EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 27 de diciembre de 2021

EMPIEZA LA ERA CANDI

 

 Defensa y portero titular toda la temporada 48-49: Millán, Lesmes, Rey y Candi

 

Modificaciones en el fútbol nacional para la 48-49

El fútbol profesional español se puso serio cara a la temporada 1948-49 y decidió modernizarse dictando una serie de medidas que de alguna manera suponían un lavado de cara en la imagen del deporte. En sesiones de 2 y 3 de julio de 1948 la Federación acordó:

1º- Unificar el peso del balón para cualquier competición nacional; a partir de ahora tendrá que oscilar necesariamente entre 425 y 450 gramos como manda el reglamento FIFA.

2º- Redondear postes y largueros de las porterías de todos los campos españoles, acabando con esas peligrosísimas aristas de los palos, pinchadoras de balones y magulladoras de anatomías. La decisión se limitó en principio sólo a los clubes de primera y segunda, fijando como plazo límite el comienzo de la segunda vuelta de liga.

3º- Se podrá cambiar al portero por lesión.

4º- Todas las camisetas de los futbolistas deberán ir numeradas del 1 al 11.

5º- Los partidos de desempate se limitarán a uno solo, y si después de 90 minutos más una prórroga de media hora continúa la igualada, se seguirá jugando hasta que uno de los dos contendientes consiga un gol (todavía no se habían inventado las tandas de penaltis), o sea, lo que se conoce como muerte súbita.

6º- Resolver los empates clasificatorios teniendo en cuenta sólo los partidos jugados entre sí por los equipos empatados.

Además, se adoptaron otras normas, como la de limitar las fichas profesionales de cada equipo a 25, que entraría en vigor en la siguiente temporada, la 49-50. Y otra fue la de continuar con una primera división de 14 clubes, pero ampliar la segunda a dos grupos también de 14, y la tercera reducirla a seis grupos, asimismo de 14 equipos; esta última medida se dijo en principio que entraría en vigor para la 50-51, pero finalmente la reforma se llevó a cabo para la siguiente temporada, la 49-50, y consistió en la ampliación de la segunda a dos grupos (I y II o Norte y Sur) de 16 equipos cada uno, dejando la tercera con cinco grupos de 18.

La liga española fue innovadora y adelantada a su tiempo en lo que se refiere al redondeo de postes, ya que esa medida no se siguió en otros países hasta bastantes años después. Sin ir más lejos, en el Mundial más próximo a la adopción en el fútbol español del redondeo, el de Brasil 1950, en las numerosas fotografías que hay disponibles pueden verse los postes de las porterías perfectamente cuadrados. Además, en la historia del Barcelona FC siempre se echa la culpa de haber perdido (3-2) la primera final de Copa de Europa que disputó, en 1961 frente al Benfica en Berna, a los postes cuadrados de aquel estadio suizo; hasta ¡seis! balones estrellaron en los postes los azulgrana, que jugaban con un quinteto atacante a base de nada más y nada menos que Kubala, Kocsis, Evaristo, Suárez y Czibor; sin duda, dicen los culés, de haber sido ovalados los postes, como lo eran ya en casi todas partes desde hacía muchos años, alguno de esos balones no habría sido repelido sino que habría terminado dentro de la portería contraria. Desde entonces se conoce a este partido como la final de los postes cuadrados.

Aparte de esas novedosas decisiones, el pleno de la Federación también acordó someter a consulta a los clubes de varias regiones españolas si querían seguir encuadrados en su demarcación federativa actual o preferían cambiar a otra o crear una nueva. Una de esas consultas iba dirigida a los clubes de las provincias de Córdoba y Jaén, en el sentido de si preferían seguir adscritos a la Federación Sur o querían segregarse y pasar a un nuevo organismo, una especie de federación de Andalucía Oriental, junto con los clubes de las provincias de Granada y Almería, que ya lo habían solicitado previamente. Se ve que los cordobeses y jiennenses prefirieron dejar las cosas como estaban y no hubo segregación.


Martín Campos seguirá como presidente


Martín Campos sigue de presidente

            La temporada 47-48 finalizó para el Granada con la celebración de asamblea de socios el día 14 de junio de 1948. En ella Martín Campos manifestó su voluntad de dejar la presidencia y los compromisarios designaron hasta a cinco posibles candidatos a presidente: el propio Ricardo Martín Campos y junto a él Antonio Valverde Arenas, Manuel Morales Souvirón, Diego Garzón Martínez y Jesús Palacios Carbonell.

