EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 24 de enero de 2022

LA HINCHADA QUIERE FICHAR

 La peña Millán rodea al presidente Martín Campos

 

Derrota en Badalona

La siguiente jornada de la 48-49, la once, llevó al Granada a Badalona, equipo de la zona baja y que acabó descendiendo, pero que el domingo 21 de noviembre de 1948, el mismo día en que la democracia orgánica había convocado a las urnas para la elección de concejales por el tercio familiar, derrotó 2-0 al Granada. Según las crónicas el Granada es un claro aspirante al ascenso y jugó un partido bueno y dominó, pero como en otras muchas ocasiones anteriores, fue nulo en ataque. La incorporación de Millán a la delantera no surtió efecto en esta ocasión. Fue novedad en la alineación Toñín, que debutaba en sustitución de Arencibia, lesionado y que ya no volverá a jugar hasta el último partido de la temporada, de Copa del Generalísimo. También Luiqui, ausente desde la segunda jornada por lesión. El resultado adverso hizo al Granada perder un puesto en la clasificación y pasar al cuarto.

Mientras el Granada caía derrotado en Badalona, en Los Cármenes el filial goleaba 4-0 al Esperanza de Jaén en la jornada quinta y última de la primera vuelta y se reafirmaba en el liderato de su grupo. Según las crónicas, a pesar del resultado, fue un partido anodino.

 

Las peñas quieren fichar jugadores

La derrota en Murcia de dos jornadas antes, la 9, y la constatación de la mala actuación de la línea delantera, como en tantos anteriores choques, movió a algunos aficionados a buscar una solución, y así en la prensa del 10 de noviembre apareció una carta abierta firmada por “un grupo de aficionados” en la que dicen que, en vista de las deficientes actuaciones que tarde tras tarde vienen dando determinados elementos de la delantera y teniendo en cuenta las grandes posibilidades de ascenso que existen y la falta de monetario del Granada, proponen abrir una cuestación popular para recaudar fondos con los que adquirir tres o cuatro jugadores de valía.

Una semana después una peña, la del bar Andalucía, fue la primera en responder a la llamada y abrió la suscripción con 500 pesetas recaudadas entre sus peñistas. La segunda lista de donantes aparecida en la prensa la encabeza Manuel Torres Molina con 50 pesetas. Tras esa segunda lista se alcanzó la cantidad de 1.140. En días sucesivos y durante todo el mes de noviembre los diarios granadinos incluyeron listas en las que figuraban nombres y apellidos de los donantes y las cantidades aportadas por cada uno. Hubo muchísimos modestos donativos de diez pesetas, pero tampoco faltaron otros más generosos, de tres cifras, y gran parte del comercio y la hostelería local aportaron sus cantidades.

Las peñas granadinistas, tan activas la temporada pasada, en ésta sin embargo parecían adormecidas hasta que se puso en marcha esta iniciativa. Los presidentes de todas las peñas fueron reunidos por el diario Patria y de esa reunión salió una comisión comandada por el periodista de Patria Daniel Saucedo Aranda, que quedó encargada de intervenir en la aplicación de las cantidades recaudadas y asesorar sobre los jugadores a fichar. Sólo la peña de empleados de Banca y Bolsa se opuso a lo tratado.

La respuesta del club no se hizo esperar y tan solo un día después apareció en los diarios una nota oficial de la directiva en la que se lee que en modo alguno puede permitir que se constituyan comisiones al margen del club para adquirir jugadores ya que esta misión corresponde en exclusiva a sus órganos rectores. En la misma nota el club también hace saber que admitirá de muy buen grado cuantos donativos les ofrezcan aficionados a título particular o comisiones de los mismos, pero que la elección de jugadores para fichar de ninguna manera la delegará en terceros. Ya no se habló más de la cuestión y desconocemos si las cantidades recaudadas fueron finalmente a parar a poder del club o se procedió a devolver lo aportado por cada cual.


Megino, fichaje con la temporada ya empezada


Ficha Megino y debuta en la victoria sobre el Levante

Sin guardar relación alguna con esa colecta de generosos aportadores para fichajes del Granada y pese a que reiteradamente venían apareciendo en la prensa comentarios acerca de la imposibilidad de que el club fichara nuevos futbolistas por ser muy precaria su situación económica, a principios de noviembre comentan los diarios que el Granada está en negociaciones con el Jaén, de tercera, para fichar al extremo blanco Megino, nombre que ya sonó la temporada anterior pero fue descartado porque desde el club vecino se descolgaron pidiendo una cantidad exagerada. En primera instancia el Granada ofreció al Jaén el trueque de su jugador por los granadinistas Díaz y Toñín, y ambos jugaron un amistoso en las filas del Jaén, pero no convencieron. A pesar de todas las dificultades crematísticas, a finales de noviembre y después de la jornada once en la que el Granada cayó derrotado en Badalona, fichó Megino por cuatro temporadas por 65.000 pesetas y un partido amistoso en Jaén.

