Modificaciones en el fútbol nacional para la 48-49
El fútbol
profesional español se puso serio cara a la temporada 1948-49 y decidió
modernizarse dictando una serie de medidas que de alguna manera suponían un
lavado de cara en la imagen del deporte. En sesiones de 2 y 3 de julio de 1948
la Federación acordó:
1º- Unificar el peso del balón para cualquier competición nacional; a
partir de ahora tendrá que oscilar necesariamente entre 425 y 450 gramos como
manda el reglamento FIFA.
2º- Redondear postes y largueros de las porterías de todos los campos
españoles, acabando con esas peligrosísimas aristas de los palos, pinchadoras
de balones y magulladoras de anatomías. La decisión se limitó en principio sólo
a los clubes de primera y segunda, fijando como plazo límite el comienzo de la
segunda vuelta de liga.
3º- Se podrá cambiar al portero por lesión.
4º- Todas las camisetas de los futbolistas deberán ir numeradas del 1
al 11.
5º- Los partidos de desempate se limitarán a uno solo, y si después de
90 minutos más una prórroga de media hora continúa la igualada, se seguirá
jugando hasta que uno de los dos contendientes consiga un gol (todavía no se
habían inventado las tandas de penaltis), o sea, lo que se conoce como muerte
súbita.
6º- Resolver los empates clasificatorios teniendo en cuenta sólo los
partidos jugados entre sí por los equipos empatados.
Además, se
adoptaron otras normas, como la de limitar las fichas profesionales de cada
equipo a 25, que entraría en vigor en la siguiente temporada, la 49-50. Y otra
fue la de continuar con una primera división de 14 clubes, pero ampliar la
segunda a dos grupos también de 14, y la tercera reducirla a seis grupos, asimismo
de 14 equipos; esta última medida se dijo en principio que entraría en vigor
para la 50-51, pero finalmente la reforma se llevó a cabo para la siguiente
temporada, la 49-50, y consistió en la ampliación de la segunda a dos grupos (I
y II o Norte y Sur) de 16 equipos cada uno, dejando la tercera con cinco grupos
de 18.
La liga española
fue innovadora y adelantada a su tiempo en lo que se refiere al redondeo de
postes, ya que esa medida no se siguió en otros países hasta bastantes años
después. Sin ir más lejos, en el Mundial más próximo a la adopción en el fútbol
español del redondeo, el de Brasil 1950, en las numerosas fotografías que hay
disponibles pueden verse los postes de las porterías perfectamente cuadrados.
Además, en la historia del Barcelona FC siempre se echa la culpa de haber
perdido (3-2) la primera final de Copa de Europa que disputó, en 1961 frente al
Benfica en Berna, a los postes cuadrados de aquel estadio suizo; hasta ¡seis! balones
estrellaron en los postes los azulgrana, que jugaban con un quinteto atacante a
base de nada más y nada menos que Kubala, Kocsis, Evaristo, Suárez y Czibor;
sin duda, dicen los culés, de haber sido ovalados los postes, como lo eran ya
en casi todas partes desde hacía muchos años, alguno de esos balones no habría
sido repelido sino que habría terminado dentro de la portería contraria. Desde
entonces se conoce a este partido como la final de los postes cuadrados.
Aparte de esas novedosas decisiones, el pleno de la Federación también
acordó someter a consulta a los clubes de varias regiones españolas si querían
seguir encuadrados en su demarcación federativa actual o preferían cambiar a
otra o crear una nueva. Una de esas consultas iba dirigida a los clubes de las
provincias de Córdoba y Jaén, en el sentido de si preferían seguir adscritos a
la Federación Sur o querían segregarse y pasar a un nuevo organismo, una
especie de federación de Andalucía Oriental, junto con los clubes de las
provincias de Granada y Almería, que ya lo habían solicitado previamente. Se ve
que los cordobeses y jiennenses prefirieron dejar las cosas como estaban y no
hubo segregación.
Martín Campos sigue de presidente
La temporada 47-48
finalizó para el Granada con la celebración de asamblea de socios el día 14 de
junio de 1948. En ella Martín Campos manifestó su voluntad de dejar la
presidencia y los compromisarios designaron hasta a cinco posibles candidatos a
presidente: el propio Ricardo Martín Campos y junto a él Antonio Valverde
Arenas, Manuel Morales Souvirón, Diego Garzón Martínez y Jesús Palacios
Carbonell.