Desde esa fecha todo lo futbolero en Granada pareció entrar en un estado de catalepsia a excepción de lo tocante al equipo filial, el Recreativo, que estuvo hasta finales de julio jugando la que se llamó Copa Primavera, las únicas noticias deportivas que incluyeron en todo el mes los diarios locales. Casi mes y medio transcurrió sin que la prensa publicara ni siquiera tres renglones hablando del equipo rojiblanco. Hasta primeros de agosto, cuando faltaba poco más de un mes para el comienzo de la liga.

Justo un año antes, en el verano de 1947, el ambientillo futbolero en nada se parecía al desganado de esta pretemporada. La vuelta del presidente Martín Campos había despertado a una afición dormida y entonces surgían las peñas futboleras como setas, y el número de abonados no paraba de crecer. Pero como futbolísticamente la 47-48 fue mala, la efervescencia hinchística de un año atrás se había convertido en una total inacción y apatía que incluso afectaba también a los periodistas deportivos locales.

También al animoso Ricardo Martín Campos le alcanzó la abulia y ya hemos visto que su intención era la de abandonar la presidencia pues la situación del club era ciertamente tirando a negra, y la deuda, ya bien lustrosa -aproximadamente 800.000 del ala- no paraba de crecer. Finalmente decidió Martín Campos seguir al frente del club, pero las dificultades para formar una directiva integrada por hombres pudientes que estuvieran en disposición de aportar potencial económico fueron tremendas. Estaba previsto que Manuel López Font, quien fuera presidente entre 1945 y 1947, ocupara el cargo de primer vicepresidente, pero éste renunció en cuanto volvió de sus vacaciones.

El 4 de agosto de 1948, en los locales de la Agrupación Álvarez Quintero, Colcha 5, tuvo lugar una segunda asamblea de compromisarios a la que asistieron menos de la mitad de los convocados. A lo largo de la temporada anterior se llegó a los cinco mil socios, pero en el momento de la asamblea apenas se llega a mil. El directivo Orozco propuso limitar el número de socios para evitar lo de cada año: cientos de socios de número que se dan de baja en mayo y se reincorporan en septiembre para ahorrarse tres meses de cuotas; o bien crear una nueva figura de socios a los que se conocería como “abonados”, que lo serían sólo por un mes y su cuota iría en función de los partidos que se celebraran en dicho mes.

En esta asamblea se leyeron cartas dirigidas al club por los otros cuatro presidenciables renunciando a presentarse. Martín Campos quedó así confirmado en su cargo de presidente, pero en su intervención dejó claro su desánimo, apostando por no realizar fichajes (a excepción del ya cerrado, Luiqui) y cubrir las bajas con jugadores del filial.


Luiqui, único fichaje del Granada al empezar la temporada 48-49


González baja en la plantilla

            Después de un largo periodo de no saber nada del equipo rojiblanco, por fin el 2 de agosto en el semanario La Prensa (la Hoja del Lunes entre 1940 y 1950), con la firma Seudónimo, aparece un reportaje hablando sobre el Granada. Con el suelto de La Prensa se rompía un largo silencio futbolero, pero desde luego lo que allí puede leerse poco o nada contribuía a levantar el decaído ánimo de la hinchada rojiblanca. En esos momentos no hay directiva ni apenas futbolistas, y dentro de poco hay que soltar 250.000 por pagos a la plantilla. Tienen contrato en vigor Rey, Sosa, Lesmes, Arencibia, Rivera, Fraga, Almagro, Mas y el argentino Laureano Martín. Millán está retenido y Morales ha renovado. Como transferibles están González, Trompi (se piden 75.000 ptas. por cada uno), Toñín y Casafont. Y han causado baja Floro, Ordóñez, Mateo, Ricart, Valero y Sierra (otro de los pocos que quedaban del paso por primera). No obstante, hay ya un nuevo fichaje, un interior y delantero centro recomendado por el míster Cholín, Luiqui, del Badajoz. Seudónimo (creemos que no es otro que Saucedo, de Patria) dice que se necesitan un portero, un defensa y cuatro delanteros si queremos ver al equipo la próxima temporada libre de riesgos, de lo contrario el Granada se hundirá en el pozo de la tercera división.

En la misma asamblea en que Martín Campos quedó confirmado como presidente se dio a conocer que se había concedido la baja a González y a Casafont, quienes habían comprado su libertad. El portero Casafont junto con el medio Sierra ficharon por el Melilla, de tercera pero que acababa de quedarse a las puertas de ascender.