Un jueves fichó Megino y el domingo siguiente ya se enfundaba la zamarra rojiblanca para ser alineado en el puesto de extremo derecho en el partido de la jornada 12 en el que el Granada derrotó 3-0 al Levante, equipo de la zona media que entrenaba el ex granadinista Antonio Bonet. Según la prensa granadina, nuestro equipo jugó un gran partido de entrega y pundonor y derrotó con toda justicia a los valencianos, cuajando una buena actuación el debutante Megino. Y eso que en principio la alineación rojiblanca hubo que recomponerla por lesiones, enfermedad o circunstancias familiares de varios integrantes de su equipo titular. En la portería se mantuvo Candi, pero en la defensa Toñín acompañó a Lesmes y Rey sustituyó a Millán, quien a su vez se alineó de delantero centro (y consiguió dos de los goles) en lugar del lesionado ariete Morales. La línea media fue por completo novedosa porque la lesión del veterano Arencibia hizo debutar al canterano Montilla, quien venía dando grandes actuaciones en las filas del filial, y para el otro puesto, ante la ausencia de Sosa, que viajó a su tierra natal por estar su padre grave, Almagro retrasó su posición y actuó en el volante izquierdo. En la delantera también hubo novedades con el debut de Megino y la vuelta de Millán al puesto de delantero centro, completando el quinteto Trompi, Fraga y Mas (que marcó el otro gol). Con la victoria el Granada recuperó la tercera plaza, ya a sólo dos puntos del líder Málaga.

El filial Granada B descansó esta semana al no poder jugarse el partido que debía enfrentarle al nuevo Recreativo de Granada, ya la jornada seis y primera de la segunda vuelta. Esta circunstancia fue aprovechada por el Bailén, su más directo rival, para arrebatarle temporalmente el liderato.


 Recorte de Ideal del partido Granada-Levante


En ascenso directo al ganar en Gerona

En la jornada 13 y última de la primera vuelta al Granada le tocaba jugar en Gerona, pero como la siguiente, la 14 y primera de la segunda ronda, suponía un nuevo desplazamiento, a Castellón, la expedición rojiblanca, formada por catorce futbolistas más el entrenador Cholín, el directivo delegado y el masajista, salió para tierras catalanas el jueves antes del partido, despidiéndose hasta diez días después, como era habitual en aquellos años de infraestructuras ferroviarias en precario. Para ayudar económicamente en el doble desplazamiento se cerró un acuerdo para la disputa entre semana de un amistoso en Les Corts frente al Barcelona.

En Gerona el Granada, apoyado desde la grada por un gran número de quintos granadinos haciendo la mili en aquellas tierras, aumentó a cuatro su cuenta de positivos consiguiendo su primera victoria a domicilio por 0-1 ante el once local, equipo de la zona baja. El gol de la victoria lo consiguió Morales, que volvía aún sin estar plenamente recuperado, aprovechando un magnífico pase del recién fichado Megino y, según las crónicas, el Granada fue mejor y ganó con justicia.

Para el diario gerundense Los Sitios, el Granada es sin duda el mejor equipo que esta temporada ha pasado por el campo de Vista Alegre, formado por once atletas duros, fuertes y tenaces y que además saben jugar al fútbol y practicar los modernos sistemas de juego (la WM). Destaca la cerrada defensa de cuatro que dispuso Cholín en toda la segunda parte para conservar la ventaja en el marcador, y también la buena actuación del canterano Montilla, de nuevo en el once titular. También merece comentario favorable la actuación de Candi, cada vez más afianzado en la titularidad; el guardameta se lesionó en un brazo, pero aguantó los noventa minutos. Gracias a la victoria, por primera vez esta temporada el Granada se situó en puesto de ascenso directo, el segundo, a dos puntos del líder Málaga y empatado con el tercero, el Hércules.

Mientras tanto en Los Cármenes el filial Granada B, reforzado con los profesionales de la primera plantilla Laureano Martín, Luiqui y Díaz, derrotó 4-1 al Baeza, otro de los gallitos. Dos horas antes de la celebración del encuentro del Granada B y en el mismo escenario, el nuevo Recreativo de Granada consiguió su primera victoria de la liga al derrotar al Español de Santiago, de Córdoba, por 6-4. La noticia de la fundación de este tercer Recreativo fue recibida en su día con recelo en el seno del club rojiblanco, pero en estos momentos sus relaciones con el Granada habían cambiado a positivo y por esa razón había obtenido autorización de la directiva rojiblanca para jugar como local en Los Cármenes, abandonando el estadio de la Juventud, que venía siendo el escenario de sus partidos caseros, y además había obtenido la cesión de algún elemento del Granada B que no venía siendo utilizado por el míster Manolo Ibáñez.