Desde esa fecha
todo lo futbolero en Granada pareció entrar en un estado de catalepsia a
excepción de lo tocante al equipo filial, el Recreativo, que estuvo hasta
finales de julio jugando la que se llamó Copa Primavera, las únicas noticias
deportivas que incluyeron en todo el mes los diarios locales. Casi mes y medio
transcurrió sin que la prensa publicara ni siquiera tres renglones hablando del
equipo rojiblanco. Hasta primeros de agosto, cuando faltaba poco más de un mes
para el comienzo de la liga.
Justo un año antes,
en el verano de 1947, el ambientillo futbolero en nada se parecía al desganado
de esta pretemporada. La vuelta del presidente Martín Campos había despertado a
una afición dormida y entonces surgían las peñas futboleras como setas, y el
número de abonados no paraba de crecer. Pero como futbolísticamente la 47-48
fue mala, la efervescencia hinchística de un año atrás se había convertido en
una total inacción y apatía que incluso afectaba también a los periodistas
deportivos locales.
También al animoso
Ricardo Martín Campos le alcanzó la abulia y ya hemos visto que su intención
era la de abandonar la presidencia pues la situación del club era ciertamente tirando
a negra, y la deuda, ya bien lustrosa -aproximadamente 800.000 del ala- no
paraba de crecer. Finalmente decidió Martín Campos seguir al frente del club,
pero las dificultades para formar una directiva integrada por hombres pudientes
que estuvieran en disposición de aportar potencial económico fueron tremendas.
Estaba previsto que Manuel López Font, quien fuera presidente entre 1945 y
1947, ocupara el cargo de primer vicepresidente, pero éste renunció en cuanto
volvió de sus vacaciones.
El 4 de agosto de
1948, en los locales de la Agrupación Álvarez Quintero, Colcha 5, tuvo lugar
una segunda asamblea de compromisarios a la que asistieron menos de la mitad de
los convocados. A lo largo de la temporada anterior se llegó a los cinco mil
socios, pero en el momento de la asamblea apenas se llega a mil. El directivo
Orozco propuso limitar el número de socios para evitar lo de cada año: cientos
de socios de número que se dan de baja en mayo y se reincorporan en septiembre
para ahorrarse tres meses de cuotas; o bien crear una nueva figura de socios a
los que se conocería como “abonados”, que lo serían sólo por un mes y su cuota
iría en función de los partidos que se celebraran en dicho mes.
En esta asamblea se
leyeron cartas dirigidas al club por los otros cuatro presidenciables
renunciando a presentarse. Martín Campos quedó así confirmado en su cargo de
presidente, pero en su intervención dejó claro su desánimo, apostando por no
realizar fichajes (a excepción del ya cerrado, Luiqui) y cubrir las bajas con
jugadores del filial.
González baja en la plantilla
Después de un largo
periodo de no saber nada del equipo rojiblanco, por fin el 2 de agosto en el
semanario La Prensa (la Hoja del
Lunes entre 1940 y 1950), con la firma Seudónimo, aparece un reportaje
hablando sobre el Granada. Con el suelto de La Prensa se rompía un largo
silencio futbolero, pero desde luego lo que allí puede leerse poco o nada
contribuía a levantar el decaído ánimo de la hinchada rojiblanca. En esos
momentos no hay directiva ni apenas futbolistas, y dentro de poco hay que
soltar 250.000 por pagos a la plantilla. Tienen contrato en vigor Rey, Sosa,
Lesmes, Arencibia, Rivera, Fraga, Almagro, Mas y el argentino Laureano Martín.
Millán está retenido y Morales ha renovado. Como transferibles están González,
Trompi (se piden 75.000 ptas. por cada uno), Toñín y Casafont. Y han causado
baja Floro, Ordóñez, Mateo, Ricart, Valero y Sierra (otro de los pocos que quedaban
del paso por primera). No obstante, hay ya un nuevo fichaje, un interior y
delantero centro recomendado por el míster Cholín, Luiqui, del Badajoz. Seudónimo
(creemos que no es otro que Saucedo, de Patria) dice que se necesitan un
portero, un defensa y cuatro delanteros si queremos ver al equipo la próxima
temporada libre de riesgos, de lo contrario el
Granada se hundirá en el pozo de la tercera división.
En la misma
asamblea en que Martín Campos quedó confirmado como presidente se dio a conocer
que se había concedido la baja a González y a Casafont, quienes habían comprado
su libertad. El portero Casafont junto con el medio Sierra ficharon por el
Melilla, de tercera pero que acababa de quedarse a las puertas de ascender.