En el plano sentimental la temporada a punto de empezar iba a ser la primera desde hacía nueve en que la alineación rojiblanca no empezara con ese recitado legendario y mágico de Floro, Millán, González. Ya se había marchado Floro, enrolado en el Salamanca. La continuidad de Millán todavía no se había concretado y el ex internacional pedía la luna (crematísticamente hablando) por renovar, porque novias no le faltaban; su renovación se dilató hasta sólo unos días antes del comienzo de la liga. En cuanto al tercero de la terna famosa, González, según una noticia publicada por Ideal a principios de agosto, en la asamblea del Málaga alguien dijo que la defensa blanquiazul era malísima y había que reforzarla, a lo que desde la presidencia se le contestó que González estaba en la puerta esperando para fichar. Esto dio pie a Miranda para hacer uno de sus chistes. Pero el caso fue que también nos quedamos sin uno de los mejores defensas que en toda su historia tuvo nuestro club, quien a los pocos días fichó en firme por el eterno rival.


Candi en acción en su primera temporada granadinista


Llega Candi

Con notable retraso, los entrenamientos del Granada comenzaron el 20 de agosto, casi una semana después de que lo hiciera el Recreativo. Sólo diez futbolistas se presentaron a la primera sesión. Apenas faltaban tres semanas para el comienzo de la liga, pero es que, como ya se ha dicho, el Granada de la 48-49 en pretemporada era un mar de dudas, cargado de deudas, sin apenas jugadores, sin directiva y con muy pocos socios, dudas que alcanzaban incluso a la propia continuidad del club a corto plazo.

El míster y secretario técnico, Cholín, a cada oportunidad que le daban los periodistas locales insistía en la necesidad de realizar al menos un fichaje por línea, pero no había un duro en caja. Un granadino que ya había pertenecido al equipo rojiblanco en primera, el defensa Díaz, en la 43-44, pero que sólo jugó un partido de liga y otro de copa, fue tras Luiqui el segundo fichaje. Una incorporación de bajo perfil (en términos actuales) que apenas supuso desembolso. Pero cercano el final de agosto se anuncia por la prensa el inminente fichaje de un portero a elegir entre Valero, que ya estuvo la temporada anterior y dio muy buen resultado, y Candi, joven guardameta del Valladolid, a quien se esperaba para probarlo y saber sus pretensiones. Finalmente ficharon los dos. Candi llegó a Granada para ser sometido a prueba el 26 de agosto de 1948 y cuatro días después estampó su firma como nuevo jugador del Granada por dos temporadas, iniciando así la larga y fecunda relación del portero gallego con nuestra tierra.

 

De Recreativo a Granada B. Nace el tercer Recreativo

En vista del escaso número de futbolistas con que se contaba, en reunión de 24 de agosto de 1948 y a propuesta del míster y secretario técnico del Granada, Ignacio Alcorta, Cholín, la directiva decidió que el filial desde ese mismo día cambiaba su nombre y pasaría a llamarse Granada B para que indistintamente sus jugadores pudieran actuar en los partidos del primer o segundo equipo sin necesidad de tener que llevar a cabo largos trámites administrativos, se dijo en estos primeros momentos. Al mismo tiempo se procederá al fichaje por la primera plantilla de todos los jugadores del filial.

Fue ésta una medida tomada algo a la ligera y con desconocimiento de la reglamentación federativa que dentro de unos pocos meses dará algún quebradero de cabeza a la mermada directiva. Tanto la temporada a punto de echar a andar como la siguiente el filial llevará el nombre de Granada B, aunque no modificará sus colores blanquiazules ni su técnico, Manolo Ibáñez, ni sus directivos, y sus miembros pasarán a figurar como vocales de la directiva del primer equipo.

Ese abandono de la denominación Recreativo movió a unos aficionados a principios de septiembre de 1948 a crear un nuevo club y ponerle precisamente ese nombre: Recreativo de Granada, anunciando que ya tenían un amistoso concertado en Baza. Lo preside Antonio Fernández Bravo y en su directiva se integran algunos ex recreativistas de los años de la República como Miguel Herranz (tesorero), Rafael Peregrín (contador), Antonio Carmona Ros (vocal) y José Ortiz (vocal), quienes manifestaron a la prensa que la razón de su fundación era que no desapareciera el nombre Recreativo.

La noticia no sentó nada bien en el seno del club rojiblanco, que se apresuró a hacer pública una nota insertada en los diarios en la que se decía que el equipo que con el nombre Recreativo se desplazaba a Baza nada tenía que ver con el del mismo nombre que la anterior temporada fue subcampeón de liga y copa aficionados de Andalucía.

La intención primera de los creadores de este tercer Recreativo era que el nuevo club militara en segunda regional, la categoría inmediatamente inferior a la del filial rojiblanco, el escalón más bajo del fútbol en España por entonces, pero ante la desbandada de clubes que renunciaron a su categoría por no poder afrontar los costes, fue incluido en Primera Regional, en el mismo grupo que el Granada B.