 Recorte de Mundo Deportivo con dos momentos del amistoso Barcelona-Granada

Amistoso en Les Corts y derrota en Castellón

Tras jugar y ganar en Gerona, la expedición rojiblanca acudió al campo barcelonés de Les Corts para la disputa de un amistoso frente al equipo blaugrana, el miércoles 8 de diciembre de 1948, fiesta en toda España. El Barcelona fue el campeón de la liga 48-49, pero en esos momentos marchaba tercero clasificado, por detrás de Madrid y Atlético de Madrid. Los catalanes jugaron los primeros cuarenta y cinco minutos con su equipo titular, introduciendo cambios en la segunda mitad, entre ellos el del futuro granadinista Manchón, de 18 años, que era la primera vez que disputaba un partido con el primer equipo azulgrana. Y el Granada presentó la misma alineación que en Gerona excepto la reaparición de Sosa, en detrimento del granadino Montilla, y la de Fraga en punta de ataque en sustitución de un tocado Morales. Vencieron los locales 2-1 y las crónicas alaban el buen juego del Granada, en especial en la primera mitad. Mundo Deportivo dice que el Granada desplegó, a ratos, un gran juego.

La expedición del Granada permaneció en Barcelona hasta el sábado, día en el que partió hacia Castellón para disputar el primer partido de la segunda vuelta, jornada 14. En El Sequiol un Granada nuevamente con alineación de circunstancias perdió 1-0 en un partido en el que, según los plumillas levantinos, tuvo mala suerte y fue a encajar ese único gol (marcado por Mamblona, uno de los fallecidos en el accidente del Melilla en Loja tres años después) faltando menos de cinco minutos para el final y por culpa del fuerte viento que hacía en La Plana. A última hora se le presentó al Granada la importantísima baja de Lesmes y esto obligó a recomponer la defensa, actuando Rey de central y Sosa de defensa izquierdo, con Millán por la derecha, y en la delantera la nueva ausencia de Morales hizo jugar a Fraga de 9, como ya lo había hecho en el amistoso de Barcelona. El ventarrón reinante impidió que se viera un juego mínimamente trenzado. La derrota relegó al Granada a la cuarta plaza, aunque sin aumentar su distancia de dos puntos respecto del líder Málaga, que tropezó en esta jornada.

Mientras el Granada era derrotado en Castellón, en Los Cármenes el filial, sin el concurso de ningún profesional, consiguió una nueva victoria por paliza, esta vez frente al Español de Santiago cordobés. El resultado fue de 0-6 porque, aunque el encuentro tuvo como escenario el estadio granadino, en realidad el Granada B actuaba en calidad de visitante porque su rival, que había sido filial del Córdoba, al desligarse de la tutela de éste se había quedado sin campo donde jugar sus encuentros locales, de manera que toda la liga actuó en los campos de sus rivales, tanto como visitante como en calidad de local. Previamente tenía que haberse jugado el partido de la misma categoría entre el Recreativo y el Esperanza de Jaén, pero éste se presentó tarde cuando el encuentro ya había sido suspendido. Simultáneamente a la disputa del partido del filial, en la finca lindera a Los Cármenes el arzobispo Santos Oliveras inauguraba solemnemente las nuevas escuelas del Ave María.


 Cholín, míster de la 48-49

Homenaje a Cholín

Después del partido en Castellón toda la plantilla tomó las vacaciones navideñas y la liga quedó aplazada hasta dos semanas después. El parón fue aprovechado para tributar un homenaje al entrenador de la primera plantilla, Ignacio Alcorta, Cholín, celebrando una cena en el restaurante Los Leones a la que por el precio de 39 pesetas por cubierto asistieron ciento treinta comensales de toda clase y condición social, muchos de ellos sin ninguna vinculación con el deporte. Pepe Millán a los brindis obsequió al homenajeado con un juego de cartera, billetera y petaca en cuero repujado por artesanos granadinos. Cholín agradeció el homenaje y los regalos y dijo que desde la primera vez que vino a nuestra tierra se quedó enamorado de ella y se formó el propósito de quedarse aquí a vivir, y que puesto que sus hijos han nacido en Granada él se consideraba un granadino más. La cena fue no obstante sólo una primera entrega de un homenaje más amplio que estaba previsto y que consistiría en un partido amistoso a celebrar ya en enero y para el cual todavía no se había encontrado adversario. Tras interminables gestiones fue contratado finalmente el At. Madrid, y el día señalado fue el de San Cecilio, o sea, el 1 de febrero, fiesta local.