En el plano
sentimental la temporada a punto de empezar iba a ser la primera desde hacía nueve
en que la alineación rojiblanca no empezara con ese recitado legendario y
mágico de Floro, Millán, González. Ya se había marchado Floro, enrolado en el
Salamanca. La continuidad de Millán todavía no se había concretado y el ex
internacional pedía la luna (crematísticamente hablando) por renovar, porque
novias no le faltaban; su renovación se dilató hasta sólo unos días antes del
comienzo de la liga. En cuanto al tercero de la terna famosa, González, según
una noticia publicada por Ideal a principios de agosto, en la asamblea del
Málaga alguien dijo que la defensa blanquiazul era malísima y había que
reforzarla, a lo que desde la presidencia se le contestó que González estaba en
la puerta esperando para fichar. Esto dio pie a Miranda para hacer uno de sus
chistes. Pero el caso fue que también nos quedamos sin uno de los mejores
defensas que en toda su historia tuvo nuestro club, quien a los pocos días
fichó en firme por el eterno rival.
Llega Candi
Con notable
retraso, los entrenamientos del Granada comenzaron el 20 de agosto, casi una
semana después de que lo hiciera el Recreativo. Sólo diez futbolistas se
presentaron a la primera sesión. Apenas faltaban tres semanas para el comienzo
de la liga, pero es que, como ya se ha dicho, el Granada de la 48-49 en
pretemporada era un mar de dudas, cargado de deudas, sin apenas jugadores, sin
directiva y con muy pocos socios, dudas que alcanzaban incluso a la propia
continuidad del club a corto plazo.
El míster y
secretario técnico, Cholín, a cada oportunidad que le daban los periodistas
locales insistía en la necesidad de realizar al menos un fichaje por línea,
pero no había un duro en caja. Un granadino que ya había pertenecido al equipo
rojiblanco en primera, el defensa Díaz, en la 43-44, pero que sólo jugó un
partido de liga y otro de copa, fue tras Luiqui el segundo fichaje. Una
incorporación de bajo perfil (en términos actuales) que apenas supuso
desembolso. Pero cercano el final de agosto se anuncia por la prensa el
inminente fichaje de un portero a elegir entre Valero, que ya estuvo la
temporada anterior y dio muy buen resultado, y Candi, joven guardameta del
Valladolid, a quien se esperaba para probarlo y saber sus pretensiones.
Finalmente ficharon los dos. Candi llegó a Granada para ser sometido a prueba
el 26 de agosto de 1948 y cuatro días después estampó su firma como nuevo
jugador del Granada por dos temporadas, iniciando así la larga y fecunda
relación del portero gallego con nuestra tierra.
De Recreativo a Granada B. Nace el tercer Recreativo
En vista del escaso
número de futbolistas con que se contaba, en reunión de 24 de agosto de 1948 y
a propuesta del míster y secretario técnico del Granada, Ignacio Alcorta,
Cholín, la directiva decidió que el filial desde ese mismo día cambiaba su
nombre y pasaría a llamarse Granada B para que indistintamente sus
jugadores pudieran actuar en los partidos del primer o segundo equipo sin necesidad
de tener que llevar a cabo largos trámites administrativos, se dijo en estos
primeros momentos. Al mismo tiempo se procederá al fichaje por la primera
plantilla de todos los jugadores del filial.
Fue ésta una medida
tomada algo a la ligera y con desconocimiento de la reglamentación federativa
que dentro de unos pocos meses dará algún quebradero de cabeza a la mermada
directiva. Tanto la temporada a punto de echar a andar como la siguiente el
filial llevará el nombre de Granada B, aunque no modificará sus colores
blanquiazules ni su técnico, Manolo Ibáñez, ni sus directivos, y sus miembros
pasarán a figurar como vocales de la directiva del primer equipo.
Ese abandono de la
denominación Recreativo movió a unos aficionados a principios de septiembre de
1948 a crear un nuevo club y ponerle precisamente ese nombre: Recreativo de
Granada, anunciando que ya tenían un amistoso concertado en Baza. Lo preside
Antonio Fernández Bravo y en su directiva se integran algunos ex recreativistas
de los años de la República como Miguel Herranz (tesorero), Rafael Peregrín
(contador), Antonio Carmona Ros (vocal) y José Ortiz (vocal), quienes
manifestaron a la prensa que la razón de su fundación era que no desapareciera
el nombre Recreativo.
La noticia no sentó
nada bien en el seno del club rojiblanco, que se apresuró a hacer pública una
nota insertada en los diarios en la que se decía que el equipo que con el
nombre Recreativo se desplazaba a Baza nada tenía que ver con el del mismo
nombre que la anterior temporada fue subcampeón de liga y copa aficionados de
Andalucía.
La intención
primera de los creadores de este tercer Recreativo era que el nuevo club
militara en segunda regional, la categoría inmediatamente inferior a la del
filial rojiblanco, el escalón más bajo del fútbol en España por entonces, pero
ante la desbandada de clubes que renunciaron a su categoría por no poder
afrontar los costes, fue incluido en Primera Regional, en el mismo grupo que el
Granada B.