Recordando al Recreativo de la República, “el Once Fantasma”, el uniforme adoptado por el nuevo club fue el de camiseta azul celeste y pantalón blanco, que no eran en realidad los colores oficiales de aquel primer Recreativo, pero que fue la indumentaria que más veces utilizó el club en los años treinta, seguramente por ser las únicas de que pudo abastecerse en el comercio granadino de la época.


Méndez, Jaime, Atanasio, Montilla, Tobalina y Espinosa; agachados: Ros, Cea, Requena, Sueza y Díaz Cara. El Recreativo se llama ahora Granada B


Sólo un partido de pretemporada

Con menos de dos semanas de entrenamiento y faltando sólo una para el comienzo de la liga, el Granada se presentó ante su afición el primer domingo de septiembre enfrentándose al Coria, de tercera, equipo filial esta temporada del Sevilla y entrenado por Campanal. Ante poquísimo personal, el resultado fue de victoria 6-1 de los rojiblancos. Fue su único partido de pretemporada.

En el once inicial formaron todos los profesionales de la plantilla (sólo había doce profesionales en ese momento) a excepción de Trompi, que seguía en situación de transferible y había ofrecido a la directiva por su libertad una suma muy por debajo de la que se pedía para dejarlo marchar. A lo largo del partido entraron varios jugadores del filial y también el granadino recién fichado Díaz, y el triunfador fue el ariete Morales, autor de cuatro goles, en un partido muy aburrido a pesar del tanteo final, según las crónicas.

Fue este partido la primera vez que Candi se alineó con el Granada, pero las crónicas del envite dicen que apenas le tiraron, aunque también se le vieron ciertos defectos por lo que no se puede tener un juicio exacto de su nivel como portero. Aparte de Candi, en esos momentos sólo se contaba para la portería con el guardameta del filial, Espinosa.

 

Mínima victoria ante el Castellón en la primera jornada

            El día 12 de septiembre de 1948 se disputó la primera jornada de la liga en sus tres primeras categorías. El Granada, igual que en la temporada anterior, rompió el fuego recibiendo al Castellón, pero esta vez la cosa fue muy distinta y no acabó en escándalo, quizá porque el árbitro no era el polémico Gojenuri, y nuestro equipo venció a los de La Plana, aunque por la mínima, 1-0 gol del ariete Morales. Los dos contendientes utilizaron la WM, sistema que a partir de esta temporada será desarrollado por la práctica totalidad de los equipos españoles y que tendrá la consecuencia inmediata de que en las crónicas de los partidos ya las alineaciones no se incluyan por el esquema que venía siendo habitual desde que los periódicos empezaron a informar sobre partidos de fútbol, hacía más de cincuenta años, o sea el 1-2-3-5, sustituido por el 1-3-2-5. Por esa misma razón, por emplear ambos equipos el mismo esquema y también por la gran actuación del guardameta castellonense Guillermo, el cronista de La Prensa dice que no fue más amplio el tanteo y que la victoria del Granada fue justa, aunque el partido no fue bueno.    Trompi, renovado la semana previa, volvió a jugar y además estuvo a buen nivel. El mejor fue Sosa, a quien no afectó el mayor trabajo que tenía que desarrollar en la zona ancha con el posicionamiento de la WM.

Las críticas se las lleva Candi, de quien dice Seudónimo que afortunadamente le tiraron poco porque se le vio nervioso y falló en un balón fácil y flojo que le llegó, «No hay seguridad ni confianza en Candi», concluye su crónica en La Prensa. Tres días después fichó Valero, el guardameta que acabó la temporada anterior siendo titular en el Granada. 

            En cambio, para Fernández de Burgos en Ideal, el Granada jugó un gran partido y se pareció mucho al que terminó la temporada anterior en muy buena forma, y si no ganó por más goles, como mereció, fue por la actuación del meta castellonense. La única pega que encuentra es que el equipo está con lo puesto y que en cuanto haya una lesión de un titular no hay nadie que lo pueda suplir porque los jóvenes del filial todavía están muy verdes.

            En el Castellón jugó como delantero centro Mamblona, futbolista que tiene vinculación con Granada porque fue una de las tres víctimas mortales del accidente sufrido por el autobús del Melilla en Loja tres años después, cuando viajaban a Valencia y chocaron con un camión.