 

El Granada B, campeón, asciende a Regional Preferente

La primera plantilla se había ido de vacaciones a mediados de diciembre, pero la competición de 1ª Regional no se detuvo. Así el filial el 19 de diciembre se enfrentó al único rival que podía disputarle el campeonato de su grupo, el Bailén, que marchaba un punto por delante, pero con un partido más. En Los Cármenes el Granada B no tuvo demasiados problemas para imponerse a su rival por el tanteo de 2-0, con lo que el campeonato del grupo quedó virtualmente asegurado porque el filial recuperó el liderato y distanció a su rival en un punto más el golaveraje, teniendo en cuenta que al Bailén sólo le quedaba por jugar un último partido mientras que el Granada B todavía tenía que disputar dos encuentros al tener aplazado su enfrentamiento con el Recreativo.

Al domingo siguiente, 26 de diciembre de 1948, en la décima jornada y última del calendario, en La Victoria ante el Esperanza, equipo filial del R. Jaén que actuó reforzado con algún elemento de la primera plantilla, el Granada B se impuso 2-3, consiguiendo así ya matemáticamente el campeonato en solitario del grupo y con él el ascenso a Regional Preferente. La crónica, escrita por un periodista local, dice que el Granada B fue netamente superior y mereció ganar por más amplio margen, pero se le anularon tres goles y además Mas falló un penalti (también reforzaron al filial los integrantes de la primera plantilla Díaz y Luiqui).


 Una formación del filial Granada B

Doble palizón del filial al tercer Recreativo

El partido aplazado de la jornada sexta o primera de la segunda vuelta, entre el Granada B y el nuevo Recreativo, ya sin ninguna trascendencia para la clasificación, se jugó por fin el sábado 1 de enero de 1949 en Los Cármenes, actuando el filial como visitante. Este partido tiene la particularidad histórica de que en él se estrenaron las porterías de Los Cármenes ya con sus postes redondeados, tal como dispuso la Federación a principio de temporada. Con arbitraje del ex del Once Fantasma Eloy Díaz, acabó con el resultado de 1-7 ante poquísimo público en una tarde fría y lluviosa y con el terreno en pésimas condiciones. En el Granada B se alinearon Toñín y Megino, éste por no poder actuar en Copa dado que esta misma temporada ya lo había hecho en las filas del Jaén. Como interior, pero en el otro equipo, salió Almagro II, hermano del jugador de la primera plantilla, que actuaba cedido por el Granada en este tercer Recreativo de efímera vida puesto que sólo existió la temporada que se narra. De esta brillante manera terminaba la segunda liga del equipo filial del Granada, en la que sólo perdió un partido siendo capaz de conseguir 47 goles por 13 encajados.

Los dos mismos contendientes, Granada B y Recreativo, volvieron a verse las caras en el mismo escenario cinco días después, pero ahora para dilucidar el campeón provincial de la Copa de Aficionados. Para llegar a este choque ambos previamente habían eliminado a distintos cuadros de la provincia. El resultado fue una nueva paliza de los blanquiazules, que jugaron sin ningún refuerzo del primer equipo ya que en esta competición, como su nombre indica, sólo podían alinearse jugadores amateur; 9-0 fue el resultado, que muestra bien a las claras la potencialidad del filial rojiblanco así como la debilidad de su oponente. Tres de los goles los encajó el recreativista Vicente (Vicente Díaz), que tuvo que ocupar la puerta ante la expulsión del portero Quinito. De esta manera el Granada B se clasificó para la fase regional de este trofeo que había de enfrentarle con los campeones de otras provincias andaluzas.

 

Victoria en Tomelloso y pase a la siguiente ronda de Copa

Durante las vacaciones de Navidad se sorteó la cuarta eliminatoria de Copa del Generalísimo en la que al Granada le correspondió como rival el Tomelloso, de tercera. Este año la copa tuvo varias eliminatorias previas que disputaron los equipos de los seis grupos de tercera, estando establecido que a partir de la cuarta entraran en juego los equipos de primera y segunda, y se haría a partido único, repartiéndose por mitades la taquilla ambos contendientes. Hasta cuartos de final se mantendría la fórmula de eliminatoria a partido único. La suerte decretó que ese único choque se disputara en tierras manchegas, y ante lo exiguo de la recaudación que se preveía, la directiva inició gestiones para que el partido se jugara en Los Cármenes o en un campo neutral, pero no se llegó a acuerdo dado que el club ciudarrealeño pedía la muy exagerada cantidad de 50.000 pesetas libres de todo gasto además del coste del desplazamiento y manutención en Granada para que el partido se celebrara en Los Cármenes (el Granada ofrecía 35.000).

