Nicolás Manzanares Artés, fue compañero de trena de los hermanos
guerrilleros y también de Victoriano Quero, en cuyos testimonios y los de
varias personas más basó su monografía. Tanto Victoriano Quero como sus padres
(Paco y Matilde) y como otros hermanos (Matilde, Rosario, Bernardo, Rafael) y
sus respectivos cónyuges, nunca tomaron las armas, pero el parentesco les salió
caro y fueron detenidos, maltratados y encarcelados en reiteradas ocasiones en
busca de algún tipo de información o como represalia y para presionar a la
irreductible partida, que campaba a sus anchas por la ciudad. Según Julio
Aróstegui y Jorge Marco en “El último frente”, otro libro sobre la famosa
partida, un hermano menor, de 15 años, a la muerte de Antonio Quero fue paseado
esposado y desnudo por el Albaicín llevando un letrero en el que se leía «Éste es el
último Quero»; los
mismos autores dicen también que otra hermana más joven, Encarnación, de 9
años, fue envenenada por los perseguidores con el fin de detener a los hermanos
cuando acudieran al entierro, pero la estratagema no resultó.
Meses después de la detención de
Victoriano Quero, fue detenido también el padre, Francisco Quero Ballesteros.
Su delito: comprar en los cortijos y huertas cercanas a Granada toda clase de
ganado muerto: una vaca que murió de parto, cuatro cabras gelusícas perdidas,
dos marranos disentéricos, y más por el estilo. De la carnicería de Quero
iba todo a los puestos de venta albaicineros o del mercado central, donde se
vendía a los consumidores más o menos de tapadillo, y otra parte se destinaba a
elaboración de chacinas. También fueron detenidos los propietarios de esas
carnicerías que vendían al detall.
A las alturas de finales de 1950
había ya algunos productos de alimentación de venta libre, esto es, que
acababan de dejar de estar racionados. La carne era uno de ellos, pero el
pueblo de alpargata no podía permitirse un buen filete ni aun en fechas
señaladas y a su alcance sólo estaba este tipo de vianda clandestina, sin
preguntarse demasiado de dónde habría salido aquello que echaba al puchero.
Quizá por esa razón abundan en este periodo las noticias en las secciones de
sucesos en las que se da cuenta de la desarticulación de redes dedicadas al
robo indiscriminado de ganado, así como del desmantelamiento de mataderos e
industrias cárnicas furtivas. Del mismo modo, tampoco escaseaban las noticias
de intoxicados por comer productos cárnicos en mal estado, como la que aparece
en Ideal de 16 de diciembre de 1950: veinte personas enfermaron de salmonelosis
por consumir longaniza de dudosa procedencia, y una más padeció una intoxicación
gravísima y estuvo al borde la muerte.
Bodegas de antaño
Una inocentada publicada
por Ideal el 28 de diciembre de 1950, que en realidad era publicidad pagada de
una casa comercial, nos da pie para rememorar aquellas viejas tabernas que
tanto abundaron en Granada hasta no hace demasiado tiempo y que, como tantas
otras cosas que daban personalidad a nuestra ciudad, han desaparecido y apenas queda
ya alguna. Ley de vida. Lo viejo muere antes que después, pero, igual que
sucede con gran parte del comercio tradicional, del que apenas quedan unas
pocas tiendas, lo que ha venido a sustituirlo ha sido algo despersonalizado y
uniformado, establecimientos franquiciados les dicen, multiprovinciales del comercio,
y así pronto va a ocurrir que ya no va a saber uno si está en Granada o en
Almendralejo, por poner un ejemplo, puesto que a donde viaje se va a encontrar
con las mismas tiendas y los mismos bares y cafeterías, todo muy pulcro, eso
sí, pero sin alma ni singularidad alguna.
El anuncio-inocentada consistía en un
plano parcial de la ciudad con determinados puntos señalados en el mismo,
unidos por unas líneas, todo presidido por el titular: «Granada tendrá
calles subterráneas como las grandes capitales». Y al pie del dibujo viene un texto de
unas cuatro o cinco líneas donde se lee que en Granada se van a construir
calles subterráneas que la atravesarán de punta a punta; una empresa americana
será la encargada de ejecutar la obra inmediatamente, que cuenta ya con todos
los permisos y bendiciones. La Granada underground tendrá todos los
adelantos modernos: ascensores, ventilación, alumbrado propio, etc. El promotor
es un empresario granadino, Manuel Muñoz Moya, propietario de la Bodegas
M.M.M., quien quiere procurar a su distinguida clientela la mayor comodidad
para que pueda trasladarse desde la casa central, frente al Hospital de San
Juan de Dios, a cualquiera de sus sucursales, degustando los exquisitos caldos
que se sirven en cada una de ellas «sin ser molestados por los impertinentes
automóviles y tranvías que ponen en peligro sus vidas». Las bocas de
entrada y salida de estas calles subterráneas estarán en el interior de los
establecimientos MMM, pero serán de libre acceso para el público en general,
termina así el comentario.
Como
broma tiene su gracia e incluso si hubiera sido verdad podía representar un
alivio a la siempre congestionada circulación propia de la Granada de ahora
mismo (en la de 1950 todavía no había en la ciudad ni un solo semáforo, que en
realidad no era necesario para el corto parque móvil de entonces).
En el
plano vienen hasta cinco bodegas que a finales de 1950 tenían en su puerta el
reclamo comercial MMM, Las Tres Emes, una cadena hostelera muy popular
en nuestra ciudad. Servidor, por edad, no llegó a conocer todas las que
aparecen en el plano porque algunas de ellas desparecieron pronto, como la de
la esquina de Plaza Nueva con Cárcel Alta, pero las demás sí que fueron por mí
visitadas en alguna ocasión, y también otras que no están porque se debieron
abrir tiempo después, como la de la calle Navas y la que aparece en la Plaza de
Mariana Pineda, trasladada más tarde a la esquina de la misma plaza con la calle
Enriqueta Lozano al ser derribada la casa en cuyos bajos existía.
Las Tres
MMM quizá fueran las más populares de las tabernas que existían en Granada,
pero había muchas más: Lindaraja, Muñoz Rivas, Espadafor, La Alegría, Cortijo
las Cruces, Casa Granados, La Sabanilla, Natalio, Bodegas Castillo, Castañeda,
La Mancha Chica (esas dos últimas son las únicas que todavía existen) y otras
muchas que ahora no recuerdo. Casi todas tenían en común su gran tamaño y
amplitud que ocupaban mesas con sus sillas, al lado de enormes tinajas, y varias
de ellas daban a dos calles. Los grandes toneles de madera para la venta de
vinos y licores a granel y su mostrador de madera donde el tabernero apuntaba
con tiza lo consumido también eran notas comunes. Los precios de las
consumiciones eran bastante más reducidos que en los bares normales, pero a
cambio no ponían tapa, la cual, si se quería, había que adquirirla aparte en un
rincón del local destinado a este fin y a la venta de bocadillos. Algunos de
los locales que fueron ocupados por estos negocios aún se conservan, pero
dedicados a otros menesteres, como el que fue Tres MMM de la calle Monterería,
ahora comercio de ropa de moda.
No
fueron estos negocios pensados para el turismo sino más bien para el personal
autóctono y penibético, pero en Granada y desde hace ya bastantes años, ésa, el
turismo, es la única industria próspera e importante, y de haberse conservado
estas bodegas, en la actualidad formarían otro más de los muchos reclamos para
guiris que ya ofrece nuestra ciudad.
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