 Maolico no vio bien a Candi en su debut


Primera salida y paliza en Baracaldo

            Después de vencer al Castellón en la primera jornada, salió el equipo rumbo al norte de la Península para no volver hasta dos semanas después ya que las jornadas dos y tres eran sendos partidos a domicilio, en Baracaldo y Ferrol. Dado que Cholín era el míster del equipo, cantado estaba que la expedición granadinista sentara sus reales en el pueblo guipuzcoano de Tolosa.

Y mientras los rojiblancos se desplazaban a Vascongadas (nada de País Vasco y mucho menos Euskadi en aquellos años) y a Galicia, Los Cármenes no quedó ocioso porque fue utilizado por el equipo de la Real Sociedad, que tenía que jugar sucesivamente en Málaga y Murcia. La expedición donostiarra se afincó más de una semana en Granada y utilizó, con permiso, naturalmente, las instalaciones granadinistas para la preparación de los dos partidos. Esos dos partidos como forastero los perdió, pero el equipo de San Sebastián acabó la liga como campeón y ascendió a primera.

            En el primero de los partidos a domicilio el Granada cayó amplísimamente derrotado 5-1 en el campo de Lasesarre, donde, según las crónicas, no ofreció un mal encuentro y no debió perder por tanta diferencia, pero determinados fallos atrás fueron decisivos. En el puesto de extremo izquierdo actuó el canterano Díaz Cara en sustitución de Mas. El Baracaldo, con el internacional Venancio, del Bilbao, como goleador, no tuvo excesivos problemas para ganar el partido.

            En la crónica de Ideal, que firma José María Mateos se lee que los dos equipos quisieron jugar a la WM, pero no saben. El ex seleccionador dice que para poner en práctica la WM no basta con retrasar al medio centro y hacerlo jugar como un defensa más, sino que hacen falta más cosas, como es el apoyo de los interiores a la zona ancha, cosa de la que adolecieron ambos contendientes. Para Mateos el Granada ha perdido la que fue su principal característica, su juego de pase corto y raso, y ahora practica en exceso el balón largo y eso beneficia a un oponente como el equipo vasco. A Candi lo culpa de dos de los goles por salidas en falso, pero varios días después, en la víspera del partido en Ferrol, unas declaraciones de Cholín a la prensa aclararon que el portero del Granada en Lasesarre no fue Candi sino el recién fichado Valero.


 Los cinco goles de Baracaldo no se los hicieron a Candi sino a Valero, recién fichado


Un positivo en El Inferniño

            Valero repitió en la puerta y fue el rojiblanco más destacado en el segundo partido de la gira, en El Inferniño del Ferrol, donde el Granada arrancó un positivo merced al empate a un gol que se trajo. La crónica de Hoja del Lunes de La Coruña dice que fue un partido caracterizado por el peloteo insulso que prodigaron unos y otros, o sea, aburridísimo. Según dicha crónica, el gol del empate del Granada lo consiguió “Diácora” [sic] con un tiro lejano que con mucha suerte sorprendió al guardameta local, que no era otro que Juanito Alonso, el portero del Madrid de sus cinco primeras copas de Europa; suponemos que la Hoja del Lunes gallega se refiere al granadino Díaz Cara como autor del gol granadinista, quien repitió alineación, pero en otras crónicas se señala como autor de dicho gol al delantero Morales, que con éste llevaba ya tres tantos (los únicos tres marcados hasta el momento por el Granada) pues también consiguió el del honor en Baracaldo.   

En este partido se estrenó por fin Laureano Martín, después de más de un año sin intervenir en un partido oficial, pero pasó desapercibido; la enfermedad del interior Luiqui, vuelto a Granada antes que el resto de la expedición, propició el debut del argentino.

El arbitraje corrió a cargo de Álvarez Santullano, que no convenció, pero tampoco tuvo que pasar por el mal trago de dos temporadas atrás en el campo de Atocha, donde por poco sale magullado en un partido en el que a los jugadores del Granada les tiraron desde las gradas hasta zapatos.

 

 

 

 

CALLEJEANDO

 

Homenaje a Natalio Rivas

            Desde marzo de 1946, venía hablándose en Granada, en sus altas esferas, de la conveniencia de organizar un homenaje a Natalio Rivas. Fue iniciativa de José María Fontana cuando todavía era gobernador civil y a tal efecto se estableció una junta provincial presidida por el propio Fontana y en la que estaban representadas todas las fuerzas vivas de la provincia, incluidos el alcalde de Albuñol y el delegado comarcal de Ugíjar. Acordaron solicitar del Ayuntamiento de Granada la concesión a don Natalio de la medalla de oro de la ciudad, así como pedir a la Diputación el nombramiento del político alpujarreño como presidente honorario de la misma. También se proyectó la confección de un volumen donde se recogieran con detalle todos los beneficios logrados para Granada por el viejo prócer.