Así el domingo 2 de enero de 1949 compareció en Tomelloso por primera vez en su historia el Granada, que alineó a todos sus titulares y logró pasar a la siguiente ronda al derrotar a los locales por 0-1, gol de Fraga en un partido malo de solemnidad.

Unos días después, el jueves 6 de enero, compareció el equipo rojiblanco en La Victoria de Jaén para disputar un amistoso con el cuadro local, partido que formaba parte del pago por el traspaso de Megino. Ganó el Granada 2-5 con arbitraje de Morales, otro ex del Once Fantasma de los años treinta. Lo más positivo fue constatar la recuperación del guardameta Valero, ausente por lesión desde hacía más de dos meses.


El Granada que derrotó al Baracaldo. De pie: Lesmes, Millán, Mas, Candi y Rey; agachados: Sosa, Almagro, Trompi, Megino, Fraga y Morales

Victoria ante el Baracaldo con arbitraje de Eloy

Por fin y tras casi un mes de parón, desde el 12 de diciembre, volvió la liga a disputarse el domingo 9 de enero, ya de 1949, con la jornada 15, segunda de la segunda vuelta. El Granada recibía en Los Cármenes al Baracaldo, que esta temporada era filial del Bilbao y estuvo toda la liga en los primeros puestos, así que a priori era temible. Pero ante este cualificado rival el Granada consiguió una victoria por 3-1 que se fraguó en la primera parte, que fue cuando se consiguieron los cuatro goles, en un partido bien jugado por ambos contendientes mientras el terreno de Los Cármenes aguantó, ya que como no paró de llover el estado del césped fue paulatinamente impidiendo trenzar jugadas.

La anécdota estuvo en que el partido comenzó con casi media hora de retraso porque a la hora fijada para el comienzo, cuatro menos cuarto de la tarde, el árbitro designado, el santanderino Celestino Rodríguez Mato, veterano con amplísimo recorrido en primera y segunda, no había comparecido debido a las varias horas de retraso acumuladas por el tren que lo traía a Granada; por esa razón se decidió que el partido fuera arbitrado por un colegiado local, Eloy Díaz, granadino y ex portero del Once Fantasma de los años treinta, tal como prevén las normas reglamentarias y para evitar que una prolongada espera motivara que la noche se cerniera sobre el campo imposibilitando la visión pues en Los Cármenes no había iluminación. La directiva desplazó un coche hasta Iznalloz para recoger en esa estación al árbitro con objeto de ganar tiempo, pero a pesar de todo, cuando llegó por fin el trencilla a Los Cármenes, casi una hora después de lo previsto, su papel fue el de mero espectador y los noventa minutos fueron dirigidos por Eloy, quien no influyó nada en el resultado según las crónicas locales y corroboró el esa tarde espectador Celestino Rodríguez.

Las crónicas destacan por encima de todos al granadino Manolo Almagro, superior en varios codos (dice Fernández de Burgos en Ideal) al resto de jugadores. Con la victoria subió el Granada a la tercera plaza, empatado a puntos con el Málaga, pero uno por debajo de la Real Sociedad.

 

 

 

CALLEJEANDO


Las Cortes de Franco

La democracia orgánica

            Que España desde el final de la Guerra Civil y hasta la muerte de Franco estuvo regida por una dictadura no es precisamente un secreto. El parlamentarismo y los partidos políticos fueron abolidos en todo ese periodo, treinta y seis años largos. No obstante, buscando siempre la aprobación del exterior y para dar la imagen de que en España no imperaba un régimen autocrático feroz, también hubo algunos momentos, muy pocos, en que los españoles fueron llamados a las urnas. Así se hacía ver a quienes mantenían aislada a España y fuera de los organismos internacionales nacidos tras la II GM que el régimen de Franco era en realidad una democracia.   