Recordando al
Recreativo de la República, “el Once Fantasma”, el uniforme adoptado por el
nuevo club fue el de camiseta azul celeste y pantalón blanco, que no eran en
realidad los colores oficiales de aquel primer Recreativo, pero que fue la
indumentaria que más veces utilizó el club en los años treinta, seguramente por
ser las únicas de que pudo abastecerse en el comercio granadino de la época.
Sólo un partido de pretemporada
Con menos de dos
semanas de entrenamiento y faltando sólo una para el comienzo de la liga, el
Granada se presentó ante su afición el primer domingo de septiembre
enfrentándose al Coria, de tercera, equipo filial esta temporada del Sevilla y
entrenado por Campanal. Ante poquísimo personal, el resultado fue de victoria
6-1 de los rojiblancos. Fue su único partido de pretemporada.
En el once inicial
formaron todos los profesionales de la plantilla (sólo había doce profesionales
en ese momento) a excepción de Trompi, que seguía en situación de transferible
y había ofrecido a la directiva por su libertad una suma muy por debajo de la que
se pedía para dejarlo marchar. A lo largo del partido entraron varios jugadores
del filial y también el granadino recién fichado Díaz, y el triunfador fue el
ariete Morales, autor de cuatro goles, en un partido muy aburrido a pesar del
tanteo final, según las crónicas.
Fue este partido la
primera vez que Candi se alineó con el Granada, pero las crónicas del envite
dicen que apenas le tiraron, aunque también se le vieron ciertos defectos por
lo que no se puede tener un juicio exacto de su nivel como portero. Aparte de
Candi, en esos momentos sólo se contaba para la portería con el guardameta del
filial, Espinosa.
Mínima victoria ante el Castellón en la primera jornada
El día 12 de
septiembre de 1948 se disputó la primera jornada de la liga en sus tres
primeras categorías. El Granada, igual que en la temporada anterior, rompió el
fuego recibiendo al Castellón, pero esta vez la cosa fue muy distinta y no
acabó en escándalo, quizá porque el árbitro no era el polémico Gojenuri, y
nuestro equipo venció a los de La Plana, aunque por la mínima, 1-0 gol del
ariete Morales. Los dos contendientes utilizaron la WM, sistema que a partir de
esta temporada será desarrollado por la práctica totalidad de los equipos
españoles y que tendrá la consecuencia inmediata de que en las crónicas de los
partidos ya las alineaciones no se incluyan por el esquema que venía siendo
habitual desde que los periódicos empezaron a informar sobre partidos de
fútbol, hacía más de cincuenta años, o sea el 1-2-3-5, sustituido por el
1-3-2-5. Por esa misma razón, por emplear ambos equipos el mismo esquema y
también por la gran actuación del guardameta castellonense Guillermo, el
cronista de La Prensa dice que no fue más amplio el tanteo y que la victoria
del Granada fue justa, aunque el partido no fue bueno. Trompi, renovado la semana previa, volvió a jugar y además estuvo
a buen nivel. El mejor fue Sosa, a quien no afectó el mayor trabajo que tenía
que desarrollar en la zona ancha con el posicionamiento de la WM.
Las críticas se las
lleva Candi, de quien dice Seudónimo que afortunadamente le tiraron poco porque
se le vio nervioso y falló en un balón fácil y flojo que le llegó, «No hay seguridad ni confianza en Candi»,
concluye su crónica en La Prensa. Tres días después fichó Valero, el guardameta
que acabó la temporada anterior siendo titular en el Granada.
En cambio, para
Fernández de Burgos en Ideal, el Granada jugó un gran partido y se pareció mucho
al que terminó la temporada anterior en muy buena forma, y si no ganó por más
goles, como mereció, fue por la actuación del meta castellonense. La única pega
que encuentra es que el equipo está con lo puesto y que en cuanto haya una
lesión de un titular no hay nadie que lo pueda suplir porque los jóvenes del
filial todavía están muy verdes.
En el Castellón jugó
como delantero centro Mamblona, futbolista que tiene vinculación con Granada
porque fue una de las tres víctimas mortales del accidente sufrido por el
autobús del Melilla en Loja tres años después, cuando viajaban a Valencia y
chocaron con un camión.
Primera salida y paliza en Baracaldo
Después de vencer al
Castellón en la primera jornada, salió el equipo rumbo al norte de la Península
para no volver hasta dos semanas después ya que las jornadas dos y tres eran
sendos partidos a domicilio, en Baracaldo y Ferrol. Dado que Cholín era el
míster del equipo, cantado estaba que la expedición granadinista sentara sus
reales en el pueblo guipuzcoano de Tolosa.