De las tres cosas previstas sólo se hizo la primera. El Ayuntamiento efectivamente acordó conceder a Natalio Rivas la medalla de oro de la ciudad en sesión extraordinaria de 27 de marzo de 1946 (era la primera vez en la historia que se aprobaba tal disposición), pero el homenaje proyectado se fue posponiendo hasta algo más de dos años después, junio de 1948.


Natalio Rivas en sus tiempos de ministro decimonónico de Instrucción y Bellas Artes

Una vez confirmada la celebración del acto, la figura del viejo político volvió a la actualidad de los medios de comunicación y cuando faltaban escasos días para que se celebrara el homenaje, Ideal publicó una larga entrevista a Natalio Rivas en la que dice que a sus 83 años se encuentra en perfecto estado físico y come de todo, y que su único achaque es la sordera por lo que tiene que valerse de una trompetilla; también dice que pasa muchas horas en las bibliotecas y las hemerotecas y archivos. Apartado de la política desde que en 1923 el general Primo de Rivera disolviera el Parlamento, en esos momentos, junio de 1948, no detenta ningún cargo público (aunque pronto, en menos de un año, será nombrado Procurador en Cortes por designación directa de Franco). Ya no ejerce como abogado, su principal ocupación, y aparte de pasearse todo Madrid y acudir los viernes a las sesiones de la Academia de la Historia, de la que es miembro, sólo se dedica a escribir columnas para diversos medios de comunicación, labor que realiza a diario hasta altas horas de la madrugada y que es prácticamente su única fuente de ingresos.

La entrevista, realizada en el domicilio madrileño de Rivas, se desarrolla en una estancia presidida por sus memorias, escritas a mano y encuadernadas en no menos de cincuenta tomos, donde se recoge la historia viva de España desde 1901 hasta 1931, memorias de las que dice Rivas que no quiere publicarlas y que, junto a su abundante material de archivo, piensa donarlas a la Academia de la Historia a su muerte.

Es ésa, la de escritor e historiador, la segunda faceta destacable en una personalidad tan arrolladora y de tantos matices como la de Natalio Rivas Santiago, nacido en Albuñol en 1865, que es mucho más conocido como político de la Restauración, encuadrado en el Partido Liberal, faceta en la que se inició en sus años mozos en Granada, en los tiempos del turnismo pacífico, cuando llegó a ser presidente de la Diputación, saliendo después elegido diputado a Cortes por Órgiva en todos los comicios entre 1901 y 1923. En ese periodo ocupó distintos altos cargos políticos, llegando a ser ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes unos meses, entre 1919 y 1920. En febrero de 1936 resultó elegido diputado a las Cortes de la República por la coalición de derechas, pero esos resultados fueron anulados en la provincia de Granada y repetida la votación tres meses después, ganando la candidatura del Frente Popular.

Hablar de Natalio Rivas es hablar también de caciquismo, o sea, esa dominación o influencia ejercida por una persona en un pueblo o una comarca, esa cosa tan propia de la política española de finales del XIX y principios del XX según la cual el cacique convertía en clientes a todos o a la mayor parte de los que habitaban su zona de influencia asegurándose salir elegido una y otra vez a cambio de algún favor menor, un fenómeno tan enquistado en la sociedad española que aún hoy se puede decir que sigue muy vivo en la España de las autonomías. Para muchos es don Natalio el prototipo del cacique granadino. Pero tanto durante sus años de diputado como a partir de 1923, ya sin ninguna vinculación directa con el poder, lo que será el albuñolense es una especie de cónsul alpujarreño y granadino en Madrid que practica indiscriminadamente el favor, la recomendación y la ayuda personal, sin mirar demasiado la condición de la persona que lo solicita. Ya saben, eso a lo que tan aficionados somos los españoles de, ante cualquier problema con la Administración o ante cualquier trámite legal que ha de ser cumplido, tomar el atajo de acudir a una amistad en lugar de seguir el protocolo establecido por las leyes (…que mi niño entra en Quintas, … que no me han contestado en mi solicitud de subvención por el pedrisco, …que quiero que me sea adjudicada la vacante tal en el sitio cual, …ve a ver a don Fulanito, que trabaja en el Ministerio de tal o que conoce a Menganito, dile que vas de mi parte). Sus biografías también destacan que de toda esa actividad favorecedora de otros no obtuvo más ventaja que la de ser muy conocido y querido, hasta el punto de que a pesar de ser un hombre público no tuvo nunca enemigos.