Democracia sí, pero ¿qué tipo de democracia? ¿La liberal propia de la España de finales del XIX y principios del XX? De ninguna manera podría tolerar el general la vuelta a aquello que, según los ideólogos del franquismo, trajo la ruina y la decadencia a estos predios. Los españolitos, eternos menores de edad para el franquismo, no habrían sabido discernir con criterio propio y usar su voto en el sentido correcto si volvían las trasnochadas retóricas de las peleas políticas y las marrullerías del viejo caciquismo decimonónico. Democracia sí, era lo que necesitábamos, pero con sifón, esto es, siempre dentro de un orden, o sea, la democracia orgánica, la verdadera y real democracia, ya lo dijo el mismísimo Franco. Nada de partidos políticos como en las funestas democracias liberales -las democracias inorgánicas, plaga espantosa per se-, organizaciones artificiales a fin de cuentas. Los órganos naturales de asociación son la familia, el municipio y el sindicato, o sea, donde se nace, se vive y se trabaja, y los españoles podrían participar en la vida política por medio de esas organizaciones naturales. Nada de sufragio universal individualista y fuente de incesantes conflictos y de desunión entre los españoles, en la nueva España corporativista se participaba en política a través de esos órganos naturales y jerarquizados.

Ya lo decía en 1934 el punto 6 de los 27 de que constaba el programa fundacional de Falange Española de las JONS: «Nuestro Estado, será un instrumento totalitario al servicio de la integridad de la patria. Todos los españoles participarán en él al través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará al través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos, con todas sus consecuencias…».

Así, en 1942 nacieron las Cortes, el supuesto órgano superior de participación del pueblo en las tareas del Estado, cuyos miembros serían designados en teoría por los españoles a través precisamente de la familia, el municipio y el sindicato. Pero las Cortes de Franco fueron en realidad un simulacro de parlamento. Nacieron presuntamente para limitar el poder absoluto del dictador, que a partir de ese momento tendría que someter a consulta a este órgano todas las leyes antes de ser sancionadas, luego nacía este organismo como un poder legislativo que debatía los proyectos de ley y los aprobaba o rechazaba por el mecanismo de las mayorías. Pero en la práctica su labor se limitaba a decir ¡si señor, sí señor! a cuanto se le presentaba, la mayor parte de las veces elaborado de espaldas por completo a este seudo Congreso, y además Franco seguía conservando intacta la decisión última de dar validez o no a cualquier disposición legislativa.

Los miembros de esta cámara, los procuradores, fueron en su totalidad designados a dedo desde la creación del organismo, de ellos, unos cincuenta directamente nombrados por el jefe del Estado. Hasta 1967, con la Ley Orgánica del Estado (la última de las Leyes Fundamentales o seudo Constitución franquista), los pretendidos representantes de las familias españolas, uno de esos pretendidos órganos naturales que pretendidamente encauzaban la democracia orgánica, estuvieron ausentes de los escaños del palacio de la Carrera de San Jerónimo. En una fecha ya tan lejana a la instauración de la dictadura como 1967 se dispuso por fin que los procuradores por el tercio familiar serían elegidos directamente por el pueblo mediante sufragio universal, directo y secreto, lo más parecido a unas elecciones libres en una democracia de verdad. Pero las dos veces que se desempolvaron las urnas para que los españolitos votaran a quienes iban a ser sus representantes por el tercio familiar, las dos celebradas con un índice de abstencionismo cercano al 50%, no pasó aquello de otro paripé más y los elegidos fueron siempre personas del Régimen, sin cuyo requisito no se podía siquiera aspirar a presentarse a la elección.


Modelo de papeleta que publicaban los periódicos y podía recortarse para ser usada

Elecciones municipales

La democracia orgánica también debía regir en los ayuntamientos franquistas y estar éstos compuestos por representantes de los llamados tres órganos naturales de participación de la ciudadanía en política a nivel doméstico: familia, sindicatos y entidades económicas, culturales y profesionales. En 1945 el Fuero de los Españoles y la Ley de Bases de Régimen Local establecieron el marco legislativo para la renovación de los ayuntamientos. Se quiso empezar por el tercio familiar, que sería el único en el que se diera la palabra al pueblo, pero sólo a los cabezas de familia, fijando la cita con las urnas para el domingo 21 de noviembre de 1948. Los otros dos tercios también serían renovados, pero se haría con designaciones corporativas, es decir, sin tener que recurrir a votaciones populares, a las que tan alérgicos fueron siempre los aparatos del franquismo. Los alcaldes siguieron siendo nombrados directamente por los gobernadores civiles o por el ministro de la Gobernación.

La elección de concejales por el tercio familiar en Granada, por su población (unos 170.000 habitantes) se traducía en que los nombres de siete personas, la tercera parte del total de ediles, saldrían de las urnas designados por los cabezas de familia granadinos. El procedimiento para la votación consistía en que el elector escribía directamente en la papeleta de votación el nombre de los siete candidatos seleccionados entre un total de dieciocho proclamados. Ni que decir tiene que cualquiera no podía aspirar sin más a munícipe. Los candidatos a morar en la plaza del Carmen tenían que ser obligatoriamente personas de orden y de probada adhesión al Régimen, de lo contrario –obviamente- no podrían superar el filtro previo de la Jefatura Provincial del Movimiento, el Gobierno Civil, que era quien proclamaba a los futuribles.