Y mientras los
rojiblancos se desplazaban a Vascongadas (nada de País Vasco y mucho menos
Euskadi en aquellos años) y a Galicia, Los Cármenes no quedó ocioso porque fue
utilizado por el equipo de la Real Sociedad, que tenía que jugar sucesivamente
en Málaga y Murcia. La expedición donostiarra se afincó más de una semana en
Granada y utilizó, con permiso, naturalmente, las instalaciones granadinistas
para la preparación de los dos partidos. Esos dos partidos como forastero los
perdió, pero el equipo de San Sebastián acabó la liga como campeón y ascendió a
primera.
En el primero de los
partidos a domicilio el Granada cayó amplísimamente derrotado 5-1 en el campo
de Lasesarre, donde, según las crónicas, no ofreció un mal encuentro y no debió
perder por tanta diferencia, pero determinados fallos atrás fueron decisivos.
En el puesto de extremo izquierdo actuó el canterano Díaz Cara en sustitución
de Mas. El Baracaldo, con el internacional Venancio, del Bilbao, como goleador,
no tuvo excesivos problemas para ganar el partido.
En la crónica de
Ideal, que firma José María Mateos se lee que los dos equipos quisieron jugar a
la WM, pero no saben. El ex seleccionador dice que para poner en práctica la WM
no basta con retrasar al medio centro y hacerlo jugar como un defensa más, sino
que hacen falta más cosas, como es el apoyo de los interiores a la zona ancha,
cosa de la que adolecieron ambos contendientes. Para Mateos el Granada ha
perdido la que fue su principal característica, su juego de pase corto y raso,
y ahora practica en exceso el balón largo y eso beneficia a un oponente como el
equipo vasco. A Candi lo culpa de dos de los goles por salidas en falso, pero
varios días después, en la víspera del partido en Ferrol, unas declaraciones de
Cholín a la prensa aclararon que el portero del Granada en Lasesarre no fue
Candi sino el recién fichado Valero.
Un positivo en El Inferniño
Valero repitió en la
puerta y fue el rojiblanco más destacado en el segundo partido de la gira, en El Inferniño del Ferrol, donde el Granada arrancó un positivo
merced al empate a un gol que se trajo. La crónica de Hoja del Lunes de La
Coruña dice que fue un partido caracterizado por el peloteo insulso que prodigaron unos y otros, o sea, aburridísimo.
Según dicha crónica, el gol del empate del Granada lo consiguió “Diácora” [sic] con un tiro lejano que
con mucha suerte sorprendió al guardameta local, que no era otro que Juanito
Alonso, el portero del Madrid de sus cinco primeras copas de Europa; suponemos
que la Hoja del Lunes gallega se refiere al granadino Díaz Cara como autor del
gol granadinista, quien repitió alineación, pero en otras crónicas se señala
como autor de dicho gol al delantero Morales, que con éste llevaba ya tres
tantos (los únicos tres marcados hasta el momento por el Granada) pues también
consiguió el del honor en Baracaldo.
En este partido se
estrenó por fin Laureano Martín, después de más de un año sin intervenir en un
partido oficial, pero pasó desapercibido; la enfermedad del interior Luiqui,
vuelto a Granada antes que el resto de la expedición, propició el debut del
argentino.
El arbitraje corrió
a cargo de Álvarez Santullano, que no convenció, pero tampoco tuvo que pasar
por el mal trago de dos temporadas atrás en el campo de Atocha, donde por poco
sale magullado en un partido en el que a los jugadores del Granada les tiraron
desde las gradas hasta zapatos.
CALLEJEANDO
Homenaje a Natalio Rivas
Desde
marzo de 1946, venía hablándose en Granada, en sus altas esferas, de la
conveniencia de organizar un homenaje a Natalio Rivas. Fue iniciativa de José
María Fontana cuando todavía era gobernador civil y a tal efecto se estableció
una junta provincial presidida por el propio Fontana y en la que estaban
representadas todas las fuerzas vivas de la provincia, incluidos el alcalde de
Albuñol y el delegado comarcal de Ugíjar. Acordaron solicitar del Ayuntamiento
de Granada la concesión a don Natalio de la medalla de oro de la ciudad, así
como pedir a la Diputación el nombramiento del político alpujarreño como
presidente honorario de la misma. También se proyectó la confección de un
volumen donde se recogieran con detalle todos los beneficios logrados para
Granada por el viejo prócer.