Bueno, eso y los jamones de Trevélez que en agradecimiento solían regalarle los favorecidos. Se cuenta que desde el mismo rey Alfonso XIII hasta el más humilde jornalero alpujarreño, alguna vez, jamón en ristre, recurrieron a don Natalio para que éste moviera sus innumerables hilos de influencia y consiguiera lo que se le pedía. Hasta el mismísimo Franco cuando todavía no había alcanzado el generalato se cuenta que en alguna ocasión se dirigió al político granadino solicitando su intermediación en un asunto. Además, durante sus años de político de primera fila favoreció todo lo que pudo distintos intereses de nuestra provincia, por la que ningún otro político nunca hizo tanto, dicen.


Natalio Rivas en un mitin en Albuñol en 1936

En la entrevista de Ideal se comenta que ya don Natalio no organiza a diario tertulias en su domicilio, como fue su costumbre durante muchos años, hasta que estalló la Guerra Civil, ahora esas tertulias se limitan a los domingos y días de fiesta, pero no se toca la política ni por asomo, de lo que se habla es de literatura. Y es que otra de las cosas que se recuerda y se destaca de Rivas es su papel de esmerado anfitrión en sus famosas tertulias de su domicilio madrileño de la calle Velázquez, las tertulias del jamón, le decían, por las que en los años veinte y treinta pasó todo aquel que en España era alguien, políticos, toreros, militares (incluidos Franco y Millán Astray, inmortalizados junto a Natalio Rivas en una escena de la película muda La Malcasada), aristócratas, artistas del cine y la canción… Nadie con significación en aquellos años quería quedarse sin pasar por la casa de Rivas y departir de lo divino y lo humano mientras todos se ponían púas de vinillo costa y jamón alpujarreño.

«Mi Natalio será ministro», dicen que dijo su señora madre cuando éste era un niño. Ya mostraba por entonces sus dotes diplomáticas y su simpatía, que es el rasgo de su carácter que más resaltan todos aquellos que lo conocieron y trataron, algo que le hacía ser amigo de todo el mundo por encima de credos políticos, y que le abría todas las puertas.

El 19 de junio de 1948 llegó en automóvil particular a Granada Natalio Rivas acompañado de un buen número de familiares, y al día siguiente, domingo por la mañana, en el Ayuntamiento le fue impuesta la medalla de oro de la ciudad concedida dos años atrás, en un acto solemne presidido por el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín, y con presencia del director general de Arquitectura y arquitecto conservador de la Alhambra Francisco Prieto-Moreno en representación del ministro de la Gobernación, además de todas las fuerzas vivas penibéticas. A las dos de la tarde le fue ofrecida una comida-homenaje en el hotel Alhambra Palace a la que concurrieron más de doscientos comensales y en la que volvieron a dedicar a los presentes un largo parlamento tanto el propio homenajeado como el alcalde y el ministro. Al día siguiente hubo un nuevo homenaje, pero éste tuvo como lugar de celebración el pueblo natal del viejo político, Albuñol, hasta donde se desplazaron gran parte de las autoridades locales y provinciales que ya lo habían acompañado en su homenaje de la capital, incluido el ministro Ibáñez Martín.

 

Tyrone Power asediado en Granada

            En 1948 ya empezaban a venir turistas a porrillo a nuestra tierra, algunos a bordo de impresionantes cochazos americanos como barcos que causaban sensación. El Mercury descapotable color marfil y tapizado en cuero verde oscuro, matrícula de Nueva York, que apareció por Granada el 10 de julio, era de esos. A bordo y conduciendo venía el mismísimo Tyrone Power, y su destino era el Alhambra Palace. Eso informa Ideal, al que el actor declaró que venía de Málaga de turismo y pensaba estar sólo un día, pero que como le habían dicho que Granada encierra tantas cosas interesantes y bellas, posiblemente se quedara un día más, para seguir después a Madrid, Barcelona y Roma, donde le esperaban para el rodaje de El Príncipe de los Zorros, ambientada en la Italia de los Borgia.


Miranda en Ideal sobre la visita de Tyrone Power

Venía acompañado de la señorita mejicana Blanca Rosa Walter, su secretaria, y del escritor y publicista yanqui James Frederic Denton. En los diarios españoles de aquellos años, para referirse a todo lo que viniera, personas o cosas, de USA, se empleaba el término “yanqui”, epíteto tras el que se adivina cierto desprecio y resentimiento. Asimismo, si una mujer no estaba casada, señorita era a todos los efectos. Y esa señorita que presenta el diario como la secretaria de Tyrone Power, en realidad su novia o amante, y con el nombre de Blanca Rosa Walter, no era otra que la también actriz Linda Christian, que ya había protagonizado junto a Johny Weissmuller Tarzán y las Sirenas, y a quien la revista Life apodó “la bomba anatómica”. Un año después, en Roma, Tyrone Power y Linda Christian se casaron y tuvieron dos hijas, la mayor fue la cantante Romina Power.