Que sepamos, sólo una suerte de candidatura oficial hizo algo parecido a una campaña electoral, que se limitó a que los siete nombres de quienes la integraban aparecieran en las páginas de los diarios locales en un recuadro en el que se pedía el voto para esa lista. La encabezaba Juan Ossorio Morales, decano de la facultad de Derecho en nuestra Universidad, futuro alcalde de Granada y futuro presidente del Granada CF; y le acompañaban en la lista de siete otros como el también catedrático (decano de Medicina) Miguel Guirao Gea, que fue quien más votos recibió; también el propietario e industrial, caballero mutilado por la patria, José María Dávila Valverde, quien ya había sido directivo del Granada en la corta presidencia del marqués de las Torres de Orán y también en la de su sucesor, Manuel López Font, en 1945, y que en los cincuenta llegará a presidente del Granada CF; otro era Santiago González Sola, en esos momentos presidente de la Cámara Urbana, quien ya había sido alcalde accidental de Granada durante tres meses en 1919; y también iba en la lista el comerciante Moisés Linares Martín, otro ex directivo del Granada CF cuando el presidente era Juan Diego Pérez de Haro, en la temporada 1944-45. Un procurador de los tribunales, Benito Alguacil González, y un maestro nacional, Andrés Gómez Castaño, completaban la lista. Esos siete fueron los que finalmente resultaron elegidos e ingresaron en la corporación municipal.

En Granada y provincia no hubo el menor incidente durante la jornada electoral y, según datos oficiales, participó el 74% del censo. En trece municipios no hubo votación porque el número de candidatos presentados no superaba el de plazas a cubrir, por lo cual aquéllos quedaban automáticamente proclamados concejales. No obstante, esos datos oficiales deben ser puestos en cuarentena porque fue práctica común en todas las consultas del franquismo en las que hubo que votar algo la de la alteración de los porcentajes de participación dado que todas ellas fueron entendidas desde el poder como un plebiscito sobre el propio Régimen, por lo cual se necesitaban cifras elevadas de participación y reducir al mínimo el número de abstenciones, interpretadas como voto de oposición o descontento. Además, si todos los rígidos mecanismos de control sobre el proceso en sí, los candidatos o los electores, fallaban o los resultados no eran satisfactorios, no había pudor alguno en directamente recurrir al pucherazo y dar oficialidad a unos datos totalmente falseados. Ya lo dijo José Antonio Primo de Rivera: lo mejor que se puede hacer con las urnas es romperlas de un garrotazo.

En Granada todo parece indicar que los votantes fueron poco más de la mitad del censo, y es que la inmensa mayoría de la población consideraba estos simulacros de democracia como una simple pantomima y daba por descontado que los resultados serían siempre los que de antemano hubieran planeado los paniaguados del Régimen.

La retórica oficial a través de los periódicos locales se encargó de resaltar que España había demostrado al mundo cómo, «sin alharacas ni pirotecnia, remozaba sus organismos administrativos por cauces de verdadera democracia (¿?), en un ambiente de orden y decencia, como corresponde a la era feliz que abrió el 18 de julio de 1936.»

Los concejales del tercio sindical, también siete, fueron proclamados una semana más tarde, el 28 de noviembre, entre ellos alguien más con significación en la historia del GCF: del sindicato de la construcción, José Serrano Moleón, quien fue el contratista que se encargó de levantar Los Cármenes en 1934. Luis Rivas Gálvez, otro futuro presidente del Granada CF, sólo obtuvo once votos y no llegó a salir elegido pese a que era uno de los que estaban en las listas. En la elección de estos siete concejales del tercio sindical no participaba nadie ajeno a la organización de los sindicatos verticales franquistas, sino que se verificaba por medio de compromisarios. Por esta vía, andando los años, personas de ideología izquierdista lograron infiltrarse en el esqueleto mismo del Régimen y erosionarlo desde dentro.

Dos semanas más tarde respecto de la primera votación, 5 de diciembre, los concejales elegidos por el tercio familiar y los del tercio sindical, se reunieron y eligieron a su vez a los otros siete del tercio restante, el de representantes de entidades económicas, culturales y profesionales no integradas en la organización sindical, también llamado tercio corporativo. Así quedó totalmente renovado el Ayuntamiento de Granada, al cual dejó de pertenecer como concejal el presidente del Granada CF en esos momentos, Ricardo Martín Campos. El mandato de los nuevos ayuntamientos era por el periodo de tres años.