De las tres cosas previstas sólo se hizo la
primera. El Ayuntamiento efectivamente acordó conceder a Natalio Rivas la
medalla de oro de la ciudad en sesión extraordinaria de 27 de marzo de 1946
(era la primera vez en la historia que se aprobaba tal disposición), pero el
homenaje proyectado se fue posponiendo hasta algo más de dos años después,
junio de 1948.
Una vez confirmada la celebración del acto,
la figura del viejo político volvió a la actualidad de los medios de
comunicación y cuando faltaban escasos días para que se celebrara el homenaje,
Ideal publicó una larga entrevista a Natalio Rivas en la que dice que a sus 83
años se encuentra en perfecto estado físico y come de todo, y que su único
achaque es la sordera por lo que tiene que valerse de una trompetilla; también
dice que pasa muchas horas en las bibliotecas y las hemerotecas y archivos.
Apartado de la política desde que en 1923 el general Primo de Rivera disolviera
el Parlamento, en esos momentos, junio de 1948, no detenta ningún cargo público
(aunque pronto, en menos de un año, será nombrado Procurador en Cortes por
designación directa de Franco). Ya no ejerce como abogado, su principal
ocupación, y aparte de pasearse todo Madrid y acudir los viernes a las sesiones
de la Academia de la Historia, de la que es miembro, sólo se dedica a escribir
columnas para diversos medios de comunicación, labor que realiza a diario hasta
altas horas de la madrugada y que es prácticamente su única fuente de ingresos.
La entrevista, realizada en el domicilio
madrileño de Rivas, se desarrolla en una estancia presidida por sus memorias,
escritas a mano y encuadernadas en no menos de cincuenta tomos, donde se recoge
la historia viva de España desde 1901 hasta 1931, memorias de las que dice
Rivas que no quiere publicarlas y que, junto a su abundante material de
archivo, piensa donarlas a la Academia de la Historia a su muerte.
Es ésa, la de escritor e historiador, la
segunda faceta destacable en una personalidad tan arrolladora y de tantos
matices como la de Natalio Rivas Santiago, nacido en Albuñol en 1865, que es
mucho más conocido como político de la Restauración, encuadrado en el Partido
Liberal, faceta en la que se inició en sus años mozos en Granada, en los
tiempos del turnismo pacífico, cuando
llegó a ser presidente de la Diputación, saliendo después elegido diputado a
Cortes por Órgiva en todos los comicios entre 1901 y 1923. En ese periodo ocupó
distintos altos cargos políticos, llegando a ser ministro de Instrucción
Pública y Bellas Artes unos meses, entre 1919 y 1920. En febrero de 1936
resultó elegido diputado a las Cortes de la República por la coalición de
derechas, pero esos resultados fueron anulados en la provincia de Granada y
repetida la votación tres meses después, ganando la candidatura del Frente
Popular.
Hablar de Natalio Rivas es hablar también de
caciquismo, o sea, esa dominación o influencia ejercida por una persona en un
pueblo o una comarca, esa cosa tan propia de la política española de finales
del XIX y principios del XX según la cual el cacique convertía en clientes a
todos o a la mayor parte de los que habitaban su zona de influencia
asegurándose salir elegido una y otra vez a cambio de algún favor menor, un
fenómeno tan enquistado en la sociedad española que aún hoy se puede decir que
sigue muy vivo en la España de las autonomías. Para muchos es don Natalio el
prototipo del cacique granadino. Pero tanto durante sus años de diputado como a
partir de 1923, ya sin ninguna vinculación directa con el poder, lo que será el
albuñolense es una especie de cónsul alpujarreño y granadino en Madrid que
practica indiscriminadamente el favor, la recomendación y la ayuda personal,
sin mirar demasiado la condición de la persona que lo solicita. Ya saben, eso a
lo que tan aficionados somos los españoles de, ante cualquier problema con la
Administración o ante cualquier trámite legal que ha de ser cumplido, tomar el
atajo de acudir a una amistad en lugar de seguir el protocolo establecido por
las leyes (…que mi niño entra en Quintas,
… que no me han contestado en mi solicitud de subvención por el pedrisco, …que
quiero que me sea adjudicada la vacante tal en el sitio cual, …ve a ver a don
Fulanito, que trabaja en el Ministerio de tal o que conoce a Menganito, dile
que vas de mi parte). Sus biografías también destacan que de toda esa
actividad favorecedora de otros no obtuvo más ventaja que la de ser muy
conocido y querido, hasta el punto de que a pesar de ser un hombre público no
tuvo nunca enemigos.