Ideal comenta sobre Power su acreditada catolicidad y señala que en Sevilla, hacía pocos días, se había ganado la simpatía de todos al manifestar a la prensa que había viajado a esa ciudad para orar ante la Virgen de la Macarena y el Señor del Gran Poder, y previamente, nada más desembarcar en Lisboa, había visitado el Santuario de Fátima, al que describe como algo maravilloso.

Al día siguiente a su llegada, los viajeros recorrieron la Alhambra y el Generalife, pero, según informa la prensa, no pudieron admirar tranquilos nuestros monumentos porque fueron continuamente asediados por legiones de admiradoras a la caza de autógrafos que, a base de formar una barrera humana, sin que faltaran los empujones y los pisotones, le impedían literalmente avanzar. Tanto se pusieron pesadas las de la libretilla y el lápiz que Power se vio obligado a volver a su hotel sin completar su visita a los palacios y sin que le valiera de mucho la estratagema de dejar aparcado su haiga y utilizar un taxímetro [sic], ya que en la puerta del Palace había aún más personal esperándolo.

Quizá por esa razón, sólo estuvieron en nuestra tierra un día, y al siguiente se marcharon rumbo a los madriles no sin antes manifestar a los plumillas granadinos que España es mucho más hermosa de lo que había imaginado, y que Sevilla, Algeciras y Granada le parecían ejemplares únicos. También dijo que, si las circunstancias futuras se lo permitían, le gustaría vivir algún tiempo en España. Pero en España, en Madrid, no vivió, sino que murió diez años después, en 1958, con 44, de un infarto mientras rodaba la película Salomón y la Reina de Saba.


Distintas maquetas aspirantes a monumento a los héroes granadinos de la Independencia

Monumento a los héroes granadinos de la Guerra de la Independencia

En la misma sesión del pleno municipal en la que en marzo de 1946 el Ayuntamiento acordó conceder la medalla de oro de la ciudad a Natalio Rivas, también se aprobó por la corporación la construcción de un obelisco en mármol que habría de instalarse en pleno centro de la plaza del Carmen y que sería un homenaje granadino a sus héroes de la guerra de Independencia contra los franceses, y llevaría en cada una de sus caras las efigies en bronce de: Álvarez de Castro, defensor de Gerona, Pérez de Herrasti, defensor de Ciudad Rodrigo, Manuel Atienza, el alcalde carbonero de La Peza, que fabricó un cañón de encina contra la francesada, y el alcalde guerrillero Caridad, de Otívar, terror de gabachos por la Sierra de Cázulas y lo que hoy conocemos como Costa Tropical.

La presentación de proyectos y maquetas se llevó a cabo algo más de un año después, pero, al igual que sucedió con el homenaje a Natalio Rivas, la cosa quedó aparcada y sin fecha hasta que en julio de 1948 se resolvió el concurso y de los siete proyectos que concurrieron salió ganador y premiado con 10.000 pesetas el modelo que presentó Damián Villar González, profesor de la Escuela de Artes y Oficios que, con el lema “Mayo”, consistía en un monolito sobre un basamento con cuatro pequeñas fuentes en cada uno de sus lados, decorado con figuras alegóricas. El proyecto llegó a estar ultimado, firmado por el arquitecto Alfredo Ramón-Laca Primo (futuro directivo del Granada), y su coste se estimó en algo más de 400.000 pesetas.

Meses después, en febrero de 1949, se publicó en la prensa que el proyecto había sido nuevamente modificado y que consistiría básicamente en un monolito sobre una fuente en su base por cada uno de los cuatro lados, todo sobre un cuadrado de siete metros, un segundo cuerpo con la exposición de los cuatro héroes penibéticos y un tercer cuerpo superior consistente en un obelisco que alcanzaría la altura del reloj de la fachada del Ayuntamiento, todo con un aire barroco y confeccionado entero con materiales granadinos. En esta modificación ha desaparecido uno de los cuatro paladines que en principio iban a aparecer: el alcalde carbonero de La Peza, sustituido por el cadete Juan Vázquez Afán de Ribera, defensor de Monteleón.

No sabemos el porqué de que la cosa se quedara en proyecto, quizá fuera el elevado coste del monumento el motivo último de que no pasara a mayores. El caso es que ésta fue otra de las reformas previstas por Gallego Burín que no llegaron a plasmarse en la realidad.


El monumento a los héroes granadinos que no pasó de proyecto

 

 

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