 Los siete nuevos concejales por el Tercio Familiar

Otoño de 1948

               A principios de octubre la prensa granadina publica el proyecto, recién aprobado por el Consejo de Ministros junto con el presupuesto para su ejecución, del nuevo edificio de Comunicaciones, Correos y Telégrafos de Granada.

Desde muchísimos años atrás estaba previsto el traslado de Correos desde su estrecha e insuficiente sede en los bajos de una casa de vecinos en Reyes Católicos (donde hoy se abre la Plaza de Isabel la Católica) a otros locales más amplios y desde los que se pudiera ofrecer un mejor servicio para una ciudad que no paraba de crecer en población. Con los derribos de La Manigua y la apertura de la calle Ganivet, se presentó la ocasión y se decidió que el nuevo Correos iría en un solar de Puerta Real, y en 1943 se elaboró el proyecto. Pero hete aquí que en 1948 lo único que se había hecho era la tapia que delimitaba el terreno donde se iba a edificar, una tapia, por cierto, asesina, porque en los muchísimos años que estuvo cerrando aquel espacio, al menos dos personas que pasaban despreocupadamente por el céntrico lugar encontraron la muerte al venírseles encima parte de ese muro, vencido por los vientos y las lluvias, pero más que nada por la desidia de quienes no acababan de rematar la obra. Todavía tendrán que pasar ¡¡¡diez años!!!, junio de 1958, para que entrara en servicio la nueva sede granadina de Correos. Y es que ya se sabe lo que ocurre en nuestra tierra con cualquier obra pública, que siempre tarda cuatro veces más que en otros lugares.

            Ideal detalla los pormenores de lo que “en breve” será la casa de Correos. El proyecto es de los arquitectos Luis Lozano y Joaquín Otamendi, el mismo que, en unión de Antonio Palacios, diseñó el palacio de Comunicaciones de Madrid, frente a La Cibeles, hoy sede del Ayuntamiento de la Villa y Corte. Constará de cinco plantas, todas dedicadas al servicio, una de ellas en semisótano, y en la planta baja se abrirá un amplísimo hall, al que se accederá por una escalinata desde la rotonda de Puerta Real y donde irán instaladas las ventanillas de atención al público. Los aparatos telegráficos irán en la primera planta, y el resto se destina a oficinas, despachos y servicios interiores. Los buzones se instalarán en los soportales de la calle Ganivet.

             También en octubre, a mediados, quedaba inaugurada la nueva Facultad de Filosofía y Letras en lo que fue Palacio de los Condes de Luque, más conocido por Palacio de las Columnas o de los Pérez de Herrasti, al final de la calle Puentezuelas, adquirido por el Estado dos años atrás por dos millones de pesetas al que era su propietario, Ramón Contreras y Pérez de Herrasti, y que ha estado en obras de reforma para adaptarlo a sus nuevas funciones docentes. El acto fue presidido por el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín, a quien el día de la víspera se le nombró hijo adoptivo de Granada y se le impuso la medalla de oro de la ciudad.

El séptimo conde de Luque, Cristóbal Fernández de Córdova y Pérez de Barradas, también sexto marqués de Algarinejo y titular de una larguísima lista de otros títulos nobiliarios, entre ellos el de veinticuatro y alférez mayor perpetuo de Granada, fue quien levantó este palacio de corte clasicista para vivienda propia a principios del siglo XIX. Por entonces esa zona constituía los arrabales de la ciudad.

El día anterior se instaló en el centro de la Plaza de la Universidad la estatua de su fundador, el emperador Carlos V, obra del escultor Barral hijo, copia de la que esculpiera en el siglo XVI Pompeyo Leoni, que se encuentra en el Museo del Prado. Todo se realizó dentro de unas jornadas dedicadas a conmemorar el cuarto centenario del nacimiento del Padre Suárez, a las que asistieron varios académicos nacionales y extranjeros además del ministro de Educación, José Ibáñez Martín y el de Justicia, Raimundo Fernández Cuesta.

En noviembre vino a Granada en visita turística la actriz mejicana María Félix, quien no hacía ni un año que había puesto fin a su conflictiva relación con Agustín Lara, el autor de la universal canción Granada, desde 1997 himno oficial de nuestra ciudad. Acompañada del productor Cesáreo González, acababan de terminar el rodaje de su primera película española, Mare Nostrum, y pronto empezaría el de Una Mujer Cualquiera. Sólo estuvieron un día, que dedicaron a visitar Alhambra y Generalife.



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