Bueno, eso y los jamones de Trevélez que en
agradecimiento solían regalarle los favorecidos. Se cuenta que desde el mismo
rey Alfonso XIII hasta el más humilde jornalero alpujarreño, alguna vez, jamón
en ristre, recurrieron a don Natalio para que éste moviera sus innumerables
hilos de influencia y consiguiera lo que se le pedía. Hasta el mismísimo Franco
cuando todavía no había alcanzado el generalato se cuenta que en alguna ocasión
se dirigió al político granadino solicitando su intermediación en un asunto.
Además, durante sus años de político de primera fila favoreció todo lo que pudo
distintos intereses de nuestra provincia, por la que ningún otro político nunca
hizo tanto, dicen.
En la entrevista de Ideal se comenta que ya
don Natalio no organiza a diario tertulias en su domicilio, como fue su
costumbre durante muchos años, hasta que estalló la Guerra Civil, ahora esas
tertulias se limitan a los domingos y días de fiesta, pero no se toca la
política ni por asomo, de lo que se habla es de literatura. Y es que otra de
las cosas que se recuerda y se destaca de Rivas es su papel de esmerado
anfitrión en sus famosas tertulias de su domicilio madrileño de la calle
Velázquez, las tertulias del jamón, le
decían, por las que en los años veinte y treinta pasó todo aquel que en España
era alguien, políticos, toreros, militares (incluidos Franco y Millán Astray,
inmortalizados junto a Natalio Rivas en una escena de la película muda La Malcasada), aristócratas, artistas
del cine y la canción… Nadie con significación en aquellos años quería quedarse
sin pasar por la casa de Rivas y departir de lo divino y lo humano mientras
todos se ponían púas de vinillo costa y jamón alpujarreño.
«Mi Natalio será ministro», dicen
que dijo su señora madre cuando éste era un niño. Ya mostraba por entonces sus
dotes diplomáticas y su simpatía, que es el rasgo de su carácter que más resaltan
todos aquellos que lo conocieron y trataron, algo que le hacía ser amigo de
todo el mundo por encima de credos políticos, y que le abría todas las puertas.
El 19 de junio de 1948 llegó en automóvil
particular a Granada Natalio Rivas acompañado de un buen número de familiares,
y al día siguiente, domingo por la mañana, en el Ayuntamiento le fue impuesta
la medalla de oro de la ciudad concedida dos años atrás, en un acto solemne
presidido por el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín, y con
presencia del director general de Arquitectura y arquitecto conservador de la
Alhambra Francisco Prieto-Moreno en representación del ministro de la
Gobernación, además de todas las fuerzas vivas penibéticas. A las dos de la
tarde le fue ofrecida una comida-homenaje en el hotel Alhambra Palace a la que
concurrieron más de doscientos comensales y en la que volvieron a dedicar a los
presentes un largo parlamento tanto el propio homenajeado como el alcalde y el
ministro. Al día siguiente hubo un nuevo homenaje, pero éste tuvo como lugar de
celebración el pueblo natal del viejo político, Albuñol, hasta donde se
desplazaron gran parte de las autoridades locales y provinciales que ya lo
habían acompañado en su homenaje de la capital, incluido el ministro Ibáñez
Martín.
Tyrone Power asediado en Granada
En
1948 ya empezaban a venir turistas a porrillo a nuestra tierra, algunos a bordo
de impresionantes cochazos americanos como barcos que causaban sensación. El
Mercury descapotable color marfil y tapizado en cuero verde oscuro, matrícula
de Nueva York, que apareció por Granada el 10 de julio, era de esos. A bordo y
conduciendo venía el mismísimo Tyrone Power, y su destino era el Alhambra Palace.
Eso informa Ideal, al que el actor declaró que venía de Málaga de turismo y
pensaba estar sólo un día, pero que como le habían dicho que Granada encierra
tantas cosas interesantes y bellas, posiblemente se quedara un día más, para
seguir después a Madrid, Barcelona y Roma, donde le esperaban para el rodaje de
El Príncipe de los Zorros, ambientada en la Italia de los Borgia.
Venía acompañado de la señorita
mejicana Blanca Rosa Walter, su secretaria, y del escritor y publicista yanqui
James Frederic Denton. En los diarios españoles de aquellos años, para
referirse a todo lo que viniera, personas o cosas, de USA, se empleaba el
término “yanqui”, epíteto tras el que se adivina cierto desprecio y
resentimiento. Asimismo, si una mujer no estaba casada, señorita era a todos
los efectos. Y esa señorita que presenta el diario como la secretaria de Tyrone
Power, en realidad su novia o amante, y con el nombre de Blanca Rosa Walter, no
era otra que la también actriz Linda Christian, que ya había protagonizado
junto a Johny Weissmuller Tarzán y las Sirenas, y a quien la revista Life
apodó “la bomba anatómica”. Un año después, en Roma, Tyrone Power y Linda
Christian se casaron y tuvieron dos hijas, la mayor fue la cantante Romina
Power.
Ideal comenta sobre Power su
acreditada catolicidad y señala que en Sevilla, hacía pocos días, se había
ganado la simpatía de todos al manifestar a la prensa que había viajado a esa
ciudad para orar ante la Virgen de la Macarena y el Señor del Gran Poder, y
previamente, nada más desembarcar en Lisboa, había visitado el Santuario de
Fátima, al que describe como algo maravilloso.
Al día siguiente a su llegada, los
viajeros recorrieron la Alhambra y el Generalife, pero, según informa la
prensa, no pudieron admirar tranquilos nuestros monumentos porque fueron
continuamente asediados por legiones de admiradoras a la caza de autógrafos que,
a base de formar una barrera humana, sin que faltaran los empujones y los
pisotones, le impedían literalmente avanzar. Tanto se pusieron pesadas las de
la libretilla y el lápiz que Power se vio obligado a volver a su hotel sin
completar su visita a los palacios y sin que le valiera de mucho la estratagema
de dejar aparcado su haiga y utilizar un taxímetro [sic], ya que en la
puerta del Palace había aún más personal esperándolo.
Quizá por esa razón, sólo estuvieron
en nuestra tierra un día, y al siguiente se marcharon rumbo a los madriles no
sin antes manifestar a los plumillas granadinos que España es mucho más hermosa
de lo que había imaginado, y que Sevilla, Algeciras y Granada le parecían
ejemplares únicos. También dijo que, si las circunstancias futuras se lo
permitían, le gustaría vivir algún tiempo en España. Pero en España, en Madrid,
no vivió, sino que murió diez años después, en 1958, con 44, de un infarto
mientras rodaba la película Salomón y la Reina de Saba.
Monumento a los héroes granadinos de
la Guerra de la Independencia
En la misma sesión del pleno municipal en
la que en marzo de 1946 el Ayuntamiento acordó conceder la medalla de oro de la
ciudad a Natalio Rivas, también se aprobó por la corporación la construcción de
un obelisco en mármol que habría de instalarse en pleno centro de la plaza del
Carmen y que sería un homenaje granadino a sus héroes de la guerra de
Independencia contra los franceses, y llevaría en cada una de sus caras las
efigies en bronce de: Álvarez de Castro, defensor de Gerona, Pérez de Herrasti,
defensor de Ciudad Rodrigo, Manuel Atienza, el alcalde carbonero de La Peza, que
fabricó un cañón de encina contra la francesada, y el alcalde guerrillero
Caridad, de Otívar, terror de gabachos por la Sierra de Cázulas y lo que hoy
conocemos como Costa Tropical.
La presentación de proyectos y maquetas se
llevó a cabo algo más de un año después, pero, al igual que sucedió con el
homenaje a Natalio Rivas, la cosa quedó aparcada y sin fecha hasta que en julio
de 1948 se resolvió el concurso y de los siete proyectos que concurrieron salió
ganador y premiado con 10.000 pesetas el modelo que presentó Damián Villar
González, profesor de la Escuela de Artes y Oficios que, con el lema “Mayo”,
consistía en un monolito sobre un basamento con cuatro pequeñas fuentes en cada
uno de sus lados, decorado con figuras alegóricas. El proyecto llegó a estar
ultimado, firmado por el arquitecto Alfredo Ramón-Laca Primo (futuro directivo
del Granada), y su coste se estimó en algo más de 400.000 pesetas.
Meses después, en febrero de 1949, se
publicó en la prensa que el proyecto había sido nuevamente modificado y que
consistiría básicamente en un monolito sobre una fuente en su base por cada uno
de los cuatro lados, todo sobre un cuadrado de siete metros, un segundo cuerpo
con la exposición de los cuatro héroes penibéticos y un tercer cuerpo superior
consistente en un obelisco que alcanzaría la altura del reloj de la fachada del
Ayuntamiento, todo con un aire barroco y confeccionado entero con materiales
granadinos. En esta modificación ha desaparecido uno de los cuatro paladines
que en principio iban a aparecer: el alcalde carbonero de La Peza, sustituido
por el cadete Juan Vázquez Afán de Ribera, defensor de Monteleón.
No sabemos el porqué de que la cosa se quedara
en proyecto, quizá fuera el elevado coste del monumento el motivo último de que
no pasara a mayores. El caso es que ésta fue otra de las reformas previstas por
Gallego Burín que no llegaron a plasmarse en la realidad.
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